Lupi printesa... PART 1

por **Mihăiță** Lun Jun 06, 2016 5:35 pm

Se decía que era la princesa de los lobos
¡Pobre cuento, que triste historia! No todo es como lo cuentan, ya que resulta ser la peor de las tragedias…

Una pequeña con el pasado horrible, le viene siguiendo conforme ella se desarrolla, un nombre que se susurra, una y otra vez, como un suplido arrastrado por un callejón sin final alguno.

—Ya no aguanto.— se escuchaba un grito aterrador, y el lobo solo le miraba.

Era evidente que a la pequeña le dolían las piernas, las cadenas lastimaban sus muñecas, su estómago exige comida y su garganta está seca por falta de agua. Ya no aguanta más, un día podría ser que ella muera. Pues intentaba moverse pero le es imposible, está demasiado débil como para intentar huir.

—Veo que ya has despertado— le miró, había burla y superioridad en cuanto el perro la observaba. La ha tenido prisionera desde sus 16 años de vida. Él es el único que ha arruinado su vida, él, su padre.

—Necesito alimentarme— le hablo apenas en un susurro.

Más sonríe con hipocresía, y se hinca del otro lado de las barreras que impiden la cercanía con ella. —Estas muy mal mi pequeña hija, —era una peor burla. — lastima que tu inútil madre no te ha podido venir a dar de comer.

Era una verdad, su madre hace cuatro días que no ha ido a verla, era la única que se preocupaba de mantenerla viva en ese infierno. Pero un gruñido salido de la pequeña le intereso, con un desdén que era peor que el odio que le tenía a Luna llena.

— ¿Qué le has hecho? …—Simplemente su mirada era siniestra, una belleza que se comparaba con su maldad.

—Ella está bien— se pone de pie—solo que esta algo adolorida, no se podrá levantar por un par de días.

La niña comenzó a llorar. Pues en su imaginación brotaba como el lobo violaba a su madre. —¡No llores! —Tomo de sus cabellos a través de los barrotes, estaba dudando que fuese su hija, por ello explicaban sus actos contra ella, y su maldita madre — Todo esto, es culpa tuya.

—No me lastimes, por favor…—suplicaba, sin tener fuerza alguna.

Y él la tiró lejos. —Eres muy débil…

Abre la puerta de la jaula, y entra a paso decidido, esperando que esta vez, fuera la loba que saliera a atacar. Pero era inútil seguir esperando. Han pasado 16 años y su fuerza sigue siendo la misma. Pero, ¿Porque la mantenía presa? Era uno más de los secretos de este perro vengador. Y si no se convertirá en loba, es que, ella no era su hija.

Más, llego una ocasión en que ella pudo convertirse, pero jamás fue descubierta, ¿Por qué lo escondía? Si era, la llave a su libertad. Mientras tanto, seguirá encarcelada, en esa maldita jaula que se encuentra en el mas oscuro lugar, una mansión donde a nadie se le ocurriría que en el sótano una niña ha vivido.

por **Kalani** Lun Jun 20, 2016 11:49 pm

“El mundo era creado para sí mismo, si llegaba a morir… mi cuerpo alimentaría al bosque que tanto ame, me volvería uno con él.”

¿Es porque mi cabello es de un tono distinto al tuyo?, ¿Por qué mi rasgos son diferentes?, ¿Por no ser tan fuerte?. No aguantaba más y aun así no llegaba a morir, lo había intentado un par de veces… pero no era tan fácil. No podía hacer que sus órganos dejaran de funcionar a voluntad para que fueran fallando uno a uno hasta que perdiera la vida, la muerte sería una salida fácil a la cual no tenía acceso, en cambio tenía que seguir respirando sin siquiera vivir o intentar resistirse… pero frente a “él”… no podía admitir que solo deseaba morir que de alguna manera ya solo buscaba morir.

Tras cada luna llena se volvía más débil, toda la energía que usaba su cuerpo para transformarse la consumía y aun así su padre no estaba presente para verle… para tener las pruebas que tanto deseaba aun cuando tenía claro que aquello no era producto de la genética.

