La función termino... -Libre

por **Deméter Tziolis** Mar Jun 14, 2016 10:46 am

Bailarina, danzas y vuelas.

La cara tuya, luna llena,
luz de silencio y risa,
azulada, sonriente, bella.

Danzabas como las flores
danzan en primavera,
hoja de otoño en el viento,
gotas de lluvia,
en vapor de agua regresas.

Bailarina, Danzas y vuelas… y vuelves a danzar.

Dentro de aquella gran carpa donde los colores iluminaban cada espacio, donde los asientos estaban desocupados y donde diarios Shows se presentaban ahí me encontraba yo en el plato central del gran circo gitano. Extendí mis brazos y di vueltas sin sentido ni lógica la cosa era disfrutar de aquel lugar que a pesar que estuviera a media oscuridad se podía disfrutar. Un, dos y quizás tres faroles improvisados estaban prendidos, iluminando escasamente el lugar. La noche estaba en su plenitud y solo quedaban los rastros de la última función. Me detuve en seco y camine en silencio mientras intentaba recordar el primer baile que había aprendido, fui hasta mi pequeña bolsa y saque mi tobillera de cuero negro de la cual colgaban 3 cascabeles, uno morado, uno plateado y otro bronceado, era una reliquia familiar era de mi madre y muy pocas veces lo ocupaba esta noche seria exclusiva en su memoria. Tome asiento en el suelo subiendo un poco mi vestido para poner el cascabel en mi tobillo. Suspire notoriamente y me levante, mis pies descalzos hacían contacto con la lona que cubría el suelo.

Los cascabeles comenzaron a sonar a la par, chocando unos con otros. Me detuve en el centro de la carpa recogí una tela de color claro que había en el suelo, quizás a una bailarina se le había caído pero el destino había querido que yo lo encontrara. Sonreí a mi suerte bendita en tiempos que uno más la necesitaba. Pase la tela entre mis dedos afirmándolas y con una aplauso comencé a mover mi cuerpo, una danza de tiempos olvidados, donde solo había una fogata a la cual bailar y ahora la tomaba como mi propio espectáculo el silencio se interrumpió a medida que los cascabeles sonaban acorde mis suaves movimientos iban y venían, la tela ondeaba a la par que mi cuerpo, una vuelta a mi derecha, estirar mis brazos al cielo, dar un brinco y caer en mis pies para girar suavemente. Detenerme en seco para que el silencio volviera, otro aplauso y una carcajada acompañando los sonidos que propios iba haciendo, una pirueta en el aire y la tela cayo de mis manos como cual pluma cae lentamente, corrí en círculos moviendo mis brazos, mis cabellos ondeaban de un lado a otro, seguí con mi danza otra pirueta un salto invertido hacia atrás los cascabeles seguían sonando caí suave al suelo y mis rodillas tocaron el piso deje caer mi cuerpo sobre la tela… el final de un ritual…. El termino de mi baile una carcajada de felicidad salió de lo más hondo de mis pulmones y todo volvió a un silencio, sepulcral. Mi respiración estaba agitada hacía tiempo que no me movía así.

Cerré los ojos dejando que la oscuridad y el silencio me envolvieran como un suave manto de tela fría. Bailar para un circo era bueno si quería hacerme de conocidos, el único problema era que no podíamos bailar libremente, tenían parámetros y también estaba la estrella principal, la de mejores movimientos y que siempre lograba destacar. Mis bailes eran milenarios mi abuela y todas las ancianas de la caravana me las habían enseñado, había sido la gracia por ser la única mujer en nacer aquel año… mi pecho se volvió a inflar mientras volvía a suspirar….

por **Jaehaerys Drage** Lun Jun 27, 2016 2:26 pm

La noche llego, las estrellas se encontraban adornando el eterno, oscuro y hermoso firmamento en el cielo inalcanzable pero exquisito de contemplar, como pequeñas almas que tras cumplir su cometido en el mundo terrenal se unían a muchas otras para contemplar a los vivos deleitándose con recuerdos del pasado o al menos eso era lo que siempre le habían dicho a Jaehaerys cuando la tata contaba historias, que en su mayoría eran un poco aburridas pero que cuando hablaba de cosas sobrenaturales podían ser las mas fantásticas.

En fin, el no tan pequeño Lord Drage ya no era mas ese niño tan mimado y lleno de vida, podría decirse que lo único que quedaba de el era su nombre y apellido, ahora era un hombre alto de rasgos finos y una mirada tan profunda que las mujeres tendían a perderse en ella cuando pasaban a centímetros de el, mas aquella noche tras rememorar un poco, se dispuso a seguir con su hobby de recorrer sin rumbo fijo y a paso ligero las calles o caminos en los que llegara a estar, ya fueran hermosos o en su defecto de tierra, le daban una sensación de libertad que no podía encontrar en ninguna otra parte.

Aun cuando extrañaba el calor del sol en el rostro por las mañanas o el latir de su corazón, ahora que era un ser inmortalmente bello, intentaba sobrellevar ese pesar y olvidarse por completo de aquellas experiencias. Sin darse cuenta había llegado en su andar a un circo que carecía de mucha gracia visto desde afuera ya que todo estaba levantado y no se podía apreciar algún sonido en concreto de festejo o función que estuviera siendo llevada a cabo, la curiosidad lleno por completo su cabeza y se dejo llevar por la misma cuando con tranquilidad y un poco de cautela se acerco para ver mas de cerca el establecimiento.

