AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Llueve sobre mojado {Mickaella Sunder - Erickson Sky - Beatrice Delteria - Jade Green}
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Llueve sobre mojado {Mickaella Sunder - Erickson Sky - Beatrice Delteria - Jade Green}
Al lobo la boca le sabía pastosa como cuando uno ha bebido demasiado. No era el caso. Desde que era un licántropo era casi imposible emborracharse. Su sangre de lobo asimilaba el alcohol como si de agua se tratase. No. El motivo de su resaca particular era la luna llena.
- Maldita luna llena-, dijo para sí mismo.
Desde el horrible día que lo convirtieron, hace ya más de 30 años, en aquel frente ya no veía a la luna del mismo. Antes tan hermosa y bella alumbrando la noche. Ahora una maldición. Para colmo algo había salido mal. El hispano siempre se ataba las noches de luna llena para no causar mal ajeno en su transformación incontrolable.
¿Dónde coño estoy? pensó mirando en derredor. Estaba en una especie de bosque. Seguramente a kilómetros de la civilización, o al menos de París. Eduardo se incorporó lentamente pues la cabeza le ardía. Algún día supuso que encontraría explicación a como un hombre podía convertirse en esa bestia sin hacerse los músculos en puré. Ahora lo mejor era volver a casa. Pero ¿por dónde?
Caminó unos metros, en la que creyó ser la dirección adecuada, sintiendo las caricias del viento sobre su cuerpo desnudo.
- Manda huevos-, comentó con resignación.
Si ya tenía suficiente con perder el control toda la noche esta vez, además, le tocaba estar en mitad de la nada en pelotas. La transformación aumentaba tanto su talla que destrozaba la ropa. Así que las noches de luna llena se quitaba la ropa y era amarrado por sus sirvientes. ¿Qué habría pasado? pensó mirando sus muñecas. Sin ningún rasguño por supuesto. Presente regalo de su sangre de lobo.
Lo que tenía claro es que no había matado a nadie. Pese a que no podía mantener el control su mente si grababa lo que pasaba. Y por ello podía recordar lo que hacía como lobo. Al menos lo más grave o impactante. Y esta vez solo recordaba carreras sin sentido por París y luego por el bosque detrás de un ciervo.
- Al menos lo bueno de cazar como lobo es que no están llenos de perdigones-, bromeó. - Y hacia dónde demonios voy. Pensemos. El musgo crece en los árboles por su parte norte pero yo estoy al norte o al sur de París-, resopló con resignación. Podría estar en cualquier dirección desde la ciudad. Solo podía caminar sin sentido esperando que su instinto no le fallara. Para colmo unas gotas le cayeron sobre el hombro. Solo un vistazo al cielo fue suficiente para ver que las nubes grises anunciaban lluvia.
- Venga dios. Échame algo más. Hoy no es mi día-, comentó mientras negaba con la cabeza y la lluvia aumentaba en intensidad.
- Maldita luna llena-, dijo para sí mismo.
Desde el horrible día que lo convirtieron, hace ya más de 30 años, en aquel frente ya no veía a la luna del mismo. Antes tan hermosa y bella alumbrando la noche. Ahora una maldición. Para colmo algo había salido mal. El hispano siempre se ataba las noches de luna llena para no causar mal ajeno en su transformación incontrolable.
¿Dónde coño estoy? pensó mirando en derredor. Estaba en una especie de bosque. Seguramente a kilómetros de la civilización, o al menos de París. Eduardo se incorporó lentamente pues la cabeza le ardía. Algún día supuso que encontraría explicación a como un hombre podía convertirse en esa bestia sin hacerse los músculos en puré. Ahora lo mejor era volver a casa. Pero ¿por dónde?
Caminó unos metros, en la que creyó ser la dirección adecuada, sintiendo las caricias del viento sobre su cuerpo desnudo.
- Manda huevos-, comentó con resignación.
Si ya tenía suficiente con perder el control toda la noche esta vez, además, le tocaba estar en mitad de la nada en pelotas. La transformación aumentaba tanto su talla que destrozaba la ropa. Así que las noches de luna llena se quitaba la ropa y era amarrado por sus sirvientes. ¿Qué habría pasado? pensó mirando sus muñecas. Sin ningún rasguño por supuesto. Presente regalo de su sangre de lobo.
Lo que tenía claro es que no había matado a nadie. Pese a que no podía mantener el control su mente si grababa lo que pasaba. Y por ello podía recordar lo que hacía como lobo. Al menos lo más grave o impactante. Y esta vez solo recordaba carreras sin sentido por París y luego por el bosque detrás de un ciervo.
- Al menos lo bueno de cazar como lobo es que no están llenos de perdigones-, bromeó. - Y hacia dónde demonios voy. Pensemos. El musgo crece en los árboles por su parte norte pero yo estoy al norte o al sur de París-, resopló con resignación. Podría estar en cualquier dirección desde la ciudad. Solo podía caminar sin sentido esperando que su instinto no le fallara. Para colmo unas gotas le cayeron sobre el hombro. Solo un vistazo al cielo fue suficiente para ver que las nubes grises anunciaban lluvia.
- Venga dios. Échame algo más. Hoy no es mi día-, comentó mientras negaba con la cabeza y la lluvia aumentaba en intensidad.
Eduardo Hernández- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 21/04/2015
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Re: Llueve sobre mojado {Mickaella Sunder - Erickson Sky - Beatrice Delteria - Jade Green}
"Huele a perro mojado" eso era lo que se me pasaba por la mente al ver a Eduardo. Había pasado mucho tiempo observándole lentamente y siguiendo cualquier movimiento. Recordaba aquel día en la estación y me enfurecía. Pero esta vez venía bien preparado. El chucho cometió el error de haberme dejado las armas en su momento...ahora no sería tan blando como la ultima vez. Además llevaba semanas leyendo las notas de Don Joan sobre los tónicos y los venenos.
Le miraba oculto desde la copa de un árbol. Esa noche se había trasformado y había estado vagando hasta llegar allí. La verdad me sorprendía el comportamiento errático de un licántropo cuando se convertía. Pero eran solo bestias...y cuando cambiaban eran capaces de todo.
La llovizna que empezaba a caer era perfecta:limitaba la visión de aquella bestia. Era la primera vez que intentaba cazar a aquel licántropo que me había atacado junto con un hechicero en la estación. Se acordaba perfectamente de aquellos dos y había estado investigando mucho sobre ellos: Eduardo Hernández y Lauritz Koning. No les iba a perdonar todo lo que hicieron esa noche.
Le seguía observando desde la copa del árbol mientras cargaba lentamente las nuevas balas de plata en el revolver de Don Joan. En una mano este, en la otra el estoque de plata que iba a firmar una sentencia de muerte con todos los hombres lobos. Esperaba que esta vez no tuviéramos invitados indeseados y con magia como la última vez. Y esperaba un poco de apoyo de la Nueva Orden de la Plata...aunque no había comunicado esta caza. Era algo personal.
Le miraba oculto desde la copa de un árbol. Esa noche se había trasformado y había estado vagando hasta llegar allí. La verdad me sorprendía el comportamiento errático de un licántropo cuando se convertía. Pero eran solo bestias...y cuando cambiaban eran capaces de todo.
La llovizna que empezaba a caer era perfecta:limitaba la visión de aquella bestia. Era la primera vez que intentaba cazar a aquel licántropo que me había atacado junto con un hechicero en la estación. Se acordaba perfectamente de aquellos dos y había estado investigando mucho sobre ellos: Eduardo Hernández y Lauritz Koning. No les iba a perdonar todo lo que hicieron esa noche.
Le seguía observando desde la copa del árbol mientras cargaba lentamente las nuevas balas de plata en el revolver de Don Joan. En una mano este, en la otra el estoque de plata que iba a firmar una sentencia de muerte con todos los hombres lobos. Esperaba que esta vez no tuviéramos invitados indeseados y con magia como la última vez. Y esperaba un poco de apoyo de la Nueva Orden de la Plata...aunque no había comunicado esta caza. Era algo personal.
Erickson Sky- Cazador Clase Media
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Fecha de inscripción : 03/05/2015
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Re: Llueve sobre mojado {Mickaella Sunder - Erickson Sky - Beatrice Delteria - Jade Green}
Era festivo y, como tal, la familia de Beatrice, tras su rigurosa visita a la iglesia, había decidido ir a su casa de campo, cerca de un bosque espeso, a las afueras de su querida Paris. Sin embargo, el destino o, simplemente la mala suerte de la chica, quiso que sus padres se vieran retenidos por negocios y que, una vez más, en lugar de quedarse a atender, aprender y opinar, la chica debiera irse sola hacia un lugar que ella no había escogido.
