Peligro o Seguridad ¿que puede mostrarse? || Serj

por **Elizabeth of York** Jue Abr 30, 2015 10:07 pm

Un día otoñal como cualquier otra, la brisa apenas agitando los cabellos y vestidos costosos de cuantas señoritas se cruzan por la calzada presurosas para llegar a sus eventos sociales, eventos que llaman la atención de las jovencitas en torno a la moda y “gestos” caritativos especiales, y entre uno de esos eventos se sitúa el de cacería, una injustificada matanza de animales como el corzo; todos los buenos nobles de apellidos importantes para alianzas económicas estaban invitadas entre ellas una joven que difiere de esos deportes brutales, Lady of York.

Aun cuando no desea asistir es obligada a hacerlo, por lo que su vestido es un tranquilo traje que refleja su inocencia, sin muchos arreglos todo para la hora del té, como toda señorita inglesa aun respeta sus tradiciones. El carruaje la conduce hasta la mansión, ubicada en las afueras de la ciudad, en las zonas más alejadas, una pequeña propiedad de campo para las actividades de cacería y uso de armas. La mansión a lo lejos se podía divisar por el camino con prados y bosques que daban el perfecto toque para pasar días de tranquilidad, cuantas veces no añoró ello en la gran ciudad.

Durante las próximas horas solo se habló de cosas superfluas algo que ella tenía que soportar con una sonrisa y las palabras en su mente “lo haces por una buena causa”, avanzaron según la agenda programada y ahora, casi con la noche tocando las puertas del cielo salieron para la caza del corzo, montada a caballo trató de alejarse de los jovencitos que la pretendían, algo agobiante para ella que solo por su apellido se acercaran y no por su persona realmente, saliendo a tropel con el caballo se alejó del grupo para no participar de tal deplorable acto, y cada corzo que divisaba ella los ahuyentaba pero entre uno de esos al parecer no le tomó de buen grado gracias los disparos que se escuchaban por la campiña, lo que ocasionó que le persiguiera al a joven y a su caballo que salió asustado tirando a la joven jinete al suelo.

El cielo nocturno se alzó alto en los cielos y la joven ahora sucia no dejaba de sonreír con los zapatos en la mano y los truenos en el cielo, para ella todo estaba bien incluso si caminaba de regreso a la mansión donde se hospedaría toda la semana hasta que acaben los eventos marcados para la clase alta, aun en su soledad de caminata no dejaba de pensar en los pobres que acudirían a su albergue y a los niños que hospedad como orfanato en aquel lugar, se lamentaba no estar con ellos en la cena y dar las oraciones pertinentes. El camino se le hacía largo y más cuando parte del vestido se le atoró entre unos arbustos hasta rasgarlo a penas en la falda.

La risa explotó en ella cuando su cuerpo contactó el suelo y los zapatos salieron volando, no parecía la misma lady de siempre incluso ahora le parecía agradable porque si llegaba así no tendría a todos los caballeros sobre ella, algo que agradeció a los cielos, aunque quizás no deba hacerlo aún, quizás solo quizás debería hacerlo cuando encuentre la seguridad porque los aullidos y los vientos agitaban las hojas de los árboles augurando peligro.

por **Serj Tankian** Vie Mayo 15, 2015 2:27 pm

Es el viento, la brisa… eres tú…

La noche calzaba la ciudad cual vestido de gala, adornado por las estrellas que fulgurantes emitían juicios sordos de cada uno de nosotros… “Oh las noches de otoño, que frescas invitan a ahondarse en los campos, alejarse del tumulto que la ciudad es”, mi época preferida, por lo menos en Europa… Los ruidos de la ciudad, que en general me producen placer, esa noche me generaban una repulsión que solo logré mitigar huyendo de la urbe parisina.

