Claro de luna // Libre

por **Violette Duges** Mar Mar 15, 2016 10:41 pm

Claro de luna.
20:00 horas
Burdel

La luna apenas si se contempla en la negrura de la noche, aquél manto que ya cubre París, tiene una pequeña invitada, que parece les sonríe a los habitantes de aquella ciudad tan enorme. Hombres y mujeres comienzan el descenso hacia sus habitaciones, ya están por terminar el día, pero aquél astro se ríe de ellos, porque para muchos apenas el día está comenzando. Ese es el caso de Violette. Tiene despierta apenas un par de horas, ya se encuentra en el burdel, está reposando en uno de los sillones, mientras viste una bata ligera de seda color celeste. se alcanzan a ver sus kilométricas piernas, luciendo una piel tersa como un durazno.

Lleva el cabello recogido en un moño alto que adorna su cabeza, sus mejillas apenas tienen un poco de colorete, apenas si sus labios se ven iluminados por un ligero toque de color carmín y sus ojos expresan la sensualidad que hay en ella, está esperando que el lugar termine de estar listo para bajar. Sabe que muchos sólo la están esperando para ir a su encuentro, pero que no todos tendrán la dicha de poder compartir aunque sea unos minutos de aquella noche que hasta el momento luce prometedora.

Cuando le dicen que ya es hora, se coloca los zapatos con un tacón mediano, es suficientemente alta, sólo necesita estilizar su figura. Quita la bata, dejando a la vista la lencería que ha escogido para esa noche, deja ver su piel, cada una de sus curvas se ven perfectamente enmarcadas por la diminuta ropa, que deja a la imaginación lo necesario. Pasa a dejar poner un vestido que cubre todo aquello, se mira en el espejo, la falda le llega un poco arriba de la rodilla y el escote es suficiente como para mostrar lo necesario. Un accesorio, se pone un collar diminuto, con un dije de un infinito.

Un par de toques al perfume, para dejar su piel perfecta. Cuando ha llegado la hora sale del cuarto y baja al encuentro de las miradas, sabe cuando ha captado una nueva mientras ella simplemente se dedica a caminar entre la gente, está analizando qué es lo que hará, a quién escogerá primero o quién será el primero que se atreva a tomarla a ella para que sea su acompañante. Todo puede pasar y eso le agrada a Violette.

por **Isak & Tara Mirković** Dom Mar 20, 2016 4:04 pm

La amargura y el orgullo son hermanos gemelos; el mal humor y la irritabilidad son sus inseparables acompañantes.

La humanidad se ha envuelto en el orgullo como se envuelve las manos de las jovencitas y sus guantes de seda a la hora de una fiesta engalanada solo para presumir sus largas colas de tela de horribles colores vivos, como si fuera lo más importante ¡qué tontos!

La noche llega cual rauda y veloz compañera en una danza tortuosa, el juego del bien y el mal se vuelve a entablar, pero esta vez con cada aliado de su parte, el diablo con sus hijos y Dios con sus “enviados” pero hay un lado que juega a los dos bandos solo por algo llamado el “orgullo” algo que los mueve como seres de “sangre familiar” con promesas de costumbres y tradiciones muertas, así esta una mujer de cabellos negros como la noche y con ondulaciones al final que muestran una vida dura y torcida a su manera, sus ropas no son como las damas corrientes de la ciudad, va con pantalones ajustados negros, una peasant blouse blanca con mangas largas, un corsé negro que hace que se ajuste la blusa a su cuerpo y ciñe su figura a tono negro igualmente, botines negros y por supuesto sus armas colgando de su cadera una espada de plata pura y un arma de fuego además de llevar dagas en su botas; mientras que el otro integrante solo lleva ropas oscuras como el alma, pantalón, camisa y la americana, botas negras y con las armas al hombro.

La luna llena está en lo más alto y pocas nubes le rodean, la iluminación es de ayuda para aquella noche pero no para ellos que solo se miran; el callejón que debe servirles como sombra para cubrirse no les permite ello por la claridad de la noche, más la cacería se llevaría a cabo ahí aunque sea lo último que hagan, el objetivo cada noche paseaba por esa zona así que por treinta mil libras esterlinas valía la pena, los hermanos se alistan para interrumpir en el burdel y hacer su número de siempre, Isak con más armas que nunca pero Tara solo con su espada y su revólver.

Ingresan al Burdel como dos clientes más, observando con atención y cuidado a la victima de aquella noche, ambos saben lo que tienen que hacer y por ello Isak decide acercarse a la barra esperando alguna señal mientras que Tara va como si nada a una de las mesas del fondo oculta un poco, mirando al a puerta y en otras ocasiones a las habitaciones, buscaban a aquel hombre que hiciera gala de un anillo de oro con dos rubíes rojos en los ojos de la serpiente esmeralda. Solo tenían que aguardar y esperar el movimiento del hombre que ahora veían llegar con gran imponencia a comprar a cualquier mujer para su diversión, y por qué no, para lucir su dinero mal habido lleno de sangre de inocentes, era un cerdo que merecía la muerte y ellos iban a dárselo, ahora la duda era ¿cómo hacer para acercarse?.

