AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Il Imagine... Abriendo las puertas otra vez [libre]
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Il Imagine... Abriendo las puertas otra vez [libre]
Il Imagine... Abriendo las puertas otra vez Vasyl y Viola Del diario de Andrews de Lesseps. {Antepasado de generación desconocida de la familia de Lesseps} ¿Un vampiro con miedo? ¿A caso aquello era posible? Me estaba riendo de lo que había escuchado hacia unas noches de mí amada Arlett, me pregunto por qué la había escogido a ella entre todas las damas que antes rondaban mi cama y solo tenía una respuesta. Recuerdo las palabras precisas... “Yo no fui el que te escogió, sino que tú lo hiciste por mí con tu luz iluminaste mis noches oscuras ese día que despoje tu más preciado tesoro entendí que eras para mí, que no podría vivir sin mi ángel de luz, Arlett tu eres la que le da vida a mí no vida, eres la amante de mis sueños, de mis pesadillas eres la mujer que con solo una palabra destruyo todo lo que había escrito para mi destino. Eres la flor más hermosa de mi jardín y siempre serás la única que hace que el frio y el calor sean uno cuando estás conmigo… sé que el hijo que esperas no es mío… pero no importa… porque por siempre ellos llevaran la sangre de un Lesseps. Porque tú me perteneces como yo te pertenezco a ti. Nunca en mis años había encontrado la perfección y a tu lado todo es perfecto” Sí que lo es, ella que ahora duerme en profundo sueño es la mujer de mi vida, a quien entregare todo, tal como lo será para mi hijo. Antes de dormirse me pidió que le creara un perfume especial para ella, que solo lo pudiera ocupar ella y nadie más, los deseos de ella son órdenes para mí y ahora en la oscuridad de la noche puedo trabajar. Ingredientes: Aceite de amapolas para darle consistencia, Concentrado de violetas para obtener un color tornasol, concentrado de cerezas y de menta para que funcione la mezcla. Con piscas de lima y amaretto, para darle fuerzas… y… el ingrediente que nunca ha de faltar y más si se trata de un perfume especial extracto de coco y de nocturne. La nocturne le dará al perfume la consistencia para que solo sea exquisito en la piel de ella, de mi Arlett. (…) ya casi amanece y el perfume está listo, nunca antes había creado algo con tales características, solo quiero que ella despierte para que la fragancia la envuelva y sea la mujer inmortal de mis sueños y pesadillas… Me falta un nombre… pero cual más que ARLETT. Después de leer aquellas páginas tenía que admitir que a pesar de no llevar sangre de aquel hombre que fue segura mente algún antepasado muy lejano teníamos más cosas en común y pensando más a fondo aquella hoja precisamente se parecía a una del diario de mi padre Antoine de Lesseps. ¿Curioso? En realidad toda teníamos algo de aquel vampiro, quizás él había mordido a sus hijos a los gemelos Antoine y Viola, o tal vez le dio de beber sangre de él. Moví la cabeza en negativa ya que aún no llegaba al nacimiento de los pequeños, no sabía nada en concreto más que eran gemelos y que tenían un criado o esclavo sospechoso. Cerré el libro de cuero grabado con el escudo familiar y mire la perfumería, todo parecía en orden. Pero ya se había plantado en mí la curiosidad sobre aquel perfume, agradecía que Lionel me haya traído la Nocturne así que por lo demás tenia todos los ingredientes necesarios. Me encamine a la puerta del lugar y di vueltas el letrero dando a conocer que las puertas de “Il imagine” estaban cerradas al público. Tome de una mesita junto a las repisas de fragancias masculinas unos pañuelos que estaban infectados en aromas, el día había sido bastante movido, con varias entregas especiales. Un día perfecto que terminaría con el broche de Oro, una fragancia que no estaba en las estanterías y que era necesario tener, Arlett más que un perfume era la vida de la familia. Con los pañuelos en las manos me fui al laboratorio que quedaba detrás de una puerta, que escasamente el público podía ver, deje abierto por si llegaba mi chofer a buscarme. El lugar {laboratorio} era más amplio que la perfumería misma, tenía todo lo necesario para la creación de perfumes, contaba con un horno al vacío empotrado en la pared del final que me servía para sacar el concentrado u extracto a las hierbas. Camine por el lugar sacando grandes frascos con los ingredientes necesarios, los dispuse de manera ordenada en el gran mesón de mezclas y me faltaba algo. Al tubo de ensayos para fragancias de muestra, fui de nuevo a la perfumería cruzando el umbral y escuche como las campanillas tocaban, alguien había abierto la puerta dejando entrar el viento que a esas horas paseaba por las calles, mirando hacia el joven de presencia misteriosa solo musite – La perfumería está cerrada – dije con una sonrisa en mi rostro, acercándome al mesón de ventas para saber de quien se trataba. | |
Última edición por Viola de Lesseps el Mar Abr 05, 2016 1:04 pm, editado 2 veces
Viola de Lesseps- Humano Clase Alta
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Re: Il Imagine... Abriendo las puertas otra vez [libre]
Desde el encuentro inesperado que tuviera con Lyudmilla mientras observa la casa de ella, cada vez le resultaba más complicado a Vasyl no pensar en la mujer que aun consideraba su prometida. El ucraniano sabía que existían múltiples razones para que simplemente la dejara ir y le permitiera vivir la vida, pero le resultaba imposible a él hacerlo a pesar del tiempo separados, y las evidentes diferencias que existían entre los jóvenes enamorados que fueron una vez y los que eran ahora, así como también sabía que las circunstancias eran diferentes y que la relación de antes sería imposible recuperarla. Sabiendo pues muchas cosas que antes desconocía y las que aún así, poco le importaban, el ucraniano se había decidió a formar desde cero (si es que se requería) una nueva relación con su prometida, una que se basara en la confianza que antes no le brindo del todo, detalle del que nunca se perdonaría a si mismo.
