Les doy a todos una gran mentira, pero sólo uno conoce la verdad | Toulouse | → Privado

por **Doreen Jussieu** Vie Feb 05, 2016 6:48 pm

“Llevo toda mi vida soñando ciertos momentos, deseando que mis sueños se hagan realidad, y anhelando que Dios me de un poco de aquello que le he dado en cada una de mis plegarías y muestras de fe. Soy una simple humana, sé que como yo hay millones pidiéndole con desesperación que nos de un poco del paraíso, somos criaturas mortales que exigen incluso cuando jamás lo han merecido, pero quizás mi soberbia me ha ganado, y ahora pido a gritos que me de lo que me corresponde, porque he cumplido, incluso aunque me han roto en millones de pedazos.”

Doreen miraba por la ventana opaca, era probablemente las doce del día, se acababa de levantar y llevaba puesta aún la ropa de dormir. Sus ojos se encontraban enrojecidos, parecía que hubiera llorado, pero no lo hizo, ya estaba cansada de llorar, de mostrarse débil y parecer un ratón asustadizo cada que su amo tomaba una nueva decisión. Necesitaba mostrarse firme, vivía con un vampiro, uno cruel, sediento de sangre, y con un coeficiente que iba por encima de cualquiera. Debía estar a su altura, o al menos aproximarse a ella, quizás por eso no lloraba, porque ideaba de mil maneras el poder no ser sólo una acompañante bonita, sino una digna. ¿Y cómo lograrlo? El primer paso ya estaba dado, él la había escogido por algo, debía darse un poco de mérito; lo merecía.

Voces se escuchaban en aquella gran habitación. Nunca habían tantas doncellas en casa, Averno no lo permitía, pero aquella tarde era especial. Distinta y única.

A Doreen le pesaba en demasía una de sus manos. Sentía como quemaba la piel, y como el destino había jugado en su contra. Uno de sus sueños se hacía realidad, pero vuelto en pesadilla. ¡Que dolor! Se había comprometido unas noches atrás con él, habían mandado una misiva a su familia, y todo estaba listo para emprender aquel viaje, o al menos casi todo. Ella al menos no. ¿Con que cara vería a sus padres? ¿Le creerían todo? ¿Se darán cuenta de su dolor? ¿De su mentira? ¿Su hermano captaría la amenaza de la presencia del vampiro? Tenía tanto que pensar que incluso había llegado a vomitar la comida, parecía enferma, pero todo era causa de sus pensamientos, causa de esa orgía de ideas que iban y venían de un lado a otro y poco la dejaban en paz.

Las doncellas sonreían emocionadas, ¿y cómo no? Ellas no sabían de la sentencia que ella estaba a punto de cumplir. Todas creían que ellos eran una verdadera pareja de enamorados, que ambos soñaban con el día planeado, y que quizás terminarían formando una hermosa familia. ¡Todo una farsa! Nunca podrían tener hijos. Doreen jamás sentiría que sería llevar la vida en el vientre, y eso la nublaba, la hacía romperse más y más.

Las siguientes horas se ocuparon para terminar las maletas, la rubia se dio un baño, se puso ropa cómoda de viaje, ingirió alimentos no tan “pesados”, leyó un poco un libro viejo que le había concedido Averno, y eso la ayudó a distraerse, porque con honestidad, aprender idiomas tan complicados se había vuelto una nueva adicción para ella.

Los últimos rayos del sol estaban a punto de esconderse. Su piel se erizaba, pero antes de encontrarse con Averno, tenía que hacer algo: visitar a su viejo y hermoso caballo negro.

Averno había dejado que la rubia se quedara con aquel animal, eso fue algo que le sorprendió, porque el vampiro había ordenado a la joven desprenderse de todo lazo que la llevara a recuerdos del pasado. Doreen cuidaba mucho de su caballo, había sido un regalo de Darcy, y sin Darcy ella muy probablemente no seguiría con vida, quizás mantenerlo era una muestra de agradecimiento, no lo sabía. Llegando al establo el animal relinchó de emoción al verla. Lo acarició, y comenzó a cepillar mientras le tarareaba una canción, siempre era esa rutina, aunque terminó por platicar con el animal pidiéndole que se cuidara, y que más rápido de lo pensado volverían a casa.

Antes de volver encendió una lampara de parafina y encerró al animal. Ya no había luz del sol, por lo que su amo la estaría esperando ya en la sala de estar. No es que estuviera temerosa, pero el ansia si se apoderó de ella.

El vampiro le había preguntado cosas básicas a Doreen de su familia para poder identificarla con rapidez.

Ella le había dicho que su padre tenía el cabello negro, tan negro como la noche, su piel era tan blanca como la de ella, y lo único que le había heredado era la forma de sus labios. Un hombre alto, delgado, pero bien parecido. Su madre en cambio era la casi su copia, aunque con expresiones más endurecidas, y con un carácter depresivo y un tanto desesperante. Sin embargo era evidente que Averno había notado la diferencia en sus ojos al nombrar a sus padres a sus hermanos. Kreigh, su hermano mayor siempre había parecido su gemelo, aunque evidentemente más alto, y con un cuerpo atlético y varonil. Un chico de gran corazón, muy trabajador, y aún no se había casado porque al igual que su hermana, era un soñador. Aunque su familia no era la más rica, tampoco se trataba de la más miserable. Claro estaba que vivían a las afueras de la ciudad, y aunque no poseyeran una gran mansión, sus hectáreas, y animales los respaldaban, al igual que sus pocos pero provechosos negocios.

Mientras avanzaba de vuelta a la casa, Doreen pensaba en su familia. Ya llevaba un par de años desde que se había escapado, y sólo escribió una vez a su hermano. ¿Cómo estarían? ¿La extrañarían? Kreigh evidentemente si, pero ¿y sus padres? ¿Los habría deshonrado? Seguramente en Toulouse habrían hablado por meses de ella. ¡Las de cosas que habrían mencionado! Sus pobres padres habrían vivido todo ese tiempo en vergüenza y deshonra. Se había portado como una caprichosa, soñadora y malagradecida, pero a final de cuentas lo había hecho por ser feliz.

Se adentró a la casa, y la sensación de muerte se apoderó de todo su alrededor.

— Mi señor, buenas noches. El cochero nos está esperando, el equipaje ya fue guardado, las cortinas especiales fueron instaladas, sólo están en espera de nuestra presencia para poder salir directo a mi hogar — Sonrió nerviosa, porque lo estaba, ya no podía resistirse a la vida que estaba llevando, simplemente explorarla, dejarse llevar por ella, y esperar a que la muerte fuera piadosa con ella y se la llevara para jamás volver a padecer de aquel averno.

por **Averno** Sáb Feb 06, 2016 5:58 am

Cuando el cortejo ha sido un drama,
forzosamente el matrimonio tiene que derivar en tragedia.

¿Cuántos días pasaron desde aquella noche? ¿Meses? Unos cuantos, todo aquello traía consigo una amalgama de preparativos que siendo indicados por el vampiro, definitivamente debían de mostrar aquella perfección que siempre le ha caracterizado, ya sea que este evento fuera a compartirlo con un ser imperfectamente atrayente para sus intereses, él podía fácilmente aportar por ambos esa cuota necesaria para que todo estuviera en la regla exacta que se deseara. ¿Cuánto dinero se gastó para que todo esté acorde a los detalles? Demasiado, eso podría expresar cualquier persona, una boda digna de cualquier miembro de la realeza, sin embargo Averno no lo era, y Doreen tampoco, pero aquella fortuna amasada en más de mil años resultaba casi inagotable, y afirmaría que lo es si no fuera porque el hecho de que estar acrecentando la misma día a día con los diferentes negocios que existen bajo la palma del hematófago no cuenta. No todo resultaba ser simple gasto económico, no, debía el ancestral renunciar a ciertos comunes placeres, esconder su identidad en su propio hogar, notar el mismo entorpecido por la existencia de otros seres, inferiores por supuesto, siendo nula amenaza, siendo capaz también de poder acabar con todos ellos por lo molestos que resultaban ser, y sin embargo no lo hacía, por el simple bienestar general de lo que estaba ya tramado y sostenido con finos, pero resistentes hilos. La mayoría de seres resultaban ser tan solo doncellas, Doreen había escogido bien, tenía claro en su mente que presencias masculinas en sus dominios serían tan solo una ofensa para él, no en balde decantaba siempre por ser el único señor del lugar, y aunque jamás había tenido la necesidad expresarlo, estaba claro para la humana ese detalle, ¿para qué negarlo? Estaba satisfecho con ello, tan solo significaba que había realizado un buen trabajo con ella y su pequeño adoctrinamiento, pequeño porque apenas y estaba llegando a su etapa central, le queda aún bastante trayecto por recorrer a la humana a su lado, negarlo es tan solo un error estúpido. Ese día llegó, Averno no lo estuvo esperando como un emocionado hombre que estaría felizmente casado, y la humana tampoco como una hembra ansiosa y dichosa, la misma convivencia de los mismos dejaba en claro todo aquello, pero no existía punto negativo en esta realidad, puesto que es justamente la que el inmortal había deseado se diera, esa mezcla de sentimientos que día con día y noche con noche pulverizaba la mente de la humana, más delicioso manjar que sus lágrimas no existía dentro de la mente del vampiro hoy por hoy. Y a pesar de que Doreen había dejado de sentir miseria por sí misma, aún era capaz de sentir su dolor, cuando la toca, cuando le penetra ya sea con su falo o con sus colmillos, o cuando simplemente le rodea sin tocarla. Rondarla en silencio también, aunque más que su propio sentir, podía notar así la atmosfera gris que ella emitía sin poder evitarlo, el humor del vampiro prospero facilitaba todo lo que se vendría.

