Desbordando una paleta de colores (Privado - Kim)

por **Amelia Evans** Miér Abr 20, 2016 4:57 pm

La velada había finalizado y Rodolfo muy puntual había llegado a recogerme, pero en esta noche fría que casi estaba a punto de terminar abría las puertas a un sin fin de oportunidades. Al aceptar mi invitación la hermosa dama la invite a seguir junto conmigo al carruaje, Este tenia un porte bastante elegante con bordados y decoraciones de la época, los marcos del carruaje por fuera tenían una coloración vino tinta que resaltaba junto con el negro de los caballos, Los cojines por otro lado tenían un color verde oliva y eran bastante cómodos y a la mano para terminar se encontraba un botella de vino de la mejor calidad.

La noche apremiaba sin mencionar que estaba por terminar - Rodolfo Procura que lleguemos mucho antes del amanecer con suma urgencia - Al ya haber alertado a Rodolfo me quede mirando a los hermosos ojos de la chica, quien parecía anteriormente que se había preocupado por mi entre sus igual... Algo que aun no terminaba de comprender es como si no se llevara del todo bien con su estirpe a lo cual luego de quedarme unos segundo admirándola continué - No te preocupes ya que te has preocupado por mi anteriormente en esta ocasión yo cuidare de ti - Me sonroje al decir esto a lo cual baje mi mirada ya que el rubor en mis mejillas lo hacia ya bastante notable - Ven pasa esta noche mi hogar es ciertamente también el tuyo - Luego de subirme espere a que ella lo hiciera para continuar.

Mientras el carruaje avanzaba no hacia mas que observarla para luego girarme a pensar realmente como deseaba pintar su silueta en la noche, claramente por mi mente solo me imaginaba pintando su cuerpo desnudo mientras el paisaje se encargaba de darle vida propia... Pero esta no seria una opción, ¿como le dices a una persona que acabas de conocer hace poco que te encantaría pintarla desnuda? a lo que pase saliva y continué - ¿Que tal te trata la vida? a que te dedicas si es que puedo preguntarte - Digo con un tono cálido tratando de no ser descortés.

El camino aun nos daba tiempo para llegar sin que hubiera ningún problema con el amanecer, a la espera de su respuesta me quede observándola con cierta incertidumbre... Mientras el brillo de mis ojos dejaba ver el echo de que realmente estaba disfrutando de su compañia

por **Kim Chessire** Jue Abr 21, 2016 5:18 am

Acompañé a la joven en su carruaje, de decoración victoriana, no podía ser de otra manera, desde luego. Tanto la decoración como la botella de vino caro, me hicieron deducir la clase a la que pertenecía la dama. A pesar de haber tenido la oportunidad de presenciar grandes palacios y ver decoraciones repletas de lujo, aquel transporte me sorprendió.
La muchacha me invitó a pasar la noche en su hogar, y yo acepté, ya que la noche estaba muriendo y no podría salir del lugar hasta el día siguiente.
Noté que me miraba de forma extraña, lo que me hizo reír ligeramente. Desde luego, aquella chica era peculiar.

Llevábamos unos minutos en el carruaje, que nos mecía debido a los baches del camino cuando la joven me preguntó acerca de mi profesión. -Fíjese qué coincidencia, que tengo un pequeño taller en el centro de París en el cual pinto. Aunque no había tenido mucho éxito al tratarse de una mujer, empecé a firmarlos con el nombre Chessire y se vendían a una rapidez que ni yo misma aceptaba. - cuando le conté esto a la dama, la miré, buscando encontrarme con sus ojos, ya que llevaba un tiempo evitando mi mirada.

- ¿Y usted? ¿Qué es de usted? Si no me equivoco, ese apellido es extranjero. ¿Cómo ha acabado un licántropo en París? - cuando la palabra licántopo salió de mis labios, me di cuenta de que aquello iba a ser incómodo. ¿Cómo se me había ocurrido ser tan directa? ¿Qué había pasado con los modales que se me inculcaron en mi infancia? ¿Por qué se evaporaba todo intento de sutileza frente a esta chica?