Escuchaba sus pasos adentrándose en su mundo, en aquellas cuatro paredes que se volvieron su habitad. Solo deseaba ser libre y aunque amaba a su madre sentía que la odiaba cada vez que se preguntaba porque esta no la salvaba para luego huir ambas lejos de aquella bestia que era su padre… pero lo comprendía, este las encontraría. Ya en ese punto a sus ojos era prácticamente Dios, omnipresente omnisciente y omnipotente. No podría huir jamás, siempre le encontraría incluso en sus sueños no podía escapar… le atormentaría hasta que le diera lo que este buscaba, si no, hasta su muerte.

Sus palabras resonaban en su cabeza, solo esperando que su cuerpo se apagara por sí solo, desmayarse para dejar de sentir esa ansiedad enorme que le pedía atacarle aun teniendo claro que no podía contra él. E imaginar a su madre miserable y devastada tal como ella, le hacía sentir que su cabeza estallaría, los sonidos parecían demasiado lejanos mientras le escuchaba decir “Eres muy débil…” – ¡Cállate, cállate, cállate, por favor ya cállate! – gritaba mientras se movía hasta un rincón esperando mantenerse a distancia, sus manos jalaban sus propios cabellos sintiendo como se arrancaba más de uno.

-¡Aléjate de mí!- sus gritos parecían gruñidos, salían graves desde su garganta como si no fuera realmente su voz, no era como la de un humano y aun sabiendo que no lo era, nunca le había ocurrido algo así. Pero el miedo la hacía ciega y sorda a estos detalles, tenía la extraña idea de comenzar a ver en rojo y su cuerpo sufría leves espasmos, pero podían ser perfectamente el resultado de la mala alimentación y el miedo.

-¡Necesito a mamá!, siento que moriré, realmente siento que moriré – le dijo ya con una desesperación que no daba tiempo para ruegos, sentía que su corazón acabaría por estallar, todo su cuerpo estaba caliente y no era algo que pudiera controlar. Necesitaba descansar, unos minutos para calmarse o perdería completamente el control como cada luna llena.

por **Mihăiță** Mar Jul 05, 2016 9:23 pm

¿Que estaba esperando? Quería ser atacado por su supuesta cría, necesitaba ver su ímpetu, ese menosprecio como él libera hacia ella. Su mirada no era nada, el aborrecimiento no es nada comparado al que siente ese perro. ¡Esta vez no iba a ser engañado! No aceptaría que es suya, mientras esta no se transforme frente a sus irises, porque podrán seguir mintiendo, y hasta podría caer en que se engañe a sí mismo, por el desear que en verdad fuese de su sangre. Ya que no tenían parecido alguno, ni una semejanza o característica que los vincule.

Era muy endeble, y él era lo contrario, siempre lo era. Que ahora al pasearse en su jaula, y el observar, no cambiaba en nada. Día tras día, noches seguidas eran lo mismo. —Eres igual que a tu mentirosa madre, idénticas, tal para cual.— Cállate Del mismo vibrar, el sentimiento mismo percibía, ella y su madre se encargaban de callarlo una y otra vez, pero no resultaba, las hacía despreciar aún más.—Solo a ella te pareces. En cambio, a mí, no tienes nada.—escupió como si bramara, acercándose a tironear una de sus manos, le desespera verla, el presenciar su locura.

— ¿Qué ganas con herirte? ¿Crees que de esa forma saldrás? Estas muy equivocada.—

La agredía, quería conocer su furia, la fuerza que emana. Y lo estaba logrando, tanto que sonrío. Realmente su osadía no tenía límites. —Qué ironía, tú la necesitas, y ella te necesita.—Estaba a punto de abofetearla, pero ese gruñido, era una especie de advertencia. Aunque no fue suficiente, la golpeo.

—Vamos, atácame. ¡Hazlo! —demando, sin importar que su estado anímico prevaleciera, ni que sea producto de lo que sucedía. Mucho menos, ser una fuerza desigual, —Vamos, ataca y te traeré a tu madre. Muéstrame que estoy equivocado.

Se dio vuelta, dándole la espalda, yendo por la bandeja de agua que uno de sus sirvientes trajo con comida. No eran de las mejores condiciones en las que debería de gozar por ser de clase alta. Pero este era su castigo por traicionarlo.

