Por unos huevos de oro [Libre]

por **Sirenia Vídgîr** Miér Ene 06, 2016 12:34 pm

Desde que ella había despertado aquella mañana se había quedado durmiendo placidamente en su habitación sin esperar que nada extraño ocurriera. En verdad tenía que seguir repasando los datos de su antiguo mento y amigo, aún le costaba aprender como los demonios o como diferenciarlos realmente de un humano sin estar poseido a uno poseido. Cuando podía, con un péndulo mágico de su antiguo mentor el cual yace enterrado actualmente, ella encuentra entes o fuerzas malignas que cazar, se ha cruzado ya con uno o dos vampiros, uno escapan pero otros mueren en el intento de huir, pero ella fue entrenada para poder ser una maquina de matar. Sin embargo, todos tienen derecho obviamente de buscarla y asi vengarse de ella pero nunca se dejaría atrapar.

Para cuando estaba levantandose de la cama, se coloco sus zapatillas de suave terciopelo y la bata larga de lana colgaba sobre su cuerpo, se la ato para no dejar que cualquier ráfaga de aire entrara, fue a la cocina, preguntó donde estaban todos y cuando menos se lo esperó las unicas dos sirvientas aparecieron, con cestos provenientes del mercado. Sirenia aun se sentia como aquella gitana tímida y sin amigos. La que una vez conoció a su casi verdadero amor, al que después desapareció sin dejar rastro. Pero aquello tenia que quedarse en el pasado de una vez, tenia que moverse hacia delante, tenía que moverse para buscar nuevos retos.

Gladys, una mujer de procedencia exotica la arropo mas con una nueva manta que compró en el mercado, esta misma mujer le preparo a Sirenia un desayuno digno de una cazadora. si, todos en la pequeña casa/mansión sabían a que se dedicaba su mentor y ella. Muchas veces las salvaron de ataques misteriosos a la casa, Sirenia estaba convencida de que solamente era un cretino ladrón que venía cada dos por tres a robar pero estas semanas puso trampas que solo atraparon matojos de ropa raída.

Algún dia atraparía aquel que le robaba las gallinas del corral o simplemente los huevos del desayuno.

Solo tenía que esperar hasta dar con el culpable.

por **Gabriel Cavalho** Lun Mar 07, 2016 10:32 pm

Una mañana invernal con el sol calentando las frías calles y vidas de los residentes parisinos, con las pequeñas brisas gélidas que lograban poner a temblar a todo aquel que cruzara a esas horas, muy temprano, por la mañana. Abrigados todos iban caminando adentrándose a sus labores cotidianas, más, por aquellos rumbos un hombre intentaba cumplir una promesa que había realizado con tanta devoción. Su aspecto dictaba mucho de ser alguien “honrado” pero lo era, aun con su camisa un tanto manchada de pintura, la barba en su rostro y sus manos que parecían haber nacido todas cubiertas de pintura.

Su puesto está en la calle, en el parterre de aquellas grandes casas, no logra llamar la atención porque todos huyen al ver su presencia; la pequeña gatita que le acompaña maúlla a los clientes atrayéndolos, son pocos pero bastan para conseguir las primeras monedas con aquellos cuadros que antes había elaborado, más uno le toma tiempo por tratarse de un cliente algo exigente que al parecer tenía el toque artístico y pedía un cuadro exclusivo y únicamente para él inspirado en sus palabras; una tarea un poco difícil, pero no por eso se dejó amilanar, al contrario comenzó a observar al hombre escuchándole hablar con otra persona lo que dio los primeros colores.

Al cabo de una y con la satisfacción del cliente de ver su alma reflejada se aleja, el pago llegará al taller del hombre, aunque ha dejado unas cuantas monedas que servirán para poder alimentarse junto a su adorada mascota. Cuando se percata de ello ella ha desaparecido del lugar, retomando su pequeño puesto corre tras su pequeña amiga, puede oírla maullar cerca, tras los muros de una casa; con los nervios de que no le permitan entrar por el estado en el que se presenta decide saltar el muro para buscar a su única compañera –Nep, Nep gatita gatita, ven regresa– susurra entre los cacareos de las gallinas.

Camina entre ellas alejándolas por lo pronto dándose prisa para encontrar a su gatita hasta que el sonido del gatillo lo pone a sudar quedándose quieto en aquel lugar. Levanta las manos con los ojos cerrados rezando –Lo siento, lo siento, solo vine por mi mascota se lo juro no vine a robarle ni a hacer ninguna clase de mal ni nada– comenta con la respiración agitada rogando que el tirador no suelte aquel gatillo.

Para alguien que estaba en contra de las armas y la violencia, ahora se veía inmerso en medio de ello sin darse cuenta

por **Sirenia Vídgîr** Lun Abr 04, 2016 12:58 pm

El desayuno pintaba delicioso y su estómago pedía mucha más comida, pero por el momento iba a ser suficiente. Lo que no se esperaba Sirenia es que finalmente cayera en la trampa el ladrón que siempre estaban robándole en el gallinero los huevos o alguna que otra gallina para que tuviera sus huevos para desayunar, con lo que rápidamente salió disparada hacia la habitación, se vistió con lo primero que pilló y mientras sus sirvientas guardaban el desayuno ella se alistaba y cogía la escopeta para comenzar el camino hacia abajo, directa hacia el jardín.

Cuando llego descubrió a un gato callejero persiguiendo a varias gallinas. Suspiro y bajo el arma enseguida comenzando a reírse – Un gato, Jajajaja –dijo entre risas pero después alzo la escopeta cuando vio bajar del muro a un hombre que estaba todo cubierto de pintura, pantalones, camisa, hasta aquella barba poblada que le decía que estaba metido en el arte de la pintura hasta las trancas - ¡EH, tu! –Dijo sorpresivamente - ¡Alto ahí ladrón! –Dijo percatándose de que el gato posiblemente era el segundo secuaz del hombre que ahora apuntaba con la punta de la escopeta - ¿No ganas suficiente dinero y tienes que robarme a mí la comida? –Pregunto encarándose finalmente con el ladrón.