Llegada a su villa, y tras esperar varios minutos sin nada que hacer, decidió salir a caminar por el bosque. Lo cierto es que la chica era más de ciudad, era a lo que estaba acostumbrada y, a pesar de la molestia del gentío, le había acabado cogiendo el gusto. La ciudad era lugar de vida de negocios, de movimiento. Pero nunca, jamás, rechazaría un buen paseo por el campo.
Era agradable esa tranquilidad, esa paz que se respiraba, poder detenerse a oler las flores, sentir la fresca brisa atravesar las ojas, el susurrar del viendo en los oidos, el canto de los pájaros en la cabeza y el aire sacudir el cabello. Salió con calma por la puerta de la cocina, tomado un trozón de pan, pidiendo con un gesto a la cocinera que le guardase el secreto. Y, tras darle un beso a la mujer en su rechoncha mejilla, salir de allí escuchando el suspiro divertido de la señora.
Caminó con calma, envuelta en su capa, disfrutando del aroma que la hierva y las ojas desprendían junto al rocio de la mañana, cuyas gotas, de vez en cuando, resvalaban de sus ojas y caían en la cabeza y los hombros, cubiertos por una capa, de la joven Beatrice.
Llevaba ya un rato andando, se había terminado el pedazo de pan y miraba al cielo, donde el sol, por minutos, iba cubriendose de nuves, llovería, sería mejor que diera media vuelta, demasiado tarde pensó en ello, una suave lluvia, que, a pesar de su ligereza, calaba hasta los huesos, comenzó a caer. Iba a echar a correr cuando escuchó una voz protestando y, curiosa, se acercó a su propietario que, miraba al cielo reclamando a Dios. El susodicho, para colmo, iba desnudo.
- ¡Por Dios!- exclamó ella apartando la mirada, ¿qué hacía ese descarado? Se quitó la capa y, sin mirar,al hombre, se acercó a él con la prenda tendida- Tome, coja la capa, no creo que sea muy buena idea que ande desnudo por mitad del bosque. En serio, haga el favor de taparse.
Pidió con la cabeza girada, ¿es que nunca dejarían de pasarle cosas raras?
Llegada a su villa, y tras esperar varios minutos sin nada que hacer, decidió salir a caminar por el bosque. Lo cierto es que la chica era más de ciudad, era a lo que estaba acostumbrada y, a pesar de la molestia del gentío, le había acabado cogiendo el gusto. La ciudad era lugar de vida de negocios, de movimiento. Pero nunca, jamás, rechazaría un buen paseo por el campo.
Era agradable esa tranquilidad, esa paz que se respiraba, poder detenerse a oler las flores, sentir la fresca brisa atravesar las ojas, el susurrar del viendo en los oidos, el canto de los pájaros en la cabeza y el aire sacudir el cabello. Salió con calma por la puerta de la cocina, tomado un trozón de pan, pidiendo con un gesto a la cocinera que le guardase el secreto. Y, tras darle un beso a la mujer en su rechoncha mejilla, salir de allí escuchando el suspiro divertido de la señora.
Caminó con calma, envuelta en su capa, disfrutando del aroma que la hierva y las ojas desprendían junto al rocio de la mañana, cuyas gotas, de vez en cuando, resvalaban de sus ojas y caían en la cabeza y los hombros, cubiertos por una capa, de la joven Beatrice.
Llevaba ya un rato andando, se había terminado el pedazo de pan y miraba al cielo, donde el sol, por minutos, iba cubriendose de nuves, llovería, sería mejor que diera media vuelta, demasiado tarde pensó en ello, una suave lluvia, que, a pesar de su ligereza, calaba hasta los huesos, comenzó a caer. Iba a echar a correr cuando escuchó una voz protestando y, curiosa, se acercó a su propietario que, miraba al cielo reclamando a Dios. El susodicho, para colmo, iba desnudo.
- ¡Por Dios!- exclamó ella apartando la mirada, ¿qué hacía ese descarado? Se quitó la capa y, sin mirar,al hombre, se acercó a él con la prenda tendida- Tome, coja la capa, no creo que sea muy buena idea que ande desnudo por mitad del bosque. En serio, haga el favor de taparse.
Pidió con la cabeza girada, ¿es que nunca dejarían de pasarle cosas raras?
Beatrice Delteria- Humano Clase Alta
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Re: Llueve sobre mojado {Mickaella Sunder - Erickson Sky - Beatrice Delteria - Jade Green}
Ese día había pedido permiso a su señor para ir al bosque a recoger frutas de temporada y que mejor sitio donde recogerlas que en el bosque. Se vistió rápidamente, y tras tomar su cesta se fue rápidamente hacia el bosque antes de que a alguien se le ocurriera alguna locura. Iba corriendo por las calles, esquivando a las gentes y disculpándose cada vez que se tropezaba con las gentes. Llegó al bosque sin aliento, tuvo que pararse para coger aire, se puso a mirar el bosque tranquilamente, todo era paz y tranquilidad. Escuchaba como los pájaros estaban cantando; empezó a andar por el lugar tranquilamente. -Donde puede haber las mejores moras….Mmmmm deja que piense. ¡Ah! Si cerca del lago….-Dijo la joven emocionada yendo hacia el lago. Viendo que las mismas estaban en la otra orilla, lo que le molesto bastante.-Si las moras no vienen a mí, yo tendré que ir a ellas.- Dijo con una sonrisa muy traviesa, mirando hacia los lados por si no encontraba a nadie. Se desnudo, doblo todas sus prendas y tras dejarlas sobre el césped del bosque. Se metió en el agua, colocándose el cesto en la cabeza, comenzando a nadar.-Pero que fría esta…- Dijo mientras se acercaba hacia la morera. Comenzando a recogerlas.-Puedo hacer mermelada de moras y un pastel….
Cuando ya terminó de recogerlas regresó a la orilla para empezar a vestirse para regresar a la casa y no preocupar a nadie. Cuando llegó se comenzó a vestir; dejando a un lado la cesta, cuando estiro su mano para coger el chal noto que un animalito del bosque se lo estaba robando.-¡Al ladrón! ¡Que me roban el chal!- Grito totalmente molesta, yendo hacia el animalito molesta para recuperar su prenda.-Cuando te pille me hago estofado contigo…Lo prometo.-Tomo la cesta y se fue rápidamente tras el animal, metiéndose de lleno en el bosque, alejándose del sendero que la llevaba a la civilización.
Ya en la espesura del bosque, alejada de todo y de todos; persiguiendo al animal, no se percataba de que una tormenta se estaba acercando.-¿Quién me iba a decir que iba a terminar mi día persiguiendo a una criatura del bosque?- Gruñía una y otra vez. Cuando ya estaba a punto de atrapar al animal; éste se escondió en su madriguera.-¿Qué? Esto no me puede estar pasando a mi….¡Eh, tú! ¡Ten lo que hay que tener para salir y enfrentarte a mí! ¡Sé hombre o mujer!- Le gritó molesta aun más, cuando lo pillara. Se puso de pie totalmente molesta y apretando los puños.-Muy bien, no quieres salir…¡Cobarde! Esta te la guardó.- Grito aun más molesta empezando a alejarse del lugar.
Cuando se percató de que se había perdido, se paso la mano por la cara.-¿Qué más me puede pasar a mi?- Gruño un poco cuando empezó a llover sobre ella, entrecerrando los ojos.-Muy bien…me siento como sirvienta mojada….¿¡Sabes que ya me he bañado!?-Gritó hacia el Cielo. Empezando a correr para esconderse de la lluvia. Vio a lo lejos una casa cosa que se alegró, iba a coger una neumonía; se acercó a la casa viendo a un hombre desnudo y una mujer sonrojada.-Dis….-Se acercó un poco más, no pudo evitar gritar; cerrar los ojos y golpear en la nariz al pobre caballero.-¡Pervertido!- No paraba de golpear a aquel joven mientras que empezaba a diluviar sobre todos.
