AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Sweet Vanilla [Junno - Julien]
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Sweet Vanilla [Junno - Julien]
Había recibido la invitación, sin embargo, aún no se sentía con el ánimo necesario para asistir a una fiesta que a su propio parecer solo dejaba en claro que quienes disfrutaban de tales 'lujos' era por la falta de años recorridos en la vida de oscuridad en la que ellos ahora estaban inmersos. En otras palabras, para él no tenía ningún sentido en ese momento el juego que ya se había llevado acabo en aquel lugar.
Llegó al lugar por medios propios, sus sentidos aumentados eran mejores que cualquier cosa que algo meramente humano pudiese ofrecerle. Su rapidez le permitiría ir a aquella morada que no era la suya, permanecer hasta poco antes del amanecer y tener el tiempo suficiente de volver a su refugio. ¿Por qué si no tenía ningún interés en el evento estaba ahí ahora que parecía prácticamente haber terminado? Eso era fácil de explicar, había alguien ahí que sí le interesaba en una forma, su mayordomo, y lo que más ejercía una especie de curiosidad en el vampiro era saber por qué parecía tan interesado en una velada de seres como ellos. El espectáculo, casi podía decirlo con seguridad, no habría sido lo que esperaba.
Kei lo sabía, estando lejos de Asagi, se sentía diferente, incluso si era algo simple como esto, era como ser dos personas distintas, aunque la explicación no era en realidad esa, era como cualquier ser humano enamorado, estando con la persona que quería no podía más que centrarse en ella. Suspiró mientras entraba, a un paso tan ligero que el sonido apenas se hacía presente en sus pisadas, justo por la entrada principal, sabiendo que la mayoría se había marchado ya, y que quienes quedaban ahí dentro eran el mismo dueño de aquel lugar y su fiel sirviente.
Su expresión permaneció inalterable mientras los claros rastros de lo que había sucedido podían percibirse en el aire, aún podía sentir el sabor de la sangre y el aroma a violetas que ya conocía bien. Nunca lo había visto como una amenaza, y muchas veces había notado cosas que había preferido ignorar, Junno finalmente había terminado aceptando su propios sentimientos hacia él de forma natural, contrario a los primeros meses que estuvieron en la misma casa junto a su alumno que ya no existía más.
Todo aquello cruzó apenas fugaz por su mente, suspiró pesadamente cuando se dirigió a donde estaba seguro se encontraba el anfitrión. Se detuvo mucho antes de llegar, como respetando el espacio ajeno, después de todo no estaba ahí para discutir o causar revuelo. Espero pacientemete a que aquella persona hiciera aparición. También podía notar la cercanía de Junno, que parecía estar tratando de mantener la calma en un punto lejano de él, al parecer revisando los efectos del veneno que habían suministrado a los humanos, seguramente era su forma de distraerse antes de enfrentarse a la realidad que le rodeaba.
-Buenas Noches, Monsieur. Espero haya disfrutado la celebración tanto como merecía -Dijo educadamente, inclinándose al ofrecer una ligera reverencia a quien salía de las sombras -Siento no haber asistido, sin embargo, al final no me he resistido a hacerle una pequeña visita que espero no le incomode -Sonrió mientras se enderezaba.
Llegó al lugar por medios propios, sus sentidos aumentados eran mejores que cualquier cosa que algo meramente humano pudiese ofrecerle. Su rapidez le permitiría ir a aquella morada que no era la suya, permanecer hasta poco antes del amanecer y tener el tiempo suficiente de volver a su refugio. ¿Por qué si no tenía ningún interés en el evento estaba ahí ahora que parecía prácticamente haber terminado? Eso era fácil de explicar, había alguien ahí que sí le interesaba en una forma, su mayordomo, y lo que más ejercía una especie de curiosidad en el vampiro era saber por qué parecía tan interesado en una velada de seres como ellos. El espectáculo, casi podía decirlo con seguridad, no habría sido lo que esperaba.
Kei lo sabía, estando lejos de Asagi, se sentía diferente, incluso si era algo simple como esto, era como ser dos personas distintas, aunque la explicación no era en realidad esa, era como cualquier ser humano enamorado, estando con la persona que quería no podía más que centrarse en ella. Suspiró mientras entraba, a un paso tan ligero que el sonido apenas se hacía presente en sus pisadas, justo por la entrada principal, sabiendo que la mayoría se había marchado ya, y que quienes quedaban ahí dentro eran el mismo dueño de aquel lugar y su fiel sirviente.
Su expresión permaneció inalterable mientras los claros rastros de lo que había sucedido podían percibirse en el aire, aún podía sentir el sabor de la sangre y el aroma a violetas que ya conocía bien. Nunca lo había visto como una amenaza, y muchas veces había notado cosas que había preferido ignorar, Junno finalmente había terminado aceptando su propios sentimientos hacia él de forma natural, contrario a los primeros meses que estuvieron en la misma casa junto a su alumno que ya no existía más.
Todo aquello cruzó apenas fugaz por su mente, suspiró pesadamente cuando se dirigió a donde estaba seguro se encontraba el anfitrión. Se detuvo mucho antes de llegar, como respetando el espacio ajeno, después de todo no estaba ahí para discutir o causar revuelo. Espero pacientemete a que aquella persona hiciera aparición. También podía notar la cercanía de Junno, que parecía estar tratando de mantener la calma en un punto lejano de él, al parecer revisando los efectos del veneno que habían suministrado a los humanos, seguramente era su forma de distraerse antes de enfrentarse a la realidad que le rodeaba.
-Buenas Noches, Monsieur. Espero haya disfrutado la celebración tanto como merecía -Dijo educadamente, inclinándose al ofrecer una ligera reverencia a quien salía de las sombras -Siento no haber asistido, sin embargo, al final no me he resistido a hacerle una pequeña visita que espero no le incomode -Sonrió mientras se enderezaba.
Kei Koizumi- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 27/02/2011
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Re: Sweet Vanilla [Junno - Julien]
Algo extraño le rondaba a su mente lo suficientemente confundida como para dar la certeza de todo lo vivenciado esa noche, ya próxima a concluir.
La semilla de la intriga se había implantado allí una vez mas, algo que su ser lógico no podía explicar, algo que de seguro terminaría por descartar para no llegar a la apresurada confesión de un lado mucho mas emotivo al que el vampiro se negaba rotundamente a aceptar como propio.
“No es mío”, se había repetido hasta el hartazgo, las emociones no eran parte de su ser. Él era frio, un ser solitario, amante de la sangre. Su condición de vampiro no hacia mas que confirmarlo. Darle lógica a los acontecimientos y por sobre todas las cosas podía afirmar que se encontraba mas pleno que nunca. Lleno, vital e incluso mas animado que hacía mucho tiempo. Eso era él. No podía negar la bestialidad de su persona.
Junno se encontraba en pleno salón, el lugar era un desastre, había indicios por doquier del tipo de celebración que se había llevado a cabo, pero esto no parecía aterrarlo, sino por el contrario, miraba con ojos objetivos cuanto indicio había en los cuerpos que descansaban ahora sobre las mesas. Macabras situaciones amparadas por el ojo humano del oriental que no hacia mas que seducir por su templanza. Ahora comprendía como su amo podía mantenerlo aun con vida. Era especial, único e invaluable. Un joven templado con el fuego del dolor, que en vez de matarlo, no hacia mas que darle aun mas fortalezas.
Se acercó hacia los cuerpos, aquellos que no habían sobrevivido quedaron allí, los que sí, habían sido ya transportados lejos de la Mansión. Se colocó al lado del chico inspeccionando y comentando algunas cosas entre ellos. Tenía una mano en su hombro mientras meditaba que efectos le producía su cercanía ahora que había consumido litros de sangre diferentes. Había algo en lo que había pasado esa noche en la Mansión de la Medianoche que no terminaba de cerrarle por completo y tenía pensado darle fin manteniendo una conexión con él. Hasta que sintió algo distinto. No era Junno, no era nadie conocido hasta entonces, un suave rumor lo retrotrajo a esa noche que había conocido al joven Kimura, pero no era por él. Y entonces retiró automáticamente su mano del hombro y se giró. En las sombras se podía notar algo materializado.
De vista no lo conocía, pero si de algo estaba seguro, era de su presencia y entidad. Su nombre apareció en un susurro en su mente, confirmando sus sospechas.
Con tranquilidad cruzó el espacio y saludó con amabilidad al invitado, mas con una sorpresa infinita de encontrarlo por allí.
- No, por supuesto que no Monsieur Koizumi, bienvenido sea y le agradezco su visita – comentó formal y manteniendo un gesto tranquilo que revelaba su estado. Sus ojos no estaban tan fríos como de costumbre, la sangre los tornaba ámbar mientras su efecto durara. El sentimiento del vampiro se modificó como había pasado anteriormente. Algo mas que sumar a sus investigaciones. Largas noches lo esperaban…
La semilla de la intriga se había implantado allí una vez mas, algo que su ser lógico no podía explicar, algo que de seguro terminaría por descartar para no llegar a la apresurada confesión de un lado mucho mas emotivo al que el vampiro se negaba rotundamente a aceptar como propio.
“No es mío”, se había repetido hasta el hartazgo, las emociones no eran parte de su ser. Él era frio, un ser solitario, amante de la sangre. Su condición de vampiro no hacia mas que confirmarlo. Darle lógica a los acontecimientos y por sobre todas las cosas podía afirmar que se encontraba mas pleno que nunca. Lleno, vital e incluso mas animado que hacía mucho tiempo. Eso era él. No podía negar la bestialidad de su persona.
Junno se encontraba en pleno salón, el lugar era un desastre, había indicios por doquier del tipo de celebración que se había llevado a cabo, pero esto no parecía aterrarlo, sino por el contrario, miraba con ojos objetivos cuanto indicio había en los cuerpos que descansaban ahora sobre las mesas. Macabras situaciones amparadas por el ojo humano del oriental que no hacia mas que seducir por su templanza. Ahora comprendía como su amo podía mantenerlo aun con vida. Era especial, único e invaluable. Un joven templado con el fuego del dolor, que en vez de matarlo, no hacia mas que darle aun mas fortalezas.
Se acercó hacia los cuerpos, aquellos que no habían sobrevivido quedaron allí, los que sí, habían sido ya transportados lejos de la Mansión. Se colocó al lado del chico inspeccionando y comentando algunas cosas entre ellos. Tenía una mano en su hombro mientras meditaba que efectos le producía su cercanía ahora que había consumido litros de sangre diferentes. Había algo en lo que había pasado esa noche en la Mansión de la Medianoche que no terminaba de cerrarle por completo y tenía pensado darle fin manteniendo una conexión con él. Hasta que sintió algo distinto. No era Junno, no era nadie conocido hasta entonces, un suave rumor lo retrotrajo a esa noche que había conocido al joven Kimura, pero no era por él. Y entonces retiró automáticamente su mano del hombro y se giró. En las sombras se podía notar algo materializado.
De vista no lo conocía, pero si de algo estaba seguro, era de su presencia y entidad. Su nombre apareció en un susurro en su mente, confirmando sus sospechas.
Con tranquilidad cruzó el espacio y saludó con amabilidad al invitado, mas con una sorpresa infinita de encontrarlo por allí.
- No, por supuesto que no Monsieur Koizumi, bienvenido sea y le agradezco su visita – comentó formal y manteniendo un gesto tranquilo que revelaba su estado. Sus ojos no estaban tan fríos como de costumbre, la sangre los tornaba ámbar mientras su efecto durara. El sentimiento del vampiro se modificó como había pasado anteriormente. Algo mas que sumar a sus investigaciones. Largas noches lo esperaban…
Julien- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 17/02/2014
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Re: Sweet Vanilla [Junno - Julien]
Ah, curiosa forma de encontrarse con alguien que desconocía y que le hablaba por su nombre. Sonrió porque de hecho le hacía sentir algo halagado. ¿Junno le había hablado sobre él? Bien, era una forma poco habitual de empezar para sí mismo. Pero no le molestaba, lejos de eso, aún cuando no se había presentado, tenía seguro que como mínimo conocía algo de él. Su mirada, por un segundo, fue a dar a los ojos del humano por el que estaba ahí. La sonrisa cordial le hizo entender a Junno que debía alejarse y lo hizo en silencio, pero n lo suficiente como para que ellos dos no lo notaran.
-Debo decir que me intrigaba un poco lo que iba a ocurrir esta noche, sin embargo, me he retirado hace mucho de las formalidades sociales –Dijo pasando sus ojos por lo que quedaba a la vista de lo que había sido esa fiesta –No podré hacerlo más dentro de poco, así que por ahora quería disfrutar de la libertad de evadir ese tipo de cuestiones –Habló aún mirando los cuerpos que estaban por ahí. Kei era sin duda bastante especial para esas cosas, probablemente demasiado arraigado a sus propios principios que nada tenían que ver con humanidad o con ser una buena persona. Había elegido su camino y solamente era para sí mismo. Pero las reuniones a las que asistiría a partir de ahora no serían tan divertidas como aquello, estaba seguro de eso. Formalidades que venían con un cargo que había adquirido de una forma que seguro le traería problemas después. Pero no lo había pedido, había sucedido y por quienes ya no le acompañaban, tomaría la responsabilidad de momento.
