Cumpliendo con los deberes "reales" [Reservado Vestein]

Era una fresca mañana, ya el otoño dejaba entrever sus inicios, y en algunas partes de París, ya se hacía mas que presente tiñiendo los árboles de color café y dorado como el sol, todo el verdor que antes invadía la ciudad ahora se transformaba en algo pálido y seco, pero a pesar de la agonía de las hojas que meses después caerían para que las ramas desnudas fueran cubiertas de nieve, todo me parecía bello, hasta que una voz sobresaltó mis pensamientos.
Es hora milady simples tres palabras que hecharon abajo mi ensueño, mire por última vez los jardínes por la ventana, respire el fresco aire y me di media vuelta para encarar a mi verdugo disfrazado de Dama de compañía. Y con un hondo y tendido suspiro tomé la sombrilla que ella me tendía, no sin hacer un mohín ante su cara de satisfacción al verme cumplir con mi deber, aquella bruja se divertía al ver mi inconformidad, pero no sería así por mucho tiempo....
Su padre ha indicado que sea yo quien os acompañe a la reunión Lady Eliza musitó la mustia para hecharme en cara mi mala fortuna, sin embargo, yo no podía quedarme de brazos cruzados, no era mi costumbre. .-Lo he oido yo misma Cornelia-. le llamé por su primer nombre que tanto odiaba y ella me miró con cara de pocos amigos, yo sonreí .-Vaya! pero que mala fortuna la mía, mi padre me envía con un verdugo, supuse que el querer casarme el otro año sería suficiente castigo, pero ya veo que no, pues que infierno le he hecho vivir yo para que tome tantas represalias contra mí, ¿no cree Cornelia?-. dije ensanchando la sonrisa y enfatizando el nombre de aquella mujer en voz alta. -Bueno milady, usted ha tenido a bien ganarse los desprecios de su padre, y tampoco crea que es para mi una dicha el hecho de tener que cuidar de una pequeña cría- me contestó, pero justo a tiempo mi padre entró en la estancia. .-Oh Cornelia, pero que dice, hmm creame que no la he obligado yo a hacerme compañía, si esta tan conflictuada su existencia al estar conmigo, ¿Por qué no le expresa su inconformidad a su señor que es quien le ha pedido que sea mi honorable chaperona hoy?-. Los ojos de la mujer quedaron llenos de oscuridad, pero bien dicen que quien rie al último ríe mejor, aún no acababa de entender como mi padre soportaba a tales personas, en fin.
.-¿Pasa algo aquí?-. musitó mi padre y la mujer solo bajo la vista derrotada .-No padre, parece que no, por cierto, gracias por brindarme tan alegre y amena compañía, podra notar en ambos semblantes lo felices que somos juntas, como para aumentar las llamas del infierno, oh, el coche ha llegado, con vuestro permiso-. hice una reverencia ante mi padre y sali caminando a paso rápido antes de cualquier reclamación.

Llegamos al palacio Royal, imponente y lujoso como sus dueños, me baje sin esperar a que la Dama me siguiera, era su deber, y si ella estaba dispuesta a hacerme la estancia imposible, yo no tenía razones para ser amable con ella, reciprocidad, solo eso. Entre a la estancia viendo a todos lados, la reunion era amena y cada uno platicaba con quien encontraba en su camino, y claro con quien mejor semblante tenía, como era de esperarse, la mayoría hablaba de negocios y cosas sin sentido para mí. Me seguí hasta uno de los salones donde varias personas de abolengo me saludaron, pero de pronto algo llamó mi atención, mas bien alguien, sonreí ampliamente al notar la presencia de aquel hombre que en tanto tiempo había dejado de ver, de acuerdo, si iba a pasar un buen rato en una de estas reuniones aburridas, mas valía que al menos pasara el rato con alguien agradable, alguien que de entre todos los presentes podría tener algo bueno que decirme, un amigo si es que eso se podría considerar en esta sociedad.

.-Milord, dichosos sean mis ojos al encontrarlo aqui despues de tanto tiempo de su ausencia-. saludé cariñosamente mientras esperaba a que el caballero me reconociera.

