Sweet dreams are made of this || Chris

por **Elektra Koslova** Dom Ene 04, 2015 1:50 am

Luna llena… aquel hermoso astro que se alzaba imponente en el cielo, filtraba la luz plateada a través vez de su ventana, comprándola mientras tejía el hilo de sus pensamientos, aquellos que le acompañaban cada noche sin falta, convirtiéndose en sus fieles compañeros y sus crueles verdugos, pues cuando ten centras en pensar solo en el dolor, tu vida se vuelve miserable cual flor marchita, sin ningún propósito real… experto sobrevivir al día a día. ¿Qué le estaba pasando’ donde estaba aquella muchacha alegre, dulce y rebelde? Quizás todo aquello habría muerto con su estirpe, o simplemente aun estaría en estado catatónico, esperando el momento para reaccionar y salir adelante con lo que tenía que ser.

No podía dormir…se rendía ante aquello. Simplemente dar vueltas en la cama pensando en terribles sucesos no era forma de descansar, menos lo era llenarse de temores o ansiedad ante la impotencia que nos suelen causar los hechos del pasado. Se levantó de laca y se dirigió hacia la ventana, sabía lo que quería hacer, su instinto lo pedía a gritos, pero si se enteraban tendría graves problemas, porque estaba estrictamente prohibido salir de la casa durante la noche. El amo lo ordeno por su seguridad, desobedecerlo sería tentar su furia, y él se estaba tomando muy enserio el trabajo de velar por su seguridad, como si fuera el responsable de su vida.

Quizás rebelarse un poco debía ser parte de recuperar quien era, aunque sabría que jamás seria la misma. Más si se quedaba allí en aquel momento se volvería loca, el espacio de pronto se empezaba a reducir y el aire a faltar… una caminata, si, tan solo aquello, tomar aire y caminar le haría bien por algunos minutos, después volvería y trataría de dormir, ya más relajada y sin sentir aquella presión en el pecho. Se colocó su vestido y tomo sus zapatos llevándolos en la mano para no hacer ruido con sus pisadas, tratando de ser tan silenciosa como fuera posible atravesó la sala de la primera planta y salió por la puerta de la cocina que conducía al jardín.

El aire fresco lleno sus pulmones, aquello simplemente relajaba sus músculos evaporando la tensión y la ansiedad que le invadían, el frio y húmedo césped le hacía cosquillas en los pies, se colocó sus zapatos y alzo la vista hacia la luna, tan llena, tan inquietante, tan misteriosa… le bañaba con sus rayos de plata mientras trazaba un camino de nuevo para perderse en el bosque aquella noche, esperando volver sin percances, solo quería a desaparecer por un momento de aquella casa, y el mejor lugar para huir, siempre era aquel… a medida que se adentraba en este, visualizo una lejana luz, con paso sigiloso se fue acercando la notar que era una fogata. Como era propio de ella, se fue acercando, su curiosidad le llamaba, solo faltaba a ver…si era algo de lo cual se podría fiar.

-Quien sera...
se pregunto asi misma buscando indicios de alguna otra persona...

por **Christopher Von Ziegler** Dom Feb 01, 2015 3:23 pm

Esa noche no había tenido suerte, se encontraba en busca de una persona, solo de una persona que le hiciera compañía y sonaba estúpido o simplemente era ilógico que un ser como él necesitara ansiosamente la compañía de alguien pero así había sido desde antes. Las calles parisinas le lucían demasiado tristes para estar ahí, ¿acaso se encontraba desanimado? Era patético pero si, lo estaba. Caminó atravesando la ciudad con el paso lento al fin y al cabo que la noche a penas se apoderaba de la ciudad con su manto negro. Sonrío cuando finalmente se detuvo y noto que estaba en aquella zona boscosa se daba cuenta que tenía mucho sin ir a esa parte hermosa de parís. Sus pasos se hicieron lentos al escuchar al viento y las criaturas que también habitaban en esa zona.

