Grandes Placeres carnales (Anthea Dione)(+18)>>Privado

por **Kenner Clapton** Mar Jun 21, 2016 2:18 pm

Hacía ya unos cuantas semanas que Kenner había llegado a parís y desde ese momento no había tenido la oportunidad de saciar sus placeres carnales entre las piernas de una doncella o una hermosa mujer, ya que había gastado todo su tiempo en arreglar algunas cosas con sus socios, para poder abrir nuevamente su club nocturno, buscando empleados y preparando todo para poder ofrecer servicios a todas las razas de parís, así que no había tenido ese tiempo disfrutar de las caricias femeninas, el poco tiempo que había obtenido lo uso para alimentarse y saciar su sed de sangre, de la cual de momento estaba satisfecho, otro motivo que le hacía ahora estar sentado en aquella agradable cama, esperando la compaña femenina que vendría a llevarle al paraíso según las palabras de la mujer que le había atendido con una sonrisa muy coqueta de seguro siendo capaz de ella misma ofrecerse para darle el placer carnal que venía a buscar, aunque él era más de estar en el infierno no en un paraíso por su maldad y naturaleza vampírica, no negaría su compaña pero llamarían a una de las mujeres más hermosas y capacitadas para darle el placer que se merecía, el otro motivo que le había hecho estar allí era que el precisaba aparentar más humano, para eso un hombre soltero con gran cantidad de dinero precisaría la compaña de una mujer hermosa, cuando no se tiene una en su casa, se deberá buscar un lugar elegante donde saciar sus deseos en el cuerpo de una que esté dispuesta a lo que sea por el dinero que le eres capaz de pagar, por ese motivo para que se crearan rumores de su estadía allí, para que las mujeres rumorearan el atractivo chico que había estado recibiendo placer de una de sus compañeras, poder dar un hincapié a su deseo terrenal volviéndolo un humano más entre los socios mortales y de otras razas, que no fueran capaces de localizarlo como un inmortal.

En ese momento se encontraba sentado de espalda a la puerta donde entraría la joven ya se había desecho de parte de su vestimenta de sus ropas superiores quedaba solo con sus pantalones puesto, a un lado de la cama descansaba su elegante bastón con cabeza de dragón, el cual era hecho en plata y sus ojos dos rubís rojos que podían destellar en la oscuridad con la iluminación adecuada, este apenas reviso de lado al escuchar los pasos y la respiración de alguien, por el latido de su corazón y la velocidad en la que caminaba, supo que era una mujer, cuando termino de ladear la cabeza observo buscando ver quién y qué tan hermosa era como también que llevaba puesto la chica que esta noche le llenaría de placer entre sus piernas.

-Llegáis en buen momento my lady, os estaba necesitado

Menciono buscando parecer un hombre con bastante interés de gastar sus energías en el cuerpo de la mujer, buscando sentir grandes placeres en sus carnes y disfrutar de una noche de placer inolvidable bajo las caricias de la joven que se ofrecía para ello.

por **Anthea** Miér Jun 22, 2016 7:28 pm

Anthea, era una mujer, que poseía un estatus social, un buen apellido, y el dinero suficiente como para no trabajar con su cuerpo, cuando no se encontraba de humor. Podía encontrar otras formas de divertirse o de acumular aún más poder económico del que ya contaba. Pero aquel que había sido su salvador, y el hombre que la había introducido en aquel antiguo negocio, le había enseñado que no existía mayor placer, que el de la seducción, la conquista y la lucha de dominación y sumisión. La griega sabía que en parte, aquel hombre había tenido razón, pues su corazón latía con celeridad, cada vez que recibía algún mensaje de parte de quien regía el burdel. Bien sabían que ella era exigente con sus clientes y que no cualquiera era aceptado entre sus sabanas. Por ello, permanecía en su palacete, a la espera de un mensaje interesante, como el que recibiera unos minutos atrás.

Vistió un traje de dos piezas, en color celeste, con un escote sugerente, que dejaba a la imaginación, pero que provocaba que ésta volara rápidamente. Perfumó su piel, con un delicado perfume a rosas y tras terminar de prepararse, se dirigió a donde su chófer la esperaba.

