Cuidado que ella muerde (Shelly )

por **Soren Kaarkarogf** Vie Ago 21, 2015 11:48 am

La noche apenas había comenzado, rondaban las 8 de la noche y Soren que era un vampiro muy madrugador, ya se había dado una buena ducha en el rio que cruzaba el bosque a las afueras de la ciudad, haber perdido su casa luego de haber decidido enterrarse en las profundidades de la tierra por 3 años era bastante inconveniente, por lo pronto se encontraba viviendo en una pequeña cabaña abandonada que había encontrado en el bosque. A pesar de que olía a musgo y humedad se tenía que acostumbrar pues hasta que no consiguiera un trabajo fijo no podría pagar una verdadera renta.

Esa noche se había puesto el único traje que le quedaba, aunque era viejo, no estaba sucio, traía saco, corbatín azul oscuro y sombrero de copa con una cinta a su alrededor, debía lucir bastante rústico y anticuado, pero a Soren le tenía sin cuidado. Tres años atrás había decidido dejarlo todo en un cobarde intento de escapar a la realidad que lo envolvía y es que nunca creyó que tener el corazón roto sería tan difícil, de repente se encontró sin motivaciones por las cuales seguir adelante y enterrarse bien profundo en la tierra le pareció la mejor opción.

Había llegado al Cabaret sin realmente proponérselo, de hecho aquella era la primera vez que iba al lugar, no recordaba haberlo visto antes (A lo mejor había sido abierto recientemente) y le llamó la atención un enorme anuncio que decía que esa noche la entrada era gratuita pues estaban haciendo una especie de promoción especial para que más personas conocieran la función, un hombre en la entrada animaba a los transeúntes a entrar y se encontró atrapado entre un grupo de hombres que iban en dirección a la entrada.

Terminó entrando al Cabaret sin querer, pero ya dentro le llamó la atención la decoración y como buen artista no pudo evitar ponerse a observar los detalles en el escenario, como estaba tan concentrado observando el sitio, no se dio cuenta y con el trasero empujó una mesa atrás suyo, la bebida que estaba sobre ella casi se riega, por lo que el vampiro se giró avergonzado para pedir disculpas.

- Lo siento, lo siento no había visto... - Comenzó con la mirada en los pies.

por **Shelly Draven** Lun Ago 24, 2015 2:42 pm

Los trabajos de la Inquisición dejábanme un poco exhausta. Aquella noche decidíame salir un rato a despejarme, del agobio laboral y una que otras cosas más imperceptibles...
Encomendábale a mi sirvienta que me preparase el atuendo para aquella noche. Aún cuando ser una espía de la inquisición obligábame a conocer París y sus lugares con más detalles, la ciudad era bastante grande como para perderse fácilmente, así mismo una difícil mantención de la memoria mía hacia todos aquellos lugares en dónde alguna vez mis pasos viéronse marcados en los distintos parajes de la pomposa ciudad. Uno de los lugares que marcábase como un “pendiente”, que no había visitado jamás de los jamases, pero que aún así conocíale por diversos comentarios entre mis colegas, era el Cabaret, ubicado a unos pocos kilómetros del centro de París. El Destino mío, de juergas para esa noche.

El vestido mío postrábase frente a mí en cuánto mi sirvienta habíomelo traído, sosteniéndolo entre esas pequeñas y blancas manos de doncella, las suyas. Observaba el vestido en cuestión, y sonreíame con orgullo, al ver la belleza de la última adquisición mía, desde mis lejanas y entrañables tierras americanas. El corsé azul marinado, uno de mis colores favoritos, de tela en seda llenábame de júbilo… y la parte baja del vestido, tan suave como el tacto humano hacíame sentir preciosa otra vez… Entonces ya decidida, ajustando el escote de mí corsé, con un corte de una bella y fémina curva entre mis senos, estaba pronta a salir.