Aspiró el aire como si eso fuese necesario pero quería que el olor de la hierba húmeda inundase sus fosas nasales hasta llegar a cada rincón de su pútrido ser. De pronto observó el firmamento lleno de estrellas, casi reluciente pero seguía sintiendo esa ansiedad y necesidad de estar con alguien, ‘Maldito mal hábito’ murmuró para sus adentros. Había tanta soledad en sus noches que no conseguía realmente hacer nada al respecto.

Deslizó sus dedos sobre la hierba mojada hasta toparse con una pedazo de madera, una rama de algún árbol y entonces tuvo esa idea brillante, ¿qué mas le faltaba a la noche? Un poco de calor y luz. Comenzó juntando un poco de leña seca e intento hacer una fogata. Era perfecto aunque no podía sentir el calor se sentó cerca solo para admirar las llamas que danzaban con el viento que se empeñaba en apagar algo tan hermoso pero en su lugar solo ardía mas consumiendo la poca leña.

Se movió con paso lento de nuevo para buscar mas madera y entonces escuchó algo, quizás alguien las pisadas suaves y cautelosas de quizás un ¿animal? Podía ser ahí habitaban demasiado y no todos lo eran supuso que atraído por el fuego pronto estarían ahí. Sonrío y se mantuvo entre las sombras un momento hasta que el olor inundo sus fosas nasales, no, no era humano pero tampoco dejaba de ser una mítica criatura. Un cambiante. Tenía mucho tiempo que no se encontraba con esas criaturas y eso que eran parte de su adoración los muchachos felinos le atraían demasiado por la sensualidad y gracia con la que se movían pero bueno había tenido mala suerte. –¿No le parece tarde para andar en este lugar? –Regresó poniendo mas leña al fuego pero se daba cuenta de la ironía que representaba para ambos. Su pregunta mas bien había sonado a la de un padre molesto. Estaba viejo, que remedio.

por **Elektra Koslova** Mar Feb 03, 2015 12:32 am

La cambiante se sobresaltó en su sitio, no pensó que quien estuviese allí le percibiera enseguida, había sido tan silenciosa cual gato, pero claro, seguramente no sería humano y podría percibir su olor a kilómetros siendo llevado por la fuerte brisa de la noche, aquella que en vez de mecer azotaba los brasas de la fogata, aquellas que le habían revelado que era un vampiro. La cambiante se acercó un poco, el fuego le llamaba, le parecía perfecto, brillante y destructor, le recordaba también unos ojos dorados que había visto hace poco y que la forma penetrante en la que observaba cada detalle se le quedo grababa en su psiquis, era como si a través de las llamas también les viese. Negó con la cabeza rápidamente desviando aquellos pensamientos incoherentes, ¿Ojos dorados? Tenía que estar loca.

-Disculpe señor…- Musito la joven dando un paso hacia atrás, tropezando con un tronco torpemente pero cayendo sentada sobre el mismo golpeándose le trasero con la madera –Es que… he… -Titubeo, siempre titubeaba, Elektra se preguntaba cuando de una maldita vez sería capaz de expresar algo sin pensarlo dos veces y solo decirlo, a veces parecía tartamuda, y realmente odiaba dudar tanto y tener tanto cuidado con las cosas que decía, quería solo no meditar tanto y decir lo que se le viniera a la cabeza, o lo que queria de verdad decir, ¿podría ser aquello malo? –Cuando no puedo dormir simplemente camino por estos senderos…usted sabe, nada como la tranquilidad para poder organizar nuestras ideas y traer paz a nuestra mente. –Comento con un tono de voz cauto y educado, pero ella nunca se confiaba de todo.

-Disculpe de nuevo si le moleste, pero…- ella bajo su vista a las llamas, aquellas con sumían la madera con rapidez, brindándoles a ambos un bello y acogedor calor bajo aquella noche estrellada. – ¿Me podría quedar un rato? Prometo no hacer mucho ruido y solo permanecer aquí…- musito al final poyando su cabeza a su rodilla y retorciendo el dobladillo del vestido de forma distraída aun observando las llamas danzar alegremente sobre el fuego.