Cuando ya terminó de recogerlas regresó a la orilla para empezar a vestirse para regresar a la casa y no preocupar a nadie. Cuando llegó se comenzó a vestir; dejando a un lado la cesta, cuando estiro su mano para coger el chal noto que un animalito del bosque se lo estaba robando.-¡Al ladrón! ¡Que me roban el chal!- Grito totalmente molesta, yendo hacia el animalito molesta para recuperar su prenda.-Cuando te pille me hago estofado contigo…Lo prometo.-Tomo la cesta y se fue rápidamente tras el animal, metiéndose de lleno en el bosque, alejándose del sendero que la llevaba a la civilización.
Ya en la espesura del bosque, alejada de todo y de todos; persiguiendo al animal, no se percataba de que una tormenta se estaba acercando.-¿Quién me iba a decir que iba a terminar mi día persiguiendo a una criatura del bosque?- Gruñía una y otra vez. Cuando ya estaba a punto de atrapar al animal; éste se escondió en su madriguera.-¿Qué? Esto no me puede estar pasando a mi….¡Eh, tú! ¡Ten lo que hay que tener para salir y enfrentarte a mí! ¡Sé hombre o mujer!- Le gritó molesta aun más, cuando lo pillara. Se puso de pie totalmente molesta y apretando los puños.-Muy bien, no quieres salir…¡Cobarde! Esta te la guardó.- Grito aun más molesta empezando a alejarse del lugar.
Cuando se percató de que se había perdido, se paso la mano por la cara.-¿Qué más me puede pasar a mi?- Gruño un poco cuando empezó a llover sobre ella, entrecerrando los ojos.-Muy bien…me siento como sirvienta mojada….¿¡Sabes que ya me he bañado!?-Gritó hacia el Cielo. Empezando a correr para esconderse de la lluvia. Vio a lo lejos una casa cosa que se alegró, iba a coger una neumonía; se acercó a la casa viendo a un hombre desnudo y una mujer sonrojada.-Dis….-Se acercó un poco más, no pudo evitar gritar; cerrar los ojos y golpear en la nariz al pobre caballero.-¡Pervertido!- No paraba de golpear a aquel joven mientras que empezaba a diluviar sobre todos.
Jade Green- Cazador Clase Baja
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Fecha de inscripción : 10/05/2015
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Re: Llueve sobre mojado {Mickaella Sunder - Erickson Sky - Beatrice Delteria - Jade Green}
Odiaba soñar.Pero no soñar cualquier cosa,odiaba tener esos sueños que le dejaban un sabor de boca agridulce,una sensacion tan inestable que la hacia marearse, pues por su culpa consimia de masiada energia. Asi pues, odiaba tener aquellas profecias, y mas si eran involuntarias como solia pasarle porque no controlaba la fuerza que ponia en ellas y al final acababa por consumir casi toda su energia, pero habia sido tan claro que no podia ignorarlo.
En el aparecia una caza, donde estaban involucrados dos cazadores, un licantropo y....una muchacha humana. ¿Que haria ella alli?¿Seria consciente de donde se estaba metiendo o habia sido pura casualidad?Y aunque no era muy dada a dejarse llevar por sus emociones,en aquella ocasion no pudo evitarlo y tras enfundarse la capa mas vieja que tenia, esa que le hacia pasar desapercibida y que no le importaba si algo le pasaba, salio de su hogar direccion al bosque sin saber aun que le esperaba alli.
Se paro en las afueras, justo donde se dejaban ver los primeros arboles y cerrando los ojos inspire profundamente buscando la energia que aun no habia terminado de recuperar. Pero la senti. Alli estaba ese cosquilleo en la palma de las manos que indicaba que estaba siendo escuchada, que podia pronunciar mis deseos que serian atendidos asique con unas simples palabras realice un hechizo que me harian camuflarme bastante bien con el entorno natural, no seria invisible, pero si pasaria mas desapercibida.
-Vamos alla....
Volvi a suspirar y me adentre con paso firme y seguro entre aquellos gigantescos arboles, cuya vida era mas larga que muchos de los que habitaban esa zona, mas incluso que sus abuelos.No recuerdo cuanto tiempo pasee por aquel tupido bosque, ni si habia estado dando vueltas, solo se que llego un momento en el que un susurro del viento me hizo girar y andar en linea recta hasta una zona un poco mas clareada, pero no despejada del todo.
Me escondi tras uno de los arboles, intentando mezclarme mas aun con la naturaleza, con mi elemento. Y pude observar como mi premonicion se cumplia poco a poco, pues alli estaba la joven, tendiendole ropa al que sin duda era el licantropo pues asi lo decia su aura. La joven estaba sonroja al observar a aquel hombre tal y como dios lo trajo al mundo, si saber que seguramente acababa de cambiar su aspecto animal por el del humano.Me quede alli, agazapada como una espia tras el arbol, observando aquella peculiar escena.¿Que pasaria a continuacion?
En el aparecia una caza, donde estaban involucrados dos cazadores, un licantropo y....una muchacha humana. ¿Que haria ella alli?¿Seria consciente de donde se estaba metiendo o habia sido pura casualidad?Y aunque no era muy dada a dejarse llevar por sus emociones,en aquella ocasion no pudo evitarlo y tras enfundarse la capa mas vieja que tenia, esa que le hacia pasar desapercibida y que no le importaba si algo le pasaba, salio de su hogar direccion al bosque sin saber aun que le esperaba alli.
Se paro en las afueras, justo donde se dejaban ver los primeros arboles y cerrando los ojos inspire profundamente buscando la energia que aun no habia terminado de recuperar. Pero la senti. Alli estaba ese cosquilleo en la palma de las manos que indicaba que estaba siendo escuchada, que podia pronunciar mis deseos que serian atendidos asique con unas simples palabras realice un hechizo que me harian camuflarme bastante bien con el entorno natural, no seria invisible, pero si pasaria mas desapercibida.
-Vamos alla....
Volvi a suspirar y me adentre con paso firme y seguro entre aquellos gigantescos arboles, cuya vida era mas larga que muchos de los que habitaban esa zona, mas incluso que sus abuelos.No recuerdo cuanto tiempo pasee por aquel tupido bosque, ni si habia estado dando vueltas, solo se que llego un momento en el que un susurro del viento me hizo girar y andar en linea recta hasta una zona un poco mas clareada, pero no despejada del todo.
Me escondi tras uno de los arboles, intentando mezclarme mas aun con la naturaleza, con mi elemento. Y pude observar como mi premonicion se cumplia poco a poco, pues alli estaba la joven, tendiendole ropa al que sin duda era el licantropo pues asi lo decia su aura. La joven estaba sonroja al observar a aquel hombre tal y como dios lo trajo al mundo, si saber que seguramente acababa de cambiar su aspecto animal por el del humano.Me quede alli, agazapada como una espia tras el arbol, observando aquella peculiar escena.¿Que pasaria a continuacion?
Mickaella Sunder- Hechicero Clase Alta
- Mensajes : 136
Fecha de inscripción : 28/02/2015
Re: Llueve sobre mojado {Mickaella Sunder - Erickson Sky - Beatrice Delteria - Jade Green}
El estado actual del lobo debería describirse como perplejo y anonadado. ¿Cuantos kilómetros cuadrados tendría ese bosque? pensó. Seguramente cientos o incluso miles y se encontraba con una mujer que le ofrecía una capa en mitad de nada.
- Muy amable-, dijo cogiendo la tapa y tapándose poniéndosela delante de sus atributos. - Unos malnacidos me asaltaron a las afueras de París, y después de noquearme deben de haberme tirado sin nada en este bosque. Siento mucho que me haya visto de esta guisa pero lo cierto es que no sé ni donde estoy-, mintiendo a medias.
Era cierto que no sabía dónde estaba, y decirle a la joven, que era un licántropo que las noches de luna lleva acababa convertido en una bestia, no era una buena opción.
- Hola, me llamo Eduardo y soy diplomático español. ¿Sabe donde podría…?-, empezó a hablarle a la dama que tenía delante cuando otra de armas tomar empezó a golpearlo.
En serio. Este bosque tiene que ser enorme, y ya eran dos las mujeres que lo estaban viendo en ese deplorable estado. ¿Es que mi mala fortuna no terminará? pensó. Para colmo la última no paraba de golpearlo en algún tipo de estado histérico. Bien que le piden que se tape, pero también bien que se acercan y le observan de arriba abajo pensó esta vez. Si estaba en pelotas no hacía falta que lo miraran tanto si no les gustaba, diablos.