Me desperté cuando el sol había desaparecido casi por completo. París se oscurecía y sus calles pronto serían pobladas de exquisitos manjares con sus vestiditos y trajes de fiesta.

Salí del ataúd tras un largo día de meditaciones y descanso. Me puse mi capa negra y bajé las escaleras de mi mansión hasta llegar a la biblioteca, en la que se me comenzaban a amontonar libros que me habían sido recomendados sin leer. Una vez allí, abrí mi agenda, la cual llevaba usando unos sesenta años. Era un gran libro curtido en cuero, de centenares de páginas. Abrí por el día de hoy, mejor dicho, la noche de hoy.

Reunión-fiesta en el Palacio Royal, se ruega formalidad...etcéteras.
No tenía mucho que hacer esa noche, y aún no estaba demasiado hambriento, por lo que me arreglé y fui al palacio royal en busca de alguna novedad de la alta sociedad.

En la fiesta no pude encontrar más que lo mismo de siempre, los hombres de negocio por un lado, las señoritas cuchicheando sobre las personas no asistentes, las damas haciendo gala de sus vestidos, en disputa por cuál de ellas poseía el más elegante y caro, y poco más. Nadie desconocido a quien conocer, y nadie apetitoso a quien degustar, hasta el momento en el que ví a Eliza, la interesante condesa de Escocia, que una vez entró en el palacio, tras comprobar al igual que yo el pésimo ambiente que había, se dirigió hacia mí tras mucho tiempo sin habernos encontrado.

- Dichosos sean los míos por tener la oportunidad de ver de nuevo semejante belleza, Lady Eliza.- dije, mientras besaba elegantemente su suave, delicada, y caliente mano a la vez que hacía una reverencia. Sentí su sangre bailar por todo su cuerpo al besarla, un exquisito bocado vedado para mí, quien veía la posición de la joven demasiado interesante como para cambiarla.

- Venga a sentarse conmigo, señorita. He estado mucho tiempo fuera y necesito que me pongas al día.
La chica me siguió hacia unos preciosos sillones de terciopelo alrededor de una elegante mesa de roble macizo. Nos sentamos el uno enfrente del otro, y se nos sumó una chica que seguía a Eliza, la que supuse sería su dama de compañía.
- Y bien...-comencé diciendo mientras terminaba de ayudar a la dama a sentarse como un buen caballero, empujando su silla suavemente hacia la mesa y tomando yo asiento enfrente.- ¿Cómo os va en las lejanas y preciosas tierras de Escocia por este tiempo?

En cuanto nos hubimos reconocido nos fuimos a sentar a unos sillones cómodos y modestos -si es que se podía llamar "modesto" a algo por aquí- pensé que Cornelia se había perdido, sin embargo no fue así, la mire de reojo y aunque de seguro disfrutaba de verme incomoda ante su presencia, sabía que se moría de ganas de ir a hacer lo mejor que podía hacer, chismosear con las otras damas acerca de sus amos y amas y sus problemas ficticios, esto me serviría demasiado, esperaba que fuese mas su interés en saber los chismes mundanos que en hacerme la vida imposible.
.-Le agradezco milord, es usted todo un caballero, pero eso ya lo ha de saber...-. comencé y luego miré a Cornelia .-Cornelia querida, no es mi intención atarte a un infierno que no es el tuyo, se muy bien que es poco el tiempo que tienes para disfrutar de placeres mundanos, y ya que te daras cuenta que estoy ante una honorable y buena compañía, te otorgo la libertad de ir a visitar a tus.. amistades, anda, ve y prometo estar aqui a tu regreso, el caballero estara con migo y podría asegurarte que no me escapare fácilmente teniendolo a el como custodio ¿No es así mi querido amigo?-. le dije a Lord Vestein Korpz esperando y añorando su colaboración conmigo, mis ojos delataban mi súplica interna de liberarme de esa mujer, y al parecer entendió el mensaje dedicando un leve asentimiento, el cual basto para hacer que Cornelia, no muy convencida pero tampoco disgustada se alejara a chismorrear con no se quien.