Cuando se aseguró de que Junno estaba lejos como para no escucharlos volvió sus ojos al anfitrión. Veía en su mirada, en el tono de su piel los rastros de la sangre que había consumido, lo único que ahora parecía antinatural era el brillo en sus ojos, ese aire sobrenatural que ninguno de ellos podía evitar –Sé que ha Junno ha preparado una sustancia para la ocasión, estoy seguro de que funcionó como era debido-Porque después de todo, él nunca fallaba, era perfeccionista y un obsesivo con ciertas cosas, sobre todo con las que más le interesaban.
-Julien ¿cierto? –Ladeó ligeramente el rostro -Disculpe mi atrevimiento al tratarlo de una forma tan familiar a pesar de que es la primera vez que nos vemos, probablemente se pregunte qué hago aquí ahora-Encogió los hombros en un movimiento apenas perceptible.
-Creo que puedo hablar con usted sin ningún tipo de impedimento… Me ha sorprendido un poco ver a Junno interesado en asistir… -Le miró y tardó un momento en decir algo más, como esperando ver si decía algo al respecto –Pero si he de ser sincero… Estoy un poco preocupado… -Se movió buscando un sitio donde sentarse –Sé que solo lo ha visto un par de veces, pero quisiera saber su opinión en algo… Tal vez pueda ayudarme con este asunto…
Ciertamente él no había estado en el mejor de los estados desde que se separara de Junno, por lo tanto, no había podido hacer nada por él. Se habían reunido de nuevo, pero lo cierto es que las cosas no era como cuando acabara de llegar a París. La comunicación entre ellos nunca fue demasiada, pero había una conexión que no necesitaba palabras, ahora, parecía algo más lejano, por lo que no podía estar seguro de muchas cosas, sobre todo en lo referente a sus pensamientos. Hacía mucho que había decidido no intentar entrar en su mente de forma precipitada y sin su permiso. Junno era un libro cerrado ahora, pero estaba seguro de una cosa. Él había perdido más de lo que parecía querer admitir.
Había pensado que no era un buen momento, la sensación después de haber disfrutado de los placeres de la sangre no hacía de aquel momento el idóneo, pero no sabía cuando tendría otra oportunidad como aquella de hablar con él de esa forma. Se sentó y cruzó sus manos viéndole, analizándole tan solo con lo que estaba visible a la vista. Podía asegurar que no era como otros que hubiese conocido, tenía algo que le llamaba la atención, ese dejo en la mirada que los más viejos no poseían, pero que los neófitos perdían rápidamente.
-Debo decir que me intrigaba un poco lo que iba a ocurrir esta noche, sin embargo, me he retirado hace mucho de las formalidades sociales –Dijo pasando sus ojos por lo que quedaba a la vista de lo que había sido esa fiesta –No podré hacerlo más dentro de poco, así que por ahora quería disfrutar de la libertad de evadir ese tipo de cuestiones –Habló aún mirando los cuerpos que estaban por ahí. Kei era sin duda bastante especial para esas cosas, probablemente demasiado arraigado a sus propios principios que nada tenían que ver con humanidad o con ser una buena persona. Había elegido su camino y solamente era para sí mismo. Pero las reuniones a las que asistiría a partir de ahora no serían tan divertidas como aquello, estaba seguro de eso. Formalidades que venían con un cargo que había adquirido de una forma que seguro le traería problemas después. Pero no lo había pedido, había sucedido y por quienes ya no le acompañaban, tomaría la responsabilidad de momento.
Cuando se aseguró de que Junno estaba lejos como para no escucharlos volvió sus ojos al anfitrión. Veía en su mirada, en el tono de su piel los rastros de la sangre que había consumido, lo único que ahora parecía antinatural era el brillo en sus ojos, ese aire sobrenatural que ninguno de ellos podía evitar –Sé que ha Junno ha preparado una sustancia para la ocasión, estoy seguro de que funcionó como era debido-Porque después de todo, él nunca fallaba, era perfeccionista y un obsesivo con ciertas cosas, sobre todo con las que más le interesaban.
-Julien ¿cierto? –Ladeó ligeramente el rostro -Disculpe mi atrevimiento al tratarlo de una forma tan familiar a pesar de que es la primera vez que nos vemos, probablemente se pregunte qué hago aquí ahora-Encogió los hombros en un movimiento apenas perceptible.
-Creo que puedo hablar con usted sin ningún tipo de impedimento… Me ha sorprendido un poco ver a Junno interesado en asistir… -Le miró y tardó un momento en decir algo más, como esperando ver si decía algo al respecto –Pero si he de ser sincero… Estoy un poco preocupado… -Se movió buscando un sitio donde sentarse –Sé que solo lo ha visto un par de veces, pero quisiera saber su opinión en algo… Tal vez pueda ayudarme con este asunto…
Ciertamente él no había estado en el mejor de los estados desde que se separara de Junno, por lo tanto, no había podido hacer nada por él. Se habían reunido de nuevo, pero lo cierto es que las cosas no era como cuando acabara de llegar a París. La comunicación entre ellos nunca fue demasiada, pero había una conexión que no necesitaba palabras, ahora, parecía algo más lejano, por lo que no podía estar seguro de muchas cosas, sobre todo en lo referente a sus pensamientos. Hacía mucho que había decidido no intentar entrar en su mente de forma precipitada y sin su permiso. Junno era un libro cerrado ahora, pero estaba seguro de una cosa. Él había perdido más de lo que parecía querer admitir.
Había pensado que no era un buen momento, la sensación después de haber disfrutado de los placeres de la sangre no hacía de aquel momento el idóneo, pero no sabía cuando tendría otra oportunidad como aquella de hablar con él de esa forma. Se sentó y cruzó sus manos viéndole, analizándole tan solo con lo que estaba visible a la vista. Podía asegurar que no era como otros que hubiese conocido, tenía algo que le llamaba la atención, ese dejo en la mirada que los más viejos no poseían, pero que los neófitos perdían rápidamente.
Kei Koizumi- Vampiro Clase Alta
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Re: Sweet Vanilla [Junno - Julien]
¿Era… competencia, quizá?
Una sensación se apoderaba a medida que el otro vampiro con muchísimos años hablaba ¿Esto era normal entre vampiros, o era algo exclusivo de neófitos hacia sus pares mas poderosos?
Se mantuvo en tranquilidad, como hubiera hecho en caso de ser un humano. Considerando que murió siendo un hombre hecho y derecho, ya formado y con una vida bastante propensa a reuniones donde la imagen lo implicaba todo, se mantuvo en ese sitio, tomando lo necesario de esa vida anterior y manteniendo una postura de confianza con el vampiro. De nada servía aquí su actitud que atribuía a su condición nueva, como tampoco el mantener una infantil competencia con alguien que de seguro terminaría por superarlo ampliamente en todo sentido. Asi que era mejor conocer un poco a ese vampiro del que sabía varias cosas por boca de Junno y que en su momento en la Mansión le despertó una gran curiosidad, por mas que ahora esa curiosidad estaba trasmutada.
No pudo evitar un “porqué” al comentario de la evasión de asistir a eventos sociales ¿qué era lo que había cambiado? Siguió su mirada mientras la mantenía alejada en los cuerpos dispersos en las mesas.
Koizumi, le daba vueltas al asunto, había algo mas allá que los incidentes de su vida como vampiro y los comentarios de Junno, Julien no pudo mas que suspirar en su posición ¿A dónde quería llegar con todo ello? No habló. Simplemente asintió al consultar su nombre, que no era mas que el mismo con el que se presentaba en la sociedad porque odiaría ser conocido por su apellido. Su familia era algo con lo que aun no podía lidiar y era mejor mantener el tema de lado.
- Si, justamente me preguntaba eso mismo – dijo el vampiro con cierto recelo implícito en sus palabras, sabiendo inconscientemente de donde podrían venir los tiros.
No dijo nada a su sorpresa sobre Junno, no podía hablar en su nombre, era arriesgado perder la confianza de alguien por una respuesta apresurada asi que se guardó sus suposiciones manteniendo estable su situación aunque su comentario siguiente lo hizo interesarse y ponerse en una posición algo mas cómoda ¿porqué estaba preocupado?. Acercó dos sillas para que se sintiera cómodo al ver su mirada bailar alrededor del salón.
- Cuéntame… no puedo ofrecerte mas que mi opinión porque coincidirás que Junno es lo razonablemente reservado…- dijo después, dando a entender que no creía posible tener la certeza de lo que pasaba por la mente del joven, aunque le hubiese gustado ver mas en su sangre aquella noche, porque era intrigante. Sumándole a eso la certeza que era casi imposible conocerlo mas que el mismísimo amo a menos que se hubiera abierto una brecha en medio, que de ser asi le interesaba el motivo. “No hubo saludo entre ellos” se recordó Julien.
Una sensación se apoderaba a medida que el otro vampiro con muchísimos años hablaba ¿Esto era normal entre vampiros, o era algo exclusivo de neófitos hacia sus pares mas poderosos?
Se mantuvo en tranquilidad, como hubiera hecho en caso de ser un humano. Considerando que murió siendo un hombre hecho y derecho, ya formado y con una vida bastante propensa a reuniones donde la imagen lo implicaba todo, se mantuvo en ese sitio, tomando lo necesario de esa vida anterior y manteniendo una postura de confianza con el vampiro. De nada servía aquí su actitud que atribuía a su condición nueva, como tampoco el mantener una infantil competencia con alguien que de seguro terminaría por superarlo ampliamente en todo sentido. Asi que era mejor conocer un poco a ese vampiro del que sabía varias cosas por boca de Junno y que en su momento en la Mansión le despertó una gran curiosidad, por mas que ahora esa curiosidad estaba trasmutada.
No pudo evitar un “porqué” al comentario de la evasión de asistir a eventos sociales ¿qué era lo que había cambiado? Siguió su mirada mientras la mantenía alejada en los cuerpos dispersos en las mesas.
Koizumi, le daba vueltas al asunto, había algo mas allá que los incidentes de su vida como vampiro y los comentarios de Junno, Julien no pudo mas que suspirar en su posición ¿A dónde quería llegar con todo ello? No habló. Simplemente asintió al consultar su nombre, que no era mas que el mismo con el que se presentaba en la sociedad porque odiaría ser conocido por su apellido. Su familia era algo con lo que aun no podía lidiar y era mejor mantener el tema de lado.
- Si, justamente me preguntaba eso mismo – dijo el vampiro con cierto recelo implícito en sus palabras, sabiendo inconscientemente de donde podrían venir los tiros.
No dijo nada a su sorpresa sobre Junno, no podía hablar en su nombre, era arriesgado perder la confianza de alguien por una respuesta apresurada asi que se guardó sus suposiciones manteniendo estable su situación aunque su comentario siguiente lo hizo interesarse y ponerse en una posición algo mas cómoda ¿porqué estaba preocupado?. Acercó dos sillas para que se sintiera cómodo al ver su mirada bailar alrededor del salón.
- Cuéntame… no puedo ofrecerte mas que mi opinión porque coincidirás que Junno es lo razonablemente reservado…- dijo después, dando a entender que no creía posible tener la certeza de lo que pasaba por la mente del joven, aunque le hubiese gustado ver mas en su sangre aquella noche, porque era intrigante. Sumándole a eso la certeza que era casi imposible conocerlo mas que el mismísimo amo a menos que se hubiera abierto una brecha en medio, que de ser asi le interesaba el motivo. “No hubo saludo entre ellos” se recordó Julien.
Julien- Vampiro Clase Alta
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Re: Sweet Vanilla [Junno - Julien]
No pudo evitar sonreír. Se conocía a sí mismo, sabía lo que su actitud podía provocar en otros cuando se comportaba de cierta manera, pero si no iba directo a los asuntos que le habían llevado ahí, era porque no le conocía de verdad. Lo único que sabía de él hasta el momento era sobre su existencia, de la cual no se había enterado hacía mucho tiempo por boca de Junno cuando le entregó la invitación, y justamente la segunda cosa que sabía era sobre esa fiesta a la que había sido invitado cordialmente como muchos otros seres nocturnos. Sin embargo, él no buscaba ningún tipo de enfrentamiento como creía el otro, y sabía que lo creía porque había cierta actitud en él ahora que estaban ahí. Le causó gracia porque llevaba mucho tiempo lejos de todo, tanto que incluso aquello le pareció refrescante.
Pero ante la mención de lo de Junno, vio en Julien un cambio apenas mencionó el tema, ¡Ah! Estaba en lo correcto al ir, ahora lo comprobaba.
-¿Le ha contado Junno sobre lo que sucedió hace poco? – O a él le parecía poco, pero tendría unos meses, suficiente para muchas cosas. Él había estado presente, sin embargo, no de la forma que hubiese deseado, el velo en su mente era aunque ligero la clara marca de que él había estado en aquel tiempo como en un limbo y la realidad se había dibujado ante sus ojos como una ilusión. No iba a contarle a Julien los pormenores sobre él, no estaba ahí para eso –Un incendio… No en la Mansión de la Medianoche, pero en un lugar más alejado de la ciudad –Continuó esperando ver qué tanto le había dejado saber Junno a Julien en su encuentro.
-Junno es reservado, incluso para mí… -Bajó la mirada un momento mientras sonreía de medio lado–La situación se ha tornado un poco diferente a lo que solía ser … -Confesó con calma dejando escapar un suspiro –Y me temo que se debe a ese incidente y a mis propias órdenes hacia él… - Sabía que era el culpable de dejar a Junno en la posición en la que había estado y podía entender un poco lo que pasaba por su mente ahora, justamente la razón por la que no hablaban con normalidad ahora, por la cual el saludo no se hizo necesario en ese momento. Julien podría no haber visto la reacción de Junno al estar de espaldas, pero el mayordomo había desviado su mirada de él en todo momento, y no era solo allí, había evitado casi cualquier acercamiento incluso en la mansión que habitaban. Sabía exactamente la razón a ello.