El despacho de Gael fue interrumpido por su mujer, la futura señora Granger, la obra teatral empezaba desde ese preciso momento, para todos, excepto para ellos, esto sin duda resultaba ser una prueba hermosa y a la vez tortuosa para la humana, aunque el vampiro tenía claro que esta no se quebraría, no podía, de hacerlo las consecuencias serían horribles, no tenía Doreen que ser muy astuta para saber lo que podría avecinarse si ella solicitaba un rescate estando en sus tierras natales, probablemente tan solo muerte y destrucción, y claro, obviamente no para ello, sino para los seres que una vez le rodearon y que abandonó ella misma. Detalle importante puesto que estaba dudoso de si sería capaz de mirar a la cara a estos mismos, conociendo las penas y los remordimientos casi estúpidos que nacían en ella a cada momento – Nos espera un trecho importante, una parada a medio camino, una para de un camino largo, pobre de aquel grupo de asaltantes que intente destruir la paz de nuestra caravana, voy tanteando posibilidades, sin embargo creo que lo único divertido del trayecto será ver su rostro de angustia, nerviosismo y ansiedad insana – Se levantó de su cómodo asiento de rojo intenso color, avanzó y cerró el libro para después colocarlo sobre la mesa – Vayamos pues querida futura esposa, una odisea nos espera, le mostraré durante la misma la destreza que cualquier camaleón gustaría poseer para sobrevivir en su habitad natural – Sujetó del brazo a la rubia muchacha y decir mayor cantidad de palabras simplemente avanzó por el corredor del segundo piso rumbo a las escaleras. Quizás cincuenta corazones diferentes latiendo en su cocina, sala, definitivamente aquello no resultaba de su agrado, su odio a la gente podía corroerle y sin embargo en cuanto hizo contacto con las doncellas que de inmediato se hincaban o aplaudían a la pareja, simplemente besó a la afortunada esposa, de una manera jamás experimentada por la hembra, siendo tan dulce, estúpidamente embelesado y agraciado por la idea de su matrimonio como cualquier otro afortunado esposo de su edad, que en el fondo aumentaba su ego por casarse con una joven dama, sonriendo. Lo atroz de aquello es que Doreen estaba experimentado la verdadera eficacia de su maldad, y no podía decir nada al respecto, ¿ella terminaría creyendo esta mentira? ¿Sucumbiría falsamente a sus esperanzas? ¿Se engañaría y se cegaría a pesar de saber la verdad? El viaje mismo lo diría, la ceremonia – Vamos, amor – Pronunció en voz alta para que cada mujer presente escuchara, por las escaleras ambos bajaron y de inmediato salieron por los portones pesados. La seguridad estaba asegurada ya, el equipaje y la escolta que cuidaría innecesariamente su trayecto, para el mundo era lo justo y necesario, para ser capaz de acabar con la existencia de cien en unos cuantos segundos tan solo un desperdicio. Dentro del objeto móvil pudo notar realmente como la luz simplemente no ingresaba, el sol no comprometería el viaje - ¿Esta ansiosa, Doreen? Seguro que le indicaron que no debía estarlo, pero no la culparé por ninguna de sus reacciones, ¿cómo hacerlo? – Carcajeó, pero en tono más bajo de lo usual, pues esa risa lúgubre no podía ser escuchada por nadie más. Dada la orden simplemente los caballos avanzaron, saliendo del pantano y buscando la ruta más idónea para dirigirse a esa provincia, donde esperaban muchas personas emocionadas, pobres inocentes.

por **Doreen Jussieu** Mar Mar 01, 2016 9:51 am

Quizá, después de todo, ella había provocado todo aquello que le estaba sucediendo. Quizá era cierto eso que decían sobre la ley de la atracción. Se sentía confundida, pero muy en el fondo comprendía que todos sus miedos habían sido repetidos tanto en su interior, que por eso se hacían realidad, destruyendo todo aquello que estuviera a su paso. Ella lloraba por cada hecho que vivía, y aunque en ocasiones las lagrimas no brotaban, no se necesitaba ser muy inteligente para saber que en su alma todo se fragmentaba, al igual que su corazón. Ella, una mujer joven, habiendo tenido un futuro prometedor, armonioso, amoroso y en paz, terminó por aventurarse a un infierno convertido en vampiro. Un inmortal que no conocía limites, sólo locuras, mismas que podrían terminar por volver demente a cualquiera. Milagrosamente con ella eso no ocurría, seguía de pie, aunque no sabría cuanto tiempo.

Las cadenas invisibles pesaban, conforme pasaban los días parecían más molestas, y ella no podía hacer nada sólo seguir cargándolas hasta el final

Era sorprendente que no se enfermera, que se notara saludable, y que su cuerpo, que casi todo el tiempo fue muy delgado, terminara por tomar un poco más de volumen, incluso las curvas resultaban más marcadas, ya ni siquiera en ocasiones había necesidad de un corsé para hacerla resaltar, pero por mero protocolo lo utilizaba. Todo era una farsa, una gran actuación. No sólo la sociedad tenía que ser el mayor escenario para su forma de mentir en su día a día, también cuando se cerraban las puertas de la casa, ella debía fingir muchas cosas, y lo peor de todo, es que llegaría a hacerlo con su familia, lo que era más sagrado para ella. Para su mala suerte debía mentir, y aunque ella los había abandonado en un principio, nunca les mintió, porque ellos conocían la verdadera esencia de Doreen, una aventurera, casi rebelde, una que se rompió el día en que lo conoció a él.

Habían tipos de besos, ella los conocía ya casi todos gracias al inmortal, y se decía casi porque el amoroso jamás lo había experimentado. Que triste era la vida de un ser que sabía actuar muy bien un sentimiento. Sólo mostraba lo miserable que podía llegar a ser, y confirmaba que su paso con la tierra sólo era un premio, porque si de infiernos se hablaba, y por supuesto, se llegaba a creer, estaba claro él terminaría en el peor.

Sintió asco por aquel beso de “amor”, incluso su interior tembló al mismo tiempo que su exterior, un claro ejemplo de inconformidad, pero que cualquiera confundiría con nerviosismo por una pronta unión matrimonial. Estaba fastidiada, muy cansada de fingir.

La rubia mantuvo mucho silencio, casi intentando no decir nada por miedo a ser reprendida, pero en realidad no tenía nada que decir, menos que ofrecer, él ya lo sabía todo, las palabras serían perdida clara de tiempo.

Quizás las primeras dos horas las mantuvo en silencio, sin embargo no logró dormir, sólo se mantuvo callada, pero sus pensamientos revoloteaban con mucha fuerza. Daba gracias a Averno (aunque no lo dijera), que no se inmiscuyera en sus pensamientos, que le dejara ese espacio para sí misma, que la dejara ser en su interior sin temor a ser controlada incluso en aquel detalle, pero también entendía que el juego dejaba de ser divertido para él si la trataba como una completa muñeca de trapo. Cerró los ojos unos segundos. Debido a su extraña rutina de vida, no tenía sueño en esos momentos, pero daba igual tener los ojos abiertos o cerrados, no se veía gran cosa. La vela del carruaje apenas iba a ser encendida, lo cual la ponía inquieta. ¿Por qué se tardaba tanto el vampiro en hacerlo?

— No estoy ansiosa ni nerviosa, estoy molesta, usted lo sabe — Con el paso de los días, vivir con Averno le había ayudado a poder desarrolla otros estamos de animo. El enojo y la ira aunque poco expresadas, las sentía, incluso había conocido del odio, porque en ocasiones ella sentía eso por él. — Sólo quisiera que esto no sucediera, y eso me pone triste, pero nerviosa no estoy, a fin de cuentas vamos a casa, y usted va a comportarse como el hombre más afortunado, sobretodo va a mostrar que me ama, lo cual será interesante de presenciar, poder verle otra careta, la que muestra su mejor actuación. ¿No es acaso interesante? — Sonrió abriendo los ojos, la luz de la vela ya se había encendido. Podía captar las facciones endurecidas de la criatura, pero era normal. Doreen era curiosa, por eso se notaba expectante de lo que ocurriera, más que nervios era eso, ver como percibía el vampiro aquello llamado amor.

Él la había invitado al juego, y ella, como buena chica lo había aceptado. Incluso podría decirse que lo estaba disfrutando.

Suspiró profundamente, se le notaba también tensa , pero eso era normal, la presencia del inmortal siempre causaba ese efecto en la joven, quizás nunca llegaría a cambiar aquel detalle.