.-Se lo agradezco de nuevo milord, esa mujer... bueno en fin, mejor respondere a su pregunta y perdoneme si no le tengo demasiados detalles, es solo que me he mudado por una temporada aquí, por lo cual se cosas generales de mi natal y hermoso Escocia, al parecer va en progreso y el príncipe lleva todo al pie de la letra, mi padre arregla negocios en la corte y por el momento todo se mantiene estable, aunque le confieso, eso de política no me agrada demasiado, y preferiría hablarle del hermoso clima otoñal que hace por allá o de cualquier otra cosa que no se relacione con aristócratas burdos y conflictos innecesarios, de eso hay mil platicas por aquí, y siendo sincera con usted, eso no es mi tema favorito-. resoplé mirando a mi alrededor, los únicos temas que abordaba todo el mundo eran política y moda en caso de las mujeres, sí, yo era un pequeño caso descomunal, y no proque no supiera de ello, sino que simplemente era lo cotidiano, las personas no sabían hablar de otra cosa, habiendo tantas cosas interesantes de las cuales hablar.....

.-Pero no me deje hablar sola, estoy segura de que usted cuenta con un buen repertorio de noticias desde su ausencia, a dónde ha ido, qué ha hecho, me..... nos ha abandonado por mucho tiempo-. me corregí sacudiendo un poco la cabeza, había algo en él que me causaba interés, o tal vez fascinación, era diferente, incluso pareciera que no fuese del todo humano, ese porte, esa delicadeza... "basta Amber, vamos! es un caballero de clase alta, y ya esta" .

Nos tomó poco más de un minuto en despachar a la guardaespaldas de Amber, la cual no perdía de vista a ésta ni un solo instante. Asentí mientras atravesaba a la dama de compañía con mi mirada. Acto seguido, una vez que Cornelia salió pitando hacia otra zona de charla, la joven respondió a mis aburridas preguntas sobre política. La verdad es que me interesaba mucho el negocio de su padre y el de su familia. Me recordaba a la mía, pero sin las tragedias que la sacudían año tras año. Visto desde mi punto de vista, la vida de su poderosa familia aburría.

Noté en ella el poco interés sobre los asuntos políticos, sus ansias de escapar de todo aquello y poder disfrutar de una buena tarde del hermoso otoño que se hacía sobre nosotros. Si ya tu vida mortal era aburrida, sería una injusta condena beber de su sangre, condenándola a más. Pero todo esto tenía fácil solución.

Amber preguntó por mi larga ausencia en busca de alguna noticia fresca que pudiera ofrecerle. Un titubeo en su expresión me hizo notar que la chica sentía algo por mí. ¿Simple atracción? ¿Interés? ¿Dudas?.

- He recorrido gran parte de Europa, desde los Cárpatos hasta Roma, la cuna del arte. Es una ciudad magnífica. He estado en los Alpes suizos, Grecia y poco más. No estaba demasiado tiempo quieto. Ha sido un viaje de placer, y algo de negocios. He asistido a numerosas fiestas organizadas por realezas extranjeras, y lo he pasado bien, he hecho muchos amigos y he conocido gente muy interesante.- La verdad era que me había topado con más de un vampiro antiguo y casi perdí las entrañas en una batalla contra uno.

Los ojos de la chica mostraban un creciente interés al pronunciar las palabras ver mundo y disfrutar. Estaba anclada en una sociedad egocéntrica únicamente interesada por la riqueza, la política y la estética. Me ponía triste su fugaz vida humana, tan aburrida...tan falta de emoción y placer...

- ¿Sabe qué, señorita? Me axfisia este lugar, tras mis numerosos viajes he aprendido a amar la naturaleza, y no respirar estos aburridos salones aterciopelados con el olor del humo del tabaco de los aristócratas. - la miré a los ojos y apoyé mis codos en la mesa, y sobre mis manos dejé descansar mi mandíbula, en una posición de total confianza.

- Su niñera está ocupada, y desde aquí veo que no para de beber y reír. ¿Qué me dice de cometer una locura y salir a disfrutar la bella noche que cae sobre nuestro prescioso París?. - Me levanté, y debido a que nadie ocupaba esta habitación, y tampoco se sentían interesados por mirar, abrí la ventana, que daba a un jardín trasero, y le hice un ademán con la mano para que viniera, después, se la ofrecí.

