Redemption || Privado

por **Hela Von Fanel** Sáb Ago 22, 2015 10:51 pm

Las espinas laceran la planta de sus pies. El vestido desgarrado, ha dejado detrás un camino de pequeños trozos colgando en las raíces de la escabrosidad. No puede ver el camino por el que anda, sus ojos han sido cegados por un potente veneno. Se guía con el resto de sus sentidos.
La oscuridad que se ciñe sobre aquel páramo es aún más siniestra de lo que sospecha; puede escuchar las voces dentro de su cabeza advirtiendo, sugiriendo, amenazando…
¿En qué momento había perdido la cordura? Se trata de la carcajada de sus víctimas, lo que azota contra sus tímpanos, turbando aún más la concentración y haciéndole perder algo más que el equilibrio.

El sopor padecido por todos ellos, amenizados por su propia penuria, se vuelcan contra ella en un espectáculo deplorable. La mente, le es un caos. El infierno que ella misma había ayudado a crear.
Escurre sangre por sus oídos. Los brazos le fueron perforados por largas y esbeltas estacas de madera. Y una bala de plata ha dejado su horripilante marca en forma de cicatriz, en una de sus mejillas. La belleza que presume, murió al abandonar la residencia Lèveque. Fue una emboscada.

Corazones removidos, miembros cercenados y espadas resonando su furia en medio de la noche. Aún puede escuchar en el trasfondo de su locura, el grito siamés de un cántico de guerra. Ellos estaban preparados para morir. Todo un ejército acudiendo a su exterminio.
La sangrienta escena, se repite en su mente una y otra vez, intentando localizar el punto en que bajó la guardia, aquel evento extraordinario donde perdió la batalla. No lo encuentra.
Sus manos acarician el borde de su cuello. Aprieta la mandíbula y siente la pesadez de sus párpados, está débil.
En el aire, alcanza a percibir un rastro familiar, un efluvio que no puede reconocer en medio de la anarquía.

Pese a la inminente derrota, continúa aferrándose a la pelea. Los hombres a su alrededor, le temen, a pesar de tenerle sometida, habían presenciado en primera fila, lo que era estar en el infierno. Y ella, una mujer cuyos orbes ennegrecidos muestran demencia, había sido el anfitrión.
Los más jóvenes, al mirar sus ojos, caen víctimas de su poder, y hacen chocar sus espadas contra los compañeros, para defenderla. Su frágil mente fue manipulada por su lectora, a quien los cazadores que le conocían, la nombraron Medusa. Una hermosa criatura del cementerio Griego, que por su vanidad fue maldita y, que por su beldad, fue envidiada.

La distracción funcionó por muy poco tiempo; los hombres van por ella y no importa el sacrificio. Los peones mueren.

Al verse completamente acorralada y con los recursos extintos, no puede más que levantar el mentón y ver con total rabia a su opresor. Sabe que no va a asesinarla; en ese gigantesco rompecabezas, de nada sirve una pieza si está rota.

-¿Quién os envió?- Jadea complaciente. Al parecer el plan continúa en pie, y a estas horas, mientras ella jugaba ser la carnada, él arriba a la ciudad de Paris.

por **Piero D'Páramo** Mar Sep 15, 2015 3:47 pm

La misericordia es un lujo, y mucho más en la época oscura, cuando un guerrero se enfrenta en batalla, en nadie puede confiar, el enemigo es audaz y mentira siempre de sus fauces saldrán; esas falacias, promesas y una falsa lealtad, que abrirá la puerta con una puñalada por la espalda.

¡El Coro celestial los reúne! Los soldados cumplen sus misiones, torturas y la limpia de las bestias, habían atrapados tanto a brujas, hechiceros, escritores, y sobre todo sobrenaturales. Ya que, el toque a la guerra había sonado por las desapariciones de los compañeros; sus mejores cazadores habían desaparecido, la inquisición estaba siendo atacada por las llamas que gritaban la brujería empleada, capillas y figuras religiosas habían sido sepultadas bajo los pies del demonio, todo querían esparcir en cenizas en la tierra que una vez fue santa.

