AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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El tiempo entre condenas (privado)
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El tiempo entre condenas (privado)
Arrugó el papel entre sus dedos dejando escapar un leve bufido de frustración y lo lanzó con desdén contra la esquina del despacho que ya había servido de frontón improvisado para otras ocho bolas de pergamino malgastado. No se podía concentrar, el trabajo de llevar por entero Akershus era algo que con demasiada frecuencia Höor le legaba, y no es que no se viera a la altura de hacerlo, es que odiaba que el bárbaro pusiera distancia entre ella y su temeridad. Esta vez las cosas habían tomado unos tintes dramáticos y desesperados bastante apremiantes. Hela había hecho su aparición estelar en el mundo de los humanos reclamándole a Höor que le prestase su cuerpo para anclarse a este lugar y con buen atino, el conde se había negado. Pero los dioses son caprichosos y poderosos y nada se escapaba de su control.
No contenta con la respuesta, mandó una plaga de fiebres hemorrágicas sobre la población de Akershus y Cannif se vio forzado a aceptar ese pacto. Un acuerdo en el que no estaba cómodo ni tampoco Danielle, pero entendía que era necesario. Sin embargo, cuando tuvo que marcharse a dar con un objeto que en teoría podía acabar con esa maldición, la pirata ya estalló. Ella no creía en dioses ni en magia, finalmente se había rendido a la certeza de que sí existían esas criaturas superiores, pero de ahí a que tratasen a sus súbditos fervorosos con privilegios… eso era muy discutible. A ella sólo le parecían unos niñatos ociosos que se dedicaban a jugar con la vida y la muerte, con el destino ajeno rompiendo familias y sembrando el dolor a costa de otros.
Ciertamente, para una atea como ella, descubrir la existencia de los dioses de ese modo, había sido un shock bastante negativo. Evidentemente claudicó cuando Höor le dijo que iría a perseguir esa esperanza de hallar la espada que rompería su vinculación a Hela, pero cuando se fue maldijo mil veces a los dioses que lo mantenían siempre apartado de su familia, de sus hijos y de su pareja, siempre en guerra, siempre batallando, siempre sangrando por los demás.
Por si fuera poco, esa nueva protección de la diosa incluía unas ventajas que equiparaban a Höor a un cainita o a un cambiante. Más fuerza, más resistencia, envejecimiento más lento… y ella seguiría siendo una simple mujer de vida limitada, mente limitada y opciones limitadas. Su lado rebelde la llevó a no someterse ni conformarse con ese papel. Danielle Morgan había luchado como cualquier otro por vivir una vida, por encontrar un destino, y no se iba a rendir sólo porque sus nuevos escollos en el camino fueran dioses. Si Höor quería jugar duro, ella también apostaría todo al rojo.
Mandó llamar a Giuliana y a Ulf que aparecieron al rato por la puerta del despacho. Necesitaba consejo porque estaba rabiosa y de la rabia no salía nada bueno.
— Habla con tus dioses, pregúntales qué debo hacer para no quedarme atrás en esta guerra. Vosotros sois más fuertes y rápidos.— dijo mirando a Ulf.— tú tienes a tus dioses que te guardan las espaldas.— miró a la bruja.— pero Höor no tiene a nadie, es una mera marioneta de los dioses y no pienso dejar que eso sea así. Dime qué tengo que hacer para compartir su mismo destino.
La bruja reflexionó un rato las palabras de la inglesa, tenía cierta razón en ese argumento, ella misma estaba preparando un ritual de longevidad para seguirle el ritmo a Ulf, no sabía si funcionaría, pero no iba a experimentar con nadie que no fuera ella misma.
— de acuerdo, preguntaré a mis dioses, a ver si hay algo que se pueda hacer. ¿No crees en nada, Dani? De verdad no crees?.— la rubia negó con la cabeza.
— ¿cómo voy a admirar a los dioses que me describe Höor cuando sólo veo que una vez tras otra lo tratan como si fuera un esclavo de sus deseos? ¿es lo mismo que le sucederá a Brökk cuando crezca?
La bruja miró al cambiante, ahí la pirata había dado en el centro de la diana. Su hijo sería protegido por Loki y eso podía ser un arma de doble filo. Entendía las dudas de Danielle, a fin de cuentas hasta hacía un año no sabía ni que existían los vampiros, los licanos, la brujería etc. Y entendía que quisiera hacer algo al respecto porque estar cruzado de brazos era muy frustrante.
— Quizás deberías empezar por creer de verdad, conocer las verdaderas gestas e historias, Ulf te las puede contar. Yo preguntaré a los dioses, quizás haya algo que puedas hacer al respecto.
Más esperas…el tiempo se le iba entre condena y condena, sentía que estaba perdiendo un valiosísimo tiempo que no volvería y que cuando se diera cuenta, su vida habría sido efímera y la de Höor no.
Esa noche Giuliana realizó el ritual vudú y transitó hasta el cruce de caminos, donde Legba la llevó hasta la brecha entre mundos donde su panteón chocaba con el de Asgard, dejándola en la brecha. Allí el dios del trueno, Thor, se acercó, bajando del caballo que montaba mientras perseguía una presa. La bruja inclinó la cabeza en señal de respeto, sabía que todo su linaje crecería respetando y amando a los dioses de Asgard aunque ella sirviera a otros dioses más antiguos y desconocidos.
— mi señor…vengo en nombre de una amiga que…
— sé a lo que vienes.— Giuliana puso cara de circunstancias, era evidente que los dioses sabían mucho más, así que sólo le quedaba actuar de recadera.— Una atea. Antiguamente mucha más gente creía en nosotros, pero cada vez quedan menos fieles a las antiguas religiones. Está bien, a mi me viene bien incorporarla a mis filas.— el dios del trueno era belicoso, orgulloso y de temperamento muy fuerte.
— Pero…
— pero no lo hará gratis, y de normal me importaría una mierda si cree o no en nadie. Pero me hace gracia, la he observado y me divierte mucho convertir a alguien que no cree en nada. ¿Qué es lo que quiere? ¿lo mismo que ese humano al que Hela ha vinculado? Le ofrezco lo mismo.
La rubia se quedó algo parada. ¿El mismo trato que Hela? Para qué querría Thor vincularse a Danielle si no era para transitar el mundo mortal? Quizás quería darle caza a Hela, los motivos se le escapaban, pero le llevaría a la pirata las nuevas. Se despidió del dios del martillo con una reverencia y despertó en su casa perlada de sudor. Ulf la miraba con preocupación y le contó todo lo ocurrido.
Danielle Morgan- Humano Clase Media
- Mensajes : 245
Fecha de inscripción : 21/08/2017
Re: El tiempo entre condenas (privado)
Akershus era un hervidero de problemas y sobre los hombros de Höor recaían todos y cada uno de ellos. Dani estaba frustrada, desde que se marchó Höor erraba por el palacio como un ente y llevar el peso de las finanzas no ayudaba.
Dani nos hizo llamar a ambos, supongo que temía llegara ese momento en el que simplemente explotara, ella no era norteña, ella solo era una mujer inglesa que no quería rendirse a la evidencia.
Por nuestra sangre corría fuego, por la suya solo rabia, yo entendía mi papel, ocuparme de Akershus mientras Höor estaba fuera buscando soluciones para que Hela no convirtiera Midgard en su recreo personal.
Entramos en la cámara, Dani casi se tiraba de los pelos, por suerte, mi mujer mas sensata que yo para estas cosas la escuchó y apoyó mientras yo me limitaba a resoplar escuchándola.
Acabada la charla no pude morderme mas los labios y acabé, como no, soltando lo que pensaba.
-Dani, Höor no se ha ido de fiesta con un grupo de amigos, no le ayudas metiéndote en mas problemas de los que ya de por si acontecen por si solos. Haz lo que te ha pedido, ocúpate conmigo de Akershus y aligera la carga de tu novio para que a su vuelta pueda tener un ápice de paz.
Bien sabía eso no iba con al pirata, si Höor podía ser un suicida, ella era indomable y al final eran dos titanes que chocaban como lava de volcanes.
-No deberíais estar juntos -dije entre dientes.
Mi esposa me dio un codazo para que guardara silencio, quizás mis palabras no ayudaban pero la decisión de la pirata, ahora acompañada por el consentimiento de mi esposa era un error.
-Höor no va a estar de acuerdo en esto. Dani espera a que Giuliana encuentre el modo de envejecer mas despacio por medio de un conjuro, no busques a los dioses, no debemos molestarlos.
Podía entender la desesperación de Dani, que estuviera preocupada por mi amigo, pero eso no iba a arreglar las cosas, al revés, las estropearía.
-Dani, déjame mostrarte nuestra cultura, estudiala, sorprende a Höor con eso, con que entiendes lo que el ama, pero no cometas ninguna estupidez -pedí
Como de costumbre no fui escuchado y el velo por mi esposa fue cruzado, con el ceño fruncido esperé su vuelta, los acontecimientos no eran halagüeños, Thor pretendía unirse a la “novia” de Höor, se avecinaba tormenta y lo peor es que movido todo, no era momento de echarse atrás.
Dani nos hizo llamar a ambos, supongo que temía llegara ese momento en el que simplemente explotara, ella no era norteña, ella solo era una mujer inglesa que no quería rendirse a la evidencia.
Por nuestra sangre corría fuego, por la suya solo rabia, yo entendía mi papel, ocuparme de Akershus mientras Höor estaba fuera buscando soluciones para que Hela no convirtiera Midgard en su recreo personal.
Entramos en la cámara, Dani casi se tiraba de los pelos, por suerte, mi mujer mas sensata que yo para estas cosas la escuchó y apoyó mientras yo me limitaba a resoplar escuchándola.
Acabada la charla no pude morderme mas los labios y acabé, como no, soltando lo que pensaba.
-Dani, Höor no se ha ido de fiesta con un grupo de amigos, no le ayudas metiéndote en mas problemas de los que ya de por si acontecen por si solos. Haz lo que te ha pedido, ocúpate conmigo de Akershus y aligera la carga de tu novio para que a su vuelta pueda tener un ápice de paz.
Bien sabía eso no iba con al pirata, si Höor podía ser un suicida, ella era indomable y al final eran dos titanes que chocaban como lava de volcanes.
-No deberíais estar juntos -dije entre dientes.
Mi esposa me dio un codazo para que guardara silencio, quizás mis palabras no ayudaban pero la decisión de la pirata, ahora acompañada por el consentimiento de mi esposa era un error.
-Höor no va a estar de acuerdo en esto. Dani espera a que Giuliana encuentre el modo de envejecer mas despacio por medio de un conjuro, no busques a los dioses, no debemos molestarlos.
Podía entender la desesperación de Dani, que estuviera preocupada por mi amigo, pero eso no iba a arreglar las cosas, al revés, las estropearía.
-Dani, déjame mostrarte nuestra cultura, estudiala, sorprende a Höor con eso, con que entiendes lo que el ama, pero no cometas ninguna estupidez -pedí
Como de costumbre no fui escuchado y el velo por mi esposa fue cruzado, con el ceño fruncido esperé su vuelta, los acontecimientos no eran halagüeños, Thor pretendía unirse a la “novia” de Höor, se avecinaba tormenta y lo peor es que movido todo, no era momento de echarse atrás.
Ulf Tollak- Cambiante Clase Alta
- Mensajes : 196
Fecha de inscripción : 18/12/2016
Re: El tiempo entre condenas (privado)
Al día siguiente la almirante Morgan se reunió con el lobo y la bruja que te llevaron las nuevas de Asgard. Ulf no estaba de acuerdo, como era de esperar, y Giuliana se limitaba a valorar pros y contras. Ella mejor que nadie sabía que el deseo de los dioses era voluble y que si ellos mismos decidían el destino de un mortal, no habría nada que se pudiera hacer al respecto.
