Libertades o condenas || Privado

por **Dawn Nimmet** Dom Nov 30, 2014 11:30 pm

Iba de camino al mercado ambulante, tenía cosas que hacer ese día. Por la mañana regresaba de mi casa y ahora iba de camino al mercado para poder comprar lo necesario para la despensa en la casa, además de lo necesario para practicar alguno que otro hechizo, puesto que estaba bastante agotada y no tenía muchos ganas de hacer nada para el resto de la semana. Definitivamente sería un día como cualquier otro. No estaba interesada en tomar el camino más largo, pero el camino corto estaba lleno de peligros así que por ciertos problemas que quería encontrarme tuve que ir por todo el centro hacia el mercado, mi destino no estaba cerca y en realidad tendría para rato fuera de mi hogar.

Caminaba a paso promedio, no quería correr pues me agitaría demasiado y tampoco iba a paso muy lento puesto que eso era lo que quería evitar, para mí el tiempo era lo que menos me sobraba después del dinero y la única manera de conseguir dinero sería aprovechando todo lo que fuera en trabajar. No había dormido en casi veinticuatro horas por quedarme hasta tarde pensando en aquella plactica con aquel hombre, su familia, su ser, todo de él, pero la paga lo merecía ya había conseguido mi libertad, aun cuando eso significo grandes tormentos en una sola noche, eso era lo único que me seguía dando fuerzas para no caer en el suelo, del cansancio. Tenía en mi mente todo lo que debía comprar, era lo único en lo que pensaba mientras iba caminando, trataba de no distraerme pero habían tantas cosas para disfrutar y que me estaba perdiendo por mi terquedad e insistir en no dejar de trabajar pero realmente lo necesitaba.

Observé varias familias, algunas mejores que otras, parecía que aquel día en particular habían salido todas las familias felices o sería que yo solo me fijaba en ello, pero fuera de mi imaginación parecía haber felicidad rodeándome, no sabía si debía ponerme feliz o solo quería recordarme que yo estaba prácticamente sola en el mundo por más que me duela. Opté por mostrar una pequeña sonrisa, tal vez no era la más sincera, pero servía para adornar la realidad. Llegué a una calle algo desolada, me sentí más cómoda aunque últimamente la soledad era casi todo lo que tenía, vi un par de jóvenes y traté de alejarme de ellos, por simple cortesía mientras doblaba en la esquina.

por **Achilles** Miér Dic 03, 2014 2:10 pm

La caminata lenta de Achilles demuestra la infinita paciencia que posee gracias a los milenios que lleva encima. Su libertad de atravesar el mercado junto a tantas personas se debe a que el ocaso ya ha tocado horizontes y el Sol pareciese ser meramente halos que poco a poco van siendo tragados por la oscuridad de un anochecer que da paso a cientos y miles de estrellas en el firmamento que poco a poco se tiñó de azabache.

En su rostro la seriedad abunda así como la elegancia que despide al ir de traje gris y camisa albina, una corbata que funge como el perfecto detalle de aquella vestimenta singular que evidentemente no todos los presentes pueden poseer. Distinción de jerarquía económica era fácil de percibir y sobre todo de ejecutar.

Aun cuando no se alimenta de frutas, de carnes o lácteos… Simplemente la distracción de inundarse de gentío, sentirse acompañado ante la soledad que promueve su corazón de roca y la curiosidad que lo lleva a estudiar a la gente no parecen ser razones tan descabelladas para tenerlo ahí… Caminando sin problema, con calma y sobre todo siendo casi como una simple sombra que se desvanece ante la apresuración de cada personaje en el mercado ambulante que van empujándose unos a otros por los costados del vampiro.

Entonces sucede y logra percibir pensamientos tan asquerosos que se acompañan de voces que mantienen una esencia repugnante que pronto le hacen girar su rostro para encontrar de donde provienen dichos ecos. Su cuerpo se dirigió hacia los callejones donde entonces descifró el motivo de la excitación de los patanes: una mujer. Vaya pedazos de inmundicia animal, víctimas de la ignorancia y los impulsos salvajes que casi siempre dominan a los de su especie… Imbéciles.

Envuelto en sigilo, su anatomía permanece bajo el abrazo del misterio y las tinieblas hasta ver como una mujer es seguida por estos tres jóvenes. Enfermizo sería adentrarse más en las mentes de estos chicos, pero definitivamente habrá que hacer algo en caso de que se necesite… ¿por qué? ¿Por qué evidenciar su superioridad en rapidez, en fuerza, en naturaleza por una simple humana? Quizás y solo quizás…

Una esencia de bondad se tatuó en aquel corazón oscuro… Aun cuando antes, así como se le dio la felicidad… Se le fue arrancada con un abandono que se llevó todo tan dolorosamente como sentir la sombra de alguien ser arrancada por las garras de la amargura.

por **Dawn Nimmet** Mar Dic 23, 2014 1:58 pm

Los caminos del señor siempre eran bien misteriosos. Sabía que por ellos me llevarían al infierno o al cielo. En realidad me siento como un alma atrapada en el purgatorio, no sabiendo que pasaría en cuanto todo esto acabara. Me enteré de lo de Markus finalmente, que horrible ser o no se si debo perdonarle. Solo sé que me mintió, al principio no quería creer en las palabras de aquel demonio, de Santhiago, pero cuando vi en los ojos de Markus la verdad, mi corazón entonces se disipo, se hizo añicos en mis más eternas sombras. Tuve que parar mi caminar. Tenía que recuperar el aire y los tacones me estaban haciendo añicos los pies. Paré, sentí el dolor recorriéndome las pantorrillas hacia arriba hasta desaparecer poco a poco. Bien, volví a caminar pero fui arrinconada de un momento a otro por tres jóvenes que al parecer eran de la clase obrera.

¿Qué querrían? Intente quitarme de en medio pero ellos me volvieron a arrinconar contra la pared, sin darme lugar a que me pudiera defender ya dos estaban sujetándome de los brazos, forcejeaba, pedía a Dios Jesucristo que me ayudara, rogaba ayuda que proviniera de algún lugar, pero recibí una bofetada que dejo mi labio prácticamente sangrante, estaba atrapada y no podría ver ninguna salida, uno iba a besarme y cuando acerco sus labios a los míos, le mordí raudal, inquieta y le propine un rodillazo en su entrepierna, fui soltada y de repente me encontré libre, salí huyendo para poder esconderme, pero uno de los tres hombres seguían al acecho, me siguió y me tiro al suelo con el encima mía para así que no pudiera dejarme escapar.

-¡DEJEME! ¡Por favor! ¡Déjeme! –Pedía ayuda al aire pero parecía que este era el fin de mi propia dignidad. Mi cabello estaba enmarañado y desordenado, mi coleta a media altura ya no era una coleta, estaba incluso mi vestido hecho un desastre. Espere que al menos mi maquillaje no se hubiera corrido y tuviera el chorrete negro del pincel a carboncillo. No era materialista, sentía que al menos no me tomarían como una pordiosera. Ayuda! Pedía, pero nadie seguía viniendo aunque, si fuera un milagro la ilusión que vi, fue, a un hombre de bellos ojos claros y cabellos oscuros, yo intentaba forcejear una y otra vez, recibí de nuevo otro bofetón en la cara y cuando el acosador sobre mi cuerpo se incorporaba, bajándose los pantalones fue cuando me arrastré hacia atrás, yendo hasta una esquina mientras querían que no me moviera, cogiéndome del pie, yo queriendo que me lo soltara y solo quería cerrar los ojos y pensar que esto era una pesadilla.

por **Achilles** Vie Ene 09, 2015 2:52 am

La cólera no tardó en apoderarse de él. Realmente aquellos tipos habían despertado su monstruo interior ya no solo por sus pensamientos que eran fácilmente legibles por el sabio, sino ahora por sus acciones; querer abusar de una dama así a plena luz de la luna y en la calle como si fuese una obra cualquiera... Inmundicia, salvajismo y perfecta muestra de la inferioridad humana, ¿Cómo es posible que criaturas tan grotescas sigan pisando la Tierra y no hayan muerto a manos de su propia ignorancia? Peste... Eso son aquellos imbéciles.

Sin embargo, a contrariedad de todas esas emociones que invadieron el cuerpo del trajeado. Su anatomía y rostro muestran serenidad, algo que evidentemente ejerce evidencia en su superioridad intelectual al saber manejar el momento y por ello, con simple arranque empieza a caminar lentamente a donde el tipo yace haciendo su asquerosidad con la mujer -Maldita porquería... Creerte superior por tener fuerza bruta pero carecer de una inteligencia y un juicio propio de un ser viviente... Me das asco- recita con claridad y fuerza, clavando sus orbes en el patán que se detuvo unos segundos y no hizo otra cosa que poner una cara de terror.