—Anda, bebe y come algo, tú más que nadie, no se puede dar el privilegio de morir. Tu y tu madre hasta que yo quiera, me pertenecerán. Pero ten por seguro que a ella, jamas la he de dejar en libertad—Era su mujer después de todo, y juro: hasta que la muerte los separe. Sublimes palabras para describir la pesadilla ocasionada.

Hizo un ademán con la mano de que pasara la servidumbre, a ayudarle a que ingiriera algo. —Aliméntala. oblígala si es que se niega a hacerlo. —Amenazó a la muchacha, fulminando con la mirada.

—Agradéceme que no se me olvida, porque si fuera por tu madre, ya habrías muerto.— Y la mofa se hizo notar, —Prefiere estar en cama que cuidar de su hija.—De cierto modo era verdad.

Y espero, con los brazos cruzados, viendo como la alimentaban. Ya que esto aún no terminaba, seria una larga noche.

por **Kalani** Vie Jul 22, 2016 12:28 am

“Su rabia era equivalente a su bondad. Y en ese momento quería despedazarlo”

De un momento a otro era como estar a punto de dormirse, no sentía dolor alguno. No existía, solo escuchaba a los pájaros tan lejanos y desconocidos que en su mente ni siquiera sabía que eran aves, pero era un recuerdo tan metido en su inconsciente que revivía cada vez que se desligaba del mundo terrenal. Se preguntaba si aún lograba verse como una persona, si no estaba desfigurada para ser irreconocible – Preferiría…. –susurro con voz seca mientras sentía sus oídos tapados pero sus palabras sumamente claras – preferiría estar muerta que parecerme a ti… prefiero estar metros bajo tierras que parecerme al Diablo – dijo con un tono que ni siquiera llegaba a sonar desafiante.

Y de pronto. ZAZ. Sintió el sabor a sangre en su boca y un pitido en los oídos tan fuerte que solo pudo agarrarse la cabeza, ya no le escuchaba pero estaba mareada, respiraba con tanta fuerza que cualquiera notaría como se movía su pecho vio algo de agua he intento beber lo más rápido que pudo, al no escuchar solo pensó que sería una forma de su padre para torturarla, mostrarle la comida y el agua para luego quitársela de la boca. Poco a poco regresaba el sonido normal y no se sorprendió en escuchar como hablaba de su madre, lo hacía tanto… pero sin importar el lado que eligiera acabaría perdiendo.

Comía de forma tan salvaje que caía comida al suelo y tragaba con tanta rapidez que llegaba a ahogarse. Su cuerpo estaba helado y de pronto sintió unos ojos fijos sobre ella, alzo sus orbes verdes a aquel hombre que aún estaba allí mirándola y simplemente fue dejar de luchar con la única parte humana que quedaba en su ser, sus ojos tomaron un tono extraño, no dudaría que incluso idénticos por un momento a los de su padre. Agacho un poco la cabeza mirándole como si tuviera un tercer ojo en su frente y retrocedió sin decir una palabra, tan solo dejo de comer de la nada.

-Seremos libres… de esta casa y de ti, cuando te destruya el pescuezo con mis propios dientes – su cuerpo estaba tenso, y su largo cabello cubría parte de su delgado y frágil ser – Cuando finalmente te mate, ¡¿Eso quieres no?!- se abalanzó contra su padre, aun siendo una frágil humana pero con deseos de finalmente luchar, una especie de adrenalina sacada de algún lugar que ella desconocía, sus golpes no generaban ningún daño, claro está, pero dañarlo no parecía su finalidad – Porque no quieres matarme, ¿o sí?, si no me crees tu hija, MATAME!, ¡vamos mátame, te exijo que finalmente acabes tus juegos ridículos y me mates!. ¿O no puedes porque realmente crees que si soy tu hija?, ¿Qué crees que pasara?, ¿Cumplirás tu deseo y seremos una patética familia feliz?, si no me matas yo voy a matarte, tarde o temprano para que pagues todo lo que nos has hecho – gruñía entre diente, solo hacía falta un último empujón… era todo lo que necesitaba estando la luna ya en el cielo… aunque no era llena.