Minutos mas tarde, descendió del carruaje, entrando al burdel por la parte trasera, no deseaba que nadie la viera. Se detuvo unos instantes para dejar su capa y saludar a la madame, - Dime... ¿que os pareció? - susurró mientras guiñaba un ojo y la mujer reía, - pues, si no fuera que desea a una mujer de extrema belleza... nos hubiéramos sacado los ojos por él - rieron ambas, una, porque sabía que sabía que lo decía por el cariño que existía entre ellas, y la otra, porque podía confiar sus mejores clientes, a una mujer que no los defraudaría. Caminó por los pasillos que daban a las diferentes habitaciones del lugar, apresuró su paso para llegar aún mas rápido junto al caballero, no era cuestión de hacerlo esperar. Detuvo su paso al llegar a la puerta e inspiró profundamente, suspirando luego, cerró sus ojos y sonrió, al momento de abrir la puerta y encontrarse con el misterioso caballero.

Le observó detenidamente, mientras de forma pausada y delicada, cerraba la puerta detrás de ella. Sus ojos delinearon la espalda del hombre, su musculatura, el cabello, la forma de la mandíbula, con mirada seductora y una suave sonrisa en sus labios, se fue acercando a donde él la esperaba. Los dedos de su mano recorrieron uno de los hombros desnudos, - pues... aquí me tiene monsieur... - dijo con su voz tan dulce y seductora como la seda.

por **Kenner Clapton** Miér Jun 22, 2016 11:36 pm

El vampiro estaba aguardando, observando todo de la habitación, cuando comenzó a sentir el aroma femenino que se acercaba, un latido de corazón se aproximaba, el cual se detuvo frente a la puerta para luego entrar finalmente, observando tranquilamente que una bella dama estaba presente, al caminar y su aroma liberado en la sala nada mas entrar, dejaba saber que se trataba de una mujer importante, no era una prostituta mas, el había visto mucha de ellas y esta mujer incluso se podría decir que no seria una prostituta su piel estaba muy cuidada, no era como el de muchas mujeres que habían sido usadas una y otra vez por distintos hombres, mucho muy pocos gentiles. pero los pasos de ella hacia el el latido de su corazón, hizo que se fijara en ella y como sentía la mano de ella sobre su cuerpo el calor, de la fémina hizo que elevara la vista para que la voz dulce de la joven llegara a su oído, no negaría que tenia talento para engatusar a las personas, este lo que hizo fue extender su mano y tomarla de la cadera, para hacer que la joven se sentara a horcajadas sobre el, mientras el acariciaba su cintura viendo de frente a la joven, analizando sus labios y su vestimenta esos hermosos senos que la joven tenia en su frente, este se acerco al hombro derecho besando el mismo para marchar hacia su cuello de forma elegante, dejando besos en ella, para detenerse cerca de su oído y susurrarle.

-Sois muy bella madam, de seguro pasaremos una hermosa noche my lady...

Dijo en un acento claro de que era un extranjero ingles, comenzando a besar su cuello, dejando besos en estos y mordiendo suavemente, sin asomar sus colmillos,mientras sus manos acariciaban las piernas e la joven metiendo sus manos bajo la falda de ella, acariciando con deseo sus pie. teniendo cuidado de no lastimaría con sus garras al rasgar su piel con estas manos, subió sus labios a besarle y luego muerde su labio inferior tirando de estos para luego, empezar a besar de nuevo su cuello y luego besar el escote de su ropa que estaba bastante pronunciado, para luego lamer este de forma suave probando la piel de la joven que era sumamente exquisita, llevo sus manos hacia arriba sacándolas de las piernas de ella, para empezar a desprender su corset, con bastante facilidad y maestra dejando claro que el tenia talento para aquello o quizás muchas practicas, dejo que aquello cayera para poder ver los senos de ella y luego degustar de estos elegantes senos.

por **Anthea** Jue Jun 23, 2016 5:01 pm

Su mano derecha, cruzó el espacio del hombro al cuello, hasta enredar sus dedos en el cabello masculino. En un rápido movimiento se quitó los chapines forrados de tela y pedrería, que volaron lejos de ella, en el momento en que los fuertes brazos del hombre la atrajeron a él, haciendo que terminara sentada en sus regazo. Sonrió divertida y excitada, - válgame Dios - pensó, al tiempo que enterraba sus manos en los cabellos masculinos, acercando su cuello a los labios seductores, inclinando su cabeza hacia atrás, dejando que él la besara y acariciara. Su respiración se volvía mas y mas acompasada a las caricias y besos. Supo que él poseía práctica en como tratar a una dama y sonrió, mientras mordía su labio inferior, aún con los ojos entornados, deseosa de poder disfrutar mejor de aquellas caricias que lograban estremecerla.