Se inclinó ligeramente, Junno tenía sentidos bastante agudos para un ser humano ‘común’ –¿Puedo preguntarle algo? ¿Qué ha visto en él en su primer encuentro? La persona que ha estado conmigo desde que llegué a París era una persona segura de sí misma, completamente orgulloso de lo que era, sin ningún atisbo de duda, alguien incapaz de fallar porque creía que no podía permitírselo… Pero yo ya no veo eso en él justo ahora… Así que de ahí viene mi preocupación… -¿Podría entenderlo si le daba más información? Si le explicaba la situación ¿Podría Julien lograr algo? Había apostado por ello, no había marcha atrás.
Aún no se lo diría, esperaría su respuesta, pero había algo más que le había incitado a visitarlo. Estaba intrigado por la persona que había logrado que su sirviente prestase atención real a alguien como Julien. Era por lejos lo más extraño que le había visto hacer. Asistir a un evento como aquel solo ya era una llamada de alerta, su mirada mientras revisaba los cuerpos era la segunda. Lo había notado apenas en sus ojos oscuros, en el latir de su corazón. Había algo removiéndose en su interior.
-Es un excelente asesino… pero es ciertamente humano… -Y como tal, las cosas le afectaban como a cualquier persona, se dijo a sí mismo. Se acomodó en la silla entrelazando los dedos en sus manos, que descansaban en su regazo, de una forma natural y tranquila. Quería escuchar las palabras del otro, quería vislumbrar una respuesta sobre su persona a través de ellas, no había mejor forma de conocer a alguien que conversando. Sus gestos, sus palabras podían decirle algo que no fuese visible a la vista.
Pero ante la mención de lo de Junno, vio en Julien un cambio apenas mencionó el tema, ¡Ah! Estaba en lo correcto al ir, ahora lo comprobaba.
-¿Le ha contado Junno sobre lo que sucedió hace poco? – O a él le parecía poco, pero tendría unos meses, suficiente para muchas cosas. Él había estado presente, sin embargo, no de la forma que hubiese deseado, el velo en su mente era aunque ligero la clara marca de que él había estado en aquel tiempo como en un limbo y la realidad se había dibujado ante sus ojos como una ilusión. No iba a contarle a Julien los pormenores sobre él, no estaba ahí para eso –Un incendio… No en la Mansión de la Medianoche, pero en un lugar más alejado de la ciudad –Continuó esperando ver qué tanto le había dejado saber Junno a Julien en su encuentro.
-Junno es reservado, incluso para mí… -Bajó la mirada un momento mientras sonreía de medio lado–La situación se ha tornado un poco diferente a lo que solía ser … -Confesó con calma dejando escapar un suspiro –Y me temo que se debe a ese incidente y a mis propias órdenes hacia él… - Sabía que era el culpable de dejar a Junno en la posición en la que había estado y podía entender un poco lo que pasaba por su mente ahora, justamente la razón por la que no hablaban con normalidad ahora, por la cual el saludo no se hizo necesario en ese momento. Julien podría no haber visto la reacción de Junno al estar de espaldas, pero el mayordomo había desviado su mirada de él en todo momento, y no era solo allí, había evitado casi cualquier acercamiento incluso en la mansión que habitaban. Sabía exactamente la razón a ello.
Se inclinó ligeramente, Junno tenía sentidos bastante agudos para un ser humano ‘común’ –¿Puedo preguntarle algo? ¿Qué ha visto en él en su primer encuentro? La persona que ha estado conmigo desde que llegué a París era una persona segura de sí misma, completamente orgulloso de lo que era, sin ningún atisbo de duda, alguien incapaz de fallar porque creía que no podía permitírselo… Pero yo ya no veo eso en él justo ahora… Así que de ahí viene mi preocupación… -¿Podría entenderlo si le daba más información? Si le explicaba la situación ¿Podría Julien lograr algo? Había apostado por ello, no había marcha atrás.
Aún no se lo diría, esperaría su respuesta, pero había algo más que le había incitado a visitarlo. Estaba intrigado por la persona que había logrado que su sirviente prestase atención real a alguien como Julien. Era por lejos lo más extraño que le había visto hacer. Asistir a un evento como aquel solo ya era una llamada de alerta, su mirada mientras revisaba los cuerpos era la segunda. Lo había notado apenas en sus ojos oscuros, en el latir de su corazón. Había algo removiéndose en su interior.
-Es un excelente asesino… pero es ciertamente humano… -Y como tal, las cosas le afectaban como a cualquier persona, se dijo a sí mismo. Se acomodó en la silla entrelazando los dedos en sus manos, que descansaban en su regazo, de una forma natural y tranquila. Quería escuchar las palabras del otro, quería vislumbrar una respuesta sobre su persona a través de ellas, no había mejor forma de conocer a alguien que conversando. Sus gestos, sus palabras podían decirle algo que no fuese visible a la vista.
Kei Koizumi- Vampiro Clase Alta
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Re: Sweet Vanilla [Junno - Julien]
El vampiro estaba confiado en poder responder algunas cuantas cosas sin caer en la trampa de ser un metiche en los asuntos de los demás. Algo que era difícil pero no imposible. Era curioso de nacimiento pero no por ello olvidaba que podía considerarse la traición como una falta muy grave en esta época… y en las anteriores mas.
- Junno me ha contado varias cosas – dejó entrever Julien como al paso, buscando relajarse un poco frente a la tensión que le había supuesto tales preguntas y lo que eso podía afectar en su relación con el mayordomo del allí presente.
Entrecerró los ojos ante la información del incendio. No sabía nada de eso y dudaba que la muerte del abuelo de Junno tuviera que ver con ese hecho. Ambos suponían diferentes monedas al parecer ¿Había mas en la vida del joven que no conocía? Posiblemente, apenas se habían visto dos veces contando esa misma noche.
Kei se sumergió en pensamientos profundos sobre el caso, al parecer no había sido algo sencillo y por lo que comentó algo se había roto entre ellos después del incidente. Aun asi no animó a preguntar demás por el momento y prefirió dejarlo que se expresara primero para luego tomar una postura frente al hecho.
- Te seré sincero, lo he visto una sola vez en la Mansión y la primera impresión fue que era letal. La segunda que era servicial. Y la tercera que era alguien de fiar y de lo que estoy seguro es que debe ser difícil encontrar a alguien así por Francia. Pero yo le creo… - comentó Julien refiriéndose a la consulta sobre la impresión que tenía del mayordomo y continuó – Pero ¿qué paso esa noche como para que alguien que le sirve por herencia familiar cambiara tanto en sus actitudes? La noche que fui a su casa no dejaba entrever ninguna inseguridad – se animó a consultar e informar Julien desde su asiento donde cruzó una pierna sobre la otra atento a la respuesta. Tenía sus dudas si alguien podía cambiar deliberadamente por falta de seguridad con su amo o era solamente un mecanismo de defensa. No había preguntado si el hecho fue antes o después de su visita aunque se animó a suponer que era la primera opción.
- Junno me ha contado varias cosas – dejó entrever Julien como al paso, buscando relajarse un poco frente a la tensión que le había supuesto tales preguntas y lo que eso podía afectar en su relación con el mayordomo del allí presente.
Entrecerró los ojos ante la información del incendio. No sabía nada de eso y dudaba que la muerte del abuelo de Junno tuviera que ver con ese hecho. Ambos suponían diferentes monedas al parecer ¿Había mas en la vida del joven que no conocía? Posiblemente, apenas se habían visto dos veces contando esa misma noche.
Kei se sumergió en pensamientos profundos sobre el caso, al parecer no había sido algo sencillo y por lo que comentó algo se había roto entre ellos después del incidente. Aun asi no animó a preguntar demás por el momento y prefirió dejarlo que se expresara primero para luego tomar una postura frente al hecho.
- Te seré sincero, lo he visto una sola vez en la Mansión y la primera impresión fue que era letal. La segunda que era servicial. Y la tercera que era alguien de fiar y de lo que estoy seguro es que debe ser difícil encontrar a alguien así por Francia. Pero yo le creo… - comentó Julien refiriéndose a la consulta sobre la impresión que tenía del mayordomo y continuó – Pero ¿qué paso esa noche como para que alguien que le sirve por herencia familiar cambiara tanto en sus actitudes? La noche que fui a su casa no dejaba entrever ninguna inseguridad – se animó a consultar e informar Julien desde su asiento donde cruzó una pierna sobre la otra atento a la respuesta. Tenía sus dudas si alguien podía cambiar deliberadamente por falta de seguridad con su amo o era solamente un mecanismo de defensa. No había preguntado si el hecho fue antes o después de su visita aunque se animó a suponer que era la primera opción.
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Re: Sweet Vanilla [Junno - Julien]
Le escuchó y sabía desde el inicio que sería muy poco probable que aquel hombre supiera algo sobre el asunto. No veía a Junno contándolo tan abiertamente. Miró en la dirección en la que sabía estaba el humano y sonrió.
-Él cree que no puedo darme cuenta, pero usted sabrá que incluso si oculta algo en su interior, cuando conoces a alguien lo suficiente puedes notar los ligeros cambios... sobre todo los involuntarios, como las ligeras alteraciones en su pulso ante ciertas situaciones, su mirada... -Había muchas cosas que se lo decían y no podía pensar en todas en ese instante - Verá... -Se detuvo solo un instante como buscando las palabras que quería decir en este caso en específico -... él cree que me ha traicionado... Tal vez por eso soy quien mejor puede notarlo... - Y le miró con seriedad -Creo que está de más decirlo, pero comprenderá que en esa situación no importa lo que pueda decirle... creo que siente una culpabilidad que no puedo entender.. Y la ha centrado en mí porque soy la única persona, aparte de él, que ha sobrevivido al incendio... -No le correspondía decirle lo que Junno había perdido esa noche, si él estaba ahí, creía que era por una razón que ni el mismo mayordomo comprendía, pero que a él le parecía clara.
-Y si vine a usted hoy... es porque creo que puede ayudar en esto... -Se mordió el labio involuntariamente. Aquello era algo descabellado, pedirle ayuda a un completo extraño. ¿La razón? muy simple. Junno había buscado acercarse a él, esa era la única razón que explicaba que estuviese en esa fiesta. Y ahora veía lo que esperaba al llegar, esa ligera chispa en la mirada del otro vampiro.
Se inclinó hacia él, viéndole con fijeza, demasiada para que fuese considerado apropiado o cortés. En ese momento la etiqueta no le importaba demasiado -¿Me he equivocado al creer que tiene un cierto interés en él? -Había sido algo sin una base, en ningún aspecto al dirigirse ahí, pero ahora creía que tenía forma. No creía estar equivocado.
Le sonrió -Dentro de poco debo viajar a tierras lejanas -El imperio estaba esperándole, una responsabilidad adquirida de la que tendría que hacerse cargo hasta encontrar a alguien digno del puesto que por ahora ostentaría y no podía llevar a Junno de momento, tendría que dejarlo en París. Seguramente ver llegar a un rey que no era el suyo fuese a traer una labor de convencimiento que requeriría algo más que su simple presencia, tendría que mover los hilos de modo que aquello no resultara en algo poco ventajoso o contraproducente.
-Él cree que no puedo darme cuenta, pero usted sabrá que incluso si oculta algo en su interior, cuando conoces a alguien lo suficiente puedes notar los ligeros cambios... sobre todo los involuntarios, como las ligeras alteraciones en su pulso ante ciertas situaciones, su mirada... -Había muchas cosas que se lo decían y no podía pensar en todas en ese instante - Verá... -Se detuvo solo un instante como buscando las palabras que quería decir en este caso en específico -... él cree que me ha traicionado... Tal vez por eso soy quien mejor puede notarlo... - Y le miró con seriedad -Creo que está de más decirlo, pero comprenderá que en esa situación no importa lo que pueda decirle... creo que siente una culpabilidad que no puedo entender.. Y la ha centrado en mí porque soy la única persona, aparte de él, que ha sobrevivido al incendio... -No le correspondía decirle lo que Junno había perdido esa noche, si él estaba ahí, creía que era por una razón que ni el mismo mayordomo comprendía, pero que a él le parecía clara.
-Y si vine a usted hoy... es porque creo que puede ayudar en esto... -Se mordió el labio involuntariamente. Aquello era algo descabellado, pedirle ayuda a un completo extraño. ¿La razón? muy simple. Junno había buscado acercarse a él, esa era la única razón que explicaba que estuviese en esa fiesta. Y ahora veía lo que esperaba al llegar, esa ligera chispa en la mirada del otro vampiro.
Se inclinó hacia él, viéndole con fijeza, demasiada para que fuese considerado apropiado o cortés. En ese momento la etiqueta no le importaba demasiado -¿Me he equivocado al creer que tiene un cierto interés en él? -Había sido algo sin una base, en ningún aspecto al dirigirse ahí, pero ahora creía que tenía forma. No creía estar equivocado.
Le sonrió -Dentro de poco debo viajar a tierras lejanas -El imperio estaba esperándole, una responsabilidad adquirida de la que tendría que hacerse cargo hasta encontrar a alguien digno del puesto que por ahora ostentaría y no podía llevar a Junno de momento, tendría que dejarlo en París. Seguramente ver llegar a un rey que no era el suyo fuese a traer una labor de convencimiento que requeriría algo más que su simple presencia, tendría que mover los hilos de modo que aquello no resultara en algo poco ventajoso o contraproducente.