- Ya me estoy intentando tapar con la capa señorita. Por favor deje de golpearme con un vulgar exhibicionista. Si estoy en este estado es porque me han robado y tirado tal cual en el bosque-, comentó a la morena de buen gancho mientras se tapaba con la capa con una mano, y con la otra mano intentaba evitar acabar hecho carne molida. - Como comentaba a la primera joven. ¿Sabe alguna de las dos donde podría conseguir ropa de varón? Encima no llevo nada, pero soy un hombre adinerado y además de pagarles la ropa las recompensaré con una paga extra por las molestias.
Se suponía que estaba en un bosque solitario y cada vez había más gente a su alrededor. Para colmo ambas mujeres. Menuda imagen estaba dando ¿Que más podría pasarle? Solo faltaba que pasaran los miembros femeninos de la filarmónica de París a verle en pelotas.
- Muy amable-, dijo cogiendo la tapa y tapándose poniéndosela delante de sus atributos. - Unos malnacidos me asaltaron a las afueras de París, y después de noquearme deben de haberme tirado sin nada en este bosque. Siento mucho que me haya visto de esta guisa pero lo cierto es que no sé ni donde estoy-, mintiendo a medias.
Era cierto que no sabía dónde estaba, y decirle a la joven, que era un licántropo que las noches de luna lleva acababa convertido en una bestia, no era una buena opción.
- Hola, me llamo Eduardo y soy diplomático español. ¿Sabe donde podría…?-, empezó a hablarle a la dama que tenía delante cuando otra de armas tomar empezó a golpearlo.
En serio. Este bosque tiene que ser enorme, y ya eran dos las mujeres que lo estaban viendo en ese deplorable estado. ¿Es que mi mala fortuna no terminará? pensó. Para colmo la última no paraba de golpearlo en algún tipo de estado histérico. Bien que le piden que se tape, pero también bien que se acercan y le observan de arriba abajo pensó esta vez. Si estaba en pelotas no hacía falta que lo miraran tanto si no les gustaba, diablos.
- Ya me estoy intentando tapar con la capa señorita. Por favor deje de golpearme con un vulgar exhibicionista. Si estoy en este estado es porque me han robado y tirado tal cual en el bosque-, comentó a la morena de buen gancho mientras se tapaba con la capa con una mano, y con la otra mano intentaba evitar acabar hecho carne molida. - Como comentaba a la primera joven. ¿Sabe alguna de las dos donde podría conseguir ropa de varón? Encima no llevo nada, pero soy un hombre adinerado y además de pagarles la ropa las recompensaré con una paga extra por las molestias.
Se suponía que estaba en un bosque solitario y cada vez había más gente a su alrededor. Para colmo ambas mujeres. Menuda imagen estaba dando ¿Que más podría pasarle? Solo faltaba que pasaran los miembros femeninos de la filarmónica de París a verle en pelotas.
Eduardo Hernández- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 21/04/2015
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Re: Llueve sobre mojado {Mickaella Sunder - Erickson Sky - Beatrice Delteria - Jade Green}
Desde mi árbol había podido observarlo todo. ¿Cómo en un bosque tan grande eran capaces de encontrarse tantas personas? Existían las coincidencias la verdad... Pero sinceramente que dos mujeres se encontraran con un exhibicionista, digo un licántropo después de su transformación, era bastante curioso. Una de ellas le había pasado la capa con pudor, y me hacía gracia como se intentaba tapar pese a que él era mucho mas grande que ella. Y la segunda, a la cual reconoció como aquella mujer loca la cual le llevó hasta una posada, le había metido dos ganchos en toda la cara. Esto era de locos. Lo que se iba a convertir en una caza solitaria era más bien ahora una fiesta de despelote. Si ya odiaba a ese sucio perro, ahora que estaba rodeado de dos mujeres de buen ver, mi odio se acrecentaba. Preparé un cartucho de balas de plata y lentamente bajé del árbol dispuesto a darle muerte. Quizás la loca aquella que decía ser cazadora también me ayudara, pero dudaba de sus métodos.
Pero cuando bajé noté algo más. Cerca de mi había oído un ruido de hojas secas aplastándose. ¿había alguien escondido por ahí? Me acerqué por detrás de unos árboles mientras observaba todo a mi alrededor. Lo último que necesitaba era una emboscada. Se dice que cuatro son multitud...uno más y posiblemente no podría matar a ese perro de Eduardo con éxito.
Encontré unas pequeñas huellas que llevaban hasta detrás de un árbol cerca de donde estaban este grupo de coqueteo, pero no había nadie- ¿Qué demonios.....hay alguien aquí?- desplacé mi mano un poco adelante e intenté descubrir que clase de magia cutre de ocultación que no se complementaba con la ocultación táctica era esa. "Siempre que te escondas, esconde bien tus huellas" me decía mi maestro.
Pero cuando bajé noté algo más. Cerca de mi había oído un ruido de hojas secas aplastándose. ¿había alguien escondido por ahí? Me acerqué por detrás de unos árboles mientras observaba todo a mi alrededor. Lo último que necesitaba era una emboscada. Se dice que cuatro son multitud...uno más y posiblemente no podría matar a ese perro de Eduardo con éxito.
Encontré unas pequeñas huellas que llevaban hasta detrás de un árbol cerca de donde estaban este grupo de coqueteo, pero no había nadie- ¿Qué demonios.....hay alguien aquí?- desplacé mi mano un poco adelante e intenté descubrir que clase de magia cutre de ocultación que no se complementaba con la ocultación táctica era esa. "Siempre que te escondas, esconde bien tus huellas" me decía mi maestro.
Erickson Sky- Cazador Clase Media
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Re: Llueve sobre mojado {Mickaella Sunder - Erickson Sky - Beatrice Delteria - Jade Green}
- Señorita, señorita- dijó Beatrice cuando una chica hizo su entrada y comenzó a golpear al hombre desnudo- Dejé de golpearle por Dios, ¿no ve que lo han atracado?
Que situación más descabellada, no había por donde coger las cosas, un hombre desnudo a quien habían atacado, una chica que no paraba de pegar a dicho hombre desnudo y ella misma, todo eso bajo una llovizna que calaba hasta los huesos. Mientras los otros dos discutían creyó escuchar crujir unas ojas secas, pero al no ver a nadie supuso que sería cosa de su imaginación.
Lo primero que debía hacer era conseguir que el hombre se tapase, no podía dejar a un pobre asaltado de esa guisa.
- Yo soy Beatrice Delteria, Mister Eduardo, y no necesito nada de lo que ha ofrecido, no puedo negarle la ayuda a quien la necesita, así que, si gusta, tengo una casa no muy alejada, allí podría vestirse y tanto usted como la señorita, podrían secarse y esperar a que amaine esta tormenta. No es buena idea quedarse aquí fuera, podríamos pescar un buen resfriado.- La joven se giró con delicadeza y comenzó a andar- seguidme, no estamos lejos.
La chica inició una marcha tranquila bajo la lluvia y los árboles hasta la casa de campo. Seguía sin comprender como tres personas podían haberse encontrado bajo esa tormenta y en medio del bosque, ya era extraño encontrarse con una, ¿pero con dos? y, para colmo, uno desnudo.
No tardaron en llegar al lugar, que parecía bastante desierto. Lógico, con la que estaba cayendo no iba a haber nadie fuera. Entró dejando pasar a los otros dos y cerrando la puerta a sus espaldas, estaban empapados.
- Voy a ir a buscar unas toallas. ¡Wilfred!- Llamó- perdone, ¿podría buscar algo de ropa de mi padre? Al ese pobre hombre lo han asaltado y le han dejado tal cual tirado en el bosque- pidió a un hombre de cabello blancuzco.
- Por supuesto Miss, ahora mismo. Pero usted vaya a secarse, haga el favor, ya tiene edad para dejar de lado las travesuras, es más...
- Si, si, lo se Wilfred- cortó la chica con una sonrisilla divertida- no se preocupe, no volveré a salir sin permiso- con cara de duda, el hombre se retiró a por la ropa- al menos de momento.
- Miss- salió la la señora Potty de la cocina- Corra a cambiarse, y ustedes también- regañó la mujer de forma maternal- luego quiero verlos a los tres en la cocina.- dicho eso, sin esperar respuesta salió de escena entre murmuros, Beatrice sentía como si tuviera muchos padres en sus casas.
- Disculpen, se preocupan demasiado.- se excusó ante los invitados justo cuando llegaba Wilfred con la ropa para el señor Eduardo- Señor Eduardo vaya con Wilfred, y usted, seorita, venga conmigo, le prestaré algo para que pueda secarse también.