— ¿Y en eso basa su inmortalidad? ¿A actuaciones momentáneas con humanas? ¿A torturas? ¿A apariencias? Se da cuenta que vive en una mentira, que nada es real — ¿Qué sería real en Averno, ella se encontraba tan confundida que no sabía si su crueldad lo era, o solo otra actuación de él.

por **Averno** Miér Mar 02, 2016 8:49 pm

Averno podía fingir total sorpresa a que justo en este momento de su relación con Doreen sacara las garras de esta manera, realmente le pareció demasiado divertido y a la vez predecible – Le daré un consejo de vida, Doreen, así lo tendrá en cuenta hasta que esta termine, quién sabe cómo – Sonrió – No intente luchar cuando el león ya la tiene dentro de su estómago y la está empezando a derretir, por último puede intentar luchar contra el león cuando se encuentra entre sus fauces, tendrá al menos una leve posibilidad, y será mucho más satisfactorio para el león pues saboreará con mucha más ansia de su carne. Aunque si se trata de mi ser, hizo bien hasta este momento – El vampiro atrapó la pierna ajena, pensó en clavarle las uñas y hacerle sangrar, sin embargo no podía presentarse con una prometida lastimada, así que simplemente lo contuvo – Y no debería empezar ahora a luchar contra mí, se lo aviso porque los eventos siguientes a nuestro matrimonio serán aún menores a su agrado, es lo que presumo, así que simplemente no se gaste en detalles sin importancia como estos – Estaba completamente consiente de que para ella resultaba ser todo lo contrario, resultaba ser un evento importantísimo, además temía por la seguridad de su familia probablemente más que por la propia, seguro que dentro de la mente de aquella humana lo más justo resultaba que ella sola pagara pues sería su culpa el haberlo acercado a sus naturales, entender a la humana resultaba demasiado sencillo, pero evitar sus preguntas no tanto, y aunque tuviera la capacidad de simplemente mandarle a callar y quedar igual de callado el resto del camino, resultaba siempre mucho más entretenido y enriquecedor simplemente dar prenda, pero no de manera adecuada, ¿qué le podría asegurar a Doreen que Averno le mostraría el camino adecuado para saciar su necesidad de curiosidad? No necesariamente le mentiría, sin embargo explicar tan sencillamente, o el simple hecho de explicar algo como eso, probablemente escapaba de la capacidad de comprensión de ambos seres - ¿Qué es la existencia, madame Caracciolo? ¿Puede definirla? ¿Puede definir su propia existencia, antes de mí y después de mí? ¿Siente que hubo un cambio desde mi llegada? Yo sé que sí, y no necesito entrar en su mente para darme cuenta de aquello, tampoco para saber que antes al menos gozaba, y ahora reclama como un bebe de pecho por no recibir lo que desea – Sonrió.

Y simplemente tras su amenaza o “Estate quieto” desvió la mirada hacia las cortinas, no tenía interés en seguir tratando estos temas, pero le daría algo más para que se quedara pensando en ello y así desviara su atención un poco, para entonces asaltarle él con sus preguntas que claramente siempre tenían una trama implícita, y que tristemente para ella siempre terminaba pisando, lo astuto es que jamás le quedaban heridas sobre las plantas pues así el vampiro lo deseaba, por el momento – No puede basar su experiencia personal en el resto de mi existir, ¿no le parece? Sin embargo existe una enorme probabilidad de que tenga toda la razón, como existe una probabilidad de que sea tan solo un manotazo de ahogado, ¿apuesta sus fichas a que satisfago mi aburrimiento desde hace más de mil años solo con actividades como esta? ¿O cómo las que realicé con usted? Además no debe culparme, ¿qué hombre la esposaría a usted si tiene claro que si no le hubiera sacado de su prisión destartalada seguiría llorando y ahogando las penas aún entre esos sirvientes fracasados de la revolución aún más fracasada? Probablemente solo usted la recuerde porque no es capaz de deshacerse de los recuerdos del pasado que no sirven para nada, pero no le culpo, es una niña, simplemente tantea lo que tiene a la mano, yo en cambio no puedo hacer eso, tan solo almaceno lo relevante para mi existir y lo demás si no guarda consigo recuerdos físicos probablemente no ronde más mi mente – Y no estaba mintiendo del todo, jamás se la pasaba pensando día y noche en sus víctimas o en las mujeres que alguna vez poseyó por diferentes motivos y bajo diferentes estrategias, sin embargo no podía afirmar que las olvidaba si cada vez que cerraba los ojos visualizaba a estas pobres mujeres. Giró el rostro una vez más hacia ella – Basta de hablar de mí, tenga eso por el resto del viaje, seguro que será más que suficiente – La sujetó por la cintura y la atrajo hacia sus fauces – Es muy temprano, diferente a lo usual, pero hoy se rompen hitos, ¿verdad? Así que antes de hacerlo le preguntaré. ¿Cree que dañaré a su familia? – No lo haría, tan solo jugaría con ellos, serían simples muñecos más que sumidos en su ignorancia actuarían dentro de aquel teatro que él mismo había armado y por supuesto los movería a su placer, los influenciaría como quisiera y los usaría también, pero todos vivirían pues no les necesitaba muertos, les necesitaba vivos para que pudieran contar esta historia – Ahora, si me permite – Incrustó los colmillos blancos como en marfil dentro de la carne y succionó el elixir carmín directamente de la vena.

por **Doreen Jussieu** Vie Abr 01, 2016 8:10 pm

Doreen se sentía fastidiada. Su rostro mostraba claramente su estado de animo, y que iba incomoda. El viaje a su lugar de nacimiento sería ligeramente largo, y nunca antes había tenido que aguantar también al vampiro por el día, aquello sería nuevo, pero por supuesto que debía resistir. No quedaba de otra.

Suspiró varias veces, la idea era poner la mente en blanco completamente, de esa forma intentaría reiniciar su estado de animo. La ligereza del trayecto seria su único aliado.

Se quedó de esa forma unos instantes más, aquella tranquilidad tardaba unos minutos en llegar, no sería tarea fácil tomando en cuenta quien era su acompañante.

La joven rubia se sentía más tranquila, se ayudó para poder replantearse y analizar cada una de las palabras que el vampiro le otorgó. Su familia ¿qué sería de ella? Estaban iniciando un juego claro, la mejor de las actuaciones, no se trataba de un acto cualquiera para un publico sin gusto, se trataba de la vida, de la muerte; la eternidad. Sin duda la criatura no se comportaría como un asesino, tampoco haría una escena de terror que pudiera ser detallada en periódicos o panfletos, mucho menos un chisme voces, de ser así las sospechas incrementarían, y se trataba de guardar las apariencias antes de dejar una marca que, muy seguramente, terminaría escrita en los libros de historia. No, él no les haría daño, era muchísimo mejor disfrutar de ellos. ¡Fascinante! Eso sería para él, porque tener tantos juguetes a su disposición sin duda era atractivo y estimulante.

Sin duda, la jovencita había disfrutado más de una vez juguetear acompañada de niños, personas, o incluso animales. El tener compañía con el cual divertirse siempre resultaba enriquecedor para una persona, pero era completamente distinto jugar con ellos, era un acto demasiado cruel, así como cuando los reyes abusan de su pueblo quitándoles el pan para reventar con ese alimento. Ella era parte del macabro plan de un vampiro, sin duda también la crueldad se apoderaba de ella ¿no¿ quizás una conducta negativa le enseñaba que ser mezquino y ventajoso no estaba tan mal, la pregunta era ¿hasta cuando eso era penado o no? Suspiró confundida, todo cuanto se aclaraba con la compañía de Averno, terminaba por volverse un peor enredo.

Abrió los ojos después de un tiempo, la mirada fría de la criatura se había suavizado ligeramente, eso significaba dos cosas: se alimentaria de ella, o tendría sexo. De no ser así, siempre resultaba intimidan.

Sin duda iba a ser la primera opción, Doreen lo veía venir, porque los colmillos de la criatura sobresalían un poco más, en aquel momento, lo extraño es que el tiempo entre el alimento anterior y en ese instante, eran las horas que se habían reducido, algo que sin duda se volvía nuevo de nuevo. Ese viaje era una gran experimentación.

Volvió a cerrar los ojos, la espera entre el saber que se alimentaria la criatura, y la incrustación de los colmillos daba un nerviosismo especial, que terminaba por volverse en clara excitación.

Nada tarda demasiado cuando del dolor se transforma todo al placer del cuerpo, a la perdida de la razón, y sólo terminas por respirar de forma entrecortada.

— Sé que no les hará daño, que simplemente los tratará como un hombre verdaderamente enamorado, como el caballero educado, como el futuro esposo de su hija, será el más encantador, y mis padres le creerán todo sin ni siquiera haber pronunciado palabra alguna — La respiración de la joven se había regularizado después de unos minutos, la practica de la buena habla ya estaba casi perfeccionada. Todo lo que ellos hacían podía ser visto como arte. Dependía del ojo que lo enfocara, claramente. — A veces quisiera comprender el significado de la palabra disfrutar viniendo del diccionario Averno, pero se que incluso divagando, eso no sería posible — Muchas cosas con él resultaban imposibles.