por **Mihăiță** Mar Ago 02, 2016 7:13 pm

¿Preferiría? ¿Cuántas veces han sido llamadas las preferencias? Ya no cabe lugar la esperanza en este mundo forjado por las intenciones de cada uno. Su madre con su ofensa a la traición, él con su ambición a posesionarse a una clase destacada para recuperar el trono que le ha sido arrebatado y por ende siendo la sombra la venganza misma. Y ella, esa pequeña, por ser alumbrada, llevaba las culpas de cada uno de sus padres, pero él le dio una oportunidad. Y ella, ella no se daba cuenta. —Deja de hablar de preferencias, lo hecho, hecho está y nadie podrá regresar al pasado para cambiarlo. Solo queda el provenir, y si eres realmente de mi sangre. Serás aún mejor que yo. Yo te convertiré en una bestia indomable. Pero si es todo lo contrario, la muerte no será tu regalo, querida hija, rezaras entonces para que no pueda adentrarme a tus pesadillas.— Tan miserable la ve, no puede aceptar que sea suya, era imposible, nada. Absolutamente en nada se parecía, ni en el color de sus irises, el de sus cabellos, los gestos o simplemente la huella del linaje.

Está yendo a un punto donde al menos existía una posibilidad, muy escasa pero por ello se retiene. Reconociendo que el miedo es su pan de cada día, tanto, que al verla atragantarse con el agua, y el temblor, no eran satisfactorios. Era de temer lo que llegase a sentir Mihăiță, porque son los peores deseos que muchos temen reconocer. —Solo mírate, imitando a los cerdos…— Negaba, siempre decepcionado de ella, siempre perdiendo el tiempo. Esperando con los brazos cruzados, manteniendo fija la mirada en ella, y algo sucedía. Quizás al fin toco la fuerza que lo atacara. Había cambiado el aura, de una indefensa criatura, débil y cegada por sus miedos, pasó a ser un cachorro salvaje que apenas aprende a afilar sus garras, luchando contra sus miedos, enfrentándose a lo que es, y a lo que se encuentra en su frente. Al que se supone que es su padre, un demonio que no conoce la compasión o un sentimiento débil que lo lleve a tocar una fragilidad. Prefirió el odio, que el amor, reino con la desconfianza a volver a caer a los brazos de la confianza, se fue por el camino que todos le apuñalaron, el de la traición recordada que perdonar a sus enemigos. Que perdonar a su esposa y la encarnación de la maldita traición en esa mocosa que no hace más que recordarle de la vil infidelidad por parte de su esposa. En carne y hueso, engendrada para ser un arma de doble filo; y en sus pupilas lo vio.

Burla, alteración, la batalla ya comenzaba, ella la llamó tras abalanzarse contra él, y la toma del cuello con una sola mano, alzando, imponiendo su voluntad. —[...]pequeña, pequeña….jamás serán libres, nunca conocerás lo que es la libertad, porque el día que muera te llevare a mi lado, nunca te desharás de mí. Estaremos juntos para siempre, como la feliz familia que siempre han querido tener.— meneo su cabeza, como el alfa que olfatea a su progenie, deslizando la nariz por sus cabellos, exhalando el aire con fuerza, gruñendo. — El día en que me destruyas con tus propias manos, y dudo que llegue, mírate al espejo, y veras mí mismo reflejo, ahí es cuando solo aceptare que fuiste mi hija.— Los golpes no significaban nada, no sentía nada. No causaba alegría, ni tristeza. Nada parecía ser. Ni porque ya con ambas manos la sostenía de su cuello, presionando, ahorcándola. Siendo su fuerza la que lentamente disminuyera, descubriendo los cabellos de su rostro y se acerca a sus carnosos labios, posando un beso.

— ¿Por qué matarte? ¿Aún no entiendes que estaremos siempre juntos? Vendré cada noche a cobijarte del peor miedo nunca antes visto, te daré de beber y comer el odio,— acarició aquella mejilla que anteriormente golpeo, porque entre sus brazos le sostenía — ¿Tanto anhelas no ser mía? — Sonríe, sin abandonar la caricia, pero era solo con las garras de su mano que se paseaban como amenaza. — Cuando escucho de tus labios decir eso, es cuando más quiero que seas mi hija.— Ríe por el recuerdo vivido ante ello.

