Fabienne de Borbón

Es muy difícil definir con exactitud la personalidad de Fabienne. Es una mujer que muestra la educación y refinamiento que se le enseño desde su niñez. Puede estar alegre, enfadada, triste, frustrada, emocionada, pero cuesta mucho que logre mostrarlo a los demás, siempre trata de evitar expresar sus sentimientos, aunque no siempre le da resultado. Fabienne tiene muy buen corazón, aunque no le gusta que todos sepan eso, por temor a quieran aprovecharse. Le gusta luchar contra lo que es injusto, aunque siempre lo hace de una forma “anónima” por llamarle de algún nombre.
Algo que no todo el mundo sabe, es que hay dos caras de Fabienne, aunque ninguna de las dos malas. Por una parte está la chica de clase alta, que hace todo lo que sus padres anden, y siempre queriendo hacerlos orgullosos, la que muestra todo el refinamiento que una mujer de su estatus social debe saber. Esa, se podría decir, es su máscara. La verdadera Fabienne es esa a la cual le gusta salir al mundo, lejos de toda regla de protocolo, lejos de la clase alta, y cerca de aquellos que siente que la necesitan. Le gusta ayudar a los que no tienen nada, a los que deben luchar día y noche por un trozo de pan. Claro que por temor a que no la traten como a un igual, oculta su verdadera identidad.

Nació en el ceno de una de las familias más poderosas e influyentes de Francia. Hija de un matrimonio muy conservador y hermana menor de tres hombres, todos muy diferentes entre sí. Al ser la menor y única mujer, desde siempre fue muy consentida y mimada por todos. Cuando era pequeña amaba esa atención, pero a medida que fue creciendo, fue cambiando un poco su forma de ser, ya no le gustaba que la mimaran, ni que la consintieran en todo. Ella misma dejó de pedir cosas materiales que no necesitara. La razón de todo eso, es que, cuando era pequeña, era amiga de la hija de una de las sirvientas de su madre. La niña murió a manos de un ladrón. Jamás le explicaron bien a Fabienne que había pasado, hasta que un día se enteró de que el ladrón que mató a su amiga, lo hizo por comida. Una tarde, la niña y su madre iban juntas caminando por el mercado, la pequeña llevaba una bolsa con algo de comida, y un hombre hambriento fue e intentó quitársela, pero en el momento en que la madre quiso luchar, el hombre sacó un cuchillo, pero en vez de darle a la mujer, le dio a la niña, quien estaba en medio de los dos. Fue así como su amiga murió, y Fabienne tiempo después lo supo.
Desde entonces comenzó a darse cuenta de cómo era la vida real, que ella siempre había vivido en una burbuja donde todo era color de rosas, mientras el mundo de afuera se despedazaba con tanta pobreza y muerte. Supo que era un mundo donde había gente muy rica, capaz de alimentar a un país entero, y que había muchas muertes de personas que no tenían ni para una migaja de pan. Darse cuenta de cuál era el mundo real, fue cambiando un poco su pensar, se dio cuenta de que había mucha gente que necesitaba ayuda y alguien que los sacara de la miseria, o al menos que les ayudara a tratar de levantarse.
Así fue creciendo, siempre pensando en dar un poco de ayuda a quienes lo necesitaran. Fue así como, apenas con 15 años, comenzó a escapar de su casa cuando no había gente vigilándola, dejando de ser una Borbón, solo para ser Fabienne, una chica normal, sin riquezas ni vida de princesa. Ocultaba a todos los que conocía, el quien era ella, siempre se presentaba solo con su nombre, jamás su apellido. Así, iba ayudando a personas, sin dejar que se enteraran de que ella era quien lo hacía. Dejaba comida para aquellos que sentían la necesidad de robar por un poco, haciendo así que los ladrones tomaran otra opción, la de aceptar la ayuda anónima que les daban, y no robar. Regalaba ropa, dinero, comida y todo lo que estuviera a su alcance y que otros necesitaran. Eso durante años. Sus padres jamás supieron nada, por otro lado, si sus hermanos, quienes hicieron como si no supieran nadan, solo para no meterla en problemas a ella.