Dicho esto comenzó a subir las escaleras para llegar a su dormitorio y, tras sacar dos toallas y dos vestidos comenzó a secarse el pelo:
- Si gusta puede cambiarse en el servicio- sonrió a la joven de ojos oscuros.
Que situación más descabellada, no había por donde coger las cosas, un hombre desnudo a quien habían atacado, una chica que no paraba de pegar a dicho hombre desnudo y ella misma, todo eso bajo una llovizna que calaba hasta los huesos. Mientras los otros dos discutían creyó escuchar crujir unas ojas secas, pero al no ver a nadie supuso que sería cosa de su imaginación.
Lo primero que debía hacer era conseguir que el hombre se tapase, no podía dejar a un pobre asaltado de esa guisa.
- Yo soy Beatrice Delteria, Mister Eduardo, y no necesito nada de lo que ha ofrecido, no puedo negarle la ayuda a quien la necesita, así que, si gusta, tengo una casa no muy alejada, allí podría vestirse y tanto usted como la señorita, podrían secarse y esperar a que amaine esta tormenta. No es buena idea quedarse aquí fuera, podríamos pescar un buen resfriado.- La joven se giró con delicadeza y comenzó a andar- seguidme, no estamos lejos.
La chica inició una marcha tranquila bajo la lluvia y los árboles hasta la casa de campo. Seguía sin comprender como tres personas podían haberse encontrado bajo esa tormenta y en medio del bosque, ya era extraño encontrarse con una, ¿pero con dos? y, para colmo, uno desnudo.
No tardaron en llegar al lugar, que parecía bastante desierto. Lógico, con la que estaba cayendo no iba a haber nadie fuera. Entró dejando pasar a los otros dos y cerrando la puerta a sus espaldas, estaban empapados.
- Voy a ir a buscar unas toallas. ¡Wilfred!- Llamó- perdone, ¿podría buscar algo de ropa de mi padre? Al ese pobre hombre lo han asaltado y le han dejado tal cual tirado en el bosque- pidió a un hombre de cabello blancuzco.
- Por supuesto Miss, ahora mismo. Pero usted vaya a secarse, haga el favor, ya tiene edad para dejar de lado las travesuras, es más...
- Si, si, lo se Wilfred- cortó la chica con una sonrisilla divertida- no se preocupe, no volveré a salir sin permiso- con cara de duda, el hombre se retiró a por la ropa- al menos de momento.
- Miss- salió la la señora Potty de la cocina- Corra a cambiarse, y ustedes también- regañó la mujer de forma maternal- luego quiero verlos a los tres en la cocina.- dicho eso, sin esperar respuesta salió de escena entre murmuros, Beatrice sentía como si tuviera muchos padres en sus casas.
- Disculpen, se preocupan demasiado.- se excusó ante los invitados justo cuando llegaba Wilfred con la ropa para el señor Eduardo- Señor Eduardo vaya con Wilfred, y usted, seorita, venga conmigo, le prestaré algo para que pueda secarse también.
Dicho esto comenzó a subir las escaleras para llegar a su dormitorio y, tras sacar dos toallas y dos vestidos comenzó a secarse el pelo:
- Si gusta puede cambiarse en el servicio- sonrió a la joven de ojos oscuros.
Última edición por Beatrice Delteria el Sáb Mayo 30, 2015 6:16 pm, editado 1 vez
Beatrice Delteria- Humano Clase Alta
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Re: Llueve sobre mojado {Mickaella Sunder - Erickson Sky - Beatrice Delteria - Jade Green}
La joven paró de golpear a aquel hombre que estaba totalmente desnudo y por culpa de que ella lo estaba golpeando como si fuera un saco de boxeo. Se puso roja como un tomate y dejó de golpearle por petición de ambas personas.-Vaya que mala suerte la suya de que lo hayan atracado…Aunque mirando el lado positivo, usted esta aun con vida y puede hablar con los guardias para describir cómo eran sus agresores. ¿No cree?- Dijo con calma y muy amablemente; guardando silencio cuando ambos se pusieron a hablar, ambos eran personas nobles, de cama de oro, tenían todo lo que una persona podía soñar, mientras que ella, tenía que luchar y trabajar muy duramente y que nunca conseguiría sus sueños.
La lluvia caía sobre el cuerpo de los tres, era mejor entrar ya que podrían coger una neumonía y su vestido se estaba calando, no era bueno ponerse mala ya que la medicina no estaba muy avanzada; y ella no se podía tomar el privilegio de resfriarse ya que era una simple sirvienta. Asintió ante las palabras de ambos, para entrar en aquella casa. Llevaba la mirada baja y estaba en total silencio. Era una casa enorme, le daba miedo tocar algo para no mancharlo. Se quedó parada y vio como el servicio trataba a la joven ama, lo que le hizo que se riera un poco.-No se preocupe, eso suele pasar. Es normal ya que quieren ver protegida a la joven señorita….-Dijo muy amablemente mientras que se miraba las ropas de ella que estaban totalmente chorreando a lo que asintió ante las palabras de ella.
La siguió hasta los aposentos, era una casa enorme y muy hermosa.-Tiene una casa muy hermosa y muy enorme….Por cierto, siento haber estado golpeando a aquel caballero…Pensé que la estaban atacando…Soy Jade, siento no haberme presentado antes.-Dijo en una especie de murmullo muy tímidamente. Llegando al cuarto, tomando las prendas que le entregaba.-Muchas gracias…- Tomo las prendas y se metió en el baño para empezar a cambiarse de ropa. Se quedó mirando las prendas, eran hermosas y le daba miedo ponérselo no quería estropearlo pero no iba a pasearse por la casa desnuda.-Me lo voy a poner…- Susurró y se empezó a vestir, viendo que por la parte superior le quedaba algo ajustada.-Esto…Creo que tenemos un problemita…- Le dijo mientras salía del baño, mostrándole las prendas.
La lluvia caía sobre el cuerpo de los tres, era mejor entrar ya que podrían coger una neumonía y su vestido se estaba calando, no era bueno ponerse mala ya que la medicina no estaba muy avanzada; y ella no se podía tomar el privilegio de resfriarse ya que era una simple sirvienta. Asintió ante las palabras de ambos, para entrar en aquella casa. Llevaba la mirada baja y estaba en total silencio. Era una casa enorme, le daba miedo tocar algo para no mancharlo. Se quedó parada y vio como el servicio trataba a la joven ama, lo que le hizo que se riera un poco.-No se preocupe, eso suele pasar. Es normal ya que quieren ver protegida a la joven señorita….-Dijo muy amablemente mientras que se miraba las ropas de ella que estaban totalmente chorreando a lo que asintió ante las palabras de ella.
La siguió hasta los aposentos, era una casa enorme y muy hermosa.-Tiene una casa muy hermosa y muy enorme….Por cierto, siento haber estado golpeando a aquel caballero…Pensé que la estaban atacando…Soy Jade, siento no haberme presentado antes.-Dijo en una especie de murmullo muy tímidamente. Llegando al cuarto, tomando las prendas que le entregaba.-Muchas gracias…- Tomo las prendas y se metió en el baño para empezar a cambiarse de ropa. Se quedó mirando las prendas, eran hermosas y le daba miedo ponérselo no quería estropearlo pero no iba a pasearse por la casa desnuda.-Me lo voy a poner…- Susurró y se empezó a vestir, viendo que por la parte superior le quedaba algo ajustada.-Esto…Creo que tenemos un problemita…- Le dijo mientras salía del baño, mostrándole las prendas.
Jade Green- Cazador Clase Baja
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Re: Llueve sobre mojado {Mickaella Sunder - Erickson Sky - Beatrice Delteria - Jade Green}
Aquella escena se estaba desmadrando.La mujer que le golpeaba paro de hacerlo, y aquel extraño trio se adentro en la casa para seguir con la charla o haciendo no se que cosa, supongo que adquiriendo ropa seca, pues la lluvia habia mojado las de todos, incluso las mias estaban empezando a calar.
Iba a seguirlos cuando note la presencia de alguien mas,alguien que capto la mia a pesar de haberme camuflado con mi magia con el entorno, asique supuse que no seria un humano comun, pero tampoco habia nada de sobrenatural en el asi pues, ¿quien era?o mejor dicho ¿que era ese hombre?