Última edición por Kei Koizumi el Miér Mar 30, 2016 10:48 pm, editado 2 veces
Kei Koizumi- Vampiro Clase Alta
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Re: Sweet Vanilla [Junno - Julien]
Ahora si había captado su atención el vampiro y temía haber picado el anzuelo cayendo en el dilema de saber mas sobre la vida del joven oriental que lo tenía seriamente complicado a nivel personal e intimo y en un lugar muy recóndito de su ser…
Acercó su oído al tema, demostrando ese interés. Las palabras de Kei no eran del todo claras, había algo que Julien consideró era confianza, que el otro no podía romper de esa relación de empleo que tenían ambos, los orientales podían ser muy reservados cuando querían, eso ya lo daba por hecho.
Tomo esas piezas como partes de un rompecabezas y las intentó unir llenando los espacios vacios. Koizumi realmente creía que la proximidad que él tenía, ese nexo tan leve podía ayudar a componer su relación, o al menos la comunicación entre ambos. Su mente buscó medios para lograr eso, pero no los encontró. Y frunció el seño a modo pensativo. El otro vampiro parecía no creerse de todo la petición que le estaba haciendo, o lo extraña que sonaba viniendo de este.
Pero todo dio espacio a un vuelco interno cuando la mirada de su par se fijó en él confiriéndole cierta autoridad propia de la tenencia de información preciada. Kei notaba el interés que Julien tenía por Junno. Por inercia optó por el enojo, una clara respuesta defensiva. Descruzó sus piernas y agudizó su oido para corroborar que esta conversación que estaban teniendo no fuese escuchada por el mayordomo. Al ver la confirmación en este gesto el mayor optó por sonreírle dándole a entender que era una pregunta retórica y prosiguió con los porqués de la cuestión.
- Comprendo…- dijo Julien con ojos fríos, para tomar una vez mas la palabra después de ese trago de sangre fría – lo que aun no comprendo es el cómo… no sé cómo llegar a Junno. Tengamos en cuenta que recién lo conozco y dudo que confíe en alguien para quien acaba de conocer en un ámbito meramente laboral – comentó sopesando como posible la idea, pero algo difícil de concretar - ¿Qué opciones tengo? – se animó a preguntar sabiendo que Kei tenía la llave para acceder a ese ser tan único como lejano.
Acercó su oído al tema, demostrando ese interés. Las palabras de Kei no eran del todo claras, había algo que Julien consideró era confianza, que el otro no podía romper de esa relación de empleo que tenían ambos, los orientales podían ser muy reservados cuando querían, eso ya lo daba por hecho.
Tomo esas piezas como partes de un rompecabezas y las intentó unir llenando los espacios vacios. Koizumi realmente creía que la proximidad que él tenía, ese nexo tan leve podía ayudar a componer su relación, o al menos la comunicación entre ambos. Su mente buscó medios para lograr eso, pero no los encontró. Y frunció el seño a modo pensativo. El otro vampiro parecía no creerse de todo la petición que le estaba haciendo, o lo extraña que sonaba viniendo de este.
Pero todo dio espacio a un vuelco interno cuando la mirada de su par se fijó en él confiriéndole cierta autoridad propia de la tenencia de información preciada. Kei notaba el interés que Julien tenía por Junno. Por inercia optó por el enojo, una clara respuesta defensiva. Descruzó sus piernas y agudizó su oido para corroborar que esta conversación que estaban teniendo no fuese escuchada por el mayordomo. Al ver la confirmación en este gesto el mayor optó por sonreírle dándole a entender que era una pregunta retórica y prosiguió con los porqués de la cuestión.
- Comprendo…- dijo Julien con ojos fríos, para tomar una vez mas la palabra después de ese trago de sangre fría – lo que aun no comprendo es el cómo… no sé cómo llegar a Junno. Tengamos en cuenta que recién lo conozco y dudo que confíe en alguien para quien acaba de conocer en un ámbito meramente laboral – comentó sopesando como posible la idea, pero algo difícil de concretar - ¿Qué opciones tengo? – se animó a preguntar sabiendo que Kei tenía la llave para acceder a ese ser tan único como lejano.
Julien- Vampiro Clase Alta
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Re: Sweet Vanilla [Junno - Julien]
A Kei no le pasaban desapercibidas aquellas reacciones, sabía que ir y decir algunas cosas podrían no ser tan agradables. Pero ya no tenía el tiempo para dejar que las cosas se movieran antes de que se marchara, al menos temporalmente, del país.
Estaba también bastante claro que aquel hombre no tenía idea de lo que había cruzado como idea en su cabeza, como tampoco sabía otro par de cosas. Sonrió complacido al notar que al menos no se marchaba en ese mismo instante y tomaba como posible aquella situación. Ladeó el rostro sin que la sonrisa se borrara de sus facciones.
-He oído muy poco de su persona, por lo que sé no debería estar hablando con usted, pero confío en el buen juicio de mi mayordomo, rara vez se ha equivocado... Y si veo que hay algo que usted desconoce, es el hecho de que él ya ha decidido acercarse a usted. Tal vez ni siquiera él se ha dado cuenta. Su acercamiento fue laboral, pero Junno nunca habría asistido a un evento como este -Dijo haciendo un ademán con su brazo derecho, haciendo alusión a la estancia ahora casi vacía -Le ha dado sus venenos, sus antídotos, y estoy más que seguro que ahora, mientras revisa a esas personas a las que les fue suministrado, no se preocupa por sus vidas, de haber sido el caso, habría intentado hacer algo por ellas... Mucho menos se preocupa porque la sustancia que le dio halla fallado, él sabe que no es así... No puedo asegurar nada acerca de sus pensamientos o lo que siente, pero estoy seguro de ello, él ha asistido por querer verlo moverse en su propio mundo. Ha convivido conmigo y con algunos vampiros más, pero usted es una incógnita para él... Y contrario a lo que dice, a veces es más fácil dejar que una persona completamente desconocida conozca lo que se oculta normalmente en nosotros... Lo que no puede hablar conmigo, puede que lo haga con alguien como usted -Se quedó en silencio después de eso, esperando ver si se estaba dando a entender en aquello último.
Tardó un poco más en decir lo que realmente pensaba -No tiene que ser usted... es sólo que no existe nadie más en este momento... Él lo ha perdido todo... -Aseguró sin una pizca de duda -Puedo verlo en su mirada... Algo se ha roto en su interior... Algo ha desaparecido y yo no puedo recuperarlo mientras él no me deje hacerlo -Pasó una mano por sus cabellos acomodándoselo en un ademán calmo. Contrario a Junno, aunque se había visto rodeado de muerte y había perdido a su alumno y a sus compañeros, aún tenía algo que le ayudaba a mantenerse en su posición, una persona en la que podía confiar y que no le abandonaría. Y él no dejaría a Junno, pero estaba dispuesto a aceptar que esta vez no era él quien podía ayudarlo, su presencia solo parecía un recordatorio para el humano, y él no quería torturarlo innecesariamente, quería darle espacio y dejarlo recuperarse, pero desde que había vuelto a él, no veía ningún avance.
-Estoy seguro... -Su voz era clara y el tono de su voz confiado -Que podrá acercarse a él... en una forma diferente a la que yo puedo hacerlo - Contrario a lo que el otro creía, llevaba un tiempo considerablemente 'corto' viendo a Junno, y aunque había aprendido muchísimas cosas sobre él, era tan difícil decirle que todo estaría bien, porque comprendía apenas ligeramente cómo se habría sentido en su lugar.
No importaba si lo que sentía era tristeza o desesperación, Junno no lo demostraría fácilmente, porque era un asesino, había aprendido y aplicado toda su vida la idea de que no debía mostrar nada innecesariamente. Pero era un ser humano y sentía como cualquier otro incluso si tenía habilidad, destreza o el veneno corriendo en sus venas.
Estaba también bastante claro que aquel hombre no tenía idea de lo que había cruzado como idea en su cabeza, como tampoco sabía otro par de cosas. Sonrió complacido al notar que al menos no se marchaba en ese mismo instante y tomaba como posible aquella situación. Ladeó el rostro sin que la sonrisa se borrara de sus facciones.
-He oído muy poco de su persona, por lo que sé no debería estar hablando con usted, pero confío en el buen juicio de mi mayordomo, rara vez se ha equivocado... Y si veo que hay algo que usted desconoce, es el hecho de que él ya ha decidido acercarse a usted. Tal vez ni siquiera él se ha dado cuenta. Su acercamiento fue laboral, pero Junno nunca habría asistido a un evento como este -Dijo haciendo un ademán con su brazo derecho, haciendo alusión a la estancia ahora casi vacía -Le ha dado sus venenos, sus antídotos, y estoy más que seguro que ahora, mientras revisa a esas personas a las que les fue suministrado, no se preocupa por sus vidas, de haber sido el caso, habría intentado hacer algo por ellas... Mucho menos se preocupa porque la sustancia que le dio halla fallado, él sabe que no es así... No puedo asegurar nada acerca de sus pensamientos o lo que siente, pero estoy seguro de ello, él ha asistido por querer verlo moverse en su propio mundo. Ha convivido conmigo y con algunos vampiros más, pero usted es una incógnita para él... Y contrario a lo que dice, a veces es más fácil dejar que una persona completamente desconocida conozca lo que se oculta normalmente en nosotros... Lo que no puede hablar conmigo, puede que lo haga con alguien como usted -Se quedó en silencio después de eso, esperando ver si se estaba dando a entender en aquello último.
Tardó un poco más en decir lo que realmente pensaba -No tiene que ser usted... es sólo que no existe nadie más en este momento... Él lo ha perdido todo... -Aseguró sin una pizca de duda -Puedo verlo en su mirada... Algo se ha roto en su interior... Algo ha desaparecido y yo no puedo recuperarlo mientras él no me deje hacerlo -Pasó una mano por sus cabellos acomodándoselo en un ademán calmo. Contrario a Junno, aunque se había visto rodeado de muerte y había perdido a su alumno y a sus compañeros, aún tenía algo que le ayudaba a mantenerse en su posición, una persona en la que podía confiar y que no le abandonaría. Y él no dejaría a Junno, pero estaba dispuesto a aceptar que esta vez no era él quien podía ayudarlo, su presencia solo parecía un recordatorio para el humano, y él no quería torturarlo innecesariamente, quería darle espacio y dejarlo recuperarse, pero desde que había vuelto a él, no veía ningún avance.
-Estoy seguro... -Su voz era clara y el tono de su voz confiado -Que podrá acercarse a él... en una forma diferente a la que yo puedo hacerlo - Contrario a lo que el otro creía, llevaba un tiempo considerablemente 'corto' viendo a Junno, y aunque había aprendido muchísimas cosas sobre él, era tan difícil decirle que todo estaría bien, porque comprendía apenas ligeramente cómo se habría sentido en su lugar.
No importaba si lo que sentía era tristeza o desesperación, Junno no lo demostraría fácilmente, porque era un asesino, había aprendido y aplicado toda su vida la idea de que no debía mostrar nada innecesariamente. Pero era un ser humano y sentía como cualquier otro incluso si tenía habilidad, destreza o el veneno corriendo en sus venas.
Kei Koizumi- Vampiro Clase Alta
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Re: Sweet Vanilla [Junno - Julien]
Obviamente había mucho en juego detrás de la petición, aunque no lograba encontrarlo realmente. No conocía a Koizumi tanto como para afirmar que le era sincero y sentía de todas formas que pese a sus reservas tenia cierto valor adicional que se lo dijera esa misma noche. El tiempo apremiaba, claramente.
Las inseguridades del vampiro eran un espejo de su par en frente. Ninguno de los dos se conocían lo suficientemente bien y sin embargo estaban aquí por interés en la misma persona, y se sorprendió al saberse decidido a tomar cartas en el asunto. Era un mayordomo sin mas…
Mantenía su postura pensativa que hacía que sus ojos dejaran de lado su acostumbrada frialdad y tomaran un matiz mas humano, estaba sopesando cada una de las palabras que el otro le decía con un leve fruncimiento de ceño. Cuando este hizo un espacio se limitó a mantener el silencio y bajar su mirada, viendo mas allá del suelo de mármol del salón.
Algo se dibujo claro en ese espacio, un resplandor iluminó una idea en su mente. Se apretó el mentón y comentó – Verá, es curioso… - dijo y una sonrisa cínica se le dibujo en su pétreo rostro – Pasé años de mi vida mortal estudiando a los seres humanos, su estructura psíquica y biología. Pero nunca sopesé que esto pudiera servirme en este camino que hoy llevo. Tengamos en cuenta que un psicólogo no atiende por las noches, sería extraño por demás. Aun asi creo que empiezo a encontrar un par de soluciones a esto que me cuenta… - terminó abriendo el espacio necesario para continuar levantándose del asiento y dando unos pasos meditándolo. Anhelaba su pipa. Suspiró.
Ya estaba decidido… su pecho lo apretaba por dentro. Era orgulloso el vampiro.
- Por supuesto, lo intentaré al menos… – le dijo tomando la silla por el cabezal - ¿hay algo mas que pueda sumar a los interrogantes, algo que deba saber antes de meterme… en su mente? – comentó refiriéndose a las posibilidades de perderlo en el camino. No sabía como había logrado acercarse a Junno pero no quería averiguarlo como hacerlo nuevamente. La pérdida de confianza era algo difícil de volver a conquistar, aunque si lograba el cometido de Kei estaba seguro que la conexión que podía tener, el acercamiento, iba a ser inquebrantable.