– ¿Por cierto…que hace usted aquí? ¿Tampoco puede dormir? – Se dio inmediatamente una pequeña palmada en la frente –Oh Dios… casi lo olvido, ustedes no duermen, perdón, mi memoria a veces me juega malas pasadas- se ríe bajito aparatando la mirada de él y volviéndola a las llamas, se sentia estupida por decir aquella idiotez, seguramente quedando como la despistada que y tonta que aveces era.

por **Christopher Von Ziegler** Sáb Feb 07, 2015 12:24 am

¿Cómo diablos osaba a perderse de aquel espectáculo? Alzó la vista hacía el firmamento mientras escuchaba la femenina voz, la noche era preciosa, esas estrellas resplandecían con fuerza y la luna iluminaba el lugar de una forma tan natural, el viento parecía querer comunicarle algo con su leve estremecimiento en el ambiente y la hierba se limitaba a danzar y mientras escuchaba aquellas palabras, estaba un poco fuera de sí pero aquello le hacía falta después de todo. Aspiró el aroma una vez mas, oh, sí, vaya cambiante la que estaba ahí. Sonrío agachándose para poder acomodar la leña y hacer que el fuego avivase su pasión.

¿Mmm? –Ladeó el rostro viéndola desde esa posición tratando de reincorporarse. Aquella joven parecía un poco tímida pero era normal aunque no le haría nada, quizás. Su malévola mente aun no planeaba nada y es que cuando quería algo solo tomaba. Los azules orbes del vampiro se clavaron en los claros de la cambiante. –Nada como la tranquilidad. –Repitió mientras se incorporaba para sentarse sobre una de las rocas. –Sí, es cierto, tan solo vea el firmamento, es el mas hermoso que he contemplado por años o quizás sea nostalgia pero venir a este lugar me ha dejado en un estado de tranquilidad sumamente profundo. –¿Qué diablos decía? Un vampiro sin sed, vaya novedad.

Negó con la cabeza como diciéndose a sí mismo que aquello era una conspiración cósmica o del universo porque justamente cuando no buscaba compañía parecía llegarle y ahora, ahora estaba un poco sorprendido. –No me molesta en absoluto, un poco de compañía nunca viene mal.–Murmuró invitándola a ese pequeño lugar porque a diferencia de él ella si podía sentir frío en la piel.

Soltó una pequeña risa cuando escuchó aquello. –Pero si, si, dormimos, ¿quién ha dicho que no? Simplemente que cuando llega el amanecer. –Se encogió de hombros y se le quedó viendo. –Christopher, un placer conocerla, ¿cuál es su nombre? –Dijo con cierto interés mientras ponía su abrigo cerca de la fogata para que ella tomase asiento y es que aquello no le importaba ni le costaba en lo mas mínimo.

por **Elektra Koslova** Jue Feb 12, 2015 12:15 am

Tiene razón, nada como la tranquilidad…-murmura con una sonrisa tenue, bajando la mirada cuando los ojos ajenos se posaron sobre los de ella, quizás era por no estar tan acostumbrada al contacto visual y más a la soledad, estos se desviaron sutilmente hacia el suelo para después elevarlos al firmamento en cuanto escucha sus palabras, el cielo estaba hermoso, lleno de tantas estrellas, tantas como se veían en su antiguo hogar ,la nostalgia vino a ella de nuevo mientras se perdía en la refulgencia y titilar de los astros, recordó en aquel momento cuando en su antiguo hogar su hermana Moira y ella se subían al tejado para contemplaras en primaveras, cuando no hacia un frio tan glacial y el cielo estaba totalmente despejado, muchas veces se habían ganado reprimendas por ello y severos castigos, pero ambas coincidían en que valía la pena. A si mismo recordó una pequeña frase que le había dicho su madre, sobre cómo una vez se muere, nuestras almas suben al firmamento convirtiéndose en estrellas y desde ahí vigilan a sus seres queridos y cuidan de ellos.