"Dolor..." medita con cierto placer, fomentando una concentración mínima que aglomera distintas descargas que se liberan cual proyectiles atacando directamente el sistema nervioso del individuo, haciéndolo salir disparado metros atrás para así proseguir con el andar del inmortal -Escucha tus gritos, arrepiéntete de la falta de cordura y abraza al dolor... Porque esta noche vas a perecer como la escoria que eres- y así en eco se expande los crujidos de garganta, de huesos y nervios que uno a uno se van desplomando, atrayendo a los otros dos idiotas que del mismo miedo quedan paralizados para luego ser atraídos por el mismo efecto una vez que las pupilas del "salvador" se fijan en estos.

De rodillas, casi idos y ejerciendo un ruido tan terrible por el dolor que sienten. Con gusto y placer el misterioso ser va despojando de las sensaciones a cada uno de ellos hasta dejarlos al borde de la muerte, retorcidos del dolor y sin el premio de irse al otro mundo -Matarlos sería premiarlos con el descanso... Así que escuchen bien, enfrenten sus pecados y muestren sus miserables vidas como lo que son realmente... Bienvenidos a la oscuridad verdadera- Y con esto último el de cabello oscuro vuelve a ejercer la misma presión sobre sus sistemas nerviosos, más esta vez atacando los cinco sentidos de los tipos, aniquilándoles el sentido del tacto, del gusto, del oído, ojos y olfato. Hundiéndolos en el infinito martirio de quedar vivos bajo la mismísima oscuridad.

-Ahora vete... Estás a salvo- observa a la chica en el suelo sin mostrarse tan atento con ella, simplemente cerciorándose de que no tenga daños fuertes -No debes estar cerca de un monstruo como yo- aconseja antes de simplemente quedarse ahí parado, observando su obra cuando los tres cuerpos empiezan a caminar sin sentido, chocando entre ellos y las paredes sin poder siquiera gritar de dolor o desesperación... Hundidos bajo la espada justa de alguien que sin motivo alguno decidió ayudar a una humana.

por **Dawn Nimmet** Vie Ene 23, 2015 5:23 pm

No era respondida debido al shock que sufría.

Estaba pensando en cuanto más tardaría en atacarla pero parecía que después de aquellas palabras que le dijo, parecía que era diferente - ¿No me hará daño? –Se lo pregunto cómo quien tiene miedo de un monstruo. Hay gente que dicen que los vampiros, ¿Qué gente? Solo ha conocido a varios entre los cuales se encuentran quien la salvo, Santhiago y la hermana de dicho sátiro y cruel personaje. Ella estaba disfrutando de una linda libertad y ahora había sido atacada y salvada. Claro que no la haría daño. Él personaje estaba ahí delante de ella sin acercarse demasiado – Usted….está lejos de llamarse monstruo parece ser –Dijo con sinceridad cuando ya no estaba temblando en el suelo y estaba un poco más consciente de lo que estaba pasando a su alrededor.

Ya no había nada de lo que pudiera tener miedo. Sentía como que tenía que seguir adelante pero aun estaba en shock. No podía moverse y lo único que hizo fue recostarse sobre la pared, recostarse y respirar como si no lo hubiera hecho durante varios días seguidos, o si hubiera estado sumida en un sueño eterno del que nunca había despertado.

Cilo había sufrido demasiado. Siempre creyó en el tipo de gente buena y sincera y que solo podrían ser humanos. O seres sin poderes pero con virtudes y defectos. Esta noche vio a una persona que le había salvado la vida y no sabía nada de Markus. ¿Qué paso? Pensó en levantarse, quería hacerlo pero no podía – Lo lamento, desearía levantarme, pero por algún motivo, mis piernas no me responden….- Dijo, con cansancio. Estaba débil y eso nunca le había pasado jamás. No sabía porque. Quizás era por el miedo o porque necesitaba ayuda, a confiar. Podría haberla salvado de la muerte…una vez más, pero a lo mejor por algún pasado oscuro, no se atrevía a que su cuerpo respondiera como era debido.

por **Achilles** Lun Ene 26, 2015 11:16 am

La respiración del inmortal se tornó lenta, sus ojos se cerraron una vez que los individuos terminaron por perderse en la infinita oscuridad de los callejones y sin preocupación alguna simplemente dirigió su vista hacia la mujer, observando como lentamente y de forma débil se recargaba en la pared -No sabes lo que dices. Te he salvado, no me debes nada... Solo no alimentes tu ingenuidad o tu ignorancia pensando que no soy un monstruo... Y no, no te haré daño- sus palabras tajantes le llevaron a dar un paso al frente intentando retomar caminos separados con la fémina, sin embargo, no pudo ignorar como su movilidad era literalmente imposible.

Giró su rostro y observó por encima de su hombro. Luego con sus ojos grises pudo adentrarse en ella empezando a estudiar su alma poco a poco, inclusive sus pensamientos, esos que extrañamente y casi de manera paradójica no lo juzgaban como un monstruo. Que maravilla, una humana sincera con sus palabras.

-Debes tener un parálisis debido a la fuerte impresión de hace unos minutos- Redirige su cuerpo hacia la doncella, agachándose con cuidado para tomarla en brazos con su rostro perfectamente serio -Vendrás conmigo- frunce el ceño al decir esto pues a lo lejos pudo escuchar como la gente gritaba aterrorizada por los idiotas que en su perdición se mezclaron entre la multitud. Evidentemente, habían entes que se dirigían hacia donde la fémina y él estaban.

-Si nos quedamos te harán muchas preguntas y dudo que tengas la capacidad de afrontar otra situación bajo alta presión- Con cierta velocidad se adentró en otros callejones, llevándola junto a él sin problema alguno pues su inhumana fuerza le brindaba la facilidad de cargarla cual saco de monedas -Mi nombre es Achilles- musita entre caminos.

Ambas fisionomías internadas en los distintos parajes de Francia terminaron por salir hacia la calle principal que como destino forjaba la zona residencial. Rápidamente dobló algunas cuadras hasta llegar a su recinto; una magnificencia de construcción que constaba de varios metros cuadrados resguardados por una alta muralla. Como entrada rejas negras daban la bienvenida

-Bienvenida- dice de forma seca -Puedo dejarte en un hostal o el hospital si deseas o puedes entrar conmigo y dejarme eliminar los recuerdos de hoy para que puedas seguir tu vida, para aliviar la carga de Markus- Dictaminando esto último sin tacto alguno. La mente de la chica era un libro abierto para el egipcio.

por **Dawn Nimmet** Lun Feb 23, 2015 8:52 am

-Achilles….es bello –Sonreí observando la belleza de quien me salvo de aquellos gandules –he estado con…gente como tú, gente que si me ha hecho daño pero tú, decidiste salvarme –Le propine un beso en su mejilla y sin darme cuenta habíamos llegado a lo que parecía una gran mansión de piedra negra y con una arquitectura lúgubre pero atractiva, misteriosa, seguramente como él - ¿Markus? – Me quede anonadada al escuchar ese nombre, no pude evitar acurrucarme en su pecho, pero me baje enseguida de sus brazos y estando de pie, volví a acurrucarme en el pecho de Achilles.

– No quiero estar sola….-Mi mirada contra la de aquel vampiro era fija y decidida, mi mano estaba acariciando la línea de su mentón con lo que pase mi lengua saboreando mis labios tímidamente – Creo que es mejor dejar los recuerdos que nos produzcan dolor para poder sentirnos vivos….-Puse una mano sobre mis labios, recordando con qué tipo de ser estaba – Lamento mi indiscreción, no pretendía…ofenderos…si os he ofendido de algún modo….-Seguía mirándole, muy fijamente sin perder detalle alguno de la intensidad de la mirada ajena -¿Estarás conmigo? Al menos esta noche…sé que no…nos conocemos y que te debo la vida…y mi dignidad…-ladee mi cabeza hacia un lado, encogiendo los hombros por el frio y me abracé a mí misma.

