Villa Borghese Pinciana [PRIVADO +18 CARA SALVATORE]

El diablo es capaz de bailar con la propia muerte,
agarrarla con firmeza...
y hacerle el amor con la mirada.

La villa aquella noche lucia de una forma singular, los pequeños arroyos alrededor dejaban en el aire un sonido relajante unido a la majestuosidad de los jardines por los que ahora el conde Leo D' Martino caminaba minutos antes de que los invitados comenzasen a llegar.

No era casualidad que Leo se encontrase solo en aquel momento, necesitaba su independencia de todo lo que se movía alrededor de aquella villa ya que su naturaleza solo le decía que cada cuello de cada sala fuera mordido y su hambre se saciara... pero eso no ocurriría, jamas.

Eran las 7 P.M según el reloj que acababa de salir del bolsillo del traje del conde.-No tardaran en empezar a llegar...-la voz masculina y algo grave mascullo mientras observaba una de las fuentes recordando como su madre le paseaba por aquel lugar siempre antes de cada fiesta ya que Leo era bastante activo y su madre intentaba cansarle un poco para que su hiperactividad cesara al menos... hasta los postres. Aquel recuerdo hizo que el vampiro esbozase una leve sonrisa ladeada a continuación de despeinarse, su ya de por si, maraña de pelo.

Aquella fiesta no la hacia por gusto realmente pero si por honor, el estar junto a la realeza y demás no era algo que le agradase, siempre había sido bastante terco y rebelde en casos como la diplomacia y el respeto a los cargos mayores, pero... sabiamente nadie se había atrevido a decirle nada, quizás sus ojos verdes daban mas miedo de lo que el pensaba.

Señor...disculpe conde...- una voz ya conocida desde niño le llamo, el cuerpo de Leo se giro para ver a Güido con su pelo canoso y su traje perfectamente compuesto.-Necesita recibir en persona a los invitados o... empezaran a hablar y no quiero que eche a patadas a algún noble italiano.-el tono de broma con que lo dijo se podía captar en el aire pero ambos sabían que eso se podría volver a repetir.- Ya sabes lo que decía mi padre... Hay dos tipos de personas en la Tierra... aquellas que se elevan y aquellas que se inclinan.-El cuerpo atlético del vampiro se acerco al que fue mano derecha de su padre en la villa y colocando una mano en su hombro susurro.-Y yo soy de los que se elevan.-Esta vez su sonrisa fue aun mayor enseñando sus colmillos que no hicieron efecto en aquel "anciano" acostumbrado ya a aquellas cosas.

Leo se encamino dentro no sin antes fijarse de nuevo en lo espectacular que se veía todo a ciertas horas del día... el arquitecto Flaminio Ponzio que fue quien hizo los diseños en 1612 había conseguido ensalzar a su familia y todo alrededor por eso el vampiro pisaba cada zona con un poder que se hacia notar como efectivamente acababa de pasar en la sala donde ya varias personas se giraron a verle. Leo con una sonrisa ladina que hacia suspirar y enfadar a la vez miro a cada uno en la sala estiro los brazos en cruz y habló.

¡QUE COMIENCE LA FIESTA! - La sonata para piano n.º 14 del compositor Ludwig Van Beethoven resonaba de fondo, aquella pieza tan genuina había sido pedida exclusivamente al compositor que ahora se encontraba en Viena. La comida comenzó a pasearse al igual que el alcohol y al igual que las cientos de manos que tuvo que estrechar... "Feliz cumpleaños padre" , es el ultimo pensamiento de Leo antes de integrase en lo que era un recuerdo para todos de que la familia D' Martino seguía viva.

Dios no habría alcanzado nunca al gran público sin ayuda del diablo.
Jean Cocteau

Un bufido salió de la boca del vampiro, estaba aburrido... aquellas fiestas las recordaba mejor cuando era un pequeño joven con el pelo revuelto que corría entre vestidos y copas con la risa de su madre persiguiéndole para acabar con la mirada reprobatoria de su padre aunque en sus ojos se podía observar algo de diversión.
Agitó la cabeza intentando que aquellos recuerdos no le atormentaran... le hacia ser vulnerable cuando recordaba el pasado y el no podía mostrarse de esa manera... nunca o a la mínima acabaría muerto ya que el odio generado a propósito por el en ciertas partes de la sociedad había puesto en peligro su integridad mas de una vez pero por supuesto... acabó riéndose de quien lo intentó.

Observó a su alrededor como todo el mundo parecía cómodo, algunos bailaban otros hablaban... otros buscaban un lugar donde poder engañar a su mujer o esposo con algún ser que... -Señor...-No pudo terminar la frase en sus pensamientos porque Güido se presentó frente a el, no le hizo falta preguntar nada, Leo sabia que algo iba mal sino Güido jamas hubiera ido donde el buscando respuestas.

Dime que ha pasado.-Su voz empezó siendo baja y bastante suave cosa que era peligroso mas que cualquier cosa, todo el mundo sabia que cuando el Conde organizaba una fiesta era en honor de sus padres y si alguien se atrevía a estropearlo...

Tengo mis sospechas Conde de que hay un sujeto que se ha podido colar en la fiesta suplantando a alguien... he repasado la lista de invitados y la familia Torino ha venido pero... no les he visto por ninguna parte y usted sabe que me he aprendido cada cara en cada fiesta.- Le escucho y su mandíbula se fue tensando, nadie se colaba porque si en una fiesta algo estaba pasando y como la música que ahora sonaba del gran Amadeus mozart en su requiem lacrimosa el diablo en persona se iba alzando a cada paso que daba, lento, elegante y potente como los coros que resonaban alrededor... un aura de peligrosidad se instalo en la villa y como si los invitados lo hubieran notado empezaron a cuchichear mientras Leo observaba a su alrededor.