No llevaba las ropas tipicas eclesiasticas asique descarte rapidamente algun miembro de la inquisicion cosa que, aunque mi respiracion se hizo mas calmada, no se restablecio del todo y mucho menos cuando su mano se acerco peligrosamente a mi. Logre echarme a un lado para que no me tocase, rompiendo asi mi hechizo y dejandome ver claramente.
-Buenas tardes, señor.- Dije con calma, mirandolo directamente a los ojos.
Iba a seguirlos cuando note la presencia de alguien mas,alguien que capto la mia a pesar de haberme camuflado con mi magia con el entorno, asique supuse que no seria un humano comun, pero tampoco habia nada de sobrenatural en el asi pues, ¿quien era?o mejor dicho ¿que era ese hombre?
No llevaba las ropas tipicas eclesiasticas asique descarte rapidamente algun miembro de la inquisicion cosa que, aunque mi respiracion se hizo mas calmada, no se restablecio del todo y mucho menos cuando su mano se acerco peligrosamente a mi. Logre echarme a un lado para que no me tocase, rompiendo asi mi hechizo y dejandome ver claramente.
-Buenas tardes, señor.- Dije con calma, mirandolo directamente a los ojos.
Mickaella Sunder- Hechicero Clase Alta
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Re: Llueve sobre mojado {Mickaella Sunder - Erickson Sky - Beatrice Delteria - Jade Green}
Gracias a la intervención de la dama de rostro inocente, el lobo consiguió que la segunda joven dejara de pegarle. Ya estaba en una situación bastante bochornosa como para tener, además, que sobrevivir a un huracán moreno. Aunque tenía buen gancho sin duda.
- Por supuesto que es agradable seguir vivo. Y si me lo permite sería un placer sobrevivir más tiempo-, bromeó cuando la joven dejó de golpearlo. - Encantado señorita Beatrice. La seguiré gustoso. Es usted mi salvación-, comentó siguiéndola.
Eduardo para no perturbar demasiado a las damas las siguió dejando una distancia prudencial. Iba cubriéndose sus partes intimas con la capa que Bea le había dado mientras chorreaba agua por doquier. La tormenta había aumentado en intensidad, y de una llovizna se había convertido en una lluvia pesada. Gracias a mi sangre de lobo. Si no fuera por ella cogería un buen resfriado pensó.
Unos minutos más tarde llegaron a la casa. No dudaron en entrar y les recibió un hombre del servicio. Era un señor mayor que le miró asombrado para no variar. No obstante no dijo nada y entendió el problema en cuanto su señora le comentó el problema. Luego otra mujer salió de una habitación para pedirles que se cambiaran.
- No se preocupe. Es algo de lo más normal-, dijo amablemente. - Iré con él señora.
Siguió al mayordomo por la casa, mientras seguía cubriéndose sus partes, y este lo guió hasta un baño de invitados. Allí le había dejado ropa para poder cambiarse y toallas para secarse.
- Siento todas las molestias-, dijo avergonzado a Wilfred antes de cerrar la puerta.
El lobo se secó con rapidez para poder vestirse lo más rápido posible. Estaba harto de estar desnudo. Quería. Necesitaba comportarse como un hombre civilizado de nuevo. Se puso la ropa interior, luego los pantalones y finalmente la camisa. Le quedaban un poco grandes. Tampoco tenía calcetines ni zapatos pero no importaba. Lo que más le preocupaba era taparse y con el cinto bien fijo los pantalones no se le caerían. Se miró al espejo y pudo comprobar que más que una persona parecía un papahuevo de su tierra. No pudo evitar reír cuando evocó recuerdos de su infancia. El pelo aún estaba húmedo pero no conseguiría secárselo más de lo que ya estaba, así que por fin salió al encuentro del mayordomo.
Este le miró con mejor cara ahora que estaba vestido y lo guió hasta la cocina. Lo primero que pudo comprobar el lobo al llegar era que estaba solo con el servicio.
- Me repito un poco pero prefiero insistir. Siento todo lo ocurrido. Me atacaron y me dejaron desnudo en el bosque-, comentó nervioso al verse solo con desconocidos. - ¿Llevan mucho tiempo trabajando para Lady Beatrice? - preguntó para cambiar a un tema menos vergonzoso para él.
- Llevamos trabajando para el padre de Beatrice desde que esta era una niña señor-, dijo la señorita Potty.
- Que buena noticia. Deben tenerse mucho cariño-, continuó la conversación.
Siguió platicando con los sirvientes mientras esperaba a las chicas. No podía irse sin más y menos con la ayuda que me habían brindado. Eso sin contar la tormenta que se estaba desarrollando fuera en estos momentos. Ya fuera por no mojarse o por educación debía esperar. Sería una buena oportunidad para mejorar su mala imagen anterior.
- Por supuesto que es agradable seguir vivo. Y si me lo permite sería un placer sobrevivir más tiempo-, bromeó cuando la joven dejó de golpearlo. - Encantado señorita Beatrice. La seguiré gustoso. Es usted mi salvación-, comentó siguiéndola.
Eduardo para no perturbar demasiado a las damas las siguió dejando una distancia prudencial. Iba cubriéndose sus partes intimas con la capa que Bea le había dado mientras chorreaba agua por doquier. La tormenta había aumentado en intensidad, y de una llovizna se había convertido en una lluvia pesada. Gracias a mi sangre de lobo. Si no fuera por ella cogería un buen resfriado pensó.
Unos minutos más tarde llegaron a la casa. No dudaron en entrar y les recibió un hombre del servicio. Era un señor mayor que le miró asombrado para no variar. No obstante no dijo nada y entendió el problema en cuanto su señora le comentó el problema. Luego otra mujer salió de una habitación para pedirles que se cambiaran.
- No se preocupe. Es algo de lo más normal-, dijo amablemente. - Iré con él señora.
Siguió al mayordomo por la casa, mientras seguía cubriéndose sus partes, y este lo guió hasta un baño de invitados. Allí le había dejado ropa para poder cambiarse y toallas para secarse.
- Siento todas las molestias-, dijo avergonzado a Wilfred antes de cerrar la puerta.
El lobo se secó con rapidez para poder vestirse lo más rápido posible. Estaba harto de estar desnudo. Quería. Necesitaba comportarse como un hombre civilizado de nuevo. Se puso la ropa interior, luego los pantalones y finalmente la camisa. Le quedaban un poco grandes. Tampoco tenía calcetines ni zapatos pero no importaba. Lo que más le preocupaba era taparse y con el cinto bien fijo los pantalones no se le caerían. Se miró al espejo y pudo comprobar que más que una persona parecía un papahuevo de su tierra. No pudo evitar reír cuando evocó recuerdos de su infancia. El pelo aún estaba húmedo pero no conseguiría secárselo más de lo que ya estaba, así que por fin salió al encuentro del mayordomo.
Este le miró con mejor cara ahora que estaba vestido y lo guió hasta la cocina. Lo primero que pudo comprobar el lobo al llegar era que estaba solo con el servicio.
- Me repito un poco pero prefiero insistir. Siento todo lo ocurrido. Me atacaron y me dejaron desnudo en el bosque-, comentó nervioso al verse solo con desconocidos. - ¿Llevan mucho tiempo trabajando para Lady Beatrice? - preguntó para cambiar a un tema menos vergonzoso para él.
- Llevamos trabajando para el padre de Beatrice desde que esta era una niña señor-, dijo la señorita Potty.
- Que buena noticia. Deben tenerse mucho cariño-, continuó la conversación.
Siguió platicando con los sirvientes mientras esperaba a las chicas. No podía irse sin más y menos con la ayuda que me habían brindado. Eso sin contar la tormenta que se estaba desarrollando fuera en estos momentos. Ya fuera por no mojarse o por educación debía esperar. Sería una buena oportunidad para mejorar su mala imagen anterior.
Eduardo Hernández- Licántropo Clase Alta
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Re: Llueve sobre mojado {Mickaella Sunder - Erickson Sky - Beatrice Delteria - Jade Green}
"Lo que me faltaba....más magia potagia" pensé mientras me echaba un poco para atrás y me ponía en guardia. Supuse que sería una bruja o una hechicera ya que era capaz de hacer esas cosas. Pero no por ello la sobrevolaré, si es humana puede morir, por mucha magia que pueda usar.
