Hoy, de nuevo, he querido soñar que te morías

por **Karla Marquand** Dom Mayo 01, 2016 10:50 pm

Mayo 1

No quería casarme, pero la costumbre me obligaba a someterme a ello. No quería hacerlo con un hombre mayor, y lo rechacé pese a su inmensa amabilidad y dulzura en su trato conmigo. A cambio, elegí al joven, al varonil, al atractivo, al mentiroso. Con creces, lamento haber rechazado a hombres mejores que Tariq, a caballeros que no me hubiesen maltratado como él si lo hace. Las frases gentiles que emitiera en nuestro compromiso, quedaron sepultadas bajo cada abuso al que me somete, bajo cada insulto que profiere en mi contra, justo antes de tomarme a la fuerza como si fuera cualquier mujer de la calle en lugar de su esposa.

El cielo sabe que amé su mentira y que soñaba con hijos que heredaran sus facciones. Lo imaginaba en nuestra noche de bodas, tomándome entre sus brazos con cariño y haciéndome mujer con absoluto cuidado. A cambio de eso, él se embriagó a puntos insospechados, y me violó porque no le importaba otra cosa distinta a satisfacerse a sí mismo. Fui una completa ilusa, y ahora que vivo encerrada en una propiedad que los míos desconocen, anhelo la muerte más que a otra cosa en la vida. Lo hago con más veras desde ayer, que tuve que enterrar en el jardín y con mis propias manos a mi primer hijo. Él lo mató, él lo arrebató de mí con apenas tres meses. Ahora, después de tanto soñar con hacerlo feliz, lo detesto.

Cada noche, trae consigo las marcas de los labios de otras mujeres, y sus perfumes le bañan la piel descaradamente. Me gustaría decir que cuando está con ellas me ignora por completo, pero para mi desgracia, me toma a la malas una y otra vez y ni siquiera soporta verme a la cara. No me lo ha dicho audiblemente, pero es fácil de deducir cuando me tira boca abajo sobre la cama y deja salir al maldito animal que lleva dentro. Dudo mucho conocer el placer, él arrebató ese deseo en mí, como tantas otras cosas.

Como quisiera que me encontraran y me apartaran de él, pero nadie acude a mí, y aunque el par de ancianos que trabajan aquí desde hace tanto me miran con lástima, poco pueden hacer en contra de la bestia a la que debo llamar esposo. Lo único que me consuela, es que no tendrá acceso a la fortuna que heredé. Sólo un hijo podría hacerlo, y sospecho que los matará a todos. Es un idiota si cree que puede hacer pasar a un niño cualquiera por hijo mío, porque si ningún Sartre me conoce en embarazo, dudarán por completo a causa del alto grado de infertilidad que ha rodeado desde siempre a mi familia. Pero no pienso decírselo, porque voy a dejar que se acerque al abismo para después empujarlo.

Él y yo moriremos algún día, como todos. Supongo que él causará mi muerte, pero no descarto la idea que yo pueda causar la suya.

por **Karla Marquand** Miér Jun 01, 2016 6:40 pm

Junio 01

Es una lástima que no pueda escribir a diario, pero el tiempo que me dejan sin vigilancia es tan poco, que no puedo arriesgarme a que nadie sepa que lo hago. Hace ya varios días en los que Tariq, mi esposo, no aparece. Durante su ausencia, he podido dormir mejor, aunque me despierto a la más mínima señal de ruido pensando que ha regresado. Ojalá que esté muerto, porque no echo de menos sus manos rudas maltratándome cada vez que quiere. La verdad, prefiero mil veces convertirme en viuda, en lugar de permanecer aterrorizada por la sola idea de su presencia. La esperanza de un cambio en él ya murió, lo hizo con el hijo al que él le arrebato la vida sin permitirle siquiera terminar de gestarse. A veces, creo que un bebé podría darme la fuerza que requiero para luchar con semejante bestia, pero lo cierto es que ninguna criatura inocente merece tener un padre como él. Debería empezar a ver la partida temprana de mi hijo como una muestra de la misericordia del cielo, en lugar de algún tipo de castigo.

Ahora que ha llegado la primavera y que por fin los dolores y moretones sobre mi cuerpo han comenzado a desaparecer, he aprovechado para recoger unas pequeñas flores del jardín, para ponerlas luego sobre la diminuta tumba de mi hijo. Hace poco más de un mes que hice esa tumba con mis propias manos y aún no logro superar su partida. Hubiese querido darle un padre que saltara de gusto con la sola noticia de su llegada, pero lamentablemente obtuvo todo lo opuesto. Pero esto que ha sucedido, me hace saber que debo buscar la forma de escapar de aquí, de él. Sé a dónde debo llegar, pero mi fin principal es volver a Inglaterra, para no regresar jamás a Francia, que tantos dolores en el alma me ha traído. Las horas para irme están contadas, sobre todo, porque para mi desgracia y en contra de mi voluntad, creo que estoy embarazada de nuevo.

Hoy, de nuevo, he querido soñar que te morías

Hoy, de nuevo, he querido soñar que te morías

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