Pero algo no le cuadraba a la ex –gitana. Aquel joven era un gitano, lo podía intuir nada más ver sus ropas y su manera de vestir. Muchos gitanos eran buenos y honrados como lo era ella, pero el tiempo ha sido cruel en tratarlos mal pero igualmente han sabido salir adelante. Con el arma aun entre sus manos suspiro profundamente hasta que ya fue bajando el arma hasta el nivel del suelo, mostrándose así apaciguada por el momento – Intuyo que eres un gitano que perdió a su gato – Dijo con firmeza, su mirada se dirigió hacia el gato el cual cogió con cuidado en brazos tras dejar el arma en el suelo.

Se dirigió hacia el desconocido y se la entregó – Toma, aquí tienes joven – Sonrió con sutileza y entonces su estómago fue el culpable de delatarla - ¿EH, tienes hambre? Hay desayuno de sobra así que…. ¿Porque no? –Dijo un poco más amigable para después ir hacia el arma, cogerlo en una mano a la espera de la afirmación – Tranquilo, no voy a dispararte –Dijo para después reírse con la mano delante de su boca.

por **Gabriel Cavalho** Dom Abr 10, 2016 4:22 pm

Susto enorme que pegó en aquel momento el cual se veía ya con rezos y plegarias a santos y al supremo poderoso, no es que él haya sido la persona más devota pero si creía en algo superior, en una fuerza externa que movía todo en los seres, y por lo tanto encomendaba su pecadora alma a las manos de aquella fuerza. Sus ojos cerrados tratando de encontrar la forma de hacer entender a aquella mujer que él no era un hombre peligroso, pero el miedo a un fin era lo que no le dejaba pensar, o mejor dicho escuchar con claridad.

Petrificado, con la boca abierta y su pequeña gatita que se regodeaba entre sus brazos para encontrar un poco de calor ante el frio de la estación. Sus ojos no podían creer, tragaba en seco en varios momentos incluso cerraba y abrir sus ojos para ver si aquello no era una broma y ya estaba muerto, revisaba el suelo solo con tal de ver su cuerpo tendido y su pequeña gatita llorando ante la pérdida de su único amigo; pero nada de eso había, así que lo que ocurría era real.

El ofrecimiento era de lo más acertado, hace varios soles y lunas que no había probado bocado más que solo el pan que había comprado y un poco de leche, quizás por ello el hablar de comida lograba que su estómago rugiera cual león, pero aún con el hambre que tenía sus modales fueron lo primero en aparecer, quizás su manera de agradecer el continuar con vida y que la mujer le creyera –No creo que es muy educado de mi parte entrar de estar forma a su propiedad, quizás pueda pagarle la comida que me ofrezca con algo que se hacer muy bien, una pintura suya o de su alma, lo que desee ese será mi forma de pagar y agradecerle el que me haya creído– sonríe abrazando a su mascotita que le da unos rasguños como reprimenda, a lo que él solo puede sonreír metiéndola dentro de su camisa.

Acompaña a la mujer siguiéndola desde atrás sin acercarse mucho para mantener la distancia y el respeto, más era porque en su mente algo rondaba –Disculpe, madame, pero hay algo que no puedo sacarme de la cabeza– tose un poco mirando hacia un lado par ano parecer alguien descortés con la dama que desinteresadamente le brindaba aquella ayuda –¿Cómo usted supo que era un gitano? No percibo en usted alguna habilidad o algo diferente, aunque su aura tiene muchos colores y aromas que desprende– sonríe sinceramente sin engaño o truco alguno.

por **Sirenia Vídgîr** Miér Mayo 04, 2016 8:00 pm

“No es que me apetecía coger la escopeta e ir disparando a cada monstruo que me encontrara”

No son palabras que puedan situar a Sirenia en un buen estatus social. La mirada hacia el desconocido fue una entrada pero solo sonrió hacia el ajeno. Se sentó sin decir palabras y con una mano – Siéntese…¿Nombre tienes? –Pregunto, eludiendo preguntas incomodas de tener que recordar su pasado que, no es que fuera horrible, pero está tan sola en el mundo que la soledad es su pasado, su presente y teme que sea su futuro.

– El problema…Bueno, discúlpeme si fue algo impulsiva antes con el arma o al haberme puesto en guardia –suspira – Últimamente hay un joven o una joven, no se de quien se trata pero algunas mañanas me encuentro las cestas de las gallinas calientes pero no hay huevos para el desayuno o el resto del día. A veces me falta un cerdo, o una vaca…-encoge los hombros – Intento encontrar una manera de soportar estos continuos robos, pero si voy a la policía, se burlarían de nuevo de mí, ya fui, denuncie varios robos pero como no está mi tutor no me toman en serio –suspira frustrada – por ello me mantengo alerta y perdóname si te has sentido afligido o similar…-rueda los ojos- También se me va un poco el temperamento pero te juro que nunca he matado a nadie –ríe en cuanto intuyo que era hora de para de darle a la rueda del habla.

Sirenia paso delicadamente algunos condimentos del desayuno para que su invitado pudiera alcanzarlo – Me llamo Sirenia –Sonríe al extraño pues aunque no le hubiera dicho el nombre a ella, sentía que era de confiar – y lamento si eludí su pregunta de cómo averigüe su procedencia –mira a otro lado – No…no quiero hablar del pasado –le mira sonriendo con cierta paz.

– Pero me preguntaba si tenía algún trabajo fijo en alguna zona de Paris o si esta libre – Se sentó más cerca del hombre, acercándole una taza caliente de té - ¿Toma té? ¿Uno o dos terrones? ¿Leche? …o ¿No quiere leche? –Sonrió, se rio porque salió de su interior, se estaba ilusionando de que hubiera una mera posibilidad de que alguien pudiera ser su amigo.

Aunque fuera solo uno y que no desapareciera misteriosamente.

por **Gabriel Cavalho** Sáb Mayo 07, 2016 11:38 pm

Nervios, tantos que las manos le temblaban al estar en una propiedad ajena y más con lo ocurrido hace momentos anteriores; por más que trataba de calmarse con cada trago seco que producía su boca no le era suficiente lo único que pudo hacer fue pensar en sus pinturas y obras de mármol dejándose envolver más y más en la conversación. Poco a poco los nervios fueron sustituidos, aunque no desparecían; su sonrisa se volvió más cálida como cuando encontró a su pequeña mascota y compañera.

Tomó pidiendo con la mirada permiso, alargó la mano llevándose un trozo de pan el cual la mitad guardo comiéndose la otra lentamente, sin dejar de sonreír negó al ofrecimiento de la dama tomándole la mano en agradecimiento; cierto era que un pasado es difícil de borrar y más aun olvidar sobre todo si hubo dolores que se cuelan en el alma, él lo sabía de todas las formas y por ello mostraba su sonrisa de una forma calma y pacífica, no solo era muestra de amabilidad sino también de apoyo.

