Cacería de brujas [Privado]

por **Autumn Di Moncalieri** Lun Mayo 04, 2015 1:21 am

Hay que presentarse ante los enemigos y ponerles buena cara; si no, creen que se les teme y eso les hace intrépidos.
Napoleón Bonaparte

Era una boba al regresar a los bosques y lo sabía a la perfección, pero en esa ocasión lo hacía porque no deseaba tener miedo toda la vida de lo que pudiera pasarle en ese lugar. Además, el que los inquisidores le hubiesen atrapado una vez en los bosques no quería decir que eso sucedería dos veces, sobre todo debido al hecho de que desde que eso pasara ya había transcurrido tiempo y ella no era la misma Autumn de aquel entonces.

La primera ocasión que fue atrapada, la hechicera tenía tanto miedo que lo único que atino a ser ante la cercanía de los inquisidores, fue crear una barrera que no duro lo suficiente como para protegerle. Ahora ella era más fuerte y tenía menos miedo de estar sola en el mundo. Desde su captura muchas cosas habían pasado y había conocido a varias personas en su camino, las cuales a su manera le enseñaron algo. La joven bruja ya no era tan inútil cuando se trataba de usar sus poderes para defenderse y tampoco se limitaba a llorar cuando encontraba alguien que estaba dispuesto a atacarle, ahora hacía por defenderse y se decía a si misma que no la atraparían sin dar batalla. Con todo eso, la salida a los bosques se volvía mucho más especial de lo que pudo haber sido antes; aquella pequeña excursión significaba el abandono de todos sus miedos y del pasado.

Avanzando entre el bosque se sentía mucho más cómoda que antes, segura de que nada le sucedería y que de suceder, podría hacerse cargo ella sola. Una enorme sonrisa adornaba su rostro y los sonidos de la naturaleza le gustaban, así que sin temor alguno a ser vista o hacer el ridículo comenzó a dar vueltas, cual si estuviese bailando en aquel lugar. Se sentía acompañada del canto de los pájaros y de hecho, hubiera continuado en ese estado de alegría y seguridad, de no ser porque repentinamente el canto de los pájaros se detuvo y por ende lo hizo ella. Los ojos de Autumn fueron de un lado a otro, e incapaz de comprender que era lo que había pasado, reanudo su caminata. Había apenas dado tres pasos cuando a su espalda escucho el ruido de una rama romperse y de manera veloz se giro, quedando congelada en el sitio.

Autumn era torpe en muchos de los casos, pero no era una idiota que olvidara fácilmente los rostros de las personas y sabía que aquel hombre que acababa de encontrar, no era inofensivo.
– Buena tarde, hermoso día para dar un paseo, ¿no cree? – su voz salió en un inicio con un poco de dificultad pero la sonrisa que ofreció fue mucho más sincera. Ese hombre no se merecía para nada sus sonrisas pero no pensaba hacer evidente que se habían encontrado antes y por eso era que trataba de simular que aquella era la primera vez que se vieran a la cara, aunque la realidad fuera otra; una donde Autumn se estaba encontrando con uno de los inquisidores que le capturaron por primera vez.