- Escapemos.

Escuché con suma atención cada una de sus palabras, viajes.... libertad..... aventuras probablemente y muchas personas y costumbres que conocer, yo simplemente había viajado de Escocia a Irlanda y hacia aquí, recuerdo que en una sola ocasión visité Italia e Inglaterra por asuntos de negocios, pero solo eso. Mire a aquel muchacho misterioso por dentro, pero confiado por fuera.

.-Vaya al parecer se ha hecho un hombre de mundo, me gustas la idea, y admiro que usted tenga la suerte de poder realizar todos estos viajes tan interesantes-. deje entrever mi fascinación, la vida era tan corta y el mundo tan grande.... quien pudiera tener un poco de libertad como él, al menos disfrutaba placenteramente sus viajes, si la vida pudiera durar un poco más.... Rode los ojos y volví a mi realidad para reir de su concepto con el que se dirigió a Cornelia "niñera" bueno sí, años atrás lo había sido, y en realidad era mas molesto que ahora, pero de pequeña me solía escapar de ella con mayor facilidad sin que mi padre reclamase al respecto porque finalmente su pequeña hija "era solo una niña", ahora todo era completamente distinto, y si desaparecía de la vista de la Dama y llegaba sola a casa me ganaba un buen escarmiento por parte de mi padre, con amenazas absurdas, de las cuales me reía poco despues de que el se fuera a su despacho. Todas exepto una.....

.-Hmmm si al parecer tiene muchas cosas mas interesantes que hacer, y a mi tampoco me agrada mucho el sitio, pero si tiene a bien dar un paseo por todos los jardines del palacio sería una gran idea, eso es lo que mas me gusta de este lugar, y hay un pequeño lago poco mas al norte, creo que el tiempo es perfecto-. sonreí con complicidad, si la mujer aquella reclamaba algo tenía una buena excusa para dejarla callada, me levante cuando el lo hizo hechando una última mirada a Cornelia que cotilleaba a placer perdiendose entre la multitud. Volvi mi vista a Lord Vestein y le tendí la mano hasta alcanzar la suya entrelazandola, su temperatura era algo mas baja que la mía, no lo culpaba, hacía algo de frío por esta estacion, y si venía de viaje, probablemente apenas se estaría acostumbrando al clima, aún así, el tacto fue agradable. Salimos por el ventanal hacia el extenso y fresco jardín, yo di un respiro profundo que atraía a mis pulmones todos los olores de la hierba llena de rocío.

.-Cerca de aquí hay un campo de lilis, y uno mas de tulipanes, las rosas adornan el perímetro del castillo y el paso principal esta cubierto de hojas verduzcas-. le expliqué caminando lentamente mientras veía todo el paisaje.

¡Qué calida su mano al tocar la mía! ¡Cuán llena de vida se la veía! Añoraba la vida, añoraba estar vivo del mismo modo en el que Amber lo estaba ahora, aunque mi vida estuviera gobernada por la falta de cordura. Salimos a un gran jardín de la parte posterior del palacio, y Ámber mencionó sobre las preciosas hojas y flores que desde allí nos guiarían hacia un lago al norte.

- No se si usted ha tenido el gusto de visitar Holanda y sus preciosos campos de tulipanes. Yo estuve hace unos años y volvería a ir en cualquier momento, es algo precioso.

Caminamos juntos pisando alguna que otra hoja que el otoño había arrancado de los árboles, y en poco tiempo nos habíamos alejado del bullicio de la clase alta en la fiesta de palacio.

- ¿Sería estupendo disponer de una eternidar para recorrer el mundo en busca de las preciosidades que en él habitan, verdad?. - Dije, suspirando, a la espera de la respuesta de una humana que podría tener la oportunidad de transformarse voluntariamente, lujo que yo mismo no obtuve por parte de mi creador.

La propuesta obtendría una respuesta afirmativa de no conocerse el otro lado del filo de la eternidad, los riesgos y sacrificios. Mientras andaba, los animales se inquietaban a mi alrededor, oía a los gatos bufarse y correr agitando los arbustos, a los lobos aullar y a los grillos ir a cantar a otro lugar. La naturaleza me rechazaba, a pesar de que yo la amara fervientemente.