Abrió los parpados al escuchar las palabras en su oído, entonces se inclinó sobre él, - pues... demostráis, monsieur... que sabéis complacer a una mujer con caricias y besos - le susurró, dejando que un suave gemido se deslizara entre sus palabras, lamiendo el lóbulo de su oreja. La respuesta fue unos excitantes mordiscos en su piel, hasta llegar a los labios, él le dedicó un juego de dominación, manteniendo aprisionado entre sus labios el labio de la mujer, a lo que ella atacó buscando un beso apasionado, uno que le encendiera, tanto como él estaba logrando hacer con ella.

Las manos masculinas, explorando sus piernas, enfundadas en medias de seda, le provocaron pequeños temblores, pues eran un tanto frías, pero no por ello menos seductoras y posesivas. Con agilidad la liberó del apretado corsé, haciendo que sus senos se movieran libres, bajo la semi transparente tela de su ropa interior. Suspiró tras sentir como las manos de aquel hombre seguían acariciando su cintura, caderas y espalda. Buscó besarle en los labios, jugar con su lengua, suspirar en ellos, cerrando los ojos, sintiendo el aliento y la voracidad de los besos. sus manos seguían acariciando el cuero cabelludo, enterrándose en los cabellos, o deslizándose por la nuca y la espalda, acercando sus pechos y abdomen al musculoso torso de su cliente.

por **Kenner Clapton** Jue Jun 23, 2016 8:46 pm

El hombre había visto lo hermosa que era y le había agradado que la mujer responsable enviara tan bella dama y atractiva mujer que de seguro el hombre aunque tuviera que hacerlo simplemente para poder hacerse pasar por mas un humano, no negaría que le agradaba el deseo de pasar con la muchacha, cuando libro el corset de la joven pudo sentir los besos y caricias de la joven sobre su cuello y como acariciaba su cabello, de seguro esa era la parte que mas le había agradado de momento, hasta que viera otras partes de su cuerpo, aunque no negaba que sus brazos le agradaban y su cuerpo estaba siendo bien tratado por la joven, por los besos llenos de pasión de la mortal, algo que el ya había perdido hace mucho tiempo, pero que no por eso dejaría de disfrutar de la joven, luego de ese beso el bajo sus besos avanzando desde su cuello hasta sus senos besando ambos con cuidado pero al mismo tiempo empezando a hacerlo con deseo de poseería, mientras sus manos apretaban con ganas su trasero, comenzó a lamer de un seno al otro empezado por el derecho para succionar con ganas su pezón, como si drenara sangre de ella para luego, hacerlo con su otro seno para girarla y dejarla boca abajo sobre la cama y el sobre ella.

-Os haré gemir mucho y disfrutare con vuestros orgasmos my lady...

Dijo mientras empezaba a acariciar su vientre de forma suave y bajaba hacia su sexo, metiendo su mano de traviesa dentro de de su ropa intima para empezar a rozar su clítoris y luego a golpearselo levemente amenazando con que la penetraría con un dedo mientras su boca disfrutaba de sus senos abajando a besar su vientre y volvía a subir besando sus labios, quería escucharla jadear quería hacerla jadear con ganas, le encantaba y se deleitaba con sentir a las hembras jadeando y gimiendo por lo que el les hacia.

por **Anthea** Vie Jul 01, 2016 12:11 am

Había pasado noches especiales con caballeros, nobles y algún que otro rey, pero no muchos se exigían dar placer, antes siquiera de recibir. Aquella característica en el actuar del caballero, la conquistó. Lentamente siguió desvistiéndola, como si fuera una de aquellas modelos, que los pintores se dedican a plasmar en sus bellas telas. Cerró los ojos, dejando que las caricias del roce de las telas, al caer, se unieran con las que sus manos le proporcionaban, suspiró, gimió, ante cada nueva sensación. Sus besos encendían aún más la pasión, le tomaba de sus nalgas y las apretaba, acariciaba, cada vez más posesivo.