Las inseguridades del vampiro eran un espejo de su par en frente. Ninguno de los dos se conocían lo suficientemente bien y sin embargo estaban aquí por interés en la misma persona, y se sorprendió al saberse decidido a tomar cartas en el asunto. Era un mayordomo sin mas…
Mantenía su postura pensativa que hacía que sus ojos dejaran de lado su acostumbrada frialdad y tomaran un matiz mas humano, estaba sopesando cada una de las palabras que el otro le decía con un leve fruncimiento de ceño. Cuando este hizo un espacio se limitó a mantener el silencio y bajar su mirada, viendo mas allá del suelo de mármol del salón.
Algo se dibujo claro en ese espacio, un resplandor iluminó una idea en su mente. Se apretó el mentón y comentó – Verá, es curioso… - dijo y una sonrisa cínica se le dibujo en su pétreo rostro – Pasé años de mi vida mortal estudiando a los seres humanos, su estructura psíquica y biología. Pero nunca sopesé que esto pudiera servirme en este camino que hoy llevo. Tengamos en cuenta que un psicólogo no atiende por las noches, sería extraño por demás. Aun asi creo que empiezo a encontrar un par de soluciones a esto que me cuenta… - terminó abriendo el espacio necesario para continuar levantándose del asiento y dando unos pasos meditándolo. Anhelaba su pipa. Suspiró.
Ya estaba decidido… su pecho lo apretaba por dentro. Era orgulloso el vampiro.
- Por supuesto, lo intentaré al menos… – le dijo tomando la silla por el cabezal - ¿hay algo mas que pueda sumar a los interrogantes, algo que deba saber antes de meterme… en su mente? – comentó refiriéndose a las posibilidades de perderlo en el camino. No sabía como había logrado acercarse a Junno pero no quería averiguarlo como hacerlo nuevamente. La pérdida de confianza era algo difícil de volver a conquistar, aunque si lograba el cometido de Kei estaba seguro que la conexión que podía tener, el acercamiento, iba a ser inquebrantable.
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Re: Sweet Vanilla [Junno - Julien]
Kei le escuchó decir eso y pensó que aunque no creía en el destino, lo cierto es que las ‘coincidencias’ sucedían. ¿Así que había estudiado acerca del comportamiento y demás? Él solo se guiaba por la observación, más que por un conocimiento previo acerca del comportamiento.
Finalmente se levantó del asiento. Kei no era muy alto, pero no le intimidaba en absoluto el otro vampiro –Entonces creo que esto es adecuado para usted – Tal vez demasiado –Ciertamente tampoco querrá que lo vea como un psicólogo –Dijo con una media sonrisa – Y es curioso que lo diga, a menos que pueda verlo durante el día –Por supuesto. Pero Junno sería lo suficientemente considerado para no acercarse durante el día, probablemente.
Ladeó el rostro pensativo –No lo sé… ¿Qué información podría serle de utilidad? No tengo la menor idea… Contrario a lo que haría normalmente, si es de ayuda en algo, estoy dispuesto a hablar… -Suspiró y se acercó a él en un movimiento rápido, antinatural para un ser humano, solo lo suficiente para poder hablar en un tono bajo y que Junno no pudiese escucharle, sabía que venía hacia ellos a pesar de no estarle viendo.
–Nos vimos envueltos en un problema muy grande, que ahora no tiene sentido recordar… le diré esto porque creo que puedo confiar en su persona… y porque creo que le servirá saberlo – Era algo que incluso a él le costaría decir con lujo de detalles –Hubo un vampiro, mucho más poderoso que cualquiera de nosotros, por los sucesos, mi única orden a Junno fue que debía quedarse con él y servirle como lo haría conmigo –Ahora que lo pensaba, probablemente eso había sido algo que le había costado asimilar a Junno, pero él tampoco había tenido opciones, las cosas habían pasado, encadenándose y llevándolos hacia lo que había sucedido.
–Y él hizo justo eso… pero un ser tan poderoso puede perder el interés hacia todo cuando ya no existe algo que pueda despertarlo en él – Lo entendía, a pesar de que había una gran diferencia entre ellos –Y finalmente decidió que su existencia no valía más la pena y se llevaría a todos con él, menos a mí –Un capricho extraño, si le preguntaban, él había estado ahí recuperando su alma, sus recuerdos y apenas había tenido noción de lo sucedido –Así que Junno los envenenó para que no pudiesen sentir nada mientras encendía el fuego que se llevaría todo el rastro de lo que había sucedido en aquel sitio… -Su mirada se ensombreció –Los lazos que había creado con ellos era más fuerte de lo que él quería creer, sobre todo con uno de ellos… No sé lo que sucedió después, pero él escapó del incendio… -Se encogió de hombros como si no importara, cuando era lo contrario, él había perdido a su alumno esa noche y a más de una persona que habría considerado cercana. Sabía bien que por ello Junno no se atrevía a verle como antes, que le evitaba por no confrontarlo, aunque él no lo culpaba en absoluto.
-La noche está terminando, no le importunaré más –Dijo haciendo una ligera reverencia –Lo dejaré a su cuidado… -susurró sintiendo a Junno a unos metros de ellos. Le sonrió ligeramente a Julien con un dejo de melancolía –Descanse… siento haber venido justo tras una celebración con algo como esto –No era la mejor opción, pero si era posible se marcharía la noche siguiente. Necesitaba dejar aquello al menos con la promesa de que podría ser mejor.
Finalmente se levantó del asiento. Kei no era muy alto, pero no le intimidaba en absoluto el otro vampiro –Entonces creo que esto es adecuado para usted – Tal vez demasiado –Ciertamente tampoco querrá que lo vea como un psicólogo –Dijo con una media sonrisa – Y es curioso que lo diga, a menos que pueda verlo durante el día –Por supuesto. Pero Junno sería lo suficientemente considerado para no acercarse durante el día, probablemente.
Ladeó el rostro pensativo –No lo sé… ¿Qué información podría serle de utilidad? No tengo la menor idea… Contrario a lo que haría normalmente, si es de ayuda en algo, estoy dispuesto a hablar… -Suspiró y se acercó a él en un movimiento rápido, antinatural para un ser humano, solo lo suficiente para poder hablar en un tono bajo y que Junno no pudiese escucharle, sabía que venía hacia ellos a pesar de no estarle viendo.
–Nos vimos envueltos en un problema muy grande, que ahora no tiene sentido recordar… le diré esto porque creo que puedo confiar en su persona… y porque creo que le servirá saberlo – Era algo que incluso a él le costaría decir con lujo de detalles –Hubo un vampiro, mucho más poderoso que cualquiera de nosotros, por los sucesos, mi única orden a Junno fue que debía quedarse con él y servirle como lo haría conmigo –Ahora que lo pensaba, probablemente eso había sido algo que le había costado asimilar a Junno, pero él tampoco había tenido opciones, las cosas habían pasado, encadenándose y llevándolos hacia lo que había sucedido.
–Y él hizo justo eso… pero un ser tan poderoso puede perder el interés hacia todo cuando ya no existe algo que pueda despertarlo en él – Lo entendía, a pesar de que había una gran diferencia entre ellos –Y finalmente decidió que su existencia no valía más la pena y se llevaría a todos con él, menos a mí –Un capricho extraño, si le preguntaban, él había estado ahí recuperando su alma, sus recuerdos y apenas había tenido noción de lo sucedido –Así que Junno los envenenó para que no pudiesen sentir nada mientras encendía el fuego que se llevaría todo el rastro de lo que había sucedido en aquel sitio… -Su mirada se ensombreció –Los lazos que había creado con ellos era más fuerte de lo que él quería creer, sobre todo con uno de ellos… No sé lo que sucedió después, pero él escapó del incendio… -Se encogió de hombros como si no importara, cuando era lo contrario, él había perdido a su alumno esa noche y a más de una persona que habría considerado cercana. Sabía bien que por ello Junno no se atrevía a verle como antes, que le evitaba por no confrontarlo, aunque él no lo culpaba en absoluto.
-La noche está terminando, no le importunaré más –Dijo haciendo una ligera reverencia –Lo dejaré a su cuidado… -susurró sintiendo a Junno a unos metros de ellos. Le sonrió ligeramente a Julien con un dejo de melancolía –Descanse… siento haber venido justo tras una celebración con algo como esto –No era la mejor opción, pero si era posible se marcharía la noche siguiente. Necesitaba dejar aquello al menos con la promesa de que podría ser mejor.
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Re: Sweet Vanilla [Junno - Julien]
Julien seguía en su meditación interna, dentro de la misma se agolpaban cientos de interrogantes diferentes sobre la empresa que llevaría a cuestas. Conocía los beneficios de ser un vampiro con la edad de Kei, lo que lo llevaba a pensar que él bien podría entrometerse en la cabeza del joven Kimura para sonsacarle alguna mínima idea de culpabilidad que este pudiera tener. Aunque se sentía complacido de ser útil a la gestión por lo que no continuó por esa línea de pensamiento.
Kei se acercó, la respiración de Junno se sentía ahora mas cerca. Y notó que esa era la diferencia con las sensaciones que ahora tenía, se desarrollaban mas rápido con el tiempo. Dentro de un año de seguro encontraría muchas mas cualidades a la situación.
La historia lo movilizó por completo, los recuerdos del joven no podían estar mas corruptos que los suyos mismos. Podía verse reflejado en ese espejo. Que crueldades que podían presentarse en la vida… Junno no era mas que una marioneta y eso lo podía haber llevado a una clara desvalorización de sí mismo. Sus afamados poderes habían sido usados con un fin totalmente inesperado ¿Cómo podría sentirse alguien que tuvo que matar a cercanos a petición de un tercero y con el fin de no causarles dolor físico?
Era extraño, le daba urticaria de pensar en cómo se hubiera sentido él en tal situación y la primera palabra que se le vino a la mente fue: miserable.
Suspiró liberando algo de bronca en ello ¿porqué esta historia le llegaba tanto?...
Julien tomó algo de respetuosa distancia de Koizumi cuando Junno estaba ya observando la charla entre estos dos. Se percató que las palabras fueron dirigidas claramente como una indicación a su mayordomo y se giró para ver a este asintiendo fielmente. Julien copió la reverencia. Por mas extraño que parecía su visita en primer momento no podía negar que la sorpresa que trajo con ella le dejaba un regusto dulce después de todo.
- No tiene porque Monsieur Koizumi, usted es bienvenido en mi morada – confirmó con un respeto que mas allá de la edad le brindaba la confianza que había depositado en él. Eso le daba el valor extra a la visita.
- Cualquier cosa que necesite contácteme… - comentó acompañándolo a la puerta.
Kei se acercó, la respiración de Junno se sentía ahora mas cerca. Y notó que esa era la diferencia con las sensaciones que ahora tenía, se desarrollaban mas rápido con el tiempo. Dentro de un año de seguro encontraría muchas mas cualidades a la situación.
La historia lo movilizó por completo, los recuerdos del joven no podían estar mas corruptos que los suyos mismos. Podía verse reflejado en ese espejo. Que crueldades que podían presentarse en la vida… Junno no era mas que una marioneta y eso lo podía haber llevado a una clara desvalorización de sí mismo. Sus afamados poderes habían sido usados con un fin totalmente inesperado ¿Cómo podría sentirse alguien que tuvo que matar a cercanos a petición de un tercero y con el fin de no causarles dolor físico?
Era extraño, le daba urticaria de pensar en cómo se hubiera sentido él en tal situación y la primera palabra que se le vino a la mente fue: miserable.
Suspiró liberando algo de bronca en ello ¿porqué esta historia le llegaba tanto?...
Julien tomó algo de respetuosa distancia de Koizumi cuando Junno estaba ya observando la charla entre estos dos. Se percató que las palabras fueron dirigidas claramente como una indicación a su mayordomo y se giró para ver a este asintiendo fielmente. Julien copió la reverencia. Por mas extraño que parecía su visita en primer momento no podía negar que la sorpresa que trajo con ella le dejaba un regusto dulce después de todo.
- No tiene porque Monsieur Koizumi, usted es bienvenido en mi morada – confirmó con un respeto que mas allá de la edad le brindaba la confianza que había depositado en él. Eso le daba el valor extra a la visita.
- Cualquier cosa que necesite contácteme… - comentó acompañándolo a la puerta.
Julien- Vampiro Clase Alta
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Re: Sweet Vanilla [Junno - Julien]
Le hubiese gustado acercarse a Junno y decirle algo, pero ciertamente no estaba en la costumbre de ninguno de los dos y probablemente no era una buena idea, un simple abrazo o algún gesto podían causar tantos efectos cuando sucedían en un momento específico. Sin embargo, si lo hacía, probablemente la idea de la relación que tenían y que hacía a Junno seguro de su lugar frente a él, simplemente se desmoronaría. Era su mayordomo, un asesino entrenado para servirle y hacer que las coss fuesen para él lo que deseara que fueran... así que era curioso que lo que él quería en ese momento era verlo tranquilo y tal vez, feliz.
