AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Un café y una compañía (Privado) Rivaille
2 participantes
Página 1 de 1.
Un café y una compañía (Privado) Rivaille
No había sido un buen día, desde que se levantara, como de costumbre, muy temprano en la mañana, aquella ilógica idea había rondando su cabeza. La noche ya cubría el cielo encapotado de un París otoñal, las parejas pasaban por delante del pequeño café que había elegido para descansar un momento, después de la tarde de compras y soledad que había disfrutado. Disfrutado, era una manera de decir, ¿Quién podía ser feliz en la soledad más absoluta?
Sus pálidas manos, se movían delicadas por la mesa, las observó, casi la misma palidez de algunos de sus conocidos - ¿cómo será ser un hijo de la noche? – se preguntó, haciendo girar la cucharilla en su taza de café. Su mirada perdida en el hipnótico movimiento de la superficie obscura, parecía estarla hundiendo en un trance. La pregunta resonó en su interior, haciendo que su alma se preguntara nuevamente, ¿Qué diferencia tenía ella con un vampiro? – ¿acaso no estoy casi muerta? ¿No me siento vacía por dentro? no espero nada de la vida, más que ésta soledad agónica – suspiró mientras una sonrisa de lado surgía al menear suavemente su cabeza. Bella, sensual, misteriosa, aquella mujer de tez pálida como la nieve y de pestañas extremadamente largas y pobladas - calla, deja de pensar tonterías, seguramente no durarías una noche – la suave risa, dulce, casi angelical, asomó a sus labios, - mejor seguir así, sin morir, ni vivir -.
El líquido obscuro como la noche, mostraba su superficie de obsidiana, reflejando sus almendrados orbes. Tomó la taza con delicadeza y dejó que el amargo sabor del café sin azúcar se deslizara por su garganta, - amargo, como la vida y mi destino – no era que renegara de su vida, solo que no podía dejar de ser del todo realista. Las cosas no mejorarían, ningún príncipe azul vendría a rescatarla, y por lo que se podía apreciar, tampoco envejecería criando niños que la llamarían Mamá. No para Maite solo le restaba imaginar que parte de ese sueño se podría cumplir, si decidía casarse con algún hombre que le eligiera el albacea amigo de su padre. Pero un matrimonio por amor, lo dudaba mucho.
Sus pálidas manos, se movían delicadas por la mesa, las observó, casi la misma palidez de algunos de sus conocidos - ¿cómo será ser un hijo de la noche? – se preguntó, haciendo girar la cucharilla en su taza de café. Su mirada perdida en el hipnótico movimiento de la superficie obscura, parecía estarla hundiendo en un trance. La pregunta resonó en su interior, haciendo que su alma se preguntara nuevamente, ¿Qué diferencia tenía ella con un vampiro? – ¿acaso no estoy casi muerta? ¿No me siento vacía por dentro? no espero nada de la vida, más que ésta soledad agónica – suspiró mientras una sonrisa de lado surgía al menear suavemente su cabeza. Bella, sensual, misteriosa, aquella mujer de tez pálida como la nieve y de pestañas extremadamente largas y pobladas - calla, deja de pensar tonterías, seguramente no durarías una noche – la suave risa, dulce, casi angelical, asomó a sus labios, - mejor seguir así, sin morir, ni vivir -.
El líquido obscuro como la noche, mostraba su superficie de obsidiana, reflejando sus almendrados orbes. Tomó la taza con delicadeza y dejó que el amargo sabor del café sin azúcar se deslizara por su garganta, - amargo, como la vida y mi destino – no era que renegara de su vida, solo que no podía dejar de ser del todo realista. Las cosas no mejorarían, ningún príncipe azul vendría a rescatarla, y por lo que se podía apreciar, tampoco envejecería criando niños que la llamarían Mamá. No para Maite solo le restaba imaginar que parte de ese sueño se podría cumplir, si decidía casarse con algún hombre que le eligiera el albacea amigo de su padre. Pero un matrimonio por amor, lo dudaba mucho.