Con un movimiento rápido, el caballero la tumbó sobre el lecho, para colocarse encima de ella y seguir acariciando, su vientre que por las caricias, instintivamente hundía, su respiración era más rápida, según los besos se deslizaban a sus senos, aquella boca se cerró sobre uno de sus pezones y comenzó a succionar, no con la suavidad de un infante, sino con la desesperación de un amante. Anthea, arqueó su columna, haciendo que el pezón entrara más en la ávida boca. Con el cuello extendido, su coronilla rosando el lecho, y su boca abierta en un grito contenido, aceptó cada una de aquellas pequeñas torturas, que pasaban de un seno al otro.

Una de las manos de aquel hombre, se deslizó por su ropa intima, explorando su clítoris, apenas sentirle en ese lugar, la mujer abrió los ojos, buscó los ajenos, pero éstos se encontraban velados, demasiado concentrado en lo que hacía. Fue así que abrió un poco más sus piernas, para permitir un fácil acceso a su intimidad. El hombre comprendió el pequeño gesto, pues pronto llevó aquellos labios a los suyos, mientras la acariciaba, haciendo que ella gimiera en su boca, para terminar entrelazados por el ardor que la inundaba.

Fue así que haciendo presión, logró girarlo, para que el caballero quedara boca arriba, liberándose de él, y a la vez, permitirle desabrochar el pantalón, le miró a los ojos y sonrió mordiendo sus labios, en franca alusión al deseo de darle placer. Ella deseaba jugar con él, pero no haría nada que a su hombre – el de aquella noche – no deseara.

por **Kenner Clapton** Vie Jul 01, 2016 12:08 pm

Kenner disfrutaba del calor, que la mujer liberaba su inmortalidad le obligaba a vivir en la eternidad helada, donde el frió era la única sensación, lo más agradable era la sangre bebida directamente del cuello de alguna criatura incauta, pero el cuerpo caliente de una mujer era muy agradable al tacto del vampiro, por eso disfrutaba realmente más dándole placeres a la misma, disfrutando la piel de la joven, con sus dedos recorría y como estimulaba el sexo de la misma, para que esta gimiera cerca de él. Como la hacía entrar en más calor aun del que ella ya tenía, sus labios calientes, podía sentir la sangre pulsar por sus labios, como también su corazón acelerado por las estimulaciones, el cual causaba que la sangre de la joven bombeara con más fuerza, tentando al vampiro a clavar los colmillos en su cuerpo, pero lo resistiría, para la suerte de la mortal, hacía poco él se había alimentado, también para erectar su miembro usando justamente la sangre, sus labios pasaron a su cuello el cual lamió y mordió sin las timarla realmente, para sentir como la joven le voltea y el queda sobre ella, jamás le hubiera podido hacer si no fuera porque el inmortal contenía su existencia, para no llamar demasiado la atención, con sus piernas sobre su cuerpo, podía sentir parte de la excitación de la joven y el calor que sus piernas liberaban, el mismo extendió las manos para acariciar sus redondos senos y masajearlos de forma constante y sin parar sonriendo levemente al ver que la joven luego de eso se libraba de el, para salirse y bajar sus pantalones, que era la única prenda que al hombre le quedaba a lo que asintió levemente y extendió una de sus manos para acariciar su rostro y luego, rozar los labios de la joven de forma lenta y dulce casi.

