Otra noche más [LIBRE]

por **Nibor** Jue Abr 03, 2014 6:49 am

Y ya estaba yo de nuevo en aquel oscuro y sucio antro ahogando mis penas. Día tras día frecuentado por la misma escoria, desde ludópatas que se dejaban el jornal en juegos de azar, hasta borrachos que no se acuerdan ni de su nombre, e incluso alguna que otra meretriz cuarentona ofreciendo sus servicios a cambio de un trozo de pan.

Llevaba tan solo dos jarras de vino cuando un sonido estridente seguido de un grito atrajo mi atención. Alguien había disparado. Dos gitanos salieron corriendo, como las gacelas huyen de su depredador. Después de la estampida pude ver a un tercer gitano tumbado en el suelo, tenía mano ensangrentada. Por lo visto había intentado robar a la persona equivocada.

Intenté disimular una carcajada tras una mueca de indiferencia. La escena era un tanto cómica, el ladrón en el suelo pidiendo clemencia, mientras tanto su agresor, erguido frente a él y con aires de superioridad, sostenía una pistola humeante con la mano derecha al mismo tiempo que manoseaba sus genitales con la izquierda. ¿Le picaba algo? ¿Ladillas? No creo que ese fuese el momento adecuado para preguntárselo

por **Lorelleine Devonshire** Sáb Abr 05, 2014 8:27 am

Había caído la noche y por suerte podría salir a pasear. Estaba decidida aquella noche a visitar la taberna. Había escuchado hablar de aquel lugar y no podía evitar sentirme curiosa. Imaginaba el lugar exactamente igual que el más lujoso de los bares con puntillas hasta en los vasos por ende mis ganas de visitarlo eran aún mayores.

Paseé por las calles que permanecían en silencio. París a aquellas horas sin duda era un sitio excesivamente lúgubre pero no temía porque nadie me hiciese nada, era tan apocada que nadie se percataría de mi presencia. Por si acaso, tapé con mi chal mi melena rubia siendo de esa forma aún más invisible.

Al llegar cerca de mi destino pude ver a dos hombres forcejeando, decidido uno de ellos a arrebatarle al otro un objeto, el otro mientras tanto, tenía una de sus manos ocupadas en su bolsillo del que sacó un arma.

Atónita miré lo que estaba ocurriendo frente a mis ojos escondiéndome en la esquina por medio a salir herida y un grito escapó de entre mis labios cuando la pistola se disparó con un gran estruendo y la bala perforó el cuerpo de uno de los hombres.

No tardaron mucho tiempo en salir varias personas del interior de la taberna que yo había querido ver, quizá en otro momento estaría entusiasmada o decepcionada porque no fuese lo que yo esperaba pero en ese instante solo podía pensar en lo que acababa de ver. Aquel hombre aún tendido en el suelo parecía muerto. Mis manos fueron hacia mi pecho intentando que mi corazón se calmara. Debía obligarme a dejar de ver ese cadáver. Busqué con la mirada otra cosa en la que centrarme y me decidí por contemplar a aquel hombre que parecía completamente impasible a aquella situación. Sus labios es más formaban una mueca que escondía una risa. ¿Se estaba divirtiendo viendo a un hombre muerto?

por **Gianluca Audittore** Dom Abr 06, 2014 9:32 am

Tras despertar me levante con algo de pereza, me puse en pie, poniéndome por encima un batín salí de mi habitación oscura, en la cual no entraba la luz. Al abrir la puerta ahí estaba ya Babette, tras que me hiciera una educada reverencia, me entrego mi traje perfectamente limpio y planchado.

Ciertamente había tenido suerte en tenerla como sierva, era eficiente además de extraordinariamente bella, no era sencillo encontrar una pelirroja con ojos claros. Luego que me dejara solo, me vestí, la ropa me quedaba como un guante, el traje gris era de la mejor manufactura que el dinero podía pagar.

Tras esto subí las escaleras, para llegar a la planta baja, ya que mis aposentos se situaban en lo que antes era el sótano. Tome mi chistera y bastón, para disponerme a salir.