— ¿En cuando tiempo nos casaremos? — Cuestionó mostrando lo mucho que se sentía rendida en ese instante. Habían muchas cosas que Doreen había pasado por alto por andar sufriendo día y noche, sin duda terminaba por asquearse hasta de ella misma, algo que no resultaba ser una señal buena. — Tengo una gran duda, ¿cuales serán los padres del empresario en la boda? Eso es un tema importante ¿no lo cree? ¿Y sus invitados? No puede simplemente no invitar a nadie — No podían ser todos invitados de la joven, pero estaba segura él tenía ya todo previsto. Nada se le escapaba, y es que si un cabo resultaba suelto, entonces el plan no era trazado por él.

por **Averno** Sáb Abr 30, 2016 12:56 am

Doreen había formulado finalmente una pregunta importante para el transcurso de los hechos futuros, que pequeño detalle, ¿no? Pero a la vez sumamente importante, fundamental, ¿cómo podría tomar lugar una boda donde el novio presentara una nulidad de asistentes a la misma? Definitivamente un detalle que haría resaltar el evento hasta al más despistado de los bobos de cuadra. Por esto mismo, Averno, había calculado ya desde un inicio, o puesto de otra forma, había tenido quizás la gracia de la probabilidad y a la vez la de su previsión, de la provincia de la que prohíbe la humana Averno no es ajeno, ya antes estuvo ahí, quizás unas cuatro o cinco veces, con su nombre falso, como parte de su recorrido por el territorio francés, como suele suceder, se había agenciado de nombre y apellido, siempre como un salvavidas, en este caso, hijo de Saul Granger, Gael Granger, el hijo que había salido a hacer mundo, por supuesto, adoptivo, que meses después de haber sido recibido en aquel seno familiar con todas las de la ley, se hizo heredero de unas cuantas hectáreas de terreno y de una fortuna modesta, bien dicho esta que casi cualquier fortuna podría resultar modesta comparada a una que se acuñó durante más de mil años, pero ese resultaba ser un tema enormemente apartado ya – Los amigos de mi padre y sus familiares por supuesto que están invitados a mi boda, querida, ¿cómo podría pensar que no? – Carcajeó el inmortal tras hacer aquella primera aparición en el personaje que pronto culminaría por interpretar a la vil perfección – Varios tendrán mucho que hablar y que preguntar ya que soy un empresario viajero que por problemas no determinados no pudo asistir al velatorio de su padre – Un padre que firmó manipulado por aquellas habilidades oscuras y que murió a manos de un sicario que ni siquiera fue comprado, sino más bien amenazado – No hay detalles que se me pueden escapar, Doreen, se lo dije ya más de una vez – Sonrió – Aunque quizás si uno que debemos arreglar – Había terminado de beber, sí, pero ahora venía uno de los tantos juegos retorcidos del hematófago, su palma derecha empezó a despojar de sus amarras y encajes el vestido de la humana, dejando así los senos expuestos y solamente estos, dando una mirada impúdica a quien retirara las cortinas, detalle estrictamente prohibido durante todo el trayecto - ¿Debemos fingir que está llegando pura y casta al matrimonio? O reformulando, ¿le mentirá a su supuesto Dios? ¿Al sacerdote que celebre el sagrado sacramento? Oh, madame Caracciolo, si el infierno existe, usted sin duda ya ganó un viaje sin retorno – La palma izquierda se aferró al seno derecho de la novia – Vamos a mentirles, pero voy a encargarme de dejarles pistas que atestigüen lo contrario – Y si bien ya había profanado a la mujer, sodomizado también, en su pleno centro de labores, difícilmente podrían toparse con esta verdad si ninguno de los dos la confesaba y aquel ser superior, tan ingrato no diría nada.

Los labios masculinos se deslizaron por el cuello, hombro, pecho y finalmente quedaron cercanos al seno izquierdo – Invité a toda su familia a la casa familiar de los Granger, estoy seguro que los esbirros estarán felices de toparse con gente diferente a ellos mismos, y sobre todo, que el amo vuelva luego de tanto tiempo, todo el tiempo que estuve en París para ser exactos – Los colmillos se inyectaron entonces en el seno de la hembra y la palma que antes aferraba el otro se esfumó de la zona, simplemente para inmiscuirse en las entrepiernas de la rubia muchacha, la estimulación en el clítoris no se hizo esperar así como tampoco la succión, esa que dejaría marcas en la piel, y que seguramente, a los días siguientes quedarían como marcas rojizas que cada doncella que ayudara a la futura esposa vería, una vergüenza tacita que obviamente callarían, pero que tan solo Doreen experimentaría, el siervo del mal una vez más demostraba que para hacer daño no era necesario azotar con espinas a la humana, para nada – Una sensibilidad diferente, sin duda – Adrede y con la sangre brotando levemente, paseó sus colmillos por el pezón erecto que demostraba aquel lado sadomasoquista que Doreen no podía ocultar, al menos frente a él – Lo peor de todo esto, madame, es que disfrutará de tener sexo y ser mancillada, con efectos a futuro, mientras se aproxima a los seres que más adora, pero que egoísta e hipócritamente jamás volvió a visitar – Una estocada más, y lo delicioso es que no se le agotaban a pesar de todo – Espero querida, que estés tan feliz como yo por el momento que nos aproxima – Susurró antes de lamer la sangra del seno herido y luego subir a los labios para besarlos con aquella misma mimosa que había demostrado en público, pero esto solo para dejar una estrategia marca más, pues no duró mucho el tiempo del beso, para terminar con ambos colmillos incrustados en el labio inferior, superficialmente sí para no perforarlos del todo, luego el beso siguió con una cuota de succión de aquel líquido carmín - ¿Está preocupada? Lo está, pero ahora mismo, ¿más por ti o más por ellos? – Como cruel serpiente, acentuando aquella tentación por inducirla al mal en cualquiera de sus esferas, aquella interna la más podrida de todas. Con una calma total se deshizo del faldón y lo descartó a un lado, la carroza daba el espacio reducido, pero suficiente para maniobrar, pronto el vampiro quedó de rodillas entre las piernas suaves de la humana – Experimentará por primera vez esto, será tan gustoso para usted, aprovéchelo, que no hay placer de mi parte, sino un riguroso planteamiento – La lengua versada se decantó para estimular el clítoris de ese cuerpo levemente inclinado, humedeciendo totalmente la zona, el frío contra el calor de aquella intimidad, entre esos labios internos. El primer aviso llegó cuando empezó a presionar demás con sus fauces aquel endurecido botón, sin avisar retiró las fauces para incrustar en el muslo izquierdo los colmillos y beber, dejando así una marca más. No había consumido en lo absoluto una cantidad que pudiera debilitar a la humana, así que estaría encendida en todos los sentidos – Dígame, Doreen, ¿quiere que la invada o prefiere que la vuelva a vestir una vez termine de limpiar cualquier rastro delatador? – En ese instante dejó de elevar y separar tanto las piernas ajenas, pues simplemente esperaba la respuesta para hacer o lo uno, o lo otro. ¿Doreen ignorando sus problemas en el placer o afrontando la inexorabilidad de su destino con lágrimas y angustia? ¿En qué tipo de mujer se estaba convirtiendo ella? Estos detalles a él le indicarían la satisfacción o insatisfacción que debía sentir.

por **Doreen Jussieu** Dom Mayo 01, 2016 9:06 pm

Toda situación dependía muchísimo de el ojo con el que se mirara, sólo de esa manera se sabia que tan mala o buena podría llegar a ser. Lo que para un hombre es bueno, quizás para otro podría ser el viaje directo al infierno. Cada momento daba pauta para un antes y después de la vida de alguien, y ella llevaba una gran cantidad de antes y después.

¿Qué sucede cuando en realidad las situaciones de la vida ya no te crean una especie de emoción o preocupación? ¿Cómo saber realmente que era lo que importaba?

Lo peor que podía pasarle a un ser humano era la indiferencia, no que llegaran a sentir los demás, sino la que podría llegar a sentir por todo lo demás fuera de el. Sino tienes un propósito, sino tienes un porqué. ¿De qué sirve la vida? De nada.

Guardó silencio durante cada palabra que dijo el vampiro, también con el ritual que comenzaba sobre la piel de la joven. A veces las palabras sobraban, por más que ella quisiera darle frases, oraciones, y verdades, nada lo que sería para él, porque el vampiro creía tener la verdad absoluta, y eso llegaba a hartar, fastidiar y no querer discutir más con él. A veces, cuando el acto venía, Doreen simplemente dejaba que él jugara con ella, su mente volaba. Una vez descubrió que la locura se estaba apoderando de ella, porque su mente estaba ayudándole a hacer una historia alterna de su vida, y en ocasiones llegaba a creérsela. Todo ser humano necesitaba creer en algo, quizás Dios la había abandonado, y ella simplemente se había apoyado en su imaginación. Lo único que era simplemente suyo.

Le era inevitable sentir, su cuerpo llegaba a ser débil ante caricias perfectas de una criatura experimentada, cuando llegaba al punto del placer, también se dejaba llevar ante las sensaciones del pecado humano. El sexo era un área que jamás imaginó llegar a sentir en su totalidad hasta después del matrimonio. Cuando su vida cayó en manos de Averno tuvo que aprender a cambiar esa ideología. Supo que muchos seres humanos jamás llegarían a casarse pero terminaban por coger día y noche, y no por eso iban al infierno. Existían factores que los orillaban a eso. Cuando aprendes a ver la vida del otro lado del juego, comprendes infinidad de cosas, y el juzgar ya no es parte del pan de cada día.

Iba incrementando las obscenidades en el acto sexual, cuando todo parecía ir más allá de lo natural, avergonzaba, pero la naturaleza humana en la sexualidad, en ocasiones no tenía limite, eso también lo había comprendido.