-Agradezco su hospitalidad- Hizo una reverencia antes de dirigirse a la entrada de la mansión en la que estaban. Una ligera sonrisa fue lo que dirigió a su anfitrión -Sin duda alguna vendré a visitarle cuando vuelva a París - No era ninguna amenaza, pero no querría dejarle a su mayordomo y deslindarse de su propia obligación de ver por él. Si él decidía tomar un camino diferente lo dejaría, después de todo Kei hacía mucho que había querido dejar aquel lazo de amo-sirviente atrás. Un par de siglos atrás había decidido que no era algo que necesitara. Sin embargo no había roto lazos con el Clan Kimura por completo, por ello es que a partir de ese momento solo uno de ellos permanecía cerca suyo, el mejor de ellos. Junno era en esta generación una versión totalmente perfecta de lo que habían representado sus antecesores, y sin embargo, había tenido que pasar por cuestiones que él no había esperado para él.
Le hizo una seña a Junno, para que supiera que no era necesario acompañarle, se movería más rápido con sus propios poderes vampíricos que usando un carruaje, el día se acercaba, ya no había tiempo para permanecer lejos de su hogar. Y así desapareció tras las grandes puertas dejando atrás el lugar en el que aún podía percibir los residuos de lo que había sucedido allí esa noche.
-Agradezco su hospitalidad- Hizo una reverencia antes de dirigirse a la entrada de la mansión en la que estaban. Una ligera sonrisa fue lo que dirigió a su anfitrión -Sin duda alguna vendré a visitarle cuando vuelva a París - No era ninguna amenaza, pero no querría dejarle a su mayordomo y deslindarse de su propia obligación de ver por él. Si él decidía tomar un camino diferente lo dejaría, después de todo Kei hacía mucho que había querido dejar aquel lazo de amo-sirviente atrás. Un par de siglos atrás había decidido que no era algo que necesitara. Sin embargo no había roto lazos con el Clan Kimura por completo, por ello es que a partir de ese momento solo uno de ellos permanecía cerca suyo, el mejor de ellos. Junno era en esta generación una versión totalmente perfecta de lo que habían representado sus antecesores, y sin embargo, había tenido que pasar por cuestiones que él no había esperado para él.
Le hizo una seña a Junno, para que supiera que no era necesario acompañarle, se movería más rápido con sus propios poderes vampíricos que usando un carruaje, el día se acercaba, ya no había tiempo para permanecer lejos de su hogar. Y así desapareció tras las grandes puertas dejando atrás el lugar en el que aún podía percibir los residuos de lo que había sucedido allí esa noche.
Kei Koizumi- Vampiro Clase Alta
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Re: Sweet Vanilla [Junno - Julien]
Junno observó con su perfecto porte ver salir a 'su amo' y tuvo una extraña sensación al verle marcharse. Sabía bien lo que iría a hacer y por qué, y sin embargo sentía una extraña aflicción que rara vez se apoderaba de él. Su mirada lentamente se posó en Julien y sonrió como solía normalmente hacerlo, aún cuando ahora su sonrisa no era tan brillante como lo había sido antes del incidente en la mansión. De hehco no se había dado cuenta del momento en el que había podido volver a sonreír con cierta normalidad.
-Supongo que yo debería marcharme también y dejarle descansar -Dijo y a pesar de que iba en contra de su propio ser, dejó escapar un suspiro ligero. No sabía qué había ido a hacer allí Kei, no tenía idea de que la razón era él. Y aún así había cierta curiosidad, pero su sentido del deber era mayor, así que evitó preguntar, si él no había querido decírselo, él no debía preguntar, así eran las cosas, al menos para con la persona a la que debía servir sin importar lo que sucediese. Para Junno, hacer eso era el centro de lo que debía ser. Sin embargo, ahora que las cosas estaban así, sentía la incertidumbre carcomerle. Las cosas no estaban en su lugar y eso lo lertaba, le hacía sentirse fuera de lugar, como si no tuviese el mínimo derecho a permanecer en aquel lugar por el que tanto había luchado.
Vio a Julien y el salón -Puede ir a descansar... me haré cargo del resto -Dijo como si fuese lo más normal del mundo. Limpiar y dejar todo en su lugar, no le molestaría hacerlo para él en ese momento -Me marcharé en cuanto terminé... -Tal vez no le agradara a Julien esa idea, después de todo apenas y le conocía, confiarle su mansión tal vez no era algo que estuviese dispuesto a hacer. Había pasad la noche despierto, viendo toda clase de cosas que en su vida imaginó que vería. Estaba aún un poco aturdido por ello. Sabía que no podía juzgar a un vampiro por los gustos extravagantes que podían tener, o su forma de 'disfrutar' a costa de los humanos de los que se alimentaban. Pero no podía evitar pensar '¿Está esto bien?' Él era un asesino, uno que no preguntaba las razones cuando le señalaban un objetivo. Confiaba ciegamente en quienes le ordenaban esos trabajos, era su propia familia y tenían sus reglas, nunca se había cuestionado algo como eso. El bien y el mal eran relativos, él solo debía creer en que lo que hacía era lo correcto, pero habiendo fallado una vez nada le decía que era de esa manera.
Se quedó en silencio viendo algún punto imaginario en la estancia, por un momento simplemente se perdió en su propia mente, divagando ligeramente, pero no fue por mucho tiempo. Parpadeó y regresó su atención a Julien, viendo aquellos profundos ojos que estaban sobre él.
-Supongo que yo debería marcharme también y dejarle descansar -Dijo y a pesar de que iba en contra de su propio ser, dejó escapar un suspiro ligero. No sabía qué había ido a hacer allí Kei, no tenía idea de que la razón era él. Y aún así había cierta curiosidad, pero su sentido del deber era mayor, así que evitó preguntar, si él no había querido decírselo, él no debía preguntar, así eran las cosas, al menos para con la persona a la que debía servir sin importar lo que sucediese. Para Junno, hacer eso era el centro de lo que debía ser. Sin embargo, ahora que las cosas estaban así, sentía la incertidumbre carcomerle. Las cosas no estaban en su lugar y eso lo lertaba, le hacía sentirse fuera de lugar, como si no tuviese el mínimo derecho a permanecer en aquel lugar por el que tanto había luchado.
Vio a Julien y el salón -Puede ir a descansar... me haré cargo del resto -Dijo como si fuese lo más normal del mundo. Limpiar y dejar todo en su lugar, no le molestaría hacerlo para él en ese momento -Me marcharé en cuanto terminé... -Tal vez no le agradara a Julien esa idea, después de todo apenas y le conocía, confiarle su mansión tal vez no era algo que estuviese dispuesto a hacer. Había pasad la noche despierto, viendo toda clase de cosas que en su vida imaginó que vería. Estaba aún un poco aturdido por ello. Sabía que no podía juzgar a un vampiro por los gustos extravagantes que podían tener, o su forma de 'disfrutar' a costa de los humanos de los que se alimentaban. Pero no podía evitar pensar '¿Está esto bien?' Él era un asesino, uno que no preguntaba las razones cuando le señalaban un objetivo. Confiaba ciegamente en quienes le ordenaban esos trabajos, era su propia familia y tenían sus reglas, nunca se había cuestionado algo como eso. El bien y el mal eran relativos, él solo debía creer en que lo que hacía era lo correcto, pero habiendo fallado una vez nada le decía que era de esa manera.
Se quedó en silencio viendo algún punto imaginario en la estancia, por un momento simplemente se perdió en su propia mente, divagando ligeramente, pero no fue por mucho tiempo. Parpadeó y regresó su atención a Julien, viendo aquellos profundos ojos que estaban sobre él.
Junno Kimura- Hechicero Clase Media
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Re: Sweet Vanilla [Junno - Julien]
Se quedó tranquilo, algo aliviado, como si le hubieran sacado un peso de encima en vez de sumado una responsabilidad más como realmente era. Ver en Junno que le sucedía... no era su habitualidad, no había hecho prácticas psicológicas hacia mucho tiempo. En las épocas que estaba en la Iglesia posiblemente había mantenido esas prácticas que rozaban lo científico y eran incluso sancionadas para entonces.
Julien las veía como una plática común. Pensar en conjunto, tomar a los demonios por las astas y extirparlos de la persona buscando prevenir la psiquis del maremoto que se avecina siempre que se encuentra la solución, la luz al final del túnel.
Una charla entre amigos como la que había tenido con Junno en la Mansión de la Medianoche, allí no había tenido problemas en hablarle sobre las visiones que estaban latentes en su sangre ¿sería lo mismo siempre?
Se mantuvo callado después que Kei se fue. El vacío se notaba después de acostumbrarse a su presencia y a pesar de ello se sentía renovado. Extrañamente renovado...
Se acercó a los ventanales y tiró de las sogas para desatar los cortinados gruesos y estos cayeron como un telón al final del acto sumiendo al salón en penumbras. Aún así podía ver.
Mientras caminaba hacia el otro ventanal emitió las primeras palabras después del silencio que había mantenido meditabundo.
- Monsieur Koizumi estará de viaje un tiempo - encabezó para constatar que tenían la misma información.
Su mente se debatía en deberes y posibilidades. Su ceño se fruncía pensando en la forma de hacer efectivo todo esto que Kei le había pedido a él. Justamente un vampiro que Junno había visto solo una vez en su vida y que por alguna razón que desconocía él sentía que era el indicado para ello. Ya había tenido unas semanas complicadas suponiendo motivos por el cual se veía cautivado por el humano, por más extraño que parecía algo lo llamaba. Algo interior que no llegaba a diagnosticar.
- Junno, puedes quedarte, no me eres una molestia. Por el contrario... - y no pudo continuar la frase a menos que quisiera sincerarse con él y no quería… o no podía...
Trago saliva y alcanzó la otra ventana. Descolgó el cortinado y abrió una pequeña rendija para que la luz ingresara en una pequeña parte del salón. No era mucha aún porque el sol no se percibía en el horizonte pero pronto lo haría.
- Sólo si lo deseas por supuesto. Me agradaría contar con tu presencia. Te he tenido cerca toda la noche y a la vez no hemos podido cruzar palabras alguna - confirmó esto repasando la noche agitada que habían pasado donde hubo más gritos que palabras.
- Aunque entenderé si estás fatigado...- comentó poniendo suspensos a sus propias preguntas.
¿Qué le pasaba con Junno y porque lo generaba? Levantó su mirada buscando al menos una respuesta más asertiva del otro lado y sus fríos ojos encontraron la luz en los del otro.
Julien las veía como una plática común. Pensar en conjunto, tomar a los demonios por las astas y extirparlos de la persona buscando prevenir la psiquis del maremoto que se avecina siempre que se encuentra la solución, la luz al final del túnel.
Una charla entre amigos como la que había tenido con Junno en la Mansión de la Medianoche, allí no había tenido problemas en hablarle sobre las visiones que estaban latentes en su sangre ¿sería lo mismo siempre?
Se mantuvo callado después que Kei se fue. El vacío se notaba después de acostumbrarse a su presencia y a pesar de ello se sentía renovado. Extrañamente renovado...
Se acercó a los ventanales y tiró de las sogas para desatar los cortinados gruesos y estos cayeron como un telón al final del acto sumiendo al salón en penumbras. Aún así podía ver.
Mientras caminaba hacia el otro ventanal emitió las primeras palabras después del silencio que había mantenido meditabundo.
- Monsieur Koizumi estará de viaje un tiempo - encabezó para constatar que tenían la misma información.
Su mente se debatía en deberes y posibilidades. Su ceño se fruncía pensando en la forma de hacer efectivo todo esto que Kei le había pedido a él. Justamente un vampiro que Junno había visto solo una vez en su vida y que por alguna razón que desconocía él sentía que era el indicado para ello. Ya había tenido unas semanas complicadas suponiendo motivos por el cual se veía cautivado por el humano, por más extraño que parecía algo lo llamaba. Algo interior que no llegaba a diagnosticar.
- Junno, puedes quedarte, no me eres una molestia. Por el contrario... - y no pudo continuar la frase a menos que quisiera sincerarse con él y no quería… o no podía...
Trago saliva y alcanzó la otra ventana. Descolgó el cortinado y abrió una pequeña rendija para que la luz ingresara en una pequeña parte del salón. No era mucha aún porque el sol no se percibía en el horizonte pero pronto lo haría.
- Sólo si lo deseas por supuesto. Me agradaría contar con tu presencia. Te he tenido cerca toda la noche y a la vez no hemos podido cruzar palabras alguna - confirmó esto repasando la noche agitada que habían pasado donde hubo más gritos que palabras.
- Aunque entenderé si estás fatigado...- comentó poniendo suspensos a sus propias preguntas.
¿Qué le pasaba con Junno y porque lo generaba? Levantó su mirada buscando al menos una respuesta más asertiva del otro lado y sus fríos ojos encontraron la luz en los del otro.
Julien- Vampiro Clase Alta
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Re: Sweet Vanilla [Junno - Julien]
Le siguió con la mirada, viendo con atención aquellos movimientos que si bien eran diferentes a los de una persona común, a veces parecían exactamente una copia de ellos. La forma en que se movía, sin alarde de su naturaleza sobrenatural y otros momentos en que parecía justamente lo contrario. Era cautivante notarlo no podía apartar la mirada cuando sus manos se movían, como en un encantamiento extraño que aunque había sentido antes, no pensó que volvería a suceder.
Y se sorprendió, no lo negaría, cuando la voz grave informó de la lejanía de su amo. Asintió tras un momento, manteniéndose recto en su lugar. él lo sabía, Kei no estaría allí y conocía la causa exacta. Pero eso quería decir que Julien sabía también que él no iría con él, por cómo había compuesto aquella frase. Y algo en él se removió. ¿Qué habría hecho normalmente? ¿Habría pedido ir y acompañarle con el simple deseo de protegerle? ¿Eso habría hecho? Posiblemente. Pero esta vez no se había atrevido.