Bajo su mirada extrañada, bajé la vista mirando a mis tacones negros, que de repente se volvieron muy interesantes. -Siento el descaro, sólo quería saber más de usted.- dije avergonzada. Entonces, la miré, seria -No es propio de mí ser tan directa con un desconocido, de nuevo, ruego que me perdone.

por **Amelia Evans** Jue Abr 21, 2016 12:13 pm

Quizás me sentía algo incomoda y el verla sonreír era gratificante en este tipo de ocasión así que al levantar la mirada no hacia mas que sonreír al verla para luego soltar una ligera carcajada, pero mi sonrisa cayo al darme cuenta que mi respiración dejaba una ligera nube de aire cada vez que respiraba o hablaba; Por otro lado al verla detenidamente esto no pasaba con ella - ¿Acaso tendrán sentimientos? que ocultan tras esa capa fría y sedienta de sangre - .

Mientras me perdía en mis pensamientos y mirada fija sobre ella, algo me saco de todo esto y fue darme cuenta que quizás le estaba incomodando - Discúlpeme, creo que ante una persona como tu me hes imposible bagar en mis pensamientos... Creo que de saber todas las cosas que cruzan por mi mente no la juzgaría que me pidiera dejarla por acá - Digo mientras sonrió y sirvo una copa de vino para luego ofrecerle para acompañarle junto a nuestra conversación.

Realmente el brillo que se asomaba de la luna ilumino mis ojos y una ilusión recorrió mi cuerpo desde la planta de mis pies hasta la coronilla... No podía creerlo realmente ver una mujer apasionada por el arte en esta época es muy difícil, pero esta vez ella tenia razón salir por si sola en el mundo artístico siendo de sexo femenino - Impresionante no puedo creer que justamente te toparas conmigo en esta noche y me gustaría creer que fue pura y simple casualidad nuestro encuentro - tome un sorbo de la copa de vino en lo cual un hilito de este vino tinto resbalo por mi mejilla sin que me percatara de ello - Pero bueno cuéntame de donde surgió el nombre de Chessire - al levantar mi mirada y encontrarme con sus ojos mi timidez se vio bastante presente ya que al ser algo pálida mis mejillas hablaban por si solas.

Me sorprendo un poco al escuchar que me menciona como Licantropo pues realmente no es causal de ninguna molestia o ofensa, pues el echo de lo que yo sea es por que yo lo escogí asi - No te equivocas, mi nacionalidad es alemana vengo de una familia de clase alta que se dedica a la venta de perfumes y cada uno de sus miembros es bastante reconocido por el mundo artístico - Tome otro sorbo de mi copa y deje salir un gran suspiro - Escape de casa, claro si es que se le puede llamar así ya que no he podido librarme del todo de las ataduras familiares y francamente no creo que al verme me vallan a creer el por que no he crecido tanto - a lo que suelto una carcajada tímida.

A lo que me fije que había bajado su rostro y me levante ligeramente de donde me encontraba sentada acercándome hasta ella, que sin darme cuenta invadía su espacio personal para luego levantar su rostro con una de mis cálidas manos - Parece que la vida no te a tratado como a un jardín de rosas, no tienes por que agachar tu rostro ni siquiera disculparte... Por cierto puedes llamarme Amelia .