La respuesta llegó a Tara cuando esta observó a una mujer exótica de piel y rasgos muy llamativos, con un gesto avisó a su hermano que se acercar a la mujer. Los pasos no se hicieron esperar, en un momento estaba frente a la mujer antes que otros de adelante –Creo que he encontrado la compañía para toda la noche y parte del día–, si es que gusta la dama claro está sonríe extendiendo la mano para tomar la de la joven, aun con la mirada de odio y celos que recibe de los otros hombres que solo rezan para que la morocha no acepte.

Su hermana bebe mirándolos, sonriendo por la galantería barata, como llama, de su hermano.

por **Violette Duges** Dom Mar 27, 2016 11:27 pm

Claro de luna.
20:00 horas
Burdel

Las mujeres se apresuran para agradar a cualquiera de ahí, aunque hay otras que se quedan rezagadas, no es que a todas les guste esa vida o es lo que dicen ellas, no les agrada vivir así, pero ahí siguen. Violette siempre ha pensado que puedes hacer lo que quieras, que nadie te obliga, si quieren buena vida, terminarán por abrir las piernas, ya sea porque terminen de llamarlo "marido" pero al final se venderán como carne fresca al mejor postor, unas sólo lo hacen con uno, unas con mucho, pero al final el resultado es casi el mismo. Tal vez es así o quizá que la morena es demasiado pesimista con lo que sucede en la vida, pero así son las cosas.

Observa al hombre que le habla y apenas si muestra una leve sonrisa, analizando si de verdad quiere estar con él, no es que tenga muchas opciones en realidad, pero vale, parece guapo, quizá pueda haber una buena noche que espere a Violette y le sorprenda, aunque no recuerda haberle visto antes. -Toda la noche y parte del día.- Repite dando un paso hacia él, nadie había llamado su atención hasta el momento, pero es notorio como los ojos ajenos les miran con suma curiosidad, aquello hace que Violette deje un beso sobre la mejilla ajena. -Si el caballero pagará porque le acompañe yo no tengo ningún problema, después de todo para eso estoy aquí, para complacerle y acompañarle sin duda alguna, sólo debe pedirlo y como genio de lámpara maravillosa haré que sus deseos se cumplan.- Muestra una sonrisa candorosa que llega hasta sus ojos, iluminando los mismos.

No le molesta en absoluto que sea él quien se la lleve toda la noche, por ella mejor, ya ha dejado claro cual es el requisito y lo que obtendrá a cambio, si paga los francos necesarios Vio puede hacer maravillas porque aquella noche de verdad sea algo inolvidable para el castaño, supone que es fácil, no exige tantos requisitos, tal vez por tratarse de él, tal vez porque está guapo, tal vez porque no quiere quedarse ahí un rato más viendo a gente caer fulminada por el alcohol.

por **Isak & Tara Mirković** Miér Abr 20, 2016 8:06 pm

Y entonces todo había caído por su propio peso, las miradas cruzadas entre los hermanos que buscaban la discreción del momento para poder llevar a cabo el resto de lo que se consideraría como un plan, aunque tenía un punto muerto o fallido en cuanto a la herramienta para llamar la atención.

Tara pidió a una de las meseras un trago fuerte mientras dejaba que sus manos tocasen las ajenas para despistar las miradas de los bebedores empedernidos que en ese momento desviaron sus ojos a otro lado pues no era más que otra que buscaba lo mismo en las manos de aquellas servidoras del placer nocturno; dejando a su hermano continuar con la morena exótica.

Ahí iba Isak en su actuación más espectacular de un cliente habitual y regular. Una actuación que caía en la realidad, porque ese mundo oscuro era más que conocido por él y quizás por ello se atrevió a tomar de la cintura a la morocha atrayéndola contra su cuerpo sonriéndole de aquella manera pícara y sínica como quien va a robar un beso en cualquier momento pero solo se limitó a acercar sus labios al cuello de la mujer olfateando su aroma, rozando la nariz por aquella piel expuesta ascendiendo hasta la parte de su oído –Lo que sea por unos francos y dime ¿Cuánto es? Para saber si se ajusta a lo que realmente deseo de esta noche y día para ti y para mí, oh, créeme no te arrepentirás tendrás mucha acción muñeca– chasquea los dedos mirando a su hermana coquetear y pasarse las manos con la mesera sonriendo más por esa escena.

Deja un beso en la curva del cuello de la mujer esperando a saber la tarifa para poder doblarla en aquella noche, o si le hará descuento por su cara bonita, aunque cuando se enteré al final la razón quizás quiera cruzarle varias veces aquel rostro.

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