— Te diré algo que nadie sabe, y que apenas he descubierto. Nos parecemos en el aferró de que no lleves mi linaje. Desee con desesperación no llevar la sangre de los Hohenzollern Sigmaringen— ¿Quién diría que una tragedia sería un sentimiento compartido? Padre e hija y la sangre. — No puedo matar a quien creo que es mi hija, ni a quien he criado esperando que lo sea. No es un ridículo juego, es uno bello y excitante de jugar. Porque nadie sabe lo que sucederá. Y para matarme, necesitas ser más fuerte, necesitas más coraje, porque ni con tus dulces palabras lo lograras.— ¿Cómo podía explicar aquello que es carente de sensación? La tenía entre sus brazos y solo era como sujetar a su madre. — Mi deseo ya se ha cumplido, somos una hermosa familia que mantendré sobre todas las cosas. Y si la muerte me llega, moriré satisfecho, porque jamás me olvidarán.

por **Kalani** Jue Ago 25, 2016 1:35 pm

Estar entre aquellos brazos era como ser estrangulada por una serpiente y su corazón pedía a gritos que el veneno corriera rápidamente hasta dejarle sin fuerzas para luchar, que un último suspiro saliera por aquellos muertos labios que no tenían más palabras que ofrecer, no tenían esperanza ni ganas de rogar o discutir más sobre el martirio al que fue condenada. Sus pulmones silbaban al no recibir oxigeno de manera correcta, ¿Por qué su padre les encerraba a todos dentro de esa pesadilla?, no merecía cargar con sus fantasmas del pasado, si tanto le odiaba y dudaba de ella ¿Por qué no solo engendraba otro hijo?.

Sus sentidos estaban despertando de tal forma que sentía un pitido en sus oídos y el aliento de su padre contra su rostro se le hacía molesto, tal como aquella barba que raspaba su suave mentón. Ni siquiera lograba procesar las palabras que este le estaba dirigiendo, lo quería lejos, lo más lejos que se pudiera y en su mente se repetía aquella palabra “familia”, Kalani no sabía lo que significaba una familia, solo tenía a su madre y a un desquiciado carcelero que no sabía de la compasión. Sin darse cuenta algo en ella estaba cambiando, era algo nuevo que jamás había sentido antes, eran unas ganas salvajes de ser libre y un profundo deseo de sangre tomada a la fuerza por sus propias fauces… ni siquiera fue consiente de como lo hizo, solo supo que golpeo el pecho del mayor fuertemente con sus pies para impulsarse hacia atrás y apartarse.

Aun sin caer sintió como sus pulmones se llenaban, era como si no acabara de caer nunca mientras su cuerpo dolía, como si todos sus huesos se rompieran, ¿Se había roto los huesos por la fuerza que utilizo para apartarse?, pero era algo más, que tan solo era comparable con la magia, en sus brazos había sido una humana pero antes de tocar el suelo ya era un ser diferente, cubierto de pelo, con cuatro paras y completamente desorientado que se balanceaba de un lado a otro sin comprender que había ocurrido, dándose cuenta de que su contextura era más grande ahora, ya no era un ser humano… más bien se asimilaba a un lobo enorme de color negro.

Le costó un poco sostenerse en sus cuatro grandes patas antes de sacudir su enorme cabeza divisando a aquel hombre que estaba frente a si, no le reconocía… era como haber nacido del aire, sin saber un propósito y sin necesitarlo tampoco, era un ser irracional y primitivo que comenzaba a gruñir a aquel hombre con evidente intención de abalanzársele para destrozarlo. Se notaba en su postura y en los sonidos que salían de su hocico, no sabía sus intenciones pero eran lo de menos, su finalidad era salir de allí y si tenía que pasar por sobre aquel ser lo haría aun cuando sentía que algo en lo más profundo de su ser le intentaba detener, tan solo se abalanzo para tantear terreno, su mirada se paseaba de la salida a aquel hombre, de alguna forma creía saber cómo salir de ese lugar. Solo era necesario unas cuantas mordidas y ya podría irse luego de haber cenado, o al menos eso era lo que pensaba.