…Todo, absolutamente todo comenzaba a ser un campo de guerra; por el querer pelear para controlar lo incontrolable, arrebatar un poder inexistente que se disfraza en la siembra de la intimidación, en el derramamiento de sangre, en la cual se creen tener victorias pero todo, está generando la ambición de creerse invisible. Por ello, la Santa Inquisición juega un papel como un armamento, se han desplegados grupos, se dispersaron las trompas en las ciudades más oscuras; París fue el primer lugar, el nido de las alimañas era esa ciudad, de ahí, a Italia, se veía al diablo querer descender al reino de la religión, atacar a Dios. Justo por ello, habían hecho una barrera especial, proteger y contra atacar era la idea. Así como en, Washington, Berlín, entre otras. Idealizaron estrategias para detener esta barbarie, dictaminaron castigar a todo lo existente que vive de pecado y aquel que no se hinque ante la palabra de la iglesia, ¡Se les excomulgara, y serán arrojados al halo de fuego! Sin antes, castigarlos de la misma forma en la que pecaron. De manera, ¡Apuntar! contra los enemigos, van tras retomar el poder del pueblo, desterrar la escoria sin importar que…Cada soldado, dispuestos a entregar sus vidas, con la fe de regresar victoriosos, iban a luchar contra lo que se les avecinaba.

Y en cuanto el inquisidor esperaba en el camino hacia la residencia Lèveque, todo su ejército estaba rodeando el lugar. Realizaron su jugada, obligaron a confesar al dueño del lugar sobre las premisas que obtuvieron por toda Rusia. Que la gran bestia llegaría a su encuentro. Sacando ventaja de ello, es que están esperando que el demonio saliera, ella era la misma representación de Lucifer, como una maldita madre de los engendros demoníacos, luce como la deidad benefactora que siempre aman. Y en cuanto Páramo la vislumbro, su castigo ya se lo había dictaminado; Será que asesine todo inmortal, harán que pague cada uno, con ella. Su auténtica arma ya se movía, era ella, la ideal.

Preparados, en el menor movimiento, ya vieron el origen andar, no esperan y con las armas apuntando a la bestia, disparan cuando da la orden el líder, —Porque aquí, ya él, la tenía presa, en su mente se había situado— Las balas de plata fueron apuntadas, flechas y estacas de madera no se compraban con la ballesta, pero debían presionar, no se trataba de un insignificante inmortal, era ella la culpable de la catástrofe del país. Y peor, ¡No buscaban su muerte en el momento, la querían para usar!

—¡Escúchame, guarda esta voz muy bien, porque jamás dejarás de escucharla a partir de este momento! ¡Ahhhh! ¡Este es el grito de tu juicio, sigue escuchando los gritos de mis soldados, escúchalos y arrepiéntete…! Al parecer estaban en lo correcto cuando te nombraron Medusa. —Voces curtidas en horror resonaban por la mente ajena, el brujo atacó esa aura, uniéndose otros para torturar esa mente.

En lo que la carne era descuartizada por las espadas, formulando llanuras de muertos y un río de sangre, su gente estaba enloqueciendo, sus hombres estaban en combate total.
—¡Basta, maldita Medusa!— Grito la rectitud del caos, decidido a salir entre su escondite mientras libera un encadenamiento«Trascinando le loro catene, la gabbia mantiene l'uccello per cogliere»[1]Una y otra vez… tres veces murmuró, llamando a su poder en lo que los pasos resuenan y mira a esos ojos que aún sus compañeros mantenían en la penumbra de la cueva, una cueva donde peleaban con sus propios remordimientos.

—Estás acabada, tu existencia escurre entre mis dedos, me han dicho que eres Medusa, pero dime en realidad ¿Quién eres? ¿Y a quien le estas sirviendo? Dame nombres, quiero culpables de esta infame rebelión. Cabe decir que, perdonada no serás, he venido a sentenciarte.