Última edición por Maite Arranz el Mar Mar 24, 2015 8:56 am, editado 3 veces
Maite Arranz- Humano Clase Alta
- Mensajes : 18
Fecha de inscripción : 31/01/2015
Re: Un café y una compañía (Privado) Rivaille
Incluso luego de haberse convertido en conde dos años atrás, no había perdido la costumbre de visitar los lugares que solía visitar, ya sean cafés, restoranes o cualquier otro tipo de comercio. Aunque el hecho de haberse convertido en un noble no le había hecho un derrochador de dinero tampoco, pero sí de cuando en cuando se daba su lujo y alimentaba aquel gusto que había adquirido por el té y todas sus variedades. Y es que habiendo vivido tantos años en la calle, aquel brebaje era, a su gusto, mil veces mejor que cualquier bebida alcohólica, por el solo hecho de haberlo descubierto mucho más tarde que los otros tragos destilados y fermentados. Por ello era que cada cierto tiempo visitaba distintos cafés, buscando alguno que tuviese alguna variedad distinta de té o, incluso, alguna oferta interesante de café.
Aquel día había sido de arduo trabajo y, aunque se encontraba cansado, aún tenía las energías y los deseos de salir. Luego de haberse tomado una ducha rápida, cambió su uniforme por prendas más discretas: pantalón de tela negro, zapatos de sastre marrones oscuro, camisa blanca y una chaqueta negra que vestía por encima de los hombros en lugar de colocársela como correspondía. Como la noche aún era joven, prefirió caminar en lugar de movilizarse en carroza y, una vez ya en el corazón de la capital francesa, se adentró en un café que había visto hace días y que le había llamado la atención, pero que aún no visitaba a causa de la falta de tiempo.
Al entrar, se fijó en el menú que había escrito en una pizarra que colgaba en la pared a su izquierda; y se sonrió al ver que servían té verde con frutos rojos y, si bien ya lo había probado, le había gustado muchísimo. Se adentró en el lugar y tomó asiento en una mesa para dos que estaba al costado de un ventanal que daba a la calle, acomodándose y estirando las piernas al mismo tiempo que se echaba para atrás en el asiento. Una mesera no tardó en acercársele, e inmediatamente le pidió una taza de té verde con frutos rojos, acompañado de un trozo de tarta de manzana. En cuanto la muchacha se alejó con su pedido anotado en una libreta, se fijó que frente a él, había una muchacha hablando sola mientras revolvía su café en su propia mesa para dos, mas estaba sola.
Al observarla, no pudo evitar sentir que se veía bastante solitaria, por lo que alzó la voz para hablarle, pero solo lo suficiente para que sus palabras quedaran entre ambos y no se colgaran de oídos de otros.- Si fuera un bebedor de sangre, como les dicen otros, tendría la mala suerte de tener un cazador justo en frente suyo en estos momentos. -Comentó con algo de gracia, intentando que le causara gracia a ella también.- Pero no es así, ¿o sí? -Agregó luego, sonriendo y poniéndose de pie. Se acercó entonces a ella e hizo una suave reverencia de su cabeza como saludo.- Mi nombre es Rivaille. ¿Le importaría si la acompaño, señorita... ? -Dijo entonces, inclinando luego la cabeza y haciendo notar en el tono de sus palabras que estaba en busca de saber el nombre de la joven frente suyo.
Aquel día había sido de arduo trabajo y, aunque se encontraba cansado, aún tenía las energías y los deseos de salir. Luego de haberse tomado una ducha rápida, cambió su uniforme por prendas más discretas: pantalón de tela negro, zapatos de sastre marrones oscuro, camisa blanca y una chaqueta negra que vestía por encima de los hombros en lugar de colocársela como correspondía. Como la noche aún era joven, prefirió caminar en lugar de movilizarse en carroza y, una vez ya en el corazón de la capital francesa, se adentró en un café que había visto hace días y que le había llamado la atención, pero que aún no visitaba a causa de la falta de tiempo.
Al entrar, se fijó en el menú que había escrito en una pizarra que colgaba en la pared a su izquierda; y se sonrió al ver que servían té verde con frutos rojos y, si bien ya lo había probado, le había gustado muchísimo. Se adentró en el lugar y tomó asiento en una mesa para dos que estaba al costado de un ventanal que daba a la calle, acomodándose y estirando las piernas al mismo tiempo que se echaba para atrás en el asiento. Una mesera no tardó en acercársele, e inmediatamente le pidió una taza de té verde con frutos rojos, acompañado de un trozo de tarta de manzana. En cuanto la muchacha se alejó con su pedido anotado en una libreta, se fijó que frente a él, había una muchacha hablando sola mientras revolvía su café en su propia mesa para dos, mas estaba sola.
Al observarla, no pudo evitar sentir que se veía bastante solitaria, por lo que alzó la voz para hablarle, pero solo lo suficiente para que sus palabras quedaran entre ambos y no se colgaran de oídos de otros.- Si fuera un bebedor de sangre, como les dicen otros, tendría la mala suerte de tener un cazador justo en frente suyo en estos momentos. -Comentó con algo de gracia, intentando que le causara gracia a ella también.- Pero no es así, ¿o sí? -Agregó luego, sonriendo y poniéndose de pie. Se acercó entonces a ella e hizo una suave reverencia de su cabeza como saludo.- Mi nombre es Rivaille. ¿Le importaría si la acompaño, señorita... ? -Dijo entonces, inclinando luego la cabeza y haciendo notar en el tono de sus palabras que estaba en busca de saber el nombre de la joven frente suyo.
Rivaille- Realeza Francesa
- Mensajes : 46
Fecha de inscripción : 22/01/2015
Re: Un café y una compañía (Privado) Rivaille
Ensimismada en sus pensamientos, no se había dado cuenta que sus cavilaciones habían sido expresadas en voz alta. Sus ojos se abrieron, más grandes aún, si eso era posible, al escuchar la respuesta, de un caballero que, sentado en una mesa cercana, la contemplaba con curiosidad pero sin llegar a ser descortés. Sonrió con timidez, y asintió con la cabeza, - sería realmente una mala suerte, como usted bien dice, encontrarme con un cazador en éste bello café– le contestó con picardía, observándole y manteniendo la sonrisa en sus labios, - pero por suerte, para mí, soy una simple mujer - colocó sus manos sobre la mesa, una sobre la otra y entre medio de ellas, un rosario de pétalos de rosas, una clara señal de que no era un vampiro, o por lo menos aquel dato lo había leído en alguna de las novelas que comprara últimamente, - ¿o acaso los seres de la noche no temen a los objetos que representan a nuestro Señor? – caviló, fuera como fuera, ella intentaba demostrar que era una joven sin nada que esconder, aunque todos escondemos algo en la vida ¿verdad?
Lo vio ponerse de pie, acercarse a donde ella se encontraba y presentarse, por un momento aquel nombre le pareció conocido, estaba segura que lo había oído, tal vez en alguna reunión, ¿o fue uno de los socios sobrenaturales de su padre? Uno de esos seres, como acababa de llamarles el señor Rivaille – chupasangres – no pudo esconder la sonrisa, es que el termino le hizo recordar a mosquitos hinchados de tanto chupar la sangre de más de una persona que se encontraba descansando tranquila en un jardín, o de los cobradores de impuestos, que no les importaba más que conseguir les pagara sus deudas.
Con un suave movimiento de su cabeza aceptó su compañía, - será un placer contar con vuestra grata compañía – lo miró a los ojos, como siempre hacía con las personas, - porque quien no esconde algo, jamás dejará de mirar a los ojos al ser que tenga en frente – pensó. Ella deseaba conocer al joven Rivaille, le parecía un hombre muy interesante. – mi nombre es Maite y como podrá notar, soy una simple mujer que no se dio cuenta que hablaba en voz alta – rió suavemente, aunque luego suspiró, porque en verdad, aquello que había pensado aun rondaba por su cabeza, - por favor, tome asiento… pues entonces… es usted un… ¿Cazador? -.