En un intento pues, de ganarse nuevamente no solo el corazón sino la confianza de Lyudmilla, Vasyl había salido a las calles parisinas en busca de algo que resultara un regalo adecuado para la joven y por sobre todo, uno que resultara a la vez una excusa para acercarse de nuevo a ella. Había pasado por tiendas de vestidos, locales de joyería y un sin número de negocios prometedores que sin embargo, no le ofrecieron ese algo tan único y especial que estaba buscando para ella. Shevchenko requería de algo que le hiciera saber a la fémina que pensaba constantemente en su persona y por sobre todo, que continuaba considerándola sumamente especial. Precisamente, teniendo en cuenta esas dos peculiaridades fue que encontró lo que consideró al instante, el local donde encontraría el regalo que cumpliría con sus especificaciones.
De varias y veloces zancadas, Shevchenko volvió nula la distancia que le separaba de una perfumería, la que parecía estar dedicada a atender a las mejores damas de todo París y sin pensárselo mucho, ni observar con detenimiento el letrero que indicaba que el negocio se encontraba cerrado, el ucraniano abrió la puerta y entró en el local.
El sonido de la campanilla al zona dio aviso de su presencia para que segundos después, una voz femenina le diera a conocer lo que ignoró al entrar.
– No me di cuenta de que lo estaba y lamento la repentina intromisión pero… – se aclaró la garganta observando a su alrededor. Aquel negocio contenía tantos olores intensos que al licántropo se le dificultaba poner atención en un aroma definido algo que desafortunadamente sabía, le complicaría la misión que lo llevaba hasta ahí – necesito de manera urgente un perfume – aseguró, situándose más al centro de la tienda y esperando porque no le echaran del lugar. Necesitaba el perfume y haría todo lo posible por no salir de aquel negocio sin el.
En un intento pues, de ganarse nuevamente no solo el corazón sino la confianza de Lyudmilla, Vasyl había salido a las calles parisinas en busca de algo que resultara un regalo adecuado para la joven y por sobre todo, uno que resultara a la vez una excusa para acercarse de nuevo a ella. Había pasado por tiendas de vestidos, locales de joyería y un sin número de negocios prometedores que sin embargo, no le ofrecieron ese algo tan único y especial que estaba buscando para ella. Shevchenko requería de algo que le hiciera saber a la fémina que pensaba constantemente en su persona y por sobre todo, que continuaba considerándola sumamente especial. Precisamente, teniendo en cuenta esas dos peculiaridades fue que encontró lo que consideró al instante, el local donde encontraría el regalo que cumpliría con sus especificaciones.
De varias y veloces zancadas, Shevchenko volvió nula la distancia que le separaba de una perfumería, la que parecía estar dedicada a atender a las mejores damas de todo París y sin pensárselo mucho, ni observar con detenimiento el letrero que indicaba que el negocio se encontraba cerrado, el ucraniano abrió la puerta y entró en el local.
El sonido de la campanilla al zona dio aviso de su presencia para que segundos después, una voz femenina le diera a conocer lo que ignoró al entrar.
– No me di cuenta de que lo estaba y lamento la repentina intromisión pero… – se aclaró la garganta observando a su alrededor. Aquel negocio contenía tantos olores intensos que al licántropo se le dificultaba poner atención en un aroma definido algo que desafortunadamente sabía, le complicaría la misión que lo llevaba hasta ahí – necesito de manera urgente un perfume – aseguró, situándose más al centro de la tienda y esperando porque no le echaran del lugar. Necesitaba el perfume y haría todo lo posible por no salir de aquel negocio sin el.
