Un baile más [libre]

por **Judith Velázquez** Dom Mar 27, 2016 7:54 pm

Para Aileen no habría vuelta atrás. Ella se enfrascaría en una aventura mucho peor y en la que desde luego, podría salir mal parada. Pero estaba a salvo de aquellas personas que en un entonces quisieron lastimarla más de la cuenta. Deteniéndose a pensar en lo que pasaba entre todas las pocas personas que en su vida a conocido debido a lo poco que salió de la torre en la que estaba antes encerrada, llego a la conclusión que no sabía nada de nadie por ciencia cierta o si eran de fiar. Solo sabía que en entonces, ahora mismo no podría detenerse, no. Tenía que seguir corriendo en busca de algún refugio hasta que una muchacha que vivía sola la dejo entrar a cambio de un poco de compañía.

Aileen acostumbrada a su antigua vida, acepto el precio y lo que descubrió es que era un cierto tipo de compañía el que quería la mujer. Supuestamente la mujer quería calentar la cama por las noches, pero eso le parecía bien a Aileen, pero no se esperaba que en cada esquina de aquella preciosa pequeña casa le metiera mano cada dos por tres o le soltara un elogio subido de tono delante de las amigas de aquella joven. Para opinión de Aileen era una joven mimada y que se aprovechaba de ella pero tenía un techo temporal.

Para la sorpresa de Aileen, aquella joven era una presa de una persona que conocía a la perfección. Aquel brujo que la libero de del yugo de aquellas cadenas, simplemente estaba anonadada. Después de varias disputas en un estudio decorado y simplista, Aileen acepto medianamente obligada a permanecer allí, en esa pequeña casa hasta que aquel brujo le permitiera irse realmente.

Cuanto deseaba ser libre. Cuando deseaba ser su propia dueña. Lo único que tenía en mente era volver con alguien en quien poder confiar en plenitud, no estar con alguien que la maneja a su propio antojo, simplemente porque era guapa e inocente, pero no sabía cómo hacer para ser más mala, más cruel. Su parte inocente siempre salía a la luz. Como deseaba volver a ver a Pierre. Como deseaba estar con alguien que la quisiera por como era, por las cosas que hubieran pasado si Pierre siguiera con vida. Pensandolo del todo, estaba preocupada por no volver a saber que era ser libre. No sabia los planes del brujo, no sabia que o como iba a ser su futuro. Pretendiendo actuar como si todo fuera bien, solamente suspiraba en el interior de la sala de estar, observando una calle sin muchas personas a través de las ventanas. Ahora vestia un vestido sencillo blanco y marron oscuro cubierto por todo su figura ocultando los moratones de su antiguo dueño.

¿Que podria hacer ahora?

por **Lian Ravel** Vie Mayo 06, 2016 11:38 pm

Esta vez era mi turno de hacer las compras en el mercado. Si bien era el dueño de mi local, todos teníamos que repartirnos las labores. Tenía en mis manos algunas flores, frutas y la lista de lo demás cuando mi mirada se topa con una cara hermosa y un aura de angustia familiar. Pero, para ser honesto, era la primera vez que veía aquellos indicios en alguien dentro de una casa, lo que llamó aún más mi atención.

Así es como he encontrado a la mayoría de mis empleados, siento en ellos la misma desesperación y soledad que yo alguna vez tuve mientras vagaba por estas calles hace años atrás. Les hablo y les doy la oportunidad de vivir en mi casa. No hago caridad, por supuesto, es un burdel después de todo; aunque también es cierto que no obligo a nadie a trabajar para mi. Me gusta pensar que soy el padre soltero de una gran familia, con mucho, mucho sexo. Aunque también es cierto que no todos se prostituyen, en toda familia necesitamos niños de bien que mantengan el orden, obligándome con una sonrisa a ir por las compras.

Sonreí ante mis ideas y me acerqué a la muchacha en la ventana. No evité usar mi habilidad innata para encandilarla, pero sólo quería que se fijara en mi para poder hablarle sin que saliera corriendo. Todas son como ratoncillos asustados al principio, yo sólo quiero mostrarle una oportunidad y que tome una decisión luego de darle la oportunidad de dormir bajo un techo aunque sea una noche.