Lo vio ponerse de pie, acercarse a donde ella se encontraba y presentarse, por un momento aquel nombre le pareció conocido, estaba segura que lo había oído, tal vez en alguna reunión, ¿o fue uno de los socios sobrenaturales de su padre? Uno de esos seres, como acababa de llamarles el señor Rivaille – chupasangres – no pudo esconder la sonrisa, es que el termino le hizo recordar a mosquitos hinchados de tanto chupar la sangre de más de una persona que se encontraba descansando tranquila en un jardín, o de los cobradores de impuestos, que no les importaba más que conseguir les pagara sus deudas.
Con un suave movimiento de su cabeza aceptó su compañía, - será un placer contar con vuestra grata compañía – lo miró a los ojos, como siempre hacía con las personas, - porque quien no esconde algo, jamás dejará de mirar a los ojos al ser que tenga en frente – pensó. Ella deseaba conocer al joven Rivaille, le parecía un hombre muy interesante. – mi nombre es Maite y como podrá notar, soy una simple mujer que no se dio cuenta que hablaba en voz alta – rió suavemente, aunque luego suspiró, porque en verdad, aquello que había pensado aun rondaba por su cabeza, - por favor, tome asiento… pues entonces… es usted un… ¿Cazador? -.
Última edición por Maite Arranz el Mar Mar 24, 2015 8:28 am, editado 1 vez
Maite Arranz- Humano Clase Alta
- Mensajes : 18
Fecha de inscripción : 31/01/2015
Re: Un café y una compañía (Privado) Rivaille
Si bien la muchacha le hubiese invitado a tomar asiento y compartir mesa, se sonrió con gracia al tiempo que corría la silla hacia atrás, la giraba y se sentaba a horcajadas. Levantando entonces su dedo índice de la mano derecha, se inclinó sobre la mesa por sobre el respaldo de la silla, acercándose en un gesto de confidencialidad.- Ninguna persona es simplemente una persona. Todos tenemos algo que nos libra de la simplicidad y nos hace complicados. Es por ello que somos diferentes. -Comentó con seriedad, volviendo luego a estirarse y apoyar ambos brazos en el respaldo de la silla, poniéndose cómodo.- Incluso los gemelos son diferentes entre sí. Ergo, dudo que usted sea solo una simple mujer. Debe haber algo que solo usted sea, pueda hacer o tenga que la haga destacar entre los demás. ¿No piensa usted igual?
Dejó de hablar un momento en cuanto la mesera trajo su pedido y lo dejó en la mesa, algo confundida al verle ahora en otra mesa y con compañía.- Gracias. -Le dijo al tiempo que recibía la taza de té y acercaba el plato debajo de esta hacia sí mismo.- ¿Te apetece algo de comer? Si quieres algo, solo pídelo. Yo invito. -Le dijo, tomando entonces la cuchara y esperando que, si es que no pedía nada, que la mesera se retirara mientras que revolvía el brebaje, volviendo su atención a la muchacha frente a sí y manteniendo la mirada a los ojos.- Pero de todos modos, no me vaya a malentender. No tengo intención de conocer los secretos que la hacen única, simplemente quería destacar su singularidad. -Agregó luego, tocando la taza con el dorso de su mano para medir la temperatura del té.