Un maullido que crece con el cuerpo de una gatita que se sube a las piernas tratando de trepar a la mesa, siendo aquel hombre el que le niega que siga en su camino mientras gruñe de manera arisca a la mujer –Esta es mi gatita, mi pequeña compañera se llama Nephtys, es algo arisca al inicio y vaya que lo es, pero es mimosa luego– acepta algo de té con un poco de miel en vez de terrón de azúcar –No se si podría decirse a lo que hago un trabajo de tiempo completo o no, aunque le pintar y cincelar mármol es algo que me lleva horas y hasta días, incluso Nep ha tenido que salir a buscar comida con los vecinos o llamar a que me regañe la cacera de la pieza donde vivo y trabajo, así que podría ser solo un trabajo que es a medio tiempo pero se me lleva casi todo mi tiempo en elaborarlo, pero las ventas no son buenas algunos días, otros si, otros son regulares– toma algo de leche para ponerlo en su mano, la gatita comienza a lamer rápidamente dejando limpia la mano de su amo

Se limpió en la camisa lo que quedaba observando a su mascota durmiendo en sus piernas mientras el seguía comiendo despacio saboreando la comida –El pasado es duro, así que no se preocupe no preguntaré por él, es más no creo que sea importante hablar sino más bien mostrar lo fuerte que nos vuelve el pasado en nuestro presente y futuro– toma el té con un sorbo mirando a la mujer –Y que tal si pone trampas, sería más fácil atrapar a los ladrones de esa manera, quizás un hoyo, o como cuando van a cazar un conejo, y los terminan encerrando– ríe porque muchas veces su gatita terminaba en ese tipo de trampas con los vecinos –Mucho gusto señorita Sirenia, me llamo Gabriel Cavalho, soy un artista errante así que es todo un placer conocerla– se limpia la mano en la camisa nuevamente para extenderla a la dama y así estrecharla correctamente sin dejar de sonreír a la dama que mostraba un aura gris de tristeza.

por **Sirenia Vídgîr** Sáb Jun 04, 2016 8:30 pm

-Encantada de conocerte Gabriel, tienes nombre de arcángel, me gusta – Hay que ver lo que aprendió cuando su maestro/tutor desaparecido la acogio en su seno dándola techo y una educación que pensó que jamás tendría.

Las ideas del pintor no eran del todo malas.

Hasta el momento había probado con tonterías para ratas, alguna que otra noche en vela que siempre acababa dormida en el heno detrás de los establos, pero nunca nada daba resultado. Lo mismo tendría que pensar desde otro punto de vista, desde otra perspectiva – Yo tuve un lobo, bueno, no era mi mascota pero si me acompañaba en las noches tiempo atrás. Desapareció y jamás volví a verle la cara o no volví a saber de aquel pequeño animal – sonrió de soslayo – Espero que esté bien en alguna parte – Termino encogiendo los hombros en el sitio, se unto otra tostada para terminar llevándosela a la boca y toser un poco tras atragantarse.

-Le pregunte sobre el oficio, porque mi maestro o mi tutor, en cualquier caso es la misma persona, tenía en mente hace tiempo remodelar las paredes, darle un toque de pintura a las paredes que debido a problemas de vista, los colores vivos son difíciles de soportar para él…así que aún no hemos encontrado alguien que pueda pintar o decorar –levanto las manos de manera inocente – Desde luego usted no es un remodelador o un obrero, pero a mi maestro le ha gustado siempre verse…en un ambiente del cual pueda relajarse estando en la mansión…..¿Cuánto querría cobrar? Para nosotros el dinero no es problema –Y pensar que cuando era gitana lo robaba de los ricos – Le puedo ofrecer cobijo como una habitación mientras…-si acepta- pinta o decora las paredes de la casa, ¿Qué opina usted? –Pregunto sin darse cuenta quizás de que podría haber sido algo atrevida con la oferta de que le decorara la casa entera.

Entonces cuando pensaba que podrían tener más tranquilidad y de un poco más de charla, los problemas empezaron de nuevo.

Sirenia, desde la mesa en la que estaba junto con Gabriel, aparecieron una pareja que iban de la mano, no tendría más de 8 años de edad y sin embargo, a lo lejos se atrevieron a entrar en el gallinero en lo que poco tardo en armarse un revuelo en el interior, tanto que vio como la gata se le erizaba la cola – Vaya, llegaron pronto – suspiro, no quería regañar o hacer daño a un par de críos, pero simplemente con escopeta en mano fue hacia el gallinero para poder poner orden.

por **Gabriel Cavalho** Mar Jun 07, 2016 11:38 pm

Sensatas palabras recibía sin haber realizado obra algo o sin haber dicho lo necesario más que solo la verdad que oculta su oficio y ser. Aquella pequeña felina ronroneaba contra las piernas de su amo lentamente clavando incluso sus garritas en la tela del pantalón mientras aquel solo pasaba su dedo por la cabecita y pancita de la gatita que volvía a sumirse en la tranquilidad.

Observó a la mujer mientras tenía un pedazo de en la boca, su aura estaba completamente en tonos grisáceos y poco a poco se tornaban oscuros como el alma que se reflejaba en los ojos. No pudo decir nada ante la oferta amable de trabajo porque en segundos fue atraído por aquella mirada llena de tristeza, por lo que sus dedos se movían buscando algo con que expresar aquella habilidad que no poseía pero que se había desarrollado de otra forma. Paró sus manos teniéndolas contra si una con la otra sonriendo de manera nerviosa, porque algo era cierto, él no era un decorador pero sabía cómo expresar con colores y estatuas lo que el alma muestra realmente, aquello que más ocultamos y necesitamos realmente en los deseos ocultos del corazón; esa era su verdadera habilidad como un gitano.