Cuando regresó a él, hacía poco, Kei no había sido capaz de reconocerle y en el fondo se sintió culpable. Tan culpable que no había podido mirarle de la misma forma que antes. Pero no pasó demasiado y él se había recuperado, a pesar de la pérdida, a pesar de todo, le vio recuperar sus recuerdos levantarse de nuevo. Y se dio cuenta de la diferencia entre ellos. Esa diferencia que los años le habían dado a su protector y señor, algo que él no poseía.
Y cuando Julien le sacó de aquel pensamiento con aquellas palabras sonrió con algo de melancolía sin querer -Estaré aquí, me haré cargo de esto y tal vez cuando despierte podamos conversar si así lo desea -Le veía directamente, a veces olvidaba que no debía tener tales tratos con otras personas, él era un mayordomo después de todo. Aún así no apartó la mirada. Podría descansar una vez terminara la limpiea del lugar. Sólo necesitaba recuperarse, un par de horas bastarían.
Aquellos ojos le miraron y el se quedó quieto, sólo observándole en silencio, al menos hasta que sus labios se movieron tras varios segundos -No se preocupe por mí... Por el contrario, sería usted quien debiese descansar -Sonrió, una de esas cálidas sonrisas que parecían no encajar en su personalidad, pero que todos apreciaban de alguna manera. Junno siempre sonreía de aquella forma natural y espontánea, pero en los últimos meses había empezado a notar cómo un gesto que antes era algo tan comun y que hacía sin pensar se había convertido en algo completamente difícil, un par de meses y ahora parecía estar recobrando la facilidad de hacerlo, pero aún sentía el vacío en su interior carcomiéndole lentamente.
Y se sorprendió, no lo negaría, cuando la voz grave informó de la lejanía de su amo. Asintió tras un momento, manteniéndose recto en su lugar. él lo sabía, Kei no estaría allí y conocía la causa exacta. Pero eso quería decir que Julien sabía también que él no iría con él, por cómo había compuesto aquella frase. Y algo en él se removió. ¿Qué habría hecho normalmente? ¿Habría pedido ir y acompañarle con el simple deseo de protegerle? ¿Eso habría hecho? Posiblemente. Pero esta vez no se había atrevido.
Cuando regresó a él, hacía poco, Kei no había sido capaz de reconocerle y en el fondo se sintió culpable. Tan culpable que no había podido mirarle de la misma forma que antes. Pero no pasó demasiado y él se había recuperado, a pesar de la pérdida, a pesar de todo, le vio recuperar sus recuerdos levantarse de nuevo. Y se dio cuenta de la diferencia entre ellos. Esa diferencia que los años le habían dado a su protector y señor, algo que él no poseía.
Y cuando Julien le sacó de aquel pensamiento con aquellas palabras sonrió con algo de melancolía sin querer -Estaré aquí, me haré cargo de esto y tal vez cuando despierte podamos conversar si así lo desea -Le veía directamente, a veces olvidaba que no debía tener tales tratos con otras personas, él era un mayordomo después de todo. Aún así no apartó la mirada. Podría descansar una vez terminara la limpiea del lugar. Sólo necesitaba recuperarse, un par de horas bastarían.
Aquellos ojos le miraron y el se quedó quieto, sólo observándole en silencio, al menos hasta que sus labios se movieron tras varios segundos -No se preocupe por mí... Por el contrario, sería usted quien debiese descansar -Sonrió, una de esas cálidas sonrisas que parecían no encajar en su personalidad, pero que todos apreciaban de alguna manera. Junno siempre sonreía de aquella forma natural y espontánea, pero en los últimos meses había empezado a notar cómo un gesto que antes era algo tan comun y que hacía sin pensar se había convertido en algo completamente difícil, un par de meses y ahora parecía estar recobrando la facilidad de hacerlo, pero aún sentía el vacío en su interior carcomiéndole lentamente.
Junno Kimura- Hechicero Clase Media
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Re: Sweet Vanilla [Junno - Julien]
Un pequeño haz de luz cruzó por entre medio de las cortinas, ese espacio que mantuvo solo para no quedar en la completa oscuridad. Las demás habitaciones estaban completamente tapiadas. Julien lo sabía porque así lo había pedido expresamente al ama que se encargaba de esa casa.
La había conocido cuando era una mujer desesperada, seducida por un hombre que no dudó en hacerse con su poca fortuna y la había abandonado con un hijo en su vientre en las calles del centro. Ella no conocía nada de la vida del centro, era una mujer de pueblo. Una de esas noches invernales Julien la había cruzado con las esperanzas pérdidas en sus brazos, donde reposaba el cuerpo de su neonato muerto, envuelto en telas. Lloraba desconsolada y su futuro se hubiera truncado en ese momento de no ser por la sed del vampiro. Con los días le confió su nombre: Ivonne.
No quería convertirla, su alma no lo hubiera soportado, le dio su sangre, le ofreció un hogar, alimento y ropa y después de unos meses renació de su dolor. El dolor algo cicatrizado dio espacio a venganza, algo con lo que el vampiro estaba familiarizado, y si bien no podía confirmarlo sabía que a medida que pasará el tiempo ella se prepararía para ser vampiro y vengar la muerte de su hijo. Acudiría a cualquiera sólo para ver saciada su sed y su dolor.
A pesar de todo era una mujer fuerte, ágil y muy gentil en el trato. Ella era una de las que mantenía los secretos de Julien, porque sabía que él nunca materia a una criatura.
- No te preocupes por los cuerpos, Ivonne vendrá en una hora y les dará un lugar en el campo vecino.
No tienes que hacerlo, realmente, no tienes si no quieres. Te agradezco que me regales tu tiempo Junno - el regusto de su nombre le hizo ruido al paladar y sintió una vibración interna poco común similar al ronroneo de un gato.
- Dispones de toda la Mansión. Es nuestra hasta el día de mañana así que eres libre de usar la habitación que gustes. Si deseas algo durante el día puedes pedírselo a ella. Si no está en la cocina está en la biblioteca... - conocía los hábitos de ella como si fueran los propios. Aunque hubiera regalado todos sus esclavos con tan solo conocer un poco más a fondo a Kimura sin sentirse un metiche en el proceso. Era algo que le molestaba, no conocerlo a fondo y saber que había otro vampiro que si lo hacía le daba celos.
Estúpidos celos que no les veía pies o cabeza... o más bien no quería vérselos...
- No sabes lo importante que fue tenerte aquí está noche - se notaba incómodo allí al lado del cortinado, podrían pensar que era la luz que se colaba y no dejaba de mirar, aunque no era por ello. Dentro de su mente pensaba situaciones en las que pudiera mantenerse cerca del mayordomo. Se sentía vulnerable al no localizarlas y además se le acababa el tiempo. El que se quedará le daba algo más de tiempo al menos, pero de esa noche no pasaba.
Tenía que buscar una excusa o motivo por el cual mantenerlo cerca.
- Me iré a descansar, estaré en la habitación que da al ala oeste – comentó y se quedó a la espera. No sabía si de una respuesta, de una confirmación, de un permiso.
Mas bien aguardaba saber que paso iba a dar Junno antes que cerrara por completo el cortinado. O realmente no sabía que esperaba.
La había conocido cuando era una mujer desesperada, seducida por un hombre que no dudó en hacerse con su poca fortuna y la había abandonado con un hijo en su vientre en las calles del centro. Ella no conocía nada de la vida del centro, era una mujer de pueblo. Una de esas noches invernales Julien la había cruzado con las esperanzas pérdidas en sus brazos, donde reposaba el cuerpo de su neonato muerto, envuelto en telas. Lloraba desconsolada y su futuro se hubiera truncado en ese momento de no ser por la sed del vampiro. Con los días le confió su nombre: Ivonne.
No quería convertirla, su alma no lo hubiera soportado, le dio su sangre, le ofreció un hogar, alimento y ropa y después de unos meses renació de su dolor. El dolor algo cicatrizado dio espacio a venganza, algo con lo que el vampiro estaba familiarizado, y si bien no podía confirmarlo sabía que a medida que pasará el tiempo ella se prepararía para ser vampiro y vengar la muerte de su hijo. Acudiría a cualquiera sólo para ver saciada su sed y su dolor.
A pesar de todo era una mujer fuerte, ágil y muy gentil en el trato. Ella era una de las que mantenía los secretos de Julien, porque sabía que él nunca materia a una criatura.
- No te preocupes por los cuerpos, Ivonne vendrá en una hora y les dará un lugar en el campo vecino.
No tienes que hacerlo, realmente, no tienes si no quieres. Te agradezco que me regales tu tiempo Junno - el regusto de su nombre le hizo ruido al paladar y sintió una vibración interna poco común similar al ronroneo de un gato.
- Dispones de toda la Mansión. Es nuestra hasta el día de mañana así que eres libre de usar la habitación que gustes. Si deseas algo durante el día puedes pedírselo a ella. Si no está en la cocina está en la biblioteca... - conocía los hábitos de ella como si fueran los propios. Aunque hubiera regalado todos sus esclavos con tan solo conocer un poco más a fondo a Kimura sin sentirse un metiche en el proceso. Era algo que le molestaba, no conocerlo a fondo y saber que había otro vampiro que si lo hacía le daba celos.
Estúpidos celos que no les veía pies o cabeza... o más bien no quería vérselos...
- No sabes lo importante que fue tenerte aquí está noche - se notaba incómodo allí al lado del cortinado, podrían pensar que era la luz que se colaba y no dejaba de mirar, aunque no era por ello. Dentro de su mente pensaba situaciones en las que pudiera mantenerse cerca del mayordomo. Se sentía vulnerable al no localizarlas y además se le acababa el tiempo. El que se quedará le daba algo más de tiempo al menos, pero de esa noche no pasaba.
Tenía que buscar una excusa o motivo por el cual mantenerlo cerca.
- Me iré a descansar, estaré en la habitación que da al ala oeste – comentó y se quedó a la espera. No sabía si de una respuesta, de una confirmación, de un permiso.
Mas bien aguardaba saber que paso iba a dar Junno antes que cerrara por completo el cortinado. O realmente no sabía que esperaba.
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Re: Sweet Vanilla [Junno - Julien]
Junno por un momento se sintió apenado cuando le respondió acerca de la mujer en la que tenía más confianza que en él se haría cargo. Sintió por un breve momento que había sobrepasado los límites entre ellos. Y algo en él le hizo sentir ligeramente nervioso. Se mantuvo con su porte tan correcto como siempre, solo un instante su vista se fijo en el rayo de luz que estaba entre ellos. Así era la realidad en ese momento entre ellos, no pudo evitar pensar.
Pero sus palabras, permisivas, le hicieron sentirse confundido, era como si realmente le diera permiso de irrumpir en su rutina aún cuando no había una razón, y eso fue extraño para él aunque no alcanzó a entender por qué se lo parecía.
Sonrió esta vez un tanto tímidamente. Sintió su pulso alterarse, realmente sentía un nerviosismo extraño -Intentaré ser de utilidad mientras descansa -Bajó la mirada, la vista fija de Julien le había obligado a hacerlo de manera inconsciente a pesar de que estaba aostumbrado a mantenerse firme, no se dio cuenta de su propio vacilar ante el vampiro.
-Estaré aquí, no me atrevería a irme sin antes agradecerle la hospitalidad -Podría haberlo hecho en ese momento, pero un ligero e intrigante sentimiento le obligó a buscar quedarse al menos esa noche. Se inclinó en una silenciosa seña de respeto al señor de la casa.
Y espero a que Julien tomara camino a su lugar de descanso. Cuando desapareció de su propio campo de visión, se movió por las habitaciones que habían usado esa noche. Ayudaría a la mujer que se encargaría de todo aquel alboroto cuando llegara el momento. Por ahora se dedicó a limpiar y juntar a las personas que habían sido utilizadas la noche anterior. Les revisó de nuevo y tal como dijo Julien, alguien llegó rato después, se limitó a pedirle que le dejara ayudarle y hacer lo que le ordenara hasta que el cansancio empezó a cobrarle factura después de varias horas. Suspiró disculpándose y moviéndose por las habitaciones con sigilo buscó un lugar en el cual descansar al menos un par de horas, la tarde estaba cayendo para cuando lo hizo. Entró en una habitación y sedejó caer en un elegante sillón, deshaciendo ligeramente los botones de la camisa.
Se dijo a sí mismo que solo sería un momento, pero su cuerpo se relajó y se quedó dormido tan profundamente que no despertó hasta que algo alteró sus sentidos, la entrada de alguien más en la habitación acercándose a él. No pudo evitar el despertar alterado y tan rápido como sus manos pudieron moverse, las dagas escondidas quedaron entre sus dedos tras un ligero movimento, totalmente listo para defenderse si era necesario.
Pero sus palabras, permisivas, le hicieron sentirse confundido, era como si realmente le diera permiso de irrumpir en su rutina aún cuando no había una razón, y eso fue extraño para él aunque no alcanzó a entender por qué se lo parecía.
Sonrió esta vez un tanto tímidamente. Sintió su pulso alterarse, realmente sentía un nerviosismo extraño -Intentaré ser de utilidad mientras descansa -Bajó la mirada, la vista fija de Julien le había obligado a hacerlo de manera inconsciente a pesar de que estaba aostumbrado a mantenerse firme, no se dio cuenta de su propio vacilar ante el vampiro.