Suspiro, traer recuerdos como aquellos no era bueno para ella, de hecho ningún recuerdo era bueno traerlo a su mente en su complicada situación. Pero… ¿No era acaso lo único que poseía? Y también era lo último que le quedaba. La cambiante se acomodó frente al fuego, más cerca del él una vez hubo aceptación por parte del vampiro, se sentía contenta de compartir un rato ameno con alguien diferente. Diferente a su ¨captor¨ diferente a los empleados de la casa, diferente a sus fieles amigos los libros…siempre era bueno estar en compañía de alguien que no le recordaba el lugar y la vida que llevaba. Un tono de voz diferente, una presencia diferente, un rostro distinto y más agradable. Volvió su mirada hacia él, su rostro estaba ruborizado por el hecho de haberse equivocado de nuevo, al parecer estaba muy mal informada respecto al tema de los vampiros, pero ella solo tenía las leyendas locales como punto de referencia.

Bueno… -comento agregando una leve risa- Parece que voy a tener que leer más respecto a ustedes…- se apartó un mechón rebelde que la brisa había movido hacia su cara- O usted podría contarme historias respecto a ellos.- se encoge de hombros y extiende su mano una vez este hubiese dicho su nombre –Me llamo Elektra…-musito sin evitar el acento que marcaba en su nombre sobre la ¨R¨ -Me place conocerle, señor…-murmura educadamente y una vez estrecha su mano con la de él, asa a frotársela con la otra y colocarlas cerca del fuego para calentarlas.

-Mi madres una vez…me dijo que la estrellas son las almas de las personas que mueren. Y una vez suben al cielo y se convierten en luz, desde allí vigilan y cuidan a sus seres queridos.- Comenta al vampiro y sonríe levemente, con nostalgia y ese deje de tristeza, se preguntaba si ellos desde ahí le cuidaban o solo daban la espalda, ya que su suerte, no era mucha. – ¿Usted qué piensa? -Inquirió, pues su opinión le parecía importante.

por **Christopher Von Ziegler** Lun Abr 06, 2015 1:14 am

Se había dado cuenta que disfrutaba de la compañía de las personas desde antes del incidente pero desgraciadamente por lo mismo se había quedado suspendido en el tiempo y maldito para no pasar una eternidad junto a quienes amaba era la razón de que saliera a buscar con quién divertirse hasta volver a entrar a ese sopor que tanto odiaba. ¿Era la eternidad tan caprichosa? Y al ver a la muchacha se lo preguntaba con mas constancia. Sonrío al verla y se preguntaba qué clase de raza era de entre todas de las que podía convertiste pero no era momento de preguntar. Si pudiese suspirar lo hubiese hecho. Sabía que le encantaban los cambiaformas felinos pero se daba cuenta que todos eran diferente mas en cambio su fetiche eran con los hombres quizás después de todo veía sensualidad en ellos.

¿Leer? No sabía que había libros de ellos aunque si lo pensaba bien los inquisidores tenían una formación y por ende quizás información pero ¿escribir libros de una raza? Eso sí que le parecía desconcertante. -¿Existe tal cosa? –Preguntó inevitablemente mientras la observaba fijamente. –Debería prestar unos para hacer correcciones porque seguro que dirán cosas extrañas. –Sí, eso de los espejos, ajo y agua bendita le parecía extraño pero no era muy diferente de la realidad. –Pues debería aprovechar y preguntarme cualquier cosa porque historias hay demasiadas pero no sé si prefiera mi experiencia y realidad dentro de esta raza maldita. –Sonrío de lado mientras escuchaba su nombre y estrechaba su pequeña y tibia mano asintiendo. Era único aquel nombre pero al mismo tiempo era única la atención que Christopher mostraba pues preguntas venían con constancia en su cabeza.-¿Qué se siente sentir frío? –Murmuró con un tono muy bajito esperando a que ella no lo escuchara.