Observé a la chica que ensimismada jugueteaba con todo a su alrededor, algunas hojas, flores altas, mechones de su precioso cabello....por un momento pensé en si sería capaz de hacer a alguien feliz, cosa que no logré con Diane, mi esposa humana, sin que mis seres preciados pereciesen o me abandonaran al conocer al monstruo que devoraba mi alma. Abandoné rápidamente el triste pensamiento para centrarme en los deleitosos movimientos de la joven, tan bellos, tan llenos de vida...a traves de sus gestos y sus grandes ojos, fui capaz de ver la vida después de tanto tiempo.

Mientras caminaba iba recogiendo algunas florecillas y las olisqueaba como una niña, era inevitable, había cosas que no muy a menudo podías hacer cuando estabas dentro de un claustro vigilado por tu familia real y muchas mujeres sin sentido de la alegría, pensé en Cornelia inmediatamente, se enojaba por cualquier cosa, incluso porque yo me pusiera a recoger unaflor del suelo, bah.

.-No milord, no he tenido el gusto, sin embargo he ido a los jardines Irlandeses, una verdadera preciosidad, Irlanda es mi lugar favorito, pero no dudo que Holanda sea como usted dice, un paraíso, y precisamente de tulipanes! Mis flores favoritas, aunque no poseen olor alguno, son preciosas, su forma y sus colores, además solo se dan una vez, son únicas y especiales-. me encogí de hombros y segui mi caminar, esta vez desviandome de la senda del camino hacia un pequeño laberinto rodeado de un prado extenso, no era muy dificil salir de nuevo y ya sabía los caminos al derecho y al revés.
Caminando hacia allí escuchpe su pregunta y medite unos momentos antes de contestar con las palabras adecuadas.

.-Amo la vida milord, porque tiene muchas sorpresas, sin embargo he de confesarle que la eternidad sería un precioso regalo, tener el tiempo suspendido ante tus ojos y visitar todos los lugares que puedas imaginarte sin tener que preocuparte por no llegar a conocer alguno ya que tienes todo a tu disposición....... bueno en realidad no se como sea eso de la eternidad, ni si sea posible obtenerla, pero si asi fuese le confieso con toda la sinceridad que usted merece que me parecería una idea muy tentadora... por diferentes circunstancias-. dije entrando casi sin darme cuenta al laberinto, pasee mis manos por las verdes hojas que cubrían las paredes de aquel recinto y mi mente pensó en mil cosas a la vez "inmortalidad" "conocer lugares" "vida eterna" "tiempo suspendido" "ver pasar el tiempo en los demás pero no en tí" ahí me detuve, y supe que nada me ataba realmente a mi corta vida, vería morir a mis padres pero para ellos yo era un objeto de valor para preservar el dinero, así que no llevabamos lazos fuertes entre nosotros, y no tenía mas familia cercana, asi que.... ¿Que mas daba? pensé, mis sueños eran ser simplemente feliz, vivir una vida que fuera la que yo quería, no la que la sociedad me imponía, tener.... una familia, y lo mas imposible, amor.....

De pronto regresé a mi realidad sacudiendo la cabeza y me percaté de que iba unos pasos mas adelante que Lord Vestein, me detuve en seco para esperarle y me sonrojé un poco al notarlo viendome fijamente como si estuviese estudiando algo o haciendo conjeturas serias, otra cosa que no me pasaba a menudo, pero era como si.... de acuerdo, no podía explicarlo muy bien.
Sonreí y mire hacia el piso y luego volví mi vista hacia él .-Lo siento, me ha dejado pensando un poco en esto, y usted ...¿Quisiera poder tener inmortalidad?-. le cuestioné tomandolo del brazo para no volver a adelantarme sin darme cuenta, era más alto que yo, algo intimidante, pero una parte de mí se sentía bien a su lado, confiada, segura tal vez.