Antes de poder contestar a la oferta un pequeño ruido los alerta, enseguida de pie y su gata como buena felina que es dispuesta a defender a su dueñito, mostrando tal agresividad, gruñendo y erizándose el pelaje así como la postura que advierte al enemigo a no cruzar la línea de ella, pero solo era la otra joven que la miraba y sonreía con dulzura mientras tomaba un arma, antes de darse cuenta aquel estaba deteniendo a la mujer. Su mano se cerró en el arma y sus ojos denotaban una profunda tristeza –Son solo unos niños, quizás yo pueda alejarlos si hablo con ellos, si los asusta con esta arma no servirá, porque ahora escaparan y quizás no vuelvan a su propiedad pero quizás también ellos vengan armados o se unan a otros grupos más peligrosos que rondan por las calles; créame la vida en la calle no es muy buena y la comida escasea, déjeme hablar con ellos y pintaré su casa sin pago alguno, mi pago será el dejar a esos niños sin un susto de muerte–

Su tono de voz se apaga al final, cuando la pequeña gatita se pasa entre las piernas del gitano quien la toma entre sus manos –Quedese con ella, le protegerá muy bien, además si los jóvenes están armados no harán nada a quien hable directo a sus corazones hambrientos– un ligero maullido y un guiño que deja atrás mientras en sigilo se encamina al gallinero.

En cuestión de minutos el gitano está hablando con los pequeños que lloran y se lamentan pero con el hambre que tienen este les brinda el pan que había guardado en sus bolsillos así como algo de fruta, los jóvenes salen corriendo jurando a todo pulmón que no robaran y que pedirán un empleo, se despiden del hombre con un abrazo y un beso en la mejilla mientras él solo les declara que los verá el fin de semana –Señora, usted tiene un pintor con ayudantes ¿Cuándo cree que pueda comenzar? ¿Cuándo estará aquí su tutor? – con una sonrisa amplia está de regreso frente a la mujer.

por **Sirenia Vídgîr** Lun Jul 04, 2016 9:32 pm

La velocidad en la que Gabriel resolvió dos pájaros de un tiro hizo que se quedara perpleja después de varios años imcluyendo su infancia siendo una pobre gitana además de su nueva vida como aprendiz de uno de los mejores cazadores de toda Europa. Habia visto muchas maneras de demostrar bondad hacia otros pero esta era una manera para añadir a la lista.

Sirenia, que ladeó su rostro hacia un lado sonrió de oreja a oreja tras ver que no hubo apenas violencia, le dio alivio ver que aún había gente que podía enseñarla a ser humilde. Siempre se le olvida pues apenas tiene compañía para poder crecer entre la sociedad. Siempre en cada fiesta son las mismas caras y apenas hay cambio alguno. Siempre son las mismas conversaciones, los mismos comentarios.

- Vaya, se te da bien...los críos - Dijo con la sonrisa aún en su rostro - A veces se me va la paciencia...lo mismo te han mentido - rio para que la tensión de sus inquietudes fueran tranquilizadas. No sabía que pasaba en realidad con el gitano, pero lo mismo era la añoranza que sentia de su pasado. Lo mismo estaba añorando volver a ser libre pero era igual de libre estando sola en la mansión de su tutor - Oh, pues...desconozco el tiempo. Eso depende de si el trabajo se le alarga o simplemente termine antes, la verdad no lo sé con exactitud - saco un pañuelo de su bolsillo y secó la frente en bisel del revolver de larga distancia que colgaba de sus enguantados dedos de la humedad causado por el clima.

Si era verdad que pintaba las paredes de la mansión era una alegria para ella y lo más probable para su tutor - Mi...tutor, al no poseer tiempo para decorar la mansión, quiero darle una alegría. Es alguien discreto, severo y tradicional pero le gusta la cultura exótica como Asia u Oriente aunque adora todo tipo de mitología - Sirenia empezó a relatar palabras y características sobre su tutor hasta darse cuenta que revelaba demasiado a alguien que acababa de conocer - lo siento, cuando me emociono hablando se me pierde la lengua - rió de oreja a oreja, retirándose los cabellos con lentitud hacia atrás con cierta sutileza.

por **Gabriel Cavalho** Dom Ago 07, 2016 3:44 pm

La pequeña felina salta corriendo a los brazos, mejor dicho a las piernas de su amo, quien la toma con delicadeza entre sus brazos jugando con los dedos y las patitas de ella que tratan de evitar que se escapen los dedos llenos de pintura y sudor. Con una sonrisa de amabilidad llega hasta donde la dama con aquella postura de tranquilidad, cuando la calma llega y no quiere irse para nada.

Escuchó a la mujer desde el portón de la entrada la cocina, la mano que jugaba con su mascota se postraron sobre su mentón pensando en los detalles recogidos sobre los gustos, pero sabía que con ello no podía hacer nada más que seguir los trazos antiguos que conocía, aquello que hasta en los museos, tras los vidrios, podía ver. Pero él no era de copiar obrar, quizás moldearlas en alguna escultura, su trabajo más consistía en crear, pintar los trazos de vida olvidado en base a las almas ocultas y encerradas. Claro que todo iba mezclado con los gustos personales de cada quien para dar un toque de armonía.

Miró a los cielos justo cuando la felina trepa con sus garras por su brazo hasta sentarse en su hombro y ronronear contra la cabeza del gitano que no paraba de pensar –Difícil pero no imposible, madame, si a su tutor le gusta la mitología y las culturas exóticas no podré encontrar algo apropiado si antes no lo veo a él ya que podría cometer el error de pintar a mitos que no vayan acorde a su alma y me sentiría mal por ello, así como la suya, al parecer usted busca la llave dorada de una jaula, una jaula que es usted misma, puedo ver los colores un poco grises, quizás pasteles en formando a la diosa Iris un poco triste, arpías pequeñas forman su cuerpo mientras que cuando alzan el vuelo se ven como pequeños pájaros azulados que algunos llevan jaula y otros no –

Un aruñazo que recibe de parte de su mascota lo hace reaccionar pidiendo disculpas por sus palabras –Lo siento, lo siento me dejo llevar siempre por las pinturas y ya que ha mencionado eso no pude evitar soltar lo primero que veía– suelta una risilla tomando a su gata para dejarla en el suelo –Me gustaría realmente ver a su tutor y a usted, juntos para saber que pinturas y artes exactamente combinarían con ustedes dos– sus largos dedos acarician la cabeza de la gatita mientras se incorpora –Los dos viven en esta hermosa casa y por lo tanto deben ser para ambos, un lugar no solo es un espacio el cual llenar con cosas, si no con recuerdos y parte de nosotros por ello nos llegamos sentir como en casa porque estamos protegidos y con los que amamos, por lo tanto si queremos decorarla no podemos pintar por pintar si no buscar lo que nos ilumine día a día mientras se viva en aquel lugar– sonríe viendo el pequeño jardín recordando sus días de infancia.

por **Sirenia Vídgîr** Dom Sep 04, 2016 5:29 pm

Sirenia sonrió si poder evitarlo apenas por lo que relataba el pintor. Solamente miro a los lados como si alguien quisiera pillarlos pero estaban realmente solos – No sé si le valdrá, pero tengo un álbum con fotografías –Abrió la puerta del despacho y entro con paso lento y calmado, yendo directamente hacia la estantería de álbumes y carpetas que había colocados por orden alfabético. En la “S” estaba su nombre. Tomo el álbum y había algunas fotografías de él y ella, juntos, su primera pesca en el lago y en el que se encontraron a un vampiro por la noche en mitad del campamento queriendo beberse su propia sangre.

