Lagrimas de Angel {Libre}

por **Tyler Fausten** Miér Feb 25, 2015 2:57 am

En mis manos estaba la posibilidad mas grande de toda mi vida, pero aun no sabía como aprovechar esa fuerza que me transmitían a través de la piel. Como casi siempre, tenía que llevar guantes. No podía volver a cometer la locura de no llevarlos, ya que a cada cosa que tocaba constantes imágenes volvían a mi cabeza. Como una rosa, como, cuando y por quien fué cortada.. los dias en los que hubo sol o simplemente la lluvia hizo que su tayo se resquebrajase.
Aquello eran simples tonterías, o al menos eso era lo que mi subsconsciente me quería decir. Podía hacer algo mas con aquel don, pero no quería arriesgarme como en tantas otras ocasiones.
Tomé mis herramientas, un trapo viejo y me dirigí hacia el cementerio. Algunas personas se les ponía el vello de punta con tan solo oir nombrarlo, pero para mi era un lugar hermoso, descanso de muchos de los mortales que vieron su muerte precipitadamente o que simplemente les había llegado la hora.

Paseé entre los musgos que crecían alrededor de las tumbas mas antíguas, algunas recientes pero debido a la humedad y a la juventud de hoy en día habían sido saqueados o simplemente hecho añicos.
Levanté la vista hacia un gran panten, a su entrada había dos ángeles en mármol tallado, guardianes del lugar, pero el tiempo les deterioró. Tomé la decisión de quitar mis guantes, y con gran cariño acaricié una de las alas que tantos recuerdos me traían. al toman aquella fría piedra entre mis manos supe al instante quien hizo aquella obra de arte sin acabar... Fausten... mi padre. Sonreí con ternura ante aquello, y la posibilidad de poder restaurar con mis propias manos el trabajo de mi difunto padre.

por **Mickaella Sunder** Lun Mar 02, 2015 1:42 am

Habia vuelto,alli, donde sin ninguna duda podia ser yo misma, a pesar de haber prometido que no iria con tanta frecuencia, pero no pude evitarlo.Necesitaba consejo de mi querida abuela, aquella que con paciencia me enseño lo que era y todo lo que hoy en dia sabia,aunque no todo lo que debia.Siempre me calmaba el ir a visitarla a su tumba y hablarle aunque no me respondiera, pero era donde mas cerca la sentia, donde podia percibirla al menos un poco,aunque ese poder se me escapase de las manos.

El caso es que alli estaba, en el cementerio, sola.Si llegasen a enterarse mis padres se escandalizarian (como tantas otras veces) y me regañarian por ello, pero ademas necesitaba hierbas para mis pociones, y algunas piedras para otras.
Pero algo era diferente aquel dia,alguien estaba alli, alguien humano pero especial,como yo.Y propio de mi me puse alerta y desconfie de aquel extraño que ya sin verlo me hacia estar en guardia.Intente "ver" algo, intente mirar hacia el futuro pero nada vino a mi mente pues aun era joven e inexperta y no podia controlar aquel don que se me habia otorgado,por lo que decidi seguir con mis intenciones y buscar lo que me hacia falta para poder marchar de alli rapido.Asustadiza, siempre asustadiza.

Me arrodille como pude,pues el vestido era complicado, ante unas flores sanadoras que crecian cerca de la tumba de mi abuela y que me gustaba pensar que las hacia crecer alli para mi,para que me fuese mas facil encontrarlas y con parsimonia empece a cortarlas y meterlas en las bolsitas que habia traido especialmente para ello.Un ojo en las flores y otro al rededor, a la espera de cualquier cambio.Notaba su presencia y sabia que estaba alli.Desee poder ver su aura sin que me viese a mi para al menos conocer algo mas acerca de mi inesperado acompañante.

por **Tyler Fausten** Sáb Mar 21, 2015 5:06 am

Todo lo que rodeaba a Tyler se podía describir como una hermosa melodía; Cuando te acercabas lo suficiente, podías oler un inconfundible aroma y sentir como si las propias gotas de rocío levitasen hasta tus dedos, acompañando el inevitable sentimiento de calma que expedía su tan solo respirar. Tyler podía sentir mas allá que cualquier persona corriente, pero jamas le verías alardear de sus facultades, pues siempre trataba de ser alguien que facilita ayuda en cualquier circunstancia. Sus facciones rudas siempre hacían que la gente mal pensase sobre sus verdaderas intenciones, que no iban mas allá de su fascinación por la vida, ya fuese desde un pequeño ser humano hasta el entender como funcionaba la vida en los propios no-muertos.

