The dancer of the devil (Flashback)

por **Leviathán Shadow** Sáb Mayo 23, 2015 8:38 pm

Aún recuerdo cuando era humano, cuando mi piel era rosada por todos lados, cuando todavía del sol podía disfrutar sus rayos pese a que la máscara cubriera todo rasgo completamente quemado, recuerdo entonces que mis ojos y sus alrededores cicatrizados ya estaban en búsqueda de aquel infeliz enmascarado, por todos lados pistas sobre él estaba buscando, sin que alguien supiera Teobaldo una noche al teatro fue de infiltrado, allí entonces de una bailarina además de impresionado, también había sospechado, esa noche mi fiel lacayo fue a decirme todo con detalle y cuidado, desde aquel día siempre la espiábamos y sabíamos que siempre acidia al mercado, parece ayer cuando tuvimos aquel altercado... aquel encuentro del que esperaba descubrir el escondite de ese infeliz condenado... hoy ya todo eso quedo en el pasado, pero no pude evitar que esta noche con la copa aun lado y mi espalda recargada sobre un viejo respaldo remontara aquellos días en que mortal era todavía, no puedo evitar la pregunta cada vez que en mente la veía ¿Que habrá sido de esa niña?.
Aquel dia, uno de los pocos en que las sombras no me esconderían, dirigí mi carruaje hacia aquella callejuela concurrida, estaba convencido de que debía hallar a esa chica, la única que hasta ese entonces consideraba que daría una pista, me baje del coche dejándolo a la orilla, con Teobaldo dentro, recuerdo que una capa no solo me cubría mascara y falso cabello, sino que también todo el cuerpo, quien tenia al frente mío u observaba desde lejos no podía ver absolutamente nada debajo del ropaje negro, algunos observaban curiosos, otros más se escondían miedosos y otros tantos inmersos en sus compras y asuntos poca era la atención que le prestaban al asunto.
Me decidi por ignorar y con la vista puesta en todo lugar entre los presentes comencé a caminar, el bullicio parecía escuchar, gente que sus productos pregonaba, otros más que simplemente observan, vagabundos que deambulaban y a la nada susurraban, mujeres que compraban lo que en sus casas les ordenaban, gente de color que su libertad en silencio anhelaban, que sus pasos vigilaban, que una lista con lo que debían comprar siempre cargaban, como era que recorrido disfrutaba y al mismo tiempo detestaba, la luz mi peor enemiga desde que en mi vida comenzaron las matanzas y los hombres esclavizados sin esperanzas, era todo un carnaval de prejuicios, miserias y de todo tipo de razas humanas, pero nada había de aquella de la que tanto me hablaban, por ningún lugar estaba, era imposible que no estuviera pues todos los días que la espiaba este lugar siempre llegaba, continúe con mis pasos con el objetivo de encontrarla y fue allí en cerca de un vendedor de talas donde le encontré sin problemas, sin embargo no le hable a primera instancia, me detuve como un comprador más observando a distancia, primero analice todo terreno, no podía empezar a atacarla al momento -Las telas son preciosas ¿No es cierto?- cuestione con la mirada fija en las mantas que continuaban en el suelo -Parece que te conozco de algún lugar, tu rostro me resulta familiar-seguia con un tono animado al hablar, intentando la mascara debajo de la capucha ocultar tras lo profundo de su oscuridad -No eres tu, del teatro su bailarina principal, la más talentosa, aquella que los periódicos no dejan de elogiar- por el rabillo de ojo a ella le intentaba observar -Una vez la vi bailar, todo un prodigio si me permite señalar, dígame si no es indiscreción preguntar ¿Quien le ha instruido en el fino arte del baile?- cuestione de forma amable, ella era una joven que bien podía enfadarse o por el contrario asustarse de que un desconocido le hablase, quizás no me diría que era el fantasma que la instruía, pero si su confianza de a poco ganaba puede que me ayudará al menos a saber que era de aquel que el rostro me quemo en otra época.

por **Dalunae** Miér Oct 07, 2015 9:44 pm

“¿Te atreves a bailar con el demonio?”

La vida de las bailarinas era monótona, ensayo, condicionamiento físico, ensayo, ensayo y más ensayo ,aunque para Dalunae ademas de los ensayos de baile estaba su violín y obviamente el canto. Y aunque monótona su vida era más de lo que habría esperado años antes de llegar al teatro, empezando porque jamas pensó poder volver a mostrarse bajo la luz del sol nuevamente o frente alguna forma de vida. Lo admitía, odiaba a los humanos, pero se sentía cómoda entre ellos, sus vidas ante sus ojos eran miserables, inútiles y su reacción ante el miedo era patética, sin hablar de que su reacción hacia lo desconocido lo era aun más.

