En mi nombre llevo mi maldición y mi destino.

por **Darkness Severaux** Dom Abr 26, 2015 10:26 am

DATOS BÁSICOS

▲NOMBRE DEL PERSONAJE▲

Darkness Severaux

▲EDAD▲

30 años aparentes/ 2114 años reales

▲ESPECIE▲

Vampiro

▲TIPO, CLASE SOCIAL O CARGO▲

Clase Alta

▲ORIENTACIÓN SEXUAL▲

Heterosexual.

▲LUGAR DE ORIGEN▲

Imperio Carolingio, actual norte de Francia

▲HABILIDADES/PODERES▲

► PODERES INNATOS:

→ Sanación acelerada: Habilidad para sanar rápidamente heridas y contusiones no tan graves (esto no aplica al desmembramiento, si les arrancan un brazo, el brazo no volverá a crecer). El tiempo de recuperación varía según el personaje y la gravedad de la herida o lesión. Cuando se trata de balas de plata o fuego pueden morir si las heridas son muy graves.

→ Percepción del aura: Habilidad para ver las auras de otros seres, cuyos colores indican su humor, identidad y nivel de hostilidad, de este modo saben si están bajo amenaza. Este poder también les permite reconocer a otros vampiros e identificar a los licántropos gracias a su aura colorada y su característico olor.

PODERES ADQUIRIDOS:

→ Ilusión: Capacidad para alterar la relativamente la realidad por medio de alguna ilusión, algo no real para confundir a las personas.

→ Inflingir dolor por medio de la mente: Capacidad que consiste en infringir dolor a una persona. Esto sólo funciona por medio de la concentración mental y el contacto visual.

→ Manipulación de la memoria: Concede la amnepatia y la recuperación mental, además ver los recuerdos de la gente y si se quiere proyectarlos en imágenes visibles para todos. También se puede aturdir a la gente mediante confusiones mentales dejándolos como "Enfermos mentales", pero solo temporalmente. Es muy difícil usar esta capacidad sin contacto ya que se requiere de mucha experiencia.

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Una persona que en sus adentros alberga un gran corazón, amoroso, leal, sensible y bondadoso aunque no lo parezca, puesto que esconde sus sentimientos y su pensar para no lastimar a nadie o no exponerse a si mismo, es por esto que tiende actuar de una manera sigilosa, reservada, siempre callada, dura, rígida, extracta, fría e indolente u otras veces retraída, jamás te hará saber que es lo que siente ni siquiera por las expresiones de su rostro, jamás hace gesticulaciones, excepto cuando el sentimiento sea demasiado profundo y siempre que este sea de índole melancólico o rencoroso.
Es un hombre muy culto, sabio que sabe reconocer el ingenio y la inteligencia cuando lo ve, es habilidoso al contratar gente para sus construcciones ya que aprendió a medirlos a simple vista, quien no le parece o intuye que ha hecho algo perturbador, será con seguridad su próxima víctima al anochecer.
Suele ser leal y vengativo si es a los suyos a quienes lastiman, aunque particularmente por el momento no tiene a nadie de su lado, ya que él asegura sentirse cómodo en la soledad de los siglos, pero en secreto anhela, al menos tener a alguien como hijo o discípulo.
Es religioso en toda a extensión de la palabra, gusta de tener en su casa imágenes y pinturas religiosas, en el fondo nunca ha perdido la fe en la existencia de Dios y espera a que las escrituras se cumplan para ser liberado de la maldición que el mismo se impuso como castigo, él tiende al autocastigo y a la autotortura cuando sabe que ha hecho algo mal o rompe todas sus reglas, el vive del dolor, culpa y de su tortura interna.

HISTORIA

Era en mi destino que la oscuridad reinaría para toda una eternidad, lo decía mi nombre, mi vida mortal, mi oscuro despertar y lo que hice después con ella, pero como toda buena historia habré de empezar por el principio, hace muchos siglos atrás…