- No antes te agradezco puede que no pase como una desconocida normal - sonreí para luego volverme a sentar en mi lugar algo sonrojada.

por **Kim Chessire** Vie Abr 22, 2016 8:32 am

Cuando la chica me preguntó sobre mi pasado, no pude evitar mostrar mi dolor, algo que la chica notó. Tuvo el valor de acercarse a mí, y algo aún más atrevido: tocarme.
La calidez de su mano me recordó a la vida, algo que ya había olvidado. Es cierto que varios hombres me habían acariciado (y no solo en el rostro), pero ninguno de ellos, me inspiró aquella sensación. Es algo que no experimentaba desde la última caricia de mi madre. No pude evitar acordarme de ella y de su muerte. Con ella, murió mi vida y con esto, me quedé sola para toda la eternidad.
Pero Amelia (me atrevía a llamarla así porque ella me expresó sus deseos de que lo hiciese) me hizo sentir bien, a gusto, por primera vez en dos siglos. Tenía la sensación de que ya no estaba sola, que tenía una amiga.

Cuando retiró su mano de mi rostro, le sonreí. Noté que se sentía apurada, pero tuve el coraje, o quizás la osadía, de cogerle la mano y volver a ponerla en mi mejilla. Quería sentir aquel calor otra vez. Nunca olvidaré a esta chica. Aquel vínculo que había nacido entre nosotras crecía y nuestra amistad con él.

Me sentía afortunada de tenerla, confiaba en ella, y por eso, le conté mi historia. Algo que no había hecho nunca, algo que nunca pensaba hacer.

- Como dices, la vida no ha sido justa conmigo. Fui casada con un hombre avaro, que no me amaba. Pero al parecer, lo único importante era el dinero. Mi familia tenía una gran fortuna en Noruega, y la familia de mi marido, los Kingluet, lo sabían. Desde los cinco años, planearon nuestra boda. Lo que los Kingluet no sabían era que a mis seis años mi familia se arruinaría. Al parecer le debían mucho dinero a alguien y éste cobró su deuda a mi padre y mis tíos. Sin embargo, la boda se ofició, ya que esta nos garantizaría recuperar parte de nuestra anterior riqueza. Y así fue.
Cuando descubrió mi ruina, no me volvió a dirigir la palabra, pero ya era oficial, estábamos casados.
Pasó un año cuando en mi cumpleaños, mi padre me convirtió. Resulta que mi marido era un vampiro desde hace poco más de seis meses y utilizó a mi padre como venganza.
Padre pensó que sería buena idea convertirnos a madre y a mí, estar los tres juntos por siempre. Lo odié por ello. Sin ningún control sobre mis sentimientos e impulsos, maté a ambos: mi marido y padre. Después de que madre muriese unas semanas más tarde por tuberculosis, me quedé unos años hasta que fingí mi propia muerte y marché. Viajé por el mundo y he acabado aquí, enamorada de París y de sus calles -miré por la ventana del carruaje. Se hizo un silencio, solo se escuchaban los cascos de los equinos que nos dirigían a nuestro destino.
No me di cuenta de que una lágrima caía por mi mejilla cuando ya era demasiado tarde, ella ya la había visto. Me la sequé rápidamente con la manga de mi vestido azul, e intenté recuperar la compostura. Con un suspiro, me estiré, quedando completamente recta. - Y tú, qué es de ti. Has dicho que elegiste ser licántropo. Por amor, ¿me equivoco?- Intentaba evitar el tema, no quería recordar aquello, y no quería admitir que había llorado frente a un mortal.

por **Amelia Evans** Vie Abr 22, 2016 6:40 pm

Realmente me sorprendí un poco con los gestos de ella, parecía que había cometido un gran error al tocar su rostro a lo que me sorprendí un poco pero muy a mis adentros había disfrutado completamente aquella sensación junto con su tez pálida y fría. Procedí a alejarme para volver a mi asiento por lo cual agradecí a los mil dioses no encontrarme en un vestido si no en aquellas fachas simples para después de un largo entrenamiento... Los baches del camino hacían del carruaje algo incomodo pero no pudo jugarme una peor pasada al momento que ya me iba posar sobre mi asiento sentí un cálido tirón por parte de mi compañera y mi mano siento esa sensacional tez de nuevo; Mi cuerpo por otro lado perdió el eje y toda dirección del suelo todo por una roca atravesada en una de las ruedas del carruaje, un ligero gemido agudo salio por si solo de su cuerpo y al tropezar no puede mas que caer sentada a las piernas de mi acompañante que se encontraba en frente ami. Mi rostro se torno de una manera que cualquier ser de la noche que me viera no pasaría por nada mas que una humana... Un color rojo de timidez adorno todo mi rostro - Pepe...Peerdooon - Realmente me encontraba perpleja ante la situación que no supo si levantarme o no.

