Invitación prometida [Galantia Tintallë]

por **Julien** Miér Jul 22, 2015 11:44 pm

La invitación estaba redactada ya ,en las manos del vampiro que se aferraba a dejarla ir. La observó varias veces, la letra estaba bien, la ortografía también y de todas formas algo allí le estaba haciendo ruido. No entendía que era.
Posiblemente el hecho de estar enviándole una invitación a su actual prometida y futura esposa. No le interesaba para nada el casarse y menos aún con una completa desconocida, que no sabía de sus gustos, de su condición y a considerar por la edad era una niña rica que seguramente esperaba a su príncipe azul.

La carta rezaba:

Estimada Srta. Galantia Tintallë;

Queda usted cordialmente invitada a la fiesta en honor a San Enrique, protector del Sacro Imperio Germánico bajo la religión católica.

La misma tiene lugar en el Palacio Royal, ubicado en el centro aristocrático de la ciudad de París, la noche del sábado 17 del corriente mes.

La espera ansioso y saluda atentamente

Monsieur Julien

Ya hasta parecía una locura firmar sólo con el nombre. Pero así lo llamaban acá... Nadie en toda Francia lo conocía por su nombre real, no como en el Sacro Imperio al menos. Ese lo reservaba sólo para esos viajes al exterior donde era realmente necesario presentarse para darse a conocer. Aquí en Francia sólo era un escritor más que firmaba sus textos sólo con el nombre de fantasía y quería mantenerlo así.

Su apellido aparecería más tarde cuando en la sociedad a Galantia la llamaran "señora de" y tenía esperanzas que mejor la llamaran la "Señora de Julien" aunque eso la era poco viable pensándolo bien...

"Ansioso"... Quizá era esa la palabra que sobraba en la invitación pero quería mostrarse más amable con ella. Posiblemente usaría más tarde esa galantería como método para no tener que dormir con ella por las noches, o no tener que explicar sus salidas, ni el hecho de no poseerla físicamente sin maltratarla, que de hecho era esa la única forma de intimidad que conocía.

Resopló y dobló la carta colocándola en un sobre rojo y la dejó en la mesita sobre la bandeja donde solía depositar las cartas que había que enviar por la mañana al otro día. Faltaban pocas horas para el amanecer así que supuso que por eso se le daba rara la invitación. Había enviado varias para esa festividad, pero esta le sabía amarga.

***

Era la noche del sábado 17 y el Palacio estaba concurrido, la decoración era exquisita en tonos amarillos como la bandera y dibujos de las águilas que decoraban el escudo. Se sintió como en su propia casa y se dedicó a contemplar al Sacro Imperio por una noche en París. Los platos se veían muy bien, todas recetas típicas de las épocas de frío, decoraciones en hielo, frutas talladas y otras con chocolate que saboreaba sólo con los sentidos ahora pero que se encargaban de transportarlo a su lugar natal. Acomodó su capa y caminó hasta donde estaban reunidos algunos conocidos, uno de ellos lo saludo amablemente y se entretuvo en la charla por un rato hasta que en su línea de visión pudo ver entre los invitados a una dama de esas que hablan muy fuerte cuando están entre multitudes como para llamar la atención. Esta presentaba a gritos a Mademoiselle Tintallë y excusándose se dirigió hacia la dama de cabellos claros que era mencionada y como estaba en medio de una ronda de conversación de mujeres el vampiro no dudó en tomarse unos minutos para observarla desde el anonimato con una copa de vino en la mano manteniéndose a una distancia corta pero alejada de la conversación.

La idea de casarse realmente no le interesaba en lo más mínimo, menos aún que no se conocía tanto como quería en su actual condición de vampiro pero por la chica no podía quejarse, era muy bonita, una belleza griega como la de las leyendas del Olimpo con sus cabellos rizados. Sus ojos fríos se centraron en los de ella y por un instante se encontraron y se observaron detalladamente cada uno desde su lugar.

"Bienvenida Mademoiselle Tintallë... Lamento no ser lo que esperaba..." comentó su voz interior para si mismo al notar una leve sorpresa en la cara de la joven.

por **Galantia Tintallë** Jue Jul 23, 2015 12:35 pm

Hacia unos días que había recibido una invitación para la fiesta de San Enrique, miro la firma y suspiro, al cumplir los dieciocho años se había enterado del compromiso que su padre había acordado, nunca había querido casarse ella no era como las otras chicas de su edad que nada más que pensaban en el amor y la poesía, ella conocía los males del mundo y no tenía ninguna intención de renunciar a su objetivo, su hermano ese era el pensamiento constante que tenía en mente, negó con la cabeza para volver a enfocar la mente en la invitación recibida, la estudio minuciosamente para después dejarla reposar en una mesa.