Danielle repiqueteaba con los dedos sobre el escritorio mirando el semblante de ambos, se suponía que ambos eran amigos de Höor, diría que Giuliana también lo era de ella y su opinión le importaba.
— ¿El mismo trato que Hela? Hum. ¿No es Thor el dios del trueno, ese que tanto admira Höor? ¿dónde está el gato encerrado en esto?.— le lanzó la pregunta a Ulf, él mejor que nadie sabía de sus antiguas tradiciones, sabía el respeto y la admiración que el conde profesaba por el dios del martillo, no en vano todos sus hijos tenían un Mjölnir colgado del cuello. Entendía que Ulf estuviera receloso con Loki, ya que era el dios del caos y se había encaprichado de su hijo primogénito, pero ¿Thor? ¿no era el bueno? No entendía demasiado de rencillas mitológicas.— Si acepto al menos podré tener el favor de Thor para Höor. Si no lo hago, es posible que use artimañas como Hela si es lo que quiere… o que encuentre otro a quien ofrecerle este mismo trato y perdamos la ventaja.
No sabía de dioses, pero sabía de tratos y de comercio. No pensaba aceptar sin más, también negociaría los términos, porque podría ser mortal, ínfima y sin importancia, pero no era tonta.
—Con los caprichos de los dioses no se juega…pero nadie quiere otra epidemia en Akershus ¿cierto?.– Danielle se levantó y se alisó los pliegues de la casaca mirando a la bruja.— Dile que quiero hablar con él, acepto, pero debemos negociar algunas cosas.
Danielle repiqueteaba con los dedos sobre el escritorio mirando el semblante de ambos, se suponía que ambos eran amigos de Höor, diría que Giuliana también lo era de ella y su opinión le importaba.
— ¿El mismo trato que Hela? Hum. ¿No es Thor el dios del trueno, ese que tanto admira Höor? ¿dónde está el gato encerrado en esto?.— le lanzó la pregunta a Ulf, él mejor que nadie sabía de sus antiguas tradiciones, sabía el respeto y la admiración que el conde profesaba por el dios del martillo, no en vano todos sus hijos tenían un Mjölnir colgado del cuello. Entendía que Ulf estuviera receloso con Loki, ya que era el dios del caos y se había encaprichado de su hijo primogénito, pero ¿Thor? ¿no era el bueno? No entendía demasiado de rencillas mitológicas.— Si acepto al menos podré tener el favor de Thor para Höor. Si no lo hago, es posible que use artimañas como Hela si es lo que quiere… o que encuentre otro a quien ofrecerle este mismo trato y perdamos la ventaja.
No sabía de dioses, pero sabía de tratos y de comercio. No pensaba aceptar sin más, también negociaría los términos, porque podría ser mortal, ínfima y sin importancia, pero no era tonta.
—Con los caprichos de los dioses no se juega…pero nadie quiere otra epidemia en Akershus ¿cierto?.– Danielle se levantó y se alisó los pliegues de la casaca mirando a la bruja.— Dile que quiero hablar con él, acepto, pero debemos negociar algunas cosas.
Danielle Morgan- Humano Clase Media
- Mensajes : 245
Fecha de inscripción : 21/08/2017
Re: El tiempo entre condenas (privado)
Dani había escuchado la palabra de Thor, al parecer este estaba dispuesto a ofrecerle a la pirata, una mujer que distaba mucho de ser norteña y de cumplir con todas y cada una de nuestras creencias, el don de vincularse a él. ¿Lo merecía? Desde luego que no, Höor había sacrificado su vida por el norte, Höor había cumplido con todas las leyes imaginarias y por imaginar de los dioses y también yo, peor al parecer a nosotros los dioses solo nos jodían, en mi caso me hacían estéril y para librarme de eso tenía que hipotecar a mi primogénito y en el caso de Höor Hela casi le arranca a su linaje de los brazos con una epidemia que bien hubiera acabado con todos los hombres.
Emití un gruñido, era cierto estaba celoso porque nada era para mi comprensible, pero las decisiones de los dioses no podían cuestionarse y si bien era cierto Thor no la busco, ella ya se encargó de pasar por encima del conde como siempre hacía.
-Bien, Thor es el dios del trueno, es un dios como todos los nuestros bélico, pero no es uno de sus dones el engaño, aquello que acordéis sera respetado, Thor es un dios amado por todos nosotros, si con el te vinculas pasaras a ser...”idolatrada” -apunté con una ladeada sonrisa.
Pestañeé un par de veces para borrar mis ojos ambar.
-Thor es hijo de Odin, hermano de Loqui, es el primogénito y el heredero, Thor es muy poderoso, no debes contrariarlo, a ninguno de los dioses se les debe contrariar pues la final siempre logran lo que quieren, nosotros solo somos mortales, no dioses.
Te acompañaré Dani, necesitaras a tu lado alguien que al menos entienda esa cultura que tu desprecias.
Mis ojos buscaron los de mi esposa, ella y Dani tenían una buena relación, no podía decir lo mismo por mi parte, no trabajaba mal con ella, admitía había hecho mucho por estas tierras, pero no siempre estaba de acuerdo con sus forma de hacer las cosas, no la comprendía, ese afán de libertad.
Emití un gruñido, era cierto estaba celoso porque nada era para mi comprensible, pero las decisiones de los dioses no podían cuestionarse y si bien era cierto Thor no la busco, ella ya se encargó de pasar por encima del conde como siempre hacía.
-Bien, Thor es el dios del trueno, es un dios como todos los nuestros bélico, pero no es uno de sus dones el engaño, aquello que acordéis sera respetado, Thor es un dios amado por todos nosotros, si con el te vinculas pasaras a ser...”idolatrada” -apunté con una ladeada sonrisa.
Pestañeé un par de veces para borrar mis ojos ambar.
-Thor es hijo de Odin, hermano de Loqui, es el primogénito y el heredero, Thor es muy poderoso, no debes contrariarlo, a ninguno de los dioses se les debe contrariar pues la final siempre logran lo que quieren, nosotros solo somos mortales, no dioses.
Te acompañaré Dani, necesitaras a tu lado alguien que al menos entienda esa cultura que tu desprecias.
Mis ojos buscaron los de mi esposa, ella y Dani tenían una buena relación, no podía decir lo mismo por mi parte, no trabajaba mal con ella, admitía había hecho mucho por estas tierras, pero no siempre estaba de acuerdo con sus forma de hacer las cosas, no la comprendía, ese afán de libertad.
Ulf Tollak- Cambiante Clase Alta
- Mensajes : 196
Fecha de inscripción : 18/12/2016
Re: El tiempo entre condenas (privado)
¿Idolatrarla? Enarcó una ceja y bufó, eso era muy propio del lobo, soltar las cosas a bocajarro sin medir sus palabras.
—No, para eso ya te tenemos a ti, el siempre admirado Ulf. Déjame a mi continuar siendo la rata despreciable que crees que soy.— el sarcasmo iba acompañado de una sonrisa, porque dudaba mucho que nadie idolatrase a la extranjera pirata, y menos cuando la propaganda que Ulf le hacía era tan buena.— A ver cuando te enteras de una vez, que yo no desprecio vuestra cultura, tan sólo no creo en lo mismo y me parecen costumbres algo bárbaras. Pero como bien dices, con los deseos de los dioses no se juega, y entiendo que te moleste que me lo haya ofrecido a mi, pero en vez de ver la parte negativa…¿por qué no ves la positiva? Se lo podría haber ofrecido a Randulf. ¿Preferirías eso?
Capaz era el lobo de preferir que se lo ofreciese a un norteño de nacimiento aunque fuera randulf, hasta ahí lo creía capaz de llegar en su obcecación.
— Me encantará hacer ese viaje juntos, será idílico y maravilloso…Giuliana por favor te lo ruego, no me dejes sola con tu marido o me volverá loca, ven con nosotros.— la bruja sonrió porque sabía de sobra lo mal que se llevaban ambos y sólo ella podría poner paz para que no se sacaran los ojos.*
Resoplé ante los sarcasmos absurdos de la pirata, era como si la reina de Inglaterra me condecoraba a mi como el mas leal de sus súbditos. Thor debía ir borracho de hidromiel cuando le ofreció eso a una mujer que aborrecía nuestras costumbres, que no creía en nuestros dioses algo como eso.¡Por Odin que había celebrado la navidad en estas tierras!
Gruñí como respuesta cuando nombro a Randulf, por supuesto que no quería le ofreciera eso a un tirano estreñido que nos jodía la existencia pero tampoco a una pirata ególatra y egoísta que solo era capaz de mirarse su ombligo y que necesitaba siempre demostrarnos al resto de generales que estaba por encima de nosotros.
-Si bruja, acompáñame o la tiraré por la borda -mascullé entre dientes mirándola de soslayo -¿tu estas segura de que era Thor y no Loqui el dios bromista?*
—No, para eso ya te tenemos a ti, el siempre admirado Ulf. Déjame a mi continuar siendo la rata despreciable que crees que soy.— el sarcasmo iba acompañado de una sonrisa, porque dudaba mucho que nadie idolatrase a la extranjera pirata, y menos cuando la propaganda que Ulf le hacía era tan buena.— A ver cuando te enteras de una vez, que yo no desprecio vuestra cultura, tan sólo no creo en lo mismo y me parecen costumbres algo bárbaras. Pero como bien dices, con los deseos de los dioses no se juega, y entiendo que te moleste que me lo haya ofrecido a mi, pero en vez de ver la parte negativa…¿por qué no ves la positiva? Se lo podría haber ofrecido a Randulf. ¿Preferirías eso?
Capaz era el lobo de preferir que se lo ofreciese a un norteño de nacimiento aunque fuera randulf, hasta ahí lo creía capaz de llegar en su obcecación.
— Me encantará hacer ese viaje juntos, será idílico y maravilloso…Giuliana por favor te lo ruego, no me dejes sola con tu marido o me volverá loca, ven con nosotros.— la bruja sonrió porque sabía de sobra lo mal que se llevaban ambos y sólo ella podría poner paz para que no se sacaran los ojos.*
Resoplé ante los sarcasmos absurdos de la pirata, era como si la reina de Inglaterra me condecoraba a mi como el mas leal de sus súbditos. Thor debía ir borracho de hidromiel cuando le ofreció eso a una mujer que aborrecía nuestras costumbres, que no creía en nuestros dioses algo como eso.¡Por Odin que había celebrado la navidad en estas tierras!
Gruñí como respuesta cuando nombro a Randulf, por supuesto que no quería le ofreciera eso a un tirano estreñido que nos jodía la existencia pero tampoco a una pirata ególatra y egoísta que solo era capaz de mirarse su ombligo y que necesitaba siempre demostrarnos al resto de generales que estaba por encima de nosotros.
-Si bruja, acompáñame o la tiraré por la borda -mascullé entre dientes mirándola de soslayo -¿tu estas segura de que era Thor y no Loqui el dios bromista?*
Giuliana Mordrake- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 179
Fecha de inscripción : 01/04/2016
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El tiempo entre condenas (privado)
Giuliana asintió entre carcajadas y puso una mano sobre el hombro de Ulf y otra sobre el de la almirante que desafiaba con media sonrisa socarrona al lobo.