Tranquilos esta noche me apetece pasear solo. Comente a Jean Luc y Pierre, que normalmente me acompañaban y conducían mi carruaje. Pero esa noche me apetecía andar. Así que con andares elegantes apoyado en mi bastón, cuya empuñadura era la cabeza de un león en plata, comencé andar, tras unos momentos de titubeo, decidí marchar a la taberna, me apetecía algo de ruido y la plebe la verdad era divertida para ello.

Después de un rato de caminata, llegue a las proximidades de la taberna, justo cuando estaba por llegar, pude escuchar una discusión, luego un disparo y tras ello un tumulto. Fijándome vi allí en pie a un hombre rondaría la cincuentena y en una esquina algo que me gusto más, una mujer aparentemente asustada miraba la situación "Es momento que un caballero actué" Me dije.

Me acerque a ella con cuidado sin querer asustarla por lo que no fui muy sigiloso. bonne nuit, señorita ¿Esta bien? No es conveniente que una dama ande sola a estas horas en este lugar. Digo a la joven a la vez que hago una reverencia.

por **Lorelleine Devonshire** Jue Abr 17, 2014 5:17 pm

Aún paralizada por el ruido y la situación que acababa de contemplar escuché una voz que elegantemente se dirigía a mí. La suavidad y dulzura de su aterciopelada voz me hacía entender que no quería asustarme mas no pude evitar dar un gran respingo llevando mis manos a mi pecho para intentar calmar de aquella manera mi corazón desbocado.

Observé sus modales tan refinados y le respondí con una reverencia de la misma manera. Sin duda alguna era de la alta sociedad siendo yo tan solo una simple plebeya ante sus ojos.

- Ne-nece -me obligué a tranquilizarme para que así pudiese él entenderme. Bajé mi mirada al suelo pues nunca se podía mirar a ningún amo a los ojos y tras respirar profundamente continué.- Necesitaba tomar algo de aire, monsieur -respondí como avergonzada temerosa de haber hecho algo demasiado horripilante como para merecer el peor de los castigos.

Intenté no ser excesivamente osada pero no pude evitar observar de nuevo aquel cuerpo rígido en el suelo. Estaba muerto, sin duda. Un poco tambaleante dejé aquella escena atrás dándole la espalda al cuerpo inerte.

por **Gianluca Audittore** Vie Abr 18, 2014 3:33 am

La actitud de la mujer mostraba nerviosismo y vergüenza. No tenía muy claro si era por mi presencia o por otro motivo, lo que estaba claro que parecía impactada ante aquel cadáver en el suelo. Hacía mucho que esas cosas habían pasado a ser parte de mi vida, no recordaba ya cuando una muerte o un cadáver podían producirme algo ni siquiera asteo. Pero veía que no era el único la gente pasaba alrededor del cuerpo, sin más, algún tipo avispado se acercaba a el preocupándose pero realmente aprovechaba para robar algo de los bolsillos, como esas aves de rapiña que van acabando con un cadáver poco a poco.

Pero al parecer a la joven le ocurría lo contrario, por medio de mis sentidos agudizados notaba su corazón palpitar, en cierta manera el cazador trato de hacerse presente, pero lo controle con facilidad, tras tantos años había aprendido hacerlo, si esto hubiera ocurrido un par de siglos atrás, posiblemente la joven hubiera acabado con algo de sangre menos en su cuerpo.

Tranquila madame, lo entiendo. ¿Me permitiríais acompañaros?, las calles no son seguras a estas horas y menos para una mujer de vuestro porte. Así que si no os es molestia os acompañare a vuestra casa o donde os dirigías. No me perdonaría que os sucediera algo. Le digo a la mujer, no me gustaban las relaciones sociales, aunque a veces agradecía conversar, por el simple hecho de hacerlo, supongo que era algo que no podía evitar.

por **Lorelleine Devonshire** Vie Abr 18, 2014 1:54 pm

Al escuchar las palabras de aquel hombre sin duda alguna me sorprendí. ¿Porte? ¿No se había percatado de mi baja adquisición? Es cierto que mis modales eran sumamente exquisitos gracias a mi institutriz en aquel orfanato de mala muerte. La señora Devonshire, que me había regalado su propio apellido para que no careciera de él, a la par que dura era una mujer que sabía comportarse. La añoraba.