Llegando al lugar, sentía los aromas que expelaban aquellos cuerpos de materia, algunas refinadas y otras podridas de miseria. Trascendíanse en el aire, tal y como lo era su viral existencia. Humanos por doquier, criaturas enmascaradas, diablos disfrazados, pervertidas almas llenas de demonios en los interiores suyos. Sentábame entonces, en una mesa esquina bajo la penumbra de una leve luz, llena de sombras y con la vista gorda hacia mi alrededor. Podía observar cada uno de los movimientos de los seres…
Había dejado olvidada mi petaca de sangre que siempre acompañábame a los lugares públicos en la mansión. Entonces en aquel momento, pedíale a un mesero que paseábase cercano a mi mesa una copa de vino tinto para calmar las ansias de abrir la boca mía, dejando así entrever los colmillos míos que desesperábanse por atacar sin piedad a quien eligiese de los de aquel lugar, sufragar un estanque de sangre dentro del mismo espacio lujurioso, asesinando a todas esas podridas almas pecadoras, dignas de ejecutar. Me calmé….

Cuando habíase llegado mi copa, alcanzándole un sorbo mínimo, las divinas mujeres veíanse muy arregladas cerca del escenario para realizar su excitante espectáculo… cuando de pronto….

“- Lo siento, lo siento no había visto... –“

Un adulto joven en antiguas vestiduras, (se notaba a través de sus telas y su sombrero de copa), disculpábase ante mí, por la torpeza de chocar contra mi mesa al punto de derramar un poco del vino del cristal. Observábale con la mirada mía levantando una ceja siempre a la defensiva y desconfiada por mí sola, percibiéndole su aura, su ser entero… un renaciente vampiro, despertábase de su gran letargo…“-Un refresco”- pensé sólo dentro mío y luego esbocé una decidida sonrisa hacia el susodicho.

-¡No os preocupéis! Nada muy grave…. Esté tranquilo usted. ¿Buscaba un lugar donde sentarse?, le ofrezco este asiento…está desocupado, y no espero a nadie.-díjele con mi voz firme, intentando sonar apacible, no se me daba muy bien del todo…

Contemplábale entonces con más atención, aun cuando la penumbra oscura en donde me encontraba no daba a relucir bien los detalles del vampiro… El aroma suyo a Muerte Vieja, me atrajo de inmediato, apuesto era, solitario y exquisito…tiempo sin percibir aquellos detalles en un Hombre, tiempo sin prestarle tanta atención a una macho…
Y fue entonces que unos ligeros luceros brillantes en mis pupilas se enfrentaron a una mirada directa con la del Vampiro:

-Mi nombre es Shelly Draven…un placer, caballero…- díjele más al aire que directamente al vampiro.

por **Soren Kaarkarogf** Lun Ago 24, 2015 9:52 pm

Algunas personas se preguntarían porqué Soren siendo un ser inmortal, poseyendo la maldición de caín en su sangre, podría resultar ser alguien torpe, la verdad era que para Soren la transformación no había significado un cambio notable en su esencia, el seguía siendo el mismo joven despistado y curioso que alguna vez vivió en Estocolmo en un enorme castillo de piedra. Habían pasado más de 200 años desde aquello y aún así su personalidad se mantenía intacta, un poco más maduro por supuesto, las vivencias y experiencias le habían moldeado, pero en esencia seguía siendo el mismo.

Se encontró de frente con una criatura demasiado hermosa para ser real, su aspecto pálido y mirada penetrante de inmediato le trajo la palabra 'depredador' a la mente, tenía algo más le hacía lucir supernatural. Se concentró entonces en mirar su aura, por instantes todo a su alrededor se puso en tonalidades de gris y sólo ella brillo con el desagradable color de los no-muertos. Dio un respingo al escuchar su voz, sonaba más amable de lo que hubiese esperado y se encontró tartamudeando una respuesta.

- Oh... gracias... si no es una molestia - Corrió la silla y se sentó frente a ella - Mi nombre es Soren Kaarkarogf - Se inclinó en una venia pronunciada quitándose el sombrero para revelar un cabello rubio cenizo oscuro muy enmarañado - El placer es mio - En ese momento una atractiva mujer usando un revelador vestido se acercó a la mesa para ofrecerle bebidas - Café Expresso por favor - Le pidió sin pensar, la chica rió y negó con voz cantarina que sólo se vendía licor - Oh...umm...- Soren se quedó en blanco, avergonzado frente ambas damas - Esto... lo que la dama está bebiendo, gracias - Concluyó.

- Es.. la primera vez que vengo aquí - Volvió a decir tratando de alejar el tema del hecho de que no sabía que en ese sitio se debía pedir alcohol - Hace mucho que no visitaba París, han pasado 3 años, algunas cosas han cambiado bastante, ¿Es usted Francesa? -

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