Premoniciones - Tau Sayed

por **Shaelle Lyons** Lun Abr 04, 2016 4:27 am

El cielo amanecía nublado, al igual que mi mente, que no dejaba de volar hacia aquellas visiones, aquellas fugaces visiones que me atormentaban. Se trataba siempre de la misma escena, una y otra vez, cada noche desde hacía dos semanas, incluso se me aparecía a mitad del día, dejándome atónita. No sabía muy bien dónde situarlo, pero era un espacio repleto de gentes que al parecer tenían muchos quehaceres, yendo y viniendo de forma caótica.

Y en medio de todo aquel remolino de personas, había un hombre de espaldas. Un hombre alto, de físico dominante (claramente a causa de una vida dedicada a la labor), con sus hombros encajados en una chaqueta larga, y el pelo rubio revuelto de una forma muy poco adecuada, llamando la atención.

Y entonces, por alguna razón, algo importunaba a aquel caballero y su cuerpo hacía el amago de agacharse a recoger lo que fuera aquello. Y así, semi encorvado contra el suelo, la línea de sus hombros me buscó, al igual que su rostro. Y en el preciso instante en el que parecía que iba a revelarme sus facciones, todo se desvanecía, dejándome con la curiosidad retorciéndome el estómago.

Una y otra vez.

Era enloquecedor en ocasiones. No tenía muy claro cuál era el significado de aquellas premoniciones, si serían simbólicas, referentes a algo importante, o simples manifestaciones de mi naturaleza mágica sobre cualquier acontecimiento cotidiano sin importancia, como ya me había ocurrido antes.

Pero la vida seguía. Y como todas las mañanas, me levanté de mi lecho movida por aquella fuerza que me había llevado a superar todos los infortunios de mi existencia. Un café y media hogaza de pan de cereales después, me encontraba cerrando la puerta de mi humilde hogar con una pequeña bolsa de francos entre los pliegues de mi sencillo vestido.

Me alcé la capucha de mi capa color burdeos, cubriéndome los dorados cabellos pero sin taparme el rostro. Un cuarto de hora después, mis pasos firmes recibieron el alboroto del mercado, el cual parecía estar en su punto álgido. Entre ataviadas mujeres y hombres harapientos que se entremezclaban con la multitud, me abrí paso hacia el puesto de fruta.

El tendero, que ya conocía de sobra cuál iba a ser mi pedido, me guiñó un ojo, tendiéndome un saco repleto de manzanas.

-Ahí tienes, Shaelle -sonrió y yo le respondí con el mismo gesto entregándole la suma correspondiente-. Si las manzanas tuvieran patas, huirían todas de ti.

Reí suavemente ante la broma, aunque no estaba realmente de humor, y con un par de palabras más, proseguí entre el popurrí de cuerpos para alcanzar mis compras restantes. Haciendo equilibrio con los brazos para llevar los víveres hacia mi hogar, me deslizaba costosamente entre el caos para salir de allí.

Y entonces ocurrió.

Aquella figura de espaldas recortada entre el barullo apareció frente a mí. Por un instante sentí el miedo recorrer mi cuerpo, creyendo que la visión se estaba desarrollando, dejándome expuesta al gentío. Sin embargo, antes de poder comprobar nada, el saco de manzanas se deslizó torpemente entre el resto de la comida, cayendo al suelo y dejando escapar algunas de ellas.

Una pieza verde que probablemente se le habría colado al vendedor entre las demás rojas rodó golpeando los pies del hombre. Cumpliendo a la perfección con el guión que ya conocía de sobra, se agachó a recogerla y comenzó a girarse hacia mí. Y, por fin, mi intranquilidad se vio saciada al poder admirar un rostro varonil que me observaba con curiosidad.