Vasyl Shevchenko- Licántropo Clase Alta
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Re: Il Imagine... Abriendo las puertas otra vez [libre]
El que busca siempre encuentra Vasyl y Viola Siempre había creído que la necesidad de un buen perfume partía de la pasión que poseía cada persona, no haciendo en menos aquellas personas que no necesitaban de ningún líquido perfumado extra ya que su propia piel tenía algún aroma en especial, era el caso de mi padre quien jamás en su vida ocupó algún perfume; el poseía un aroma propio a amareto con lavanda, le pregunté varias veces por su perfume, que ingredientes tenía, como era la mezcla para que siempre tuviera ese aroma, pero por más intentos de el por explicar o de mi por entender había llegado a una conclusión tal vez no la más acertada pero yo la creía así, el día de su muerte toda su habitación tenía el aroma a lavanda y amareto el aroma a él, que no era más que el aroma de las flores de lavanda que ocupaba para adornar y el amareto su bebida favorita, el destilaba aquello era su aroma natural; aun después de un baño seguía teniendo aquel aroma. Guarde silencio ante las palabras del joven, que parecía inquieto, acelerado. Los pensamientos sobre lo que él decía se adentraba en mi cabeza “Necesito de manera Urgente un Perfume” casi lo hacía sonar como si fuera algo de vida o muerte, tomé aire inflando mi pecho era evidente que no podía correrlo de la perfumería, mi política para atender era objetiva y parcial, todos eran buenos clientes hasta que demostraran lo contrario- ¿Y la urgencia tiene algún nombre? – Con mis años conocía perfectamente varios tipos de urgencias – Algunos le llaman un amor, un cumpleaños, un detalle, un querer impresionar – sonreí mientras tomaba una pluma y sacaba una hoja del cajón que poseía el mesón – Dígame Monsieur, ¿Qué busca con suma urgencia? Mientras esperaba de la respuesta me apronte a sacar de otro cajón varios pañuelos con aroma neutro, una taza con granos de café para que pudiera olfatear más de un aroma sin que se mezclaran, un pequeño truco que con los años había aprendido, el café con su aroma fuerte neutralizaba todo fragancia ante el olfato. Trucos que un buen perfumista siempre debía poseer, así como los pañuelos o estar abierto de mente, descifrar lo que compradores impulsivos querían y buscar lo que necesitaban, ya que nunca daría algo a la rápida a ninguno de mis clientes, lo mejor para cada uno, independiente de su estatus social o el color de su piel… al fin y al cabo al ingresar a mi perfumería eran nada más ni nada menos personas en busca de algo que hicieran único… algo que les haga recordar y tal vez amar… Si usted me ayuda yo podré darle lo que busca… - sostuve aquella última frase en mi cabeza, la mayoría viene por un perfume pero no saben lo que quieren en realidad… ahí es donde entra mi empatía y mi conocimiento, un trabajo en equipo en simples palabras por qué no se puede adivinar algo que será único… ya que ningún perfume se siente igual en diferentes personas, y aquello era lo que más adoraba de mis creaciones, por esa sencilla diferencia… dos personas ocupando el mismo perfume, pero nunca van a oler de la misma forma, cada uno pone el último ingrediente que depende de la acidez que poseía cada piel. | |
Última edición por Viola de Lesseps el Sáb Jun 04, 2016 6:42 pm, editado 1 vez
Viola de Lesseps- Humano Clase Alta
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Re: Il Imagine... Abriendo las puertas otra vez [libre]
¿Un regalo sería adecuado para mostrar sus buenas intenciones? Sería bien recibido, de eso podía estar seguro. Sin embargo, Lyudmilla ya le había hecho saber que entre ellos no existía nada, pensamiento que difería mucho de los de Shevchenko, quien se encontraba dispuesto a olvidar el pasado, a dejar las malas experiencias o cualquier situación de lado para brindarse una oportunidad con ella, después de todo ¿Qué mal había hecho ella que no fuera haberse enamorado de él en su juventud? Vasyl desconocía gran parte del presente de su alguna vez prometida y cuando descubriera la verdad, el choque de sus pensamientos con la realidad, su manera de ser y el cambio de Lyudmilla, solo Dios sabía lo que eso podía desencadenar entre ambos. Pero ahora que él se mantenía ignorante a todo aquello, su mente estaba llena de pensamientos sobre el futuro que aún tenían oportunidad de formar juntos.
