Fun pour deux? (Libre)

Eran cerca de las 8 de la noche para cuando llegue a los cimientos del circo jamas en mi vida había pisado un lugar tan desbordante de colores y música, el lugar era bastante extenso y la gran carpa que indicapa la entrada era por si sola lo suficientemente impactante para que alguien como yo se maravillara de tanta grandesa, justo en la entrada había un hombresillo con un traje de rojo brillante y sombrero de plumas quien anunciaba que el circo estaba abierto, "Vean ala maravillosa mujer que habla con las serpientes, al hombre mas fuerte del mundo quien es capaz de levantar 100 kilos con una sola mano, la mujer barbona, el chico traga fuego, ..." sus gritos eran estridentes pero notaban cierta forma jocosa al presentar a sus camaradas,  estaba demasiado maravillada por ver tanto esplendor delante mio y la verdad esperaba poder tener tiempo de disfruarlo como cualquier persona, lo primero que me preocupo fue el incomodo momento de ver que cobraban la entrada, no se que había pasado por mi cabeza al pensar siquiera que sería gratis, pero obviamente las personas que estaban ahí vivian de eso así como yo de arreglar prendas, lo que me recordo que los dos francos que llevaba en el bolsillo era todo lo que tenía para vivir de momento, después de la Madam me dejara a mi suerte.

Me quede adsorta frente ala entrada esperando y admirando alas personas que pasaban de un lado a otro, me maravillaron los gitanos, alos que encontraba increiblemente hermosos en sus trajes coloridos y escandalosamente alegres, incluso había damas de sociedad que se paseaban del brazo de caballeros elegantes y apuestos custodios, familias que portaban sonrisas incandecentes ante la algarabia de los bufones, si, me dio un ataque de panico el saber que estaba sola. Mire mis manos y mi vertido de algodon azul, incluso el color en el parecia apagado trizte, demotivado así como mi propia alma se sentia quebrada y adolorida, cansada sin ganas de continuar había una voz dentro mio que me decia " no te rindas " " no te dejes caer " tome suficiente aíre para que  mis pulmones se llenaran de aire limpio y recuperar algo de fuerza, de ganas no quería volverme una persona pesimista y que todo el tiempo estuviera triste y sin motivo, quería vivir, deseaba vivir.


Baje la mirada y meti mi mano dentro del bolsillo para sentir esos dos francos en la palma, era lo unico que tenía de momento y posiblemente sería mi pase a una noche de diversión, luego podría dejar que las preocupaciones de la vida me golpearan como quisieran, así que con los francos en la mano me acerque invadida por una ola de adrenalina culposa, y pague mi peaje a una tierra de ensueño, al menos eso fue lo que dijo el homobre de estatura minuscula quien se cobro " Pasé Mademoiselle" Indico con aquel tono juviloso que me contagio, al entrar ala carpa el flujo de la gente me llevo ala salida donde pude apreciar tantos colores y olores que me llenaron como nunca antes, sentí como me contagiaban de toda aquella alegria y me vi corriendo por todos lados hasta que sin querer y debido a mi falta de cuidado choque con una persona.

-OH lo siento mucho, excusez-moi

Me había quedado como tonta mirando a la persona delante mio, era particularmente inquietante su mirada penetrante y dominante al mismo tiempo, su porte orgulloso y varonil incluso la forma en que me miro me daba la sensación de que estaba esperando algo de mi, retrocedi dos pasos mientras retiraba mis manos de su cuerpo, había detenido mi choque con mis manos quienes estaban en su brazo, se me hizo fuerte y firme y al mirarlo de cerca la piel se me puso de gallina. Me había topado con un hermoso caballero de porte galante, incluso alguien como yo se podía dar cuenta de la diferencia de status en la forma de vestir, así que hice una reverencia incliando mi cuerpo y sosteniendo mi falta a los lados ligeramente para que fuera una disculpa y saludo al mismo tiempo, nadie diria que era una mal educada, ante todo.