Doreen no sabía por donde empezar, tampoco que debía decirle, tenía muchos trucos bajo la manga también, aunque seguramente él no sabría, en casa todo era distinto, per ella siempre supo como salirse con la suya, no restaba en importancia lo que sus padres pudieran pensar, pero lo cierto es que tampoco es que sus ideas fueran las mismas que la de sus padres, por eso había escapado de su casa, porque necesitaba vivir, de alguna u otra manera lo hacía con Averno, aunque con algunas cosas llegaba a chocar. Ya a esas alturas no sabía si lo odiaba, o le había tomado cariño, pero no amor, nunca lo sería entre ellos.

La rubia estaba dudosa entre sus respuestas, pero también sabia que era lo correcto para ella, por lo que quisiera, por lo que deseaba, no por lo que llegara a dar a conocer. Era evidente que si se había escapado, algo de libertina había sido, pero aquello de incluir a sus padres sólo era efecto protocolar.

Suspiró, estiró la mano para acariciar el rostro frío del vampiro, también ella estuviera sus reacciones, no sólo él era el único, y de eso ayudaba para poder conocer sus manías, aunque nunca su pasado, nada a la perfección.

Aclaró su garganta.

— En realidad está noche no tengo deseo sexual, aunque sé que a usted eso no le importará — Se encogió de hombros — Me gustaría simplemente volver a vestirme, y no porque quiera marcar todo mi cuerpo, y tampoco porque estamos camino a casa de mis padres, que seguramente ya deben de pensar que estoy estancada en un burdel para haber sobrevivido tanto tiempo — Sonrió con ironía — Simplemente no tengo deseo, mi mente está en otro lado, mi cuerpo quizás aquí, pero no lo disfrutaré, así que si quiere seguir disfrute, yo por mi parte quisiera que mi tranquilidad estuviera en este momento, el cual merezco, el acto sexual llega a volverse sólo un momento ¿no lo cree? Como todo — Terminó de decir, pero sin moverse un poco.

por **Averno** Sáb Mayo 21, 2016 10:22 am

El no en realidad no significaba lo que ella acababa de mencionar, aquel no solo le servía al vampiro para identificar que aún dentro de ella quedaba un poco de sensatez respecto a su moral y sus buenas costumbres, la Doreen que el vampiro empezó a moldear cual estricto y persistente artesano en este momento estaría dando brincos, hiperventilando, y llena de ideas incluso absurdas como sobre salvar a su familia de la visión del vampiro y los planes del mismo, sin embargo en estos momentos se encontraba más resignada, sometida y rabiosa, molesta más por sí misma que por los que había abandonado, otra clara señal del egoísmo que con éxito había logrado sembrar en ella. Por eso el vampiro simplemente sonrió, esperando que la mente humana no explotara puesto que le había dado una negativa a él y aun así sonreía, lo cierto es que no estaba deseando probar su cuerpo, sino probar su temple. El inmortal regresó a su posición inicial y descubrió finalmente la ventana de su ala, observando una vez más la única oscuridad que existe en la noche, en este camino abandonado, un camino que les llevaría hacía tantas nuevas posibilidades – Tranquilidad es lo único que no tendrá desde el momento en que yo esté frente a sus seres queridos y sus seres no tan queridos, porque incluso aunque guarde ese rencor adolescente, este no será suficiente para permitirme arrancarle el corazón a su padre delante de sus narices sin sentir que un poco el suyo se desquebraja, pero quién sabe – Observó aún malintencionado la figura desnuda de la fémina – Quizás este viaje logre concretar este odio bien fundado que usted posee, quizás luego de la ceremonia se anime un poco más a dar rienda suelta a ciertos de mis deseos impuros, le mentiría que si le digo que no tengo planeadas mil formas de asesinar a cada uno de sus parientes, o de torturarlos, pero, claro, he prometido respetar su decisión de protegerlos y no dañar a nadie, así que debe tener claro que todo depende de usted ahora mismo, no cambie – Acercó su rostro al ajeno a la par que su mano derecha le estrujaba el mentón a la fémina para que así fijara su vista bien en él – No cambie de parecer ni por un segundo, no desee que aquella bestia que está llevando a su tierra natal desate la peste, porque si lo desea muy en el fondo, yo lo sabré y como me he caracterizado siempre por ser un impoluto esposo, encantando voy a satisfacer los pedidos de mi dama - No se trataba de un chantaje emocional ni nada parecido, sino otra prueba más, y una prueba que desembocaba también en apuesta, una apuesta que dejaba el futuro de varios humanos en manos de una sola, una humana que hoy por hoy cualquier persona normal podría considerar desestabilizada y frágil, por el lado del vampiro, en realidad le calificaba con el proyecto a medio terminar que aún debía perfeccionarse.

Sin decir ya más nada, tomó las prendas ajenas y las acomodó sobre el regazo de la fémina, la orden fue clara, debía vestirse pues dentro de poco debía estar radiante, para él horas largas claramente resultaban ser poco tiempo, haciendo aquel balance proporcional entre lo que significa tiempo para él. Así fue como el vampiro guardó un silencio absoluto el resto del camino, no durmió, no cerró los ojos, simplemente se mantuvo como un pedazo de hielo que no se derrite, inerte observando cada detalle del camino, este que lento se modificaba, dando señales de que una vez más regresaban a la civilización, solo unos cuantos pasos más de caballos, el sonar de sus cascos, el transporte se detuvo, la primera parada, resultaba imposible recorrer el reino en un solo día aún con los avances tecnológicos de la época, lo cual ciertamente agradecía el inmortal, pues aún se daban oportunidades de conocer mucho más que solo el destino en un simple viaje, y también muchas otras oportunidades que pronto Doreen vería con sus propios ojos, como la oportunidad de influenciar, y de informar inclusive sin palabras. Siendo poco fiel a sus costumbres el vampiro abandonó primero la carroza, y fue directamente a la habitación que se había reservado en esa posada, una decente a pesar de ser al paso, las órdenes para que fuera guiada por los hombres ya habían sido dadas, así como la orden de retrasarla un poco, el tiempo suficiente para que pudiera dejar sobre la mesa de noche, las cartas que había intercambiado durante este tiempo con el patrono de los Caracciolo, cartas que hablaban si bien del matrimonio, hablan mucho más del costo del mismo y no precisamente de la ceremonia. Averno estaba seguro de que con ese material podía despertar en Doreen aquella agresividad que duerme en cada humano, ¿ser un objeto de compra y venta para tu padre sería suficiente para ella? ¿Qué dudara de su virginidad y si esta estuviera la hiciera menos barata? ¿O enterarse de que había pensado en repudiarla, pero que no podía pues aún tenía esperanzas de que volviera? Esperanzas que daban frutos en cuanto las cartas del caballero Gael llegaban. Averno se había encargado de ir sacando los peor de aquel hombre, su codicia y su ambición, y todo con su propia letra y su sello familiar, todo expuesto esta misma noche, aquel juego comenzó, el objetivo del hematófago estaba más que claro, sería su precio de pago justo por haber realizado toda esta faena por terceros, pues el pago respecto a Doreen estaba implícito. Con cruel frialdad abandonó los documentos a la vista de quien entrara en la habitación, abandonó también su ropaje y al no tener sótano donde regodearse con sus trofeos, simplemente ingresó en la única cama y mueble de la habitación, esto adrede obviamente, se supone pues que los esposos comparten la cama y Doreen tenía dos opciones, venir a dormir con él sin mirar hacía ningún otro lado, o buscar una excusa para procesar la idea y distraerse con algo como justificación, por supuesto el vampiro previa que lo segundo sería, y por eso los textos ahí se encontraban, si algo tenía permitido la humana, era leer lo que se le dejaba al alcance, así que permisos no necesitaba, solo curiosidad, una maldita.

por **Doreen Jussieu** Miér Jun 01, 2016 5:43 pm

De repente la cabeza le empezó a doler. Hasta ese momento se percató de la realidad en la que vivía. Iba a volver al lugar del que había escapado años atrás. Su padre la había amado, pero siempre había sido un hombre estricto y ambicioso, además de frustrado por no alcanzar a tener todo aquello que tanto codiciaba, aquello nunca lo ocultó. Por otro lado estaba su madre, una mujer sumisa y abnegada que había implantado los ideales de libertad en Doreen, y al final, pero siendo el más valioso en su corazón, se encontraba su hermano, un joven tan soñador como ella, pero un poco más miedoso, o quizás consciente, porque a pesar de aun no casarse, seguía apoyando a quienes le dieron la vida. ¿Ella se había vuelto una egoísta?

En aquel entonces, cada uno de los miembros de su familia ocupaban un lugar estratégico, pero todo había cambiado, ella nunca más volvería a encajar, y en realidad no sabía si eso era bueno o malo. ¿Qué era? No pertenecía a nada, a nadie, el amor no existía en su vida, todo era parte de intereses.

Doreen era el objeto de un vampiro, aquel que la sometía, y que la volvería lo que jamás deseó, y podría volverse una pesadilla.

¿Valdría la pena todo?

La jovencita sólo llegaría a amar a una persona en realidad, esa misma con la que pasaría el resto de sus días, ese verdugo que sería el único en ver su último alimento para así irse al mundo de los muertos. Ella jamás odiaría a sus padres, aunque muy probablemente ellos la odiaran, pero no podría, a final de cuentas ellos le habían dado la vida. ¿No? El golpe de realidad no le estaba sentando bien, incluso se sentía mareada, su estado anímico era tan malo que comenzaba a reflejarse en el físico. Todo se inclinaba a que estaba empezando con el pie izquierdo aquel viaje, pero no podía moverlo a su antojo, todo era parte del vampiro, y ella ya estaba convencida que no podría llegar a manipularlo.