Regresando al presente mis ojos se atrevieron a alzarse hasta los de aquel hombre. Mis rizos tapaban mis mejillas, jugando con ellas de una manera que me regalaba cosquillas pero no las suficientes para que me pusiese a reír.

- Os lo agradezco, señor -musité con dulzura regalándole una pequeña sonrisa por aquel gesto tan caballeroso aunque aún mi cuerpo temblaba por la emoción vivida aquella noche.- Me dirijo al Palacio Royal -bajé nuevamente mi mirada respirando de manera profunda.- Supongo que ya habréis notado por mis ropajes que no soy más que la criada de ese lugar tan... indescriptible.

Con mis dedos temblorosos me coloqué el chal de manera que así cubriesen mis brazos y el escote de mi vestido frenando así el frío gélido del invierno de París.

por **Gianluca Audittore** Sáb Abr 19, 2014 2:07 am

Me fije en como los rizos caían en la cara de la joven, se la veía timorata, aunque lo cierto que chocaba con la idea de ver a alguien tan tímido en un sitio así. Por un segundo pude ver aquellos ojos mostrando un bello rostro, pero como si fuera uno de esos animales de campo que asoman sus cabezas pero que al instante se ocultan de nuevo en sus madrigueras, la chica aparto la vista nuevamente.

Al parecer se dirigía al Palacio Royal, servía en el, por lo que me dijo. Pude apreciar como trataba de protegerse del frio con su chal, así que con un gesto rápido y elegante me quite la capa que llevaba en ese momento para colocárselo encima a la mujer.

Permítame no estaría bien que os resfriarais, con esto estaréis más resguardada. Le digo a la mujer mientras le coloco la capa, por la diferencia de estatura no hubo problemas para poder envolverla con cuidado. Ciertamente la noche era fria, a veces olvidaba que ya no lo notaba y me guiaba por la epoca del año, para vestirme acorde.

Entonces madame partamos al Palacio Royal. La digo a la par que le ofrezco mi brazo para andar. Por cierto igual es algo indiscreto ¿Pero que os hizo venir a un lugar como este? Se me hacia extraña su presencia en este lugar, era como ver una rosa en el desierto.

por **Lorelleine Devonshire** Sáb Abr 19, 2014 8:26 am

Pude notar la mirada de aquel caballero sobre mí todo el tiempo. Poseía algo que me ponía aún más nerviosa pero me obligué a mí misma a pensar que era por el efecto producido tras observar semejante crimen. Mis manos se apoyaron sobre mi plano vientre como un gesto inconsciente para calmar el revoltijo de emociones tan intensas que procuraba procesar sin mucho éxito.

Me sorprendí al sentir la capa deslizarse con suavidad por mis hombros cubriendo mi pequeña y liviana figura. Era tan cálida y reconfortante que una sonrisa se dibujó en mi rostro sin que me percatara de ella. Ese calor que sentí de repente acompañado por la caballerosidad de aquel señor provocaba que un extraño sentimiento de paz y seguridad comenzara a gobernar ante todos los demás.

Alcé mi mirada hacia él permitiéndole que observara cada milímetro de mi blanquecina piel. Me incliné con cuidado hacia él y deposité un pequeño beso en su mejilla como agradecimiento por su caballerosidad. Desde lo sucedido en Escocia ningún hombre me había tratado con dulzura y estaba acostumbrada a los tratos toscos hacia mi persona.

- Muchas gracias, monsieur -susurré volviendo a recuperar cierta calma en mi voz que esperaba le resultase agradable.

Escuchando sus palabras me quedé unos segundos callada caminando a su lado rumbo hasta el Palacio Royal. Mordiendo mi labio inferior nerviosa pensé en mentirle mas no tenía sentido alguno y detestaba las mentiras.

- He escuchado hablar en innumerables ocasiones de la taberna y por ese motivo decidí buscarla por mí misma. Si hubiese sabido que me encontraría con esa situación no lo hubiese hecho en la vida -musité volviendo mi voz a tener ese ligero temblor.