Nací como cualquier otro hombre sobre la faz de la tierra, pero mi nacimiento estuvo marcado por el inicio de la disolución del reino europeo a la muerte de Carlomagno, mi natalicio ocurrió la noche en que el emperador murió, a partir de ese entonces muchos en el feudo me tomaron como la presencia de un mal augurio incluyendo mi padre, un hombre trabajador, dado a los sembradíos y arraigado aún a las costumbres más añejas venidas desde los tiempos de Pippino “El breve”, el fue quién decidió ponerme este nombre maldito, para él yo era la oscuridad, la maldad, la descendencia de lo diabólico, de lo prohibido, yo fui un hijo indeseado.
Mientras mis siete hermanos araban la tierra yo permanecía encerrado en casa por ordenes incluso del mismo señor feudal, el imperio Carolingio seguía en picada y creyeron que si salía a las tierras de ese reino terminaría finalmente por envolverse en las sombras del joven Darkness, si, la gente era muy supersticiosa en ese entonces, me atrevería a decir que aún más que estos años, ellos no podían salir de la tierra custodiada por nobleza ante la creencia que allá donde los bosques crecían, brujas, fantasmas y dragones eran los amos y señores de esos terrenos y quien se atreviese a pisarlos a elevadas horas de la noche, sería para no regresar, pero mi gran secreto es que yo comencé a pisar esos limites cuando la noche caía, era suficientemente sigiloso para ello y mi tamaño me ayudaba bastante, lo que buscaba era precisamente a esas criaturas, quería que sus fauces me destrozaran hueso por hueso, que se comieran mi carne o que me arrancaran el corazón que estaba harto de sufrir, de esperar sin recibir amor, de salir cada vez más lastimado cuando por las noches antes de irme, mi madre y las mujeres de mi familia eran golpeadas y obligadas a tener sexo con los hombres que mi padre llevaba a mi hogar, que no tardo en ser una zona maldita por mi presencia oculta, en un cuarto oscuro, frío y humildemente provisto de una cama y una tabla en donde comía.
Uno de esos tantos días salí antes de que el sol se ocultará, me refugie en los verdes pastizales de unas colinas alejadas del feudo y entonces allí la vi por vez primera, ojalá jamás mis ojos se hubieran fijado en aquella criatura grácil, noble, de extremada belleza, sus movimientos y su mirada al percatarse de mi presencia eran similares a los de un cervatillo pastando a la lejanía de su madre… recuerdo que en su mano llevaba una pequeña flor blanca, tan blanca como su piel,contrastando con sus ojos verdes esmeralda y su cabello largo hasta la cadera, ondulado, brillante y rubio que lucia con más vida cuando los débiles rayos del sol osaban en acariciarle

“-¿Quien eres tú?- pregunto con curiosidad
-Soy… Darkness, Darkness Severaux- respondí, poniéndome de pie para que me viera, sorprendido por el color de voz que solo había escuchado claramente por primera vez esa noche”

Sus ojos se abrieron lo más que pudieron, me hizo la señal de la cruz y se marcho de allí corriendo, creí que sería la última vez que la vería, lo que no sabía es que seria la primera de muchas conversaciones que tendríamos en el futuro, pero es que en un primer momento lo creí pues quien siendo sobre todo una mujer pequeña quería hacerle compañía a un niño de ocho años, con el cabello negro como el azabache, piel blanca como la luna, mirada pesarosa, triste, que apenas si hablaba, cuya vestimenta era completamente oscura y con una falsa e inventada maldición a cuestas, pero ella retorno a la noche siguiente, con un ramillete de flores blancas en las manos y con la mirada puesta en enorme roble donde me recargaba para observar con espléndida vista el anochecer

“-Creí que habías muerto- declaro con su voz de tierna criatura -Te condene con la señal de Nuestro Señor- se detuvo en seco
-No soy el diablo- le dije negando rápidamente con la cabeza, moviendo mi larga cabellera de un lado a otro -Soy un humano, quizás más que todos los que me juzgan mal-
-Mis padres dicen que lo eres, que eres malo y que no debería hablar contigo nunca- sacudió el ramillete
-Entonces ¿Que haces aquí hablando conmigo si soy tan malo como todos te dicen que soy? respondí desde la penumbra del árbol
-No lo sé… eres diferente y casi nunca te veo, pero cuando lo hago, desde lejos algo me dice que no eres un monstruo, solo sigo la voz del corazón que me dijo lo mismo con respecto a estos parajes- se encogió de hombros
-¿Y las flores?- pregunte con curiosidad
-Por si habías muerto- sonrío apenada, con sus mejillas coloradas -Pero como no lo estas, te las entrego en la mano- se acerco tímidamente hasta el pie de la colina donde reposaba tranquilo
-Gracias- sonreí apenas -No soy muy partidario del blanco, pero nadie había tenido un detalle así conmigo- le invite a sentarse y paso largo rato desde que los dos nos quedamos embelesados con la luna
-¿Darkness? Darkness es un nombre raro, pero me gusta- pensó en voz alta y sonrío para mi”