La suave brisa era aterradora a la vez que tentadora de entrar en esa casa. Era como si mi destino hubiera estado siempre atado a la locura y a la sumisión de los seres de la noche, de los seres a los que pertenecía Santhiago, Achilles…

Achilles ¿sería diferente? No había parado de mirarle, aún estaba mi hombro desnudo por el roto del vestido contra su la inmaculada apariencia de su traje. ¿Sería diferente por dentro? Vaya me sonrojé, miré hacia mis pies. Espero que el esquivarle no le haga pensar erróneo. Cuando pensé por dentro, me refería a su alma...o su forma de ser….pero me ruborizaba demasiado – Lo...siento…-le miré como pude, aun estábamos en la entrada de su mansión – Pensé….algo que me produjo curiosidad –reí y entonces me separé de él, observando con más detalle la mansión y las puertas se abrían de las fuertes manos de dos criados.

Bueno, alguien no estaba tan solo como yo lo estaba.

Lamento muchísimo la demora Achilles.

por **Achilles** Vie Mar 06, 2015 9:26 pm

Su mente era un total descontrol, tanto lo que meditaba así como lo que salía de su boca de una forma estaba sincronizado pero a su vez no... Era difícil de entender, de explicar pero sin embargo era sincera y eso era lo que contaba -No te preocupes- dije con calma una vez que ella se trabó pensando que me sentiría ofendido por escuchar la palabra "vivo"… Si supiera que ya han pasado tres mil años y aun así no dejo de asombrarme por la raza humana, sin embargo, sentirme herido por esa expresión sería algo primitivo pues al contrario de lo que ella pensó, terminé por esbozar una efímera sonrisa debido a la gracia que me causó.

-Está bien, es tarde y debes de descansar... Yo me encargaré de evitarte las pesadillas por lo ocurrido hoy- Dije con calma una vez que me quité mi saco y se lo coloqué alrededor. Su ropa estaba hecha harapos por culpa de aquellos imbéciles y sería mejor cubrirla antes de que se enferme.

Posicioné fijamente mis ojos grises sobre los de ella, entonces modifiqué un poco el entorno de tal forma que cree un par de ilusiones en su cabeza. Dos criados abriendo las puertas, era mejor que se sintiera en confianza pues sería ya bastante tétrico que supiera que vivo solo desde el fallecimiento de mi única amiga -Sé lo que pensaste- dije cuándo empecé a caminar junto con ella, creo debo dejar de meterme en sus asuntos... Pero simplemente es imposible.

-No diré que soy bueno, pero si que soy mucho más inteligente de lo que parece ser una experiencia anterior tuya... No beberé tu sangre, no te maltrataré ni tampoco te violaré... Simplemente cuidaré de ti por esta noche, luego seguirás tu vida cómo si nada de esto hubiese pasado-

Nos adentramos a la mansión. Las puertas se cerraron y entonces le indiqué el camino al segundo piso donde suavemente iba yo mismo prendiendo una a una las lámparas de aceite para facilitarle el pasaje hasta la habitación principal... La mía.

-Tómate un baño- dije al abrir la puerta y entonces indicarle donde estaba el baño -No tengo ropa de mujer, pero puedes tomar una de mis camisas por el momento- me giré hacia mi vestidor, tomé una de mis prendas blancas y se la entregué -Ahora iré para colocarte el agua- así bajé por los escalones hasta la cocina, donde llené dos vasijas con agua y las puse a hervir mientras una tercera se estaba llenando con agua fría.

"Es una humana que necesita guía... Su misma inmadurez e inocencia juegan en su contra, debo mantenerme al margen... Aun cuándo..." apreté mis manos sobre una de las vasijas, sintiendo inclusive como se cuarteó por la fuerza que implemente; así pues, todo listo tomé los tres instrumentos como si fuesen plumas nada más y con cuidado regresé al cuarto para así colocar el agua sobre la bañera, llenándola lo suficiente para que el cuerpo de la mujer quedase cubierto y con la temperatura tibiamente justa.

-Por favor, adelante. Ahí tienes toallas y podrás usar mi camisa como blusón- terminando entonces por dirigirme fuera, cerrando las cortinas y quedándo sentado en la cama, dándole la espalda a la puerta del baño.

No te preocupes. Estoy disfrutando este tema cómo no tienes idea; Disculpa ahora tú la demora. Un beso.

por **Dawn Nimmet** Sáb Mar 07, 2015 12:34 pm

Achilles era como había pensado. Un caballero que ofrecía cobijo espontaneo a toda una desconocida y además se había ido dejándome sola en lo que parecía su habitación principal. Era brillante y lujosa. Mi habitación era triste y sin color, olía a soledad pero aquí, se notaba que había actividad diaria, que el dicho Achilles disfrutaba de cada momento en este lugar. Sujetaba una de sus camisas entre mis manos y no pude evitar oler a…perfume, pero ni rastro de su aroma corporal.

Claro, los vampiros están muertos ¿Por qué deberían de oler? Observe el resto de la cómoda que estaba complementada con figuras o pequeñas esculturas. Algún retrato pequeño o dos libros, uno sobre otro, pero me encontre algo que había olvidado mi mente desde hace mucho tiempo – Un astrolabio…Increíble…-Hacía tiempo que no veía nada como lo que sujetaba ahora entre mis manos.

Los recuerdos de mi anciano padre y mi abuelo, estando conmigo navegando por el ancho mar, observando las estrellas y con puros toques mágicos, llegábamos sanos y salvos a los puertos de Escocia – Se parece al antiguo astrolabio de padre –Susurré entre mis labios para mí misma, acariciando la manilla de la latitud y sintiendo el metal contra la suavidad de mi piel. Note que ya no estaba sola, que Achilles aparecería de un momento a otro. Deje el instrumento en su sitio y como supuse, Achilles apareció cargado de agua – Dios mío…yo…siento causarte….bueno….-Hablaba, creyendo que lo hacía con una voz elevada pero solo murmuraba para mí sin que le llegara al vampiro. Le vi llenar la tina y asentí a lo que me dijo y después verle sentarse en el borde de aquella cama.

-….- Estaba tan confusa que mis pies no sabían hacia donde moverse. Analicé la situación rápidamente y tenía la chaqueta de él sobre mi cuerpo y mi vestido medio destrozado. Él me había preparado un baño seguramente con agua caliente y él se había apartado.

“…Hacia donde vayas, será hacia donde termines, con libertad o con una condena en tu destino…”

Jugaba aun indecisa con los mechones de mi castaño cabello. Pensando en lo que aún tenía que hacer, pero comencé con quitarme su chaqueta, la dejé encima de la cómoda y estirada con cuidado. Me eché lentamente los cabellos hacia atrás y mis manos se dirigieron hacia el escote pero los nudos se habían enredado entre sí, estaban hechos un desastre. Intente tranquilizarme y sabía que tenía que pedirle ayuda a Achilles pero ya sería demasiado. Estaba con un vestido pálido y embadurnado de barro, el hombro izquierdo descosido a mala manera por la ansiedad del animal apasionado y el derecho casi por el mismo camino. Mi escote deshilachado pero fuertemente atado.

Me deje llevar como el ciervo a su pequeña trampa en el que acabará su vida. Mi vida, había acabado, posaba mi mano sobre la amplitud de la espalda de Achilles en silencio, mis piernas estarían cerca de su rostro, algo impropio en mí, pero su silencio me atraía como insulsa muchacha inocente - ¿Podrías cederme una mano….-La sonrisa era tranquila y no tartamudeaba. Un silencio entre ambos era todo lo que necesitaba en ese momento, dándome la vuelta y ocultándome de su rostro mientras arrastraba mis cabellos hacia un lado – Con las cintas del vestido? – Donde ahora yo sentía la tensión de la espera, observando las hermosas cortinas de raso oscuras y enfundadas con un hermoso estampado de Lys dorado oscuro.

por **Achilles** Jue Mar 12, 2015 1:02 am

Mis manos se entrelazaron para luego dejarme recargar mi mentón sobre éstas; mis ojos grises quedaron fijos sobre el marco del ventanal mientras supuestamente yo esperaba paciente para que la chica terminara por tomar el baño. Mis recuerdos empezaron a venir hacia mí, era como un Deja Vu que no me dejaba en paz, acaparando toda mi atención puesto que no pude prestar nada hasta que soy interrumpido cuando la humana se me acerca con una extraña petición.

Asentí sin decir nada, le miré fijo y entonces cuándo se da vuelta puedo ver su vestimenta maltratada por la bestialidad de los imbéciles que están por de más de mencionar. Mis manos que son tan frías como el alma que ya no poseo empezaron a ayudarle con los listones, soltando uno a uno estos mientras que cada vez más se me dificultaba mantener la serenidad aun cuándo los milenios me respaldan y aun así aquí estoy... Cómo un absurdo humano, porque quizás soy inmortal y poseo la sabiduría de milenios, soy el depredador más letal en la cadena alimenticia.