-Prosigue hazlo, usa tu boquita…

Dándole a entender que podía hacer lo que ella estaba pensando, el vampiro no precisaba dominar el poder de leer la mente, para predecir qué era lo que estaba pasando y lo que ella estaba deseosa de hacer, de seguro para devolverle el favor al inmortal por el placer que recién le había hecho sentir y él estaba seguro que disfrutaría, los labios calientes de ella en su cuerpo, los disfrutaría algo le decía que era una mujer candente cuando bien encendida para recibir y dar placer.

por **Anthea** Jue Jul 07, 2016 8:31 pm

Las palabras de Kenner, hicieron que la joven sonriera divertida, - por supuesto que os haré gozar – pensó, mientras mojaba sus labios antes de proseguir. Llevó su mirada a las caderas del caballero, con delicadeza continuó con el meticuloso procedimiento de desvestirlo, demorándose lo más que le fue posible, en busca de provocar la necesidad de sus caricias por parte del caballero. Se dedicó a desprender botón por botón, para acariciando las caderas, y bajando el pantalón, en el mismo movimiento, descubrió que aquel hombre además usaba ropa interior, lo que la hizo sonreír, le gustaba que fuera un hombre elegante, no como algunos que pensaban en ir sin interiores, listos para la acción, desperdiciando todo lo que podía brindar de placer y excitación, aquellos momentos previos. Mordió su labio inferior, llevando su mirada a la del vampiro, inspiró, haciendo que el aroma de aquella piel llenara sus sentidos, el perfume era misterioso, no podía reconocerlo, pero lograba erizar toda su piel. Volvió a subir un poco mas sobre él, besando su pecho, el estómago, al tiempo que sus manos se deslizaban por la cintura y las caderas masculinas, arrastrando con sus movimientos, la ropa interior que ocultaba el sexo de su amante.

Logró bajar el pantalón y los calzoncillos hasta las rodillas, arrodillada entre las piernas masculinas, acarició los muslos, deslizando sus delgados, largos y delicados dedos por la piel de las caderas, hasta llegar al estómago y volver a descender, pero sin tocar sus partes nobles, su mirada contempló aquella desnudez, su tamaño, su erección y no pudo dejar de buscar los orbes del caballero, una sonrisa se dibujó en los labios, mientras sus manos se deslizaban desde las caderas a tocar por primera vez el pene y los testículos, con movimientos suaves, presionando levemente fue acariciando y masajeándolo.

Pudo sentir como el pene tomaba mayor tamaño con cada caricia, sus dedos se deslizaron desde el glande por toda la extensión del miembro, provocando que éste creciera aún más en tamaño. Tenía la boca seca, la respiración alterada, por la misma excitación, en un acto reflejo, mojó nuevamente sus labios antes de abrir su boca, introduciendo primero el glande, lamiendo, degustando las pequeñas lágrimas de presemen.

Los movimientos fueron cadenciosos, suaves al principio, volviéndose más rápidos y profundos. Su respiración era corta, sus latidos cada vez más rápidos, siguió lamiendo, chupando, deseando darle calor con su cuerpo. En un momento en el que continuaba con aquellas caricias, levanto su cabeza, deteniéndose por un instante, buscó la mirada del caballero necesitaba ver en ella el deseo y pasión, aquello que le dijera que su amante lo estaba disfrutando, era una señal intima entre su amante y ella, deseaba saber si él estaba disfrutando con las caricias que ella le brindaba. Una extraña necesidad se apoderó de ella, fue deslizándose hasta los labios del caballero y le beso, buscando jugar con sus lenguas, mientras sus manos proseguían acariciando el pene y los testículos, anclando su pierna derecha a la cadera del vampiro, suspirando en su boca, con los ojos cerrados , deseosa de ser penetrada.

por **Kenner Clapton** Vie Sep 02, 2016 11:14 am

EL vampiro milenario, dejo que la joven jugara con su vestimenta, mientras apoyaba sus manos detrás de si mismo sobre la cama inclinando su cuerpo un poco hacia detrás dejando que la joven actuara, observando como buscaba provocarlo, pobre mortal si supiera la experiencia y por todo lo que el milenario había pasado ni se lo imaginaria, pero una cosa le agradaba a Kenner, era que dieran su mejor esfuerzo para agradarlo, buscando que el tuviera y sintiera lo mejor posible y eso seria recompensado para la joven por a ver tenido esa actitud, al notar que ella le había gustado su vestimenta interna y como, ella buscaba su mirada este sonrió suavemente y estiro su mano derecha hacia el cuello de la joven, haciendo un poco de presión en este, como si buscara clavar sus uñas en ella. Claro que podía a verlo hecho ya que ella no pasaba de papel para el si no se contenía, pero en ves de eso comenzó a hacer presión en su espalda, a aplicarle un masaje en su cuello, de forma suave uno que tenia milenios perfeccionando que servia para excitar hasta a la mujer mas pura, tocando cada parte de su cuerpo de forma que sintiera la necesidad de buscar mas de ese placer.