En los campos, los sonidos se dispersaban, haciendo notorio el canto del viento que al chocar con las hojas casi muertas de los árboles producían una melodía que para cualquier mortal podría pasar desapercibida, pero no para mí, no esta noche de tintes amarillos, rayos de luna difractados por las mortecinas copas de los árboles, y aquel viento que me embriagaba, lleno de flores, de almas libres… de lobos y otros seres sobrenaturales; como amaba eso de París, era imposible no oler a los licántropos en caza, o a los cambiantes tratando de pasar desapercibidos entre la multitud humana… y mi especie, que decir de mi especie que aún sin olor puedo detectarlos con tan fina facilidad como si ellos destellaran su propia naturaleza…

No supe cuánto caminé antes de que un olor peculiar llegara mi nariz, era la mezcla de lodo, ramas rotas, y una humana; joven sin duda, y lo más interesante de todo… sola… “¿Qué diantres hacía una dama jugando con su vida ante la inminente cacería que se avecinaba?”, pero no hay depredador que no asista a una fiesta a la cual ha sido invitado, y no seré yo el descortés que deje a su suerte a aquella mujer…

La pude ver mucho antes de que ella me pudiera si quiera escuchar, todo un desprolijo de fachada, y aun así sus ojos brillaban con una felicidad inherente al momento… Sonreí, sin saber el motivo que lo ocasionaba, y mis pies comenzaron por acto propio el acercamiento hacia ella, el viento callaba cualquier ruido que pudiera yo hacer, y la tormenta que amenazaba con caer sobre nosotros, solo aumentaba en delicioso aroma de la presa por ser cazada.

por **Elizabeth of York** Lun Jun 08, 2015 5:51 pm

Dulce aroma del júbilo que la oscuridad y soledad de los bosques pueden albergar en ciertos corazones solitarios, el sabor almizclero de aquella humedad y frescura que la pequeña joven agradecía, alzaba su rostro a la luna bañándose en su brillo, el gozo y la felicidad desbordan de su ser. Su aspecto dictaba mucho de lo que se esperaba de ella pero su libertad se lo permitía, una libertad que con sonrisas es bienvenida. Sus brazos se abren para que su cuerpo gire en una danza imaginaria con las melodías que solo su mente abrumada puede crear. Los pasos de aquel vals le orillan a dejar los zapatos tirados sobre la tierra, sus pies a penas descalzos, solo cubiertos por las mediecillas de seda la hacen volar sobre la impregnación de la tierra.

Tanta dicha no se puede contener en un corazón pero en el de ella sí; cansada de tanta etiqueta ahora era libre y podría prescindir de tantos lujos para atenderla. El sonido de la naturaleza la embargo aún más, si es que se podía llevándola a olvidarse de que en aquella zona los peligros rondan –No hay mejor noche como esta, para ser uno libre, al menos por unas horas, hasta que llegue a mi cárcel y tenga nuevamente que sonreír sin muchas ganas– un suspiro quedo dejó, era un lamentación de su vida normal y austera, una tan vacía y fría que era apenas llenada por su trabajo con las personas menos necesitas, pero ahí estaba su dolor, ellos tenían algo que ella no. Libertad.

Sacude su cabeza, con una sonrisa en los labios, sabe ella muy bien que no se puede permitir tener esos pensamientos y menos esos deseos, los cuales entierra muy dentro de su ser con palabras que como mantra recurren a ella “Todo sea por el bien de los demás” , cierra los ojos para apaciguar su dicha y comienza la labor de al menos limpiar sus ropas, aunque con pesadez lo hace. Sus cabellos no han tomado en su totalidad el peinado pero van algo más decentes, sus ropas aun lucen con lodo y rasgaduras, sus pies manchados producto de su felicidad, ahí es cuando sabe que debe buscar sus zapatos, al girarse a por ellos una figura entre las sombras la asusta.

Sus ojos se abren cual enormes platos cristalinos puros, su labio inferior mordido en puro miedo, pero aun así su alma valerosa sale enfrentándose a su posible atacante –Os advierto, señor o joven, que voy armada, así que muestre su rostro ante la luz…bueno, ante la luz de la luna para poder saber con quién estoy hablando, no es muy prudente de su parte espiar a una lady de esa forma– eleva uno de sus zapatos como una arma reprendiéndose mentalmente por la últimas palabras que le dedica, solo ella podría usar la etiqueta en momentos así, y más con zapato que no pasa de ser solo una distracción más que como un arma aunque sabe que no podría quizás hacer mucho, al menos podría lastimarlo un poco para tener tiempo de huir a algún lugar más seguro, aunque por la forma calmada y atenta de tratar ya lo dudaba.

por **Serj Tankian** Lun Jun 15, 2015 8:10 pm

No sufras por tu pasado…
Ni te preocupes por tu futuro…
Solo disfruta tu presente.