Me quede sentada escuchando sus palabras, mientras me contaba su historia las lagrimas adornaron mi rostro mientras no podía comprender como una vampira condesa de la noche había sufrido tanto con un corazón sin vida. Al termina de hablar no pude mas que guardar un momento de silencio, me quede viéndola mientras ella buscaba un mundo perdido desde la ventana del carruaje. Luego de ver como una lagrima también bajaba por sus mejillas antes de que la retira acerque mi otra mano y deje que se posara sobre uno de mis dedos - ¿Sabes? nunca había escuchado algún relato y mucho menos visto a un vampiro llorar... Comprendo que quizás te arrebataron tu humanidad y las cosas injustas siempre le pasan a las personas que jamas esperarías - Me cruce de brazos haciendo un puchero mientras la veía - Yo nunca pude vivir una infancia me la arrebataron mis propios padres, pero eso no me impide cuando estoy con alguien que aprecio dejar salir la niña que un día quizás quise ser - Levante mi mano en alto mientras la veía - Juro que moriré contigo cada mañana y renaceré a tu lado cada mañana, para que así pueda lograr que te sientas viva y al no tener un alma ahora tienes la mitad de una que espero cuides como te lo menciono - Libere un gran suspiro para luego observar de nuevo la ventana.

- Creo que mi historia si deseas escucharla sera en la estadía junto a una copa de buen licor, ya que nos aproximaos a nuestro destino - Sin percatarme de que aun me encontraba sentada sobre su regazo algo sonroja procedí a levantarme, ignorando completamente el momento en que me quede sobre ella.

por **Kim Chessire** Sáb Abr 23, 2016 8:45 am

Parece ser que esta chica tampoco ha tenido una vida fácil. Desde luego, lo que había oído hasta ahora de estas criaturas no es para nada real, al menos en esta dama que me acompañaba.
Puede que ser fiel sea su naturaleza debido a la condición que lleva consigo, pero aquella promesa me inspiró una sensación que rozaba la alegría que alguna vez sentí como humana.
Le sonreí, aceptando sus palabras y empecé a pensar que aquella chica desde luego era digna de mi confianza.

Estaba hundida en mis sentimientos, cuando el carruaje puso fin a su marcha y la muchacha se levantó, un tanto sonrojada. Desde luego, la envidio. Nunca volveré a sonrojarme así, nunca más. Estaba muerta, pero empezaba a olvidarlo. Después de aquella lágrima, noté algo que renacía en mi, recordé algo de mi humanidad.

Imité a mi compañera, coloqué bien la falda de mi vestido y me incorporé. Comencé a imaginar cómo sería el hogar de la chica, desde luego, sería igual de ostentosa que el carruaje.

Estaba ahogándome en mi imaginación, cuando me encontré frente a lo que supuse que sería su morada. Desde luego, no estaba equivocada, aquel lugar destacaba entre las otras fachadas, que tampoco carecían de riqueza. Pero aquella era peculiar, sobresalía entre todas aquellas.
Entonces, la inseguridad me alcanzó, no había pensado en aquello, pero sólo conocía a la dama desde hace unas horas. A pesar de confiar en ella como para contarle mi historia, debía asegurarme que no contaría jamás que me vio hundirme emocionalmente, no sería respetada como vampiro.