— Os vendrá bien esto para conoceros mejor, porque sois tan pesados como una diarrea de verano. Realmente tenéis más en común de lo que creéis pero ambos os dejáis llevar por el orgullo. Los dioses son incomprensibles y caprichosos y si han elegido a Dani, será por razones que aún no comprendes Ulf, ni tú ni nadie, pero seguro que todo cobrará sentido en algún momento. Y tú deberías tomártelo en serio, porque aunque no tengas fe en ellos, ahora eres parte de un plan más grande.
Esa noche esperarían en el bosque, sobre un risco pelado, la presencia de Thor para que les guiase en la misión que iban a emprender. Anocheció y subieron al pico, esperaron allí por más de dos horas y Danielle ya empezaba a pensar que no eran más que una broma del favorito de Odín. Mas un fulgor anunció la llegada del dios del trueno, los rayos alrededor lo materializaron y se presentó frente a los mortales en toda su magnificencia.*
Tras dos horas de espera Thor se presentó ante nosotros, lo primero que busque con la mirada es la jarra que debía haberlo enloquecido, pero no, parecía estar sobrio lo que me llevó a enarcar una ceja esperando escuchar sus motivos.
Yo era fiel a mis dioses, no los cuestionaba, me educaron para respetarlos, incluso en ocasiones para temerlos, solo que la guerra te acaba quitando el miedo, demasiado frecuente enfrentaba a Hela como para ahora temblar ante las deidades.
-Aquí te traemos a tu "elegida" -mis palabras destilaban cierta rabia, miles de norteños lo merecían mas que ella.
Nosotros llevábamos luchando desde antes de que los dientes nos salieran, Höor se había puesto tantas veces en pie que ya era una costumbre no hincar su rodilla en tierra y yo, yo perdí a mi padre por una revolución que seguía en auge corriendo por mi corazón y por mis venas, no comprendía los designios de los dioses y la verdad, tampoco los respetaba.
— Os vendrá bien esto para conoceros mejor, porque sois tan pesados como una diarrea de verano. Realmente tenéis más en común de lo que creéis pero ambos os dejáis llevar por el orgullo. Los dioses son incomprensibles y caprichosos y si han elegido a Dani, será por razones que aún no comprendes Ulf, ni tú ni nadie, pero seguro que todo cobrará sentido en algún momento. Y tú deberías tomártelo en serio, porque aunque no tengas fe en ellos, ahora eres parte de un plan más grande.
Esa noche esperarían en el bosque, sobre un risco pelado, la presencia de Thor para que les guiase en la misión que iban a emprender. Anocheció y subieron al pico, esperaron allí por más de dos horas y Danielle ya empezaba a pensar que no eran más que una broma del favorito de Odín. Mas un fulgor anunció la llegada del dios del trueno, los rayos alrededor lo materializaron y se presentó frente a los mortales en toda su magnificencia.*
Tras dos horas de espera Thor se presentó ante nosotros, lo primero que busque con la mirada es la jarra que debía haberlo enloquecido, pero no, parecía estar sobrio lo que me llevó a enarcar una ceja esperando escuchar sus motivos.
Yo era fiel a mis dioses, no los cuestionaba, me educaron para respetarlos, incluso en ocasiones para temerlos, solo que la guerra te acaba quitando el miedo, demasiado frecuente enfrentaba a Hela como para ahora temblar ante las deidades.
-Aquí te traemos a tu "elegida" -mis palabras destilaban cierta rabia, miles de norteños lo merecían mas que ella.
Nosotros llevábamos luchando desde antes de que los dientes nos salieran, Höor se había puesto tantas veces en pie que ya era una costumbre no hincar su rodilla en tierra y yo, yo perdí a mi padre por una revolución que seguía en auge corriendo por mi corazón y por mis venas, no comprendía los designios de los dioses y la verdad, tampoco los respetaba.
Ulf Tollak- Cambiante Clase Alta
- Mensajes : 196
Fecha de inscripción : 18/12/2016
Re: El tiempo entre condenas (privado)
El dios del trueno hizo su aparición y cuando vio al trio sonrió de medio lado. La bruja que servía a otros dioses pero que podía transitar por Asgard y que había dado a luz al favorito de su hermano Loki. El lobo fiel a las tradiciones, un gran guerrero que tenía a todas las valquirias revolucionadas porque su esposa había jurado perseguirlas si se le acercaban…eso había dado para muchas bromas en Asgard. Y la pirata atea que osaba replicarle a los dioses porque no creía en ellos incluso después de ver sus despliegues de poder.
— Venga Ulf, deja de masticar limones. Tú ya tienes un sitio en la gran cena, allí arriba te esperamos para festejar siempre tu mujer te deje cruzar el Bifröst, que cualquiera le dice algo cuando empuña la sartén. Es más, creo que esa sartén la debió forjar el mismo Sindri.
Giuliana se encogió de hombros poniendo una mueca porque estaba hasta los moños de que esa broma ya hubiera llegado incluso a Asgard.
—Para esta misión necesito de alguien concreto, así que no te enfurruñes, todo tiene explicación. Y para qué mentir… me divierte mucho convertir a una atea.
La pirata enarcó una ceja. ¡Pues no tenía fe ni nada el dios! Haría falta mucho más que una capa y unos rayos para que ella realmente sintiese agradecimiento, devoción o admiración por alguno de esos engreídos.*
— Venga Ulf, deja de masticar limones. Tú ya tienes un sitio en la gran cena, allí arriba te esperamos para festejar siempre tu mujer te deje cruzar el Bifröst, que cualquiera le dice algo cuando empuña la sartén. Es más, creo que esa sartén la debió forjar el mismo Sindri.
Giuliana se encogió de hombros poniendo una mueca porque estaba hasta los moños de que esa broma ya hubiera llegado incluso a Asgard.
—Para esta misión necesito de alguien concreto, así que no te enfurruñes, todo tiene explicación. Y para qué mentir… me divierte mucho convertir a una atea.
La pirata enarcó una ceja. ¡Pues no tenía fe ni nada el dios! Haría falta mucho más que una capa y unos rayos para que ella realmente sintiese agradecimiento, devoción o admiración por alguno de esos engreídos.*
Thorsteinn- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 18
Fecha de inscripción : 02/05/2018
Re: El tiempo entre condenas (privado)
Crecí fiel a los asgardianos, conocía sus leyendas, sus triunfos y derrotas y siempre respeté sus decisiones, en esta ocasión creo que Thor actuaba mas por diversión que con sentido común, cualquier norteño desempeñaría mejor que Dani aquello que deseara encomendarle, pero ....Thor era un dios y sus designios, aunque para mi incomprensibles debían ser aceptados.
Ladeé la sonrisa cuando habló de la sartén de mi mujer.
-Espero que en el Valhalla me den algo mas que un sofá donde aposentar mi culo peludo -bromeé mirando a Giuliana que frunció el ceño.
Me gustaba enfadarla, esos ojos que ponía cuando me atravesaba, mi esposa era la mujer mas bella que jamas había visto.
-Creo que el Valhalla va a tener que esperar, aun tengo mucho que hacer en Midgard.*
Cuando los veía asi, envidiaba el tipo de relación que tenían, sólo con mirarse se entendían y ciertamente su unión a pesar de todo lo que habían pasado y de todas sus incompatibilidades, estaba bendecida por Freya y por Mama Briggitte la diosa vudú equivalente. Si realmente esas diosas tenían algo que ver, ojalá bendijesen su tormentosa relación con el kamikaze Cannif algun dia. Sacudió brevemente la cabeza para sacarse esas reflexiones de encima y encaró a Thor.
— Bien, vale. Entonces…si no entendí mal este asunto, yo te consigo la espada hermana de la que fue a buscar Höor, pero la que es portadora de la Luz. Y Tú a cambio me otorgas la misma fuerza, resistencia y longevidad que Höor. ¿No es asi?.— Thor comenzó a pasear de forma indolente rodeando a la pirata.
—¿Todo se reduce a negocios? vaya… qué decepción. Yo pensaba que ya empezarías a apreciarme un poco…
—La fe es un don, señor. Uno no sabe cuándo ni por qué está ahí, pero está. Yo tengo la mia a mis dioses a pesar de que respeto su panteón, y educaré a mis hijos en su cultura. Pero no se puede culpar a quien no la tiene.— Giuliana intervino, defendiendo a Danielle, como ella la había defendido cientos de veces.
— No me hables de usted, entendemos que tú sirves a otros dioses, no hay problema con eso siempre que respetes lo acordado.*
-Mi mujer siempre ha respetado a mis dioses -la defendí -es mas, educa a nuestros hijos bajo la religión nórdica. Son norteños, vikingos, aunque eso no quitará que si alguno de ellos, que no sea Brökk desea conocer la cultura de su madre podrá hacerlo. Solo nuestro primogénito esta ligado a Asagard.
Sabía del esfuerzo que mi esposa había hecho por el norte y que dejara a un lado sus creencias era pedirle demasiado.
Ladeé la sonrisa cuando habló de la sartén de mi mujer.
-Espero que en el Valhalla me den algo mas que un sofá donde aposentar mi culo peludo -bromeé mirando a Giuliana que frunció el ceño.
Me gustaba enfadarla, esos ojos que ponía cuando me atravesaba, mi esposa era la mujer mas bella que jamas había visto.
-Creo que el Valhalla va a tener que esperar, aun tengo mucho que hacer en Midgard.*
Cuando los veía asi, envidiaba el tipo de relación que tenían, sólo con mirarse se entendían y ciertamente su unión a pesar de todo lo que habían pasado y de todas sus incompatibilidades, estaba bendecida por Freya y por Mama Briggitte la diosa vudú equivalente. Si realmente esas diosas tenían algo que ver, ojalá bendijesen su tormentosa relación con el kamikaze Cannif algun dia. Sacudió brevemente la cabeza para sacarse esas reflexiones de encima y encaró a Thor.
— Bien, vale. Entonces…si no entendí mal este asunto, yo te consigo la espada hermana de la que fue a buscar Höor, pero la que es portadora de la Luz. Y Tú a cambio me otorgas la misma fuerza, resistencia y longevidad que Höor. ¿No es asi?.— Thor comenzó a pasear de forma indolente rodeando a la pirata.
—¿Todo se reduce a negocios? vaya… qué decepción. Yo pensaba que ya empezarías a apreciarme un poco…
—La fe es un don, señor. Uno no sabe cuándo ni por qué está ahí, pero está. Yo tengo la mia a mis dioses a pesar de que respeto su panteón, y educaré a mis hijos en su cultura. Pero no se puede culpar a quien no la tiene.— Giuliana intervino, defendiendo a Danielle, como ella la había defendido cientos de veces.
— No me hables de usted, entendemos que tú sirves a otros dioses, no hay problema con eso siempre que respetes lo acordado.*
-Mi mujer siempre ha respetado a mis dioses -la defendí -es mas, educa a nuestros hijos bajo la religión nórdica. Son norteños, vikingos, aunque eso no quitará que si alguno de ellos, que no sea Brökk desea conocer la cultura de su madre podrá hacerlo. Solo nuestro primogénito esta ligado a Asagard.
Sabía del esfuerzo que mi esposa había hecho por el norte y que dejara a un lado sus creencias era pedirle demasiado.
Giuliana Mordrake- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 179
Fecha de inscripción : 01/04/2016
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El tiempo entre condenas (privado)
Dani era muy practica, quería igualarse a Höor y este era el modo de lograrlo, así que estaba seguro aceptaría la búsqueda a cambio de conseguir no surtirse inferior al lado del conde.