Dentro de la perfumería, los ojos de Vasyl se posaron sobre la mujer de cabellos rojizos que aparecía para hacerle saber que el lugar estaba cerrado, detalle que no impidió que el ucraniano expresara su necesidad por un perfume, uno que podía ayudar a dar comienzo a un nuevo inicio o al fin definitivo de todo.
– Lo tiene – dijo mientras asentía a las palabras femeninas y meditaba detenidamente sobre que clase de urgencia era la que lo llevaba a pedirle tan necesitado un perfume – En realidad creo que tiene varios nombres. Es culpa, perdón, el deseo de un futuro mejor y amor – porque le era imposible decir que era solo uno de aquellos factores lo que le llevaba hasta la perfumería; entre Lyudmilla y Vasyl, existía después de todo una historia demasiado larga como para simplemente decir que fueron una sola cosa. La pareja fueron amantes, enemigos, desconocidos, aliados… tantas cosas y a la vez tan pocas – Necesito una fragancia acorde a una de las mujeres más hermosas que el mundo haya podido contemplar – el tono de su voz era seguro y sus ojos se mantenían fijos en los ajenos, pensando en que más datos dar para obtener precisamente lo que buscaba.
Sus ojos siguieron con suma atención las acciones de la fémina, quien se mantenía silente, esperando porque Vasyl diera una mejor explicación respecto a que era lo que buscaba, algo complicado de saberse, después de todo apenas y había descubierto lo que quería regalar a Lyudmilla. Ante su silencio, la pelirroja habló.
– Estoy tratando de ordenar mis pensamientos, quiero explicarme a usted lo mejor posible – y una vez más, se hizo el silencio, uno que duro realmente poco – quisiera una fragancia dulce pero fuerte, de esas capaces de enamorar a cualquiera – se encogió de hombros y miro a otro lado – le pido una disculpa, creo que no logró explicarme muy bien aun intentandolo – y cómo serlo cuando los aromas de aquel lugar le confundían aún más, al igual que sus propios pensamientos sobre Lyudmilla – sin mencionar que es la primera vez que compró un perfume – confesó a la pelirroja sin apenarse – ¿Cómo puedo saber que clase de aroma va con alguien? – cuestiono entonces, esperando que la respuesta de la mujer diera un poco más de luz a su búsqueda.
Dentro de la perfumería, los ojos de Vasyl se posaron sobre la mujer de cabellos rojizos que aparecía para hacerle saber que el lugar estaba cerrado, detalle que no impidió que el ucraniano expresara su necesidad por un perfume, uno que podía ayudar a dar comienzo a un nuevo inicio o al fin definitivo de todo.
– Lo tiene – dijo mientras asentía a las palabras femeninas y meditaba detenidamente sobre que clase de urgencia era la que lo llevaba a pedirle tan necesitado un perfume – En realidad creo que tiene varios nombres. Es culpa, perdón, el deseo de un futuro mejor y amor – porque le era imposible decir que era solo uno de aquellos factores lo que le llevaba hasta la perfumería; entre Lyudmilla y Vasyl, existía después de todo una historia demasiado larga como para simplemente decir que fueron una sola cosa. La pareja fueron amantes, enemigos, desconocidos, aliados… tantas cosas y a la vez tan pocas – Necesito una fragancia acorde a una de las mujeres más hermosas que el mundo haya podido contemplar – el tono de su voz era seguro y sus ojos se mantenían fijos en los ajenos, pensando en que más datos dar para obtener precisamente lo que buscaba.
Sus ojos siguieron con suma atención las acciones de la fémina, quien se mantenía silente, esperando porque Vasyl diera una mejor explicación respecto a que era lo que buscaba, algo complicado de saberse, después de todo apenas y había descubierto lo que quería regalar a Lyudmilla. Ante su silencio, la pelirroja habló.
– Estoy tratando de ordenar mis pensamientos, quiero explicarme a usted lo mejor posible – y una vez más, se hizo el silencio, uno que duro realmente poco – quisiera una fragancia dulce pero fuerte, de esas capaces de enamorar a cualquiera – se encogió de hombros y miro a otro lado – le pido una disculpa, creo que no logró explicarme muy bien aun intentandolo – y cómo serlo cuando los aromas de aquel lugar le confundían aún más, al igual que sus propios pensamientos sobre Lyudmilla – sin mencionar que es la primera vez que compró un perfume – confesó a la pelirroja sin apenarse – ¿Cómo puedo saber que clase de aroma va con alguien? – cuestiono entonces, esperando que la respuesta de la mujer diera un poco más de luz a su búsqueda.
Vasyl Shevchenko- Licántropo Clase Alta
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Re: Il Imagine... Abriendo las puertas otra vez [libre]
Aromas y sentimientos Vasyl y Viola Nunca o muy pocas veces me había negado hacer algún perfume, repase en mi cabeza las oportunidades que había dicho NO y se me vino una a mi cabeza era para un Rey que quería enfrascar su fragancia, un aroma para sí mismo muy ególatra para mis principios, muy egoísta para el mismo. Aguante la respiración cuando el joven comenzó hablar, sus palabras confusas me agradaban, estaban escondidas por un sentimiento, algo así como pasión en la propia confusión que él mismo había armado, mantuve mi sonrisa en todo momento, escuchando con perpetua atención las palabras que él decía, y me agradaba. Nunca era fácil saber lo que uno quería, pero cuando se hablaba de sentimientos siempre se podía encontrar algo. En este universo existía algo para ese algo que hacía falta, sonreí a mi simple pensamiento ya que ese “algo” siempre significaba más cosas de las que en realidad deseábamos. Usted tiene las respuestas correctas, todo lo que ha dicho es acertado a la hora de buscar lo que uno necesita – baje la mirada pensando un instante, mientras el silencio parecía agradable el destilaba pasión por lo que deseaba y eso era precisamente lo que yo como creadora de perfumes necesitaba de una persona que necesita una fragancia, ya que si fuera simple no tendría un negocio rentable – Será la primera vez que compre un perfume pero me asegurare que no sea la última, Monsieur- así funcionaba la perfumería, encantar al comprador para que siempre vuelva por la misma fragancia o por otra mejor de la que se había llevado. Abrí la boca para responder a la pregunta que el decía, pero no quise apresurarme, tenía mis métodos para responder ese tipo de interrogantes y siempre que podía jugaba o mostraba la magia de cada perfume o simplemente el sentimiento de mi respuesta – Saber que aroma va con una persona es lo más difícil que existe, pero cuando sabes cual es… es fácil distinguir que aroma pertenece a cada persona – hice una pausa corta – Usted ha dicho un perfume para la mujer más hermosa que el mundo haya podido contemplar, eso hace a su persona única, especial y esencial para lo que busca, anteriormente hablo de culpa, perdón, el deseo de un futuro mejor y amor y eso es tan aceptado y difícil que hacen de la fragancia en cuestión sea más que solo eso, digamos algo único en el universo, único para usted y único para la bella dama – amaba hablar de aromas y sentimientos – también hay que agregar que usted quiere algo único para ella y ahí esta el punto de quiebre a lo que le doy dos opciones- eso normalmente era lo más difícil de que el comprador aceptara, por mi parte era lo mas entretenido de hacer – La primera opción es mostrarle algunos de los perfumes que a mi parecer calzan a la perfección con lo que usted a expresado o la segunda opción es crear una fragancia desde cero que sea exclusivamente para la mujer amada – guarde silencio yo tenía respuestas, pero la decisión final siempre era de quien venía a buscar el perfume. Me arriesgaba a que se fuera con las manos vacías o peor disconforme, pero así era el juego y yo siempre apostaba a ganador, con mi experiencia uno de cada cien se iba con las manos vacías, aguardé en silencio, dejando que el pensara y analizará más que mis palabras las propias, ya que él tenía la respuesta y yo solo un pequeño complemento a lo que buscaba. A parte no dejaría que se fuera sin nada, aun cuando tuviera que pasarme la noche haciendo un perfume nuevo para el, me encantaban los desafíos y ese parecía ser uno. | |
Última edición por Viola de Lesseps el Dom Oct 09, 2016 9:38 pm, editado 1 vez
Viola de Lesseps- Humano Clase Alta
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Re: Il Imagine... Abriendo las puertas otra vez [libre]
Sus palabras sobre lo que buscaba en un perfume le parecieron ridículas, más la pelirroja dueña seguramente del negocio, mostró su amable sonrisa en todo momento y espero a que Vasyl guardara silencio para hacerle saber que su petición había sido acertada. El ucraniano no pudo más que fruncir ligeramente el ceño. Había vivido tanto y aún existían cosas en el mundo que era incapaz de entender, como esa claridad que sus confusas palabras daban a la pelirroja pero claro, él no era perfumista, él era un militar y entre crear una fragancia o matar personas existía un mundo entero de diferencia.