A partir de esa noche la soledad no estuvo más de mi lado, no me golpeaba con sufrió látigo, por el contrario ahora hablaba más, reíamos y en ocasiones era en esa misma colina donde nos acostábamos inocentemente a ver y contar las estrellas, ella descubrió que todos me juzgaban injustamente y ella era la que me defendía de todo chico que osaba en molestarme las contadas veces que salí de casa cuando mis padres y hermanos araban la tierra en busca de mantener el feudo fértil, pero fueron estos sensibles golpes los que me llevaron a ser retraído con el resto del mundo, me volví enérgico y reservado, leal y capaz de defender a la única persona que sin importar que empezamos a crecer dejo de verme como su amigo y después como su amante, los dos nos juramos amor eterno a los trece años, aquella noche lloramos porque ella debía marcharse, su padre la había comprometido desde los tres años, pero jamás se consumo, decidimos huir una noche antes de que las tierras en ruinas fueran destruidas por invasores.
Asi nos mudamos a lo que hoy es el sur de París, donde un nuevo imperio florecía pero ocultaba todos aquellos conocimientos que por ley debían saber los hombres, todas enseñanzas escritas por los monjes bajo las ordenes de Carlomagno quedaron cautivas en monasterios, siendo los religiosos las únicas personas capaces de saber más sobre los misterios del universo y el mundo que nos rodeaba, todo era oscuridad, paradójicamente en las manos de Dios, aún así nos casamos a los dieciséis años y procreamos nuestro primer hijo a los cuarenta años, cuando sentí que había ganado lo suficiente para poder mantener a los dos seres que se habían vuelto mi adoración y mi vida entera, desde que huimos de casa yo trabajaba de la manera más honrada posible, como auxiliar de múltiples pintores desde muy jóven, pero fue finalmente mi destino trabajar como un ayudante del que en estas épocas es el respetado Miguel Angel, quién apenas comenzaba a pintar obras que ya no existen tras las revueltas desprendidas del renacimiento, en aquel entonces éramos tres los discípulos de aquel hombre, pero había uno en especial por quien el maestro se desvivía de formas inauditas e inimaginables, quizás era su belleza, sus facciones perfectas, su piel de porcelana o porque era el modelo perfecto para sus pinturas, él no cuestionaba porque solo trabajaba de noche, porque no comia y porque no bebía, todos lo cuestionaban, menos yo y Miguel Ángel, pero era a mi a quien contesto sin que yo le preguntase algo, en un momento no entendí su proceder pero después el me aclaro absolutamente todo

“-Hay cosas que los hombres no saben- me advirtió -Y que la iglesia oculta en el afán de causar el miedo- asintió fingiendo tomar de la copa -Hacen mal Darkness, hacen mal, hay asesinos, pero no cualquier asesino, sino animales disfrazados de hombres, bestias que gustan de sangre… que viven de noche, como a ti te gusta, nos decimos los “eternos”- susurro entonces -Somos hijos de Belial- sonrío dejándome ver sus dientes, dos colmillos afilados sobresalían de sus labios perfectos, jóvenes y rosados -Todos hemos pasado por lo mismo que tu Darkness, es por eso que te lo confieso, tienes madera para ser lo que soy yo… imagina toda una vida sin enfermar o envejecer, vivir para ver caer estos oscuros tiempos, vivir para ver la evolución del hombre y beber de ellos- dijo con entusiasmo aquel que tan solo aparentaba 30 años
-A costa de la vida de los otros eso más que una existencia liberadora es una condena que yo no soportaría, ser un asesino seria un castigo- tome el ultimo trago y fui a donde mi esposa me esperaba”

A pesar de todo, de lo frío que podía parecer, de lo reservado e indolente, era un hombre feliz, esposo y padre que procuraba por su familia cada noche, excepto la que me necesitaron de verdaderamente, esa noche fue mi muerte y el inicio de mi penitencia, aquel día salí a trabajar pasada la tarde, recuerdo haberlos dejado a regañadientes, con una molestia en el pecho que no me dejo descansar, hasta que tuve permiso del maestro para salir y regresar a casa solo para asegurarme que ellos, mi hijo y mi esposa estuvieran a salvo y que lo que presentía eran imaginaciones mías… ojalá todo hubiese sido eso, cuando llegue, la puerta estaba forzada, todo estaba en penumbras por dentro y al fondo en el cuarto donde dormíamos estaban los dos, dormidos, tranquilos e imperturbables en medio de maderas rotas y muebles destrozados, me puse de rodillas ante sus cuerpos carentes de vida, los arrope entre mi capa y llore sin cesar hasta la mañana siguiente que los enterré con mis propias manos