por **Mihăiță** Miér Ago 31, 2016 8:59 pm

Una cárcel oscura,
sombra del pasado
Pesadillas y aullidos de lobos
¿Quién es ella?
Nadie lo sabe, ni siquiera ella…

¿Qué padre no cargaría entre sus brazos a su progenie? El darle sustento, vivienda, cuidado, porque quien diga lo contrario, la procura cada noche. Si, admitía que era solo para asegurarse de que fuese suya, pero lo hacía. Varias noches que la intriga, la duda le activaban su temperamento, desprendiendo odio, rabia, y siendo peor en las lunas llenas, ahí su furia se aullaba y temían a que anduviera suelto, porque todo aquello que veía lo mataba. Siendo la única manera de llamar a su cría, que saliera de caza a su lado, el ser una guía para su primera cacería, y el enseñarle cómo vivir entre los bosques y la ciudad. Mas nunca llegaba su cachorra, siempre se transformaba en humano, agotado de esperar, el liberar el coraje por no sentir ese orgullo que todo alfa tiene de su manada. Hervía su sangre tratando de llamarla, luchando con esas malditas posibilidades de que no fuese de él. Hasta que sintió cómo ardía Kalani, una fiebre se apoderó de ese cuerpo, que al percibir un cambio radical, y el golpe dado a su pecho. Todas esas noches en espera al fin no fueron en vano. Si era de su sangre, y su golpe se lo recalco. Ella era un lycan y por ende, su hija.

Su pequeña, era una bola de repudio estampado, su pecho dolía y trato de mantener a su cría entre los brazos a pesar de que echó el cuerpo hacia atrás por la fuerza, pero se le fue de entre sus manos. Nunca sonrío, ni la felicidad podría decirse que tenía, era todo lo contrario. Pero sin ser opuesto al fracaso. Se encontraba bien de que no estuviera en lo incorrecto, más aún no está satisfecho, ella aún debía aprender tantas cosas. Que era como si le ofrecieran a su bebé recién nacida, el que por primera vez le presentaron algo de su carne, y esa noticia que es grata para el linaje. Era lo único que podía salvar de ese contrato matrimonial, con ella aspira victorias sin derrotas, su punto fuerte y la sangre real debían de ser bien merecidos.

Sus cabellos suplantados por pelaje, sus frágiles manos y pies, por unas patas firmes. Aunque se tambaleara, lo estaba haciendo muy bien. Ya había crecido su pequeña, de una dentadura infante, a las de una mujer bestial, era ella, un lobo negro, un cachorro que si no hubiese sido por su sexo, dirían que era la misma visión de Mihăiță en años pasados. La misma imagen, de padre a hija. Idénticos. Que sus amenazas en el meneo, no le intimidaba, se sentía altivo, comenzando a conocer el orgullo ante ella. Porque en esos ojos no es más que un enemigo, al que peleará para buscar la salida. Interpretándolo en esos ojos de inmediato, la conocía perfectamente, pues solo él se ha dedicado a custodiarla. Y justo la luna llena, le mostró la auténtica princesa de lobos. —Me has hecho esperar durante un largo tiempo. Preserve para que me llamarás padre antes de que quisieras matarme, pero veo que he hecho un gran trabajo. Mi pequeña Kalani, al fin te has convertido en la niña adorada de papa…— Aplausos resonaron, estirando la mano para acariciar su hermoso pelaje, y vaya que su entonación no poseía ironía o sarcasmo,— Hazlo hija mía, hazlo antes de que sea demasiado tarde, ¿quieres ser libre? Ya sabes el único camino que debes recorrer. —No importaba si de una mordida le arrancaba la mano, o si su hocico le agrediera, estaba seguro que no podría, no podía hacerlo porque era su mayor, y quiera o no le debe respeto. —Es hora de que papá te dé la bienvenida. Vamos.