A continuación, tomó el azucarero que se posaba a un lado de la mesa y le echó solo una cucharada de azúzar al té, revolviendo luego y, soplando suavemente, levantó la taza para probarlo. Saboreó la infusión por unos segundos y asintió con la cabeza un par de veces, devolviendo la taza al plato y dando un suave suspiro.- Pues sí, soy un cazador. En algo tiene uno que gastar el tiempo, ¿no? -Contestó con gracia y encogiéndose de hombros, volviendo a mirarla y sin perder ahora contacto con sus ojos.- Aunque hoy en día aquello es tan solo parte de lo que hago. -Agregó luego de unos segundos.- ¿Y qué hay de ti, Maite? ¿A qué te dedicas? O por lo menos, ¿en qué gastas el tiempo? -Hizo una pausa, reconciderando lo que había dicho.- Me dijiste que te llamabas Maite, ¿verdad? Soy pésimo recordando nombres.
Dejó de hablar un momento en cuanto la mesera trajo su pedido y lo dejó en la mesa, algo confundida al verle ahora en otra mesa y con compañía.- Gracias. -Le dijo al tiempo que recibía la taza de té y acercaba el plato debajo de esta hacia sí mismo.- ¿Te apetece algo de comer? Si quieres algo, solo pídelo. Yo invito. -Le dijo, tomando entonces la cuchara y esperando que, si es que no pedía nada, que la mesera se retirara mientras que revolvía el brebaje, volviendo su atención a la muchacha frente a sí y manteniendo la mirada a los ojos.- Pero de todos modos, no me vaya a malentender. No tengo intención de conocer los secretos que la hacen única, simplemente quería destacar su singularidad. -Agregó luego, tocando la taza con el dorso de su mano para medir la temperatura del té.
A continuación, tomó el azucarero que se posaba a un lado de la mesa y le echó solo una cucharada de azúzar al té, revolviendo luego y, soplando suavemente, levantó la taza para probarlo. Saboreó la infusión por unos segundos y asintió con la cabeza un par de veces, devolviendo la taza al plato y dando un suave suspiro.- Pues sí, soy un cazador. En algo tiene uno que gastar el tiempo, ¿no? -Contestó con gracia y encogiéndose de hombros, volviendo a mirarla y sin perder ahora contacto con sus ojos.- Aunque hoy en día aquello es tan solo parte de lo que hago. -Agregó luego de unos segundos.- ¿Y qué hay de ti, Maite? ¿A qué te dedicas? O por lo menos, ¿en qué gastas el tiempo? -Hizo una pausa, reconciderando lo que había dicho.- Me dijiste que te llamabas Maite, ¿verdad? Soy pésimo recordando nombres.
Rivaille- Realeza Francesa
- Mensajes : 46
Fecha de inscripción : 22/01/2015
Re: Un café y una compañía (Privado) Rivaille
Mantuvo la mirada en el señor Rivaille, era joven y se notaba muy desenvuelto. Sonrió a su comentario sobre las particularidades de las personas y lo que las hace ser únicas. Una leve arruga se pronunció en su entrecejo, - en verdad... no sé qué me hace única – suspiró suavemente, mientras contemplaba como se preparaba para disfrutar de su pedido.
Su estómago clamó por un poco de alimento, ya que solo había pedido un café y no era suficiente, para haber pasado todo el día con eso en el estómago. No era que le faltara dinero para comer lo que deseara, sino simplemente que a veces se olvidaba de hacerlo, - oh, no se preocupe, justo estaba por pedir, es que se me ha ido el día haciendo… nada – dijo cabizbaja, - a veces el que no nos falte de nada, en vez de ayudarnos a no sentirnos mal, nos hunde con mayor facilidad en un sentimiento que… no se lo desearía ni a mi peor enemigo -, dicho esto. Llamó a la muchacha que atendía y le pidió le trajera una torta de fresas. La boca se le hizo agua de solo pensar y se ruborizó. Cuando la joven se retiró volvió a observar a su ocasional amigo. – Pues, fuera de… no hacer nada… me dedico a leer, leer y… leer – sonrió apenada – disculpe, mi vida no es tan interesante, tal vez por eso dije lo interesante que sería poseer algún poder o cualidad extraordinaria – Sus piel se iluminó, imaginando mil cosas que haría de poseer algo así.
