Caceria nocturna (PRIVADO)

por **Alexei Van Alcrof** Vie Mar 01, 2013 4:48 pm

La noche se presentaba divertida para Alexei, llevaba ya corriendo en su forma de león casi una hora en la que cada vez notaba como se iba cansando mas y la cazadora le iría a alcanzar. Ya estaba algo mayor para estos juegos pero necesitaba volver a sentirse joven.

Horas antes...

Estaba en la taberna besandose con una de las muchas cortesanas que frecuentaba el local, estaba aburrido de tener siempre a las mismas y el alcohol lo habían hecho nublarle un poco el juicio, tanto que al ver a lo lejos a una mujer no dudó en empujar a la chica de su regazo al suelo junto con un par de monedas. La quería a ella, a esa joven que acababa de entrar y sin pensarlo mucho se levantó para acercarse a ella y abrazarla por la espalda y empezar a besar su cuello.

No sabía como había acabado en ello, solo había escuchado unas palabras diciendo que empezara a correr o lo mataría y por una vez no parecía broma. El joven cambió a leon blanco en plena taberna y tras armar un lío bastante grande de jarras rotas y gritos de terror salió corriendo al bosque esperando que la mujer no cumpliera su promesa...

por **Simone Somerhalder** Vie Mar 01, 2013 10:15 pm

Valla noche la que había tenido, acabar con aquel trabajo y tener aquella perturbadora e inesperada conversación, que trajo tantos recuerdos a mi mente, aquellos que atravez del odio y la ira desterraba cada día de mi vida. Cazar para mí se había convertido en aquello que me sacaba de aquella ensoñaciones, lo que me mantenía ocupada, la manera de des estresarme, y principalmente la de vengarme, aunque en la noche no cesaran sus pesadillas y viera los rostros de aquellos a quienes había matado. Por eso salí de aquel lugar y me dirigí al cuarto rentado en aquel hotel de mala muerte. La usaría por esta noche, ya que con exactitud no sabía cuánto demoraría en completar aquel trabajillo cambie mis ropas por algo que a mi parecer era mucho más cómodo, unos pantalones, una camisa, y mis botas . Afuera estaba frio así que el gabán negro que contenía una que otra arma en su costado sería muy útil. Necesitaba salir, respirar tomarme algo, y si podía desangrar otro vampiro o torturar y matar a una bruja mucho mejor.

Salió del hotel, lo ocuparía solo aquella noche, ya que al día siguiente volvería a mi cabaña en el bosque. Ya era tarde…cerca de la media noche y parís, la ciudad que nunca duerme, estaba atestada de gente aun en la partes más marginadas cabalgue esquivando las miradas inquisidoras de aquellas ¨damas¨ que seguro me juzgaban por mi tosca vestimenta, y mi medio de transporte sin embargo a mí eso me importaba un comino .Yo me sentía bien siendo como era, no aparentando ser una muñeca de parador. Llegue a la taberna, amarre el caballo afuera y me abrí paso entre los ebrios y las prostitutas para sentarme en la barra. Mi humor era el peor y era algo que se notaba a leguas

-Un aguardiente – le dije al cantinero, quien me miro perplejo al escuchar mi pedido, el cual no demoro nada, tome la copa y lo trague cerrando los ojos al sentir el fuerte sabor quemado mi garganta, y de repente un tipo, que apestaba de borracho me abrazo por detrás y deslizo sus asquerosos labios por mi cuello, rápidamente me levante y de mi abrigo saque mi revolver.

-Tu! Asqueroso hijo de puta! Mas te vale que empieces a correr por que tengo una bala grabada con tu nombre.- el muy cobarde salió despavorido, pero vamos no le haría daño a un tonto, solo quería asustarlo un poco por lo cual corrí tras de el y le perseguí, lo extraño fue la habilidad con la que el se movía al tomar una calle desierta, me obligue a ir más rápido, y en los linderos de la ciudad este se transformo en león y se metió en la densa vegetación. Sin duda le seguiría la pista, ya sabía lo que era, y aunque nunca había perseguido o cazado a alguno, no estaría mal experimentar, además el tipo se había metido conmigo y la pagaría.

-Ahora si huyes cobarde?- vocifere mientras trataba de buscar en la oscuridad, solo la luz de la luna era mi linterna, mis ojos ya acostumbrados a la oscuridad y mis oídos estaba muy agudos ate cada sonido.-sal y da la cara cerdo! Sal y dime si acaso me confundiste con laguna de las putas que frecuentas! –no sabía cuánto tiempo levaba tras el, tal vez alrededor de una hora o más, pero ya podía deducir, que estaría cansado, aprovecharía aquello.

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