-Estaré aquí, no me atrevería a irme sin antes agradecerle la hospitalidad -Podría haberlo hecho en ese momento, pero un ligero e intrigante sentimiento le obligó a buscar quedarse al menos esa noche. Se inclinó en una silenciosa seña de respeto al señor de la casa.
Y espero a que Julien tomara camino a su lugar de descanso. Cuando desapareció de su propio campo de visión, se movió por las habitaciones que habían usado esa noche. Ayudaría a la mujer que se encargaría de todo aquel alboroto cuando llegara el momento. Por ahora se dedicó a limpiar y juntar a las personas que habían sido utilizadas la noche anterior. Les revisó de nuevo y tal como dijo Julien, alguien llegó rato después, se limitó a pedirle que le dejara ayudarle y hacer lo que le ordenara hasta que el cansancio empezó a cobrarle factura después de varias horas. Suspiró disculpándose y moviéndose por las habitaciones con sigilo buscó un lugar en el cual descansar al menos un par de horas, la tarde estaba cayendo para cuando lo hizo. Entró en una habitación y sedejó caer en un elegante sillón, deshaciendo ligeramente los botones de la camisa.
Se dijo a sí mismo que solo sería un momento, pero su cuerpo se relajó y se quedó dormido tan profundamente que no despertó hasta que algo alteró sus sentidos, la entrada de alguien más en la habitación acercándose a él. No pudo evitar el despertar alterado y tan rápido como sus manos pudieron moverse, las dagas escondidas quedaron entre sus dedos tras un ligero movimento, totalmente listo para defenderse si era necesario.
Junno Kimura- Hechicero Clase Media
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Re: Sweet Vanilla [Junno - Julien]
Respiró como si esto fuese vital, sus párpados se cerraban y lagrimeaban por el contacto con la luz aunque tenía la certeza que no iba a dormir nada, al menos tendría tiempo para pensar en la habitación.
Cerró la cortina, pasó en la oscuridad al lado de Junno a quien agradeció la reverencia tomándolo por el hombro mientras pasaba a su lado recordando como había comenzado esa noche con el mismo gesto, permaneció unos instantes, contemplando su aura sin verlo directamente y no pudo decir nada, contrariado cruzó hasta la subida de la escalera y subió con pesadez.tras de sí y se recostó sobre la misma, oyó a la distancia los pasos y pulsaciones de este. Tomándose de las sienes se acuclillo en el piso y se mantuvo allí hasta que sintió el letargo.
Sus sueños fueron profundos y hasta tormentosos, en ellos aparecía Kei, más tarde supuso que este estaba rondando por su mente. Julien consideraba que esto era posible para un ser con su tiempo y sintió algo de miedo (incluso dentro del sueño). Junno aparecía también pero no como lo conocía, su mente estaba mucho más retorcida, ya no era parte del mundo de los vivos y sus refinadas actitudes estaban exaltadas.
La Mansión Burke, no era suya y le asfixiaba, había usado ese espacio porque no tenía el suficiente en su lugar, pero algo le daba mala espina del lugar apenas llegó. Con la antigüedad que presentaban sus espacios se podría decir que era normal que lo habitaran seres de otros planos, pero el ambiente era denso aun asi mas que otras mansiones de Francia.
La cabeza a punto de estallar. Sintió que perdía contacto con Junno dentro del sueño, este había desaparecido del espacio y ahora Julien estaba solo en medio de la gran habitación rodeado de cadáveres con aroma fétido. Sintió como sus vísceras se retorcían por el aroma a descomposición y despertó violentamente.
Con sangre negra en su ropa y parte de su brazo. Se levantó algo vapuleado. La última luz de la tarde aun estaba rondando por entre las cortinas y eso le agudizaba el dolor de cabeza. De todas formas se puso de pie y confiando en el instinto de su ama de llaves de cerrar toda entrada de luz, cambió su camisa y se fue hasta donde los latidos suaves del mayordomo lo conducían.
Estaba durmiendo y lo mas normal era golpear antes de entrar pero le ganó la curiosidad, entreabrió la puerta para notar que no había vestigios de luz y recorriendo la habitación lo encontró descansando en el sillón.
Su parsimonia era increíble, daban ganas de verlo eternamente, tocar su rostro perfilado. Sin notarlo iba acercándose a su cuerpo buscando hacer el menor ruido hasta que uno de sus pies tocó una de las maderas del piso del parquet sueltas y esta rechinó. Junno abandonó toda expresión serena y Julien atinó a sostener su mano en gesto rápido. Cuando lo hizo sus ojos fueron directo a las dagas, las llevaba entre los dedos de sus manos y el vampiro allí arrodillado a su lado se quedó sin palabras una vez mas.
Cerró la cortina, pasó en la oscuridad al lado de Junno a quien agradeció la reverencia tomándolo por el hombro mientras pasaba a su lado recordando como había comenzado esa noche con el mismo gesto, permaneció unos instantes, contemplando su aura sin verlo directamente y no pudo decir nada, contrariado cruzó hasta la subida de la escalera y subió con pesadez.tras de sí y se recostó sobre la misma, oyó a la distancia los pasos y pulsaciones de este. Tomándose de las sienes se acuclillo en el piso y se mantuvo allí hasta que sintió el letargo.
Sus sueños fueron profundos y hasta tormentosos, en ellos aparecía Kei, más tarde supuso que este estaba rondando por su mente. Julien consideraba que esto era posible para un ser con su tiempo y sintió algo de miedo (incluso dentro del sueño). Junno aparecía también pero no como lo conocía, su mente estaba mucho más retorcida, ya no era parte del mundo de los vivos y sus refinadas actitudes estaban exaltadas.
La Mansión Burke, no era suya y le asfixiaba, había usado ese espacio porque no tenía el suficiente en su lugar, pero algo le daba mala espina del lugar apenas llegó. Con la antigüedad que presentaban sus espacios se podría decir que era normal que lo habitaran seres de otros planos, pero el ambiente era denso aun asi mas que otras mansiones de Francia.
La cabeza a punto de estallar. Sintió que perdía contacto con Junno dentro del sueño, este había desaparecido del espacio y ahora Julien estaba solo en medio de la gran habitación rodeado de cadáveres con aroma fétido. Sintió como sus vísceras se retorcían por el aroma a descomposición y despertó violentamente.
Con sangre negra en su ropa y parte de su brazo. Se levantó algo vapuleado. La última luz de la tarde aun estaba rondando por entre las cortinas y eso le agudizaba el dolor de cabeza. De todas formas se puso de pie y confiando en el instinto de su ama de llaves de cerrar toda entrada de luz, cambió su camisa y se fue hasta donde los latidos suaves del mayordomo lo conducían.
Estaba durmiendo y lo mas normal era golpear antes de entrar pero le ganó la curiosidad, entreabrió la puerta para notar que no había vestigios de luz y recorriendo la habitación lo encontró descansando en el sillón.
Su parsimonia era increíble, daban ganas de verlo eternamente, tocar su rostro perfilado. Sin notarlo iba acercándose a su cuerpo buscando hacer el menor ruido hasta que uno de sus pies tocó una de las maderas del piso del parquet sueltas y esta rechinó. Junno abandonó toda expresión serena y Julien atinó a sostener su mano en gesto rápido. Cuando lo hizo sus ojos fueron directo a las dagas, las llevaba entre los dedos de sus manos y el vampiro allí arrodillado a su lado se quedó sin palabras una vez mas.
Julien- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 180
Fecha de inscripción : 17/02/2014
Localización : Paris
DATOS DEL PERSONAJE
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Re: Sweet Vanilla [Junno - Julien]
Junno había despertado tan abruptamente que tardó un momento en procesar la imagen frente a él. Bajó la mirada a la mano que sostenía la suya y sin darse cuenta aguantó la respiración por un par de segundos en lo que su mente reaccionó a lo que tenía frente a él.
Pareció asustado por un momento y soltó las filosas armas dejándolas caer al suelo -Lo siento -Dijo tratando de recomponerse mientras acomodaba sus ropas para que se vieran más presentables frente al dueño de la mansión. Conforme pasaron los segundos, el latir de su corazón se calmó, sus sentidos se acostumbraron a lo que había a su alrededor.
Pasó una de sus manos por sus cabellos, echándolos atrás en un gesto completamente natural -De verdad lo siento -Repitió entre disculpándose por intentar atacarlo y por quedarse dormido. Se sentó en el sillón, viéndole allí frente a él. Aunque su vista se había acostumbrado a las penumbras de la habitación, en realidad solo podía ver a grandes rasgos su silueta y alguno que otro rasgo distintivo.
Pero lo demás no lo engañaba, su olfato era agudo también, más que el de cualquier persona común, podía distinguir muchas cosas tan solo con ello.
Por inercia observó hacia la ventana, notando que había pasado más tiempo del que hubiese deseado, luego su mirada se situó en Julien y siguió hasta sus manos. Preguntar cómo lo había encontrado era una pregunta absurda, así que la descartó inmediatamente, de repente se sentía tan descolocado que fue incapaz de iniciar una conversación normal. Era la primera vez que le pasaba algo como eso. De algún modo para él era una escena vergonzosa, aunque probablemente muy pocos entenderían su forma de pensar.
-Tus manos no están frías -Susurró sabiendo que eso se debía a la sangre que ahora corría por sus venas, si bien su calidez no era como el de las propias, podía notar la diferencia, aún así le parecía algo tan extrañamente cautivante el pensar en ello con detenimiento. Tomó aire y cerró los ojos por un instante, tranquilizándose completamente esta vez -Siento esto -Dijo estirando una de sus manos para recoger las pequeñas dagas. Como la mayoría de sus armas, éstas estaban impregnadas de uno de sus venenos.
-No debería despertarme de forma tan precipitada -Bromeó guardándolas en los bolsillos internos de su chaqueta mientras le sonreía en un gesto ligero -¿Ha sido grato su descanso? -Preguntó con cortesía, a pesar de que en otros momentos parecía tratar a Julien olvidándose un poco de ello. Lo cierto es que era un poco más consciente de aquella mirada, como si fuese imposible ignorarla y no sabía a qué se debía tal cosa.
-¿Su Ama de llaves aún se encuentra en la casa? –Aquello fue un simple impulso, ni siquiera había realmente pensado en la pregunta, la había formulado sin pensar y al notarlo hizo un ademán como queriendo restarle importancia –Quiero decir… Quería agradecerle – Dios, aquello no iba bien, no había lógica en esas palabras -… El haberme recibido hoy –Dijo como para terminar, pero su voz vaciló apenas notoriamente. Pasó duro decidiendo callarse y no decir algún sinsentido más.
Pareció asustado por un momento y soltó las filosas armas dejándolas caer al suelo -Lo siento -Dijo tratando de recomponerse mientras acomodaba sus ropas para que se vieran más presentables frente al dueño de la mansión. Conforme pasaron los segundos, el latir de su corazón se calmó, sus sentidos se acostumbraron a lo que había a su alrededor.
Pasó una de sus manos por sus cabellos, echándolos atrás en un gesto completamente natural -De verdad lo siento -Repitió entre disculpándose por intentar atacarlo y por quedarse dormido. Se sentó en el sillón, viéndole allí frente a él. Aunque su vista se había acostumbrado a las penumbras de la habitación, en realidad solo podía ver a grandes rasgos su silueta y alguno que otro rasgo distintivo.
Pero lo demás no lo engañaba, su olfato era agudo también, más que el de cualquier persona común, podía distinguir muchas cosas tan solo con ello.
Por inercia observó hacia la ventana, notando que había pasado más tiempo del que hubiese deseado, luego su mirada se situó en Julien y siguió hasta sus manos. Preguntar cómo lo había encontrado era una pregunta absurda, así que la descartó inmediatamente, de repente se sentía tan descolocado que fue incapaz de iniciar una conversación normal. Era la primera vez que le pasaba algo como eso. De algún modo para él era una escena vergonzosa, aunque probablemente muy pocos entenderían su forma de pensar.
-Tus manos no están frías -Susurró sabiendo que eso se debía a la sangre que ahora corría por sus venas, si bien su calidez no era como el de las propias, podía notar la diferencia, aún así le parecía algo tan extrañamente cautivante el pensar en ello con detenimiento. Tomó aire y cerró los ojos por un instante, tranquilizándose completamente esta vez -Siento esto -Dijo estirando una de sus manos para recoger las pequeñas dagas. Como la mayoría de sus armas, éstas estaban impregnadas de uno de sus venenos.
-No debería despertarme de forma tan precipitada -Bromeó guardándolas en los bolsillos internos de su chaqueta mientras le sonreía en un gesto ligero -¿Ha sido grato su descanso? -Preguntó con cortesía, a pesar de que en otros momentos parecía tratar a Julien olvidándose un poco de ello. Lo cierto es que era un poco más consciente de aquella mirada, como si fuese imposible ignorarla y no sabía a qué se debía tal cosa.
-¿Su Ama de llaves aún se encuentra en la casa? –Aquello fue un simple impulso, ni siquiera había realmente pensado en la pregunta, la había formulado sin pensar y al notarlo hizo un ademán como queriendo restarle importancia –Quiero decir… Quería agradecerle – Dios, aquello no iba bien, no había lógica en esas palabras -… El haberme recibido hoy –Dijo como para terminar, pero su voz vaciló apenas notoriamente. Pasó duro decidiendo callarse y no decir algún sinsentido más.
Junno Kimura- Hechicero Clase Media
- Mensajes : 542
Fecha de inscripción : 22/03/2011
DATOS DEL PERSONAJE
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