Poseía una pistola, apuntando hacia el rostro sin algún titubeo. No hacía falta interrogar, ya bien se sabía su verdadera identidad, y todo era gracias al traidor, quien les dijo que era la Condesa de la mismísima Inglaterra. Aunque, el placer que renacía por tenerla al fin en sus manos, no se negaba a ello.— No hables si no te he dado la autorización, abstente de preguntar, y sólo dedicate a responder lo que pregunto.—Con el arma abofeteó a la Medusa, ofreciendo el veredicto de la situación.— Escúchame con atención, serás utilizada como un vientre podrido. Soltaré a mi única perra hambrienta para que vaya de cacería. Y esa perra serás tú. Es la única forma en la que pagarás por tus delitos, estarás a mi servicio quieras o no.

1. ↑Arrastrando sus cadenas, que la jaula encierra al pájaro para desplumar.

por **Hela Von Fanel** Dom Oct 04, 2015 9:05 pm

Una a una las voces de su cabeza comienzan a desgarrarse; su tétrico e inconsolable alarido es tan aterrador que sus manos se crispan en puños. No puede sostenerse de pie, ni siquiera es capaz formular un pensamiento coherente. Lo único que escuchar es el terror en plegarias, rezos estúpidos que son reproducidos incansablemente por su voz.

No importa como se retuerza, como doble las manos o si grita hasta enmudecer, el ardor de su cuerpo no desaparece. Se siente atrapada en medio de un incendio, donde no es el fuego quien le quema, tan sólo la ardiente atmósfera esperando con lentitud y paciencia que su sangre hierba; las yagas comenzarían a formarse por debajo de su piel hasta explotar en la superficie, cargadas de sangre evaporada y consumiendo la belleza de su cuerpo. Una monstruosidad, una tortura tal, que incluso ella consideraría aterradora, y por ello, la única para someterle.

Cuando más se enrosca en su agonía, más fuerte son las palabras de un único hombre que se alza a través de las irritantes voces. Su sentencia es mundana, decrépita, pero la fuerza en sus palabras arrastra a la bestia a un torbellino innecesario de desesperación. Quieren verle suplicar clemencia. Y, repentinamente, el dolor se detiene. Por fortuna o desdicha, sus jadeos sólo son acto reflejo, pues realmente no necesitaba respirar para continuar con vida.

Escupe al hombre, la rabia que demuestra su rostro es proporcional al grotesco chillido de sus labios. Nunca ha sido satisfactorio escuchar el lamento de un vampiro, pues su nota alta, puede destrozar los tímpanos de la audiencia, pero ellos lo saben y por eso van preparados, aún así uno cae al piso aturdido y, al poco tiempo, inconsciente.

Es abofeteada y humillada, pero sus orbes se llenan de brío al concebir su castigo. Traga saliva y escucha la petición del extraño, la cual responde con una curva en sus labios. ¡Nombres, nombres, nombres! Ella reconoce demasiados, unos que incluso ya han sido olvidados. Identidades falsas, otras tantas petulantes y dentro del mismo consejo inquisitivo. Tantos títulos que bien podría pagar su deuda con la Iglesia si tan sólo diera. Oh, y lo va a hacer, sólo que necesita verse real.

-Ya lo habéis dicho, soy vuestra perra hambrienta y estoy a vuestro servicio- No hay nada más que burla en sus palabras, arrogancia y desfachatez. Una vez que su cuerpo va olvidando el dolor en su sistema, siente las fuerzas renovadas, suelta sus ataduras. Sus garras atrapan a uno de los supervivientes, su intención no era utilizarlo como rehén, por el contrario, siempre es más fácil manipular a un muerto. Atraviesa el esternón del hombre y arranca el corazón, bebe su sangre y restaura las heridas que le ha dejado la batalla. Y, aunque pudo haber emprendido la carrera hacia un escape, decide quedarse. Cual siniestra y demencial figura, se posa frente a su captor.