Se bajó del carruaje, agradeció muchísimo el poder estirar su cuerpo, las piernas ya se le habían entumido, y era bueno saber que aún seguían vivas, y respondiendo a su cuerpo de forma correcta. Su anatomía era humana, muy a su pesar al seguir los trotes del sobrenatural.

En el trayecto pidió que la esperaran un momento. Se adentró a un baño porque no llegaría al cuarto, eso sentía. y al terminar pidió un vaso de agua sólo para sentir la frescura del liquido en su garganta. Viajar, por más sentado que se esté, o recostado, terminaba por ser muy cansado, ella necesitaba reposar, y dormir correctamente. Después de unos minutos en los que su campo visual alejaba a por completo al vampiro, y se disfrutaba a sí misma, terminó por adentrarse a la pequeña habitación. Bostezó un par de veces por el cansancio que ya se apoderaba de ella. Como era normal de su parte, la joven observó todo los detalles a su alrededor, cada una de esas cosas las guardaba en su memoria, habían situaciones que valían la pena volver a vivir.

Doreen arqueó una ceja al notar el cumulo de cartas. Giró el rostro para intentar ver a Averno, se puso una mano en la cintura analizando la situación. La criatura no la había recibido, no le decía nada, habían cartas en un lugar donde no debían de estar, eso no era un descuido, aquello era sembrado, ella lo sabía. De todas formas estiró el cuerpo con la finalidad de poder leer lo que venía impreso. La rubia sintió como el corazón incrementaba en sus palpitaciones, el nombre de su padre estaba ahí, y odiaba la desesperación que estaba experimentando por querer leerlo, sin embargo se contuvo para introducirse a la cama y recostarse viendo hacía el techo. Debía olvidar ese tema, Averno todo lo arreglaba para perjudicarla, pero también para abrirle un poco más los ojos.

Recostada se acurrucó en las sabanas como señal de cansancio y deseo de descanso adecuado. Suspiró mirando el techo oscurecido. Lamentablemente aquel momento sería acompañado por una vela encendida al final del cuarto.

— ¿Por qué desea que lea eso? — Debía preguntarle, pero también debía hacerle saber a Averno que ella también lo observaba y lo estaba conociendo. No en balde compartían casa, y sobretodo cama. — Usted me desconcierta tanto, le encanta jugar con mi mente — Eso era evidente.

Doreen sabía que Averno sembraba semillas en su cabeza para confundirla, y toda acción terminara en situaciones tan caóticas, que ella se echara la culpa de cargar con esas culpas, mismas que la harían marchitarse.

por **Averno** Miér Jun 08, 2016 1:34 pm

Doreen había dado un paso fuera del tazón en el que él le había colocado, ¿molestarse? No fue algo molesto, pero sí, claramente considerado como un enorme contratiempo para él y sus intereses, el inmortal poco gozo tenía al tener que actuar dos veces sobre un mismo incidente para conseguir el resultado deseado, pero si se era justo, el fallo de cálculo había suyo, o más bien, había decidido optar por una opción que bien sabía que no le iba a asegurar el resultado finalmente deseado. En silencio escuchó las preguntas y no tuvo reacción alguna durante varios minutos, la seriedad de siempre, aunque ahora se le sumaba la severidad – Sabe que acaba de generar algo en mí, y sé que conoce perfectamente la naturaleza de ese algo, debería siempre por su bienestar no intentar provocar en mi reacciones de aquella índole, en esta oportunidad tan solo le haré leer como represaría por ello, a la fuerza – Destapó ambos cuerpos y se levantó de la cama, a paso pausado caminó por la habitación hasta llegar al mueble que sostenía las cartas, las tomó todas en orden de fecha, se giró y observó a la humana – Hay información que siempre debería tomar, por no decir que siempre la información le dará poder, así como el conocimiento que viene siendo su primo hermano – Finalmente y tras la pequeña charla avanzó hacía la humana, colocó las cartas sobre su regazo, ninguna cayó, todas una sobre la otra para que pueda leer con comodidad – No le estoy llevando a su tierra natal solo para que se case madame, le estoy llevando para que cierre un ciclo que no tuvo el valor de cerrar pudiendo hacerlo, ¿comprende? Pero yo deseo que lo haga a mi manera, es decir, a la manera más adecuada, pero antes de que alguien tome una decisión, debe estar totalmente informado, ¿no es así? Por eso mismo quiero jugar con su mente, quizás para su bienestar o solo para mi propia diversión, ¿cómo podrá descubrirlo? Debería simplemente leer y sacar sus propias conclusiones, ¿qué tan malo puede ser? Ambos sabemos que espera leer algo bastante conocido por usted – Averno deseaba acabar con al vida del padre de Doreen, estaba claro, pero no deseaba hacerlo simplemente, lo que deseaba exactamente era que la misma humana se lo pidiera o que al menos estando en su poder, se lo permitiera hacer, ¿lo conseguiría? Esa era la gran apuesta detrás de la boda y el acercamiento, si bien la boda resultaba un escalón importante, ahora era una herramienta más.

El vampiro le daría el buen tiempo, uno prudente, Doreen resulta ser una hábil lectora, se lo demostró ya en su biblioteca personal y con sus libros, así que estos simples mensajes no resultarían ser un reto para ella ya que probablemente aún recordaba la caligrafía de su padre y la suya se la sabía de memoria. Ahora mismo él se estaba encargando de volver a repasar los horarios dentro del trayecto, todos para que pueda movilizarse sin ningún riesgo estúpido de por medio. Dos, tres veces, cuatro, cinco, la perfección no se consigue usualmente por la característica propia del agente, sino por lo magistral que resulta el agente al plasmar sus ideas y sus planes, una vez estando todo asegurado regresó su atención en la humana, esperando que las emociones se despertaran por completo en ella, poder identificarlas, y así empezar a tantear el terreno que sería sin duda salvaje para ambos y para todo el resto de su familia, pues esta resultaba ser tan solo una pieza del rompecabezas que ya tenía planificado para los Caracciolo, pobre familia, pobres diablos, abandonados por su hija, y ahora malditos por la misma pródiga al traer a semejante abominación ante ellos, eso lo diría cualquiera y por supuesto la misma Doreen, eso sin duda resultaba ser lo más placentero de todo esto, la culpa que bien podría comer a la humana o no hacerle el más mínimo efecto, por supuesto que lo segundo es lo que el otro buscaba, hacer nacer la impunidad y el descaro en la otra, sería tan delicioso que así sucediera, demasiado bueno para conseguirse con tanta facilidad es cierto, pero en estos asuntos el hematófago había comprendido que tan solo se trataba de tirar y tirar hasta que se terminara por aflojar – Dígame, Madame Caracciolo, ¿qué se siente saber que su padre no cambió nada en estos años? ¿Algo que desee mencionar? Le aclaro que no debe tener ningún tipo de furia contra mí, ahí estoy simplemente actuando de maravilla, no es que esté de acuerdo con él o considere que algo de lo que dice sea justo, solamente deje que se explaye, que saque lo más profundo de sí con total honestidad y claro, con una total confidencialidad, ¿no? – Solo pudo carcajear y ansiar respuesta.

por **Doreen Jussieu** Lun Jul 04, 2016 9:29 pm

Averno era la criatura más terca que ella jamás había conocido, incluso por encima de su persona, lo cual resultaba casi imposible de imaginar, pero que por supuesto ocurría. Extrañamente, aunque él lo negara, o se empeñara en no aceptarlo, la chica comenzaba a conocerlo muy bien. Cuando a la criatura se le atravesaba algo por su cabeza, no existía poder irracional que le hiciera cambiar de parecer. Estaba en claro siempre, se reafirmaba en ese instante, cuando el capricho del inmortal salía a la luz, no pasaría la noche sin que ella leyera aquella docena o más de cartas. Aunque se encontraba curiosa (como siempre), la joven se encontraba cansada, y no deseaba realizar lectura alguna, sin embargo, de querer seguir con vida a la mañana siguiente, más le valía tener que hacerlo.

Lo observó levantarse de la cama, también tomar los escritos, y al final los sobres sobre su regazo. Ladeó el rostro no sin antes haber suspirado, chasqueó la lengua y abrió el primer sobre. ¿Qué estaba esperando la jovencita leer? Nada, o quizás más de lo mismo, peo jamás su positivismo apareció.

El inmortal se olvidaba que la joven había escapado, y si lo hizo fue porque su padre jamás cambiaría. Un hombre que fue educado de forma rigurosa, y encima e todo ambicioso, nunca volvería bondad, lo que veía como conveniencia.

Las cartas incluso le resultaron interesantes. Le transportaron a un pasado lejano, pero no tanto. En realidad no habían pasado muchos años desde la última vez que durmió en casa.

Le quedaban dos cartas más cuando Averno volvió a la habitación. La joven dobló las hojas que había sacado de los sobres y las volvió a colocar dentro de ellos, después se puso de pie, caminó hasta el tocador y las dejó apiladas respectivamente, pero separó las dos que aún le faltaban. Terminaría de leerlas más tarde, sin embargo no era momento debían conversar un poco antes de seguir. La joven se encontraba sumamente tranquila, aunque no negaba la tristeza que aún podía llegar a provocarle, aunque no le afectaba ni el diez por ciento de lo que era antes. Doreen no podía odiar a su padre, no lo culpaba de la educación que había tenido, mucho menos de sus ideas, creencias o anhelos, todos eran mundos distintos, el claro ejemplo estaba entre ellos dos.