Pero al pensar detenidamente en la escena mientras que mi objetivo principal se escabullía con aquellas dos mujeres me di cuenta de que quizás fuera favorable. Miré a la mágica muchacha mientras por mi cabeza pasaban todos los posibles eventos que podían sucederse en las próximas horas: sabía que aquella chica que conocí tiempo atrás y que se dominaba bastante bien en el combate estaba con Eduardo....creo que se llamaba Jade, y estaba un pelín loca, un punto para mi. Pero luego me pareció ver que la otra chica era noble o algo así, si le hacía daño puede que mi cara acabara colgada en carteles por toda la ciudad. Por otra parte estaba aquella hechicera... ¿sería como aquel desgraciado de Lauritz y ayudaría a un chucho antes que ver la vileza en sus actos? Sino tendría que hacerle ver de que eran capaces....
-Hola señorita hechicera....¿podría saber su nombre y las acciones que está llevando a cabo en este bosque, oscuro e inmenso?- decía esto sin dejarla de mirar a los ojos y con una mano cerca del estoque. Puede que la plata fuera solo efectiva contra los licántropos, pero si puede pinchar puede hacer pupa. Lo que más me molestaba era aquella dichosa lluvia... incluso ya se había transformado en una tormenta. Pensé de nuevo en varias posibilidades...pero la única viable era ir tras aquel perro. Quizás estaría haciendo trizas a esas chicas. Creo que habían ido a una especie de casa de campo cercana. Pero no podía dejar a esa chica ahí...lo más posible era que me destrozara la emboscada...tenía que convencerla de alguna forma de que me ayudara.
Pero al pensar detenidamente en la escena mientras que mi objetivo principal se escabullía con aquellas dos mujeres me di cuenta de que quizás fuera favorable. Miré a la mágica muchacha mientras por mi cabeza pasaban todos los posibles eventos que podían sucederse en las próximas horas: sabía que aquella chica que conocí tiempo atrás y que se dominaba bastante bien en el combate estaba con Eduardo....creo que se llamaba Jade, y estaba un pelín loca, un punto para mi. Pero luego me pareció ver que la otra chica era noble o algo así, si le hacía daño puede que mi cara acabara colgada en carteles por toda la ciudad. Por otra parte estaba aquella hechicera... ¿sería como aquel desgraciado de Lauritz y ayudaría a un chucho antes que ver la vileza en sus actos? Sino tendría que hacerle ver de que eran capaces....
-Hola señorita hechicera....¿podría saber su nombre y las acciones que está llevando a cabo en este bosque, oscuro e inmenso?- decía esto sin dejarla de mirar a los ojos y con una mano cerca del estoque. Puede que la plata fuera solo efectiva contra los licántropos, pero si puede pinchar puede hacer pupa. Lo que más me molestaba era aquella dichosa lluvia... incluso ya se había transformado en una tormenta. Pensé de nuevo en varias posibilidades...pero la única viable era ir tras aquel perro. Quizás estaría haciendo trizas a esas chicas. Creo que habían ido a una especie de casa de campo cercana. Pero no podía dejar a esa chica ahí...lo más posible era que me destrozara la emboscada...tenía que convencerla de alguna forma de que me ayudara.
Erickson Sky- Cazador Clase Media
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Re: Llueve sobre mojado {Mickaella Sunder - Erickson Sky - Beatrice Delteria - Jade Green}
Cuando la chica salió del baño Beatrice vio que su invitada tenía un "pequeño" problema, la dama apretó los labios intentando no reirse pero no puedo evitar soltar una pequeña risa, debería haberse dado cuenta de que su pecho, de un tamaño medio, no era nada comparado con el de la joven, Jade, había dicho que se llamaba.
- No te preocupes, podemos hacer un apaño, te aseguro que no se te verá nada.- Rebuscó por los cajones de su dormitorio hasta encontrar un trozo de tela, hilo y aguja- girate, coseré el trozo de tela para poder atarte la parte de atrás, así no tendrás que preocuparte.- sonrió con amabilidad.
Situó la tela por dentro del vestido, enhebró la aguja y ató el final del hilo para empezar a dar puntadas, no le importaba arreglar el vestido, en realidad, aunque sus padres se empeñaban en llenar su armario, la joven solo usaba unos cuantos, los que más le gustaban y en los que se sentía más cómoda. No era de las que se preocupaba por las apariencias ni mucho menos por cosas como la ropa o los sombreros. Prefería gastar el dinero en pinturas o en partituras, que en ropa.
Sin pinchar a la chica ni una sola vez terminó de coser la tela, Beatrice no era costurera, pero entre su educación se había añadido la costura, y aunque era algo que aborrecía de sobremanera, se le daba bien, así que la prenda quedó como si ese trozo de tela blanca siempre hubiera sido parte del traje, ahora si podía anudarlo, dejó la aguja y el hilo sobrantes en el costurero y estiró de los cordones de la espalda para anudarlo:
- Listo, bajemos a tomar algo caliente, o nos resfriaremos. Seguro que la señora Potty, la cocinera, nos ha preparado algo.
Dejó salir a la chica delante de ella y bajó a la cocina donde el hombre ya se encontraba sentado y, por fin, vestido. La joven se sentó en una silla alrededor de la mesa de la cocina mientras la cocinera trasteaba de un lado para otro, parecía atareada. Con una risilla Beatrice se levantó para ayudar a la mujer, llevandose una regañina de esta:
- Miss, como he de decirle que no debe meterse a ayudarnos, nos tienen contratados por algo, es una señorita, por favor, comportese como tal.
Ignorando la perrorata de la rechoncha señora puso la tetera en el fuego y sirvió las tazas para luego volver a sentarse:
- Lo siento, esta mujer tiene mucha energía, entre eso y que yo no la escucho, siempre me regañan.- bromeó antes de mirar por la ventana, a pesar de su buen humor, algo la tenía preocupada, tenía un ligero mal presentimiento que aumentaba a medida que la lluvia se volvía más fuerte.
- No te preocupes, podemos hacer un apaño, te aseguro que no se te verá nada.- Rebuscó por los cajones de su dormitorio hasta encontrar un trozo de tela, hilo y aguja- girate, coseré el trozo de tela para poder atarte la parte de atrás, así no tendrás que preocuparte.- sonrió con amabilidad.
Situó la tela por dentro del vestido, enhebró la aguja y ató el final del hilo para empezar a dar puntadas, no le importaba arreglar el vestido, en realidad, aunque sus padres se empeñaban en llenar su armario, la joven solo usaba unos cuantos, los que más le gustaban y en los que se sentía más cómoda. No era de las que se preocupaba por las apariencias ni mucho menos por cosas como la ropa o los sombreros. Prefería gastar el dinero en pinturas o en partituras, que en ropa.
Sin pinchar a la chica ni una sola vez terminó de coser la tela, Beatrice no era costurera, pero entre su educación se había añadido la costura, y aunque era algo que aborrecía de sobremanera, se le daba bien, así que la prenda quedó como si ese trozo de tela blanca siempre hubiera sido parte del traje, ahora si podía anudarlo, dejó la aguja y el hilo sobrantes en el costurero y estiró de los cordones de la espalda para anudarlo:
- Listo, bajemos a tomar algo caliente, o nos resfriaremos. Seguro que la señora Potty, la cocinera, nos ha preparado algo.
Dejó salir a la chica delante de ella y bajó a la cocina donde el hombre ya se encontraba sentado y, por fin, vestido. La joven se sentó en una silla alrededor de la mesa de la cocina mientras la cocinera trasteaba de un lado para otro, parecía atareada. Con una risilla Beatrice se levantó para ayudar a la mujer, llevandose una regañina de esta:
- Miss, como he de decirle que no debe meterse a ayudarnos, nos tienen contratados por algo, es una señorita, por favor, comportese como tal.
Ignorando la perrorata de la rechoncha señora puso la tetera en el fuego y sirvió las tazas para luego volver a sentarse:
- Lo siento, esta mujer tiene mucha energía, entre eso y que yo no la escucho, siempre me regañan.- bromeó antes de mirar por la ventana, a pesar de su buen humor, algo la tenía preocupada, tenía un ligero mal presentimiento que aumentaba a medida que la lluvia se volvía más fuerte.