De pronto llevó intrigada su mirada a la de Rivaille, - ¿puedo preguntarle, porqué los caza? ¿Es que no siente piedad por ellos? ¿Acaso no viven, aman, sufren? - volvió a bajar la cabeza - de seguro creerá que soy una ingenua, que no me doy cuenta que son peligrosos… pero – levantó la mirada buscando una respuesta - ¿es que todos se merecen morir? Tal vez entre ellos existan seres buenos, que solo deseen vivir y no herir a nadie -, sus ojos descendieron al reflejo que le devolvía su taza de café, ya frío, - quisiera creer que podemos vivir sin herir a nadie, sin que en nuestras conciencias pese el destino trunco de otro ser – no levantó su vista, pero le preguntó -¿no siente arrepentimiento alguno al segar aquellas vidas? -.
Su estómago clamó por un poco de alimento, ya que solo había pedido un café y no era suficiente, para haber pasado todo el día con eso en el estómago. No era que le faltara dinero para comer lo que deseara, sino simplemente que a veces se olvidaba de hacerlo, - oh, no se preocupe, justo estaba por pedir, es que se me ha ido el día haciendo… nada – dijo cabizbaja, - a veces el que no nos falte de nada, en vez de ayudarnos a no sentirnos mal, nos hunde con mayor facilidad en un sentimiento que… no se lo desearía ni a mi peor enemigo -, dicho esto. Llamó a la muchacha que atendía y le pidió le trajera una torta de fresas. La boca se le hizo agua de solo pensar y se ruborizó. Cuando la joven se retiró volvió a observar a su ocasional amigo. – Pues, fuera de… no hacer nada… me dedico a leer, leer y… leer – sonrió apenada – disculpe, mi vida no es tan interesante, tal vez por eso dije lo interesante que sería poseer algún poder o cualidad extraordinaria – Sus piel se iluminó, imaginando mil cosas que haría de poseer algo así.
De pronto llevó intrigada su mirada a la de Rivaille, - ¿puedo preguntarle, porqué los caza? ¿Es que no siente piedad por ellos? ¿Acaso no viven, aman, sufren? - volvió a bajar la cabeza - de seguro creerá que soy una ingenua, que no me doy cuenta que son peligrosos… pero – levantó la mirada buscando una respuesta - ¿es que todos se merecen morir? Tal vez entre ellos existan seres buenos, que solo deseen vivir y no herir a nadie -, sus ojos descendieron al reflejo que le devolvía su taza de café, ya frío, - quisiera creer que podemos vivir sin herir a nadie, sin que en nuestras conciencias pese el destino trunco de otro ser – no levantó su vista, pero le preguntó -¿no siente arrepentimiento alguno al segar aquellas vidas? -.
Maite Arranz- Humano Clase Alta
- Mensajes : 18
Fecha de inscripción : 31/01/2015
Re: Un café y una compañía (Privado) Rivaille
Se quedó tranquilo en su puesto revolviendo la taza de té mientras que la muchacha hablaba, quedándosele una de sus frases pegadas en la cabeza, 'no sé qué me hace única'.- Yo no soy quién para decir qué es lo que te hace única, pero seguramente sí lo eres de alguna forma u otra. -Comentó antes de volver a beber otro sorbo de su té, dejando luego la taza en su lugar, quedándose mirándola mientras que la muchacha frente a él continuaba hablando y él continuaba escuchando pacientemente, incluso mientras que pedía algo para comer.
Y no te preocupes, no es necesario hacer grandes hazañas para tener una vida interesante. Es más, leer toda la tarde suena como algo que a mí me viene haciendo algo de falta. -Dijo luego, pendiente ahora de cortar un pedazo de la tarta que había pedido él anteriormente. De pronto, las palabras de la muchacha le hicieron levantar primero la vista para verle por el rabillo del ojo, y luego la cabeza para verle de frente y escuchar con atención todo lo que tuviera que decir. Mantuvo el silencio por un momento, no porque no supiera qué contestar, sino porque reflexionaba hasta qué punto podría contestarle con honestidad hasta que el tema se volviera inapropiado para estar comiendo tartas y bebiendo té.