-Höor te ha servido con fidelidad Thor, esta mujer es suya, no se si arriesgar su vida es lo mas correcto -dije con respeto pero dejando claro que me oponía a aquella misión suicida.*
—¿Dudas de mi protección, Ulf? En primer lugar…vosotros dos iréis con ella. ¿Qué mejor protección que esa? bueno, si tu esposa desea quedarse con vuestra descendencia, no importa, yo os vigilaré de cerca y nada os sucederá. Preocupáos por Höor más bien, él va en busca de la espada maldita y le apoya Freya y su chucho.
Thor le pedía a Ulf una muestra de su fe y de su respeto, porque tenía más que claro que ese hombre siempre había tirado hacia su cultura sin importarle el precio, que podría haber llegado a ser hasta su propia familia. Giuliana miró a Ulf y colocó su mano enredándola en el antebrazo del lobo en claro signo de “donde él vaya, yo también”.*
Me pedía un salto de fe, bien sabía Thor que si me decía salta mi pregunta seria ¿como de alto? pero..no era norteña y ..dejé escapar el aire rindiéndome finalmente a la evidencia, Thor era un dios y su decisión estaba tomada.
-Höor no es fácil de matar, deberías saberlo ya -sentencié alzando el mentón para mirar al dios del trueno.
Creía en ese dios por encima de todo, por encima de casi todo pues mi lealtad siempre la tenia el conde por encima incluso de los dioses. Mis dedos se enredaron en los de mi esposa, este viaje lo haríamos juntos como muchos otros, no había lugar mas seguro que a mi lado para ella.
-Bien ¿por donde empezamos la búsqueda? -pregunté esperando que Thor nos indicara el camino.*
El dios paseó su mirada hacia el cielo despejado y levantó un segundo el dedo, consiguiendo que las nubes de pronto se arremolinasen y comenzaran a chocar descargando electricidad. Se giró teatralmente y miró a los humanos.
— Svalbard. La isla congelada al este de Groenlandia. El templo está sumergido, tendréis que llegar y buscar la forma de alcanzarlo.— su sonrisa le dio a Ulf la confirmación que necesitaba de por qué Dani era la mejor para esa misión. Navegar en mares de hielo, nadar en pozas que ocultaban secretos… no era una misión para Ulf, cuyas habilidades y fortalezas se daban en tierra firme.
Danielle comenzó a maquinar rápidamente, ese lugar era muy frío, los barcos encallaban entre el hielo y se quedaban presos en una tumba blanca sin nombre.
—Pero… si nos atrapa una ventisca…
— No habrá ventiscas, de eso me encargo yo. ¿Una fina lluvia serviría para quitar el hielo del casco? Dalo por hecho.*
La brújula ya marcaba nuestro destino y algo me decía que ahora la de la inglesa la alejaba de Höor mas que la acercaba.
Dani era buena en la mar, confiaba en su destreza y con ella surcaría los mares aunque alcanzar el confín del mundo fuera implícito en el trato, la había visto en acción, era una gran almirante y nadie a estas alturas en Akershus dudaba que la decisión del conde no tuvo nada que ver con las ganas de meterle la verga como con la necesidad que Akershus tenía de una flota para combatir por mar a Randulf y sus ratas.
Danielle Morgan- Humano Clase Media
- Mensajes : 245
Fecha de inscripción : 21/08/2017
Re: El tiempo entre condenas (privado)
-Bien, pues ¿empezamos la búsqueda?
Señalé a la pirata con mi indice enarcando una ceja.
-Eso si, si Höor pide una cabeza le entregaré la tuya sobre una bandeja de plata, eres tu la que has urdido este plan y no yo -advertí con esa sinceridad de la que siempre hacía gala.*
Para variar, Ulf siempre tan dispuesto a ayudarla. A veces le agotaba esa sensación de que el lobo siempre la tuviera en el punto de mira. Ella le había dado un voto de confianza desde el principio y él siempre desconfiaba y la miraba de reojo.
—Vale… tranquilo, seguro que con suerte me verás largarme cuando me pegue la patada por ello.— La pirata avanzó hacia Thor y se plantó delante de él.— ¿Cómo contacto contigo si te necesito?
—Puedes mandarme un cuervo.— Sonrió entre dientes y la rubia hizo una mueca. El dios miró a Ulf y después a la inglesa.— Siempre puedes rezar, él puede enseñarte.— Les guiñó el ojo y entre pequeñas descargas eléctricas desapareció.*
Volvimos a Akershus, mucho teníamos que preparar, entre otras cosas nosotros con quien dejaríamos a nuestros hijos. En principio Thor había dado su palabra a todos de que la misión sería segura, así que no había porque desconfiar. Hablé con Lund, él y Atharal se ocuparían de Akershus en nuestra ausencia, Khayla estaba recuperándose bien después de haber dado a luz a su primogénito, la feliz pareja estaba eufórica y me alegraba mucho por ambos. Lund parecía un hombre nuevo, Khayla encajaba bien con este y verlos juntos nos alegraba a todos los demás generales que éramos conscientes de lo mal que ambos lo habían pasado.
Llegó el día, mi mujer y yo nos presentamos en puerto, ese mismo día Dani levaría anclas rumbo a la isla de hielo que dios nos había marcado para dar con la espada de luz que necesitábamos.
-¿crees que esto no tendrá consecuencias? -pregunte a mi mujer mucho mas intuitiva para todas estas cosas que yo mismo.*
La bruja se había acostumbrado a doblegarse a la voluntad de los dioses, a estar a buenas con ellos, así podía pedirles los favores que a veces precisaban y sabía que de alguna forma eran sus aliados y que los protegían de las catástrofes. Pero como siempre decía, toda magia tiene un precio, y la suya era estar anclada a sus dioses vudú para lo bueno y para lo malo, y del mismo modo consideraba que actuarían los dioses nórdicos.
— Los dioses a veces favorecen a alguien porque sí, otras veces se ensañan y la mayoría de las veces se cobran lo que invierten. No creo que Thor nos mande a por la espada sólo porque la merecemos en Akershus, tendrá sus propias motivaciones y quien pagará el precio para bien o para mal será Dani y en general los mortales. Confiemos que tenga en cuenta vuestra devoción y que no sea un precio muy alto a pagar.
Odiaba separarse de sus hijos, pero por otro lado le apetecía pasar unas semanas con Ulf, sin tener que discutir por esos detalles del día a dia, sobre todo por Yrian. Los niños estarían bien atendidos y ella sabría si les pasaba algo, tenía una conexión directa con esos pequeños pero sobre todo, había visto en visiones su futuro a medio plazo y tenía pinta de que iban a ser siete en la familia, ellos y cinco vástagos, así que nada les sucedería a los pequeños.
Danielle los esperaba a bordo del Moby Dick, un barco ballenero que había fletado para ese viaje, pues los barcos normales no tenían el rompehielos, una quilla reforzada y que se zafaba de la congelación con más facilidad que el resto. Tenían arpones, poleas y unos botes ligeros que poder transportar fuera de la nave si esta quedaba encallada. Estaba pensada para travesías polares, donde el clima era tan inhóspito que costaba navegar. El capitán del Moby Dick era un islandés experimentado y ella se dejaría aconsejar por el hombre que estaba bien curtido en esos menesteres.
El deber de llevar Akershus recaería ahora en Lund y Khayla, que seguro que lo harían bien, pero Höor iba a cabrearse mucho cuando se enterase de todo eso. Se había despedido de los niños, Sirius había llevado el petate hasta la entrada, dispuesto a marcharse con ella, porque según el pequeño, necesitaban a alguien que controlase las ventiscas. Casi se echó a llorar cuando lo dijo, pero le explicó que aún era muy pequeño, pero cuando creciese, la acompañaría en alguna de sus misiones.*
Señalé a la pirata con mi indice enarcando una ceja.
-Eso si, si Höor pide una cabeza le entregaré la tuya sobre una bandeja de plata, eres tu la que has urdido este plan y no yo -advertí con esa sinceridad de la que siempre hacía gala.*
Para variar, Ulf siempre tan dispuesto a ayudarla. A veces le agotaba esa sensación de que el lobo siempre la tuviera en el punto de mira. Ella le había dado un voto de confianza desde el principio y él siempre desconfiaba y la miraba de reojo.
—Vale… tranquilo, seguro que con suerte me verás largarme cuando me pegue la patada por ello.— La pirata avanzó hacia Thor y se plantó delante de él.— ¿Cómo contacto contigo si te necesito?
—Puedes mandarme un cuervo.— Sonrió entre dientes y la rubia hizo una mueca. El dios miró a Ulf y después a la inglesa.— Siempre puedes rezar, él puede enseñarte.— Les guiñó el ojo y entre pequeñas descargas eléctricas desapareció.*
Volvimos a Akershus, mucho teníamos que preparar, entre otras cosas nosotros con quien dejaríamos a nuestros hijos. En principio Thor había dado su palabra a todos de que la misión sería segura, así que no había porque desconfiar. Hablé con Lund, él y Atharal se ocuparían de Akershus en nuestra ausencia, Khayla estaba recuperándose bien después de haber dado a luz a su primogénito, la feliz pareja estaba eufórica y me alegraba mucho por ambos. Lund parecía un hombre nuevo, Khayla encajaba bien con este y verlos juntos nos alegraba a todos los demás generales que éramos conscientes de lo mal que ambos lo habían pasado.
Llegó el día, mi mujer y yo nos presentamos en puerto, ese mismo día Dani levaría anclas rumbo a la isla de hielo que dios nos había marcado para dar con la espada de luz que necesitábamos.
-¿crees que esto no tendrá consecuencias? -pregunte a mi mujer mucho mas intuitiva para todas estas cosas que yo mismo.*
La bruja se había acostumbrado a doblegarse a la voluntad de los dioses, a estar a buenas con ellos, así podía pedirles los favores que a veces precisaban y sabía que de alguna forma eran sus aliados y que los protegían de las catástrofes. Pero como siempre decía, toda magia tiene un precio, y la suya era estar anclada a sus dioses vudú para lo bueno y para lo malo, y del mismo modo consideraba que actuarían los dioses nórdicos.
— Los dioses a veces favorecen a alguien porque sí, otras veces se ensañan y la mayoría de las veces se cobran lo que invierten. No creo que Thor nos mande a por la espada sólo porque la merecemos en Akershus, tendrá sus propias motivaciones y quien pagará el precio para bien o para mal será Dani y en general los mortales. Confiemos que tenga en cuenta vuestra devoción y que no sea un precio muy alto a pagar.
Odiaba separarse de sus hijos, pero por otro lado le apetecía pasar unas semanas con Ulf, sin tener que discutir por esos detalles del día a dia, sobre todo por Yrian. Los niños estarían bien atendidos y ella sabría si les pasaba algo, tenía una conexión directa con esos pequeños pero sobre todo, había visto en visiones su futuro a medio plazo y tenía pinta de que iban a ser siete en la familia, ellos y cinco vástagos, así que nada les sucedería a los pequeños.
Danielle los esperaba a bordo del Moby Dick, un barco ballenero que había fletado para ese viaje, pues los barcos normales no tenían el rompehielos, una quilla reforzada y que se zafaba de la congelación con más facilidad que el resto. Tenían arpones, poleas y unos botes ligeros que poder transportar fuera de la nave si esta quedaba encallada. Estaba pensada para travesías polares, donde el clima era tan inhóspito que costaba navegar. El capitán del Moby Dick era un islandés experimentado y ella se dejaría aconsejar por el hombre que estaba bien curtido en esos menesteres.
