Every soul makes different lanes [Axel Cachemire]

por **Devi** Dom Nov 08, 2015 4:40 pm

Aquel día no parecía hacer excesivamente frío, por lo que Devi vio un buen momento en el que salir e ir en busca de provisiones para el Hogar. Se vistió con las ropas más cómodas que tenía pues sabía que la depararía una buena caminata; una capa grisácea roída con diferentes roturas en el extremo, un suéter azul desgastado con jirones, unos guantes sin dedos, unos pantalones con diferentes desgarrones sumado a una venda que tenía en el pie. En definitiva, unos harapos. Cogió sus dos cantimploras que fabricó en su día con unas pequeñas calabazas, las metió en su petate y salió de las alcantarillas, no sin antes hacerse algún que otro arañazo en la pierna al salir ya que la entrada en la sección que estaba era bastante estrecha y tenía que arrastrarse por una tubería.

La encantaba el invierno así como el frío, pero ninguna de esas dos cosas era buena para su salud e inconscientemente lo sabía. Su cuerpo necesitaba cítricos y con suerte encontraría alguna fruta en el bosque. Había decidido emprender su camino siguiendo el rió Marne. Caminaba envuelta en su capa, a pesar de que detestaba las capas por que consideraban que son especialmente antiestéticas, es muy versátil, sobretodo aquellos que tienen bolsillos para guardar cosas, pero también para resguardecerse del viento o poder arroparse en las noches.

Siguió el recorrido hasta visualizar un sauce al que se aproximo rápidamente, busco una piedra afilada del rió y sin pensarlo dos veces, golpeo en un extremos del árbol. Es relativamente fácil recolectar la corteza del sauce aunque lo que a ella le importaba era la variedad de cosas que le ofrecía. Aparte de ser un analgésico podría servirla como antiinflamatorio o para el lavado de heridas entre otras variedades medicinales. Consiguió sacar algunas partes que guardo en su petate y prosiguió en su búsqueda. En las próximas horas encontró un abedul, donde recogió alguna de sus hojas y más tarde algo de hinojo, hubiera deseado haber hallado más para poder emplearlo como un colirio ocular pero principalmente lo necesitaría contra diferentes afecciones o dolores estomacales, cosa que no era rara dado los diferentes alimentos en los que a veces tenía que recurrir por el mero hecho de llevarse algo a la boca. Principalmente hacía esos viajes para aprovisionarse de diferentes plantas curativas y no por el hecho de buscar alimentos, la diferencia es simple, generalmente tu te llevas una naranja a la boca, no la corteza de un árbol, por lo que uno escasea y lo otro no.

Finalmente encontró un tímido manzano a orillas del río, aprovecho para hacer una pausa y rellenar sus cantimploras y beber algo de agua, después se subió torpemente a una rama y alargo la mano hasta alcanzar una manzana. Se quedo colgada en la rama y dio un mordisco a la manzana, adoraba el crujir de esta y lo jugoso que resultaba, pocas veces podría deleitarse de un manjar tan sabroso y fresco. Miro abajo, que resultaba ser arriba y se contento con saber que a su vuelta disfrutaría de la luz de la luna en los callejones de París. Se bajo del árbol y se sentó a orillas del río, considerando que sería un buen momento para descansar antes de regresar al Hogar. Dio otro mordisco y movió ligeramente la derecha oreja, miro hacia atrás al escuchar un ruido dentro de la foresta, sonrió abiertamente al ver a una ardilla corretear y volvió a mirar al río.
Empezó a tararear alguna tonadilla propia de la época. Ignorando que quizás no fue el ruido de la ardilla que había escuchado.

por **Axel Cachemire** Lun Nov 09, 2015 10:15 am

Vivir alejado de la ciudad, aunque un inconveniente cuando tengo que ir a la tienda (casi todos lo días, últimamente), resultaba un regalo cuando tenía uno de mis días de agobio. El aire no sofocante de la vegetación aislada, los cursos de agua que templan el ambiente y atraen a multitud de pequeños animales... Y sin embargo, nadie se acerca nunca a este lugar (que además me servía como un pequeño herbario natural) y yo podría descansar con tranquilidad en el aire libre.

Hoy, uno de esos escasos días donde me mantenía en casa y padre se ocupaba solo de la tienda, no era capaz de concentrarme en nada. Sufría de una falta horrible de inspiración y los libros releídos ya un centenar de veces no eran capaces de mantenerme dentro. Decidí enfrentarme al frío del invierno y despejar mi cabeza del calor y los humos de la chimenea.

Respiré profundamente el aire frío mientras caminaba sin rumbo fijo, agradeciendo al largo abrigo azul marino y la bufanda negra que llevaba, su protección contra la congelación. Ahora que ya no estaba dentro de esas cuatro paredes, parecía que mis ideas volvían a fluir en mi cabeza, ya no tan caóticas. De verdad necesitaba esto.

Con la tranquilidad de haber paseado veces incontables por esa zona, me acerqué sumido en mis pensamientos al río. Su ruido creaba hermosos colores que sabía, nadie más era capaz de vez. Tan ensimismado estaba, que paré de andar justo a tiempo para no resbalar y cometer alguna tontería de la que me arrepentiría más tarde. Riendo un poco en mi estupidez, me di la vuelta para mirar con sorpresa a una joven harapienta comiendo una manzana. Mi risa se silenció de golpe y yo no sabía como reaccionar.

-Buenas tardes...- Dije casi tímidamente, esperando que la situación se quedara tan tranquila como momentos antes.

por **Devi** Lun Nov 09, 2015 11:29 am

Devi dejo de tararear para voltear la mirada y observar a aquel muchacho, se le quedo mirando fijamente mientras masticaba el último trozo que se había llevado a la boca. Se puso nerviosa rápidamente. Estaba comiendo y tenía una manía irremediable, no conversaba mientras lo hacía. Rápidamente se levanto y fue corriendo torpemente al manzano como si la hubieran asustado ocultándose tras este. En silencio, daba vueltas a la manzana que tenía expresando para si misma su propio nerviosismo. Dio otro mordisco a medida que pensaba y si bien la había saludado había decidido involuntariamente ignorarle.

- ¿Será otra persona de sombras lúgubres y tenebrosas a su alrededor? ¿O...o quizás un atormentador?

Se puso a escalar el árbol con la manzana en la boca.

-No lo parece, quizás...quizás busque un lugar donde ver y escuchar, ¿Sí? Aunque pocos lo hacen...

Se acomodo en la rama de un árbol y volvió a coger la manzana tras darle otro bocado y se quedo mirando la manzana.

- ¡Claro, ha venido a por esto!

Tras unos segundos allí miro hacia una manzana que pendía en una rama y asomo la cabeza para saber si aún seguía allí el muchacho. Al verle señalo tímidamente la manzana que pendía sobre la rama, al retirar el brazo se puso el dedo irremediablemente sobre los labios mordisqueándose la uña y volvió a ocultarse. Dio un último bocado a la manzana para terminarlo y se guardo el corazón de este en el bolsillo.

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