Como su progenitor, le dio su primera lesión, el explicarle mediante la visión, la transformación de un hombre a un lobo, por lo que de un enorme salto, pasando por encima de ella, se convierte Mihăiță, destruyendo su vestimenta, dando hincapié a la metamorfosis. Mostrándose en la misma semejanza del pelaje, el color de los ojos de un oro precioso, y ni se diga de su excelsa mirada, era la misma presencia que su pequeña, pero con mayor poder, imponiendo su autoridad como líder y no debía faltar el aullido, su perfecta sinfonía para sincronizar las mentes, haciéndola de su propiedad.

Pero se ensombreció de lo que era, se echó a correr y le dio la libertad por un momento, hasta que Incrusto las patas en el suelo encorvándose para agarrar vuelo. Y corrió detrás de ella, hacia el sembrado cercano a la entrada del monte que es donde inició a correr su preciosa hija… Dobla más la patas y haz presión para impulsarte, no cierres los ojos si te mareas, acostumbra tu visión y sigue corriendo, que estoy por alcanzarte Era atemorizante la manera en la que se expresa con ella, pero nada cambiaba entre ellos, no hasta que le demuestre que es superior a él.

por **Kalani** Sáb Nov 05, 2016 8:59 pm

“Este es nuestro juego privado.
El ganador obtendrá la vida y el perdedor bailara con la muerte.”

Comenzaba a vivir sin siquiera tenerlo presente, estaba apagada en un lugar oscuro donde solo una luz que daba directamente a su ser le hacía comprender que no estaba en la nada. Pero no era un lugar físico, era como estar encerrada en su mente, en la parte que controlaba de esta, pues todo aquel fragmento de sus ser que no era manejado a conciencia estaba al mando de sus acciones, ¿Cómo sabría de la emoción de su padre?, su verdadero ser jamás comprendería al ser que emergía de ella pero se sentía segura durmiendo en aquella oscuridad, separándose del mundo terrenal y dejando el dolor atrás, aun consiente de que tendría que volver en algún momento.

Sin darse cuenta sucumbía a las tentaciones de aquella nueva realidad, sin darse cuenta de que su deseo de huir para siempre fue entregado en bandeja a Mihaita cuando aulló a su lado, sincronizado, para siempre. Y solo por eso quiso correr, lo más fuerte que dieran sus patas, saliendo por sus medios de la vivienda, rompiendo puertas, ventanales, jarrones y cuadros que se pusieran en su camino hasta encontrar la salida. Y sin importar que tan fuerte corriera su padre era como una sombra y su voz resonaba en su mente una y otra vez haciéndola marear, sus patas se enredaban entre si haciéndola tropezar pero no gastaba tiempo en el suelo, buscaba la forma de mantener el equilibrio para seguir huyendo de aquella voz.

No parecía ser como su padre aun, consiente de sus capacidades y su existencia. En su caso jamás había sido dueña de nada, su propio ser fue encarcelado pues su pecado fue nacer. Ambos habían renacido aquella noche, tanto padre como hija corrían libres de las cadenas que apresaban sus mentes y corazones, temores, engaños y rabia quedaba atrás bajo la luz de la luna, la brisa fresca limpiaba su ser como si de caricias se tratara. El bosque recibía a la hija que hace tanto tiempo había sido alejada de su habitad, y la llenaba de arrumacos y cálidas bienvenidas, era a donde pertenecía y por primera vez lo entendía. Kalani la chica humana no tenía cabida en el mundo, pero la lycan podía ser dueña de sus pasos. Finalmente la humana no era más que un capullo marchito, lleno de sensaciones negativas que era el filtro para permitirle existir de otra forma, más allá de eso… ni siquiera era considerada una persona, no sabía vivir como una pero en esa forma parecía estar en sus venas, corría aquel instinto y en esa forma su padre la contemplo por primera vez como un ser vivo.