- Amelia, no me malinterpretes, pero necesito asegurarme de que no contarás nada de lo que hemos hablado en el carruaje. Te considero, como ya sabes, mi amiga, pero no puedo permitirme que los de mi especie sepan de... ya sabes.
Conoces mi única debilidad, y nadie más debe saberlo, ¿de acuerdo?- aquel último diálogo finalizó en un tono un tanto amenazante. Sé que puede sentarle mal que le pida esto, pero es necesario, a fin de cuentas, soy un vampiro.

por **Amelia Evans** Mar Abr 26, 2016 4:20 pm

La velada parecía llevada a un encuentro bastante favorable, y hasta el momento la estaba pasando bastante bien y gracias a dio que la chica no se enfado con mi torpeza de caer sobre su regazo, al llegar espere a que Rodolfo abriera el carruaje para ayudarme a bajar de igual manera a mi compañera... Mi hogar se encontraba a la esquina de una de las calles iluminadas a lo cual una escalera bien adornada y un marco impresionante serian la entra a aquel lugar, luego de retirar mi abrigo para que una de las personas que mantenía el aseo de la casa lo recibiera de igual manera a Kim.

La entrada conducía a un tipo de lobby por donde luego dos escaleras cruzadas para luego juntarse como una sola dar comienzo al segundo piso, a la derecha se encontraba lo que seria el comedor y a la izquierda lo que seria la sala con la gaveta de vinos de la morada... Realmente no solía tomar de ellos ya que no es uno de mis placeres el beber sola. Luego de detenerme para yo misma ayudar a retirar el abrigo de mi invitada posandome a sus espaldas para retirar su abrigo lentamente mientras mencionaba - No veo de que te preocupas, mi manada no es que se dedique a la caza de vampiros... Pero siempre esta presente cuando uno de ellos rompe uno de los tratados - Sonrei - Nunca me había tomado la confianza de poder entablar una relación como la que tengo contigo en estos momentos... Casi puedo decir que eres la primera vampira que invito a mi hogar ¿Crees que podía contar una de las cosas mas bellas de esta noche? - Me quede mirando a sus ojos a la espera de su respuesta, pues podía perderme en ellos durante horas si así lo deseaba.

- Mi dama invitada de honor, esta noche a mi humilde morada y perteneciente a una estirpe bastante problemática que esta noche sera digna de mi presencia ¿Que deseas hacer? - Extendí una mano hacia donde se encontraban la sala moviendola lentamente como enseñando el lugar - ¿Quieres pasar de una vez a mi estudio deseas que el vino se haga presente en nuestra velada?

por **Kim Chessire** Miér Abr 27, 2016 8:57 am

El interior del lugar, al igual que la fachada, no se quedaba atrás. Repleto de decoración riquísima, exquisita, impecable.
Mi compañera retiró mi abrigo, de una forma muy suave. Desde luego estaba contenta de estar con ella allí y no sola, como todas las noches desde hace años.

Ante su mención de la manada a la que pertenecía, mi curiosidad, de nuevo, despertó -Por supuesto que no debes esconder nuestra relación, ya que no hay nada malo en ello, desde luego. Y si lo hubiera, tampoco me importaría demasiado, solo con mover un dedo, callaría todas esas bocas que nos critiquen. - sonreí maliciosamente y reí- es broma, prometo no recurrir a la violencia- levanté la mano con mi sonrisa aún presente.

Entonces, miré de nuevo, hacia el hogar. Desde luego, era un honor estar en un lugar tan bello.
- Me gustaría que nos acompañase un buen vino, gracias- comencé a caminar parándome en los retratos colgados de la pared. Me preguntaba si los habría realizado ella, desde luego, si así era, tenía un talento y debía estar agradecida por ser retratada por esta encantadora dama.
- Amelia -no pude evitar preguntarlo, de nuevo mi curiosidad ganaba- antes has mencionado a tu manada, ¿puedo saber más acerca de ellos?- la miré sonriendo.
Solo esperaba que no me tachase de insolente o demasiado metida en asuntos ajenos. Quería saber mucho, mucho más acerca de esta chica.