Tyler trató levemente el mármol del que estaba echo aquel ángel, ya que preveía el tener que encargar a unos pocos jóvenes el trasladarlo hasta su taller privado. Tyler no trabajaba como escultor, simplemente era algo que le era innato, ya que su padre. desde que el era muy niño le enseñó aquello de lo que estaba tan orgulloso, sin embargo, Tyler arreglaba e incluso creaba obras que bien quedaban en el mas estricto de los anonimatos o como era en el caso de Doreen, -su amada amiga de al infancia- supuso un regalo muy agradecido y admirado el que el le entregase una estatua a tamaño real de aquella niña que bailaba en sus viejos recuerdos compartidos.

Sabía que aquel lugar era visitado en ocasiones por gente que bien buscaba el consuelo de alguien perdido o por le contrario, servía de fuente inagotable de magia ancestral. Tyler se echó el trapo al hombro, junto con aquella bolsa de tela en al que llevaba algunas de sus herramientas; Se acercó -siempre manteniendo una distancia prudencial para no molestar- y observando tranquilamente a la muchacha, musitó.

- ¿La echas de menos cierto?- dijo con voz tenue, pero profunda, intentando no alterar ni mucho menos la visita de la muchacha a aquella desgastada tumba.- De seguro que agradece todo lo que haces por ella.- Dijo a sabiendas de que podía equivocarse, pero dada su experiencia y el que aquel lugar se había convertido casi en un hogar para el, suponía que el conociese la mayoría de las personas allí sumidas en un sueño eterno. Lo que no sabía era cada una de sus historias al detalle, así como las leves pistas que podrían dar aquellos quienes visitaban a sus seres queridos, tal y como estaba haciendo aquella muchacha. -Tranquila, no pretendía molestar. Solo estuve aquí de paso.- Dijo con una media sonrisa, denotando su bienestar.

por **Mickaella Sunder** Sáb Mar 21, 2015 6:53 am

Una voz masculina me hablo con suavidad y calma, sacandome de mis pensamientos que andaban buscando el consuelo de aquella que fue mi mentora.¿Que si la echaba de menos? Daria todo lo que tengo por volver a verla solo un rato mas. Una lagrima rodo por mi mejilla al recordar tantos buenos momentos,sonrei y asenti a aquel joven.

-Asi es, la extraño muchisimo...Mi querida abuela...

Acaricie con cariño la antigua marmolada de su abuela,descuidada por el hecho de que como ella no debia estar alli, no podia restaurarla como hubiese deseado, pero siempre le dejaba las mas bellas flores,las cuales besaba con cariño antes de colocarlas.

-Siento que no estaba preparada para su marcha, aun debia de estar conmigo....se fue demasiado pronto.

Me gire y volvi a sonreirle en señal de que estaba bien aunque mis ojos demostrasen tristeza por la perdida.Me levante recogiendo mi bolso y sacudi las hojas que se habian quedado enganchadas en el vestido,ahora algo manchado y sucio.No le di mas importancia de la que debia, pues la cortesia me llamaba a gritos.Hice una leve inclinacion de cabeza a modo de saludo y me presente como era debido.

-Mickaella Anne Marie Sunder,aunque puede llamarme Mickaella, todos lo hacen

Me encogi de hombros como si no me importase, de hecho no lo hacia, siempre me habia parecido un nombre demasiado largo y pomposo que no estaba nada de acuerdo con quien realmente era.

por **Tyler Fausten** Sáb Ago 15, 2015 10:30 am

- Si no le importuna, la llamaré simplemente Marie, es un nombre precioso y sencillo. – Tyler no era como el resto y tampoco pretendía hacer lo que todos dando así un toque personal a sus relaciones para con el resto. Tyler degustaba el nombre tras haber atravesados sus labios y sabía tan dulce como parecía ser aquella muchacha.
Percibiendo lo entristecida que estaba la muchacha, decidió hacer algo para arreglarlo, no sin antes, recoger un par de cosas.
- No debes llorarle, quizás vuelvas a verla mucho antes de lo que imaginas. Debe sentirse muy orgullosa del amor que le profesas, Marie.
Tyler quiso acercarse más para consolarla, pero debía mantenerse al margen por lo sucio que se encontraba.
- La invito a un té, siempre viene bien tomar algo caliente y dulce tras un rato amargo. – Se dirigió con total naturalidad hacia la muchacha y le indicó el camino. – No muy lejos, hay una casa taller en la que vivo, es como una taberna, pero sin maleantes y sobre ella hay casas de un piso para los que necesitan cobijo durante largos periodos, como es mi caso. ¿Gustaría acompañarme? Necesito darme un baño, no quiero que la vean acompañado de lo que pudiera parecer un pordiosero. – Tyler se echó a reír, siempre intentaba hacer que la gente se sintiera cómoda, pero en lugar de generalizar, actuaba con cada cual como si de una persona especial se tratase y ella no iba a ser menos.

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