Fue haciendo amistad con gitanos, con gente de la clase baja, con brujos, en fin, solía relacionarse con todo aquellos a los que sus padres no hubieran aprobado, incluso de ladrones se hizo amiga, al conocerlos mejor, y darse cuenta que la mayoría robaba por desesperación, porque estaban muriendo de hambre y ese era el único camino que les dejaban. Claro que también trataba de evitar a aquellos que no tenían buen corazón, aquellos que mataban y hacían mal solo por diversión.
Al pasar de los años, cuando ella tenía 17 años, conoció a alguien que realmente tocaría fuerte en su vida y en su corazón, Alejandro Moldoveanu, un chico un par de años mayor que ella, rumano, perteneciente a la clase media. Las circunstancias en las que se conocieron fueron muy peculiar, y desde ese momento, la amistad y el cariño que se formó entre ellos, fue único, y hermoso. Ella se fue enamorando de él y sabía que era mutuo. Fue a la primera y única persona, que le revelo quien era, y que cada tarde salía escondida de sus padres, solo para ser Fabienne, una chica sin dinero ni riquezas, le dijo que pertenecía a los Borbón, cosa que sorprendió un poco a Alejandro, pero que no le importó, porque la amaba, se amaban, y eso era lo más importante.
Una tarde, al volver a casa, su madre le dijo que le tenían una sorpresa, ella no sabía de que se trataba, hasta que vio a su padre, entrar al salón donde ella estaba, acompañado de un hombre que hacia un tiempo había querido cortejarla, y ella lo había evitado. Su padre le informó, sin preguntarle si quiera si era lo que ella quería, que había acordado un compromiso entre ella y este hombre. Por más que hablo y suplico a sus padres, ellos no aceptaron romper el compromiso que ya habían planeado. Quiso contarle a Alejando lo que sucedía, quizá él pudiera ayudarla, escapar juntos, lo que sea, solo que no se esperaba lo que venía.
Cuando quiso salir de casa para ir con su amado, se encontró de frente con su “prometido”, Jean, quien le dijo que hacía tiempo le seguía los pasos, por lo que sabía de su doble vida y sabia de su amigo Alejandro. Jean le dijo que era solo cosa de verlos juntos, para saber que estaban enamorados, y que él eso no lo permitiría. Le ordenó que se alejara de Alejandro, o lo próximo que vería, sería su cadáver junto con su familia. Fabienne sabia de lo que este hombre era capaz, por lo que no pudo aguantar la idea de que Alejandro y su familia murieran por su culpa, por lo que se vio obligada a alejarse de él.
Cuando se disponía a hacerlo, Alejandro al fin le pidió que fuera su pareja, y Fabienne, con el corazón completamente destrozado, tuvo que fingir indignación, humillarlo y decirle cosas que sabía le afectarían a él, solo así podría mantenerlo lejos de ella, solo así podría mantenerlo a salvo. Su amor era un precio por la vida de Alejandro.
Fue así como pasaron algunos años, en los que ella perdió total contacto con él, no volvieron a verse desde esa tarde. Años en los que el recuerdo de Alejandro la destruía enormemente. Jean seguía amenazándola cada vez que ella no quería hacerle caso. Una tarde, en que ella se negó a darle lo único que le quedaba, su virginidad, él dijo que mataría a Alejandro, que él siempre lo tenía vigilado, y que son solo una orden que él diera, lo matarían, y que así lo haría, porque ya estaba cansado. Fabienne en un acto de desesperación, al darse cuenta que Jean cumpliría su amenaza, lo engañó, le hizo creer que se acostaría con él, y cuando menos se lo esperaba, le enterró un puñal por la espalda.
Jean murió, y a pesar de saber que Alejandro estaría a salvo, estaba aterrada y destruida por haber manchado sus manos con la sangre de otro, por haber jugado a ser dios, y quitarle la vida a un hombre. Fue uno de sus amigos quien le ayudo a ocultar el cuerpo y hacer como si hubiera muerto asaltado, quedando así ella libre de acusaciones. Jamás quiso buscar a Alejandro, porque sabía que lo había perdido, y que verlo solo le haría daño a ella y a él.
A la edad de 23 años, aún sigue con esa doble vida, mostrándose ante los pobres, solo como Fabienne, y ayudando en todo lo que le sea posible, mostrándose feliz ante todos, aunque jamás dejando que nadie entre en su corazón, por temor a perderlos al igual como perdió al único y gran amor de su vida, Alejandro.