No tengo tiempo para vosotros, otro día me amenazáis como siempre.-Miro con los ojos verdes mas oscuros a los inmortales que se habían interpuesto en su camino.-Y... como siempre os pegare una paliza como no os quitéis de mi camino.-Los vampiros se apartaron sabiendo que en ese momento podrían acabar sin cabeza mas rápido de lo normal. Leo no les había invitado pero tampoco les había pedido que se marcharan... quería tener controlado a aquellos estúpidos que mataban por diversión... todos los inmortales sabían el respeto que tenia Leo hacia los humanos... así le devolvía la lealtad a sus padres... protegiendoles y como dicen; ten aun mas cerca a tus enemigos que a tus amigos...

Siguiendo su busqueda y casi al mismo tiempo que la melodía llegaba a su fin y con ello la calma, la vio... aquella criatura enfundada en aquel vestido rojo... -Sangre.-murmuro en un tono bajo con su voz ronca por el enfado anterior. La mujer era demasiado ágil en comparación con las demás mujeres, tenia un aire de elegancia y a la vez parecía tosca y bruta, aquellas características no pegaban normalmente salvo que...hubieras sido entrenada para eso. Morena, rasgos claramente italianos, delgada pero esbelta... no pasaba desapercibida. Sabia que era ella...

-Disculpen...-interrumpió el baile de la mujer sin nombre con ... ¿realmente importa?-Pero creo que es mi turno, la señorita Di Torino quedó conmigo en un baile.-Con total naturalidad la agarro de la mano y la giro en una lenta vuelta antes de colocarse para bailar con ella ejerciendo algo mas de presión en su espalda y su agarre en la mano.-¿Por que te has colado en mi fiesta y con un nombre falso?-Pregunto directamente con una sonrisa sin dar pistas a nadie de lo que estaba pasando entre ellos en ese momento moviéndose mejor de lo que cualquiera en ese lugar podría.-Espero que no tengas intención de utilizar esos preciosos cuchillos contra mi...-Murmuró cuando la echo hacia atrás y se fijo en un brillante filo.-Seria una pena...-La levanto suavemente dejando su rostro cerca de la mujer.-Hoy no es día de matar a nadie.

Lo terrible en cuanto a Dios,
es que no se sabe nunca si es un truco del diablo.
Jean Anouilh

Sabe como se llama la pieza que esta escuchando señorita...-inspecciono cada facción de ella cada mínimo gesto, cada pulsación de su corazón, cada movimiento de sus manos sobre el intentando descubrir que había en ella que le había llamado la atención como para no sacarla fuera y simplemente arrancar su cabeza de su cuerpo por intentar arruinar su fiesta... estaba claro que hasta el propio diablo tenia curiosidad.-No puedo llamarla Torino y usted lo sabe tan bien como yo, ¿ o acaso se piensa que soy tan fácil de engañar...? eso me faltaría mas al respeto que tu intrusión en mi fiesta.-movió su cuerpo con gracia por la pista notando como eran una pareja de baile perfecta, como si toda la vidaa lo hubieran hecho juntos...-Conozco a cada persona de mi tierra... no olvido un rostro y...-Una pequeña risa surgió de el.-La señorita Torino que usted intenta suplantar... no es tan sumamente hermosa como usted, hubiera sido un verdadero milagro si ahora tuviera su rostro.-Con el cambio de ritmo su humor iba "in crescendo".

Notaba cada mirada en el pero aquello era algo que no era nuevo, por lo que prosiguió bailando sin hacer caso a las palabras de ella sobre quien les miraba y lo que pensarían.- Sonata del diablo... exactamente en G menor, ¿no le parece algo hermoso?, parece algo alegre... parece como si el propio diablo estuviera de buen humor-Elevo una ceja retando a su contestación.- no todo es oscuridad cuando se trata del diablo... siempre queda algo bueno o eso dicen.-La hizo girar un par de veces aprovechando a quitarla con rapidez las dagas bajo su vestido dando gracias porque el movimiento de ambos tapasen aquellos movimientos.-Cuénteme... ¿como piensa matar a esos 4? sin arruinar mi fiesta por supuesto... no me gustaría tener que matarla, al menos no hoy.- Dejando que viera como guardaba aquellos cuchillos dentro de su traje en una explicación silenciosa sobre quien tenia el poder en esos momentos.

Sus ojos verdes se clavaron en ella notando su aliento tibio contra sus labios fríos como el hielo... no seria la primera mujer que intentaría distraerlo con aquello y por supuesto no lo conseguiría aunque tuvo el pequeño impulso de probar aquellos labios carnosos y atrevidos que le hablaban.-Ven.-Dejó los modales y la fachada a un lado en cuanto la pieza termino de sonar caminando hacia una de las puertas que daban al jardín. Su cuerpo se apoyó en una de las barandillas de mármol observando el cuerpo de aquella mujer.-Eres demasiado atractiva para matarte... no me hagas hacerlo, es una petición personal...-Cruzo sus brazos después de despeinarse más su ya de por si pelo desordenado.-Hoy no...-Agarro la mano de ella y la acerco a su cuerpo.-Me da igual que hagas con ellos pero hoy te pido una tregua... te ayudare si respetas esto.-Tensó su mandíbula y clavó sus ojos  verdes de nuevo en ella-Recupera tus armas...-musitó con voz grave terminando por sonreír de lado de una forma altiva y retadora soltando con su otra mano los botones de su traje para que buscase, sabiendo que iba a tener que rozarle.

Esto puede ser el inicio de una bonita amistad...-Juega con las palabras y por supuesto con ella, porque el diablo hace que arda todo a su alrededor.