Que mal lo paso.

Menos mal que su tutor estaba cerca y la salvo – Aquí está él – le señalo al hombre de la foto – Por lo que pinta parece un hombre que le gusta la aventura y que es mayor –encogió los hombros – Pero por lo que siempre me cuenta, mi tutor siempre habla de lo maravilloso que es la selva amazónica o las culturas diversas de África. A veces le da por irse semanas y se va de viaje a Sicilia o a Mykonos o a África o hasta la misma China –ríe- supuestamente no me deja salir de la casa o de París ni yo misma se porque –Encogió de nuevo los hombros y cogió otros libros de arte de diferentes culturas – mira estos libros de arte lo mismo pueden darte una idea – Con una sonrisa en la cara los dejo sobre el escritorio – ¿Necesitarás pintura, no? Yo te pago los materiales, la verdad que no pasa nada –Se quedó al lado de la ventana, esperando respuestas del pintor.

Sin embargo, Sirenia se quedó estudiando al pintor.

Rubio, ojos claros y algo escuchimizado, lo mismo por falta de alimento, pero algo en ella le hacía sentirse incomoda, pero sabía que jamás tendría amor, jamás tendría siquiera un fugaz romance, ni si quiera habría alguien que quisiera darle una familia, algo por lo que de verdad mataría con ganas. Deseaba tanto un niño o una niña correteando por los pasillos o una niña a la que poder peinar y hacer peinados divertidos, pero primero tenía que sentirse una mujer libre o alguien independiente que no la vieran como una amenaza del mundo.

por **Gabriel Cavalho** Vie Oct 07, 2016 3:52 pm

Observa inquisitivo aquellas fotos pasando una por una las páginas que las contenía, aun con sus dedos trataba de delinear las figuras que se retrataban pero era inútil solo veía vacío, soledad, tristeza, fingida felicidad, mentiras, engaños y unas ansias devoradoras; no había mucho que aquellas muestras pudieran ayudarlo con el pedido. Enarcó una ceja preocupado, sus ojos cerraron capando en su mente todo aquello que había visto en las fotografías para recrear las escenas, aunque a una se iba quemando luego de que buscara aquello que le permitiera pintar. Al parecer le era imposible, y aunque no le gustaba admitirlo aquello sería su mayor reto.

Su pequeña felina sentada quedó a los pies del gitano observando y dando pequeños maúllos, como si entendiera aquello que su dueño estaba pensando o sintiendo tanto fue ello que en determinado momento la gatita se paró en dos patitas clavando las uñas en las piernas del hombre que saltó fuera de su ensimismamiento. Soltó una sonrisa agachándose para tocar la cabeza del animalito como forma de agradecimiento bajando su mano por su lomo hasta la colita, en una tierna caricia; miró a la mujer y sabía que no debía mentirle, se acercó a ella colocando la diestra sobre el hombro de la mujer apretando un poco con sus dedos –No se puede hacer nada cuando de verdad no se aprecia aquello, haré mi mayor esfuerzo en base a sus recomendaciones, aunque me gustaría saber donde ronda ahora su acompañante para calcular el tiempo y poder crear un momento, aunque sea unas horas y poder observarlo unos segundos, eso bastará – soltó un suspiro así como el hombro de la mujer –Las fotos, aunque hermosas no me muestran aquello que necesito sus almas– ahí iba una parte de una mentira, porque si pudo ver parte de las amas ajenas –Me muestran algo que quizás ocurrieron en aquellos momentos y si me baso en eso podre hacer mal los trazos, por ejemplo el dibujar a la criatura mítica de medio oriente que devora los corazones de los hombres que engañan y cuya única forma de escapar es con máscaras para que el monstruo no reconozca sus caras hasta llegar a la puerta del juicio, pena y dolor, engaño y miseria, muchas cosas que se juntan con la felicidad de aquel que devora por momentos algunas almas en el olvido–

Aquel lago se figura en su mente, los tonos en celestes y negros que se funden con un verde espeso y la luz de la luna con el brillo de las luciérnagas y aquellas dos personas sentadas en un bote mientras el hombre cubre los ojos de la mujer que sonríe como si pudiera ver así la luna; una escena algo triste para él –No se preocupe, la pintura la pongo yo, tengo mucho de ello en mi estudio y con su pago será más que suficiente, además si me hace falta solo tendré que vender las obras que tengo en mi taller para conseguir el dinero– sonríe a la mujer transmitiendo esa sensación de apacibilidad –No se preocupe para todo hay solución y si no me las ingenio para encontrarla– susurra con positivismo justo en el momento que su gatita maúlla como si ella también estuviera afirmando aquello que el gitano decía.

por **Sirenia Vídgîr** Vie Nov 04, 2016 7:06 pm

Por una parte la disposición del pintor le pareció bastante afable, pero sentía la necesidad de poder ayudarle incluso con algo más que un simple asentimiento de cabeza – Por favor, si necesita algún tipo de transporte, puede trasladarse aquí a una de nuestras alcobas para poder instalarse y no tener que pasar o ir y viniendo desde su estudio hasta aquí… ¿No lo cree mejor? Porque, he pensado que si se queda e instala en una de las alcobas de invitados, puede tener más a mano el trabajo e ir esporádicamente al estudio a por lo que pudiera necesitar. Tendrá comida y …-miro al gato- Nephtys también es bienvenida – Sonrió al gitano que después miró al gato con una sonrisa dulce e inocente.