-Disculpeme, iba distraida, lo siento mucho- Dije con torpeza mientras desviaba la mirada debo decir que el encuentro con su mirada lo senti, no se de que manera lo senti que parecía tener un millon de personas mirandome, por lo que me puse nerviosa e instintivamente tome un pliegue mi vestido y comenze a torcerlo mientras sentia como mi corazon se alucaba y comenzaba a latir mas deprisa, "silencio" le sentencie pero no me hizo caso, cada que miraba de nuevo al caballero se alborotaba más.

Me quede quieta tratando de entender por que la presencia de este individuo me paralizaba de tal forma, levante la vista otra vez y entonces lo supe.

-¿Lo conozco ?

Entonces trate de reconocerlo, estaba segura que había visto a ese hombre en algún lugar pero mi mente estaba en blanco, posiblemente había sido un cliente de la Madam donde trabaje, o posiblemente lo conocia de antes condieso que había algo atrayente en él, ¿sería esa extraña forma en que me miraba? o ¿Así miraba a todo el mundo? sentí que debía saberlo, que debía saber quien era ese hombre y por que sentía que lo conocía. Cerre los ojos y una imagen repentina se clavo en mi, eran sus ojos, sus labios, definitivamente eran sus labios los que se acercaban pelogrosamente hacía mi fue cuando mis piernas temblaron y retrocedi.

-Disculpe mi atrevimiento, con permiso.

Me había retirado de una manera grosera o eso supuse después de que avance para sentarme en las gradas, había reaccionado de manera un tanto tonta así me sentía en ese momento así que al ver por sobre mi hombro y verlo nuevamente me sentí mal, ¿por que había reaccionado así ? ni soguiera yo lo sabía y era desastroso, por ello en ese momento perdí interes en la función me retire a un costado donde vi que había un pasillo libre para salir, solo que cuando llegue ahí me di cuenta de que era un pasillo utilizado para las personas que arman y desaman las escenografias.

Fue cuando paso, había eschado mi nombre y me hizo girar sobre mis talones y juro por Dios que me ve que me sentí tan agradecida que fuera el mismo caballero de antes, había sierto misterio en el tono peculiar de voz que usaba y lo hacía mas interesante, estremecedor era eso lo que sentía cuando escuche mi nombre en sus labios, por ello mi corazón comenzo a latir deprisa, otra vez, por lo que lleve mis manos a mi pecho, tonta yo como si esto pudiera de alguna forma detener los locos latidos de mi corazón inquieto.

-No se preocupe, no quería incomodarlo

Sentí como los colores se me subian al rostro al verlo acercarse, por lo que desvie la vista apenada, su particular forma de mirar y el extraño y hermoso color de sus ojos me gustaba, pero me inquietaba el mismo tiempo, no sabía bien si irme o quedarme a mirarlo. Justo cuando mi mente vagabundeaba en esos pensamientos hablo de mi familia y el que los trayera ala platica me saco una sonrisa del rostro.

-Oh ¿Los recuerda? mi señor me enviaron sola a París, para aprender.

Le dije un poco mas relajada incluso creo que me había acercado un par de pasos a el para decirle en confidencia mi respuesta, el hecho que me hiciera recordar a mi familia me hizo confiar en él, y aunque no lo recordaba, al menos no del todo, el que conociera a mis padres me decía que era alguien de fiar.

-Lo siento, monsieur no lo recuerdo, y me disculpo por eso. Mis padres siempre han sido muy buenos en su trabajo, me envieron para que aprendiera el oficio de mi madre, quiere que me "actualize" si se le puede decir así.

Pude platicar con él sobre mi familia, de manera natural, entonces pude ser capas de verlo detenidamente, su piel blanca como la cera suave ( se veía suave) su porte de caballero poderoso, su lustroso cabello y esos increibles ojos que me causaban escalosfrios y me gustaban tanto, había algo hechizante en ellos.

-Me temo que hice se perdiera la funcion monsieur

Había esperado a que terminara de hablar pues tenía una voz tan encantadora que parecia sacada de un cuento, sonreí ante la mención de mis padres ya que era algo que siempre me levantaba el animo, evocar su recuerdo me hacía mas segura de mi misma.

-Es usted muy amable, le dire que vos en mi proxima correspondencia mosieur .