Vi como me ofrecía su brazo y con vergüenza deslicé el mío por el suyo apoyando mi mano en la parte interna de su codo. Aquel hombre sin duda conseguía sorprenderme por la forma en la que me trataba como a una igual.

por **Gianluca Audittore** Sáb Abr 19, 2014 9:44 am

Aun parecía algo nerviosa por la situación del cadáver, pero tras colocarle la capa pareció que se encontraba algo mejor, podía ser el calor que producía o también por la sensación de protección que podía originar en su pequeño cuerpo. Aunque su reacción final me sorprendió al ver como levantaba esa mirada escurridiza y pude sentir sus labios en mi mejilla, un beso de tal inocencia que me sorprendió, hacía mucho que no notaba algo tan inocente como aquel beso y reacción de la joven.

Comenzamos a caminar guiado por ella hacia el Palacio Royal, cuando me dijo el motivo de estar en este lugar. Al parecer estaba por simple curiosidad, le habían comentado sobre esa taberna y pretendía verla, aunque supongo que lo del asesinato le quito las ganas.

Pare por un segundo y con mi mano libre, levante suavemente su barbilla para poder mirarla a los ojos. Pues si lo desea podemos entrar en la taberna y así saciar su curiosidad, la noche aun es joven y al menos el viaje que realizo no sería en vano. Yo la protegeré de cualquier mal. La digo con un tono que muestra mi total seguridad. Lo cierto era que posiblemente ella agarraba al ser más peligroso de aquella zona. En cierta manera tenia curiosidad que buscaba la chica en una taberna como aquella, no era un lugar precisamente para alguien de sus maneras, aunque se podía pensar lo mismo de mí.
La inocencia que mostraba aquella joven comenzaba a gustarme e interesarme “Sera una pose, o es así en realidad”

por **Lorelleine Devonshire** Sáb Abr 19, 2014 4:23 pm

Aquella dulce y confortable sensación de sentirme protegida bajo la capa me hacía sonreír cada vez más. Aún tiritaba mas no por el frío sino por aquel cuerpo que había visto tirado en la calzada. Si fuese lo más horroroso que hubiese visto al menos... Bajé mi mirada en el instante que sus dedos tomaron con aquella suavidad mi mentón. Alcé mi mirada fijándola en sus ojos sintiendo la seguridad en la suya al igual que en sus palabras que conseguía que se deslizase por todas mis terminaciones nerviosas.

Sonrojada por su tacto sobre mi piel, apoyé mi mano temblorosa en su muñeca como acto reflejo. Mi corazón volvió a palpitar demasiado deprisa y el rubor subió a mis mejillas por una razón que no entendía. Quizá fuese tan solo por el hecho de poder ser protegida por un hombre de alta alcurnia o por el hecho de que aquel caballero me mimara de una forma distinta a un pedazo de carne al que ultrajar.

- Mi curiosidad sigue intacta mas no podría pasar junto a aquel cuerpo sin intentar socorrerlo a pesar de que fuese imposible. No debí quedarme estática -desvié mi mirada mientras me reprimía a mí misma.- ¿Cómo he podido no hacer algo por aquel hombre mientras se desangraba? ¡Oh, debo ser una mujer horrible! -tapé mi rostro con mis manos sumamente afligida por no haber ayudado a alguien que lo necesitaba. Yo misma había pasado por momentos tan horribles y nadie me había socorrido.

Quité mis manos de mi rostro y volví a mirar a aquel que deseaba ser mi protector. El sonrojo volvió a mi rostro como una mezcla de sentimientos que no estaba dispuesta en ese instante a procesar.

- ¿Realmente me protegería? No deseo causaros ningún tipo de molestia, monsieur. Ya me habéis prestado vuestra capa a pesar de no conocernos. Seguramente tendréis mil cosas mejores que hacer que socorrer a una simple sirvienta -bajé mi rostro junto a mi mirada observando la calzada de pequeñas piedras cual romana de aquella parte de París.

por **Gianluca Audittore** Dom Abr 20, 2014 1:41 am

La mujer parecía algo más calmada, temblaba y notaba palpitar su corazón, posiblemente a consecuencia de todo lo que había ocurrido, aunque a veces mi presencia hacia que ocurriera eso con algunas personas. El rubor de su rostro me gustaba, mostraba esa candidez e ingenuidad que me atraía de la joven.