Encogió los hombros como si el silencio de la sala fuera el dominante del momento. Pudo escuchar los silbidos de los pájaros al cantar por la mañana, a los animales gruñir mientras parecían despertarse y unas gallinas andaban por fuera del corral. Sirenia opto por vigilar en el estudio desde la ventana a los animales para ver que se les ocurría hacer en el instante que Gabriel estaba a su lado. Sintió de repente la necesidad de desnudarse y correr hacia el interior del bosque.

Que recuerdos; Imágenes en su mente aparecieron de repente, mostrándose difusas al principio pero recordándole con más nitidez a su pasado, a un pasado que estaba en el limbo, personas que dejo atrás, personas que amo y que desaparecieron. Su gran amor, Ezzio jamás le volvió a ver, un amor de una persona de la que siempre se pregunta por su paradero. Igual cuando acabara con la venganza de su maestro, podría dedicarse a buscarlo, pero ¿Y si jamás llegara a encontrarlo? O si y no se acordara de ella…ese pensamiento hizo que su corazón se encogiera en un puño. Nunca había amado en realidad, o nadie la amó completamente para sentirse necesitada o imprescindible en la vida de alguien.

- uhm…-miro a sus pies y vio a la gata moverse hacia ella y ella se mantiene quieta, atenta a lo que hace el animal - ¿Tienes hambre? –pregunto con una sonrisa dulce – Claro, seguro que un poco de leche te puedo dar – mira a Gabriel – Bueno…¿Le…enseño la casa?

por **Gabriel Cavalho** Lun Nov 07, 2016 10:29 pm

Observó a la mujer unos momentos antes de volver al rostro felino de su fiel compañera quien le miraba ladeando la cabecita de lado a lado maullándole como si le dijera “no aceptes” incluso sus garras de clavaron en el pantalón del gitano que una sonrisa y sus brazos extendidos la tomó entre regazo besándole la cabeza soltando una risa con una mueca de dolor por las garras que la gatita clavaba en todo su cuerpo y rostro, más en su rostro; por ultimo le dio un beso y le rascó las orejitas dejándola en el suelo para ella corriese adentro como si investigara aquella casa, realmente tenía una extraña conexión con aquella gatita y era algo que lo desconcertaba a él mismo.

En silencio paso unos momentos meditando la propuesta de la mujer, sopesando cada aspecto de ello y lo que conllevaba, aunque sea un gitano y por ende considerado como una escoria o mentiroso, él era un caballero, porque así su madre lo había criado. Miraba por la ventana al cielo como si pidiera iluminación; eran ciertos los puntos que la mujer exponía, él estaría más cerca del trabajo y podría levantarse temprano y acostarse tarde por ello, incluso en la madrugada podría levantarse e ir a terminar su obra, como solía hacerlo en su pequeño taller. Soltó un suspiro cuando notó que su gata no regresaba, se preocupó mucho más si causaba algún alboroto, era mejor ir por ella, cuando la encontró vio a la mujer cerca de ella justo antes de que pueda decir algo su pequeña compañera había aruñado la mano de la joven saliendo corriendo por la ventana mientras gruñía, el gitano soltó una risilla negando con la cabeza –Lo siento, no se lleva bien con las personas, ni conmigo aveces – rasca su cabeza agitando sus cabellos mostrando las heridas de los rasguños –Aún así la quiero mucho porque es mi compañera, mi amiga y quien me ayudó cuando más lo necesitaba, me conoce mejor que nadie y no le puedo mentir a ella, porque sabe cuando lo hago– ríe recordando algunos momentos algo vergonzosos para ser comentados

De pronto su semblante cambió y sus ojos se entrecerraron un poco observando a la dama –Creame que me gustaría aceptar su propuesta, pero ¿Qué pensarían de usted si mete a un hombre desconocido a su casa? Aunque yo no pensaría nada, pero no quiero hacer algo que dañe su honra y reputación, no se preocupe, aunque no pueda hacer lo mismo que hago en mi pequeño taller, daré todo mi esfuerzo en lograr aquello que su corazón deseen, podré plasmar el alma suya hasta que su acompañante regrese, y aunque sea solo una vez podré capturar la esencia de su alma y plasmarla en mi obra– muestra una clara y sencilla sonrisa –Debe pensar en usted, señorita, aunque me facilite en el trabajo, primero está usted, si no lo hace podrían ser considerada de la peor manera por sus vecinos o sirvientes, no me sentiría bien si por mi causa arruinará la honra de una dama como usted– sus últimas palabras estaban cargadas en un tono de melancolía.

por **Sirenia Vídgîr** Miér Ene 04, 2017 8:08 pm

Sinceridad ante todo.

- Nunca me han llegado a amar o ha habido alguien que haya querido estar conmigo por mucho tiempo. Nunca he sentido aquello a lo que llaman amor, no sé qué es estar con alguien, no sé qué es tener novio o eso que llaman pareja de hecho. – Una lagrima salía de sus ojos, estaba triste y lo ocultaba demasiado bien – Ya me da igual cómo me llamen, siempre tendré mala fama entre la gente –Dijo, retiro un mechón tras su oreja – No sé qué pensar – Suspiró pesadamente y un leve dolor de cabeza profundizo en su cabeza – Si necesita unos caballos para recoger sus cosas dígamelo –ríe suave – Y no se preocupe por mí. Estoy demasiado alejada como para tener vecinos o personas que le importen como dirijo mi vida –Suspiro plácidamente y se dirigió hacia otra sala, a sentarse en un cómodo sillón.

Sin darse cuenta se había caído al suelo. Se habría dormido al haberse sentado en el sofá, se habría ido a sus mundos en el sueño que tuvo. Cuando se despertó en el suelo le observaba la gata del pintor. Con un mareo de cabeza se levantaba del suelo, se irguió lo más que pudo y hasta que no se sentó no vio nada claro. Su mirada parecía estar borrosa al principio pero después todo estaba bien.

Lo mismo había tenido una bajada de tensión….O lo mismo estaba tan deprimida de que todo el mundo la abandonase que lo mismo ya ni tendría ganas de vivir. Lo mismo agradecería mucho más una muerte rápida e indolora que estar simplemente sola y sin amor. Parecía que estuviera maldita en el amor, que nunca encontraría afecto en alguien. Observo alrededor y la gata continúa mirándola con firmeza. Estaba poniéndola nerviosa y solamente estaban las dos. ¿Qué haría? O sea, ¿Qué se supone que debería de hacer ahora mismo con un gato mirándola con firmeza? Le estaba poniendo de los nervios, en serio y fue tantos los nervios que tosió un poco y la garganta le picaba un poco.

