Redemption for losers [Priv]

por **Andrei Chezhekov** Dom Sep 27, 2015 6:54 pm

¿Cuándo se quedó desatendido?

Es algún suceso lastimoso que con estrépito llega a la vida de una persona de manera inesperada y que se percibe como ruina, pérdida, y por ello mismo causa de pesares, tristeza y desgracia. Todos fallamos en alcanzar nuestros sueños de perfección, así que nos ponemos nota sobre la base de nuestro espléndido fracaso al intentar lograr lo imposible.

- Los triunfadores tienen mucha suerte. Si no lo crees, pregúntale a un fracasado – Dijo alguien detrás de Andrei con una voz insinuante y él, por su parte, le confesó la ira y la sensación de fracaso después de la separación y la frustración de encontrarse de nuevo en el punto de partida, justo cuando empezaba a sentirse preparado para tener alguna relación amorosa. Cuando empezaba a creer que él y su amada envejecerían juntos.

Estaba completamente equivocado. Andrei, que estaba al fondo de la taberna, sentado y agazapado en uno de los asientos que hacen esquina, pensando de su vuelta con Abigeil que fue algo dura en realidad. Sentía que no tendría oportunidades suaves en demostrarle de nuevo que la amaba profundamente. Debería de buscarse mujeres que no fueran cortesanas ya que siempre estas le dejaban tirado siempre.

Primero fue Tania, después fue Abigeil que aún sigue contagiándose del veneno de su hermana y su padre, los cuales no la dejaron irse con él, aquellos que en el último momento que zarpaba el barco, su padre y su hermana la apartaron de él tras saber que Abigeil era un peso plomo y a él le detuvieron en que fuera a recuperarla.

Ahora estaba en un punto muerto, sin darse cuenta de que estaba perdido entre alcohol. A lo mejor su hermano que ya no estaba entre los humanos aparecía de repente como por arte de magia. Sus padres estaban muertos. Estaba completamente solo. ¿Qué podría hacer ahora? Deseaba tener a su lado a Abigeil, la quería tener a su lado ahora mismo y no soltarla jamás en la vida. Recaudaría dinero para poder volver a América e instalarse allí con ella. ¿Por qué no se quedó desde un principio con ella allí en América? ¿Qué le quedaba en Paris? ¿Por qué volvió?

Porque era un completo idiota.

Por eso volvió. Porque era imbécil.

por **Katya A. Keergaard** Lun Oct 19, 2015 4:25 pm

¿Desde cuándo le era tan fácil conseguir información?

Esa pregunta no dejaba de circular en la mente de la condenada desde el minuto en el que con una copa de alcohol y un poco de persuasión había logrado su propósito, y unos extranjeros habían hablado por los codos. Había sido sorprendentemente demasiado fácil e incluso, pensó en que fuera una trampa. Resultaba inverosímil la sencillez y rapidez de aquel seguimiento, pero una vez hechas las averiguaciones pertinentes y constatar la veracidad de aquella información, se había quedado asombrada de la estupidez de la gente y el poco cuidado que algunos mantenían sobre su paradero o secretos más oscuros. Y es que llevaba apenas tres días tras el rastro de un cambiante reptil. Seguramente de los más difíciles de rastrear y descubrir a causa de estar siempre metidos en agua y en sus formas animales. Al principio parecía ser una misión difícil, no obstante, aquel joven que se había vuelto su inminente presa, no únicamente había confiado a unos idiotas que consideraba “amigos” lo que era, si no que también les había dado las coordenadas de donde solía encontrar, siendo completamente un irresponsable de su propia seguridad. Por qué tras que sus amigos les dijeran el lago que solía frecuentar, revelándole a la cambiante lo que había venido a averiguar y ahora ya tenía en su conocimiento, sino que para terminar aquel maravilloso día, ahora conocía su punto débil, lo que sin más añadiría en el documento que al día siguiente entregaría a los soldados y a la santa sede. Y caerían como moscas sobre él esa misma mañana, daba fe de ello.

Agradeciendo a aquellos borrachos su atención y su compañía tan “grata” esa noche, la joven tomó su copa y se cambió de sitio, descubriendo en aquel momento una visita inesperada en la misma taberna en la que se encontraba. Andrei, un cazador con el que alguna vez se había topado lucía, sentado y agazapado en una de las esquinas de la taberna. Habría podido pasar desapercibido para cualquier otro. No para Katya, que rápidamente y tras pedir una ronda a ambos se acercó a él y sin pedir permiso, o molestarse siquiera, ocupó el asiento que se encontraba libre frente a él. Se sentó y sonrío, depositando las dos copas que llevaba en la mesa. Una frente a él y la otra frente a sí misma.

—Pensé que necesitarías otra más, viéndote en este estado. —Sonrío y dio un sorbo a su copa— ¿Una mala época, cazador?

por **Andrei Chezhekov** Mar Oct 27, 2015 6:26 pm

Reconocería esa voz en cualquier parte, esa voz que estaba siempre pidiendo o insinuándose para pedir información - ¿Qué quieres maldita pájara? – Obviamente ya estaba al tanto de lo que la muchacha que vino con una ronda mas era en toda su totalidad pero igualmente le daba lo mismo.

Había vito demasiadas cosas como para poder ahora ignorarlas todas. La ausencia de Abigeil estaba palpable en su cuerpo, sus brazos tenían hambre de la cortesana pero esta estaba a kilómetros y demasiado lejos de él dejándole solamente con los meros recuerdos que obtuvo en su efímero encuentro en América.

Observo a Katya, tan hermosa como siempre pero era audaz y astuta, cualquier hombre caería a sus pies si se lo pidieran, pero la cosa es que tenía una duda - ¿A qué has venido? –Pregunto de mala gana solamente por el mal trago que estaba pasando, tomo la copa pero antes de beber retiro la bebida, no la toco ni siquiera bebió ni un sorbo. Era inquisidora, y los inquisidores llevaban consigo tretas escondidas bajo todas esas fundas de cuero.

- Escucha, Katya –murmura acercándose a ella un poco, recomponiéndose – Solamente las mujeres sabéis como joder la existencia a los hombres además la intuición de una mujer es más precisa que la certeza de un hombre….prefiero mantener mis secretos para mi pájara –Finalizo con aquella palabra, recalcando lo que sabía de ella -¿Has estado deambulando por el orfanato últimamente? Porque para lo que tardáis las mujeres en arreglaros, te has cambiado rápido en vista de que debido a tu trabajo poco tiempo tienes para acicalarte –Dijo entonces pidió el mismo una copa al camarero que observaba a ambos con determinación.

Posiblemente para que Andrei no se sobrepasara en montar escándalos en su taberna.

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