-¿No pensasteis que sería tan fácil, cierto? ¿Cómo pretendéis que os sirva? Mejor aún, ¿Cómo esperáis arrancar de mis labios esos nombres?- Los pseudónimos se acumulan en su garganta, tratando de escupirse. Si lo que la inquisición desea, es la identidad de los suyos ¿Por qué no dárselos? Los soldados de la iglesia irán tras ellos y los derrocarán de sus tronos, así como lo han hecho con ella. Uno a uno caerían, uno a uno morirán en una total guerra que no sólo consumirá a los vampiros, sería un apocalipsis, tal y como él lo espera….

«Hazlo» Escucha esa antigua voz en su cabeza.

por **Piero D'Páramo** Lun Nov 16, 2015 1:59 pm

Lo que esperaba está comenzando. La medusa quiere jugar, no basta con su venenosa belleza para atacar, no solo sus jadeos son producto de ataque, y lo están diciendo sus ojos; esas iris penetrantes, asesinas y sin duda alguna de que era una real bestia. Y sus soldados se ahogaban en la negrura de esa trampa, ella sabe entretenerse, ¡Oh, si! Eso ya lo esperaba, tenía que conocer a su enemigo, y lo estaba haciendo, cada contraataque y ataque a su vez era solo una estrategia para saber de su poder, no se puede medir porque es inmortal, más controlar, y es lo que tendría que hacer despues de esa catástrofe. Y se los dijo a sus soldados: “Los mismos que se dejen sorprender, son los primeros que morirán. deben de ser leones contra pelaje de fuego, esparcir el fuego, calcinar quienes los tocasen, eso deben de hacer”. Pero era claro que unos no lo ejecutaron, y fueron los que muertos ya se encontraban, como un río de cadáveres, sangre por todos lados, gritos, y tormentos, un sin fin de locura que posesionó Páramo, regalandoselo al demonio que tiene dentro para aumentar su fuerza. Y más, por la sensación que producía la bestia, ella lo alimentaba, ella le estaba regalando esa sensación de controlarla.

El error fue, escupir a su ejecutor, no estaba para caer en insultos y actos estúpidos, más si lo recordaba a la hora de castigar, dejaba que el peso de sus pecados los asesinaran.Y su pecado es lo que derrocha en su cuerpo, donde predomina la belleza florece la debilidad, justo era su sublime estética donde solo podía atacar, torturarla una y otra vez, ¡ah, si, que delicia! Sería fascinante regalarle el terror en su rostro, sacarle su real faceta monstruosa. Y simplemente se limpio el veneno arrojado, esa saliva moscosa y asquerosa, un aliento repugnante.

A ella, quien le llamaron peligro, una bestia que deja posar la mirada como un arma contra su captor, observa cada movimiento, ella atacara, lo sabe el brujo, y en cuanto obtuvo a su soldado, y tras saber la bestialidad en la que operó. No espero a que disfrutara de la sangre derramada, así como recupero las fuerzas, el brujo se la devoraría. ¿Como? Con la arma que posee, y no deja de apuntar, ofrece tres tiros, uno en cada brazo y el tercero solo hizo un rasguño en su mejilla, le abriría las heridas nuevamente, así con la misma burla le responde, no le importa lo que atente contra su ejército, fueron por ella y sabían que la misión no sería fácil, y sin ningún flaqueo, ni una pisca de duda o temor estira la falange y captura su cuello.