Oh querida, posiblemente nadie pudiera hacer nada por ese hombre. A veces no podemos salvar a todo el mundo madame. No vos no sois horrible, simplemente sois humana es una reacción natural quedarse parado ante la muerte. Comente con tono cándido y dulce, para que evitara pensar en aquello la joven. Aunque la verdad hablaba por comentarios que más de una vez escuche en lugares, puesto que hace tiempo que mi ser dejo de sentir cosas como aquellas.

Por supuesto que os protegeré, sois una flor delicada y yo admiro la belleza sobre todo. Le digo mientras me acerco a su oído. Aparte será un placer compartir mi tiempo con una bella dama como vos. Le susurro insinuante a la joven, no pude evitar ese juego, era algo que podía superar mi voluntad.

Después de esas palabras, gire en dirección esta vez hacia la taberna, me apetecía ver a la joven como reaccionaba a un ambiente como una taberna. Estaba animado, la noche prometía e igual podía acabar mejor aun. Apoyandome elegante en mi baston, caminaba junto a la joven por las calles que antes habiamos pasado, para llegar a la taberna, mientras nos acercabamos el sonido de musica y voces se hacia mas presente, al menos para mis sentidos mas agudos que el de los humanos.

por **Lorelleine Devonshire** Dom Abr 20, 2014 7:55 am

Escucharle tranquilizarme era algo inaudito para mí. Nadie había perdido su tiempo para nada de lo que aquel hombre había hecho por lo que estaba sumamente agradecida por ello. Mis ojos observaron cada uno de sus rasgos parando en aquellos ojos que no parecían desear dejar de contemplarme. ¿Qué ocurría? ¿Podía acaso realmente resultarle agradable a la vista?

- Gracias por sus palabras, monsieur. Sé que no podría aunque lo deseara salvar a todo el mundo mas no puedo evitar sentir ese sentimiento de reproche ante mí misma. Tan solo haberlo intentando aunque aquel pobre hombre estuviese condenado a lo inevitable -musité transmitiéndole mi desazón. Él parecía comprenderme e incluso preocuparse por mí era el matiz que me animaba a sincerarme con él.

Acto seguido el sonrojo invadió mis mejillas nuevamente pues las palabras que acababa de pronunciar me resultaban inauditas. ¿Una delicada flor? ¿Admiraba mi belleza? ¡Qué palabras tan hermosas jamás antes pronunciadas para referirme a mi insignificante figura! Bajé la mirada antes de percatarme de como se acercaba a mí. Su dulce aliento golpeaba contra mi oído provocando ligeros temblores por su cercanía y quizá por un deseo prohibido a que no se separara. Me gustaba sentirle tan cerca aunque me pusiera tan nerviosa.

- ¡Qué cosas dice, monsieur! -siseé temblorosa jadeando suavemente ante aquel momento. Mi corazón latía tan deprisa que no podía engañarme, era por él, por lo que acababa de pronunciar y decirme. Ese hombre era un tanto osado mas tenía algo que me atraía, que deseaba seguir conociéndole sin duda alguna.

- Gr-gracias -susurré teniendo la suficiente valentía para acercarme a su oído también.- A mí también me agrada su compañía -dije con voz temblorosa y mi sonrojo se extendió tanto que llegó a mis orejas.

Estaba tan sumergida en mi propia atmósfera que ni cuenta me había dado que nuestros cuerpos habían girado y se dirigían de nuevo a la taberna. Me dejaría llevar por él. Me permitiría conocer hasta el mismísimo infierno si estaba bajo su protección.

por **Gianluca Audittore** Dom Abr 20, 2014 10:06 am

La joven ahora parecía receptiva a volver a la taberna, aparte de excitada ante mis palabras, su corazón sonaba como un tambor que fuera golpeado rápido y fuerte. Eso en cierta forma me gustaba, mostraba que aun poseía mi toque con las damas. La muchacha parecía querer salvar a todos, desde luego eso sumado a su inocencia, era un coctel que la hacía atrayente, al menos para mí.

No querida no os podéis arriesgar, valéis mucho más que esta gente, solo que no lo veis. Comento con un tono convincente, la joven valía más que la chusma que nos rodeaba.