”¿Cómo es que ella podía haberme visto? Había sido cauto, sigiloso, un estratega de los fenómenos naturales, y aun así, vislumbró el brillo de mi ojos marrones…” No niego que dudé de salir del escondite que las sombras me proveían, no por miedo, sino porque en una cacería, lo divertido es acechar a la presa, y no presentarse tal cual y externarle mis motivos… “No y no, eso no” , pero mientras analizaba que era lo que tenía que hacer, tuve la horrible, y sí, digo horrible intromisión de sus pensamientos en mi mente, y no es que fueran horribles, pero es que ella hacía todo aquello por el bien de los demás “¿Qué tan altruista se puede llegar a ser?” , si fuese humano hubiera sentido arcadas de solo pensar en ser tan puritano, tan bueno en el fondo… Aquello avivó un fuego dentro de mí, ahora no era solo mi alimento, pensaba que quizás, podría demostrarle cual ruin y cruel puede ser el mundo que habita, y así hacerla menos optimista y más realista… Ideologías mías.

Di unos pasos hacia ella, saliendo de entre las sombras de los árboles, la luna reflejó mi pálida piel puesto que no me había alimentado; y con una sonrisa cortes respondí a una de sus sentencias –Aquí está mi rostro mi señora- dije honorando sus palabras –Ya veo que está armada- reí con gracia, y quizás cierta ingenuidad que creía perdida –Espero que no piense matarme con semejante arma- mis palabras destilaban un sarcasmo que proviene de la comodidad, del status quo; -Pero debo deciros mi señora…- dije acercándome a ella –Que no os espiaba, en todo caso, lo que pasó es que nuestros caminos se cruzaron, usted sabe… lugar y tiempo equivocados…- sonreí ladino –O no…-.

-Pero tiene razón en una cosa- mencionaba acercándome más a ella, como si no tuviera miedo de su mortífera arma -No hay mejor noche como esta, para ser uno libre, al menos por unas horas…- mis ojos podían escrutar con toda calma la mirada de ella –Me pregunto sí, ¿Usted está dispuesta a ser verdaderamente libre? Aún que sea solo por unas horas en esta noche de luna llena…- una sonrisa y mi mano derecha acompañaron aquella pregunta.

por **Elizabeth of York** Sáb Jul 11, 2015 7:41 pm

El suave tintineo de las hojas de los árboles que se mecían con calma hasta que el nivel del viento los azota con mayor fuerza, la indolencia que reciben es poca, crujen las maderas de las ramas al chocar contra otras, rujen los árboles en si al bailar al son de un viento cruel. La luna ilumina poco por tanto la visibilidad es muy reducida, una luz que se cuela entre los aparejos del bosque, una luz que aunque debería ser inmensa se oculta por las nubes y la negrura de aquel sitio.

Sus ojos se entrecierran forzando a la visión a fijarse en las facciones de aquel hombre que se acerca cauteloso, una cautela que ella también toma para si, resguarda su arma de de moda que la acompaña pegándola al pecho, no la suelta hasta estar segura de aquel hombre, pues su primo le había advertido de ciertos peligros como mujer soltera, mismos a los que estaba expuesta cada vez que algún noble joven o mayor la pretendía por aquello que tanto detestaba, el interés. Niega alejando los pensamientos poco coloridos de la ambición humana para desplegar una sonrisa y una venia al caballero, ante todo los modales de los que fue inculcados en ella, la etiqueta aunque este para morir –Lamento informarle señor que no soy vuestra señora– asumió una postura más firme que la que sabe llevar a diario, es la postura cuando algún caballero la pretende con aquel tipo de palabras.