—Si fuera fácil, no sería yo quien estuviera frente a ti. —su voz como la de un demonio dedicado a llevarse a su misma especie para encarcelar, sonriendo porque sus compañeros empezaron a tirar de pesadas cadenas, y sobretodo un bozal dedicado a su hocico venenoso.—Justo ahora no me sirves, no estas capacitada, pero yo mismo me encargare de ello en cuanto a los nombres, será lo primero que gritaras tras una serie de reconstrucción. ¿Qué es eso? …—Le soltó como si fuese un insecto, tomando el cuchillo de uno de sus compañeros que ya les rodeaban.— Te mostraré lo que te espera….Así que, recomiendo que empieces a rezar, usa tus manos como crucifijo, tu suerte ya está echada, he venido al fin a dominar tu maldad, comienza; Padre nuestro que estás en los cielos...

Y con la palma elevada, se forma un círculo, con el interior una cruz, era el símbolo para comenzar el pacto, abría la primera puerta para el llamado a su poder, y seguido de un murmuro, «possesso», sus pupilas se dilataron, grisáceas eran que pasaron a un color blanquecino, encarcelando la mirada en cuanto la obtuvo con facilidad. Y con la distorsión, manipulo ese rostro, adentrándose a su vacío, solo a dos de sus compañeros les recomendó la tarea de cuidar de su cuerpo en lo que se adentraba a ella, posesionandose de esa esencia, era peor que el infierno, pero Piero sabía dominar el aura, el calor maldito que producía, parecía ser un ácido que comenzó a tolerar, y jugó con ella, le estaba dando las respuestas del porqué de su uso.

La boca del ahogado era esto; así lo nombro Piero, ya que es el que con su propio dolor se entumece, se debilita y acepta…

Gritos, gritos y más gritos torturados, un lamento utilizado para torturar mentes ajenas, así como lo hacía justo en el interior de esa bestia, Páramo gritaba, buscando la verdadera cara de quien controlara, tenía poco tiempo, debía de ser preciso en sus palabras mientras distorsiona ese rostro con un brujo antiguo al que suele llamar Piero, Abisu.

Redemption || Privado Tumblr_no1oe8XMMM1sgwi7xo3_500

«Medusa, medusa, medusa Lorraine… mi perra infernal. Estarás a mi servicio hasta que el fuego te devore. Y para ello, moldeare tu mente, te entrenare porque solo debes matar. Recuerda el horror que puedo representar para tu belleza eterna, si deseas aún conservar, comienza con darme nombres valiosos, y vere que tan dispuesta estas.»

Estaba el brujo sembrando una energía maligna en ella, una poca proporción para comenzar a entrelazarse con ella, combatiendo con ella misma, en lo que su voz era un eco infinito.

«Te dije que serás mi arma destructora, quiero que extermines a los vampiros, uno por uno, sin antes darme información relevante de ellos. Serás el cuerpo y yo el espectro para terminar con esto. Y dada esta información, empieza a contar, porque afuera te están agarrando, el ritual comienza cuando abras los ojos y aquí, ruega porque no termine esta posesión, no querrás seguir hablando con tu propia sombra maldita.»

Y sus soldados sujetan a la medusa, colocándola en el centro de un círculo, era un ritual que con una plegaria las velas en su alrededor se encendieron. Cada miembro se movía con agilidad para no demorar, había sido puesto el bozal en su hocico, le permitía solo liberar sus gritos, y retorcerse de agonía, más no liberarse, las cadenas fueron atadas en sus muñecas y tobillos. Y todo esto sucedía mientras Páramo la mantenía cara a cara en su interior, cagandola de lo exterior.

«Domine, qui es in caelis vigilantes, ne discesseris a me, fateor acudiré diabolus, ne discesseris a me quoniam ego in inferno...

Et detester necisque potestatem nostram mittuntur movearis ad proelium et archana…»

Se termina la posesión y se escuchan los cuchillos chocando unos contra otros, como si sacaran filo de estos, el sonido era un flujo sonoro para despertar.

1.-Señor mío, tú que estás en el cielo observando, no me desampares, acudiré al demonio que poseo, no me dejes ahora que estoy en el infierno.

Y denuncia el poder de la muerte sobre nuestras almas y palabras secretas son enviadas para comenzar una guerra.

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