Se detuvo un instante acariciando sus hombros cuando esta decidió tomar la iniciativa de darle placer oral, empezando acariciar su sexo, tocando su miembro con ganas y luego aquella boca caliente en su sexo le hicieron soltar varios suspiros, si había algo que adorara el vampiro mas que la sangre era los labios calientes de una mujer, que le daban placer ya que mas allá del placer por estar recibiendo ese tipo de atención, era el de sentir el calor humano en su cuerpo, sentir el fuego que el se encargaría de aumentar en el cuerpo de ella, mientras la joven empezaba a darle esas atenciones con la lengua, este cerro levemente los ojos, su cuerpo sentía mejor las cosas, debido a sus poderes el vampiro había aprendido a disfrutar mucho mejor las cosas, extendió su mano lentamente hacia los cabellos de la joven las cuales recogió, mientras el abría un poco mas sus piernas para dejarla estar cómoda entre ellas, su miembro comenzaba a ponerse cada ves mas duro, el vampiro enviaba la sangre hacia esa parte el cuerpo, hacia pocos minutos que se había alimentado así que estaba en perfecto estado para realizar dicha acción.

Sus manos comenzaron acariciar, detrás de su nuca y su espalda buscando excitarla mas a través de unos masajes, incentivando su sistema nervioso, presionando con la fuerza necesaria para que sintiera una adrenalina recorriendo su cuerpo, incluso era capaz de hacer que se corriera solo con sus manos presionando los puntos correctos, este siguió estimulándola y acariciando también su mejilla, mientras la miraba.

-Eres muy buena pero sorprenderme querida...

Fueron sus palabras con una dulzura prácticamente hipnótica que haría que de su mente no saliera la palabra sorprenderme, que la joven tuviera la necesidad mejor dicho la obligación de usar toda sus herramienta para sorprenderlo, para lograr que el hombre que estaba delante de ella fuera totalmente satisfecho, este sonrió soltando unos suaves jadeos al sentir mas la lengua y el interior de la boca caliente de la mortal, cerro los ojos y miro hacia el techo sintiendo como sus ojos destellaban de una tonalidad rojiza dejando ver su naturaleza vampirica, pero al tenerlos cerrados no fue posible reconocerlo, sonrió mostrando levemente el colmillo derecho también al sentir ese placer, para luego controlar nuevamente su instinto vampirico y bajar la mirada, abriendo sus ojos los cuales ya se encontraban en una tonalidad normal, pero escondían el misticismo y secretos que solo ellos habían visto.

por **Anthea** Lun Oct 10, 2016 9:45 am

Asintió a sus palabras y descendió nuevamente, entre besos y caricias, lamiendo por momentos la piel fría de su amante, para detener su mirada en el miembro erecto. Con cuidado, comenzó nuevamente a estimularlo, con movimientos descendentes y ascendentes, lamidas, dejando que su imaginación y su instinto le dijeran cual era el mejor método para complacerlo.

manteniendo en su boca el miembro erecto, sus manos se dedicaron a recorrer, el estomago, las caderas, la cintura, sin dejar de complacer los testículos, cuando escuchaba como el caballero suspiraba, aquello, era una delicia para sus oídos, ya que significaba el buen trabajo realizado.

Mas el caballero no parecía ser de aquellos que se descontrolaban, impulsivos, deseosos de cubrirla con sus cuerpos y poseerla. Por el contrario, se trataba de un hombre, enigmático, misterioso, casi exasperarte para poder complacer, ¿como saber si lo estaba haciendo bien, si no podía ver en sus ojos esa pasión tan característica, en el hombre cuando solo desea desfogarse?

Un poco molesta con aquella situación, se fue moviendo nuevamente hacia arriba, besando, lamiendo apretando, acariciando, intentaba concentrarse, pero le costaba, pues al hermetismo emocional que era evidente en aquel cliente, la piel también se notaba mas fría que la mayoría. por un tiempo, había pensado que se trataba de la noche fría, de algún problema con la calefacción, pero ella comenzaba a sudar, perlando sus pechos, al igual que su sienes, pero él, se mantenía tan placido y frío, como cuando había entrado.