Se sirvió un poco de agua que había cerca en un vaso de cristal. Su picor desapareció - ¿Qué ocurre gatita? –Pregunto con curiosidad, pero vio como la gata le hizo un aspaviento y dejo a Sirenia sola en la sala - ¿Ahora que demonios hice?

por **Gabriel Cavalho** Sáb Ene 07, 2017 4:33 pm

Escuchó atento a la mujer sin saber que decir o hacer, al principio se quedó mirando la propiedad unos momentos tratando de encontrar alguna emoción más pero solo había tristeza y engaños, una profunda herida que no para de sangrar, soltó un bufido rascándose la cabeza en señal clara de no saber por dónde comenzar, con cada uno de los trabajos pedidos. Absorto estaba en su imaginación y habilidades buscando un punto referencial con el cual partir en los bosquejos adecuados en la petición hasta que el recuerdo de lo que la joven dama había comentado llegó a su mente como un eco.

Corrió a donde estaba la mujer a toda prisa para discutir con ella lo que había planeado en ese momento, ante todo ella era la dueña de la obra y por tanto era quien decidiría que trabajos se realizaban y cuales no, ingresó a la casa con una sonrisa enorme siguiendo el aura de la joven, para cuando llegó observó a su gata mostrándose arisca con la mujer sacando los dientes en rechazo a ella así como las garras y eso sonido de enojo, cuando lo vio al gitano salto a la ventana y sacudió sus patas traseras un gesto de echar tierra a ambos con una mirada fija en los ojos de su amo y un maullido a lo que el se acerca pero le da un zarpazo aruñandole la mano mientras ella salta y se marcha de la casa dejándolo ahí riéndose por esa muestra de cariño eso era lo que le gustaba de su pequeña gatita, sus travesuras que hacían su vida más alegre; nuevamente otro idea surcó en su cabeza –Si lo que desea es amor, podemos plasmar ello aquí en su casa, usted me ha dicho que a su esposo le gusta el arte antiguo porque viaja mucho entonces podemos tomar de todas las culturas muestras de amor, pasión y deseo mientras bosquejo una pared para sus almas, una sola pared en donde quede marcada sus verdaderas almas y deseos – se acerca a la joven, su mirada se enterneció un poco –El amor no es algo que se busque, es algo que llega de la nada y nos impacta como un gran golpe y a veces este no viene en otra persona si no en uno mismo con los demás o en pequeños amiguitos como mi pequeña traviesa y linda gatita, que con sus travesuras alegra mi vida, quizás usted deba experimentar algo así algo fuera de lo común y normal en su vida, debería soltarse un poco señorita– susurró mirando las paredes nuevamente pensando en cada color que debían tener

De pronto tenía lo ideal –Tonos claros y pasteles, tapices en otros colores ayudaran a cambiar el aspecto de esta mansión así como el de su alma, no se encierre en una casa tan hermosa ni la haga su prisionera o de lo contrario se estaría maldiciendo eternamente, es una dama respetada entonces ¿Por qué no hacer aquello que tanto ha deseado? ¿Por qué esperar por algo?– ladea la cabeza mirando a la dama con una sonrisa en su rostro.

por **Sirenia Vídgîr** Sáb Mar 04, 2017 5:02 pm

En cuanto vio las heridas en la mano del pintor, fue rápidamente a por un kit de primeros auxilios y entre risas tomo la mano del pintor - venga aqui, le curaré - suspiró antes de hablar - quien se ausenta en esta casa, no es mi esposo, si no un tutor, un maestro que me ha ayudado a sobrevivir y nunca he estado casada. - Le comenzó a escuchar sobre aquel desdichado sentimiento del que siempre huía de ella o ella del amor. No lo sabía, pero en ese momento supo que tenía que contarle algo más sobre ella.

- El amor....en mi caso...-se detuvo un segundo y se sentó en una baqueta finalizando el vendaje en la mano del pintor - es un sentimiento que por algún casual me es arrebatado siempre.....- Lamiéndose los labios, como si empezara a contar algo - Hace mucho tiempo, una niña pequeña vino dentro de un cesto el cual es recogido por una famosa pareja de trapecistas y artistas del circo. Esta niña había crecido entre historias de..-rie- magia y caballeros de plata, aprendio el arte de ganarse la vida, de recurrir a recursos de la naturaleza para sobrevivir en el transcurso de la vida...pero una noche, cuando tan solo esa niña tenía ocho años de edad, una batalla campal aconteció entre bestias de la luna y de las sombras haciendo que personas inocentes pagaran por algo que no habían hecho o al menos querido y los padres de aquella niña, murieron dejandola huerfana, pero unos años después....

Se secó las lágrimas de sus ojos pues su relato hablaba de ella y de su pasado que siempre pretendia dejar atras - volvía a sonreir pues habia conseguido salir adelante con la ayuda de un gitano que en la noche de la matanza la ayudo a escapar, pero una vez llego un hombre herido entre los bosques - observo a Gabriel con semblante triste - Su nombre era Ezzio, un hombre hechizado por la luna llena y por el que la joven gitana creía poder llegar a tener un futuro pero un día desapareció sin dejar apenas un rastro. Años pasaron y la misma matanza volvio a pasar pero esa vez, la joven gitana es salvada por un cazador a la que acoge como su aprendiz....

Acabando su relato estaba por llegar a lo mejor - y su nombre lo deja como está para recordar su pasado pero si cambia su apellido por Vídgir y cuando encuentre su venganza....esta será recordada....- Finalizando su historia, esta misma se ocupo de guardar todo lo que habia usado para curar la mano del pintor, de asegurarse de que el botiquin estaria a salvo y bien guardado para que no cadujera enseguida.

- Más tarde recordó lo que habia dicho sobre los tonos pasteles y que podrian poner algo de armonía a la casa. ¿Algo asi le gustaria a su tutor? Bueno si eso ahora le diría más especificamente sobre lo que ella estaba interesada - No muy pasteles pero....a lo mejor algo neutros mismamente...- no entendia mucho de pinturas pero igualmente eso de neutros y pasteles le sonaba bastante bien.

por **Gabriel Cavalho** Mar Mar 07, 2017 8:52 pm

Sin percatarse mucho de él observó atento a la mujer hasta cuando esta tomó la iniciativa de cuidar sus heridas, producto de los mimos de su pequeña gatita, sonrió aceptando aunque no muy acostumbrado a ese tipo de trato por ser un gitano ya que siempre era visto de mala manera de todas maneras agradeció el gesto con una sonrisa dejándose curar sus pequeñas marcas a las que ya estaba más que acostumbrado, de hecho todo su cuerpo las tenía.