Sin embargo su vida no había sido mala, se le había dado lo mejor dentro de las posibilidades de sus padres, le dieron la educación de una mujer de hogar y esposa modelo porque así la sociedad lo demandaba, y no odiaba nada, ni siquiera a Averno que la tenía casi secuestrada y obligada a actuar en contra de su naturaleza. ¿acaso él no entendía que ella no era una criatura oscura? Jamás lo sería, porque su naturaleza humana siempre había sido buena y soñadora.

— Nunca creí que mi padre fuera a cambiar — Negó un par de veces segura. — El primer año que pasó después de mi escape, pude contactar a mi hermano, primero nos enviamos un par de misivas, después lo vi, porque fue a la capital a comprar mercancía para su negocio — Suspiró. — Me contaba las formas de mi padre, y también todo aquello que decía no pudo ganar por no darme en matrimonio antes de mi escape, así que no me sorprende, por el contrario, cuando lo vea sentirá que ha ganado esta batalla, porque me casaré con un hombre que puede llamarse un erudito, y que tiene mucho futuro, aparte de una gran fortuna, a ellos les toca cierta cantidad de dinero, pero eso ya lo sabe — Y no es que le robara el sueño a Averno. Al inmortal poco le importaba el dinero de los humanos, pero disfrutaba jugando con él. — No me sorprende en nada — Se encogió de hombros para volver a la cama y acomodarse, aunque sentada, aún no se recostaba.

— Falta mucho que sepa de mi o de los míos, a veces no se puede saber con profundidad todo, aunque usted así lo crea — Negó, y es que él había creído que sentimientos negativos aparecerían en ella, pero ya veía Averno que no, aunque esa situación le enseñaba más de ella. — Mi madre era tan soñadora como yo, quizás de ella lo heredé, sin embargo ella no escapó, se quedó a cumplir su función como mujer, como parte de la sociedad y su educación, no puedo decir que sea completamente infeliz por haberse quedado, pero no fue completamente feliz, y por ese ejemplo no quise quedarme — Le miró un poco emocionada, le estaba contando cosas intimidas por deseo propio, para que comprendiera más de ella. Doreen podría parecer una chica sencilla y fácil de leer, pero la realidad es que también existía un laberinto en su personalidad, en sus pensamientos, y en su interior. Cierto era que tampoco es que estuviera completamente cuerda.

Instintivamente, la jovencita movió las sabanas para invitarlo a sentarse con ella, sólo para que ambos estuvieran más cómodos y cerca. No tenía miedo porque no estaba siendo irrespetuosa, sino sincera. Doreen lo respetaba, pero también deseaba que la entendiera y respetara. Eso solo se podría en algún punto con sinceridad.

— Lo cierto es que me emociona más ver el lugar en donde crecí, que a mis padres, y me encantaría ver a mi hermano, pero no sé si ya se haya casado, o siga en casa — Le miró — ¿Sabe algo de él? En las cartas no dice nada al respecto — Negó. Su hermano seguía vivo, eso lo sabía, pero quizás por fin habría escapado también de casa. Al llegar lo sabría.

— ¿Se siente decepcionado? Supongo que sí, la realidad es que los humanos somos predecibles, y más los que jamás cambiarán su manera de ser, porque creen que es la verdad absoluta — Se recostó — Siempre me sentiré agradecida con mis padres. Lo sabe ¿Verdad? — Le miró atenta — Independientemente de todo, ellos me dieron la vida, no puedo simplemente negar esa realidad y ser una malagradecida — Concluyó cerrando los ojos unos momentos.

por **Averno** Miér Jul 06, 2016 2:01 pm

Doreen parecía haber adoptado esa posición en la que le había ganado la partida por puesta de mano, pero en realidad no estaba ni cerca de hacerlo, por supuesto que Averno estaba deseando causar un efecto en ella al hacerle leer todo esto, sin embargo no estaba buscando un efecto directo, le parecía de antemano imposible que una mujer como Doreen de pronto renuncie a su simplista naturaleza y de pronto deseara sacrificar a su padre, simplemente deseaba aquello que ya consiguió, ir clavando espinas, solamente aquello, pues en algún punto terminaría por cansarse de incrustarse las mismas espinas una y otra vez, sin embargo, le dejaría ser, no tenía intenciones de que la humana interpretara su reacción, tampoco que sospechara que había algo más detrás de todo esto – Supongo que existen seres que creen que jamás cambiarán, pero quiera o no, sabe que una parte de usted ya mutó, todo gracias a este periodo largo que está pasando conmigo, simplemente le diré que jamás de por sentado algo con tanta facilidad, ya sea que se trate de mi ser o de cualquier otro tema, podría simplemente trastabillar sin tener el sur bien definido – El vampiro rehusó la invitación, momentáneamente – Ahora que las leyó, no tiene ningún valor, serán solo pruebas de que existió comunicación y bien sabrá, que soy ese tipo de ser que odia dejar el rastro – Se levantó de la cama y se encaminó lentamente hacia el escritorio donde la muchacha de pelo rubio había dejado las cartas, tomó la primera y la acercó al fuego de una de las velas, el material se encendió de golpe y se fue reduciendo a cenizas – Su padre no es un humano digno de ser recordado, es tan solo un hombre miserable que hasta hace nada se sentía frustrado porque su mejor oportunidad le abandonó y tiene razón, se llenará de algarabía en el momento que vea como le coloco el anillo entre los dedos, pero, ¿no crees la decepción que es realmente? Casando a su hija con un fantasma, con un ser inexistente, con una invención de mi astucia y mi dedicación, a eso le entrega a su hija, y solo por dinero, ni siquiera se tomó el tiempo de visitar mi propiedad en su propia ciudad, tan cegado por recuperarle, tan sediento de fortuna, su padre es por ello un ser miserable, bajo, yo podría aplastarle como a una cucaracha ambiciosa, pero claro – Ya para entonces la última carta leída se estaba quemando – Usted no puede odiarle, ¿verdad? No puede atreverse siquiera a describirle como merece que le describan, ¿Por qué le dio la vida? Bien sabe ahora que no es nada difícil penetrar a una mujer y si se tiene el dinero suficiente, mantener al resultado de aquella penetración tampoco lo es – Estaba no intentando quitarle importancia a que sus padres se hicieran cargo de ella, sino a ese sentido máximo que creen los humanos que deben respetar, a estar agradecidos por la mística que significa que otros le dieran la vida. Al final no eran más que movimientos realizados por placer y por simple naturaleza, no tenían por qué adornarlo como mucho más.

El vampiro tomó un recipiente de metal vacío y echó toda la ceniza dentro, para combatir el olor a quemado que ahora abarcaba toda la habitación simplemente encendió la hierba aromática que estaba a un lado, con la vela, y después la dejó en su lugar. Se sacudió las palmas hasta que estas perdieran la tonalidad negruzca y una vez limpio regresó en la misma dirección, se sentó en el borde de la cama, sin observar a la humana – En algún momento usted dejara toda esa compasión innata, se le terminará la paciencia, y entonces yo estaré allí para guiar sus verdaderos sentires escondidos de la manera más adecuada posible, ya lo verá, no habrá posibilidad de que al final escape de aquello, es cuestión de tiempo aunque no desee aceptarlo, y no se lo digo para que tema, para que duerma mal soñando con aquel día, porque en realidad no tiene nada de tétrico, al contrario, yo diría que la mejor calificación para ello sería la de; liberador, aunque no entenderá por qué hasta que ese mismo momento llegue – Doreen desconoce la satisfacción que uno puede obtener al hacer todo lo que se desea, en el momento que desea y como se desea de hacer, a pesar de ver desde hace meses como él actúa con ese proceder y siempre está satisfecho una vez consigue lo que desea, en algún momento el ejemplo hará efecto, en aquello también tiene confianza – Debería dormir ya, habrá mucho tiempo para seguir conversando, sobre su hermano y sobre cualquier otro asunto, solo le adelantaré, que su hermano estará presente y que aparentemente no está muy feliz de que un desconocido espose a su hermana, supongo que ya tendremos que intercambiar palabras con el valiente muchacho, para determinar qué tanto es capaz de arriesgar por su querida hermana – Si aquello sí que resultaba ser una amenaza, aunque en realidad sería una jugarreta nada más, pues ya antes había mencionado el que no haría daño, pero no necesariamente que no haría absolutamente nada de lo que acostumbra, pues bien podía jugar con toda la familia de la rubia joven sin realmente llegar a lastimarlos y si Doreen ya le conocía algo, debería empezar a oler que aquello resultaba ser una posibilidad latente – Duerma, no diré nada más, al despertar le mandaré a hacer unos recados y cuando la noche regrese seguiremos nuestro camino – El libro que estaba en la mesa de noche fue tomado por el vampiro, uno grueso, todo el tiempo que ella durmiera, él leería, pues dormir no representa más que una pérdida de tiempo para él – Buenas noches, madame Caracciolo – Finalizó con aquellas palabras para darle a entender que ahí moría la charla, no competía dar más información que pudiera delatarle, ni tampoco deseaba darle información que ahora lograra tranquilizarle un poco, mantenerla en tensión, justamente aquello estaba buscando, y no como represaría alguna.

por **Doreen Jussieu** Vie Ago 05, 2016 12:59 pm

Averno no se daba cuenta que lo que hacía, lo estaba haciendo mal. Estaba trabajando en romper la naturaleza humana de la joven, una que ni siquiera la muerta de personas que amó lo logró. Para ella las personas y las criaturas sobrenaturales tenían una esencia desde que nacían que nada lo podía cambiar, la vida les ponía situaciones que brindaban a ellos momentos para poder actuar de distintas maneras, les moldeaba conductas, les enseñaba a ser un sinfín de cosas para poder salir victoriosos de todo, pero eso jamás les quitaría su verdadero ser. Muy probablemente la criatura tuvo que pasar infiernos para lograr ser esa vampiro despiadado, pero tal vez muy probablemente él ya había nacido malo, y sólo las situaciones le hicieron reafirmar la realidad.