Soy un ser de la noche, pero sigo siendo un hombre.

Mis ojos recorrieron su cuerpo una vez que la tela cayó hasta sus pies dejándola desnuda ante mí. Tragué un poco de saliva y entonces coloqué ambas manos sobre sus hombros sintiendo una descarga eléctrica por todo mi cuerpo hasta que me puse de pie; dejé salir un suspiro y me limité a decir -Listo- dando un paso al lado para moverme y darle la espalda, no quería verla a los ojos, no quería apreciar ese escultural y perfecto cuerpo que escupe en mi cara la palabra "perfección".

Apreté mis manos y traté de calmarme, no quería siquiera respirar pues su aroma me atraía como la esperanza al perdido, como si fuese algo que desafiara toda mi inteligencia y me hiciera recaer en los impulsos humanos que me persiguen al ser desgraciadamente parte de mí... No, no quiero su sangre ya que no planeo quitarle la vida o peor aun, condenarla a una existencia cómo la mía... No.

No quiero alimentarme de su cuello y sentir su sangre recorrer mi garganta hasta extasiarme de forma indescriptible, tampoco quiero que sea una esclava y listo... No... Nada de eso... Es peor, es muchísimo peor porque es algo tan primitivo que no me lo puedo permitir.

La deseo, la anhelo... No quiero tomar su líquido vital de color carmesí, no. Quiero tomar su cuerpo entre mis manos y estrujarla, quiero ver su boca y besarla hasta desgarrarnos los labios mientras que por un instante logro sentir el calor de su cuerpo mientras deslizo mi existencia no natural sobre su perfecta fisionomía. Quiero poseerla como mujer, hacerla tan mía como la noche y entonces sentir no solo ésta excitación sino culminar con un placer tan bravo que hacer hervir las venas de mi cuerpo muerto.

Girarme y ahí mismo empujarla a la cama para hacerle el amor y mostrarle que si la salvé de un infortunio fue para traerle a mis brazos y hundirnos sobre las sabanas de mi cama mientras me vuelvo su dueño por una noche, dominándola, haciéndola mía, controlándola hasta ambos recurrir al éxtasis y entonces darme cuenta que es más provechoso volverla mi amante que mi alimento.

Maldición, quiero hacerla mía esa misma noche. Hacerle el amor y enloquecerla de placer... Quiero hacerle tanto que al final estoy solamente ahí parado, sin hacer nada.

por **Dawn Nimmet** Jue Mar 12, 2015 8:01 am

-Uy…-Un escalofrío recorrió mi columna vertebral cuando sentí la tela acariciar mi cuerpo antes de ser vista puesta a mis pies en el suelo. El vestido ya era un harapo en el suelo, recogí del suelo las cintas e hice un moño con ellas en mi pelo para tenerlo recogido para el baño, que esperaba que no se hubiera enfriado, me tapé con la camisa de Achilles en lo que tardaba en ir al baño pero observe a Achilles, me estaba dando la espalda y no pude evitar pensar en si estaba en buenas condiciones – Achilles –Dije tranquila, colocándome bien cerrada la camisa conforme caminaba a su encuentro frontal.

- ¿Todo bien? –Susurré con suavidad, observe que estaba demasiado tenso así que dirigí mis labios a besar una de sus mejillas – Tranquilo, pase lo que pase, siempre serás aquel que me salvó y a quien sobre todo le debo la vida… –Volví a besarle en la mejilla y con esas tire la camisa al suelo a dos pies de distancia de donde él se encontraba, iba a darme aquel baño que me había preparado, entre en el baño, si, al parecer el agua aún estaba tibia con lo que no dude en meterme dentro de la misma, poco a poco, metiéndome en las aguas de aquella tina, pero no vi por ningún lado alguna esponja o algo que me sirviera para poder quitarme la suciedad de la deshonra de hace momentos atrás.

Es como si fuera una huella que en el cuerpo se tatúa, pero que en el tiempo no perdura, se va olvidando poco a poco, no era en cambio como el estar casada con un maniaco, el cual ahora está muerto, un asesino oculto en piel de cordero y su hermana fue la única culpable y la que pagó por todo. El abrazo interno a su corazón le rodeaba sus brazos, un abrazo que se dio a si misma por el recuerdo de que ahora estaba sola. Olvido la soledad que sufre continuamente. Sobre todo cuando no está con Markus o con Santhiago que solamente es para sufrir. Observo de lejos a Achilles. Sabía de su naturaleza y de lo que era capaz. Mi ingenuidad y necesidad de ser salvada me cegaron de inocencia con un depravador, un asesino de almas que se hace por la sangre humana. Comencé a temer por mi vida, pero ¿Cuándo me sentí tan en paz? O ¿Desde cuándo es que no me relaciono con la gente? Me calmó un poco. Tendría que estar alerta con él pero por lo demás había sido muy atento conmigo, mostrándome parte de su hospitalidad y me preparo él mismo este baño donde la templanza comenzaba a menguar – Achilles –Le llamé nuevamente – No quiero molestar, has sido muy atento pero gustaría de una esponja – Podría haberla buscado, soy un poco torpe, pero esperaba que no fuera ninguna molestia.

-¡Ah! –Noté como las cintas no aguantaban mi extensa melena castaña, extendiéndola por mi espalda empapada y cubriendo parte de mis senos que aun cubiertos estaban por el agua. Me estiraba como si de una bella sirena se tratase, me peinaba mis cabellos con una mano y la otra la estiraba como si quisiera alcanzar las estrellas y tocarlas por primera vez, pero esta noche las he visto en los ojos preocupados de Achilles. ¿Serian por mi presencia? ¿Por qué deseaba de mi vitae? Tenía mis dudas esta vez, teniendo mi cabello bien recogido esta vez hacia un lado nuevamente con las cintas. Las puntas se empaparon pero enseguida se secaron manteniéndolas lejos – Achilles –Comenzaba a sentir una adicción hacia ese nombre – Contadme de vos –Sonrío con la esperanza que de ser mi anfitrión un ser inmortal de la naturaleza, pudiera relatarme historias emocionantes – ¿Cuánto….-lamí mis labios para la formulación de una mejor pregunta - ¿Por cuánto habéis perdurado en la tierra hasta el momento? –Pregunte su edad, más bien ahora era joven y encantador, al igual que sus cualidades de saber preparar bien un buen baño – Acércate, sé que no me harás daño –Alce mi mano para que él se acercase hasta mí, para que pensara que podría estar sereno conmigo.

De algún modo me gustaba sentirle cerca.

¿Saben esa sensación de calidez de cuando se está cerca de alguien? Es como sentir que el mundo se ha silenciado alrededor de tu persona, te encuentras en un punto cero, en un punto en el que eres libre para poder seguir adelante y hacia donde tú desees, como si te incitara a dejarte a llevar con aquel con el que te sientes…en paz. Era paz, pero ¿Por qué era lo mismo con Markus? Ya le vi, siendo torturada de nuevo por Santhiago, el que me trata como si no existiera, solo mi dolor es el que desea distorsionar hasta que no haya nada más dentro de mi persona. En este momento, estaba dentro de una bañera y con Achilles guardando por mí.

Me sentía arraigada a quedarme esta noche con él.

por **Achilles** Jue Mar 12, 2015 5:09 pm

Mi quijada se mantuvo tensa al igual que mis músculos, mi espalda, mis manos sobre el mueble y técnicamente toda mi existencia una vez que la chica se acercó a mí usando mi camisa. Mis ojos no quisieron verle y no por considerarla poco digna de esto o porque no quisiera, sino porque temía de lo que haría una vez que apreciara su belleza envuelta en ese suave cobertor de fina tela con matiz albino que cual envoltura de regalo presentaba el perfecto cuerpo de mi huésped.

Me quedé indagando en mis memorias, tratando de recordar y más bien asimilar una razón por la que me resulta increíblemente sencillo arrancar el alma de un imbécil que intenta violar a una mujer pero me vuelvo un estúpido amante por el sexo femenino cuándo se presenta la oportunidad de salvar a la damisela en apuros; puede que sea uno de los seres con más inteligencia que existe, pero no dejo de ser un pobre diablo que sucumbe ante el encanto de una fémina.

