Miedo otra vez - libre

Aquella noche había había terminado su turno el hospital hacía las 11 de la noche, las enfermeras le habían insistido que se tomara un descanso, por supuesto ante los ojos de ellas, él debía parecer un hombre obsesionado con su trabajo y les preocupaba que pudiera caer enfermo, especialmente en el terrible invierno que se anticipaba. Era normal pensar así, habían otros doctores trabajando ese mismo turno y Erkki insistía en continuar trabajando aún cuando no se le necesitaba.

Luego de que ellas le insistieran por un buen rato, había aceptado salir del hospital y 'descansar', el problema era que para Erkki, el trabajo en el hospital era lo único que tenía sentido en su vida, lo que le mantenía centrado y entretenido. Cuando no estaba en el hospital se sumía en un sopor rutinario y no podía evitar sentir que su vida era vacía.

Pero era primordial mantener una buena fachada y cualquier ser humano se cansaba eventualmente, así que debía fingir eso también.

Caminó por las calles y sin pensar hacía donde iba terminó alejándose hasta las afueras de la ciudad, sitio que desconocía por completo, se detuvo en una de las calles oscuras cuando se dio cuenta de que estaba completamente perdido. Rió bajamente para si mismo, así de poca vida tenía, que ni siquiera la ciudad en la que llevaba ya más de 6 años, conocía.

Entonces fue cuando escuchó los ahogados gritos de alguien, sus sentidos agudizados le hicieron percibir el sonido como si estuviera sucediendo a unos metros de él cuando en realidad se trataba de un par de cuadras más lejos. Era como si alguien hubiese intentado gritar y le hubiesen tapado la boca. ¿Un asalto? Pensó por unos instantes ¿Una violación?.

Se giró hacía el sitio donde creyó que provenía el sonido y corrió guiado sólo por sus sentidos, realmente no tenía nada más que hacer ¿Y quien no acudía a ayudar a una persona inocente? Pensaba mientras se acercaba al lugar y volteaba la esquina para encontrarse con una escena que se le hizo bastante familiar. Una sombra despareció hacía arriba en un salto y luego se perdió por los techos, el olor abrumador de la sangre lo tomó por sorpresa y por unos instantes le hizo olvidar la razón por la cual había corrido hasta allí.

Una mujer se encontraba recostada contra la fría pared de piedra, con una mano se sostenía el cuello, como intentando tapar una herida y ríos de sangre espesa sobresalían por entre sus dedos y bajaban por su pecho semi desnudo. La mujer tiritaba, sus ojos se encontraban abiertos, con el terror aún reflejado en ellos por lo que acababa de presenciar. Un Vampiro había bebido de ella, Erkki lo sabía, aún sin haberlo presenciado por completo, era una situación obvia para él.

Se acercó hacía la mujer de inmediato, arrodillándose a su lado, quitándose los guantes, buscando en los bolsillos de su abrigo el pañuelo que todo caballero siempre cargaba.

- Shhh tranquila, soy doctor, esta en buenas manos - Le indicó a la pobre mujer que seguía muda mirándolo con sus enormes ojos azules petrificados por el horror que acababa de vivir. Amarró hábilmente el pañuelo en el cuello de ella haciendo un torniquete para detener el flujo de sangre - Afortunadamente, la herida no es fatal - Anunció, pero la mujer seguía sin responder, como si estuviera en una especie de trance.

Notó la presencia el felino que se acercaba y se erizaba maullando como si de alguna forma comprendiera que la situación era peligrosa, Erkki no podía prestar atención al animal en ese momento, como Doctor su prioridad era evitar que la mujer muriera desangrada, estaba pensando inclusive como haría para llevarla al hospital que estaba a más de media hora en carruaje de allí, cuando la voz de ella le tomó por sorpresa.

Realmente no había pensado que ella fuera una esclava de sangre, había asumido inmediatamente que se trataba de una victima pues le había parecido que tenía una expresión de terror en el rostro.

- ¿Esta segura que no quiere ir a un hospital? - Le preguntó más por decencia que por real preocupación, como Vampiro sabía que una persona que hubiese probado sangre y se hubiese convertido en esclavo, no podía ser convencido de salir de su adicción con simples palabras, además era probable que sintiera algo parecido al amor (o la obsesión) por el sujeto en cuestión.

La mujer meneó con la cabeza y pareció estar saliendo del trance en el que estaba, se llevó la mano al cuello vendado con expresión con contrariada, como si su instinto de supervivencia estuviera luchando con el deseo de ir trás ese Vampiro que había bebido de ella. Erkki se puso de pie dispuesto a dejarla en el mismo lugar en donde la había encontrado, pues sabía que no había nada que podía hacer, no podía actuar en contra de la voluntad de un paciente de todas formas.

- ¿Qué tal te ha parecido el show? - Preguntó caminando en dirección al gato que seguía observando, en un comienzo había pasado por alto su verdadera naturaleza, porque el no andaba prestándole atención a los animales en las calles (Mucho menos sospechaba de ellos) pero llevar más de 400 años merodeando ese mundo le había enseñado  a reconocer ciertos comportamientos que revelaban que un animal podía estar escondiendo secretos - Pareces muy interesado en lo que sucede aquí... mucho más interés del que un gato normal mostraría - Finalizó.

El gato se acercó y se restregó contra las piernas del Vampiro en un movimiento muy común de los felinos, Erkki observó como corría y se perdía en la oscuridad y pronto se quedó sólo en el lugar, quizás se había ocupado y en realidad si se trataba de un simple gato, no había tenido mucho tiempo de concentrarse en observar su aura para descubrir que escondía algo más. Decidió recorrer el área más por cautela que por cualquier otra cosa, no se fiaba mucho de las intenciones del Vampiro y aunque no quería meterse en problemas innecesario, seguía pensando como doctor y no quería dejar a la mujer sola hasta que se encontrara del todo bien.

Caminó al rededor del callejón y volteó por otra calla pero no encontró rastro del Vampiro, al parecer este había huido de la escena, al cabo de unos 10 minutos regresó y se encontró con una mujer que no había visto antes con el cabello castaño, parecía perdida, pero por precaución, esta vez si usó su poder mental para mirar el aura de ella, se dio cuenta de inmediato que no era 100% humana, su aura era distinta, aunque no le quedaba muy claro que tipo de criatura sobrenatural era.

Eso si, podía estar seguro de que no era una Vampira.

- Hola Madame – Saludó cuando regresó al lugar - ¿Me parece que nos hemos visto antes? - Dijo atando cabos sobre el gato, si no era ella quien había mordido a la pobre mujer de momentos antes, tenía que ser el gato que se había comportado de manera tan extraña – Era usted... la gata ¿Verdad? - Preguntó con una sonrisa educada.