Con los ojos fijos en la mujer frente a él, Vasyl le observo con atención. La pelirroja pareció estar sumida unos instantes en su propio mundo, una burbuja donde la presencia de Vasyl desaparecía y fueron las palabras femeninas que aseguraban que no sería la última vez que comprara un perfume las que hicieron saber al licántropo de que entró al lugar correcto. Aún algo confundido y buscando la manera de mejorar la descripción que diera en un principio, Shevchenko preguntó sobre la manera de saber cómo es que podía saber que clase de perfume iba con alguien. Su cuestionamiento era complicado, pero la calma en el rostro ajeno le hizo saber de inmediato que la pelirroja ya sabía la respuesta, que la había dado más veces de las que podía contar y que Vasyl no sería él ultimo a quien se la diera.
Si en un principio le resulto complicado saber que era lo que buscaba, las primeras palabras que fluyeron de los labios femeninos no hicieron más que aumentar la confusión de su mente, sin embargo, conforme la perfumista continuaba hablando, no solo sus pensamientos se volvían más claros sino que los aromas a su alrededor dejaban de ser solo una mezcla que le asqueaba a una variedad que finalmente, era capaz de diferenciar. Aromas que por si mismos eran algo sencillo pero en la combinación adecuada, creaban magia.
La pelirroja habló entonces de un punto de quiebre, de dos opciones que le ofrecía y el ucraniano asintió suave para indicar que le prestaba atención, que estaba listo para escuchar las opciones que la perfumista tenía para ofrecerle.
La primera opción, quizás la más sencilla consistía en que Vasyl escogiese de entre el repertorio de fragancias que la mujer le ofrecía. La segunda, resultaba algo más complicado, más personal, algo en lo que por lo que la perfumista dijera antes, Vasyl debería poner esfuerzo también. Shevchenko aguardo unos segundos para mostrar una sonrisa a la dueña del local.
– La decisión es realmente sencilla – admitió – Quisiera una fragancia que sea especial para ella, tan especial como ella lo es para mi – porque no podía imaginarse a si mismo llevándole algo que otras mujeres usaban, quería entregarle algo tan único como el amor que sentía por ella – ¿Qué es lo que necesita para crearla?
Con los ojos fijos en la mujer frente a él, Vasyl le observo con atención. La pelirroja pareció estar sumida unos instantes en su propio mundo, una burbuja donde la presencia de Vasyl desaparecía y fueron las palabras femeninas que aseguraban que no sería la última vez que comprara un perfume las que hicieron saber al licántropo de que entró al lugar correcto. Aún algo confundido y buscando la manera de mejorar la descripción que diera en un principio, Shevchenko preguntó sobre la manera de saber cómo es que podía saber que clase de perfume iba con alguien. Su cuestionamiento era complicado, pero la calma en el rostro ajeno le hizo saber de inmediato que la pelirroja ya sabía la respuesta, que la había dado más veces de las que podía contar y que Vasyl no sería él ultimo a quien se la diera.
Si en un principio le resulto complicado saber que era lo que buscaba, las primeras palabras que fluyeron de los labios femeninos no hicieron más que aumentar la confusión de su mente, sin embargo, conforme la perfumista continuaba hablando, no solo sus pensamientos se volvían más claros sino que los aromas a su alrededor dejaban de ser solo una mezcla que le asqueaba a una variedad que finalmente, era capaz de diferenciar. Aromas que por si mismos eran algo sencillo pero en la combinación adecuada, creaban magia.
La pelirroja habló entonces de un punto de quiebre, de dos opciones que le ofrecía y el ucraniano asintió suave para indicar que le prestaba atención, que estaba listo para escuchar las opciones que la perfumista tenía para ofrecerle.
La primera opción, quizás la más sencilla consistía en que Vasyl escogiese de entre el repertorio de fragancias que la mujer le ofrecía. La segunda, resultaba algo más complicado, más personal, algo en lo que por lo que la perfumista dijera antes, Vasyl debería poner esfuerzo también. Shevchenko aguardo unos segundos para mostrar una sonrisa a la dueña del local.
– La decisión es realmente sencilla – admitió – Quisiera una fragancia que sea especial para ella, tan especial como ella lo es para mi – porque no podía imaginarse a si mismo llevándole algo que otras mujeres usaban, quería entregarle algo tan único como el amor que sentía por ella – ¿Qué es lo que necesita para crearla?