Querida no tenéis que temer nada y espero agradezco también vuestras palabras. Por cierto Gianluca para serviros. Digo a la joven mientras andábamos, en aquella fría noche haciendo que las calles apenas estuvieran habitadas, salvo aquellos que raudo se dirigían a algún lugar.

El rubor de las mejillas aún permanecía en la cara de mi acompañante mientras llegábamos a la puerta de la taberna. Se podía apreciar el ruido de fiesta procedente de su interior, así como el típico olor de tabaco, alcohol y la aglomeración de personas. Entre en su interior caminaba delante y en un segundo logre vislumbrar una mesa en el lado izquierdo de la misma. Tomando de la mano a la joven avance hasta el sitio, algún estúpido trato de molestarnos, pero no hizo falta más que quitarme mis pequeñas gafas y clavar mi mirada en él, para que cambiara de opinión.

Así llegamos a la mesa y ayude a mi acompañante a sentarse, mientras la quitaba la capa. El local mostraba un ambiente de fiesta, mujeres bailaban con algunos hombres, mientras otros reían y bebían, el típico ambiente de taberna.

por **Lorelleine Devonshire** Dom Abr 20, 2014 12:40 pm

La música empezaba a llegar a mis oídos. Rápidamente pude sentir como la sonrisa se formaba en mis labios. Amaba la música, más que cualquier cosa en este mundo. Apreté suavemente su brazo mientras él hablaba conmigo. El rubor no desaparecía pero eso ayudaba a que mi rostro no se quedase helado por el frío de París. Lamentablemente no sucedía igual con mi nariz, la cual estaba tomando un divertido tono rojizo haciendo que todo mi rostro pareciese un tomate.

- Nadie vale más que otra persona, al menos a mi parecer. Todo el mundo se merece ser cuidado y protegido por otro semejante -susurré bajo pues no quería llevarle la contraria pero era lo que yo pensaba. Quizá era demasiado extraña pero no podía evitar sentir deseos de proteger a todo aquel que necesitase consuelo.

- Entonces prometo sentirme a salvo en su compañía - respondí sonrojada para luego morder mi labio inferior antes de decirle mi nombre.- Lorelleine Devonshire -hice una pequeña inclinación de cabeza.- ese es mi nombre -susurré antes de repetir acariciando su nombre entre mis labios.- Gianluca...

Entré en el local obligándome a no mirar el cuerpo del hombre que aún estaba tendido en el suelo. ¿Cuánto tardarían en retirarlo para darle sepultura? Caminé tras él pasando entre la gente, sonreí observando el ambiente del lugar. Salvo el aroma a tabaco me encantaba ver como la gente reía y bailaba disfrutando la música quizá no de la manera más respetuosa pero era algo digno de admirar.

Dejé que me llevara agarrada de la mano hasta la mesa que había escogido. Me senté en la silla regalándole a aquel hombre una sonrisa mientras apoyaba mis manos en mi regazo.

- ¿Soléis venir a este lugar, Gianluca? -miré sus ojos agradecida por todo lo que estaba haciendo por mí. Observé todos sus rasgos. Era un hombre muy apuesto, sus gafas le daban un toque distinguido y moderno. Deslicé mi mirada por su nariz hasta llegar a sus labios y después sonrojada desvié mi mirada para que él no se percatara.

por **Gianluca Audittore** Dom Abr 20, 2014 2:09 pm

La contestación de la joven me hizo gracia, no estaba de acuerdo pero tampoco se atrevía a decírmelo directamente, me gustaba eso, aunque lo cierto era que también me gustaban las mujeres duras de carácter, como siempre era un misterio, pero lo cierto que adoraba a las mujeres, todas tenían algo especial y más lógicamente las bellas. Posiblemente estéis en lo cierto y yo equivocado. Pero creéis que aunque alguien malo hasta un asesino ¿Podría merecer vuestra protección? ¿Por solo que se sintiera? Pregunte intrigado por la posible respuesta.

Lorelleine así dijo que se llamaba, bonito nombre. Intuyo que vuestro nombre no es de estas tierras ¿Acaso sois de fuera? Pregunte curioso mientras nos estábamos sentando.

Bueno no soy asiduo a este lugar, pero si he venido alguna vez, como a otros lugares parecidos a este, aunque también me prodigo por los teatros y operas, me gusta variar y probar todo. Le digo usando un tono algo insinuante en las últimas palabras.