Arrasaba con todo a su paso, como si fuera a llegar a algún lugar donde no pudiera alcanzarla la voz de su padre y como si lograra tomar el control por un momento se detuvo en un claro de luz… donde se podía ver el cielo perfectamente, esa noche ocurrieron cosas importantes, pero en ese momento solo latía con fuerza la idea de que se había enamorado por primera vez en su vida…. De aquella grande y hermosa luna, dándose cuenta de que no podría vivir más si era despojada del placer de salir todas las noches a verla y ya no le importaría que Mihaita fuera su padre, aun si este le rompía todos los huesos del cuerpo no pararía de luchar con tal de volver a ver aquella gema que se sostenía sobre ellos - ¿Cómo pegaron una perla de tal magnitud en el cielo? – se preguntó a si misma sin saber aunque su mente estaba abierta para su padre en esos instantes- el viendo silva pero no lo comprendo, ¿Qué intenta advertir? – todo era demasiado nuevo, jamás había tenido clases, nunca había salido de aquella jaula. Se sentó en el pasto, hipnotizada por aquel resplandeciente objeto rodeado de enormes luciérnagas - ¿Qué es eso?.

por **Mihăiță** Mar Nov 29, 2016 8:27 pm

No podía mentir, sentía una fascinación deleitar a su sangre correr en cuatro patas, el saber que era suya, si le brindaba una satisfacción, pero incompleta, si la acepta como hija es porque el orgullo ya lo tenía, más debía de ganárselo, perder esa debilidad que destruye todo su valor, que se fortalezca es la única manera en la que se ganara su respeto. Que de nada servía la orientación si no la supera, podría estar dirigiéndola, pero si ella no le escucha, no servía de nada. En pocas palabras tenía que superarse, y eso es superarlo. Ahí es que no pedirá perdón por las atrocidades que ha hecho, no es de su naturaleza hacerlo, ni remediara lo sucedido, eso pasó porque así sucedió y punto. Al igual que no espera que le agradezca, lo hizo por su bendito bien, e igual a su manera pero quería un futuro brillante para ella.

Que sí, es emocionante ver como cae pero ella sigue, no permite estancarse a su caída al contrario ve como busca la manera de seguir, quizás por miedo a que le alcanzara, podía percibir su temblor, pero conforme corría, este se desvanecía, pareciese que no es por el que huye, sino que sus ojos han sido viciados por la luz que otorga para ver con entendimiento a lo que está al alcance. Estaba cegada con la impresión, con lo desconocido, le permitía que siguiera ese instinto, sus patas se encajan más en la tierra pisada, disminuyendo la velocidad, manteniéndose detrás de ella, necesitaba observar a la perfección. Ver como un cachorro se presenta ante un mundo que solo es para quien lo controla. Porque la luna así de hermosa que se reflejase es tan maldita e hipócrita, estaba en su mayor fulgor, y a las bestias las provoca, a ella es que le sorprendió que asesinar no fuese lo primordial en cuanto se transformó.

Estando conectados los corazones, ella pertenecía a su manada ahora, su sangre es que los une más, y no bastó con que empleara el olfato para percibir su presencia, en automático era guiado hacia ella, trotando, meneando la cabeza, sacudía el pelaje y se depositó su cola en el pasto y las patas al frente, sentándose, mirando al frente y no a la Luna como ella lo hacía.

« Son muy pocos los que saben la realidad de esa Luna llena, es un monstruo que cela a aquellos que gozan de hermosura… ¿Sabes por qué es que brilla como nunca? Porque son las sombras, las luces que arrebata de los humanos, ella quiere ser la única bella, y destruye a todos con una bestialidad. Ella es controladora de todos, su ejército que ha creado es para asesinar a todos y todas, y cuando lo ordena, los lycans aúllan al final de la catástrofe porque ruega porque su sombra sea devuelta.»

Sus garras se incrustaron en la profundidad de la tierra, hablándole a su progenie…« ¿Acaso te sigue pareciendo una perla? » Era una crueldad divina, lo admite, pero de esa manera él sería más divino que todos. « Es tu guía, es la manera en como la luna te va a dirigir a que cumplas su cometido, quiere que asesines, eso es lo que te está diciendo, mira mi rostro, así es como lucen ahora. » Giró la cabeza, exponiendo el rojizo de sus pupilas, como si fuesen suplantadas por sangre, porque eso es lo que se esperaba. Más Mihăiță ha logrado dominarse, controlar a veces las emociones grotescas, pues la conciencia no es de ayuda cuando se tiene el deseo de matar. Por lo que, para ser su primera transformación, ha sido impactante.

Continuará...

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