Ah el tema del trabajo había sido algo que hubiera preferido no ahondar pero por extraño que paresca la respuesta salio sin meditarla me atrevo a decir que hasta impertiente.

-No, de momento la madam donde trabajaba me dio las gracias, desde mañana buscare otra fuente de empleo.

Y así lo dije sin pensar, no es mi costumbre andar divulgando mis problemas existenciales a personas que apenas si conosco pero había sido algo que me pillo desprevenida para cuando me di cuenta de mi falta de tacto ha lo había dicho, y no había forma de disfrazar tan horrible error.

-Usted disculpara, no claro que no, usted es muy agradable monsieur Julien claro que me gustaría.

Su invitación fue algo encantador, por loque no pude negarme, me simpatizaba mucho además de que era agradable tener cerca auna persona que conocia a mis padres, ami familia era como si un pedazo de ellos estuviera conmigo, como si ellos me lo invieran como salvador. Le sonreí mientras inclinaba la cabeza como signo de conformidad.

El tomar su brazo para ser guiada como si de una gran dama se tratara le hacía sentir en las nubes había algo en Julien que le atraía bastante y al mismo tiempo sus sentidos parecían gritar de atracción o miedo no estaba segura del todo, pero al encontrarse con aquella mirada olvidaba cualquier posible miedo que embargara su ser y se dejaba llevar.

El hecho que hablara tan bien de su familia y que los recordara hacía que esa familiaridad con que había llegado a su vida parecíera que no era un desconocido, todo lo contrario podían ser las palabras dichas las que la hacian reaccionar tan sumisa pero aquellos tratos tan gentiles, e incluso el hecho que mencionara que su presencia había hecho falta en la mansión le hizo colorear las mejillas en un rojo intenso.

Con cierta seguridad camino a su lado envuelta en el mas dulce de los engaños y asi como la mariposa se deja llevar por el has de luz que se cruza en su camino hací ella se sentía atraída por aquel vampiro.

-Si, afortunadamente tienen mucho trabajo, mi hermano posiblemente venga dentro de algunos meses a París para visitarme, se que le alegrara verlo. - La chica era demasiado inocente al pensar que su hermano un chico sobreprotector y leal a sus principios la dejaría en las garras del depredador, si tan solo ella recordara...

-Monsieur, disculpe que le pregunte, pero esta casado ?

Su pregunta había sido formulado mientras miraba a las distintas parejas que como ellos caminaban tomados del brazo, algunos con un aire romantico que los delataba, otros parecían disfrutar de una velada agradable en compañia de la familia, pocos , realmente pocos estaban solos, incluso la jovencita que en la esquina vendía flores con un canasto algo viejo, Cristin sintió curiosidad, una curiosiadad por la memoria que parecía distorcionada en su cabeza, entonces lo reintegraria todo hasta donde aquel caballero quisiera contarle para hacerle recordar.

Cristin había pensado que algo debía estar mal en las mujeres parisinas al no fijarse en alguien como él pese a que daba algo de escalofríos cuando te miraba fijamente era agradable de una forma malsana era apuesto y por lo visto era alguien muy culto su madre siempre le dijo que era el tipo de hombre perfecto su físico contrarrestaba con su forma de ser al menos esa había sido la primera impresión cuando le vio ya que al ir platicando con él se dio cuenta de que era un caballero, puesto que en su interior algo gritaba "VETE" suponía que era una voz que se tomaba el privilegio de conciencia además de que siempre había sido muy sobreprotegida el hecho de hablar con alguien a quien ella no recordaba era lo que activaba esa voz, al menos eso pensaba ella, era una lucha exquisita en su interior puesto que aquel hombre de porte gallardo y mirada penetrante hacía que con solo verle tu instinto o mejor dicho tus deseos fueran mandados al diablo.

-Gracias- contesto como acrecimiento y tomo las flores que le eran regaladas con una sonrisa encantadora, tal gesto había hecho que su corazón se inundara de alegría y esperanza pensó nuevamente que en realidad había que sentir tristeza por esas mujeres, se ha firmo más a su brazo, pero en una nueva pregunta sus mejillas volvieron a encender hasta casi arrebatarle el color natural de su piel lechosa ella nunca se había planteado tal posibilidad siempre o por lo general casi siempre había pensado en trabajar y esperar la carta que le devolviera a su antiguo hogar.