Paseo por la habitación haciendo el mismo camino una y otra vez, miles de pensamientos arremolinándose en su mente entremezclándose, aunque por una vez el que prevaleció fue el de su padre y su frase ”El honor de la familia en lo primero”, volvió a mirar la invitación y su significado y esa misma noche redacto una misiva aceptando la invitación.

-------

El día 17 cuando la noche estaba más avanzada entro en el salón del palacio, estaba todo decorado tal y como se esperaba con buen gusto y acorde a la celebración, bajo las escaleras para adentrarse en la multitud de personas que había en la sala, se sintió agobiada como siempre que estaba en un sitio abarrotado, era una persona solitaria porque las reuniones tenían que ser tan populares, ahogo un suspiro cuando una señora mayor se acercó a ella y se dedicó a presentarla a todo el mundo con voz aguda y estridente. A los minutos de ser presentada tuvo un escalofrió, de esos que le daban cuando sentía que la estaban observando fijamente por lo que levanto la mirada para identificar a quien la estaba mirando, sus ojos hicieron contacto con un hombre de ojos claros y cabello negro, instintivamente trago saliva y sus sentidos se levantaron para ponerse en guardia, pues sentía que algo no iba bien lo que provocaba que quisiera agacharse para sacarse la daga que llevaba en la pierna.

No estaba segura de cómo actuar y su resolución vacilo un poco, rompiendo la máscara compuesta para mostrar una ligera sorpresa, trago saliva de manera imperceptible para tratar de relajarse y dio unos pasos para acercarse casi sin darse cuenta hasta que estuvo parada al su lado, se quedó quieta a su lado sin saber que decir.

por **Julien** Miér Ago 12, 2015 10:32 pm

El vampiro se deleitaba de verla, ella lentamente pero con paso seguro se acercaba, acechando. Le recordaba un poco a esos momentos donde le intrigaba tanto una presa que se dejaba guiar sólo por instinto. Aún era neófito y eso era lo que se esperaba de los vampiros jóvenes por lo que buscaba moderarlo pero sin darse cuenta volvía a caer en la tentación.

Cortó un poco la distancia entre ellos, sus miradas se estudiaban con cierta curiosidad implícita y hasta parecían querer conocerse más, más detalles. Julien no tenía la capacidad de otros vampiros de leer la mente y realmente envidió a esos otros que si podían porque hubiera pagado por saber qué opinaba Galantia de él. La salida de la chica del circulo de mujeres que socializaban causó desconcierto en la señora de voz estridente que en breve comenzaría a vociferar además preguntándose el porqué de la huida. Para cubrir la situación el vampiro optó por hacer una reverencia a la dama que ya estaba frente a él para marcar su territorio. No le importaba la charla de las damas, él quería a Galantia sólo para él esta vez para conocerla y saber que era de ella.

- Mademoiselle Tintallë es un placer poder conocerla al fin - y besó sutilmente el dorso de su mano. Despreocupada mente le ofreció una copa de vino buscando la vía más sencilla de entablar una conversación y preguntó - Me han dicho que estaba por París y aproveché la oportunidad para conocernos ya que tenemos la ocasión... Cuénteme ¿Como estuvo su viaje? - dijo para romper el hielo que podía haber entre ellos, si a él le parecía raro casarse con una extraña a ella seguramente se le daba de la misma forma. Y se dedicó a observarla mientras las palabras brotaban. Se relajó por su parte, distendido era más consciente de si mismo y no tanto de su sed. Comenzaba a empatizar con ella, había algunas actitudes que le daban a entender que podía no ser la niña de cuentos que proyectó que sería hace unas semanas, y eso le agradaba en parte.

por **Galantia Tintallë** Vie Sep 04, 2015 5:11 pm

Le respondió a la reverencia con otra, elegantemente elaborada y para su disgusto ya que odiaba perder de vista el frente, inclino la cabeza hacia el suelo apartando la mirada, esto duro apenas medio minuto pues inmediatamente después se volvió a erguir, a su espalda podía oír todavía la charla de ese montón de damas que le importaban lo mismo que un trozo de papel del suelo de la calle, es decir, nada; sabía que debía ser amable y cumplir con ellas pero esta noche no tenía ningún ánimo para enfrentar las estrictas normas y cortesías que debía atender si tenía una conversación con ellas, había venido aquí a conocer al hombre con quien su padre había acordado su matrimonio.

-El placer es mío Monsieur Julien-le dedico una pequeña sonrisa destinada a cumplir con las normas, ella no solía sonreír pero esperaba que no se notara muy forzada, realmente ella no quería empezar con mal pie y según la sociedad para empezar una conversación había que sonreír. Acepto la copa de vino con una inclinación de cabeza, pero se sorprendió ligeramente al ver que él no cogía una copa para él-¿Usted no bebe?-se obligó a si misma a intentar relajarse no debía estar tan a la defensiva; no todos los tipos de la ciudad eran malas personas y al ritmo que llevaba conseguiría volverse una paria de la sociedad y eso no era lo que deseaba pues aunque no lo quisiera admitir a la hora de recoger información para la caza las reuniones sociales eran muy útiles.

-Mi viaje estuvo muy bien, tranquilo y sin incidentes lamento no haber concertado un encuentro antes, puede llamarme por mi nombre ya que yo me dirijo a usted por el suyo; así estaremos en igualdad de condiciones, si le parece bien claro-le estudiaba ligeramente aunque de manera disimulada, no se parecía en nada al tipo de persona que se había imaginado cuando su maestro y tutor la había informado de su futuro matrimonio, a ella le era difícil confiar en las personas pero no quería resultar hostil así que dejo de intentar relajarse, bebió un pequeño sorbo de la copa de vino que le había dado y empezó a relajarse de verdad y se decidió a preguntarle directamente y sin rodeos, ella no era como estas chicas a las que le decían una cosa y no hacia preguntas; ella era curiosa por naturaleza y aunque precavida esa parte de sí misma a veces tomaba el control justo como en ese momento-Sé que no es habitual, pero apenas poseo información sobre usted por lo que quisiera conocerle antes de proceder y si usted desea responderé a las preguntas que tenga sobre mi

Una disculpa:

por **Julien** Mar Sep 15, 2015 8:00 am

Era una dama muy fina y a la vez había algo en ella que se notaba orquestado. Pero no sabía si era algo que solía hacer a menudo en las reuniones o algo que buscaba disimular. Sabía que precisamente los juicios eran los que lo alejaban de la verdad real y sabiéndose un aprendedor aficionado no iba a caer en la tentación de juzgarla sólo por algunos gestos.

Teníamos que ver que la reverencia había sido algo que realizó rápidamente con el fin de no mostrarse en desventaja y que su sonrisa no se expresaba en sus ojos; además... - ¡Basta Julien! - se recriminó internamente a esa voz interior que no dejaba de sofocarlo con pensamientos que podía llevar a la práctica a menudo. El lenguaje no verbal era el mas apasionante y ahora ya siendo un vampiro había algunas sutilezas que notaba que antes no hacía. Esto solo lo volvía un poco más apasionado por sus investigaciones de las que tenia cuadernos completos en su biblioteca donde almacenaba toda información que recolectaba.

Le devolvió la sonrisa con una de las sencillas, sus ojos eran los que observaban todos los detalles para tomar nota en el futuro, conocer a alguien nuevo lejos de ser complicado por algunas de las actitudes que no podía controlar aun de su cuerpo -como ser los movimientos rápidos en general - era algo que había practicado para solo reducir al mínimo. Al mirarse al espejo notaba igual ciertos problemas con su mirada, no dejaba nunca de ser gélida por mas que bebiera lo suficiente era algo que no lograba modificar, ni el color ni lo rígida que podía volverse. Los movimientos de sus orbes eran rápidos cuando encontraba un punto de interés - Si bebo, solo que el camarero traía una copa y no sería de caballero no ofrecérsela- asintió para observar a su alrededor buscando otro de los camareros a quien tomarle una copa de la bandeja para acompañarla.

Resultaba sencillo hablar con ella, era decidida y simple - Me parece perfecto Galantia, si hay algo que me molesta fuera de las reuniones empresariales es el tener que llamar a los demás por su apellido - confirmó el vampiro frunciendo un poco el ceño. Se deleitó al contemplarla bebiendo de la copa de vino, parecía muy simple para cualquier humano, pero para un vampiro significaba no solo el contemplar sus labios besando la copa sino el movimiento de su garganta al beber el líquido. Inspiró profundamente para aquietar sus ánimos y cuando ella tomó la palabra de pronto se vió gratamente sorprendido por la sinceridad, ella era justa y esa afirmación era de lo mas razonable.

- No esperaba menos de usted Mademoiselle - mintió con una aceptación de lo más confiable, su imagen de niña rica a la espera del príncipe se borró como por arte de magia, se estaba poniendo mucho mas entretenido esto - Y coincido totalmente por supuesto, es muy extraño esto de concretar matrimonios a distancia sin siquiera saber nada del otro ¿Cierto? De mi puedo contarle que me dedico a escribir y asisto a reuniones de negocios la mayor parte del día. Por las noches me relajo y asisto a este tipo de reuniones que no están muy lejos de ser de negocios... aquí también se pueden cerrar buenos tratos. Me gusta el vino templado - comentó al ver pasar una bandeja a su lado y aprovechar para tomar una de las copas de vino tinto - Y ahora tengo una casa aquí en París, abandoné el Imperio para buscar mis horizontes. Esa es en resumen mi vida, no hay mucho más ¿Y usted? - terminó para apurar su bebida.

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