"-¡Matame por favor!- solloce -¡Matame para abrazarlos por siempre! ¡¿Que, no me escuchas?!- señale al cielo con dedo firme e inquisitivo, con las lágrimas atrapadas en mis ojos, saliendo de apoco, sintiendo su tibieza en mis mejillas -¡¿Que te hice yo para que en mi pusieras una maldición?! ¡¿Porque me hiciste esto?! ¡¿Porque he de traer muerte y desdicha para los que están a mi alrededor?! ¡¿Porque?!- pregunte sin obtener respuesta, caí rendido al piso, llore con la misma intensidad que la noche anterior, tomando la tierra entre mis puños -Tu y el tiempo son crueles amigos- susurre en medio del llanto -Tu y el tiempo son crueles enemigos- y luego me acosté en el montículo de tierra, a las afueras de mi casa, ensuciando mi traje y mi larga capa oscura del marrón del polvo"

Devastado suplicaba a Dios la muerte, pero yo no era capaz de infringírmela, quería mi desenlace y quería castigo, solo una persona era capaz de proporcionármela, espere impaciente esa noche y fui con el modelo del maestro a la taberna, por algún extraño motivo, el ya sabia mis intenciones y mi petición que otorgo sin objeción, la experiencia y lo que sucedió en años y siglos con él, bajo su tutela y mi aprendizaje será algo que reservaré para mí… pero si que vi, toda evolución y cambio, la ilustración, y todo el conocimiento por el que se peleaban los hombres, dejamos de vivir en las sombras al menos en parte… para mi todo fue oscuridad, aprendí a matar sin dolo, a moverme entre las sombras, aprendí a leer y escribir, me volví miembro de los círculos de estudiosos y eruditos, me volví impenetrable e impredecible, incapaz de mostrar sentimiento alguno, retraído y callado, prudente al hablar, una sombra siempre vestida de negro, excepto por mi rostro y manos de palidez como la que posee la nieve, abandone a mi creador y maestro después de siglos a su lado obteniendo infelicidad, lo deje el día que me entere que había sido él quien mandó asesinar a mi familia

"-Tu no querías estar conmigo y yo deseaba tu extraña compañía, necesitaba tu dolor, tu extraño comportamiento, te amo Darkness, tu familia era un impedimento para que alcanzaras lo que por ley era tu destino… la oscuridad- dijo rogando e intentado que me quedará de su lado
-Yo… mi nombre, mi dolor era solo eso… sentimientos, coincidencias ¡No era mi cruel destino!, ni siquiera tienes la más mínima idea de lo que significa para mi esta existencia y por más de mil años el sentimiento que comparto hacia ti no es el mismo, Te odio, Barnabas, te odio!- di media vuelta sin quede escucharle más, azote la puerta y seguí mi camino por la noche solo.”

Jamás lo volví a ver y buen es cierto que esa misma noche jure que no transformaría a nadie, el dolor, la soledad y otros pesares mortales se hacían más pesados con la mortalidad, camine sin rumbo largo tiempo, pidiendo asilo en posadas durante el día y matando a quien pasara por delante en las noches, solo, completamente solo… amasé entonces una fortuna cuando me contrataron para ayudar con los vitrales de Notre Damme, me volví entonces en un arquitecto que por las noches enviaba los planos y trabajaba con algunos obreros durante las noches, algunos morían allí por situaciones extrañas.
Una de tantas noches, cerca del lejano año de 1600, recorría sin rumbo las calles del nuevo París, admiraba algunas construcciones en las que había colaborado y había matado a unos transeúntes antes de continuar mi camino donde mi más grande error habría de cometerse, había un circo gitano cuya atracción principal era un niño, de unos ocho años de edad, maltratado y exhibido todas las noches, expuesto a las burlas de los demás, a los señalamientos, lo vi allí como el resto del publico expectante la primera vez, no pude evitar ver en él, a ese niño que fui, acostumbraba traerle regalos pequeños cuando los demás dormían, yo sabia que él disfrutaba de todo lo que aparecía mágicamente en su prisión particular, pero estaba harto de verle sufrir por su aspecto y por el prejuicio de los hombres, le transforme después de trece años, rompiendo mi única regla