El deber de llevar Akershus recaería ahora en Lund y Khayla, que seguro que lo harían bien, pero Höor iba a cabrearse mucho cuando se enterase de todo eso. Se había despedido de los niños, Sirius había llevado el petate hasta la entrada, dispuesto a marcharse con ella, porque según el pequeño, necesitaban a alguien que controlase las ventiscas. Casi se echó a llorar cuando lo dijo, pero le explicó que aún era muy pequeño, pero cuando creciese, la acompañaría en alguna de sus misiones.*
- Tema Akershus paralelo a la busqueda de las espadas pero con Lund y Khayla como protagonistas.:
- http://www.victorianvampires.com/t42311-donde-fuimos-invencibles-privado
Ulf Tollak- Cambiante Clase Alta
- Mensajes : 196
Fecha de inscripción : 18/12/2016
Re: El tiempo entre condenas (privado)
Los haces de luz se adentraban por los postigos de la vieja cabaña donde desde hace demasiado tiempo vivía en soledad, mi destino había quedado ligado al del acero, proteger la espada del equilibrio era mi única misión y salvar del caos el mundo mi obligación, si las otras dos espadas que jamas debieron ser forjadas algún día despertaban de su letargo eterno.
Me lavé la cara en la palangana de gas claras, las gotas resbalaron por mi nariz acariciando mi barba, llevé la diestra a la toalla secando mi rostro al instante, después me calcé los pantalones, las botas y una vieja camisola algo raída por el paso de los años.
Salí de la cabaña tomando la montura que a sus puertas me esperaba perfectamente pertrechada y puse rumbo hacia aquella zona del bosque poco soleada, donde sin duda reinaría la paz suficiente para volver ha hacer silbar mi espada al viento.
Azuce al caballo lo mas rápido que pude sintiendo el aire fresco golpear mi rostro con esa sensación a libertad que proporcionaba el silencio de un bosque plagado de vida, mas no lo detuve ni un momento para tomar aire hasta alcanzar la meta fijada.
Tras un refrescante baño en las aguas del arrollo que limpiaron mi piel de los restos de suciedad que la impregnaban, coloque mis pantalones en su lugar y con los pies descalzos para sentir las briznas de hierba así como cada trozo de tierra bajo mis pies, emprendí aquel entrenamiento girando el acero entre mis manos.
Cerré los ojos dejando el viento golpear mi rostro, escuchándola silbar a mi alrededor con certeros movimientos, mientras mis pies danzaban junto a ella.
Llevaba dos noches soñando lo mismo, con una mujer de cabellos dorados, cortos y algo alborotados, sus ojos eran profundos mares. Bestia una casaca, nada tenía que ver con el resto de las mujeres que hacía tiempo, antes de mi retiro a este lugar marcado por los dioses, había conocido.
Me lavé la cara en la palangana de gas claras, las gotas resbalaron por mi nariz acariciando mi barba, llevé la diestra a la toalla secando mi rostro al instante, después me calcé los pantalones, las botas y una vieja camisola algo raída por el paso de los años.
Salí de la cabaña tomando la montura que a sus puertas me esperaba perfectamente pertrechada y puse rumbo hacia aquella zona del bosque poco soleada, donde sin duda reinaría la paz suficiente para volver ha hacer silbar mi espada al viento.
Azuce al caballo lo mas rápido que pude sintiendo el aire fresco golpear mi rostro con esa sensación a libertad que proporcionaba el silencio de un bosque plagado de vida, mas no lo detuve ni un momento para tomar aire hasta alcanzar la meta fijada.
Tras un refrescante baño en las aguas del arrollo que limpiaron mi piel de los restos de suciedad que la impregnaban, coloque mis pantalones en su lugar y con los pies descalzos para sentir las briznas de hierba así como cada trozo de tierra bajo mis pies, emprendí aquel entrenamiento girando el acero entre mis manos.
Cerré los ojos dejando el viento golpear mi rostro, escuchándola silbar a mi alrededor con certeros movimientos, mientras mis pies danzaban junto a ella.
Llevaba dos noches soñando lo mismo, con una mujer de cabellos dorados, cortos y algo alborotados, sus ojos eran profundos mares. Bestia una casaca, nada tenía que ver con el resto de las mujeres que hacía tiempo, antes de mi retiro a este lugar marcado por los dioses, había conocido.
Tyr- Licántropo Clase Media
- Mensajes : 14
Fecha de inscripción : 04/05/2018
Re: El tiempo entre condenas (privado)
Svalbard, la isla helada de Groenlandia, allí dirigieron al Moby Dick, el barco ballenero. La travesía debía sortear las islas británicas porque era imposible bordear la costa noruega sin ser pasto de los cañones de Randulf, que patrullaban esas orillas. De no haber estado el rey flatuloso en casa, en dos días habría llegado, pero de esta forma, una semana fue necesaria para alcanzar los albores del círculo polar ártico.
Thor cumplió su promesa y mantuvo los cielos despejados y el viento a favor. Danielle se tuvo que rendir a la evidencia y al igual que Giuliana se pertrechó con pieles y ropas más adecuadas para soportar un frío tan intenso, parecía una salvaje con el pellejo de oso sobre los hombros.
— Sigo sin entender lo de los nueve reinos, vale, entiendo que esté este, Midgard, y Asgard, donde se supone que viven los dioses, incluso Helmheim que sería como el infierno pero ¿para qué más? Es decir… ¿Muspelheim, Niflheim, Vanaheim…? El calor, el frío, la creación, la destrucción…me resulta complicado de entender. ¿Y dónde están?
La mente racional y práctica de la pirata desesperaba a Ulf, que como profesor de teología era bastante nulo.
—Además tenéis tantos dioses y “criaturas” que no sé quién manda. Freya y Odín son casi iguales…las nornas son de lo más poderoso, los gigantes del hielo, el Jörmugander… Si tenéis que adorar un dios ¿por qué no adoráis directamente a Odín en vez de a sus hijos? aaaaghhh… creo que esto no lo entenderé nunca.
Estaban ambos apoyados en la baranda de proa viendo cómo los bloques de hielo se abrían paso bordeando la quilla de la embarcación, el viaje estaba siendo lento porque en terreno congelado no podían ir deprisa, corrían riesgo de encallar.
— Vale, ya sabes que me bautizaron como cristiana protestante, pero no soy muy creyente…verás, eso de poner la otra mejilla no va mucho conmigo, ya lo sabes. Pero de ahí a creer en serpientes colosales que devorarán la Tierra… me cuesta mucho Ulf, es como si yo te pidiese a ti que ahora te volvieras cristiano.
Oteó el horizonte y los colores rojizos se unían con los azules y blancos. ¿Dónde estaría Höor? ¿Qué estaría haciendo? Miró a la bruja y trató de mantener a rayas sus cavilaciones.
—¿Ves algo? ¿Lo ha visto en sueños?…— Giuliana negó con la cabeza, Dani resopló soltando el aire y viendo como se cristalizaba frente a sus labios, miró al cielo y murmuró.— Thor… no le falles.
Ni siquiera lo pedía para ella misma, sólo imploraba a quien fuera que estuviera escuchando, que protegiese a Höor, pues bien sabía que no vacilaría en lanzarse de cabeza contra el peligro.
Llegarían a Svalbard en menos de una hora y necesitaría poner toda su maquinaria mental a funcionar, apenas habían registros cartográficos de ella, pero al parecer tenía forma de hoja de abedul y en su centro había una hoya con un lago y cavernas subterráneas. ¿Cómo podrían entrar allí? ¿Cómo podrían alcanzar el templo sumergido? Demasiadas incógnitas por resolver.
Thor cumplió su promesa y mantuvo los cielos despejados y el viento a favor. Danielle se tuvo que rendir a la evidencia y al igual que Giuliana se pertrechó con pieles y ropas más adecuadas para soportar un frío tan intenso, parecía una salvaje con el pellejo de oso sobre los hombros.
— Sigo sin entender lo de los nueve reinos, vale, entiendo que esté este, Midgard, y Asgard, donde se supone que viven los dioses, incluso Helmheim que sería como el infierno pero ¿para qué más? Es decir… ¿Muspelheim, Niflheim, Vanaheim…? El calor, el frío, la creación, la destrucción…me resulta complicado de entender. ¿Y dónde están?
La mente racional y práctica de la pirata desesperaba a Ulf, que como profesor de teología era bastante nulo.
—Además tenéis tantos dioses y “criaturas” que no sé quién manda. Freya y Odín son casi iguales…las nornas son de lo más poderoso, los gigantes del hielo, el Jörmugander… Si tenéis que adorar un dios ¿por qué no adoráis directamente a Odín en vez de a sus hijos? aaaaghhh… creo que esto no lo entenderé nunca.
Estaban ambos apoyados en la baranda de proa viendo cómo los bloques de hielo se abrían paso bordeando la quilla de la embarcación, el viaje estaba siendo lento porque en terreno congelado no podían ir deprisa, corrían riesgo de encallar.
— Vale, ya sabes que me bautizaron como cristiana protestante, pero no soy muy creyente…verás, eso de poner la otra mejilla no va mucho conmigo, ya lo sabes. Pero de ahí a creer en serpientes colosales que devorarán la Tierra… me cuesta mucho Ulf, es como si yo te pidiese a ti que ahora te volvieras cristiano.
Oteó el horizonte y los colores rojizos se unían con los azules y blancos. ¿Dónde estaría Höor? ¿Qué estaría haciendo? Miró a la bruja y trató de mantener a rayas sus cavilaciones.
—¿Ves algo? ¿Lo ha visto en sueños?…— Giuliana negó con la cabeza, Dani resopló soltando el aire y viendo como se cristalizaba frente a sus labios, miró al cielo y murmuró.— Thor… no le falles.
Ni siquiera lo pedía para ella misma, sólo imploraba a quien fuera que estuviera escuchando, que protegiese a Höor, pues bien sabía que no vacilaría en lanzarse de cabeza contra el peligro.
Llegarían a Svalbard en menos de una hora y necesitaría poner toda su maquinaria mental a funcionar, apenas habían registros cartográficos de ella, pero al parecer tenía forma de hoja de abedul y en su centro había una hoya con un lago y cavernas subterráneas. ¿Cómo podrían entrar allí? ¿Cómo podrían alcanzar el templo sumergido? Demasiadas incógnitas por resolver.
Danielle Morgan- Humano Clase Media
- Mensajes : 245
Fecha de inscripción : 21/08/2017
Re: El tiempo entre condenas (privado)
Dani era incapaz de abrir su mente y comprender, su mente cavilaba de un modo diferente a la nuestra, era practica en sus formas, solo lo que entendía tenia coherencia, pero la fe era algo distinto.
Resople volviendo a empezar, intentando comprendiera nuestra cultura pues ahora de alguna manera formaba parte de la misma, ella y Thor estaban vinculados.
-En Asgard, el hogar de los dioses, habitaban los Æsir, que es Odin y sus hijos, Thor, dios del trueno, Loqui dios del caos, Balder, hijo de Odín, es el dios de la belleza y la inteligencia. Tyr es el dios del valor,. Bragi es el dios de la sabiduría y la elocuencia; Heimdall es hijo de nueve doncellas y guardián de los dioses; el custodia el puente bifrost. Höðr es el misterioso dios ciego, Vidar es el dios taciturno, pero elocuente y capaz de resolver conflictos, Váli es el dios de los arqueros, su puntería es insuperable. Ull es el dios del combate cuerpo a cuerpo. Forseti es el As de la concordia y la amistad.
Entre las diosas se encuentran Frigg, esposa de Odín, la vidente; Eir, la curandera; Sjöfn, que conduce los pensamientos de los hombres hacia el amor; Var, diosa de los juramentos; Syn, la guardiana de las puertas; Iðunn, esposa de Bragi, que guarda en un estuche las manzanas que morderán los dioses cuando envejezcan.
Después están los Vanir, dioses del mar, del viento, de los bosques y las fuerzas de la naturaleza. Njörðr rige el viento, el mar y el fuego, y tiene como esposa a Skaði, la cazadora. Frey y Freyja son hijos de Njörðr: Frey rige la lluvia y el sol y Freyja es la diosa del amor, de la abundancia y reina de las valquirias.
Esperaba me comprendiera, pero ella ponía cara de no hacerlo, se cubría con las pieles y no pude evitar ladear la sonrisa pensando en que con esa pinta tan salvaje estaba seguro que a Höor le pondría.
-Las nornas tejen el destino de los hombres, hay elfos oscuros y de luz y de alguna manera guardan así el equilibrio, estamos nosotros, los hombres y los gigantes, bestias mágicas. El gran Fresno atrapa sus nueve reinos con sus ramas ¿no te ha contado nada de esto Höor? -pregunté enarcando una ceja mirándola.
Me acerqué a Giuliana ya cansado y hundí mi cabeza en su cuello dejandole un mordisco.
-Sálvame de esta mujer insaciable de conocimiento -bromeé mientras la bruja me acariciaba el pelo enredando sus dedos en mis mechones dorados.
-Höor estará bien -le dije a la preocupada pirata -es un superviviente.
Resople volviendo a empezar, intentando comprendiera nuestra cultura pues ahora de alguna manera formaba parte de la misma, ella y Thor estaban vinculados.
-En Asgard, el hogar de los dioses, habitaban los Æsir, que es Odin y sus hijos, Thor, dios del trueno, Loqui dios del caos, Balder, hijo de Odín, es el dios de la belleza y la inteligencia. Tyr es el dios del valor,. Bragi es el dios de la sabiduría y la elocuencia; Heimdall es hijo de nueve doncellas y guardián de los dioses; el custodia el puente bifrost. Höðr es el misterioso dios ciego, Vidar es el dios taciturno, pero elocuente y capaz de resolver conflictos, Váli es el dios de los arqueros, su puntería es insuperable. Ull es el dios del combate cuerpo a cuerpo. Forseti es el As de la concordia y la amistad.
Entre las diosas se encuentran Frigg, esposa de Odín, la vidente; Eir, la curandera; Sjöfn, que conduce los pensamientos de los hombres hacia el amor; Var, diosa de los juramentos; Syn, la guardiana de las puertas; Iðunn, esposa de Bragi, que guarda en un estuche las manzanas que morderán los dioses cuando envejezcan.
Después están los Vanir, dioses del mar, del viento, de los bosques y las fuerzas de la naturaleza. Njörðr rige el viento, el mar y el fuego, y tiene como esposa a Skaði, la cazadora. Frey y Freyja son hijos de Njörðr: Frey rige la lluvia y el sol y Freyja es la diosa del amor, de la abundancia y reina de las valquirias.
Esperaba me comprendiera, pero ella ponía cara de no hacerlo, se cubría con las pieles y no pude evitar ladear la sonrisa pensando en que con esa pinta tan salvaje estaba seguro que a Höor le pondría.
-Las nornas tejen el destino de los hombres, hay elfos oscuros y de luz y de alguna manera guardan así el equilibrio, estamos nosotros, los hombres y los gigantes, bestias mágicas. El gran Fresno atrapa sus nueve reinos con sus ramas ¿no te ha contado nada de esto Höor? -pregunté enarcando una ceja mirándola.
Me acerqué a Giuliana ya cansado y hundí mi cabeza en su cuello dejandole un mordisco.
-Sálvame de esta mujer insaciable de conocimiento -bromeé mientras la bruja me acariciaba el pelo enredando sus dedos en mis mechones dorados.
-Höor estará bien -le dije a la preocupada pirata -es un superviviente.
Ulf Tollak- Cambiante Clase Alta
- Mensajes : 196
Fecha de inscripción : 18/12/2016
Re: El tiempo entre condenas (privado)
"No le falles". Ese ruego le hizo ladear la sonrisa. Así que la atea de alguna manera creía en lo que veía, y a él lo había visto. Había contemplado cómo Höor le tenía mucha fe, sus hijos lo adoraban, su pueblo lo aclamaba...y la racional mujer de ojos marinos no había creído ni una sóla de las historias hasta que lo vio bajar con el Mjölnir echando rayos. Vale, eso era un paso adelante, los escépticos necesitaban pruebas y ella las había tenido, ahora creía por certeza, y porque él sí creía en sus dioses.
No pudo evitar reírse cuando el cambiante se esforzaba por explicarle sus costumbres, sus creencias y aunque le ponía pasión al relato, la rubia se lo desmontaba analizando cada punto extraño o incoherente. Las mentes que no estaban preparadas para aceptar el misterio y los caminos insecrutables de los dioses, se estrellaban una y otra vez contra el muro del raciocinio.
Cuando le dijo "no le falles", agitó un poco el martillo y un rayo iluminó el cielo a pesar de que no habían apenas nubes, ahí estaba la confirmación de que Thor la escuchaba.
—Las espadas están conectadas, hermano. Pronto se revelarán las tres.— le dijo Loki colocándose a su lado, mirando también hacia abajo, contemplando la travesía de los mortales, tanto los que iban en busca de una espada, cómo los que navegaban rumbo a la otra.
—Y tú desearías empuñar la del caos ¿cierto?.— el moreno sonrió entre dientes.
—¿Tan predecible soy?
— sólo a veces.— Thor sonrió y apoyó las manos sobre la baranda.— Por suerte para todos, ningún dios puede empuñarlas. ¿Vas a interferir con lo de Hela?.— Loki puso una mueca indescifrable.
— ¿Por qué quieres saberlo todo? déjate sorprender...
— Bien, si me toca mucho las narices, tendrér que intervenir.
—¡Bah! hermanito, no te preocupes, esto es la sal de la vida, si no tu existencia sería un largo y aburrido devenir. Por cierto. ¿Qué tiene de especial esa rubia?
Esta vez fue Thor el que sonrió enigmáticamente a su hermano y le contestó con sus mismas palabras.
— no quieras saberlo todo... déjate sorprender. Tú ya tienes tu juguete, el niño de esos dos, deja algo para los demás.
El dios de caos achinó los ojos, estaba claro que no se tragaba las palabras de su hermano, pero lo averiguaría por sí mismo. ¿Y si tentaba al guardián de la espada del equilibrio cuando ésta se revelase? no podían empuñarlas, pero no había normas sobre no manipular a sus custodios.
No pudo evitar reírse cuando el cambiante se esforzaba por explicarle sus costumbres, sus creencias y aunque le ponía pasión al relato, la rubia se lo desmontaba analizando cada punto extraño o incoherente. Las mentes que no estaban preparadas para aceptar el misterio y los caminos insecrutables de los dioses, se estrellaban una y otra vez contra el muro del raciocinio.
Cuando le dijo "no le falles", agitó un poco el martillo y un rayo iluminó el cielo a pesar de que no habían apenas nubes, ahí estaba la confirmación de que Thor la escuchaba.
—Las espadas están conectadas, hermano. Pronto se revelarán las tres.— le dijo Loki colocándose a su lado, mirando también hacia abajo, contemplando la travesía de los mortales, tanto los que iban en busca de una espada, cómo los que navegaban rumbo a la otra.
—Y tú desearías empuñar la del caos ¿cierto?.— el moreno sonrió entre dientes.
—¿Tan predecible soy?
— sólo a veces.— Thor sonrió y apoyó las manos sobre la baranda.— Por suerte para todos, ningún dios puede empuñarlas. ¿Vas a interferir con lo de Hela?.— Loki puso una mueca indescifrable.
— ¿Por qué quieres saberlo todo? déjate sorprender...
— Bien, si me toca mucho las narices, tendrér que intervenir.
—¡Bah! hermanito, no te preocupes, esto es la sal de la vida, si no tu existencia sería un largo y aburrido devenir. Por cierto. ¿Qué tiene de especial esa rubia?
Esta vez fue Thor el que sonrió enigmáticamente a su hermano y le contestó con sus mismas palabras.
— no quieras saberlo todo... déjate sorprender. Tú ya tienes tu juguete, el niño de esos dos, deja algo para los demás.
El dios de caos achinó los ojos, estaba claro que no se tragaba las palabras de su hermano, pero lo averiguaría por sí mismo. ¿Y si tentaba al guardián de la espada del equilibrio cuando ésta se revelase? no podían empuñarlas, pero no había normas sobre no manipular a sus custodios.
Thorsteinn- Hechicero Clase Alta
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Fecha de inscripción : 02/05/2018
Re: El tiempo entre condenas (privado)
Giuliana negó ante la pregunta de Danielle, no lo había visto en visiones por el momento y alguna cosa que había percibido era vaga y oscura y prefería no mencionárselo. El barco estaba arribando a la costa de Svalbard, Ulf le prestaba su calor con el abrazo que la envolvía y aunque estaba segura de que estar allí era lo correcto y lo necesario, pues sus dioses así lo habían indicado, tenía una sensación de pesadez inquietante. Era como cuando esperas la tormenta pero ésta se hace de rogar y sabes que está ahí acechando para caer con toda la fuerza. ¿Sería algo concerniente a Akershus? ¿Estarían bien por allí? sus hijos estaban en la ciudad, sabía que Hilda, Arne y el personal del castillo al mando de Khayla y Lund los cuidarían, pero si hubiera un ataque a gran escala, una epidemia o algo asi...ellos estaba lejos y prefería no pensarlo, pero tenía un mal presagio.
El barco llegó hasta la orilla helada y allí desembarcaron. Tendrían seis días como mucho antes de que bajasen las temperaturas de nuevo y corrieran el riesgo de quedarse atrapados en el hielo. Hicieron noche allí y partiría al rayar el alba. Giuliana se acercó a Danielle que oteaba el horizonte oscuro con el catalejo, casi podía escuchar los engranajes de su cerebro funcionar a toda máquina, le puso la mano sobre el hombro. La bruja era muy sensitiva, sabía que la inglesa había tomado la decisión de ir a por esa espada aconsejada por Thor, dando ese salto de fe, porque si el dios lo decía era porque sería necesaria para contrarrestar de algún modo la que Höor iba a buscar para acabar con Hela. Pero esas decisiones la meterían en mucho más problemas, seguramente a un alto coste personal, y como siempre, decidía sacrificar lo que para ella era importante anteponiendo lo que era necesario para Akershus, Höor o los demás. Desde que la conoció, había asistido a su viaje personal que la había llevado de una vida como rata traidora del mar, a ser almirante, a ser responsable de muchos y a aceptar una vida llena de sombras más que de luces.
— Estará bien, los dioses lo cuidarán, pues él es la llave de Midgard, si él cae, Hela gana. Pero te entiendo. Yo a veces cuando Ulf se va, a pesar de que sé que volverá porque lo he visto, no puedo dormir, la incertidumbre es un gran enemigo.
Dani expulsó el aire despacio en la fría noche, sabía que ese tiempo separados no les haría ningún bien, menos cuando ella había abandonado Akershus, pero por otro lado estaba haciendo un gran esfuerzo por comprender su cultura, sus dioses y aceptarlos en su vida como había aceptado el idioma o las costumbres.
—Tengo que confiar en Thor, no me queda más remedio.
—Los dioses suelen tratar bien a quienes siguen sus mandatos.
Danielle iba a replicar que eso no tenía sentido porque en las guerras morían muchos que habían respetado los preceptos y creían ciegamente en ellos…pero desterró esos pensamientos porque con la lógica no iba a conseguir nunca creer de verdad.