por **Tau Sayed** Miér Abr 06, 2016 2:41 pm

¡TAU! –Dejó las dos cajas en el lateral de aquel puesto en el que estaba trabajando aquel dia y giró u cabeza hacia el grito de su jefe.-No hace falta gritar René…-Rodó los ojos y sonrió en dirección de la señora que estaba mirando el género y se había asustado por aquel grito.-Perdónele, parece ser que le encanta gritar mi nombre…-La guiño un ojo y la mujer se fue escandalizada y murmurando palabras en francés que Tau no logro entender.-Vaya…-Se despeinó y por fin presto atención a su jefe que tenía en la mano una longaniza.-Debes tener cuidado con lo que piensa la gente de ti…-El hombre se puso rojo de rabia y le lanzó un trozo de queso directo a la cabeza mientras le amenazaba con aquel trozo de carne.-Me hiciste perder un cliente niño…-Tau recogió el queso y le quito la suciedad antes de meterlo en su preciada mochila.-Si, y te hice ganar 5 hace un rato ¿Cuál es el problema?-Elevó una ceja y vio como su jefe murmuraba, como la señora de antes, algo en francés.-No seas maleducado… sabes que estoy aprendiendo francés y tus insultos deberían ser en un idioma en el que yo pueda contestarte.-Se echó a reír ganándose un golpe en la cabeza.-Estúpido… si no fuera porque trabajas bien-Gruño prácticamente aquel corpulento hombre.-Bueno… antes de todo esto, grite porque me apuesto lo que quieras a que se te ha olvidado ir a recoger la carne que te pedí a primera hora, la necesito ahora…- Tau puso una cara de sorpresa, por supuesto a propósito dejando que su jefe se confiase.-Si la consigo en 10 minutos me dejas salir antes? Prometo que lo conseguiré… -el mercader se echo a reir y froto sus manos viéndose ganador.-Tonto Tau-El propio Tau golpeó su frente fingiendo y siguió con aquel teatro sabiendo que estaba tocando con los dedos el librarse de recoger ya que saldría antes.-Esta bien-La sonrisa interna de Tau era demasiado grande.-Si lo consigues en 10 minutos cosa imposible por otra parte, trabajaras toda la semana… gratis.-Tau estiró su mano sin dudarlo y al recibir la contraria por fin dejó salir la sonrisa contenida y vio pasar por los ojos del mercader el entendimiento de aquello.-Antes de que empieces a maldecirme…-Señaló las cajas que antes había puesto a un lado y se cruzó de brazos satisfecho.-Un placer ganarte… de nuevo.-El francés comenzó a gritar de nuevo y Tau estaba seguro que no eran cosas precisamente agradables, pero sinceramente… ese hombre pocas veces decía cosas agradables.

Giró su cuerpo para recoger sus cosas y de paso algo de comida, por supuesto gratis de parte de su gran amigo el perdedor René, cuando algo golpeó sus desgastados zapatos.- ¿Manzana verde?-Era su favorita y no tenía ni idea de cómo había llegado hasta el hasta que observo a una mujer a unos pasos observándole como si hubiera visto un fantasma. Su primer impulso fue mirar a su alrededor por si había algo que había causado tal… perplejidad, pero al ver que solo estaba el entre gente de un lado para otro volvió a observar a aquella muchacha la cual parecía que estaba ¿aterrada? Y con las bolsas totalmente rotas.-Eh…-Agarro unas bolsas de la tienda de René y se acercó a aquella mujer.

Con cada paso que daba se cercioraba de que aquella mujer tenía cara de ángel y también de que tenía un cuerpo demasiado… llamativo, era como polos opuestos que cuadraban perfectamente… no podía mentir y decir que no le había encantado.-Déjame ayudarte…-Empezó a recoger todo en las bolsas nuevas y terminó metiendo la manzana verde encima de las demás.-La verde es mi favorita… cuídala bien.-Bromeó y cargo las bolsas.-Mi nombre es Tau Sayed, tu puedes llamarme… eh…-Frunció el ceño ante la tontería que acababa de decir.-Tau, supongo.-Rio de forma risueña y se quedó esperando el nombre de ella.-La acompaño fuera de este alboroto… además.-Miro hacia su puesto y René le volvió a amenazar con la longaniza-Ya he terminado mi trabajo por hoy.-Clavo sus ojos verdes en los de ella azules y se quedó unos segundos atontado sin saber unir dos frases seguidas…sentía algo, no sabía identificarlo no era lo que había sentido muchos meses atrás, era totalmente distinto, era limpio… suave, agradable y parecía que salía sin esfuerzo no parecía que hablaba de un sentimiento hacia alguien desconocido, ¿verdad? Pero ahí estaba... perdido en un mar dorado.

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