-Ya mismo voy- dije con fuerza cuándo la escuché llamarme. Sentí maldecir y a la vez hipócritamente me alegré al tener que ir hacia donde ella; tomé una esponja de uno de los cajones y también una pequeña toalla, colocando ésta última sobre mi brazo mientras que ella seguía aclamando mi presencia y entonces pasó, entré al baño y la vi ahí con el cabello cubriendo sus perfectos senos, mostrando un cuerpo desnudo aun invadido por el agua de aquella bañera y mi instinto no pudo ser otro más que el de tragar un poco de saliva y entonces contestar -Si quieres que te cuente de mi se te irá toda tu juventud en eso- un chiste mal implementado -Dejé de contar cuándo cumplí tres mil años de existencia- añadí, tomando un banquillo y colocándolo detrás de la bañera, tomando asiento.

-Cilo no tienes idea de lo que estás haciendo- remojé la esponja en la bañera mientras que la toalla la puse en mi regazo para cubrir cualquier chapoteadero -Quizás no beba de tu sangre y te lo aseguro... No es mi misión o mi voluntad quitarte la vida- exprimí la esponja y entonces empecé a tallarle con suavidad su cuello, aspirando su esencia de mujer que en instantes embriagó toda mi difunta humanidad -Es solo que... Es difícil de explicar...- añadí con la voluntad inhumana al controlar mis anhelos. Lo que daría por ahí mismo hacérselo, ahí en la bañera.

Deslicé el instrumento por su cuello y rocé parte de su escote, no quise ir más profundo y preferí otorgarle el control a ella pues irrespetarla sería lo último que quisiera hacer -Cilo yo no te veo como alimento, soy más inteligente que eso- dije con un tono lleno de egocentrismo, quizás -Pero eres una mujer y vivo o muerto yo soy un hombre- acerqué mi boca a su oído, tomé con mis manos los bordes de la bañera fuertemente y con un especie de descarga eléctrica moviéndose por toda mi espina dorsal susurré -Por ello prefiero tomarte y hacerte mía... Hacer tu cuerpo mío... Hacerte el amor-

por **Dawn Nimmet** Jue Mar 12, 2015 6:08 pm

Nerviosa y cerca de perder mis principios como humana.

Atentamente le había escuchado para después exhalar un tímido jadeo mordiéndome después el labio inferior, apretado y tenso como las manos que sujetaban el interior de mis muslos sin poder evitarlo por los nervios que sentía en ese momento. Aún estaba quieta ahí, pensando que podía decir – Los deseos de Apolo hacia Dafne fueron expuestos enseguida y Zeus deshizo la obsesión de dicho humano con la desgracia de no volver a ver a Dafne…-Echándome hacia atrás me dirigía hacia él, queriendo estar un poco más cerca de Achilles y cuando alce la mano, acaricié su mejilla, moviéndola hacia su nuca lentamente y así poder besar la comisura de sus labios, pero que con torpeza besé sus labios, con sutileza para mostrarle una mirada de temor – Tienes que estar seguro de querer tomarme como tuya Achilles….-Mi brazo que estaba a su alrededor fue alejándose hasta quedarse apoyada en el cuello de aquella camisa entreabierta, no dejaba ver demasiado pero la línea de sus pectorales podía verse perfectamente.

– Te veo como un hombre sabio que tras ese largo tiempo sabe qué hará lo correcto…-Acariciaba sus cortos cabellos cuando volví mi mano hacia su nuca, jugaba con ellos hasta que puse mi mano en la toalla que reposaba en su regazo – Mas no deseo que me tomes por una mujer fácil – Dije con cierto temor a que pensara erróneamente de mí, estaba ruborizada – Me agrada saber que aún los hombres me desean, sienten esa atracción hacia mi…-Últimas palabras que podrían marcar mi sepultura, palabras susurradas que se acercaban a los labios ajenos diáfanos del deseo carnal que ansía el hombre por mera naturaleza.

Pero… mucha palabrería de que no me tomase por una mujer fácil. Yo también, en ese momento quería estar protegida por las alas malditas que llevara el ángel de la inmortalidad, quería sucumbir recíprocamente a la tentación de la noche, ya veía como mis manos le acariciaban por dentro del cuello de la camisa a la vez que me perdía en sus ojos llenos de historia.

- ¿Sabes? Puede que mi…juventud en estos momentos quiera conocer todo tipo de historias que el hombre desconoce o que solo conoce a través de las líneas y párrafos de los libros de historia, pero que….tu, en ti son escritas en tu alma de otro modo diferente… ¿Me equivoco? – Mi voz siempre era tranquila solo que ahora inflamaba querer saber de él, saber de aquel que tomaría el camino correcto – Achilles, Si tomas este cuerpo….¿qué pasará después? -Paré, necesitaba parar de hablar, sentía que mi cuerpo se inflamaba aún más – ¿Arderas siempre…que me veas así? ¿Querrás verme, a tu lado otra vez para sucumbir?– Perdiéndome en sus gestos inmóviles, sus fuertes brazos que fui acariciando con una de mis manos húmedas por el agua de la bañera, mojándole aquella camisa pero que acabe con las manos alrededor del cuello de aquella camisa suplicando que el ardor de mi cuerpo solo fuera a causa de la temperatura de la bañera - Asegúrame de que ambos vamos a perdernos por el fuego del deseo mutuo….- Aunque vi, que unas palabras llenas de deseo siempre es un sentimiento reprimido, en este caso durante varios milenios.

La aflicción me invadió pensando en que incitaba a los diablos a noches efímeras de pasión. ¿Era lo mismo con Achilles? O ¿Había sido repentino y verdadero? – Dime, Achilles…..-Susurraba y besaba su mano lentamente, subí mi mirada hacia su rostro, encogiendo mis brazos y apoyándome en una de sus piernas, acercando mi rostro al suyo, estando semi fuera de la bañera, esperando una respuesta – Solo dime Achilles. ¿Podrías simular una pasión que no sientes, una que sintieras con el paso del tiempo o simplemente arder juntos en el infierno? –Palabras susurradas pondrían el punto y final a la primera parte de la obra. Si habría una continuación, desearía que la hubiera en este mismo instante en las sabanas de su cama.

por **Achilles** Jue Mar 12, 2015 11:54 pm

Mi cuerpo paralizado quedó una vez que ella misma empezó a deslizar sus dedos por mi cuello hasta arrastrarme a la perdición de un beso sobre mis labios que entonces hizo explotar un sinfín de fuegos pirotécnicos que entonces me recordaron tres mil años después... El significado de la frase "Sentirse vivo" -La tentación de un Dios y el recelo de otro más poderoso fue una de las ironías no solo más grandes, sino también más recurrentes cuándo se trata de debatir el poder de una mujer sobre aquel que gusta de su cuerpo... Hombre, bestia o Deidad- entonces sucedió. Me besó, yo no dije nada.

Ella siguió hablando, envolviéndome en sus palabras que si bien yo entendía a la perfección, también me confundían de una forma tan exquisita pero a su vez tan maldita. Humana que ahora ha despertado en mí la curiosidad por saber lo que esa entrega por el simple deseo y capricho de querer hacerlo -Cilo, juzgarte me parecería algo absurdo... Soy un asesino, mato a los de tu clase y bebo su sangre... Lo he hecho por miles de años, juzgar tus principios sería algo que no solo evado sino que me resultaría contraproducente- Ella seguía admirando mi inmortalidad, quizás más de lo que pudiese admitir.

Observé sus manos, sus ojos, parte de su piel que aguardaba dentro del baño. Ella siguió hablando y no hice otra cosa más que esbozar una sonrisa que resultaba ser burlona -Créeme, eres una mujer más que simplemente "deseable"- y le miré fijamente.

-Es cierto que la historia pasó frente a mis ojos y puedo contarte tantas cosas que abrirían mundos inimaginables para ti. No echemos la culpa a tu juventud o a tu raza, sino agradezcamos que el tiempo y momento correcto de tu existencia es este porque he visto cosas muy hermosas pero también horrendas- Luego me preguntó -y con justa razón- el qué pasará después, sobre el futuro en el que ella y yo estaremos después de una noche como ésta.

Cerré mis ojos, fruncí el ceño y mi quijada se apretó. Sentí un flujo de fuego incandescente que revoloteaba por todas mis venas hasta hacerme sentir una cólera conmigo mismo cuándo sin tener que pensar mucho decidí que responder, sin embargo, en su insistencia mostró ese cuerpo desnudo salido ya de la bañera. Mis matices gris se fijaron en toda su piel, sus senos que por la gravedad caían agraciados y redondos; su esbelta cintura que caía como cono en esas caderas por donde hilillos de agua goteaban debido a su anterior estadía. Mi cuerpo por otro lado no tardó en responder y sin evitarlo me excité, me puse duro y sentí mi miembro golpetear mi pantalón por lo excitado que estaba. Maldita sea, deseo a esa mujer.