Vasyl Shevchenko- Licántropo Clase Alta
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Re: Il Imagine... Abriendo las puertas otra vez [libre]
Un frasco para el gran amor Vasyl y Viola La entrada a una perfumería siempre tenía el mismo propósito, salir con una caja que en su interior poseyera una fragancia única e inigualable, un regalo, un capricho, una sorpresa, todo eso podía ser… pero más que nada una nueva experiencia para quien venía por primera vez a comprar, siempre llegaban con un sinfín de ideas, que poco a poco había que recrearlas para lograr un todo, pero este todo no podía ser algo simple ni muy complejo, el todo que era la muestra final del perfume era entrar de lleno en las exigencias del comprador y la idea que tenía este para la persona que lo iba a ocupar. Nadia había dicho que era fácil o sencillo comprar un regalo, pero mucho más difícil era comprar un perfume que dejara una marca en la persona, el recuerdo, el alma misma encapsulada, un crimen alguna vez me dijeron que eran mis perfumes por mi propio pensamiento, más para mi cada perfume era una vida nueva… Sonreí ampliamente cuando la elección del hombre fue llevada a cabo, normalmente me demoraba dos a tres días en crear un perfume a pedido, pero hoy era uno de esos días donde la inspiración y el tiempo estaban de sobra – Podemos hacer el perfume más especial - lo mire directo a los ojos, en ellos podía notar que el amor que sentía el hombre eran tan puros como verdaderos, era una oportunidad única podría decir una en un millón ¿O seria que el amor me estaba volviendo loca? – Para crear el perfume solo lo necesito a Usted, porque precisamente usted será, claramente si así lo desea, mi ayudante, para que cuando el perfume esté terminado y llegue a las manos de su amada pueda decir que fue hecho con todo su amor – una de las debilidades de las mujeres era eso, sentir que todo lo que le entregaban era hecho con amor, por mi parte ayudar a un enamorado a conquistar o volver a conquistar a una mujer me llenaba de gozo, me hacía pensar que aun existían hombres que les gustaban los detalles y por sobre todo que creían en el Amor. Mire la hora y luego hacia afuera de la tienda, no había mucha afluencia de público aun cuando el cartel decía cerrado me asegure de trancar la puerta para que nadie ingresara a la perfumería - Bien, ¿está dispuesto a colaborar en la creación de este perfume? – Pregunte mientras me acercaba detrás del mostrador para abrir la puerta que daba a mi gran laboratorio donde a veces pasaba más tiempo del normal, un lugar íntimo para un perfumista pero abierto para quien deseara conocer los secretos sin lucrar con ellos. Tome mi delantal y otro que tenía colgado, no quería que manchara su atuendo, aun cuando no me había dado respuesta alguna, sabía que aceptaría, tenía fe que ante mi propuesta era imposible decir que NO. Apunte hacia una estantería llena de frascos desocupados, - En el primer nivel están los frascos para los perfumes a pedido, solo vienen dos de cada frasco, ya que luego de aquello los tengo que mandar a pedir. Así que es lo primero que tienes que hacer escoger el frasco perfecto para el perfume del gran amor – Nunca era muy difícil escoger un frasco, pero cuando un hombre lo hacia solía complicarse un poco las cosas, así que lo dejaba a su entero criterio, él era quien conocía a la mujer en cuestión, sabia sus gustos y disgustos así que su tarea por el momento era aquella. Camine lentamente hacia el mesón de mezclas y saque mi cuaderno de notas – Su nombre es – ahí caí en cuenta que desconocía por completo aquel hombre – A mí me puede llamar Viola – Me apresure a decir – Viola de Lesseps – termine por pronunciar mi nombre y anote Perfume para el gran amor, Ingredientes…. | |
Viola de Lesseps- Humano Clase Alta
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Re: Il Imagine... Abriendo las puertas otra vez [libre]
Después de la sencilla elección que le significo al ucraniano decidir entre las dos opciones dadas por la perfumista, él se ofrecía decirle todo lo que necesitara saber sobre Lyudmilla, con tal de que la creación final resultara ser el regalo perfecto para ella. En la mente del soldado, crear un perfume no debía requerir más de que él hablase de Lyudmilla, cómo era, qué cosas le gustaban y algunos otros factores, cosas que podía decir pero que no lo involucrarían de manera más directa en la creación de la fragancia. Y dio por sentado que todo sería de esa manera cuando ella le afirmo solo necesitarlo a él. La perfumista aseguraba que con la ayuda de Vasyl podría ser capaz de crear el perfume perfecto, uno con el que incluso podría decir que estaba hecho con todo su amor. Amor, esa palabra que estaba seguro no podía mencionarle nunca a Lyudmilla. Para ella, él era únicamente un traidor que envió a su familia a la miseria y que después, los libero para mandarlos al exilio.
– Si, es muy probable que eso suceda cuando le entregue el perfume – dijo aquella mentira porque era incapaz de aceptar que la distancia que lo separaba aún del amor de Lyudmilla era demasiada. Aunque seguramente con el obsequio que pensaba hacerle, ella pudiera comprender que Shevchenko no estaba dispuesto a renunciar a ella y que lucharía por tener una vida a su lado, con todo y que no se la mereciera.