Cómo se notaba que la chica no conocía los riesgos de ser inmortal. No se los había planteado, ya que era algo inalcanzable para ella. Por lo visto, no conocía a los vampiros o al menos no creía en su existencia.
Tras juguetear por un laberinto que había en un extremo del jardín, volvió a mi, a agarrarse en mi brazo fuertemente, como si temiera perderse.

- Yo...yo no la desearía. En todo lo bueno siempre hay algo malo, ¿Qué me dices de ver morir a todos tus seres queridos? ¿que hay sobrevivir a todo lo que amas?. Podrías ver todo el mundo, pero, ¿y después qué? No te quedaría otra cosa que el vacío, el aburrimiento, otra rutina, nada. - le dije, mirando al suelo mientras caminaba cogida a ella, sintiéndo su corazón palpitar como si se tratase de un bombo en mi cabeza. La mía era una concepción muy pesimista, a la par que real.

-Pero para aburrirse ya necesitarías estar vivo más de 300 años. Si de repente un día despertases inmortal, lo mejor sería asumirlo y exprimir la vida hasta la última gota. Hacer todo lo que quisieras hacer, sin miedo a perder nada. ¿Has leído algún libro de vampiros, señorita Amber?

El lago comenzó a hacerse visible para ambos, y la noche estaba avanzada, reduciendo drásticamente la visibilidad en esta zona, a excepción de algunas farolas y la gran luna golpeando la superficie del lago y alumbrándonos con su luz. El hambre comenzaba a tentarme para que me alimentase de la joven chica, y después, como recompensa o castigo, convertirla en uno de los míos o dejarla morir desangrada en aquel bellísimo jardín.

.-Seres queridos..... lamento tener que decirle milord, que no cuento con tales aludidos, claro si usted no considera a una yegua un "ser querido" entonces no creo que haya problema por ese sentido, sin embargo.... no se, sería cosa de pensarlo un poco, tampoco es cuestión de tomarse a la ligera, hay.... planes que tengo... -. inspire hondo antes de volver a hablar, pero no pude evitar que las palabras fluyeran de mi boca como un río de fina corriente. .-Quisiera tener una familia.. hijos, alguien a quien amar y esas cosas, pero me temo que es improbable que algo así llegue a ocurrir conmigo, así que... bueno no se, creo que ya he hablado de más-. le confesé.

Su siguiente comentario me pareció algo extraño, pero hice caso omiso para responder su pregunta apenas acabó de hablar. .-Milord... bueno.... sabe que esas cosas están "prohibidas" sin embargo.... sí, alguna vez supe algo de esos seres, no se si sea cierto ya que nunca me he topado con uno, y no se si sea posible, mas no niego la posibilidad de que existan, todo puede pasar ¿cierto?-. me encogí ligeramente de hombros .-Lo que se de eso es que son seres que succionan sangre para vivir, sangre humana o animal, pero generalmente es humana, que pueden llegar a convertir a alguien cuando han bebido de ese alguien suficientes veces, no se mucho sobre el proceso, eso y que son criaturas de la noche, podrá saber que mi información no es muy basta debido a la falta de literatura que hable de cosas "extranormales" o que la gente cerrada no concibe como una posible realidad-. dije con un hilo de voz, había leido cosas, mas cosas, sin embargo... yo no sabía que tan buena idea fuera comentar esos temas con alguien "desconocido" la mayoría de los que conozco me tirarían a loca hablando de ello.

Me senté al fin sobre el fino cesped, extendiendo mi vestido cuan amplio era para estar cómoda, miré el lago que se extendía cerca de nosotros y pensé en esos seres de oscuridad, o al menos eso decían los libros, "Malditos sean aquellos seres venidos del infierno a saciarse de la escenacia de la vida humana, aquellos que no mueren, que preservan su vida robando la de los demás sin sentido de culpa" ¿Sería cierto? ¿En realidad esos seres serían oscuros?¿En realidad su inmortalidad sería tan placentera como los libros decían? ¿Y si, como lord Vestein decía, se aburrían? qué de los convertidos? los que no habían elegido tal "cruel" destino?, y qué si alguno de ellos sentía también, acaso es que no podían profesar amor? tristeza? odio? rencor? y si asi fuera....¿No se podria cambiar el destino de alguno de ellos?.