-Nada- dije tajante volviendo a mí -No recordarás nada, compartiremos esta noche y entonces no habrá un mañana conmigo. No amarraré tu existencia a la mía- suspiré mientras sentí sus caricias sobre mi cuello, mojando mi camisa -Serás mía, pero solo esa noche... Quizás vuelva a ti después pero tú no recordarás nada, seré otra persona para ti, sería como si esto nunca pasara y no por egocentrismo o por egoísmo, sino porque sé bien que es lo mejor para ti y me tomo la libertad de tomar esta decisión por ti pues inclusive olvidarás lo del callejón... el camino... este cuarto... este beso... Todo-

Abrí de nuevo mis orbes y los clavé en ella, alcé una ceja y por finiquito añadí -Siento una fuerte pasión y un deseo inhumano por poseerte... Pero será esta noche y solo esta. Si se repitiese, entonces volverías a olvidarlo... No es bueno, pero es lo mejor y es lo correcto- Acaricié su mejilla, ahonde mi mirada en la suya y por último susurré

-Es tu elección-

por **Dawn Nimmet** Vie Mar 20, 2015 12:27 pm

-No hay elección….Lo sabes, no habrá retorno, quizás el tiempo de fingir pasó también para ti que eres un insistente recuerdo en la memoria de todos, al llegar hasta el final, no me resistiré pues en ti quiero permanecer en ese recuerdo, tocaras el fuego de mi corazón y lo olvidaré como el silencio atrapa las almas en su trance antes de morir ¿Qué deseo y que emoción? ¿Dónde está la fuerza que encierra la pasión…si haces qué esta se debilita? No me saques ahora de un mundo lleno de sensaciones, el mundo, ahora, es nuestro Achilles –Susurro su nombre cuando en su voz había habido el comienzo de aquel libido que en aquel momento, mientras se había estado enrollando alrededor de su cuello, sin importarle que mojara la ropa completa de Achilles.

– Deja que nos perdamos los dos, ya estas….conmigo…-susurro entre sus labios, acariciándolos lentamente con los suaves roces de las yemas de sus dedos, observándolos, acabando por terminando en un beso en la línea de su mandíbula – Déjame crecer –le observó –Haz arder a esta flor que esta por florecer sangre aún pero que ha conocido la tortura, trátame cómo crees que debe tratarse a una delicada mujer….-Pero cuando Cilo intentaba mostrarse más cercana al vampiro, accidentalmente su mano se le resbalo colocándola justo en el musculoso muslo de su regazo izquierdo, queriendo peligrar con lo que había un poco más adelante. Cilo miraba hacia donde estaba su mano y repentina se vio envuelta en la tesitura de lo que iba a hacer con Aquilles.

El rubor de sus mejillas desveló la situación incómoda que apareció para ella, pero ¿Por qué ahora? ¿Por qué en este momento? Noto su cuerpo removerse por dentro, aún tenía la mano ahí, cerca de la entrepierna de Achilles – Yo….-Se sentía extraña y por todas aquellas palabras que salieron de sus labios ahora estaba azorada por lo que podría pasar a continuación – Achilles, yo…creo que el estar tan sola me ha hecho decir todo eso…–Cogió la toalla del regazo de Achilles y esta se tapó conforme salía de la tina. No le cubría demasiado el cuerpo, no sentía que iba tapada del todo y solamente fue a buscar la camisa que le había dejado Achilles momentos antes de que se quitara el vestido.

Paró sus húmedos pasos cerca de los postes de la cama. ¿Es verdad que era deseable para los hombres? Cual inocente era ella que no sabía de aquello, pero que si quería yacer con una persona que había conocido esa misma noche, que habían intercambiado palabras y alguna que otra mirada con algún roce. Se fue sujetando al poste de la cama para poder asimilar la calidad de la humedad de su cuerpo bajo la camisa húmeda y que transparentaba su esbelta y delicada figura, pensaba si en realidad debería, si se habría quedado perplejo por este cambio de aires propios y que ahora estaba como huyendo de él, la dijo de olvidar.

– Achilles, perdóname –Dijo arrepentida por lo que habría hecho, se metió en el baño pero ya no estaba sentado en el taburete en el que había estado haciéndole compañía - ¿Dónde estás? –preguntó, sujetándose en el escote de la camisa, arrugando la tela temiendo que le hubiera ofendido o que obviamente, ella habría sido algo oportuna.

por **Achilles** Vie Mar 20, 2015 11:51 pm

Las palabras de la hermosa mujer hacían que los ojos de Achilles se perdieran en el infinito de las dudas, de la curiosidad, de los deseos que nacían en su abdomen y se expandían por todo su cuerpo hasta embriagarlo de una excitación innegable al escuchar los susurros de Cilo, entrando sus vocablos por los oídos del varón hasta convertirse en descargas eléctricas que se manifestaban por toda su espina dorsal, queriendo inclusive hacerle erizar la piel al atestiguar tal ejemplo de seducción quizás involuntaria pero que arrastraba al milenario ser a una onda de tentación que rompía con todos los esquemas y que arrinconaban los deseos más profundos de su ser.

-Cilo...- fue lo único que pudo susurrar ya que las caricias en su cuello, en sus labios, esa mirada que lo mataba y por último ese beso en la quijada que lo obligó a cerrar sus parpados; la noche parecía haberse detenido junto a las manecillas del reloj y una explosión llegó por toda la fisionomía del antiguo hombre, quien trató de mantener su respiración regulada más sin ninguna clase de opción pues su pecho subía y bajaba con cierta violencia al incrementar el ritmo de sus emociones, las cuáles se volcaron en un torrente apasionado al sentir el tacto de la dama en su pierna, cerca de su miembro que se manifestaba duro y erecto, inclusive marcándose en su pantalón al tener la inminente necesidad de salir y chocando con las telas.

De pronto ella se levantó y Achilles abrió sus ojos, pudo observarla desnuda pero prefirió girar su atención a la bañera para entonces escucharla alejarse. Él se levantó, frunció el ceño y respiró profundo... De pronto la siguió y se colocó en la puerta, dónde se fijó como ella estaba sujetando uno de los rincones de la cama... Entonces la observó y sabía que no era lo correcto, que no debía sucumbir ante el deseo carnal y poco sabio, arrojarse suicidamente a los impulsos de un rastro humano que quizás y solo quizás permanece dentro de él aun después de tres mil años... Él se alejó, desapareció por un segundo.

Entonces escuchó la disculpa de Cilo, por lo que reapareció justo detrás de ella una vez que volvió al baño -No tienes por qué disculparte- dijo en un tono suave, entrecortado mientras le observaba por la espalda... A ella, su figura, su sensualidad -Y no es que hayas estado tanto tiempo sola... O quizás si... No lo sé... Por primera vez no lo sé pues entiendo perfectamente cómo te sientes y debo decir que no estás sola, simplemente que...- se calló y caminó un par de pasos, se colocó detrás de ella y le abrazó por detrás, respiró la esencia de su cuerpo, el aroma de sus cabellos y cerró sus ojos, se dejó influenciar por ese infinito deseo por aquella mortal, por esa nueva adicción -Perdóname tú a mí por mostrarme tan... Mentiroso- sus manos lentamente viajaron por el cuerpo mojado de la chica, delineando sus exquisitas curvas, memorizando cada rincón de ella.

-Han pasado tres mil años desde que llegué al mundo y siempre disfruté del saber, de hacer crecer mi sabiduría y egocéntricamente buscar una manera de justificar mi estancia en este mundo por la eternidad... Así que preferí internarme en tu raza, aprender de tus sabios y así ir coleccionando el conocimiento a través de los milenios- de pronto rozó con las caderas de la chica y no pudo más, sus dedos empezaron a desabrochar la camisa que le había otorgado -Pero llegas tú... Pasas frente a mí, me llamas la atención y me arrastras a un callejón donde decido salvar tu vida al ser poseído por una furia incontrolable al ver que estabas en peligro; te doy techo, te atiendo y busco darte comodidad porque no deseaba que te fueras... Llegas... Llegas, maldita sea y me haces desearte más que la sangre misma en el primer momento de mi no vida, me haces desearte más que toda la sabiduría, me haces desearte más de lo que creí desear algo o alguien...- su boca se acerca al oído de la chica, donde deja un último susurro -Te deseo, Cilo... Te deseo con una locura que no es humana, ni tampoco viene de mi maldición... Te deseo cómo solamente tú puedes sentir cómo es que lo hago-

Los labios de Achilles se sellaron, su respiración se apegó al cuello de la fémina para entonces lograr desabrocharle la prenda, dejándosela puesta -¿Qué me hiciste?- cuestiona por último, haciéndola girar sobre su propio eje para quedar frente a frente y así empezar a caminar hacia atrás, topándose con la cómoda de la cama pero sin dar otro paso en falso -Cilo... yo...- no pudo articular palabra alguna, simplemente sus ojos grises viajaron por ese perfecto cuerpo, saboreandose esas ganas inmensas que le colmaban por todo su cuerpo; la fiebre de sus venas parecía que venían de un ser vivo y las manifestaciones corporales que sufría no las había sentido en muchísimos miles de años... Ese anhelo, esa necesidad, esa adicción...