La joven no podía negar que algo en su interior estaba cambiando, que se estaba adaptando correctamente a su nuevo estilo de vida, pero solo se trataba de un buen método de supervivencia, porque ella sabía que su fe y su bondad seguían intactas. Si, algo difícil de creer, pero que no era mentira, jamás se auto sabotearía.

Lo observó por unos instantes mientras lo hacía quemar todo rastro de la realidad de su padre. Un sentimiento negativo se había acomodado en el centro de su pecho, pero no era odio, quizás resentimiento y un poco de decepción, misma que le causaba gracia, porque ella sabía que eso sería siempre.

Su padre había sido educado para poder procrear y sacar provecho de eso, mejor aún si tenía hijas, porque eso ayudaría a incrementar su fortuna, sus terreros, su poder y por supuesto, su ego que todos los días amanecía pisoteado por no alcanzar lo que quiso y siempre soñó.

Doreen se dio cuenta entonces que todos tenían sueños, ya fueran buenos o malos, quizás el de su padre era ser rico, el de ella encontrar el amor, y el de Averno arruinar almas tanto como pudiera. Cada uno a su manera, a su forma, a su interés.

Guardó silencio, en realidad no lo hizo sólo porque la criatura se lo hubiera ordenado, sino porque en realidad no tenía ganas de seguir compartiendo un dialogo en el que el vampiro, como siempre, creía tener la razón de todo, y no escuchaba. A veces le aburría que no se diera cuenta de sus errores, pero prefería enumerados en su cabeza y con eso divertirse. Por que sí, era un placer secreto y muy especial. Se acomodó en aquella enorme y gran cama. Observar el techo en ocasiones era mucho más reconfortante que sentir las manos de aquella criatura en su figura. Debido a su cambio de horario (por que ahora dormía de día y vivía de noche), le costó un poco de trabajo poder conciliar el sueño, pero después de un rato el aburrimiento le ganó y termino por quedar dormida.

Desde que había escapado de su casa, la jovencita tenia pesadillas. Cada noche se adentraba a sueños que se volvían angustias y la hacían sufrir. Aunque seguía teniéndolos, al menos ya podía controlar su cuerpo y no demostrar aquello, claro, ella lo atribuía más a que su actividad física la agotaba y por eso no quedaba más energía para esos momentos. Así que esa noche pareció dormir como una bebe sin tener inconveniente alguno.

¿Cuánto tiempo había dormido? No lo sabia, pero al despertar se sentía muy reconfortada, pero también muy hambrienta.

Cuando abrió los ojos notó la oscuridad que aún prevalecía en el cuarto, se frotó ambos un momento, bostezó un par de veces y terminó por acariciarse el estomago; le sonaba demasiado. Se sentó al borde de la cama, miró a su alrededor y notó la figura del vampiro en una esquina gracias a la cantidad de velas que estaban acompañándolo. Sonrió ligeramente antes de ponerse de pie y caminar hasta la mesa que se encontraba frente a él, tomó asiento no sin antes beber sumo de naranja. Mordió un par de frutas y empezó a desayunar lo que encontró, con aquel hambre voraz no se quedó en los platos absolutamente nada.

— Buen día — Le miró risueña, sin duda ya se encontraba cien por ciento preparada para lo siguiente - ¿Cuáles serán los mandados que tengo que hacer hoy? - Le miró curiosa. Sin duda la aventura para llegar a su casa, estaba por comenzar.

por **Averno** Vie Ago 05, 2016 2:48 pm

Averno no tenía que pasar página respecto al tema, no, todo lo contrario, solo seguía manteniéndose firme ante su ideal, en algún punto de quiebre terminaría encontrando a la humana desvalida y vulnerable, entonces ahí terminaría impartiendo su voluntad sobre la ajena, sometiendo hasta el último ápice de idealismo innecesario que la otra guardaba para sí con tanta vehemencia, probablemente ella se sentía confiada al respecto, que dentro de su mentaba estaba a salvo, y no, no porque Averno haya afirmado y mantenido su palabra hasta la fecha de no inmiscuirse dentro de su mente, sino porque esta piensa que si fiel a lo que siempre ha creído se mantendrá estoica ante los embates de oscuridad que Averno presenta contra ella, pero esto al final, en algún punto, solo decantaría en ser un error, no existe un ser capaz de resistir para siempre, en esta situación en particular, aunque ella no lo asumiera, tenía todas las perder y esto se notaba claro en los pequeños aspectos de la vida de Doreen que quiera o no, se habían modificado, según Averno para bien, según esa lógica enfermiza aún le quedaba mucho por pulir a la muchacha, según ella probablemente solo se estaba dejando llevar para salir del paso, una manera muy propia de autoconverserse de que todo está bien y de que nada en su interior se logró alterar de verdad, esta lucha completamente anormal y fuera de cualquier estándar de lo común se iba a mantener férrea hasta el final y eso estaba claro, pero más claro para el inmortal estaba el hecho de que en definitiva él terminaría triunfando sobre la humana, pues no había manera terrenal de que esta pudiera superarlo, menos aun cuándo siempre este llevaba el control y esta obedecía, sea por deseo propio o porque no podía evitar hacer otra cosa que no fuera obedecer – No existe el destino, solo una voluntad – Pronunció finalmente cuando la humana cayó rendida, ya sea porque no había nada más que hacer en esta oscura habitación o porque simplemente prefería huir en sueños de la realidad, Morfeo no iba jamás a salvarla para siempre y ya estaba demostrado que el mismo resultaba cada tanto ser ingrato con ella pues le otorgaba pesadillas. Aunque aquella noche que compartieron el lecho, la humana no presento ningún signo que le diera a entender al inmortal que los malos sueños le habían invadido.

El día llego, y en la oscura habitación aquello no se hizo notar debido a la preparación previa a la que había sido sometida, Averno tenía el tiempo muerto, ese que tanto detesta, desperdiciar un solo segundo de su majestuosa existencia dejaba un mal sabor entre los colmillos siempre – Jamás el inicio del día es bueno, pues lo precede el sol, madame – Sin embargo se complació al escuchar esas palabras, pues Doreen era su títere de sol, sin necesidad de haberla convertido jamás en una esclava de sangre, aquello resulta demasiado fácil, hacer dependiente la fisiología de un ser humano, que de por sí resulta débil y carente de voluntad ante las propias mieles de su común humanidad, otorgarle la capacidad de alargar su vida y de volverse un adicto, podía servir en algún situación, no podía negarlo, sería estúpido hacerlo, pero no tenía esos intereses para con Caracciolo – Continuaremos nuestro camino a su hogar, como está predicho, lo único que debe hacer es encargarse de que los hombres estén listos para seguir el rumbo, que la carroza siga preparada para cuando el sol regrese y se nos tope en el camino, le recomiendo también hacer una compra nueva de alimentos, haremos una parada pasando al medio día para que los animales descansen y se puedan alimentar – Claramente estaba incluyendo a los seres humanos en su frase, y ella lo sabría, Averno solo consideraba a estos hombres y mujeres animales mucho más inteligentes que los que ellos suelen considerar animales, al final siguen siendo lo mismo, seres que llegan al mundo para procrear y hacer prevalecer la especie, los matices, dramas y deseos de por medio que estos desarrollar a lo largo de su vida es por la capacidad que estos poseen, una más desarrollada, esa que les permite decidir, y Averno la utiliza siempre para su beneficio, así como con ella – Si termina todos sus encargos puede conocer un poco del lugar, acompañada por los guardias, regrese aquí en cuanto el sol desaparezca del firmamento, así no perderemos un solo minuto, pero antes – No iba a resultar oportuno hacerlo antes de partir, así que aprovechar ahora la facilidad que las prendas ajenas otorgaba. Se acercó a la humana y desde atrás tomó su cuello para beber, treinta segundos, cantidad poca, pero suficiente para mantener ese capricho y ese estatus de poder que él tenía, el de jamás pasar un día sin probar la sangre humana – Ahora vístase y continúe – Ordenó con completa neutralidad mientras se preparaba para las horas largas que vendrían a continuación, cualquiera pensaría que le estaba dando un boleto perfecto para la huida, pero Averno sabe que Doreen sabe que jamás podrá escapar de él, solamente alejarse, pero que al final siempre volvería a él, estaba marcada por algo más que sus colmillos.

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Les doy a todos una gran mentira, pero sólo uno conoce la verdad | Toulouse | → Privado

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