-No para nada, creo que no me eh topado con alguien que alague a mi corazón de tal manera. -Desvió la mirada se sentía ligeramente intimidada por pasear con un hombre, pensó en las vicisitudes que tendría que atravesar, solo y enfermo, se relamió los labios mientras pensaba las palabras justas para aliviar un poco el corazón de su ahora amigo por su forma de ser no podía evitar preocuparse por él y sentir afecto por todo lo acontecido, era alguien que había estado en su vida mucho antes de ella llegar a Paris eso lo hacía alguien que merecía su afecto y por lógica su preocupación.

Pero antes de que pudiera decir palabra el olor penetrante de creciendo horneado y el café inundaron sus sentidos, tenía hambre, era verdad, pero no podía seguir jugando con la compañía de tal caballero, por lo que sonrió mientras trataba de cerrar los ojos y ser indiferente ante tal arrebato de hambruna. Entonces quiso insistir a su cerebro que maquilara una frase solo una frase para hacer sentir bien a Julien, así como él lo había hecho con ella.

Cristin bajo la mirada, tímida, ya que ese sentimiento de congoja que sentía por su trabajo había desaparecido, se sintió dichosa por estar ahí con aquel caballero y sobre todo por la grata velada de la que no se sentía merecedora, miro las flores y las apretó con cariño contra su pecho mientras asentía, si, había que dar gracias por estar disponible para el destino.

-Es una bella forma de verlo, vais por ahí inconsciente de lo que el destino tenga preparado, y bueno, siempre hay algo escondido ¿no?

Era casi inocente la forma en que se refería a él, pero le gustaba ser la acompañante de tan grato hombre, pese a que sus miedos se iban evaporando poco a poco, ella se negaba a mirarlo a los ojos, no por insolencia sino todo lo contrario, tenía cierta vergüenza de ser consciente de que era alguien demasiado hermoso, tanto su plática como su presencia.

Se quedó perpleja mirando sus manos y luego hacia Julien, no había notado la forma intensa con la que le miraba, se estremeció tanto por las palabras dichas por él y por la acción, eran hermosas palabras a las cuales no sabía muy bien cómo reaccionar, su familia se las decía, pero tenía un significado diferente viniendo de alguien ajeno a ella, ¿verdad? sonrió más tímida que antes y el color en sus mejillas ya parecía forjar un lazo a cada reacción que tenía con el vampiro.

-Oh, es muy amable, pero no creo serlo del todo - Había dicho eso para restar importancia, pues en realidad, no se sabía hermosa, había tenido el gusto de conocer gente realmente bella, tales como el mismo Julien quien por alguna razón desde la última vez que había visto sus ojos le parecían cada vez más encantadores, por lo que solía desviar de manera inconsciente sus ojos hasta los de él. Se dejó guiar dentro del lugar, trato de ver curiosa puesto que jamás había estado en un lugar así, al tomar asiento y ordenar, Cristin estaba claramente embelesada, incluso había olvidado su pequeño padecimiento por lo que el comentario de Julien le dejo un tanto tonta por un breve momento, bajo la mirada y haciendo uso de su mente, recordó, ella necesitaba el trabajo con urgencia, en verdad lo necesitaba a últimas cuentas lo que menos importaba era haciendo que, claro que ella tomaba esto como ser una sirvienta, limpiar, lavar, no le importaba, incluso podría trabajar en el campo si era necesario y teniendo a alguien como ese caballero de patrón no le veía problema, sus padres lo conocían y sabía, era buena persona por como la trataba, no como la mujer con la que había trabajado, en casi nada.

Tomo su tiempo bajo la mirada nuevamente a las flores que yacían en la mesa y sonrió con el encanto natural que da la felicidad. - Me sentiría muy honrada si usted me contrata, seré muy buena, usted solo dígame que tengo que hacer y le aseguro que no se arrepentirá. - su voz salió teñida con la juventud que irradiaba en ese momento, incluso había gratitud ni una pizca de miedo, ya no.

Julien ~: