El descenso a Paris.. [Libre]

por **Shane G. Everdeen** Mar Dic 30, 2014 3:37 am

Había llegado a París , estaba por instalarme, bueno en realidad mis sirvientes ordenaban mi hogar, era de noche y me gustaba que este servicio estaba a todas horas, era fascinante entrar de un país y salir de otro como atravesando el universo, pero claro como ahora yo era inmortal aun tenia esa sensación de intriga y nostalgia de estar lejos de mis terrenos.

Estaba en mi castillo ordenando mi habitación y sacando mis debidas ropas, uno de mis sirvientes me llevo una invitación para una reunión, al parecer mi llegada había sido escuchada, era de sociedad , era como las fiestas en grandes palacios para hablar de política , socializar , hacer alianzas ect. Solo sonreí despreocupada, pues estaba en mi deber de buscar lo que realmente necesitaba. Me prepare para salir a las calles de París y partir para mi destino, desde que había puesto un pie en París sentí algo diferente como si seria un lugar que no solo las personas normales habitaban allí. Me arregle lo suficiente pero no para llamar la atención estaba harta de tal acción, llegue a unas calles donde estaba la reunión , mientras caminaba , me encantaba caminar, conocía mejor las calles y demás.

A unas calles seguía caminando y por momento sentía que no estaba sola, como si me miraran o esperaban que iba yo a llegar, era como si los conociera , sentía que habían no solo humanos sino tal ves lo que buscaba vampiros.. Camine llegando a mi destino me pare en la entrada me detuve por diez segundo pensando si era lo correcto.

por **Hans Ortolani** Dom Ene 04, 2015 11:14 am

El cuarteto de cuerda volvía a afinar sus instrumentos para la nueva pieza. Ese nuevo tipo de tonadillas, los vals, se estaban empezando a poner muy de modas. No era para menos, permitían bailar de una manera bastante mecánica, y dejaba a los bailarines hablar entre ellos de los negocios y de lo rematadamente pomposas y alucinantes que eran sus respectivas familias y de lo patéticas que resultaban el resto.

No me gustaban estas reuniones de gala. La clase alta de París era bastante proclive a ellas y era casi imposible negarse sin parecer alguien despreciable. No me gustaban por un motivo principal y es que nunca me he llegado a sentir como parte de ellos, ni ellos me veían del todo como ellos.

En la sala casi todos los miembros pertenecían, de una forma u otra a la nobleza, se había vuelto una práctica frecuente por parte de los terratenientes y empresarios como yo conseguir los títulos vía matrimonio concertado. El hecho de que yo no tuviera interés en esto hacía que se me tratara como un inferior. Me invitaban por compromiso, pues más de uno me debía un favor o dos, ni ellos deseaban que yo estuviera allí ni yo quería estarlo. Estos títulos ya les daban el derecho de poder ver al resto del mundo por encima del hombro, como una clase diferenciada y superior a esos estúpidos obreros que tenían contratados.

Los instrumentos empezaban con una nueva pieza, mientras los caballeros pretendían a las damas para iniciar el coreográfico baile. Yo seguía sentado en mi mesa, sin levantarme, apurando la última copa y mirando el reloj, contando los minutos para llegar a una hora en la que no se considerara descortés el largarme

por **Shane G. Everdeen** Mar Ene 06, 2015 2:34 am

En momento camine hacia la entrada y me dispuse a entrar hacia la sala principal donde estaba la reuniones, todos estaban de gala hasta los músicos y los demás se concentraban en sus negocios, yo sin mas pensamientos en mi cabeza lo empece a tomar de manera relajada, caminaba entre la gente y saludaba de manera cortés a las personas que me conocían. No me gustaba ser altanera ni mucho menos ser prepotente como escuchaba y veía que algunos lo hacían con los meseros y los esclavos que los atendían.

Me acomode en un asiento mientras escuchaba la melodía de las cuerdas pues eso era lo que mas apreciaba: la música. Podía estar ahí presente la misma realeza de París y aun así no despistaba cada tono de la música que hacia presente en estas mismas reuniones, me atención la tenia completamente, solo cerré mis ojos para apreciarlo cuando un sirviente me ofreció una copa de vino , la acepte y se lo agradecí como solía hacerlo. Mis labios tomaron un sorbo apenas tenia el sabor de mi boca cuando escuche que unos sirvientes susurraban que esta ves no estarían presentes la realeza, solo sonreí por satisfacción pues ahora no me interesaba conocerlos y pretender que era igual de altanera como me imaginaba. Escuchaba la música una ves mas cuando mi mirada se topo a la de un hombre que estaba al parecer solo, mi poder de manipular su memoria la utilice para despojar que es lo que pensaba y me decía que estaba incomodo y que estaba ahí por no parecer descortés.

Me lo quede mirando mientras aun sostenía mi copa entre mis manos.

por **Hans Ortolani** Vie Ene 09, 2015 7:43 am

La joven que entró en la sala llamó mi atención de inmediato, esa pálida aura era una clara señal para mantenerse alerta y precavido. Era cierto que existían vampiros en las altas clases, incluso en algunos momentos he llegado a pensar que sería razonable de que incluso fueran más frecuentes que en otros sectores poblacionales. Los vampiros son muy sensibles al lujo y al asesinato, ambas cosas muy accesibles desde las altas clases. No había tenido contacto directo con ningún vampiro desde que llegué a París. Sí los había visto, pues su aura pálida destacaba entre el vulgo, los había visto caminando por la ciudad y alguna vez en alguna de estas reuniones de alta sociedad. Siempre había sido demasiado riesgo y nunca había abordado a ninguno. Esta noche esa joven era el único vampiro de la sala, no la había visto nunca y eso era muy peligroso. Posiblemente no fuera de aquí y quien sabe si de donde ella viene los vampiros sí acostumbran estas reuniones para alimentarse. No era una opción que podía desechar.

Cuando se sentó no tuve más en mente que levantarme. No me daba miedo ni nada así, yo era un brujo veterano y había mucha gente aquí, yo no haría nada si ella tampoco lo hacía, no había razón para ser ofensivo, aunque si algo precavido. Un hombre en la alta sociedad parisina no debía ir directamente a por una joven sentada sola en una mesa, las intenciones eran rápidamente malinterpretadas y no quería ser comidilla de viejas condesas y duquesas. Con un ademán lo más caballeresco me acerqué a ella y me presenté, siguiendo toda la etiqueta.- Permita que me presente señorita, mi nombre es Hans Ortolani.- No tenía ningún titulo que añadir tras eso.-¿ Me concedería este baile?.- A fin de cuentas, esto era lo que se esperaba que hiciera, podía negarse pero era algo que no me interesaba, por ello con disimulo me acerqué un poco y le susurré. Realmente me sorprende ver a alguien de su clase venir a estos actos. Los maestros de la noche no son muy proclives a estas cenas.- dije mientras le tendía la mano. El baile es una buena excusa para hablar a susurro, sin que nadie oyera nada.

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