Con la mirada siguió los pasos de la mujer, quien fue a asegurarse que la puerta no pudiera abrirse más, solo para volver entonces su atención al soldado y caminar hasta estar nuevamente detrás del mostrador.
– Estoy dispuesto, ya dije que hare lo que sea para tener ese perfume – y después de decir eso, miró con extrañeza el delantal que le era ofrecido, mismo que tomo pero no se puso. Para ese momento aún no comprendía del todo que era lo que tenía que hacer, lo único que le quedaba claro era que aquella sería una larga noche para ambos, pero un tanto más larga para Vasyl y su sensible olfato, pues el lobo sufrió simplemente de ver la cantidad de fragancias que existían en aquel sitio. Ahí era entonces donde comenzaba verdaderamente a mostrarse su amor por su prometida.
Su mirada se dirigió al estante que señalaba la pelirroja y tras escuchar la indicación que se le daba, Vasyl pudo comprender finalmente que estaba pasando. Él no solo iba a dar indicaciones, iba a participar de todo el proceso. Una sonrisa burlesca dirigida a si mismo apareció en sus labios, pues definitivamente no habría perfume más personal para Lyudmilla que aquel que ayudaría él a crear. El nombre que la perfumista daba a la fragancia, era también algo hermoso pero doloroso para el lobo, quien entonces trató de concentrarse únicamente en los frascos delante de sus ojos y en evocar en cada uno de ellos a su amada.
– Mi nombre es Vasyl Shevchenko – se apresuró a responder, lanzando una mirada fugaz a la pelirroja – Y es un placer trabajar a su lado esta noche, Viola – y dicho eso, regreso a su misión.
Cada frasco era diferente al anterior y tal como Viola lo expresara, solo existían dos de cada uno de ellos. Las formas eran todas bellas pero ninguna se mostraba más adecuada para Lydumilla que un frasco en forma de gota de agua.
– Este es – aseguró mientras lo señalaba. El frasco lucía delicado, elegante y hermoso; tal cual era la mujer que amaba.
– Si, es muy probable que eso suceda cuando le entregue el perfume – dijo aquella mentira porque era incapaz de aceptar que la distancia que lo separaba aún del amor de Lyudmilla era demasiada. Aunque seguramente con el obsequio que pensaba hacerle, ella pudiera comprender que Shevchenko no estaba dispuesto a renunciar a ella y que lucharía por tener una vida a su lado, con todo y que no se la mereciera.
Con la mirada siguió los pasos de la mujer, quien fue a asegurarse que la puerta no pudiera abrirse más, solo para volver entonces su atención al soldado y caminar hasta estar nuevamente detrás del mostrador.
– Estoy dispuesto, ya dije que hare lo que sea para tener ese perfume – y después de decir eso, miró con extrañeza el delantal que le era ofrecido, mismo que tomo pero no se puso. Para ese momento aún no comprendía del todo que era lo que tenía que hacer, lo único que le quedaba claro era que aquella sería una larga noche para ambos, pero un tanto más larga para Vasyl y su sensible olfato, pues el lobo sufrió simplemente de ver la cantidad de fragancias que existían en aquel sitio. Ahí era entonces donde comenzaba verdaderamente a mostrarse su amor por su prometida.
Su mirada se dirigió al estante que señalaba la pelirroja y tras escuchar la indicación que se le daba, Vasyl pudo comprender finalmente que estaba pasando. Él no solo iba a dar indicaciones, iba a participar de todo el proceso. Una sonrisa burlesca dirigida a si mismo apareció en sus labios, pues definitivamente no habría perfume más personal para Lyudmilla que aquel que ayudaría él a crear. El nombre que la perfumista daba a la fragancia, era también algo hermoso pero doloroso para el lobo, quien entonces trató de concentrarse únicamente en los frascos delante de sus ojos y en evocar en cada uno de ellos a su amada.
– Mi nombre es Vasyl Shevchenko – se apresuró a responder, lanzando una mirada fugaz a la pelirroja – Y es un placer trabajar a su lado esta noche, Viola – y dicho eso, regreso a su misión.
Cada frasco era diferente al anterior y tal como Viola lo expresara, solo existían dos de cada uno de ellos. Las formas eran todas bellas pero ninguna se mostraba más adecuada para Lydumilla que un frasco en forma de gota de agua.
– Este es – aseguró mientras lo señalaba. El frasco lucía delicado, elegante y hermoso; tal cual era la mujer que amaba.
Vasyl Shevchenko- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 29
Fecha de inscripción : 31/03/2015
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