" –En verdad eres hermoso hijo- mentía en el afán de reconfortarlo, por alguna extrañe razón un vinculo se había formado tan pronto lo encontré, tan pronto lo vi... tan pronto lo transforme, era una especie de cariño extraño que por más intentos no pude hacerlo de lado mientras hablaba... pero es que en verdad era en su voz, en su interior donde la belleza tenia sus dominios en el muchacho -Demasiado bello para que te marchites con los años- una pequeña brisa entro por una de las rendijas de ventilación, apagando la vela inmediatamente, entonces todo se hizo oscuridad y en la penumbra el joven me oyó decir –yo me encargare que vivas por siempre y para siempre hasta el final de los tiempos y de todos los siglos- entonces me arroje a su yugular, conocía el procedimiento aunque jamás lo hubiera practicado –Es un dolor pasajero, no le hagas mucho caso hijo mío, se muere el mortal y nace el inmortal, ¡bah! A todos nos pasa, no le tomes importancia, pronto pasará, te lo prometo- dolosamente me acerque a tomar con fuerza su mano, allí toque su pelo, su rostro y de pronto toda fealdad desapareció, era un Dios, un Adonis de cabellos oscuros, palidez pura, había alcanzado su anhelo de aceptación y belleza -Ya ha pasado todo-"

Pero supongo que para ser un creador yo no estaba preparado, por muchos siglos que tuviese detrás, jamás vi en un neófito algo como lo suyo, sus ojos se hicieron de color malva y eso me hizo escapar de él, encargando yo mismo de desilusionarlo ante mi intención y bondad, a sus ojos una nota me transformo de ángel a demonio

“Aprovecha todo cuanto te he dado, porque de mi no volverás a saber, se que eres listo, una mente inteligente en potencia, aprenderás a sobrevivir, si me odias lo tengo bien merecido, pero yo no podía quedarme con las ganas de transformar a alguien como tú para ver si sus cicatrices habían desaparecido y que al fin después de 20 años de vida pudieras ver tu propia belleza.
Te salve de un infierno pero te introduje en otro del que no hay retorno esta vez, ahora el tiempo y los siglos son tuyos, eres más que un demonio, un… vampiro.
Mucha suerte “Ángel de la muerte”, quizá la eternidad pronto vuelva reunirnos….
Darkness Severaux”

Lo deje allí abandonado a su suerte sin conocer su naturaleza, sus habilidades y todo lo que conlleve, recé a mi esposa e hijo para que cuidaran de él y partí dos noches después de Paris con destino a Londres donde vivi bien por un tiempo, doscientos siglos para ser exactos, cuando la noticia llego a a mis manos, en ese momento el dolor que jamás deje de sentir en el corazón desde que le transforme se agudizo profundamente, el teatro se había quemado en París, yo le deje allí sino mal recordaba

“-Ha pasado mucho tiempo, él debió marcharse hace mucho”- trate de tranquilizarme en vano -Pero esto que me impide el aire… este presentimiento- susurre solo”

Ordene entonces a mis criados preparan el carruaje y se encargaran de alistar un viaje a París de forma inmediata, dejando suplentes y representantes en algunas construcciones londinenses en las que ahora colaboraba y así fue como llegue a esta tierra donde busque por un año pistas que me guiarán al paradero de aquel ser con quien cree un vinculo extraño, un lazo más allá de la sangre y todo absolutamente todo parece indicar que el esta allí aún… en ese enorme edificio que se alza a los cielos, donde Apolo se encuentra forrado de oro, tocando su lira, allí en el teatro de Paris.

“-Se que no puedo controlar el viento- me dije en cuanto la capa oscura que cubría mi silueta se detuvo delante de la enorme puerta que separaba a mi pasado, a mi creación de mi y de la realidad hostil de la que quise salvarle, al parecer sin éxito alguno -Pero puedo ajustar las velas del barco donde navegamos los dos y de esa forma cambiar el destino- asentí antes de dar un paso delante donde la ópera no tardaría en dar comienzo -Nuestro destino...-”.

DATOS EXTRA

-Tiene un diario donde anota día a dia sus memorias presentes y pasadas.

-Conoce sobre espadas y es un experto en al utilizarlas

-Fue con Miguel Ángel que aprendió el arte de la arquitectura y la pintura

-También conoció a Da Vinci de quien aprendió música y heredo la curiosidad por experimentar y crear cosas adelantadas a la época.

-Con el paso de los años su casa fue demolida, pero él logro rescatar la orden de construcción y en lugar de la iglesia que allí se construiría, un mausoleo se erigió en honor a su esposa e hijo, ya que esta ubicado al pie de una colina, no había noche en que Darkness depositara flores blancas.

-Toda vestimenta que ocupe será de color negro, utilizará capa larga y camina como una sombra entre la oscuridad, el considera que es una forma de hacer cumplir su nombre

-Es una persona culta, posee demasiada sabiduría, aunque como todos cometa errores en el camino

por **Doreen Jussieu** Dom Abr 26, 2015 7:58 pm

FICHA APROBADA

bienvenido/a a victorian vampires

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En mi nombre llevo mi maldición y mi destino.

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