Passez le facteur - Venance Carpaccio

Caro Maestro,

Ciao, Maestro Venance. Si te soy sincero no sé si cuando leas mi carta sera día o noche. Creo que mi ángel podía hacer bastante durante el día y no solo dormir simulando ser una estatua  en aquel cuarto escondido que aun no he encontrado y, en realidad, dudo encontrar. Pero bueno esta carta no es para hablar del joven Jaejoong. Me gustaría saber como han transcurrido los días en Italia, como han estado mis compañeros y obviamente tu.  Ya han pasado meses, no se cuantos en realidad, ya no distingo muy bien el día de la noche al despertar en mi cuarto con las gruesas cortinas cerradas y al despertar lo primero en lo que pienso es en cuanto tardarías corriendo todas las noches de allí hasta aquí, no hay que dudar mucho que te he pensado bastante, tal vez más de lo que debería pero en este punto eso ya no me causa ningún conflicto que afecte mi día a día.

No sé siquiera porque sigo escribiendo cosas sin sentido, intentando llegar a un punto en el que se de natural la otra finalidad de esta carta por lo que ya dejo de darle tantas vueltas al asunto.

Se que siempre quieres tener todo bajo control y esta bien, alguien debe poder el orden ¿no?. Volví a París y luego de mucho esfuerzo logre encontrar a mi ángel que al cabo de unas semanas volvió a huir de mi, o tal vez de todo y todos, no puedo leer su mente, no puedo protegerle y mucho menos ayudarle, ya no puedo seguirlo por lo que volví a los días solitarios aquí.

Sabes que siempre he sido bueno para  matar el tiempo, perro estos meses parecen una eternidad que me hacen tener mucho tiempo para pensar y reflexionar. ¿Cuantas veces en la vida, o inmortalidad, has estado en esta situación?, realmente desearía viajar esta misma noche, pero no lo haré, ni esta noche ni ninguna otra. Te reto a que vengas tú y en algún momento llevame devuelta a casa.  En la mortalidad hay que tener coraje para hacerle frente a los sentimientos y yo contigo he sido perseverante, admite siquiera que he sido valiente.

Extraño tu compañía, aun en el silencio de las noches en las cuales tan solo pareces una estatua a la luz de la luna, me gusta dormir a tu lado aun cuando aveces sienta tu cabello en mi rostro, me gustaba recorrer Italia siguiendo tus pasos pero ahora recorro solo las calles de París. Finalmente mi confesión, que has oído una y otra vez de forma caprichosa e infantil pero esta vez te entrego en papel es que me gustas, y si me hubiera quedado en Italia se que me gustarías aun más… lo tienes en papel, firmado, escrita con mi puño y letra.

Y aunque he sido perseverante y claro se que tienes todo el derecho de rechazarme, se que no tengo nada para ofrecerte, nada que no puedas conseguir por tu propia cuenta, no me necesitaste durante toda tu etenidad, ¿porque necesitarías ahora la compañía de quien te necesita más que tu a él?. Por otro lado se que eres un hombre de palabra pero no debes cumplir tu promesa si no sientes lo mismo que yo, eso no haría más que evocar horribles recuerdos para mi.

Siento que poco a poco esta sensación de hundimiento me consume, ¿Que evitaría que partieras tal como mi ángel?, tal vez… ni siquiera como otro inmortal, ¿Que evitaría que partieras como mis padres?. Creo que la eternidad a de ofrecerme mucho más que una vida mortal y aunque soy una responsabilidad que no quiero obligarte a tomar se que de esta forma realmente no hay un futuro. Yo envejeceré y moriré, luego de eso tal vez solo te quede mi carta y mis pinturas que también con el tiempo pueden demacrarse y correr el mismo destino que es desaparecer. Tal vez Dios no es tan benevolente como yo pensaba, tal vez torpemente caí en algún hechizo digno de su raza.  

Que ridículo ¿no?, le regalaría mis días cálidos a la luz del sol, mi vida, anhelos, mi mortalidad y corta edad a quien no los necesita y aun si fuera como tu jamas podría compararme contigo. Y es la razón por la cual preferiría dar un paso al lado y seguir otro camino si este llega solo a un  muro que no puedo pasar, puedo buscar Maestros de pintura y diversas artes en París para no volver jamas a Italia, al fin y al cabo, si tu respuesta es negativa no hay nada en Italia para mi.

Cuidate Maestro, al final del día es tu alumno quien te sueña y anhela.