Felix Caleti

Aparentemente extrovertido debido a las enseñanzas de su padre respecto a como debe ser un hombre al momento de tratar con otros , en especial si se trata de negocios o estatus; puede parecer que no sabe muchas cosas respecto a los negocios que maneja su padre, pero como desde pequeño lo entrenaron en ese campo, es sumamente habilidoso, así que es muy difícil tomarle el pelo.

Sobreprotector con su familia, ya que cree son los únicos con los que realmente se puede contar en un momento de crisis, algo que hasta ahora no ha experimentado pero que sabe que algún día pasara. Muy reservado respecto a sus asuntos personales o la manera en que se siente ya que solo las personas muy cercanas a él pueden conocer esos detalles.

Usa sus habilidades mágicas de una manera sumamente prudente, ya que esa fue la forma en que su madre le enseño a hacerlo y de hecho, siempre que usa sus poderes lo hace por el bien de otros, jamás para dañar a alguien. No le gusta pues herir a otros ya que teme que el mal vuelva a él y su magia se torne oscura.

Todos sus sentimientos afectivos los enfoca en su prima, por quien si estaría dispuesto a dejar que la magia oscura lo devorara si es que de esa manera la mantiene feliz.

Nacido en el Virreinato de la Nueva España, hijo de importante hombre francés y una mujer de raíces enteramente indígenas, de quien se hablaba era una chaman que en las tierras del otro lado del océano era la manera en que se denominaba a los brujos. Si bien su padre estaba ya casado, eso no le impidió dar al niño un nombre según su gusto y el apellido que lo reconocería como uno de los suyos. De hecho, el padre de Felix (como fue llamado) hizo que madre e hijo se trasladaran a la casa familiar, lugar donde tanto Felix como su madre fueron maltratados por la verdadera esposa de su padre; claro, el era un bastardo, alguien que no tenía posibilidades de llevar el nombre de la familia Caleti en alto. Su madre le inculco a no tener odio ni rencor por aquellos que actuaban con malas intenciones sobre ellos, todo ya que ella sabía que su hijo había heredado sus habilidades mágicas y creía que cualquier sentimiento negativo, podía crear poderes oscuros, que era lo último que quería para su hijo.  

Con el pasar de los años, no llegaron los hijos al matrimonio Caleti, provocando que de manera inevitable, Felix fuera mostrado como el único heredero. Entrenado entonces por su madre para desarrollar al máximo sus poderes mágicos y por su padre para manejar el dinero y los negocios de los Caleti, creció el joven bastardo. A Feliz le agradaba su vida, estaba agradecido con la naturaleza y todo cuanto le rodeaba por todo lo que se le brindaba, pero sobre todo, estaba agradecido del tiempo que podía pasar al lado de su prima Martiniana. Aquel peculiar par de primos, eran tan diferentes a simple vista que todos los que les miraban dudaban de su parentesco. Claro que Martiniana había heredado los cabellos, tono de piel y ojos de su madre haciéndola lucir más extranjera que muchos de los nacidos en el virreinato. La unión de los primos, molestaba en gran medida al padre de Felix, quien esperaba para su hijo grandes cosas; sin embargo, su madre alentaba al joven a pasar tanto tiempo como pudiera con su prima, siendo precisamente ese el motivo por el que a Felix le extraño que su progenitora no lo dejase partir en el barco con rumbo a Francia en el que se iría su prima y sus padres.

Las habilidades de su madre la habían advertido de las desventuras que pasarían en aquel barco, motivo por el que no dejo partir a Felix sino hasta el que salió un mes después. Desconociendo entonces el destino de su prima y sus tíos; Felix partió con rumbo a París, convenciendo a su padre de que era una buena idea que él se mezclara con la alta sociedad parisina si es que quería que se hiciera cargo de todos los asuntos de los Caleti.

Si bien el viaje en barco le resulto un completo infierno, su reciente llegada a tierras francesas le ha hecho saber el desafortunado destino de su familia; por lo que ahora se ha dedicado enteramente a la búsqueda de su prima.