Mientras se encontraban en aquella tarea, escuchó el relató que la mujer le contó, de pronto comenzaron los colores que estaban sobre la mujer a cambiar completamente mezclándose en varios tonos en su alma lo que dificulta para él mantener la idea de colores pasteles en mente ahora veía tonos muy oscuros, grises, y más fuertes que los pasteles. Su entrecejo se ciñó completamente y mantuvo los ojos cerrados para no tomar decisiones precipitadas por el momento que estaba la señorita compartiendo con él. Tomaba aire lento, su respiración era muy pausada porque buscaba tranquilizarse completamente escuchando con atención.

De la nada imágenes en su cabeza se iban dando acorde al relato de la mujer, fuego, disparos y hasta los gritos eran tan reales que comenzó a sudar, abrió los ojos abruptamente para ver a la dama mirándole como si nada pasara hablando nuevamente sobre los colores –Los colores claros ayudarán a que se vea bien amplía su morada con su tutor, madame, ayudará a que la luz entre mejor y se refleje en ella, aunque también puede haber ciertos neutros un poco mas oscuros que resaltarían, quizás en la parte baja podríamos poner esos colores así como en algunas columnas, ayudaría mucho– trato de no tartamudear delante de la mujer.

Se aclaró la garganta un momento y no tuvo opción que con un fingida sonrisa pedir un poco de agua a la señorita –Podría facilitarme un vaso con agua señorita creo que su historia me ha dejado muy anonadado– sonríó y antes que salga la mujer la tomo de la muñeca pero la soltó enseguida; una visión llegó a sus ojos pero más que llegar a él se reflejó en el alma de ella en aquellos colores que volvían a teñir su alma. Sus habilidades eran muy nulas en ese sentido –No todo esta perdido al final, señorita, debe tener más fe en usted– termino de decir eso con una sonrisa.

por **Sirenia Vídgîr** Mar Abr 04, 2017 7:02 pm

Escuchaba las palabras de Gabriel pero Sirenia se quedó algo perpleja en cuanto al agarre repentino en su muñeca. Luego escucho aquello último que dijo.

Fe…dijo. Claro, hay que tener fe.

¿es que acaso no es lo que ha tenido durante todo este tiempo que ha estado esperando a que algo cambiara a su favor? ¿Qué fe ni que ocho cuartos? Sirenia se sentía al borde de la desesperación, quería una vida amorosa, quería algo, ya era algo vergonzoso ir a las fiestas y ver que todavía nadie la pretendía ni siquiera para sacarla a bailar en los bailes. Deprimida era quedarse corto, pero cuando ella se venía abajo se concentraba en limpiar sus armas, o de leer en su habitación o de hacer algo que ocupara sus pensamientos y que no la hiciera pensar en que era una desgraciada.

- Fe…- A Sirenia se le derramó una lágrima de pura impotencia – Perdóname…-Se limpió el rostro con ambas manos y fue a por aquel vaso de agua que Gabriel le pidió y en cuanto lo tuvo, lo puso delicadamente sobre la mesa – Esta rica esta agua…¿puedo tutearte? –Pregunto con curiosidad ya que hablarla de usted la hacía sentir muy mayor y tan solo tenía 21 años de edad, parecía que no, pero la mayoría de los de su edad ya están felizmente casados y con el primogénito en camino, en cambio Sirenia no estaba cerca ni de tener un novio o relación estable.

Desde lo de Ezzio que desapareció no volvió a tener algo parecido a una relación amorosa. Sirenia a veces lo tenía presente en sus rezos, preguntándose si estaba vivo, o si no lo estaba, que Dios siempre lo acogiera en su seno. Hay tantas vidas que ha dejado en el pasado, tantas amistades fugaces, unas más malas que otras, unas más musicales que románticas. Solamente suspiró – Confío en tu criterio Gabriel –Sirenia enseguida se deshizo su trenza dejando caer su cabello en una cascada rubia hacia un lado, comenzó a peinárselo con los dedos mientras sonreía a Gabriel de oreja a oreja.

por **Gabriel Cavalho** Miér Jun 07, 2017 10:09 pm

Rascó su cabeza torpemente mirando a la joven dama quien depositaba en sus manos toda la confianza en la tarea encomendada, se sintió algo sorprendido por la forma en que la mujer confiaba de manera ciega y plena en un hombre desconocido, en él, que era considerado alguien indigno. Sus ojos se abrieron ante la atención de la joven quedándose mudo unos momentos, pero más que nada fue por las lágrimas que provocó en la joven, el no sabía que hacer o que decir para tranquilizar a la mujer en ese aspecto era alguien un poco lento.

Rascó más su cabeza, la nuca, viendo hacia arriba tratando de darle espacio a la dama, fingió una sonrisa unos momentos, y fue entonces que pensó, sus ojos vieron colores algo que jamás ocurría con él, dio varios pasos hacia atrás viendo más colores, cerró los ojos unos momentos respirando y al abrirlos todo volvía a los tonos normales y no lo que se le estaba presentando. Carraspeó un poco y asintió –Claro, que puede señorita, no estaría de menos que lo hiciera– sonrió ampliamente.

Miró con más detenimiento el lugar, realmente estaba sombrío y algo lúgubre para su gusto, y antes de dar de nuevo una opción sus ojos volvieron a captar otros tonos, unos que se mezclaban –Realmente hay muchos sentimientos aquí muchos que emergen y otros que se ocultan, espero poder sacar los más adecuados para usted y su compañero– el tono que empleó era algo serio para su gustó, volteó la vista a la mujer suspirando –Es mejor que saque esos sentimientos o de lo contrario se quedarán encerrados en usted y en esta casa, si desea me quedaré en silencio mientras usted deja salir todo aquello que guarda, así al menos podré acompañarla– esbozó una sonrisa mirando por la ventana apreciando como el viento acariciaba las hojas de los árboles, abrió la ventana y una suave y agradable brisa ingresó agitando las cortinas así como las sensación de ahogo que había en aquella casa.

Tenía una gran tarea y esperaba dar a la altura de la encomienda.

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