Veía como ponía sus brazos en el regazo aunque parecía que disfrutaba de la música y ambiente. Entonces que os parece el sitio ¿Es como lo imaginabais?. Aprovechando llame a un camarero el cual no tardo en venir, pedí una botella de vino y dos copas para tomar algo. Después deje en la mesa mi sombrero de copa, el bastón y las gafas. Al igual que mi capa la doble y la apoye en el respaldo de una silla vacía.

por **Lorelleine Devonshire** Dom Abr 20, 2014 2:35 pm

Escuchando como sus palabras surcaban el aire incliné lentamente mi cabeza hacia un lado quedándome un tanto sorprendida por la manera en la que deseaba conocer lo que pensaba. Puede que estuviese equivocada pero la manera en la que todos me habían ignorado durante tanto tiempo y mi imposibilidad a sentir odio me hizo contestar rápidamente.

- ¿No debería merecerse todo el mundo una segunda oportunidad? ¿Quizá intentar comprender las razones por la que lo hace? Solamente escuchar, intentar ponerse en su situación para ayudarles a cambiar. En el caso de que no lo deseen -hice una pequeña mueca jugando con mis dedos en mi regazo.- no insistiría mas si a mí me tratan bien no encuentro motivo para no hacer lo mismo -me encogí de hombros bajando la mirada avergonzada por mi manera de pensar.

Los acordes conseguían que mis pies se quisieran ir solos pero apoyando mis manos sobre mis rodillas paraba mis piernas para no bailar evitando de esa manera quizá darle alguna patada al hombre que me acompañaba.

- Está en lo cierto. No soy parisina. Nací en Escocia -alcé mi mirada hasta sus ojos volviendo a desviar acto seguido mi mirada hacia el camarero que nos servía la botella de vino. Entrecerré mis ojos para leer la etiqueta mas no la hallé por ninguna parte.

Vino. No estaba para nada acostumbrada a beber vino pero tomaría un sorbo para poder disfrutar de la compañía de Gianluca.

- ¡Teatros y óperas! -la emoción teñía el tono de mi voz y sonreí mientras soñadora me perdía en las posibilidades. Las historias que debían allí contarse y la música tan exquisita que podría escucharse completamente en directo.- ¡Oh, qué suerte tenéis! Jamás he pisado un teatro o una ópera. Sin duda alguna os envidio en ese aspecto -mordí suavemente mi labio inferior obligándome a regresar al lugar donde estábamos.

Su tono sugerente me avergonzó pues nadie lo había empleado de esa manera siendo mi persona a quien estaba dirigido.

- Sin duda es menos... elegante de lo que yo pensaba pero lo pintoresco también tiene su encanto -sonreí mirándole tomando uno de los vasos entre mis dedos poniéndolo frente a mí.

por **Gianluca Audittore** Dom Abr 20, 2014 2:53 pm

La muchacha parecía emocionada ante el ambiente y la música, podía percibir ciertos movimientos en las piernas de ella aunque evitaba mostrarlo. Seguía contestando pero conteniéndose o eso me parecía. Así que evite seguir por aquel camino, lo cierto era que según sus palabras hasta alguien como yo merecía su ayuda.

Vaya Escocia, no he podido estar pero escuche que es un lugar bonito, algo lluvioso quizás, pero de bellos paisajes y bellas mujeres por lo que puedo ver. Conteste a la joven. En su momento tuve negocios con un escoces, bebía y despotricaba como un estibador de puerto, pero era un hombre de palabra.

Cuando la escuche emocionada ante el tema de los teatros, caí en la cuenta que ella era posible que no pudiera asistir a ellos "A veces se me olvida la diferencia que es tener o no dinero en este mundo". Así que por el momento obvie hablar sobre ello.