A ratos la bailarina tenia alucinaciones, provocadas por algún trauma o algún hechizo que no había logrado romper, su piel estaba completamente sana y aun así de vez en cuando veía sus manos con llagas, la piel desprendida ademas de chamuscada y el solo hecho de recordarlo le hacían odiarlos a todos aun más, pero cierta alegría la inundaba al saber que ni siquiera el fuego pudo matar a la bruja… y no lo haría jamas, aunque tardo meses, todo su cuerpo calcinado logro regresar a la normalidad y ahora los mismos humanos que en algún momento le temieron la adoraban y le regalaban flores como muestra de admiración. Que extraña era la vida y aunque recibía los obsequios con una gran sonrisa en el fondo de su alma los deseaba a todos muertos, pero nadie tomaba vidas en el teatro si no era su ángel de la música, el soberano de la muerte que dentro del teatro que podía disponer de quien fuera por puro capricho o placer y a su vez el único ser en el mundo que hacía en la bailarina aflorar sentimientos humanos.

Y por esos mismos sentimientos humanos era que se encontraba paseando por el mercado, para ella era extraño el caminar por esos lares, o cualquier lugar, portando ropa común y corriente, su cabello recogido y sin sus zapatos de ballet, pero obviamente Madame Giry no la dejaría salir vestida de bailarina, mucho menos a pavonearse al mercado. Buscaba flores y esencias, no envenenaría a ninguna bailarina, solo era para quemarlas en la estancia de su Maestro e inundarle con las dulces fragancias, ¿Quien pensaría en algo así?, el fantasma termido por todos era seguido constantemente por aquella altanera bailarina que no le daba descanso alguno, bombardeandole constantemente con preguntas, ideas e invadiendo su espacio personal, no era algo que se viera todos los días y aunque nadie supiera sobre aquel vinculo entre el fantasma y la bailarina, todos tenían claro que su tutor no era de este mundo.

Caminaba algo distraída, pero tenia claro que no podía descuidarse demasiado, los ladronzuelos no dudaban en hacer su trabajo con quien se cruzara en sus caminos pero su mente estaba tan llena de melodías que el bullicio simplemente se desvanecía a su alrededor hasta que una voz la saco de sus pensamientos, una voz tenue que de a poco invadía su mente y comenzaba a cobrar sentido, alzo la mirada encontrando a u lado una figura alta pero cubierta por completo, si no fuera por su movimiento no dudaría en simplemente pasar por el lado pensando que era el maniquí de algo o una simple estatua. Pero ciertamente no lo era y la curiosidad tan grande de la bailarina hizo que comenzara a balancearse en su lugar buscando algún angulo donde pudiera ver el rostro de quien le hablaba, ojos curiosos bajo un tímido mirar – Entonces he de imaginar que usted asiste constantemente al teatro – Señalo tranquila, aunque en realidad desde que estaba bajo la protección del ángel era la nueva primadonna del teatro, quien obtenía los solos ante el miedo de los directores de la casa del arte por tener algún incidente con el candelabro o más muertos. La preciosa casa de las artes tras el gran telón era el dominio de la muerte que todo lo veía y de él nadie podía esconderse – En el baile… Madame Giry, al igual que a todas las bailarinas del teatro – claro era, su ángel era un gran Maestro en todo lo que podía enseñarle, pero en el ballet estaba sola ante las ordenes de Madame Giry, dudaba que su ángel se tomara el tiempo de enseñarle a bailar, mucho menos de bailar con ella.

-Mi nombre es Dalunae -señalo con total calma, aunque si había leído el periódico dudaba que no lo supiera. Pero su presentación no era más que una forma de saciar sus ansias de comenzar a preguntar- Si me permite preguntar a quien me dirijo… y la razón de ir tan cubierto esta mañana de pleno y radiante sol – acabo por soltar sin preocupación alguna, no era buena para andar con rodeos, si quería saber algo no tenia miedo de preguntarlo directamente para ahorrarse tiempo, sus dudas debían ser contestadas al momento o la bailarina comenzaba a usar otro tipo de tácticas, pero aun así por su mente seguía la duda de porque no fue así de directa con su Maestro.

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