Escribo porque necesito vivir tantas vidas como me sea posible.

por **Octavien Chevigné** Sáb Jun 06, 2015 9:38 pm

Escritor Clandestino

Escribe, que no te encuentren.

Sólo tengo unos minutos antes de que mi hermano me interrumpa en mi escritorio. Si me encuentra escribiendo, es capaz de romperme el cuello. Y no dispongo de tanta dote física como intelectual como para refrenarlo. Supongo que es estúpido exponerme de esta manera, pero no tengo opción. Si no escribo moriré de todas formas.

¿Quién soy yo? Octavien Chevigné. Pero no puedo hablar de “yo”. Necesito hablar de “él”. No puedo verme sino desde fuera. El espejo me repele; tengo miedo de encontrarme.

Octavien, a sus 17 años, sabía que no publicaría sus poemas jamás. Aunque ha escrito toda su vida, recién a los 11 años comenzó a explorar con la poesía, misma edad en que Zaccharie aprendía a decapitar con la destreza de una guillotina, y desde esa fecha nunca más dejó de ser consciente de que su talento era un tabú. Aunque eso no lo detuvo; desde que aprendió a leer a los cuatro años siempre supo que se dedicaría a la literatura. Sus autores favoritos son Friedrich Schiller y el polémico William Blake, y además de escribir, también se las arregla para crear historias en su mente durante las cenas, mientras arruga una servilleta bajo la mesa.

Él cuenta que “Escribir un poema; soñar la vida” no es una típica obra suya, ya que suele ocupar temáticas románticas, de musas y sus aduladores. Sin embargo, lo que sí es propio de su estilo es la temática recurrente en torno a la muerte. Según él, el hecho de no tener una relación directa con el tema le hace más fácil tratarlo.

Octavien es de esos escritores que encuentra la inspiración en todas partes y considera que la poesía en una forma de explorar lo desconocido a través de la palabra. No le gusta personificar ni hablar de sí mismo en sus historias, pero disfruta el misterio de ver hasta dónde es capaz de llegar mezclando rimas y versos.

«Escribir un poema es suponer que hay vida en otros cadáveres
Escribir un poema es abrir una tumba atrincherarse dentro y preguntar
¿a qué hora salió el sol en la última tragedia de Shakespeare?
¿cuántos poetas murieron esa mañana
y vivieron para contarlo?
Escribir un poema es sumar cuerpos y darse en la cara con que el resultado es casi siempre negativo

Escribir una ecuación es una tarea casi digna si y sólo si el poeta muere de causas imaginarias
Escribir un poema y no matarse en el intento es
por cierto
una cobardía
¿para qué forzarnos a sucumbir en tierra
cuando hacerlo en el poema y entre varios
es mejor?
Escribir un poema es manifestarle al alma
la penosa situación del cuerpo humano
Escribir un poema es
suponer que hay vida
en otros cadáveres
Escribir un poema es
ir de muerte en muerte
resucitando.»

Planificación

Muerte

Liderazgo

Venganza

Créditos

por **Octavien Chevigné** Lun Jul 13, 2015 10:53 pm

Había dejado de llover cuando desperté. Aún era de noche,
pero afuera estaba casi claro, y a través de una de las ventanas
penetraba el resplandor vago, fantasmal, del plenilunio. Desde el
camino llegaba el son del viento entre las hojas de los álamos.
Más acá, en el pasillo o en alguna de las habitaciones, una tabla crujió.
Luego crujió una segunda, luego una tercera; silencio. Diríase que
alguien había dado unos pasos sigilosos y se había detenido. Un perro
aulló a la distancia, largamente. El aullido pareció ascender por el aire nocturno, describir un arco como un aerolito y perderse poco a poco,
devorado por la oscuridad. A intervalos parejos, un resabio de agua
goteaba del alero.
Yo imaginé los charcos que habría en el patio, y en los charcos
la luna, quieta. Veía desde su lecho la copa del ciprés, que se
balanceaba con dignidad sobre un fondo revuelto de nubes y cielo
despejado. El contorno de la reja destacaba, nítido; reproducíase, por
efecto de la sombra, en el muro frontero, donde se dibujaban siluetas
extrañas.

Tuve miedo de nuevo.

Miedo de la hora, del frío, de los diminutos ruidos que rompían a
intervalos el silencio; miedo del silencio mismo. Miré al perro de mi hermano:
dormía con gran placidez. Su rostro, no obstante, bañado en luz
blanquecina, poseía un aire siniestro, de cadáver o criatura de otro
mundo. Sentí el impulso de despertarlo, mas me atreví. Habría
sido absurdo. Mi miedo lo era. Y sin embargo era tan fuerte. Me
oprimía por momentos igual que una tenaza, impidiéndome respirar
aunque mantenía abierta la boca, aunque cambiaba suavemente de
postura. Suavemente, para no interrumpir el sueño.

Duerme, animal, duerme. No voy a molestarte. Estoy un poco
Nervioso, eso es todo. Son los cambios, peludo amigo, que no me dejan
tranquilo.

Escribo porque necesito vivir tantas vidas como me sea posible.

Escribo porque necesito vivir tantas vidas como me sea posible.

Re: Escribo porque necesito vivir tantas vidas como me sea posible.