Tenéis razón a veces lo elegante es demasiado cargante y esta ceñido a las normas, aquí podéis ver a las personas más desinhibidas disfrutando de la compañía de otros y de la música. Me parece que esto último os gusta, si es así bailar sin temor aquí nadie os reprenderá por ello. Le digo ya que notaba como si estuviera conteniéndose, así que le serví otra copa, era posible que solo necesitase algo de ayuda, igualmente me sirvo otra copa que ya tenía vacía.

por **Lorelleine Devonshire** Dom Abr 20, 2014 3:18 pm

Puse el cristal sobre mis labios y dí un sorbo, no iba a dejar que la borrachera gobernara mi entendimiento. Mordí mi labio inferior para luego apoyar nuevamente el vaso mirándole de nuevo. Reí avergonzada porque me había descubierto para luego tamborilear con mis dedos sobre la mesa.

- Escocia sí, es un lugar muy hermoso mas cualquier mujer es más hermosa que la que estáis contemplando, Gianluca -negué suavemente haciendo que mis rizos rozaran mis pómulos jugueteando con mis pestañas y enredándose en ellas.

- Estoy de acuerdo, es diferente a los bailes que suelen verse en el Palacio Royal mas me encanta -reí y después negué completamente sonrojada.- ¡Oh, no, no, no! ¿Cómo iba a bailar sola? Me tomarían como una libertina -susurré mirando las parejas que bailaban sin descanso, sudorosas al ritmo de la música tan sugerente que un tocadiscos reproducía para todo el local.

Los faldas rozando las piernas de los hombres, los brazos de estos agarrados a sus cinturas. Tan solo una vez me habían agarrado de aquella manera y el recuerdo provocó que perdiera el color de mis mejillas deseando vomitar.

Podía escuchar a lo lejos el sonido del cinturón. Jadeé y di un pequeño respingo regresando al mundo real donde todo lo impuro parecía ser válido a la hora de bailar.

por **Gianluca Audittore** Lun Abr 21, 2014 1:59 am

La joven evitaba beber, era inteligente no quería dejarse llevar por el alcohol al menos por ahora se resistía. Parecía emocionada cuando hablaba sobre la música y el baile que se producía a unos metros, pero note algo extraño de repente, esa alegría se vio un poco truncada por algún motivo.

¿Estáis bien? ¿Dije algo que os disgustara? Os note algo triste diría por algún motivo. Si es así os pido disculpas. Le dije aunque intuía que no tenía que ver con mis palabras, pero de esta forma esperaba averiguar el motivo que podía hacer que alguien tan entusiasta, perdiera esa alegría.

Viendo eso me plantee bailar, hacía más de un siglo literalmente que no bailaba, me gustaba oír la música y ver al resto hacerlo, pero el bailar yo era algo que tenía abandonado, pero la vitalidad y el entusiasmo de Lorelleine era algo, que era imposible permanecer impasible. Pero seguía intrigado por la razón del cambio de actitud en la joven.

por **Lorelleine Devonshire** Lun Abr 21, 2014 7:59 am

El recuerdo de mi secreto más oscuro volvía a golpear mi mente, azotándola hasta dejarme sin aliento. Mi mirada se perdía, mi corazón se aceleraba y el rostro de aquel hombre me hacía tener ganas de vomitar. Solté mi vaso suavemente como acto reflejo. No tomaría más, no podría hacerlo pues incluso podía sentir la fría hoja de metal recorriendo mi piel, aquella voz tortuosa obligándome a hacer lo que no deseaba.

La voz de Gianluca me hizo parpadear para así regresar al mundo actual. Sonreí débilmente por su preocupación pero no podía hablarle a nadie de algo así. Nunca lo había hecho y dudaba que pudiese hacerlo algún día.

- No, no se preocupe, usted no ha dicho nada malo, Gianluca -negué sin más. No pronunciaría palabra alguna y menos aún a un desconocido. ¿Qué sabía de Gianluca salvo que tenía dinero, porte y su nombre? Nada. Como él tampoco sabía nada sobre mí.

Debía evitar pensar en aquel recuerdo por lo que hice algo impensable para mí meses atrás. Puse mis manos sobre la mesa y me levanté con cuidado. Fijando mi mirada en los ojos de Gianluca, volvería a sonrojarme pues jamás había tenido tanta osadía.

- Baile conmigo, Gianluca -sonreí mientras estiraba mi mano esperando que la tomara, había ese deseo prohibido por bailar con él. ¿Por qué prohibido? Porque no había estado tan pegada a un hombre por pura iniciativa en mi vida.

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