Al estar ya mas adentrado en los dominios de aquel lugar sus sentidos se vieron abrumados con tantos olores, sonidos bajos que para el eran tan claros y sentía por alguna extraña razón un picor en la garganta, el cual ignoro ya que no representaba una molestia muy grande, pero en medio de todas esas cosas sintió un olor especial acompañado de aquel ritmo tan peculiar, como si estuviera sincronizado con los latidos un tanto acelerados de quien fuese que estuviera en aquel sitio.

-Recuerdo que me advirtieron de lugares como estos....pero quiero saber quien es la dueña o dueño de aquel olor y ritmo exquisito-Esas fueron las palabras exactas que salieron de su boca justo antes de intentar tranquilizarse y comenzar su camino en busca de aquella persona.

Con mucho cuidado fue recorriendo el lugar, intentando concentrarse solo en ese ruido, escondiéndose en las sombras para evitar causar alguna molestia o ser interrogado ya que vestía una ropa muy elegante, pero antes de poder llegar al origen de esa hermosa melodía conjunta, vio colgada una ropa que le quedaría a la perfección y no le haría destacar tanto dentro de aquel lugar por si le llegaban a ver, por lo que se cambio lo mas rápido que pudo y por fin logre verla.

Aquella mujer era tan hermosa que el no podía creer lo que sus ojos estaban percibiendo, su cabellera de un color espectacular, aquel cuerpo tan esbelto y que parecía moldeado a la perfección se movía con tal delicadeza y belleza que era todo un placer el poder mirarla, tan callado, inmóvil, solo disfrutando de aquel espectáculo, al final noto que el causante del sonido eran una especie de cascabeles colgados de su tobillo y fue entonces que una sonrisa asomo en su rostro cuando la escucho reír, para el incluso eso era bello.

Noto que el corazón de aquella mujer estaba acelerado y se concentro en poder oírlo latir tan errático, y fue entonces que ella cerro los ojos y Jaehaerys logro acercarse un poco mas todo con cautela y silencio para no perturbar su paz y tranquilidad, sintiendo su ritmo cardíaco disminuir poco a poco y ese aroma que emanaba de ella, tan delicioso que para el vampiro resultaba embriagante, camino un poco para tomar un desgastado violín que se encontraba cerca y dando unos pasos atrás comenzó tocando una suave melodía, lo que no sabia era que sus ojos se estaban tornando color miel por algo que desde que entro a aquel lugar no había notado y es que era.....un Circo Gitano y en estos lugares había cosas que hacían a los vampiros destacar de una u otra manera.

La función termino... -Libre Tumblr_n03ao63CtZ1r52z5eo2_500

por **Deméter Tziolis** Lun Sep 19, 2016 5:06 pm

Yo soy la muchacha del circo,
por una moneda yo doy
un poco de humilde belleza,
un poco de tibia emoción.
Yo soy la muchacha del circo,
por esos caminos yo voy
ceñida en mi malla de seda
repartiendo a todos
flores de ilusión.

Di un último salto y caí de rodillas dejando que mi cuerpo lentamente llegara al suelo y se esparciera como cual pluma cae desde el cielo, una extraña melodía comenzó a envolver el silencioso circo que hacia escasos segundos eran inundados por el sonajero de mis cascabeles, no tenía la intención de levantar mi cuerpo todo en mí se relajó, llenándome de sentimientos y emociones, haciendo que todo lo que me gustara me envolviera como un manto, estire mis piernas y brazos oscilando mi cuerpo al ritmo de las notas que parecían apenas audibles, con los ojos cerrados, me di el tiempo de soñar…

Colgada del frágil trapecio su cuerpo elegante parece – comencé a cantar acompañando la melodía del violín que aun parecía oculto entre las sombras, no sentí miedo, solo unas ganas de libertad continué con el cantico que salía naturalmente de mis labios como si lo hubiera ensayado antes - al saltar, una paloma blanca que al cielo, con ansia loca, quisiera llegar. – tendida en el plato central del circo solo me limite a los movimientos que podía hacer, moviendo con suavidad mis brazos y piernas mientras mi cuerpo se enroscaba y estiraba - Mientras la gente, emocionada, contempla inquieta su salto mortal, bajo la lona del viejo circo, un frio de muerte se siente cruzar. – y aquello era lo que sentía en ese momento, el frio pareció caer del cielo o seria que mi cuerpo estaba recobrando la temperatura ambiental. - Ahí va la muchacha del circo; no encuentra consuelo ni amor, - la melodía se acercaba a mis oídos y mis palabras salían con más fuerza siguiendo la armonía - regala a otros la dicha y sufre miseria y dolor. - la vida del gitano no era la mejor, aún era mal vista entre las clases sociales, mi cantico parecía una declaración de realidad - Por fin, una noche, la mano, cansada, al trapecio aflojo y... pobre muchacha del circo! buscando un aplauso la muerte encontró.

Me quede en silencio cerrando mis ojos respirando con lentitud - muéstrate hombre de las sombras – ninguna mujer que conocía hubiera hecho aquello husmear en un circo, más cuando alguien estaba en el interior, las supersticiones eran un buen aliado a veces, tampoco mis instintos fallaban y sabía que era un hombre, quien había osado interrumpir mi minuto sagrado… solo me quede en silencio a la espera del intruso.

por Contenido patrocinado

La función termino... -Libre

La función termino... -Libre

Re: La función termino... -Libre

Re: La función termino... -Libre

Re: La función termino... -Libre