Le tomó de la mejilla, acercó poco a poco su rostro y claudicó -Al carajo las dudas- terminando por tomar los labios de la hechicera con pasión, ahondando ese beso al cerrar sus ojos y soltar un inmensos suspiro que provino desde el fondo de su alma, apegándola celosamente a él hasta sentir los perfectos senos casi descubiertos de la musa sobre su pecho y así su otra mano le sostuvo del trasero, apretándolo con fuerza y ayudándose de ahí para así casi obligarla a no separarse ni un solo segundo de él... Que no se atreviera a irse, que no se atreviera a parar, que no se atreviera a quitarle eso... Porque esa lujuria que le invade, esa pasión incandescente que se desborda como una explosión volcánica, esa desesperación en el beso... Son solo indicios de un Achilles vivo.

por **Dawn Nimmet** Lun Mar 23, 2015 7:25 pm

…Sintiendo el halito frio de la muerte por su columna vertebral, Cilo siente que se pierde, sin evitarlo en aquellos brazos que la acogen con necesidad de apresarla para no salir jamás, fuertes, armoniosos, sinceros pero peligrosos al fin y al cabo - El hombre que quiere contemplar frente a frente la gloria de Dios en la tierra, debe contemplar esta gloria en la soledad…Es decir conmigo… ¿o no? –Se mordió su labio inferior, inconscientemente acercó su trasero a la cadera de Achilles ¡¿pero que hacia?! Alejo su cadera y estuvo como antes, cauta – Solo estas, el acostumbrado podrías ser tú en toda tu totalidad, mostrándote cauto a personas en más….Ahh…Achilles….-Su cuerpo, sumándose a los escalofríos recorriendo su cuerpo, pezones endureciéndose a la reacción del libido prematuro, sus manos en puños por su entrepierna sentir que reaccionaba igualmente a esa tortura de caricias. Quería hablar más, solo suspiraba gemiditos prematuros, aun, previos de lo que había hecho Achilles con ella, restregándole lo que paso horas atrás, no se arrepentía, pero recordó a Markus – Achi…lles –Murmuraba sin poder mostrar palabras fluidas, se mordió el labio inferior cuando le susurró al oído ¿Qué podía hacer?

Sus piernas flaqueaban, intento detenerle, de que abriera la camisa que cubría su desnudez, su completa desnudez, como había venido al mundo, pero ¿Aquello le preocupaba? No lo sabía, era un maldito y seductor vampiro quien la arrastraba hacia los fuegos fatuos de los avernos, si, había condenas y condenas, esta era una de ellas y el sello aquella respiración que se apegó a su cuello, llevando su rostro hacia un lado, estirando el cuello y dejando más espacio, sintió como la suave brisa ahora corría peligrosa por su desnudez cubierta por el momento por esa camisa, se la sujeto y entonces vio sus ojos de deseo, le acaricio el rostro y como si ella fuera la hechizada sus pies iban hacia donde él iba, sujetándose de las solapas de esa camisa desabrochada no del todo, sentía que la camisa se había caído por un hombro de un modo sensual, pero sobre todo era ese silencio el que hablaba por ambos. Las yemas de los dedos acariciaron los labios de Achilles cuando este intentaba hablar ¿Le paro para no romper la magia o el encanto?

Si, ahora, nada, solo silencio, el rechinar de la madera quemándose lentamente al paso de las horas, el fuerte viento del exterior avecinaba mal tiempo, pero lo que respectaba en el interior, dos almas, una que se disiparía en unos años pero la otra perduraría en la historia, imaginándose la soledad sin ella o sin ninguna de sus bellas víctimas y finalmente, Cilo sorprendiéndose de aquel tacto frio en su mejilla, temblaba, de miedo, escalofríos, deseo, sentía arder por dentro por el mero hecho de que estaba frente a un ser atrayente de bellos ojos plateados, por el mero hecho de que no sabría seguir sus pasos pues solo conoció sexo y tortura ¿serían todos así? Negaba, tenía miedo, quiso huir pero era muy, pero que muy tarde.

Sus labios de color de rosa fueron atrapados por labios impertinentes llenos de necesidad pasional, obligándola a detenerse en aquel forcejeo, más, solo se dejó llevar por unos instantes, puso manos sobre aquel firme torso, acariciando la textura de la camisa, concentrándose en algo que no fueran sus labios, pero ¿Por qué tendría miedo de alguien tan…Como podría llamarle? ¿Galán? ¿Sentía regocijo al sentirse deseada correctamente? ¿Sentía precisamente su anatomía reaccionar recíprocamente al de Achilles?

-Achilles….-Susurro plácidamente sobre los labios ajenos - …-Cilo se lamio los labios, temía el dolor venir después de toques y de caricias dulcificadas enteras de deseo - ¿serás gentil? –Dio, susurrando, en el idioma de los amantes, a ella le gustaba hablar ahora así, estaba a gusto, íntimamente, queriéndose sentir segura de los pasos que pudiera dar adelante en la noche, en las horas nocturnas venideras que provocaran el desenfreno de ambos – Yo......tu…-se lamio nuevamente sus labios - ¿Recorrerás lentamente mi piel…-acariciaba sus cortos cabellos, su yugular con la yema del dedo índice, su clavícula, retiraba un poco de la camisa de Achilles para poder besar un poco de aquella pálida piel, miró con una tierna sonrisa – muriendo por llegar a mis labios? –Y elevaba sus carnosos labios rosados posándolos nuevamente en la quijada con escaso vello facial, retirando a su vez con la otra mano el otro lado de la camisa de Achilles, volviendo a besar parte de su pálido torso.

Más confiada se sentía. Más segura de perder la cabeza.

por **Achilles** Mar Mar 24, 2015 3:06 pm

La respuesta fue claramente positiva y entonces aquel beso alargado hizo que ambos jóvenes se arrojaran suicidamente al impulso lívido de un arranque apasionado y exquisito. Entre respiraciones agitadas que parecían sincronizarse entre sí pudo escuchar no sólo su nombre sino también una petición que le resultó tan curiosa cómo enternecedora; su mirada cambió, dejó al depredador a un lado y envuelto en un velo de ternura se limitó a acariciar una vez más la mejilla de Cilo para sentir el calor de su piel entrar por la yema de sus dedos hasta desenvolverse por completo en su fisionomía -Cilo... No tienes siquiera que preguntar eso- le susurró contra los labios, aun besándolos con cierto desespero -Eres una obra de arte perfecta... Una que debe ser tratada cómo lo que es... Una mujer que es frágil, que merece las atenciones indudablemente dedicadas para preservar tan maravillosa creación- hipnotizado fue recorriendo todo el rostro de la musa con sus dedos, admirándole por completo.

-Tres mil años han pasado... Vagando y caminando y nunca había presenciado una belleza de esta magnitud, una esencia tan delicada... Tan perfecta...- sus caricias bajaron por el cuello de la musa hasta dejar caer de la misma forma su única prenda, mostrándose tal y cómo tanto anhelaba verle el egipcio: desnuda.

Entre el suave toque que recorre las curvas de la doncella la excitación se apodera de forma inminente en él. Siente los efectos ya pues su miembro endurecido se nota en la tela de su pantalón; su respiración agitada que hace ahogarse en un suave y profundo suspiro cuándo ella le hace la invitación de recorrerla a besos, a caricias y despertando al depredador, éste decide cargarle con suma delicadeza, recostándola sobre la cama con todo el cuidado para así dejar caer totalmente su camisa, quedando con el torso desnudo.