Su cabeza no dejaba de pensar en el porque de las cosas, mientras sus labios, de deslizaron por la piel del cuello, trepando hasta la curva que unía el cuello con la oreja, suspiró en el oído del caballero, abrió su boca y atrapó el lóbulo de la oreja entre sus labios, chupándolo en el interior de su boca. Le soltó suavemente, acercó sus labios aún mas a su oído, - decidme que deseáis y os complaceré -.

por **Kenner Clapton** Lun Oct 10, 2016 6:51 pm

Kenner disfrutaba el calor de los labios de la hembra humana que estaba prendida de su miembro, le encantaba desde milenios visitar este tipo de mujeres fáciles, ya que le permitían disfrutar de un placer muy agradable para el vampiro, sentir el calor humano pegado a su cuerpo, poder sentir el calor expedido por esta hembra en su miembro viril que se encontraba sumamente erecto gracias a que a había enviado sangre allí, podía sentir la presión ejercida por los labios de la chica, mientras que sus manos también constantemente se hacían cargo de su cuerpo, algo que le gustaba, dándole jadeos para que ella supiera que iba por buen camino, la muchacha se detuvo empezando a subir acariciando el cuerpo inmortal del hombre con sus senos y el resto de su ferviente y caliente cuerpo, algo que al vampiro le gusto sonriendo apenas de lados , para llevar sus manos a la cintura de ella y acariciarla sentir el ferviente calor de la mortal le hacia querer morderla, el sudor combinado con la sangre corriendo con mucha fuerza debido a la evidente calentura que la joven tenia al estar pegada a su cuerpo, se podía sentir en sus pezones y en el calor corporal que atraían al vampiro pero este con años de existencia lograba contenerse lo necesario, para no devorar su deliciosa sangre en ese mismo instante.
Sus manos desde sus caderas bajaron hacia su trasero perfectamente formado, se notaba que se trataba de una mujer de la élite, no era cualquier tipo de hembra sino una muy cuidadosa y tratada, de seguro pocos hombres tenían el placer de disfrutar de este cuerpo tan caro, de seguro pero para el vampiro eso no era problema, apretó su trasero con ambas manos y separo sus nalgas sonriendo cuando sintió la mordida de sus labios en su lóbulo y como la sangre de ella pasaba tan suavemente por sus labios y su cuello, conforme ella estaba mas cerca de su oído el mejor podía escuchar la circulación del divino carmesí que recorrían esa parte de su cuerpo.

Este subió una de sus manos acariciando su espalda, haciendo algo mas de presión en esa parte de su cuerpo para empezar a bajar su mano mientras, recorría su espalda vertebral usando toda esta, hasta llegar a sus nalgas donde metió el dedo mayor mientras hacia presión en su cadera para que ella sintiera el placer, ese dedo comenzó a rozar su ano acariciándoselo hasta penetrarla suavemente y su otra mano, comenzó a recorrer su pierna derecha hasta la rodilla levantadola luego para invitarla a que rodeara su cadera con esa pierna, haciendo que sus intimidades quedaran juntas, la mano que acaricio su rodilla hizo el mismo recorrido hasta su cadera nuevamente y escuchando lo que ella menciono respondió, acercándose a su oído casi hipnotizando la.

-Jadea para mi, me encantan las mujeres calientes...

Su intención era subir al máximo el libido de la mortal, para que ella quedara hecha una bola de fuego, era su forma de poder sentir el calor ya que el sol le había maldecido hacia ya milenios de no poder volver a sentir el caliente ardor de este y el fuego era sumamente peligroso para los vampiros, a el le encantaba hacerlas entrar en calor ferviente para sentir pegada a su piel el calor de la hembra de esta noche, siguió masturbando su parte trasera, mientras la delantera se rozaba de forma constante con su miembro que estaba listo para penetrarla y hacerla gritar, buscando provocar un shock de temperatura en su cuerpo al sentir algo frió entrando en su caliente intimidad.

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