Lost Carol [PRIV]

por **Lilyan Howls** Miér Ene 21, 2015 6:21 pm

Nunca se dijo de no empezar a creer en la desesperación. Ya nadie estaría a su lado para socorrerla. Siempre al rescate de la pobre niña y siempre estando al borde de la desesperación para que ella encuentre siempre la salvación de todo. Ya todos se cansaban de que siempre pudiera ser lo mismo. Siempre estaría buscándole y nunca aparecería en Paris.

A lo mejor ya se fue a otro país o ya se fue de este mundo. Seguramente algún cazador vino y le decapito y quemó. Seguramente estaba perdida en un mundo del que jamás saldría. Que haría, eso estaba en sus manos. Si suicidarse o simplemente buscarse un objetivo en la vida. Estaba atada al pasado y en algún momento tuvo que darse cuenta de que se había perdido para siempre. Estaba con sus hermanas.

Era de noche. El aliento de la muerte cada vez podría sentirlo en su cuello cada vez más cerca, estaba temblando, serian síntomas de la enfermedad que sentía y que la estaba consumiendo. Prudence estaba en la cama, sin nadie que estuviera para socorrerla pero ahí estaba, leyendo un libro de pocas hojas similar al tiempo que le quedaba de vida. No había nada que pudiera hacer, posiblemente todo estaría patas arriba cuando se reúna con su hermana muerta y deje a su familia que la sobreprotegía al estar bastante enferma.

Era de locos. Seguiría hacia delante, entonces pasando las hojas de su libro se detuvo en unas líneas que redactaba la muerte del villano y por alguna extraña razón decidió seguir los pasos de dicha muerte. Estaba en la fase de pasividad, ya nada le importaba en absoluto. Podría estar rodeada por mucha gente pero ella quería estar con Chapel, con aquel que ella amaba con todas sus fuerzas. Pero ahora no. Estaba demasiado débil como para salir de la cama. Tendría que irse desde luego a la fuerza y con un cómplice de su fechoría.

PASADOS 3 HORAS. . .

Como pudo, Prudence se había manejado perfectamente para levantarse, tomar control de ella misma y se vistió con un sencillo vestido, se dejó el pelo suelto y cogió la capa oscura de terciopelo. Estaba junto con uno de sus sirvientes más fiables. Ambos estaban en las zonas alejadas de Paris, allí por donde nadie vivía y nadie solía mostrar señales de vida. El joven que la acompañaba estaba asustado pero Prudence no. Sabía que había algo sobrenatural allí donde estaban. Prácticamente lo sentía. No sabía cómo y a lo mejor, pensó que era porque estaba cerca de la muerte, porque ya no le quedaría más días de vida.

Prudence fue delante. Se adelantó y avanzo más que aquel que debía protegerla. A ella le dio lo mismo y se paró delante de las puertas de una gran mansión, agarro con miedo de su capa pero respiro profundamente y luego termino por tirar de una cadena de hierro que hizo sonar unas campanas algo siniestras.

Espero a encontrar una respuesta ahí dentro.