Con un gesto suave le ofrezco una rosa. -¿Compartiría una bella dama como usted, un humilde desayuno conmigo?- le sonrío sereno y guardando los espacios para no asustarla.

por **Judith Velázquez** Vie Mayo 27, 2016 9:37 pm

Alterarse no era de extrañar cuando aquel joven le habló, pero del que no huyó. Se le quedo mirando con firmeza de como si pretendiera fundirle con la mirada, pero algo entorpeció su mirada y comenzó a picarle tanto que se lo rasco de lo incomoda que estaba. Suspiro después de que estuviera mas severa, un rubor apareció en el rostro de Aileen – Uhm..-No sabría mucho que decir, estaba prácticamente perpleja, la verdad, ¿Un desayuno con un desconocido? Para que ahora la secuestrara y volviera a vivir de nuevo un episodio similar al de antes de perder a Pierre.

- La mañana es vuestra ¿Por qué desperdiciarlo conmigo o con alguien como yo? –Dijo preguntándose desde la ventana, la rosa que le ofrecía le hizo sonreír – No es por rechazar vuestro gesto de buena fe, pero me temo que reacciono erróneamente frente a las rosas debido a su polen o su esencia que hace que me de reacción alérgica, messie –Dijo educadamente con su acostumbrada dulce voz.

Veia la gente pasar deliberadamente por los adoquines de la calle, ella estaba en el interior de ese estudio que pertenecía a aquella mujer mimada de clase media que se la pasaba burlando continuamente a Aileen sin ni siquiera decencia alguna, una enorme decepción para ella misma, sintiéndose la peor del mundo, pero ¿Este hombre la trataría igual de mal que el resto de las personas con las que ya se ha cruzado en su destino?

Algunas veces prefería estar dormida en un sueño del cual no pudiera despertarse, poder estar con Pierre nuevamente en sus sueños sin que nadie les interrumpiera, sin que nadie pudiera hacerles daño alguno ni por venganza o algún otro tipo de obstáculo entre ambos.

por **Lian Ravel** Vie Mayo 27, 2016 10:54 pm

Pude leer en sus rostro la inseguridad, el miedo, el rencor a la vida que tenía esta pobre muchacha durante los segundos que ella dudaba y apuñalaba con la mirada a este humilde servidor. Esto no hizo sino que quisiera aún más el arrancarle una sonrisa y algunas palabras, quizás como un desafío personal, o bien podría ser por la pereza que me daba el regresar a la casa y ordenar todo para la noche; en mi vida, todo aquello que me diera una distracción aunque fuera pasajera, era agradecido

¿Desperdiciarla? Sería un real desperdicio no pasar la mañana con una bella dama como usted.- le respondo con una sonrisa calmada al ver que la muchacha me responde. Pronto alejo de ella la conflictiva flor. -Lamento su estado, pero por lo menos la rosa cumplió el propósito de hacer nacer una sonrisa en sus labios. Eres una mujer hermosa y como tal deberías sonreír para hacer de este mundo un lugar más agradable. Para eso son las flores y las sonrisas, en mi humilde opinión.- añado para luego reír calmado.

En ese caso, ¿Compartirías conmigo una mañana? podemos ocuparla bien o desperdiciarla, depende de ti.- le di sonriendo e inclinando mi cabeza con respeto. Me encantaría tomar su mano y sentir con mis labios la suavidad de su piel- ¿Qué flor desea entonces que ponga en nuestra mesa de desayuno?- añadí con un tono seductor

por **Judith Velázquez** Lun Jun 27, 2016 9:29 pm

Aileen no pudo evitar mostrar de nuevo otra sonrisa por las palabras otorgadas por la persona ajena. No pudo más que asentir al ofrecimiento del joven que insistía tanto en desayunar con ella – Acepto, pero igual no tengo que ponerme o como mejorar ante su vista…con…estos harapos –encogió los hombros de una manera tímida y despistada, quería desaparecer de la vergüenza que estaba teniendo en ese mismo instante, como el momento de un nuevo rubor a la vuelta de la esquina que se planta sobre las mejillas de la misma, teniendo en cuenta que estaba deseando comer algo consistente.