El barco llegó hasta la orilla helada y allí desembarcaron. Tendrían seis días como mucho antes de que bajasen las temperaturas de nuevo y corrieran el riesgo de quedarse atrapados en el hielo. Hicieron noche allí y partiría al rayar el alba. Giuliana se acercó a Danielle que oteaba el horizonte oscuro con el catalejo, casi podía escuchar los engranajes de su cerebro funcionar a toda máquina, le puso la mano sobre el hombro. La bruja era muy sensitiva, sabía que la inglesa había tomado la decisión de ir a por esa espada aconsejada por Thor, dando ese salto de fe, porque si el dios lo decía era porque sería necesaria para contrarrestar de algún modo la que Höor iba a buscar para acabar con Hela. Pero esas decisiones la meterían en mucho más problemas, seguramente a un alto coste personal, y como siempre, decidía sacrificar lo que para ella era importante anteponiendo lo que era necesario para Akershus, Höor o los demás. Desde que la conoció, había asistido a su viaje personal que la había llevado de una vida como rata traidora del mar, a ser almirante, a ser responsable de muchos y a aceptar una vida llena de sombras más que de luces.
— Estará bien, los dioses lo cuidarán, pues él es la llave de Midgard, si él cae, Hela gana. Pero te entiendo. Yo a veces cuando Ulf se va, a pesar de que sé que volverá porque lo he visto, no puedo dormir, la incertidumbre es un gran enemigo.
Dani expulsó el aire despacio en la fría noche, sabía que ese tiempo separados no les haría ningún bien, menos cuando ella había abandonado Akershus, pero por otro lado estaba haciendo un gran esfuerzo por comprender su cultura, sus dioses y aceptarlos en su vida como había aceptado el idioma o las costumbres.
—Tengo que confiar en Thor, no me queda más remedio.
—Los dioses suelen tratar bien a quienes siguen sus mandatos.
Danielle iba a replicar que eso no tenía sentido porque en las guerras morían muchos que habían respetado los preceptos y creían ciegamente en ellos…pero desterró esos pensamientos porque con la lógica no iba a conseguir nunca creer de verdad.
Giuliana Mordrake- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 179
Fecha de inscripción : 01/04/2016
DATOS DEL PERSONAJE
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Re: El tiempo entre condenas (privado)
Svalbard estaba dividida en dos grandes islas y un sinfín de islotes; la principal tenía forma de punta de sílex y en su centro había una depresión donde el mar de Groenlandia mordía la tierra en forma de laguna salada. Para acceder a ella debían atravesar el paso entre montañas y los mapas cartográficos eran muy poco precisos. Ulf se adelantó en su forma lupina, porque cubría mucho más terreno rápidamente y el frío no le afectaba tanto. La bruja y la pirata lo siguieron a pie, dejando en el campamento base al barco ballenero en espera.
Tras atravesar un desfiladero donde se alzaban enormes columnas de roca helada, llegaron al final de la unión de ambas cordilleras que cerraban el paso al viajero dejando sólo una puerta natural del tamaño de un hombre. Bajo el hielo acumulado en las paredes se podía adivinar unas inscripciones rúnicas. Giuliana utilizó un truco de bruja para canalizar su energía de barrera en forma de calor y fundió el cristal helado que tapaba las letras. Era una suerte de noruego antiguo, ella podía leer algunas pero no todas.
— ¿qué pone ahí?.— preguntó Danielle algo impotente por no saber leerlo. Ulf sonrió con suficiencia, estaba en su territorio y esa inglesa deslenguada no lo sabía todo.
— "dime lo que ves en el espejo y entra".
Los tres se acercaron más al portal y cuando Danielle acercó la mano, éste brilló resplandeciente como un espejo de hielo. Era un hechizo. Miró a Giuliana que negó con la cabeza, esa magia era muy antigua y se escapaba de su control. La bruja lo inspeccionó con cuidado y finalmente resolvió que había que averiguar el santo y seña para poder abrirlo.
— Veo a...¿una bruja?.— el portal no hizo amago de responder.
— Un lobo.— probó Ulf. Pero nada.
—unos viajeros..?— Dijo la inglesa. Pero no, seguía son abrirse.
— ¡Mierda!. ¡Abréte, maldita!— masculló Ulf. Agarró una piedra y la estampó contra el portal que ni se inmutó, el cristal que reflejaba sus imágenes a veces transparentaba el otro lado y podían ver el valle y la laguna salada.
— ¿seguro que lo has leido bien?.— por respuesta obtuvo un bolazo de nieve.
Probaron todas las opciones que se les ocurrieron, desde sus nombres propios, sus rangos, relaciones o descripciones físicas, pero el portal no parecía responder a nada. Ulf se sentó sobre una pierda bufando y resoplando, Giuliana se dedicó a tratar de levantar la salvaguarda, pero era imposible, magia arcana, antigua como el hielo y como la espada que se ocultaba tras esas cordilleras.
— Si no podemos cruzar por aquí, tendremos que hacerlo por ahí.— Ulf señaló la cima de los desfiladeros, era imposible trepar allí por el hielo y quién sabe qué habría al otro lado, quizás sólo paredes lisas.
Danielle estaba plantada delante de la puerta dándose golpecitos en la barbilla, escrutando esas runas incomprensibles a sus ojos hasta que se le encendió la chispa.
— Es un acertijo...¡joder! es una puta broma mágica!!...— se acercó al portal y colocó la mano sobre el hielo.— "lo que ves en el espejo y entra".— Repitió las palabras que ponía escritas, no se trataba de decir lo que reflejaba el hielo, sino de seguir la orden que daba el acertijo "dime lo que ves en el espajo y entra".
Tras sus palabras, la superficie pulida comenzó a resquebrajarse, unas finas líneas surcaron ese hielo indestructible. Ladeó la cabeza sonriendo a Ulf que enarcó una ceja. Eran un buen equipo, hacía falta alguien ingenioso para cubrir todos los flancos, el guerrero, la bruja y la pirata.
Tras atravesar un desfiladero donde se alzaban enormes columnas de roca helada, llegaron al final de la unión de ambas cordilleras que cerraban el paso al viajero dejando sólo una puerta natural del tamaño de un hombre. Bajo el hielo acumulado en las paredes se podía adivinar unas inscripciones rúnicas. Giuliana utilizó un truco de bruja para canalizar su energía de barrera en forma de calor y fundió el cristal helado que tapaba las letras. Era una suerte de noruego antiguo, ella podía leer algunas pero no todas.
— ¿qué pone ahí?.— preguntó Danielle algo impotente por no saber leerlo. Ulf sonrió con suficiencia, estaba en su territorio y esa inglesa deslenguada no lo sabía todo.
— "dime lo que ves en el espejo y entra".
Los tres se acercaron más al portal y cuando Danielle acercó la mano, éste brilló resplandeciente como un espejo de hielo. Era un hechizo. Miró a Giuliana que negó con la cabeza, esa magia era muy antigua y se escapaba de su control. La bruja lo inspeccionó con cuidado y finalmente resolvió que había que averiguar el santo y seña para poder abrirlo.
— Veo a...¿una bruja?.— el portal no hizo amago de responder.
— Un lobo.— probó Ulf. Pero nada.
—unos viajeros..?— Dijo la inglesa. Pero no, seguía son abrirse.
— ¡Mierda!. ¡Abréte, maldita!— masculló Ulf. Agarró una piedra y la estampó contra el portal que ni se inmutó, el cristal que reflejaba sus imágenes a veces transparentaba el otro lado y podían ver el valle y la laguna salada.
— ¿seguro que lo has leido bien?.— por respuesta obtuvo un bolazo de nieve.
Probaron todas las opciones que se les ocurrieron, desde sus nombres propios, sus rangos, relaciones o descripciones físicas, pero el portal no parecía responder a nada. Ulf se sentó sobre una pierda bufando y resoplando, Giuliana se dedicó a tratar de levantar la salvaguarda, pero era imposible, magia arcana, antigua como el hielo y como la espada que se ocultaba tras esas cordilleras.
— Si no podemos cruzar por aquí, tendremos que hacerlo por ahí.— Ulf señaló la cima de los desfiladeros, era imposible trepar allí por el hielo y quién sabe qué habría al otro lado, quizás sólo paredes lisas.
Danielle estaba plantada delante de la puerta dándose golpecitos en la barbilla, escrutando esas runas incomprensibles a sus ojos hasta que se le encendió la chispa.
— Es un acertijo...¡joder! es una puta broma mágica!!...— se acercó al portal y colocó la mano sobre el hielo.— "lo que ves en el espejo y entra".— Repitió las palabras que ponía escritas, no se trataba de decir lo que reflejaba el hielo, sino de seguir la orden que daba el acertijo "dime lo que ves en el espajo y entra".
Tras sus palabras, la superficie pulida comenzó a resquebrajarse, unas finas líneas surcaron ese hielo indestructible. Ladeó la cabeza sonriendo a Ulf que enarcó una ceja. Eran un buen equipo, hacía falta alguien ingenioso para cubrir todos los flancos, el guerrero, la bruja y la pirata.
Danielle Morgan- Humano Clase Media
- Mensajes : 245
Fecha de inscripción : 21/08/2017
Re: El tiempo entre condenas (privado)
Enarqué una ceja cuando la maldita pirata dio con la solución, tenía que reconocerle su merito, esa cabeza pensante funcionaba mejor que mis mamporros, al menos en estas circunstancias.
Me puse en pie con una ladeada sonrisa en la cara y gesto triunfal.
-Dejarme pasar a mi primero, os protegeré -no pude evitar morderme la lengua de la risa mientras trataba de aguantarla, podía imaginar a mis espaldas como mi esposa y la arpía se miraban para pensar de mi que era un lobo engreído y la verdad es que no se equivocaban.
Desenvainé el mandoble y fijando mis ojos en la puerta pronuncié en alto esa frase que antes la pirata había convertido en el pase de entrada.
Traslucido el portal parecía quebrarse a mi voluntad, primor la punta de acero atravesó el cristal que ahora parecía transformarse en agua engullendonos y después todo mi cuerpo.
Nada mas atravesar aquella puerta mágica nos encontramos con un mundo de hielo, sin duda alguna bien podía ser Niflheim, el reino de la oscuridad y de las tinieblas, envuelto por una niebla perpetua.1En él habita el dragón Níðhöggr que roe sin cesar las raíces del fresno perenne Yggdrasil.
A mi espalda aparecieron las dos mujeres, encontrar la espada era fundamental para que Dani pudiera unirse a Thor como este había solicitado y si algo sabia era que no era bueno cuestionar los designios de las deidades.
Me acerqué a Dani que desde que había conocido al dios del trueno parecía muy interesada en nuestra cultura.
-En uno de los bloques de hielo vivía un gigante primitivo, YMIR y una vaca gigante, de la cual se alimentaba Ymir bebiendo su leche. Ymir era hermafrodita,sus piernas copularon entre sí, creando la raza de los gigantes, los gigantes de la escarcha, los JOTUN -le explique para que comprendiera bien la creación de los mismos.
Mi temperatura elevada combatía bien la gelidez de aquel lugar, mas mi esposa temblaba como una hoja.
-Toma -susurré quitando mis pieles de los hombros para arroparla. Esta me Sonrió, iban mis labios a atrapar los ajenos cuando un ruido se escuchó a nuestras espaldas, lo que a simple vista parecía una enorme roca estática y helada se transformo en un enorme gigante de escarcha que malhumorado no nos daba precisamente la bienvenida.
-Joder -gruñí volviendo a empuñar el acero dispuesto a plantarle cara -Buscad la maldita espada -ordené mirando a la pirata.
Me puse en pie con una ladeada sonrisa en la cara y gesto triunfal.
-Dejarme pasar a mi primero, os protegeré -no pude evitar morderme la lengua de la risa mientras trataba de aguantarla, podía imaginar a mis espaldas como mi esposa y la arpía se miraban para pensar de mi que era un lobo engreído y la verdad es que no se equivocaban.
Desenvainé el mandoble y fijando mis ojos en la puerta pronuncié en alto esa frase que antes la pirata había convertido en el pase de entrada.
Traslucido el portal parecía quebrarse a mi voluntad, primor la punta de acero atravesó el cristal que ahora parecía transformarse en agua engullendonos y después todo mi cuerpo.
Nada mas atravesar aquella puerta mágica nos encontramos con un mundo de hielo, sin duda alguna bien podía ser Niflheim, el reino de la oscuridad y de las tinieblas, envuelto por una niebla perpetua.1En él habita el dragón Níðhöggr que roe sin cesar las raíces del fresno perenne Yggdrasil.
A mi espalda aparecieron las dos mujeres, encontrar la espada era fundamental para que Dani pudiera unirse a Thor como este había solicitado y si algo sabia era que no era bueno cuestionar los designios de las deidades.
Me acerqué a Dani que desde que había conocido al dios del trueno parecía muy interesada en nuestra cultura.
-En uno de los bloques de hielo vivía un gigante primitivo, YMIR y una vaca gigante, de la cual se alimentaba Ymir bebiendo su leche. Ymir era hermafrodita,sus piernas copularon entre sí, creando la raza de los gigantes, los gigantes de la escarcha, los JOTUN -le explique para que comprendiera bien la creación de los mismos.
Mi temperatura elevada combatía bien la gelidez de aquel lugar, mas mi esposa temblaba como una hoja.
-Toma -susurré quitando mis pieles de los hombros para arroparla. Esta me Sonrió, iban mis labios a atrapar los ajenos cuando un ruido se escuchó a nuestras espaldas, lo que a simple vista parecía una enorme roca estática y helada se transformo en un enorme gigante de escarcha que malhumorado no nos daba precisamente la bienvenida.
-Joder -gruñí volviendo a empuñar el acero dispuesto a plantarle cara -Buscad la maldita espada -ordené mirando a la pirata.
Ulf Tollak- Cambiante Clase Alta
- Mensajes : 196
Fecha de inscripción : 18/12/2016
Re: El tiempo entre condenas (privado)
Desde la ultima visión se habían sucedido muchas otras, todas ellas con los mismos protagonistas. Había vivido escenas de un viaje que parecía prolongarse en tiempo y espacio, no conocía sus nombres mas si el destino de todos ellos.
Los dioses movidos por su codicia parecían de nuevo anhelar el control de las espadas de Caos y luz, como paladines habían elegido un hombre y una mujer, su sino quedaría marcado por estas armas si yo no lo evitaba primero.
Desconocía el paradero de la espada oscura, aquella cuyo filo bien podía representar a la muerte, hoja negra que con facilidad se bañaba de sangre, mas si sabía el paradero de la luminosa pues un día fue custodiada como esta por una orden de elfos de luz en una isla plagada de gigantes.
Ese mismo día me enfundé en la armadura y con la espada a mis espaldas emprendí el viaje.
Solo cuando la espada fuera activada conocería su paradero exacto, mas esto no me detendría a intentar proteger las armas.
Una barcaza me sacó de aquella isla que durante años me había mantenido solo, alejado de todos. En el puerto mas cercano tomé un barco que me portaría a cambio de un buen saco de monedas hasta allá donde pidiera.
El filo de mi espada brillaba azulado, ella sabía como yo que una guerra se avecinaba, una entre dioses, humanos y demás razas. Los nueve mundos cambiaran para siempre convirtiéndose en algo distinto. Hay poderes que no deben ser despertados, si un día separaron las espadas si a los poderosos de Loqui y Thor le fueron arrebatadas ¿por que ahora devolverlas a sus manos aunque por humanos fueran empuñadas?
Los dioses movidos por su codicia parecían de nuevo anhelar el control de las espadas de Caos y luz, como paladines habían elegido un hombre y una mujer, su sino quedaría marcado por estas armas si yo no lo evitaba primero.
Desconocía el paradero de la espada oscura, aquella cuyo filo bien podía representar a la muerte, hoja negra que con facilidad se bañaba de sangre, mas si sabía el paradero de la luminosa pues un día fue custodiada como esta por una orden de elfos de luz en una isla plagada de gigantes.
Ese mismo día me enfundé en la armadura y con la espada a mis espaldas emprendí el viaje.
Solo cuando la espada fuera activada conocería su paradero exacto, mas esto no me detendría a intentar proteger las armas.
Una barcaza me sacó de aquella isla que durante años me había mantenido solo, alejado de todos. En el puerto mas cercano tomé un barco que me portaría a cambio de un buen saco de monedas hasta allá donde pidiera.
El filo de mi espada brillaba azulado, ella sabía como yo que una guerra se avecinaba, una entre dioses, humanos y demás razas. Los nueve mundos cambiaran para siempre convirtiéndose en algo distinto. Hay poderes que no deben ser despertados, si un día separaron las espadas si a los poderosos de Loqui y Thor le fueron arrebatadas ¿por que ahora devolverlas a sus manos aunque por humanos fueran empuñadas?
Tyr- Licántropo Clase Media
- Mensajes : 14
Fecha de inscripción : 04/05/2018
Re: El tiempo entre condenas (privado)
Apoyado sobre una columna, Thor observaba a los humanos de Midgard avanzar penosamente por la nieve, el frío les había ganado un poco la partida, aunque le prometió a la rubia que la travesía sería calma, el hielo engullía el ánimo de la que sería su paladín.
La vio viajar entre planos guiada por la mano de la bruja que servía a otros dioses, ésos negros que fumaban, bebína ron y tenían siempre un acertijo en la boca. No le gustaban, eran más peligrosos que los griegos o los romanos, más parecidos a ellos. Eran incluso más antiguos que Asgard o el Olimpo, primitivos y extraños. Respetaba a la hechicera porque no había nada más alto para un humano que ser el servidor fiel de sus dioses, y a pesar de ello respetaba al lobo y sus creencias, se documentaba sobre ellas y de alguna forma las aceptaba y las integraba en su día a día.
Svalbard, el lugar donde se encontraba la espada de la Luz, la espada que podría iluminar al mundo y mostrarle la magnificencia de Thor, era una porción de tierra extraña y hostil. Sonrió cuando el gigante de hielo despertó de su letargo y rugió frente al guerrero. Sabía que éste no flaquearía, pero estaba en clara desventaja. Movió un dedo y de pronto la espada de Ulf brilló azulada y de su filo empezaron a fulgurar pequeños rayos cargados de electricidad. De inmediato sabría que era un regalo de su dios y que a pesar de que Loki fuera el "padrino" de su primogénito, él sabía premiar a sus fieles. No dejaría que el lobo blanco perdiera a su mujer en esa gesta ni tampoco a su paladina.
La vio viajar entre planos guiada por la mano de la bruja que servía a otros dioses, ésos negros que fumaban, bebína ron y tenían siempre un acertijo en la boca. No le gustaban, eran más peligrosos que los griegos o los romanos, más parecidos a ellos. Eran incluso más antiguos que Asgard o el Olimpo, primitivos y extraños. Respetaba a la hechicera porque no había nada más alto para un humano que ser el servidor fiel de sus dioses, y a pesar de ello respetaba al lobo y sus creencias, se documentaba sobre ellas y de alguna forma las aceptaba y las integraba en su día a día.
Svalbard, el lugar donde se encontraba la espada de la Luz, la espada que podría iluminar al mundo y mostrarle la magnificencia de Thor, era una porción de tierra extraña y hostil. Sonrió cuando el gigante de hielo despertó de su letargo y rugió frente al guerrero. Sabía que éste no flaquearía, pero estaba en clara desventaja. Movió un dedo y de pronto la espada de Ulf brilló azulada y de su filo empezaron a fulgurar pequeños rayos cargados de electricidad. De inmediato sabría que era un regalo de su dios y que a pesar de que Loki fuera el "padrino" de su primogénito, él sabía premiar a sus fieles. No dejaría que el lobo blanco perdiera a su mujer en esa gesta ni tampoco a su paladina.
Thorsteinn- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 18
Fecha de inscripción : 02/05/2018
Re: El tiempo entre condenas (privado)
¿Que buscasen la espada? si eso era como intentar encontrar una aguja en un pajar!! poco menos que imposible en una isla de hielo donde todo era blanco. No iban a dejar a Ulf batirse solo con esa mole animada. A pesar de que sabía que no le haría ni cosquillas, la pirata sacó el pistolete y descerrajó cuatro tiros a la cabeza del gigante, que recibió los impactos rompiéndose en trocitos de hielo y girándose furibundo hacia ella.
— uh...mierda!!...— echó a correr para poner unos metros de distancia entre ella y el bicho.
Giuliana juntó las manos y concentró su energía mandándole una onda de fuerza que impactó sobre su espalda, y de nuevo el gigante se giró gruñendo y haciendo crujir sus articulaciones de hielo. Ahora avanzaba pesadamente hacia Ulf y la bruja, pero el lobo al llevar el arma mejorada por Thor se sentía muy seguro.
El gigante desplazó la mano en un barrido tratando de agarrarlos, Giuliana se echó cuerpo a tierra y reptó hacia unas rocas, quizás así podría librarse del gigante, pero este sacudió un dedo, que crujió y salió disparado contra la pared helada creando una pequeña avalancha de nieve que sepultó a la bruja.
Danielle corrió a socorrer a su amiga, resbaló en la nieve, pero se recompuso de inmediato y llegó hasta la montaña blanca que la cubría, comenzando a cavar afanosamente para sacarla de allí. Confiaba en que la bruja la ayudase calentando el hielo desde dentro, así sería más fácil llegar hasta ella.
Con dos enemigos fuera de juego, el gigante se centró en Ulf. Se plantó frente a él con movimientos lentos y pesados, pero como levantase el pie y lo aplastara, sólo quedaría puré de lobo.
— uh...mierda!!...— echó a correr para poner unos metros de distancia entre ella y el bicho.
Giuliana juntó las manos y concentró su energía mandándole una onda de fuerza que impactó sobre su espalda, y de nuevo el gigante se giró gruñendo y haciendo crujir sus articulaciones de hielo. Ahora avanzaba pesadamente hacia Ulf y la bruja, pero el lobo al llevar el arma mejorada por Thor se sentía muy seguro.
El gigante desplazó la mano en un barrido tratando de agarrarlos, Giuliana se echó cuerpo a tierra y reptó hacia unas rocas, quizás así podría librarse del gigante, pero este sacudió un dedo, que crujió y salió disparado contra la pared helada creando una pequeña avalancha de nieve que sepultó a la bruja.
Danielle corrió a socorrer a su amiga, resbaló en la nieve, pero se recompuso de inmediato y llegó hasta la montaña blanca que la cubría, comenzando a cavar afanosamente para sacarla de allí. Confiaba en que la bruja la ayudase calentando el hielo desde dentro, así sería más fácil llegar hasta ella.
Con dos enemigos fuera de juego, el gigante se centró en Ulf. Se plantó frente a él con movimientos lentos y pesados, pero como levantase el pie y lo aplastara, sólo quedaría puré de lobo.
Danielle Morgan- Humano Clase Media
- Mensajes : 245
Fecha de inscripción : 21/08/2017
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