-Quiero memorizar para la eternidad todo tu cuerpo.. Tu belleza, tus caricias y tus besos... Tu entrega- empieza a besarle en la oreja, atrapando el lóbulo de la misma entre sus labios aun susurrando en espacios -Seré cuidadoso contigo.. Seré gentil.. Porque quiero esto tanto cómo tú.. No temas a mi naturaleza que esto va más allá, mejor teme al quedarte callada y quieta.. Porque esta noche pertenece a los dos... Y los dos la disfrutaremos- bajando de a poco por su nuca y luego su yugular, deslizando la punta de su lengua por toda esa piel para así llegar hasta su escote donde inevitablemente respira profundamente sobre sus senos, sintiendo el erotismo de tenerle ahí para él.

Sus manos que recorren lentamente el rostro ajeno van recorriendo con similitud las alturas de ese perfecto cuerpo, ubicándose primero en el cuello de la chica y después viajan cómo caricias por su hombro, llegando a los costados de su cuerpo donde le toman con cierta demanda. Los labios de Achilles luego llegan hacia los duros pezones de la hechicera, atrapándolos uno por uno y repasando su lengua por estos, tratando de estimularla gradualmente, quedando él montado sobre ella, colocando sus rodillas a los costados de la anatomía femenina y con su espalda arqueada, permitiéndole mantener aquel jugueteo sexual, ese preámbulo erótico que lo hace consumirse a si mismo en el desespero por entregarse a esa mujer y que ella... Se entregue a él.

por **Dawn Nimmet** Jue Mar 26, 2015 10:14 pm

Para que una mujer guste tiene que haber un mínimo de carne; el gusto entra por los ojos, pero también por los dedos.
-Gonzalo Torrente Ballester

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Fascinada o atraída de una cosa o de una persona, provocando en ella el deseo o su afecto, la seducción que se servía en plato en ese mismo instante, siendo el conjunto de expresiones, manifestaciones, llenos de lenguajes secretos que afloraban a modo de gemidos ahogados, algunos no querían salir de los pulmones propios por descubrirse en la belleza del rubor, del conocimiento de aquel lenguaje corporal que empezaban a conocerse, emanando de la forma de ser de las personas, con el fin de conseguir la interacción con el compañero con el que estuviera a su lado. Para lograr la seducción interpretada por el maestro, la aprendiz se excitaba escondiéndose entre las sabanas de aquella seductora superficie, en donde probablemente, en un futuro estuvieran revolcándose entre ellas, pero dijo que sería gentil, se preguntaba como haría eso sin necesidad de sacar más aun el lado del depredador.

Debería él sugerir la seducción buscada en el arte, de mostrar o insinuar, la confianza crecía a cada lamida o mordida en sus propios senos hiriéndola en su entrepierna del deseo que quería desatarse, íntimamente ligadas a las sensaciones del corazón, percepciones positivas de uno mismo permitiendo valorar las cualidades más efectivas y que harían más elocuente los movimientos entre ambos, los gemidos a cada segundo de placer, conociendo y aceptando los límites de cada uno para poder saber después, hasta donde es bueno llegar y cuando parar.

Lo desconocido que la desconfianza le brindaba era solo el principio del camino entre el inmortal y ella misma, tomándola como si fuera de su único valor para él en ese instante, sujetándose bravamente en aquellos brazos desnudos y pálidos, fríos como el hielo pero sintiendo un aura apasionada y aprisionada, como si quisiera estar reteniéndose por algo, la hechicera e inocente muchacha, acariciaba los cabellos ajenos conforme este se deleitaba con su suave y terso cuerpo, se ahogaba en sus propios murmureos excitados al mismo tiempo que cruzaba las piernas una encima de otra para no sentir sus vergüenzas ahí abajo ser humedecidas por lo que hacía el vampiro, lentamente pero sin estar pausado, tenía un ritmo, una coreografía que le decía que podría hacer en este caso.

– Ahh…¿Qué…que haces? –Preguntaba ¿Por qué? Porque aun sus labios no estaban atrapados por el diablo disfrazado de corderito o quizás, de algún animal desconocido que planeaba todo con cuidado o se dejaba llevar con lo que sentía en ese momento, pero en ningún momento de la confusión y la vergüenza que la bruja sentía, no se separó de aquellos brazos, es más, ella se afianzo, atrayendo inconscientemente la cabeza de Achilles a sus labios, besando torpemente aquella frente tersa y atractiva, besándola para después ser ella quien desee ahora cambiar el rol de cordero a depredadora.

Solo que en cuanto separaba su rostro del de Achilles, ella desataba el resto de su mal hecha trenza de hace unos instantes en aquella tina, en la que tendría ahora el agua igual de la temperatura que el cuerpo de Achilles cuando no estaba en activo. Se adelantó en gatear más hacia Achilles, arrodillándole frente suya, comenzando ella también a obtener un poco de –esta vez – de él, besando aquellas abdominales, de reojo observando febrilmente la dureza que se escondía en aquel bulto del pantalón, pero sus manos trepaban de un modo sensual hasta que su mirada celeste quedo a la misma altura que la grisácea del vampiro, sus manos se agarraban al cinturón u a otra parte para no desmayarse ahí mismo, se sentía realmente hechizada - Inquieto en tus ojos vive el deseo, no hay ningún apuro, con calma te espero y la noche nos acoge en su más grato apogeo –El susurro impertinente que por muchas caricias diera el vampiro hacia la bruja, esta no terminaba con un cuerpo satisfecho, como si quisiera retrasar la hora o el momento adecuado para situarse en bandera blanca, pero sintiendo como estaba de húmeda, temía estar mintiéndose a sí misma cuando en realidad, desea al vampiro serenándola, calmándola por completo y solo a ella teniéndola a su merced finalmente, bajo las ordenes o simplemente para tenerla a su lado aunque fuera esta noche.

– Después de tanto tiempo, ¿encontraras conmigo el final? –Susurro nuevamente cuando sus manos le rodeaban el cuello por detrás, sin percatarse de sus cuerpos demasiado cerca nuevamente, ella, ya, atreviéndose a mover una mano por la cercanía de la entrepierna ajena, pero apartándola de nuevo ella se sentía haciendo algo erróneo, o que no sabría darle el placer como seguramente, otras mujeres más experimentadas le otorgaban mejores caricias – El fallo soy yo, yo temo fallarte ahora, en momentos tan delicados….-besando su quijada, su lugar favorito pro el momento.

por **Achilles** Vie Mar 27, 2015 7:32 pm

El vampiro se inundaba de aquella desesperación que se abrazaba al placer cuyo pasaje era todo su cuerpo; la fisionomía perfecta de la hechicera hacían en él un caos al momento de irle estimulando con los labios y sus propias manos, acariciándola por completo cómo si no hubiese un mañana. Su cuerpo se giró por orden de ella y al final él fue quien terminó recostado sobre la cama, teniéndola a ella jugueteando con su miembro y sus pantalones mientras que su cuerpo era acariciado por las traviesas manos de Cilo, a quién le respondió al cabo de su propia idea: -No digas eso, ni siquiera te atrevas a pensar en si existe algún pasado en ti o en mí... Ninguna mujer existe, aquí solo somos tú y yo- le aclara con una caricia sobre su mejilla una vez que ambos ojos se cruzan.

-Veme, tócame, siénteme...- Le sujetó la mano para colocarla en su falo, duro como la piedra y totalmente erecto por la excitación que lo iba consumiendo -Así estoy por ti, no hay una forma correcta o incorrecta de hacer las cosas... Quiero que hagamos algo que los dos deseemos y cómo lo deseemos.. Yo seré gentil, lo prometo. Pero a cambio quiero que tú seas sincera y que hagas, que digas y hasta que pidas lo que en verdad desees... Sin tapujos ni vergüenzas y si por cualquier cosa no sabes cómo, sólo hazlo... Arrójate pues te juro que me estás haciendo sentir muy bien- esbozó una sonrisa y dejó un beso efímero sobre sus labios.

Sus brazos rodearon a la hermosa mujer, la atrajeron hacia él para resguardarla sobre su pecho, le acarició la espalda para así besarle la frente, respirando un poco agitado mientras que sus pectorales al descubierto sentían el calor de sus senos aplastados.

La mano diestra del inmortal traviesamente bajaba y subía por toda la espalda de la musa, la llenaba de caricias para que se relajara y así se estimulara poco a poco. Le apretaba de vez en cuando las nalgas y con el ritmo un poco agitado de su respiración buscaba entablar esa confianza con ella para ayudarle a hacer lo que ella quisiera, para hacerle entender que todo iba a estar bien y que sin dudas la deseaba tanto cómo ella a él y eso... No estaba mal.

-Eres preciosa, Cilo... Y quiero hacerte mía-

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