No fue hasta observar su nostalgia que presto atención al firmamento pero era algo que no le sorprendía realmente pues el cielo y estrellas siempre le habían acompañado quizás le sorprendería un amanecer o atardecer pero jamás volvería a verlos. Observó aquellos astros pero no vio nada interesante. –Tengo una historia mejor acerca de vampiros y las estrellas, ¿quieres escucharla? –No es que ignorara lo que ella había dicho simplemente se había acordado en aquel momento. –No creo demasiado en lo que dices ¿qué pasa con los espíritus? Nuestros muertos siguen aquí en este infierno llamado tierra. –Sonrío y se encogió de hombros viendo fijamente aquellas pupilas.

por **Elektra Koslova** Jue Abr 09, 2015 8:17 pm

-Si existe… -comento con inocencia, desconociendo que aquello no debía ser conocido por nadie, pero ella pensó que en la casa de quien estaba era normal, por que el individuo lo usaba para poder entender más la anatomía de aquella seres nocturnos.- Por lo menos donde yo vivo hay unos cuantos donde hacen mucha deferencia a ustedes. Y bueno…- Bajo la mirada un tanto apenada, ni siquiera sabía si estaba bien contarle a un vampiro que había libros sobre ellos, ahora prestárselo. Si se enteraban de que alguno faltaba, estaba segura que sería castigada con severidad. –No creo que pueda prestarlo, incluso para hacer correcciones, pero si me las dice, puede que hable con el dueño de ellos y sea capaz de hacerla.- Comento sonriendo cálidamente al vampiro.

-Yo preferiría que me contara mejor sobre sus experiencias. No soy una en busca de historia de terror, ni cuentos de hadas para poder dormir.- Inspiro profundamente observando las llamas de la fogata. –De las propias y de las experiencias de otros, es de donde se sacan las mejores lecciones de vida. Soy joven, e inexperta, lo admito. Por eso me gusta escuchar a los demás…-Y era cierto, su falta de experiencia, su forma de ser confiada, creía que podía creer en los demás, ella no pensaba que todos eran malos, pero también sabía que, tampoco eran muchos los buenos. Si, su falta de experiencia y aquella maldita forma de ser confiada, era lo que le llevaban a ser lo que fuera, una cautiva. Porque aunque estuviese ahí, bajo el aire libre, sentada al fuego con aquel misterioso vampiro, tenía que volver a quela casa, donde le costaba que tenía que aceptar, que allí estaría más segura que en cualquier otro sitio. Y no hay peor cosa que limiten tus decisiones. Pero peor aún era saber, que aunque tuvieras otras opciones, si por propia voluntad elegirías la misma. La peor jaula, es la que es capaz de encerrar nuestras almas.

-¿Tener frio? – la cambiante volvió su vista hacia el extraño, porque tenía curiosidad por aquello, ¿no era humano cuando fue convertido? Él debía saberlo perfectamente, sin embargo ella no quiso responder con aquella pregunta, prefirió seguir el hilo –Bueno…no sabría cómo explicarlo, pero sientes aquella necesidad de buscar algo que contrarreste la sensación de tu piel erizándose y de que aquella temperatura, dura, y asfixiante en su momento no penetre en tus huesos. Por qué el frio es duro, es apático. –contesto de la mejor forma que pudo con una débil sonrisa, escuchando su pregunta al igual que su razonamiento respecto a la historia de las estrellas.

-Bueno, yo prefiero creer lo que me conto mi madre, por más ridícula que fuese esa historia. Por qué de cierto modo nos da esperanza, no nos hace sentir o creer en la dura realidad que nos han dejado solos para siempre jamás. Hay una esperanza de que, los que una vez amaste con todo tu corazón, aún están vivos y cuidan de ti. –se encogió de hombros con gesto inocente clavando su ojos azul profundo llenos de sinceridad en aquella oscura mirada. –Hummm... Más bien, me contaría usted la historia que dice?

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