por **Amelia Evans** Mar Mayo 03, 2016 8:42 am

El cálido abrigo nocturno se terminaba con nosotras, dejando en si el hecho de que aquella hermosa dama permanecería a mi lado hasta que el sol dispersara su ultimo rayo de energía. Mientras mi compañera daba unos pasos llame a una de las chicas que se encargaba del mantenimiento del hogar – Disculpa, te molestaría revisar si ya todas las cortinas se encuentras cerradas y se encuentran puestas la de tela gruesa… No queremos que haya ningún inconveniente – A lo que continúe con mi amada invitada – No te preocupes no tendría como ocultar a una relación así, quizás me llevaría mejor con la idea de presumirte ante los demás – luego de mencionar esto me sonrojo un poco – Toma asiento, tranquila, que este nuevo día en el que nos encontraremos únicamente tu y yo será inolvidable – Camine hasta donde se encontraba el vino y otros licores y tome dos copas para luego dirigirme a uno de los sofás que se encontraban en la habitación.
Al mirar mi compañera me di cuenta que se encontraba observando alguno de los cuadros que había pintado a lo que mencioné – No te preocupes el tuyo será mil veces más hermoso, lo prometo – a lo que me hice a un lado y le peque unas palmaditas al lugar en el que me encontraba insinuando que se sentará junto a mí, claramente el sillón era bastante extenso quizás en el que pueda caber una persona promedio acostada a lo que mientras serví una copa para compartirla con mi invitada continúe – En cuanto a mi manada me disculpo si no puedo contarte nada más, entenderás que de mi puedes saber lo que se te antoje y conocer lo que más te guste… Pero en cuento a ellos creo que no podré decirte nada más al respecto – Tome un sorbo de vino y me quede viendo sus ojos mientras mi mirada recorría luego todo su cuerpo - ¿Cuéntame ya has posado en alguna otra ocasión?

por **Kim Chessire** Mar Mayo 03, 2016 9:46 am

Ante su señal, me senté a su lado, y cuando me dí cuenta de que mi curiosidad no sería satisfecha, no pude evitar sentir un punto de desacuerdo, pero entendía aquello. Si esa dama me invitase a hablar de mi familia, también lo rechazaría, aunque esto se debía a que me causaba gran dolor recordarlo. Sin embargo, ella parecía tener un secreto, y aquella manada desde luego sería parte del misterio.
Enfurruñada, acepté que no iba a obtener más información sobre aquel tema, así que me dediqué a beber mi vino. Noté como su mirada recorría mi cuerpo, lo que me hizo reaccionar poniéndome algo tensa.

Cuando formuló su pregunta, no pude evitar soltar una risa muda. Aquella cuestión me resultaba divertida porque lo cierto era que había tenido cierta cantidad de amantes que se habían obsesionado con mi cuerpo y habían insistido en plasmarlo. Recuerdo un chico que por algún tiempo fue un esclavo de sangre que era pintor. Desde luego, realizó trabajos maravillosos que murieron junto a él en el incendio de su hogar. La imagen de mis representadores se me venían a la cabeza, ¿por qué a todos les atrae la piel clara y el cabello pelirrojo? supongo que será alguna influencia del arte anterior, en el que todas las musas poseen estas características.

De nuevo, clavé mis pupilas en su iris azul- Innumerables ocasiones se me han presentado para ser retratada y sin embargo, no poseo ninguno de los resultados. Me encantaría que tu cuadro fuese el primero en ser colgado de mi hogar- recorrí de nuevo la habitación con la mirada, desde luego aquel lugar era acogedor. Observaba cómo el servicio tapaba cualquier rastro de luz exterior con unas cortinas que aparentaban pesar demasiado para unos mortales. -Dime, Amelia, ¿tu servicio sabe de tu condición?- me quedé mirando mi copa de vino, medio vacía, o quizás medio llena de aquel delicioso néctar que debería tener, por lo menos, una tercera parte de mi edad.

por **Amelia Evans** Miér Mayo 04, 2016 11:17 am

Me fue facil percatarme que quizás le estaba incomodando un poco con la mirada, quizás ella al solo verme como una amiga y yo verla como uno de los mas grandes deseos de mi cuerpo y mi alma sea tal incomodidad - Disculpa la manera en que te observo si te sientes incomoda me no sucederá mas - Baje mi rostro algo penosa de lo sucedido.