Suelta un poco los hombros y esa sonrisa se vuelve más cálida, el arma que le serviría de defensa la ha soltado llevándola como un accesorio en sus manos, caminando descalza , una reverencia más educada y formal ante el caballero –Disculpe por mi prejuzgamiento a que me estaba acechando, no pensé que sería lo que ha manifestado sobre el cruce de nuestros caminos, porque se me hacía imposible creer que alguien podría estar vagando a estas horas por estos senderos, aunque ¿Quién soy yo para decirlo? Si también vago por este rumbo– una pequeña sonrisa esboza acompañada por el sonrojo de la vergüenza –Señor, soy libre en la medida que me lo permito, en el límite de lo que se me permiten ojos extraños, aunque ya soy libre, libre en mi alma cuando ofrezco mi mano a quienes lo necesitan sin esperar algo a cambio ¿usted comprende?, pero sí, estoy dispuesta a ser libre esta noche por unas horas, por un instante si esta dispuesto a soportar mi presencia en estas condiciones– señala su presencia desaliñada y poco ortodoxa que se espera de la joven York.

Nuevamente reverencia la joven estaba vez tomando los pliegues del vestido en un digno saludo de corte –Me presento como Lady Elizabeth Of York, más no como su señora, señor– una sonrisilla un poco irónica mientras su pensamientos divagan en las acciones que tomaría si aquel hombre respondiera de la misma forma que sus pretendientes, de aquellos que ambicionan el título, poder y riquezas de la joven olvidándose de ella y sus deseos de ayuda a los niños de su orfanato.

por **Serj Tankian** Jue Jul 30, 2015 2:15 am

La belleza complace los ojos;
la dulzura encadena el alma…

Sonreí, apenas la risa del arma asesina me abandonaba, y es que yo buscaba una presa, os puedo jurar que en verdad la buscaba… Pero cuando me encontré con ella, cuando sus ojos se cruzaron con el marrón de los míos, los motivos de mi encuentro casi casual con ella me resultaron confusos… En más de medio milenio nadie había logrado lo que ella en tan solo unos segundos, y es que me había desarmado de la forma más desalmada, con una sonrisa y un buen corazón… Y una sonrisa, que yo calificaría como tonta, que no correspondía a la caza que estaba llevando a cabo “o al menos eso quería creer yo” se manifestó en mi boca –Libertad…- suspiré, como si de verdad me faltase el aire –Usted no es libre, en parte porque no quiere…- me encogí de hombros, me refería a aquel pensamiento “Todo sea por el bien de los demás” que en ella había leído –Pero tampoco le permiten ser libre… en todo caso me entenderá cuando me presente con usted- dije haciendo una ligera reverencia, era obligado que las damas se presentasen primero, cuestiones de protocolo social.

-Os aseguro que es un placer conoceros lady of York- tomé su mano para besar el dorso de ella y proseguir –Serj Tankian…- reí afable –Sin lord, o señor en todo caso… Cónsul de Hungría- Esto último no estoy seguro de porqué se lo dije, creo que sentía en ella el temor de que fuese solo un humano deseoso de poder… algo que yo ya poseía, y no necesitaba más… -Y perdonadme si os digo “mi señora”, pero es un formalismo que en mi trabajo, debo tener… Y creo que no me he equivocado al deciros de tal forma… Más me disculpo por haberos incomodado- solté su mano y retrocedí un paso -¿Así que… está dispuesta a ser libre esta noche por unas horas?- sonreí agradecido, de pronto ella dejó de ser una presa para mí en ese instante, no alimento, no un bien sexual… se convirtió en una compañera de camino, lo que durara este… -¿Cómo es que debo soportar su presencia?- una carcajada algo estertórea escapó de mí sin yo quererlo –Si justo como luce, es como lucen las ninfas de los bosques…- Aquel no era un halago, era algo que me nacía decirle simplemente –Ahora…- dije extendiendo mi mano hacía ella –Seamos libres hasta que amanezca…- sentencié esperando con el brazo extendido.

por Contenido patrocinado

Peligro o Seguridad ¿que puede mostrarse? || Serj

Peligro o Seguridad ¿que puede mostrarse? || Serj

Re: Peligro o Seguridad ¿que puede mostrarse? || Serj

Re: Peligro o Seguridad ¿que puede mostrarse? || Serj

Re: Peligro o Seguridad ¿que puede mostrarse? || Serj

Re: Peligro o Seguridad ¿que puede mostrarse? || Serj

Re: Peligro o Seguridad ¿que puede mostrarse? || Serj

Re: Peligro o Seguridad ¿que puede mostrarse? || Serj