– Te…me agradaría su compañía, por favor, no más flores – Dijo pues pareció que no la escucho sobre que era alérgica a las flores y que no podía estar cerca de ellas porque después le salían granos y no disponía de la crema de Pierre para tratar dicha reacción.

Aunque no conocía al desconocido acepto su destino de tomarse un café con él. Estaba tan libre que estaba pensando hacer algo que jamás se había planteado hacer en su vida. Podría posiblemente cobrar al joven para así ganar dinero, pero esta vez, ganar dinero con su cuerpo, venderlo al mejor postor durante una noche y así otra y otra, continuamente siendo una prostituta que pudiera hacerse pasar por una buena calientapollas y así gozar bastante al mismo tiempo.

Obviamente no diría nada ahora mismo, no saldría con sus elocuencias ni con sus inquietudes. Tenía hambre, pero cuando se detuvo para observar más detenidamente al joven, ladeo el rostro y solamente suspiro. Tenía un cierto aire a Pierre, su antiguo amor que ya pertenece en el pasado.

por **Lian Ravel** Lun Jul 04, 2016 8:42 pm

No es necesario que critiques tus ropas, ya eres hermosa y estoy seguro que no necesitas nada para deslumbrar en las calles de Pariz. Te prometo además que no soy rey ni conde como para que necesites elaboradas ropas que no harían más que ocultar tu belleza natural.- le digo mirándola con una sonrisa divertida.

La chica se veía complicada, pero por lo menos valerosa ante mi invitación, aquello era sumamente encantador; amo a las personas que te atreven a vivir. ¡Es tan corta la vida! He de disfrutarla con todos mis sentidos. ¿Eso me hace hedonista? Seguramente, pero aún no veo el pecado de disfrutar la dicha de estar presente.

No más flores, sus deseos son órdenes, señorita...- dije con una pequeña risa mientras esperaba a que la mujer saliera a la calle conmigo, o que por lo menos me revelara su nombre. -Pero ¿podría saber la razón? No es que desee inmiscuirme en los detalles personales de una dama, es sólo que la curiosidad es una gran carga sobre mis hombros.- añadí fingiendo sobre actuado una cara de agonía, esperando que mis payasadas sacaran una sonrisa de aquellos labios que pareciera sólo saben suspirar.

En tanto la esperaba me ocupé de mandar a un niño conocido con mis encargos, no quería tener los brazos ocupados en fruta, cuando bien podría tenerlos ocupados en ella. Seguido de esto seguí analizando su situación, quería saber más de aquella muchacha. Aún no estoy seguro si lo hago para tener una mañana distinta o si es que acaso es mi instinto el que me lleva por caminos diversos. Supongo que pronto lo descubriré... Por el momento sólo me queda esperar a que la joven salga de su hogar para así ofrecerle mi brazo con galantería y caminar a su lado.

por **Judith Velázquez** Miér Jul 27, 2016 6:45 pm

Aileen solamemte observaba al extraño desde la ventana baja en la que se habia pasado los últimos momentos hablando con aquel joven - Mmm - Aun dudaba de bajar y pasear con un desconocido, pero le llevaria a desayunar o eso le dijo - ¿Me llevará a desayunar? - preguntó para poder recordar y tener constancia de las palabras ajenas y que no hubiera sido un simple sueño - Tengo algo de hambre en realidad - sonriendole con una sonrisa abierta en la ventana, pero enseguida se puso un bonito vestido y sencillo para poder presentarse en la puerta.

- Aqui estoy - Sonrie aún cual niña inocente que no conoce su destino, la que desconoce las cosas que pasan en el día a día. Una joven la cual esta ligada por lo que digan los demás, una muchacha perdida después de ser atacada brutalmente entre varios acosadores poseedores de su alma. Su vida ahora parecia estar atada a la joven que se metía con ella y que era cercana al brujo que la salvó de sus cadenas de esclavitud.

No sabia en realidad lo que estaba haciendo, normalmente no era tan aventurera yendose con extraños que apenas ha conocido - ..... - Iba a decir algo, pero se calló de inmediato. No dijo nada, enseguida se enmudeció frente al joven que insistia en pasear con ella.

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