De eso creo que no tendrás que preocuparte - Tome un sorbo del vino el cual bajo por mi garganta de manera forzada, creo que no habría mejor ocasión que en la que me encontraba para preguntarle... Pero ¿Si piensa que tengo algún tipo de fetiche? o peor aun que quizás quiera hacerle daño. Deje salir un suspiro largo mientras miraba al suelo y mi compañera se dirigía hacia mi, realmente no logre poner mucha atención a sus palabras pues mi mente buscabas las palabras por si sola.

Tras unos segundos me agache y retire mis zapatos de bailarina, no es que le fuea a incomodar pero normalmente en la actuación nos pedían usar ligeros y es lo que llevaba debajo. me acomode sin darle la espalda a mi compañera y subí juntos pies al sofá pasándolos por encima de las piernas de ella, sin ocasionar ningún problema continué - Espero no molestarte, normalmente mi temperatura corporal es muy alta y el suelo a pesar de la alfombra se encuentra frió, realmente no deseo que me de ningún resfriado - Me quede viéndola unos segundos y tome todo el contenido de mi copa de un solo sorbo, este era el momento - Disculpa si sueno atrevida o muy directa... - Me levante un segundo a tomar y rellenar las copas de las dos para luego tomar la misma posición en la que me encontraba - ¿Me permitirías en esta ocasión dibujar tu majestuoso cuerpo desnudo? - me quede viéndola mientras esperaba a su respuesta.

por **Kim Chessire** Jue Mayo 05, 2016 8:59 am

Estaba claro que se había percatado de mi incomodidad, pero en realidad, preferiría que así fuese. No quería crear ningún malentendido entre ella y yo, sé que he podido darle falsas esperanzas de que seríamos algo más que amigas. Por desgracia para ella, yo solo correspondería a los varones.

Cuando se despojó de sus zapatos, un tanto gastados del uso que le había dado la muchacha, y puso sus pies sobre mis piernas no sentí ningún tipo de apuro, ya que me reconfortaba saber que se sentía cómoda en mi presencia.
- Creo que tu alta temperatura y mi falta de la misma hacen buen equipo - reí ante mi propio comentario. La verdad es que incluso a través de la falda de mi atuendo, puse sentir el calor de su sangre. Sangre que aún fluía por sus venas, que hacía su corazón latir. Desde luego envidiaba aquello, envidaba que pudiera estar viva. Lo echo tanto de menos...

Teniendo en cuenta que formuló aquella pregunta necesitando un buen trago de vino, deduje que había necesitado valor para hacerlo, y ¿quién era yo para negárselo?. Sonreí tranquilamente, pues no me causaba ningún tipo de inconveniente posar de la manera en la que lo deseaba. - Por supuesto, no será un problema. No tengo pudor alguno acerca de mi cuerpo. Además, la pintora es la que manda.- reí. No mentía, era cierto que no sentía vergüenza al mostrar mi desnudez física. Sin embargo, la emocional estaba mucho menos expuesta.

Tomé la copa que me ofrecía, de nuevo llena de aquel delicioso vino y me levanté del sofá en el que nos encontrábamos. Di una vuelta a la habitación y me dirigí a ella. -¿Dónde he de desvestirme?- Lo dije con una naturalidad indecente para hablar sobre mi desnudez. Tomé de nuevo un sorbo del contenido de mi copa esperando las indicaciones de la muchacha.

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