Beatrice Delteria- Humano Clase Alta
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Re: Llueve sobre mojado {Mickaella Sunder - Erickson Sky - Beatrice Delteria - Jade Green}
Le dedico una amable sonrisa cuando le dijo que iban a arreglo para aquel vestido, se mordio el labio inferior, si hasta a ella le dio por reir, teniendose que secar las lagrimas de los ojos. Se dio la vuelta y estiro un poco los brazos.-Lo siento pero eso me pasa por haber heredado los genes de mi madre....Muchas gracias señorita Beatrice, es muy amable de su parte.-Dijo amablemente y algo sonrojada para bajar con ella hacia la cocina.
-Tiene una casa muy bonita, señorita.-Le comentó mientras bajaba las escaleras con ella. Cuando llegaron hacia la cocina vio a Eduardo ya vestido.-Esta mejor vestido...Quiero decir que le queda mejor vestido...Dios, estoy mejor callada.-Dijo totalmente avergonzada y tomando asiento para despues ver como Beatrice empezaba a ayudar, ella rapidamente se levanto y empezo a ayudarla, era lo minimo que podía hacer, no pudiendo evitar reirse un poco cuando empezó a regañar a la joven.-En esta vida es mejor saber de todo, nunca se sabe lo que puede pasar para el día de mañana.
-Tiene una casa muy bonita, señorita.-Le comentó mientras bajaba las escaleras con ella. Cuando llegaron hacia la cocina vio a Eduardo ya vestido.-Esta mejor vestido...Quiero decir que le queda mejor vestido...Dios, estoy mejor callada.-Dijo totalmente avergonzada y tomando asiento para despues ver como Beatrice empezaba a ayudar, ella rapidamente se levanto y empezo a ayudarla, era lo minimo que podía hacer, no pudiendo evitar reirse un poco cuando empezó a regañar a la joven.-En esta vida es mejor saber de todo, nunca se sabe lo que puede pasar para el día de mañana.
Jade Green- Cazador Clase Baja
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Re: Llueve sobre mojado {Mickaella Sunder - Erickson Sky - Beatrice Delteria - Jade Green}
Si el sabia lo que era yo, era un punto muy a favor suyo y mas si no habia salido corriendo, pues denotaba que sabia mas de lo que la mayoria de la gente sabia .¿Significaba eso que tambien conocia nuestros puntos debiles? Un sudor frio se adueño de mi frente,creando gotitas de sudor que se camuflaban afortunadamente con la lluvia y no le dejaba ver el miedo reflejado en mi rostro al obervar como dirigia la mano hacia la empuñadura colgada en su cintura. Ergui la cabeza con orgullo y tranquilamente le susurre.
-Guarda eso que conmigo no te va a hacer falta,cazador. Tenemos cosas mas importantes de las que ocuparnos, ambos ademas.
Sin duda el tambien habia ido alli por algun motivo, que sin duda incluia al hombre lobo en el. Dudaba que fuese a hacerle algo malo a aquellas chicas, pues aunque no lo conocia y sabia de seres como el que si eran malevolos, mi instinto me decia que no habia nada que temer, no de su parte, pero ¿y de la del cazador? ¿que intenciones le habian traido hacia el bosque?¿se volveria contra mi?
Di media vuelta mirandolo de reojo y empece a caminar hacia aquella casa.No me hacia ni pizca de gracia darle la espalda al hombre de la espalda, y sin duda no lo habria hecho nunca, pero necesitaba urgentemente alejarme de alli.Caminaba con los cinco sentidos atentos a mi espalda, esperando algun signo de que me seguia o que me pusiese mas alerta aun.
-La lluvia esta empeorando, y hechicera o no, tambien me constipo.
-Guarda eso que conmigo no te va a hacer falta,cazador. Tenemos cosas mas importantes de las que ocuparnos, ambos ademas.
Sin duda el tambien habia ido alli por algun motivo, que sin duda incluia al hombre lobo en el. Dudaba que fuese a hacerle algo malo a aquellas chicas, pues aunque no lo conocia y sabia de seres como el que si eran malevolos, mi instinto me decia que no habia nada que temer, no de su parte, pero ¿y de la del cazador? ¿que intenciones le habian traido hacia el bosque?¿se volveria contra mi?
Di media vuelta mirandolo de reojo y empece a caminar hacia aquella casa.No me hacia ni pizca de gracia darle la espalda al hombre de la espalda, y sin duda no lo habria hecho nunca, pero necesitaba urgentemente alejarme de alli.Caminaba con los cinco sentidos atentos a mi espalda, esperando algun signo de que me seguia o que me pusiese mas alerta aun.
-La lluvia esta empeorando, y hechicera o no, tambien me constipo.
Mickaella Sunder- Hechicero Clase Alta
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Re: Llueve sobre mojado {Mickaella Sunder - Erickson Sky - Beatrice Delteria - Jade Green}
El lobo se asomó a la ventana mientras conversaba con los sirvientes de Beatrice. Desde su posición podía observar como un cielo gris plomizo dejaba caer sobre el bosque una lluvia cada vez más fuerte, haciendo que no pudiera ver más allá de unos metros de distancia. En realidad no importaba demasiado que no pudiera ver nada, pues no podría ver gran cosa estando en un bosque. La hierba, los árboles y algún animal salvaje si decidía pasar por allí. Pero tenía una extraña sensación que le acompañaba desde que había despertado.
Eduardo no tenía ni idea de a qué se debía, y cuando las jóvenes entraron en la cocina dejó tales pensamientos a un lado. Seguramente se debía a que se había escapado después de transformarse. Siempre le inquietaba esta situación.
- Gracias señorita. Siempre que puedo intento estar presentable. Aunque yo siempre estoy bien-, bromeó con su físico.
No pudo evitar sonreír con la conversación de la dama con sus criados. En eso se parecía a la bella Beatrice y tenía escenas parecidas en su propia casa. Aunque era rico y tenía sirvientes le gustaba hacer las cosas el mismo. El lobo estaba acostumbrado desde niño, de cuando su familia no era tan pudiente.
- Son muy buenas personas-, les comentó a las dos chicas viendo como ayudaban en las labores. - Cualquier otra persona me hubiera dejado tirado en medio del bosque.
Unos minutos más tarde ya estaba listo el té. No era muy amante de dicha bebida pero ahora cualquier cosa era buena para calentarse. Aceptó su taza y se sentó a la mesa.
- Espero no importunarla con mi presencia Beatrice. Seguramente ha venido al bosque en busca de privacidad, y le he estropeado los planes me temo. En cuanto el día mejore iré hasta la ciudad para que pueda relajarse como deseaba en un principio-, dijo antes de tomar un sorbo del contenido de su taza.
Eduardo quería volver a la ciudad en parte por no molestar a la dama, y en parte por la sensación que no se conseguía quitar de encima. Parecía que su viejo instinto le avisaba de algo malo. Esperaba que se equivocara, aunque solía acertar. Sin querer dirigió otra mirada hacia la ventana pensativo. No tardaría en comprobarlo.
Eduardo no tenía ni idea de a qué se debía, y cuando las jóvenes entraron en la cocina dejó tales pensamientos a un lado. Seguramente se debía a que se había escapado después de transformarse. Siempre le inquietaba esta situación.
- Gracias señorita. Siempre que puedo intento estar presentable. Aunque yo siempre estoy bien-, bromeó con su físico.
No pudo evitar sonreír con la conversación de la dama con sus criados. En eso se parecía a la bella Beatrice y tenía escenas parecidas en su propia casa. Aunque era rico y tenía sirvientes le gustaba hacer las cosas el mismo. El lobo estaba acostumbrado desde niño, de cuando su familia no era tan pudiente.
- Son muy buenas personas-, les comentó a las dos chicas viendo como ayudaban en las labores. - Cualquier otra persona me hubiera dejado tirado en medio del bosque.
Unos minutos más tarde ya estaba listo el té. No era muy amante de dicha bebida pero ahora cualquier cosa era buena para calentarse. Aceptó su taza y se sentó a la mesa.
- Espero no importunarla con mi presencia Beatrice. Seguramente ha venido al bosque en busca de privacidad, y le he estropeado los planes me temo. En cuanto el día mejore iré hasta la ciudad para que pueda relajarse como deseaba en un principio-, dijo antes de tomar un sorbo del contenido de su taza.
Eduardo quería volver a la ciudad en parte por no molestar a la dama, y en parte por la sensación que no se conseguía quitar de encima. Parecía que su viejo instinto le avisaba de algo malo. Esperaba que se equivocara, aunque solía acertar. Sin querer dirigió otra mirada hacia la ventana pensativo. No tardaría en comprobarlo.
Eduardo Hernández- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 21/04/2015
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