Tienes toda la razón, Maite. Todas esas criaturas a las que persigo y cazo son capaces de amar, sufrir y sentir como cualquier otro ser humano. Lo tengo muy claro. -Comenzó a hablar con tranquilidad y tono neutro, sin desviar la vista de ella.- Pero así como los humanos somos también capaces de matarnos entre nosotros, ellos son aún más capaces de matarnos; y es mi trabajo velar por la seguridad de la gente dentro de este condado. -Agregó, volviéndose ahora su mirada fría y sádica, a comparación del estoicismo que tenía anteriormente.- Por lo que cada vez que llego a saber que alguna de esas criaturas está planeando alguna atrocidad, o que ya la haya hecho, sé que no me arrepentiré luego de blandir mi espada a través de su cuerpo.
Hace dos días, por darte un ejemplo, perdí tres soldados intentando rescatar una pareja de gemelas que habían sido secuestradas por un licántropo. Son criaturas así las que no puedo permitir caminen libremente entre personas inocentes. -Agregó luego de una pausa.- Aunque, también estoy consciente de que hay algunos quienes sí saben comportarse. Por eso en lugar de eliminarlos, simplemente los mantengo vigilados. -Terminó de explicar.
Y no te preocupes, no es necesario hacer grandes hazañas para tener una vida interesante. Es más, leer toda la tarde suena como algo que a mí me viene haciendo algo de falta. -Dijo luego, pendiente ahora de cortar un pedazo de la tarta que había pedido él anteriormente. De pronto, las palabras de la muchacha le hicieron levantar primero la vista para verle por el rabillo del ojo, y luego la cabeza para verle de frente y escuchar con atención todo lo que tuviera que decir. Mantuvo el silencio por un momento, no porque no supiera qué contestar, sino porque reflexionaba hasta qué punto podría contestarle con honestidad hasta que el tema se volviera inapropiado para estar comiendo tartas y bebiendo té.
Tienes toda la razón, Maite. Todas esas criaturas a las que persigo y cazo son capaces de amar, sufrir y sentir como cualquier otro ser humano. Lo tengo muy claro. -Comenzó a hablar con tranquilidad y tono neutro, sin desviar la vista de ella.- Pero así como los humanos somos también capaces de matarnos entre nosotros, ellos son aún más capaces de matarnos; y es mi trabajo velar por la seguridad de la gente dentro de este condado. -Agregó, volviéndose ahora su mirada fría y sádica, a comparación del estoicismo que tenía anteriormente.- Por lo que cada vez que llego a saber que alguna de esas criaturas está planeando alguna atrocidad, o que ya la haya hecho, sé que no me arrepentiré luego de blandir mi espada a través de su cuerpo.
Hace dos días, por darte un ejemplo, perdí tres soldados intentando rescatar una pareja de gemelas que habían sido secuestradas por un licántropo. Son criaturas así las que no puedo permitir caminen libremente entre personas inocentes. -Agregó luego de una pausa.- Aunque, también estoy consciente de que hay algunos quienes sí saben comportarse. Por eso en lugar de eliminarlos, simplemente los mantengo vigilados. -Terminó de explicar.
Rivaille- Realeza Francesa
- Mensajes : 46
Fecha de inscripción : 22/01/2015
Temas similares
» Un cafe y tu amistad - privado
» ¿Un cafe, por favor? (Privado)
» Café "La soledad" un curioso lugar que me brindo anelada compañia (Libre)
» Un poco de compañía [Privado]
» ¿Necesitas Algo De Compañia? (Privado)
» ¿Un cafe, por favor? (Privado)
» Café "La soledad" un curioso lugar que me brindo anelada compañia (Libre)
» Un poco de compañía [Privado]
» ¿Necesitas Algo De Compañia? (Privado)
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour