AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Amistad sin prejuicios (Erlend y Moira). Continuación
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Amistad sin prejuicios (Erlend y Moira). Continuación
La oscuridad seguía en mí; en mi estado de semi inconsciencia lo único que era capaz de escuchar era los cascos de un caballo, sobre el que, al parecer, iba montada. Y un olor inconfundible, que me aportaba paz y dolor a partes iguales. Su voz, como si viniese de ultratumba, me animaba a despertarme, más no era dueña de mi voluntad en aquellos momentos.
De pronto el caballo cesó su trote, y sentí como Erlend me alzaba en brazos. Un sonido llegó a mis recuerdos, el sonido del mar; el mismo que escuchaba la noche que encontré al vampiro y nuestros caminos se cruzaron, para bien o para mal.
Un frío intenso recorrió todo mi cuerpo, cual puñales clavados en mi piel. Ese mismo dolor fue el que me hizo poder abrir los ojos, y observar como una sombra borrosa, pero que reconocería en cualquier parte al vampiro.
- Erlend.. ¿por qué has venido?.- susurré con un hilo de voz, para cerrar los ojos de nuevo.- Tengo frío.
Me acurruqué en su abrazo, colocando mi cara en el hueco de su pecho. Tratar de memorizar su olor era lo mejor que podía hacer antes de inmolarme hacia el amanecer.
De pronto el caballo cesó su trote, y sentí como Erlend me alzaba en brazos. Un sonido llegó a mis recuerdos, el sonido del mar; el mismo que escuchaba la noche que encontré al vampiro y nuestros caminos se cruzaron, para bien o para mal.
Un frío intenso recorrió todo mi cuerpo, cual puñales clavados en mi piel. Ese mismo dolor fue el que me hizo poder abrir los ojos, y observar como una sombra borrosa, pero que reconocería en cualquier parte al vampiro.
- Erlend.. ¿por qué has venido?.- susurré con un hilo de voz, para cerrar los ojos de nuevo.- Tengo frío.
Me acurruqué en su abrazo, colocando mi cara en el hueco de su pecho. Tratar de memorizar su olor era lo mejor que podía hacer antes de inmolarme hacia el amanecer.
Moira Landvik- Vampiro Clase Baja
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Fecha de inscripción : 17/05/2016
Localización : Paris
Re: Amistad sin prejuicios (Erlend y Moira). Continuación
La introduje en las frías aguas del salado mar, si eso no era capaz de despertarla de aquel letargo alcohólico nada lo haría.
Por una parte estaba enfadado, quizás no era justo, pues ella había soportado mis idas y venidas infinidad de veces. Aunque claro, con la diferencia de que yo siempre había llegado por mi propio pie, ella se había pasado tres cuadras, odiaba verla en ese estado que rozaba la irresponsabilidad, sobre todo en una dama de su belleza.
¿Cuantos hombres habrían intentado abusar de ella en ese estado? Tensé el gesto molesto cuando tras unas palabras que ni entendí se aferro a mi cuello, y con esas la saque del agua poniendo rumbo a nuestra casa.
Algo me decía que yo era en parte responsable de esta situación, y aquello me convertía en el culpable absoluto de su bienestar, había pagado amor con traición, o almenos así me sentía yo tras la conversación que habíamos mantenido días atrás.
Pero..¿Que podía hacer yo? Fui sincero, estaba enamorado de Katherina desde hacia un milenio, ¿como podía pedirme que no tomara la oportunidad que el destino me ofrecía ahora?
Vale que quizás me destruyese, vale que quizás me equivocaba, quizás tuviera razón en todo.
Pero, ¿como no probar? ¿Acaso ella podía asegurarme con certeza que aquello saldría mal?
Mis cartas estaban sobre la mesa, pensaba dar un paso hacia Ariyne aunque eso me separara otro de Moira.
Y no porque la mujer que portaba entre mis brazos no me importase, no era eso.
Era porque no me perdonaría no intentarlo con el único amor de mi vida.
Cuando llegamos a casa empece a quitarle la ropa mojada, mentiría si dijese que aquel simple acto no despertó en mi las oscuras ganas de tomarla, trate de evadirme, pensar en otra cosa, y mirar lo menos posible, pero a fin de cuentas era un hombre y el instinto funcionaba solo muy a mi pesar.
Una vez desnuda la coloque en la cama y la tape con las mantas, allí terminaba mi trabajo por aquella noche, no estaba dispuesto a mas.
Me tumbé en la cama tratando de recuperar la compostura y cerré los ojos dispuesto a dormir hasta el anochecer.
Por una parte estaba enfadado, quizás no era justo, pues ella había soportado mis idas y venidas infinidad de veces. Aunque claro, con la diferencia de que yo siempre había llegado por mi propio pie, ella se había pasado tres cuadras, odiaba verla en ese estado que rozaba la irresponsabilidad, sobre todo en una dama de su belleza.
¿Cuantos hombres habrían intentado abusar de ella en ese estado? Tensé el gesto molesto cuando tras unas palabras que ni entendí se aferro a mi cuello, y con esas la saque del agua poniendo rumbo a nuestra casa.
Algo me decía que yo era en parte responsable de esta situación, y aquello me convertía en el culpable absoluto de su bienestar, había pagado amor con traición, o almenos así me sentía yo tras la conversación que habíamos mantenido días atrás.
Pero..¿Que podía hacer yo? Fui sincero, estaba enamorado de Katherina desde hacia un milenio, ¿como podía pedirme que no tomara la oportunidad que el destino me ofrecía ahora?
Vale que quizás me destruyese, vale que quizás me equivocaba, quizás tuviera razón en todo.
Pero, ¿como no probar? ¿Acaso ella podía asegurarme con certeza que aquello saldría mal?
Mis cartas estaban sobre la mesa, pensaba dar un paso hacia Ariyne aunque eso me separara otro de Moira.
Y no porque la mujer que portaba entre mis brazos no me importase, no era eso.
Era porque no me perdonaría no intentarlo con el único amor de mi vida.
Cuando llegamos a casa empece a quitarle la ropa mojada, mentiría si dijese que aquel simple acto no despertó en mi las oscuras ganas de tomarla, trate de evadirme, pensar en otra cosa, y mirar lo menos posible, pero a fin de cuentas era un hombre y el instinto funcionaba solo muy a mi pesar.
Una vez desnuda la coloque en la cama y la tape con las mantas, allí terminaba mi trabajo por aquella noche, no estaba dispuesto a mas.
Me tumbé en la cama tratando de recuperar la compostura y cerré los ojos dispuesto a dormir hasta el anochecer.
Erlend Cannif**- Vampiro Clase Baja
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Re: Amistad sin prejuicios (Erlend y Moira). Continuación
De nuevo sentí el trotar del caballo, aún sin poder abrir los ojos. Más mi mente entró en una total oscuridad, de la que no recuerdo nada.
Me desperté sobresaltada, pensando que me ahogaba en el mar. Cuando conseguí enfocar la vista me di cuenta de que estaba en la cabaña, acostada en la cama.
Sonreí. Erlend me había llevado a nuestra casa. Me entristecí de pronto al pensar que sería por poco tiempo nuestra casa, pues si el vampiro seguía con la loba, nuestros días como compañeros estaban contados.Días....
-¡¡El Sol!!.- grité dando un brinco de la cama y saliendo a todo correr hacia la puerta.- No puedo esperar otra vez a que amanezca.
Corrí rápidamente hacia la puerta, hasta que me percaté de que estaba desnuda y frené en seco con la mano apoyada en el picaporte.
Me quedé sin respiración mientras mis ojos miraban hacia abajo y veían mi total desnudez. Cerré los ojos y los abrí varias veces, por si aquello era una visión propiciada por la embriaguez, pero no; allí estaba yo, a punto de tomar el sol, como mi madre me trajo al mundo.
Me giré hacia Erlend que me miraba fijamente desde su camastro.
- ¿Tú y yo no habremos....?- me tapé la mano con las manos avergonzada.- ¡Qué bochorno!
Era consciente de que Erlend y yo habíamos tenido nuestros encuentros, pero estar desnuda, sin saber que había pasado...y después de decirme que siempre había sido la loba su único amor..me estaba superando.
Me desperté sobresaltada, pensando que me ahogaba en el mar. Cuando conseguí enfocar la vista me di cuenta de que estaba en la cabaña, acostada en la cama.
Sonreí. Erlend me había llevado a nuestra casa. Me entristecí de pronto al pensar que sería por poco tiempo nuestra casa, pues si el vampiro seguía con la loba, nuestros días como compañeros estaban contados.Días....
-¡¡El Sol!!.- grité dando un brinco de la cama y saliendo a todo correr hacia la puerta.- No puedo esperar otra vez a que amanezca.
Corrí rápidamente hacia la puerta, hasta que me percaté de que estaba desnuda y frené en seco con la mano apoyada en el picaporte.
Me quedé sin respiración mientras mis ojos miraban hacia abajo y veían mi total desnudez. Cerré los ojos y los abrí varias veces, por si aquello era una visión propiciada por la embriaguez, pero no; allí estaba yo, a punto de tomar el sol, como mi madre me trajo al mundo.
Me giré hacia Erlend que me miraba fijamente desde su camastro.
- ¿Tú y yo no habremos....?- me tapé la mano con las manos avergonzada.- ¡Qué bochorno!
Era consciente de que Erlend y yo habíamos tenido nuestros encuentros, pero estar desnuda, sin saber que había pasado...y después de decirme que siempre había sido la loba su único amor..me estaba superando.
Moira Landvik- Vampiro Clase Baja
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Re: Amistad sin prejuicios (Erlend y Moira). Continuación
La vampiresa de pronto se alzo como dios la trajo al mundo y corrió desesperada hacia la puerta.
Abrí los ojos y me incorpore incrédulo mas que dispuesto a interceptar su avance hacia el infierno que si abría esa puerta le acontecía ahí afuera.
¿Acaso estaba tan borracha que no se había dado cuenta de que el sol ya estaba fuera?
Debió de volverle la cordura cuando se detuvo con el pomo de la puerta entre sus dedos, y me miró desubicada desde el salón, de echo al parecer su desnudez la había molestado de sobremanera.
Negué con la cabeza caminando hacia ella ¿acaso no me había desnudado ella a mi cientos de veces? ¿acaso esperaba que la dejase con las ropas mojadas?
Atrape la capa de pieles que había dejado horas antes reposando sobre la silla sin apartar mis ojos de Moira.
-Estas a salvo -susurré en un intento de tranquilizar a la aun muy borracha vampiresa.
Pase con sumo cuidado mis pieles por encima de sus hombros con suavidad para cubrir su desnudez, mas mis ojos quedaron prendidos de los suyos y nuestros alientos volvieron a encontrarse casi como nuestra piel.
-Acuéstate -sugerí tratando de separarla de aquel pomo y rodeando así con mi brazo su cintura para tirar de ella y ayudarla a llegar al caliente lecho que la esperaba -has bebido demasiado, mañana tendrás que tomar eso que sabe a diablos o la resaca no te dejara vivir -bromee tratando de no mostrarle el enfado que en parte llevaba por dentro por su irresponsable actuación.
Mañana con calma no tendría tanta suerte, y tendría que escucharme, le gustase o no.
Abrí los ojos y me incorpore incrédulo mas que dispuesto a interceptar su avance hacia el infierno que si abría esa puerta le acontecía ahí afuera.
¿Acaso estaba tan borracha que no se había dado cuenta de que el sol ya estaba fuera?
Debió de volverle la cordura cuando se detuvo con el pomo de la puerta entre sus dedos, y me miró desubicada desde el salón, de echo al parecer su desnudez la había molestado de sobremanera.
Negué con la cabeza caminando hacia ella ¿acaso no me había desnudado ella a mi cientos de veces? ¿acaso esperaba que la dejase con las ropas mojadas?
Atrape la capa de pieles que había dejado horas antes reposando sobre la silla sin apartar mis ojos de Moira.
-Estas a salvo -susurré en un intento de tranquilizar a la aun muy borracha vampiresa.
Pase con sumo cuidado mis pieles por encima de sus hombros con suavidad para cubrir su desnudez, mas mis ojos quedaron prendidos de los suyos y nuestros alientos volvieron a encontrarse casi como nuestra piel.
-Acuéstate -sugerí tratando de separarla de aquel pomo y rodeando así con mi brazo su cintura para tirar de ella y ayudarla a llegar al caliente lecho que la esperaba -has bebido demasiado, mañana tendrás que tomar eso que sabe a diablos o la resaca no te dejara vivir -bromee tratando de no mostrarle el enfado que en parte llevaba por dentro por su irresponsable actuación.
Mañana con calma no tendría tanta suerte, y tendría que escucharme, le gustase o no.
Erlend Cannif**- Vampiro Clase Baja
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Re: Amistad sin prejuicios (Erlend y Moira). Continuación
Erlend se levantó de su lecho, sorprendido al parecer por verme correr desnuda por la cabaña, más intuyo que creyendo que lo hacía porque todavía estaba bajo el estado de embriaguez.
Con una calma y paciencia a la que no estaba acostumbrada, Erlend cogió una capa de pieles y me cubrió con ella. El roce de sus dedos sobre mi piel desnuda hicieron que toda mi piel se erizase y mi cuerpo reaccionase ante él.
Recordé entonces que me había metido en el mar, y que quizás por ello mis ropajes estuviesen mojadas; razón por la que podría estar desnuda...o eso era lo que esperaba creer. Más hubiese sido capaz de lanzarme lujuriosamente sobre él, y no recordarlo.
Nuestros ojos se quedaron mirándose, y sentí su aliento sobre mí. Mi respiración entrecortada me recordó cuanto lo amaba, pero lo inaccesible que era ahora de mis deseos.
Bromeó con que a la noche siguiente me haría beber aquel brebaje que le hice beber yo...sonreí con dulzura. Tantos buenos recuerdos, que a partir de ahora comenzaría a añorar.
- Yo no bebo eso ni loca; lo dejo para los inocentes que me obedecen.- susurré mientras mi cuerpo y mi boca se aproximaban unos milimetros hacia él.- Estoy mejor; gracias por ayudarme.
Mi mente decía que mejor dejar mi locura para otro momento, al fin y al cabo amanecía todos los días; y no quería hacer pasar a Erlend por el horror de verme bajo el sol. Más mi cuerpo se negaba a moverse de su lado.
Me mordí el labio pensando en la situación, mientras mi imaginación volaba pensando en cual podría haber sido nuestro entretenimiento durante el día.
Con una calma y paciencia a la que no estaba acostumbrada, Erlend cogió una capa de pieles y me cubrió con ella. El roce de sus dedos sobre mi piel desnuda hicieron que toda mi piel se erizase y mi cuerpo reaccionase ante él.
Recordé entonces que me había metido en el mar, y que quizás por ello mis ropajes estuviesen mojadas; razón por la que podría estar desnuda...o eso era lo que esperaba creer. Más hubiese sido capaz de lanzarme lujuriosamente sobre él, y no recordarlo.
Nuestros ojos se quedaron mirándose, y sentí su aliento sobre mí. Mi respiración entrecortada me recordó cuanto lo amaba, pero lo inaccesible que era ahora de mis deseos.
Bromeó con que a la noche siguiente me haría beber aquel brebaje que le hice beber yo...sonreí con dulzura. Tantos buenos recuerdos, que a partir de ahora comenzaría a añorar.
- Yo no bebo eso ni loca; lo dejo para los inocentes que me obedecen.- susurré mientras mi cuerpo y mi boca se aproximaban unos milimetros hacia él.- Estoy mejor; gracias por ayudarme.
Mi mente decía que mejor dejar mi locura para otro momento, al fin y al cabo amanecía todos los días; y no quería hacer pasar a Erlend por el horror de verme bajo el sol. Más mi cuerpo se negaba a moverse de su lado.
Me mordí el labio pensando en la situación, mientras mi imaginación volaba pensando en cual podría haber sido nuestro entretenimiento durante el día.
Moira Landvik- Vampiro Clase Baja
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Re: Amistad sin prejuicios (Erlend y Moira). Continuación
Nuevamente podía sentir su embriagado aliento contra mis labios, mis ojos se oscurecieron evocando épocas pasadas, mas esas épocas no podía permitir se convirtieran en presente, ahora había tomado una decisión, Ariyne era mi presente y deseaba con todas mis fuerzas se convirtiera en mi futuro.
No podía caer, por mas que mis demonios gritaran “Hazlo” era algo que solo nos destruiría a los dos.
Después la muy graciosa bromeo sobre el asqueroso brebaje que me hizo tomar, menuda vampiresa bruja, había reservado lo mejor de sus hierbas para mi, posiblemente en venganza por mi estado.
Deje escapar una risa e hice un tierno mohin infantil frente a ella.
-Si lo llego a saber antes se lo bebe tu serpiente.
La tome entre mis brazos con suma facilidad, su cuerpo era ligero como una pluma y junto a ella camine hacia su lecho envuelta en pieles y con sus brazos rodeando mi cuello.
-Podía haberte pasado algo -susurre frente a ella -no vuelvas ha hacerlo.
La reprendí con suavidad aunque por dentro no me encontraba con el mismo animo, mas ella había cuidado de mi tantas veces que no hubiera sido justo los contrario.
Deposite su cuerpo sobre el lecho y aparte un mechón de su cabello con mi mano de su rostro con delicadeza
-Duerme, estoy aquí -añadí con firmeza aun con mis dedos hundidos entre sus dorados cabellos.
Yo también estaba agotado, los ojos se me entrecerraban frente a ella y sacudí la cabeza varias veces para no caer en los brazos de Morfeo.
No podía caer, por mas que mis demonios gritaran “Hazlo” era algo que solo nos destruiría a los dos.
Después la muy graciosa bromeo sobre el asqueroso brebaje que me hizo tomar, menuda vampiresa bruja, había reservado lo mejor de sus hierbas para mi, posiblemente en venganza por mi estado.
Deje escapar una risa e hice un tierno mohin infantil frente a ella.
-Si lo llego a saber antes se lo bebe tu serpiente.
La tome entre mis brazos con suma facilidad, su cuerpo era ligero como una pluma y junto a ella camine hacia su lecho envuelta en pieles y con sus brazos rodeando mi cuello.
-Podía haberte pasado algo -susurre frente a ella -no vuelvas ha hacerlo.
La reprendí con suavidad aunque por dentro no me encontraba con el mismo animo, mas ella había cuidado de mi tantas veces que no hubiera sido justo los contrario.
Deposite su cuerpo sobre el lecho y aparte un mechón de su cabello con mi mano de su rostro con delicadeza
-Duerme, estoy aquí -añadí con firmeza aun con mis dedos hundidos entre sus dorados cabellos.
Yo también estaba agotado, los ojos se me entrecerraban frente a ella y sacudí la cabeza varias veces para no caer en los brazos de Morfeo.
Erlend Cannif**- Vampiro Clase Baja
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Re: Amistad sin prejuicios (Erlend y Moira). Continuación
La cercanía y el calor de Erlend junto a mí se mantuvieron solo durante unos segundos, hasta que finalmente el vampiro me tomó en brazos para llevarme de nuevo a la cama. ¿Y qué podía esperar yo si aquella misma noche me había rechazado rompiendo mi corazón en mil pedazos?
Me depositó en la cama con cuidado, mientras yo seguía envuelta por las pieles. "Podía haberte pasado algo; no vuelva a hacerlo", apuntó como una pequeña riña que le ofreces a un niño pequeño cuando has estado preocupado.
¿Acaso le importaba algo lo que me pasase? Él ya había tomado por los dos el camino de nuestras vidas, que se separaban de forma inminente.
Me acostó en mi lecho, y con ternura me retiró un mechón de pelo que me caía sobre la frente. Había pasado de sentir atracción por mí, a sentir pena; pensé.
- Ojalá no me hubieses encontrado.- susurré mientras giré mi cuerpo para ponerme de espaldas a él.- Buenos días, Erlend.
Me tapé con la manta de mi cama, cabeza incluida; tratando de disimular las lágrimas que caían por mi rostro, haciendo patente el dolor de mi corazón.
Cuando anocheciese, debería trazar otro plan más eficaz, donde desde luego, no pasaría por la taberna nunca más.
Me depositó en la cama con cuidado, mientras yo seguía envuelta por las pieles. "Podía haberte pasado algo; no vuelva a hacerlo", apuntó como una pequeña riña que le ofreces a un niño pequeño cuando has estado preocupado.
¿Acaso le importaba algo lo que me pasase? Él ya había tomado por los dos el camino de nuestras vidas, que se separaban de forma inminente.
Me acostó en mi lecho, y con ternura me retiró un mechón de pelo que me caía sobre la frente. Había pasado de sentir atracción por mí, a sentir pena; pensé.
- Ojalá no me hubieses encontrado.- susurré mientras giré mi cuerpo para ponerme de espaldas a él.- Buenos días, Erlend.
Me tapé con la manta de mi cama, cabeza incluida; tratando de disimular las lágrimas que caían por mi rostro, haciendo patente el dolor de mi corazón.
Cuando anocheciese, debería trazar otro plan más eficaz, donde desde luego, no pasaría por la taberna nunca más.
Moira Landvik- Vampiro Clase Baja
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Re: Amistad sin prejuicios (Erlend y Moira). Continuación
Su enfado se hizo patente cuando me dio la espalda y sus afiladas palabras traspasaron mi muro con demasiada virulencia para lo vivido por nosotros en este tiempo. Apreté el gesto, posiblemente porque era consciente de que su dolor era obra mía, pero..¿que quería que hiciera? Jamas había mentido sobre mis sentimientos con Ariyne, al menos eso no podía reprochármelo.
Que hice mal quedándome con ella, haciéndole sentir algo que por desgracia no podía ser, que aun hice peor acostándome con ella aquella noche en la que mis demonios clamaban sexo y ella me lo dio, posiblemente también fue un error.
Ella había sido la victima indiscutible de mis actos, y yo allí estaba ,frente a una mujer hundida, escuchando sus lagrimas silenciosas caer sobre el lecho.
Impotencia, esa era la palabra que acompañaba a mi estado de animo en aquel instante en el que ya no sabia si lo mejor era irme, quedarme, o simplemente no hacer nada
¿Acaso le valdrían de algo mis palabras? ¿es mas, acaso sabia que decirle? Lo que quería era un imposible, no porque no me atrajera, no porque en el fondo de mi no hubiera un pequeño resquicio de algún sentimiento para con ella. Era imposible porque estaba brutalmente enamorado de esa mujer de cabellos oscuros de la que llevaba amando un milenio y ahora, allí, frente a mi ,hacia que mi existencia cobrase sentido.
¿Como consolar lo inconsolable? ¿acaso creía que no la entendía?
Me puse en pie y me acerque a mi camastro, una mezcla de emociones me invadían y me resultaban demasiado difíciles de ordenar en aquel preciso instante, pensé que las palabras sobraban o al menos en mi caso, que era parco en ellas.
Mi incapacidad de mostrar sentimientos hacia que colocara frente a mi aquel muro de autodestrucción que siempre me caracterizaba.
Quizás era lo mejor, del amor al odio habia un paso y era consciente de que Moira lo daría de un modo u otro, aunque yo mismo tuviera que empujarla hacia ese abismo para alejarla de mi y hacerla feliz.
Que hice mal quedándome con ella, haciéndole sentir algo que por desgracia no podía ser, que aun hice peor acostándome con ella aquella noche en la que mis demonios clamaban sexo y ella me lo dio, posiblemente también fue un error.
Ella había sido la victima indiscutible de mis actos, y yo allí estaba ,frente a una mujer hundida, escuchando sus lagrimas silenciosas caer sobre el lecho.
Impotencia, esa era la palabra que acompañaba a mi estado de animo en aquel instante en el que ya no sabia si lo mejor era irme, quedarme, o simplemente no hacer nada
¿Acaso le valdrían de algo mis palabras? ¿es mas, acaso sabia que decirle? Lo que quería era un imposible, no porque no me atrajera, no porque en el fondo de mi no hubiera un pequeño resquicio de algún sentimiento para con ella. Era imposible porque estaba brutalmente enamorado de esa mujer de cabellos oscuros de la que llevaba amando un milenio y ahora, allí, frente a mi ,hacia que mi existencia cobrase sentido.
¿Como consolar lo inconsolable? ¿acaso creía que no la entendía?
Me puse en pie y me acerque a mi camastro, una mezcla de emociones me invadían y me resultaban demasiado difíciles de ordenar en aquel preciso instante, pensé que las palabras sobraban o al menos en mi caso, que era parco en ellas.
Mi incapacidad de mostrar sentimientos hacia que colocara frente a mi aquel muro de autodestrucción que siempre me caracterizaba.
Quizás era lo mejor, del amor al odio habia un paso y era consciente de que Moira lo daría de un modo u otro, aunque yo mismo tuviera que empujarla hacia ese abismo para alejarla de mi y hacerla feliz.
Erlend Cannif**- Vampiro Clase Baja
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Re: Amistad sin prejuicios (Erlend y Moira). Continuación
Escuché a Erlend alejarse hacia su camastro de igual modo que se alejaba de mi vida; había sido una noche complicada para ambos, y pedirle que me consolase me parecía demasiado; finalmente entre lágrimas me dormí.
Cuando desperté estaba a punto de anochecer, más el vampiro todavía seguía durmiendo plácidamente. Lo miré con cariño; al fin y al cabo él se había convertido en mi todo.
Tratando de no hacer ruido para no despertarlo me vestí y cogí mis bolsa y un abrigo. Necesitaba salir de allí antes de que mis lágrimas volvieran a brotar de nuevo.
No podía reprocharle nada; no me había mentido en ningún momento, la equivocación había sido mía; así que no era justo acusarle de haberme roto el corazón.
Eché varios leños al fuego para mantener la cabaña caliente mientras Erlend siguiese durmiendo, y me encaminé hacía la puerta.
Esperé apoyada en el marco, mientras terminaba de oscurecer. Aquella noche no tenía rumbo, ni destino: ni siquiera sabía si tenía final.
Lo único que sabía es que solo una sombra de lo que fui vagaría como alma en pena por las calles de París.
Cuando desperté estaba a punto de anochecer, más el vampiro todavía seguía durmiendo plácidamente. Lo miré con cariño; al fin y al cabo él se había convertido en mi todo.
Tratando de no hacer ruido para no despertarlo me vestí y cogí mis bolsa y un abrigo. Necesitaba salir de allí antes de que mis lágrimas volvieran a brotar de nuevo.
No podía reprocharle nada; no me había mentido en ningún momento, la equivocación había sido mía; así que no era justo acusarle de haberme roto el corazón.
Eché varios leños al fuego para mantener la cabaña caliente mientras Erlend siguiese durmiendo, y me encaminé hacía la puerta.
Esperé apoyada en el marco, mientras terminaba de oscurecer. Aquella noche no tenía rumbo, ni destino: ni siquiera sabía si tenía final.
Lo único que sabía es que solo una sombra de lo que fui vagaría como alma en pena por las calles de París.
Moira Landvik- Vampiro Clase Baja
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Re: Amistad sin prejuicios (Erlend y Moira). Continuación
Abrí los ojos sintiendo el calor de un nuevo leño ardiendo al fuego para descubrir a Moira mas que dispuesta a abandonar la cabaña en un absurdo silencio.
Imagine que avergonzada por la actuación de la noche anterior me puse en pie y alborotando mi pelo bostezando me acerque a ella.
-Te vas y no me dices adiós? -pregunta con una picara sonrisa buscando la camisola que dejo sobre la silla del comedor la noche anterior.
-Espero que esta noche no tenga que ir de nuevo en tu búsqueda -bromeo de nuevo.
Al menos esa era la única forma que tenia de decirle que le importaba lo que hizo la noche pasada, que podía haber muerto abrasada por el maldito sol y que si eso hubiera ocurrido...casi mando callar a sus propios pensamientos colocando frente a ellos todos y cada uno de los escudos que conocía para no dejarlos aflorar.
-Has de ir con cuidado Moira, es peligroso para una mujer ir en ese estado, no me importa uqe bebas hasta no tenerte en pie si es lo que deseas, todos necesitamos de eso alguna vez, pero hazlo conmigo.
Dicho esto volvió a poner su mejor sonrisa antes de enfundarse en la camisola y mirarla con picarda -¿mucha resaca? -añadió acercándose a la cocina y sacando sendos vasos sirvió Whisky en ellos.
-Este es m iremedio para la resaca -bromeo guiñándole un ojo divertido.
Imagine que avergonzada por la actuación de la noche anterior me puse en pie y alborotando mi pelo bostezando me acerque a ella.
-Te vas y no me dices adiós? -pregunta con una picara sonrisa buscando la camisola que dejo sobre la silla del comedor la noche anterior.
-Espero que esta noche no tenga que ir de nuevo en tu búsqueda -bromeo de nuevo.
Al menos esa era la única forma que tenia de decirle que le importaba lo que hizo la noche pasada, que podía haber muerto abrasada por el maldito sol y que si eso hubiera ocurrido...casi mando callar a sus propios pensamientos colocando frente a ellos todos y cada uno de los escudos que conocía para no dejarlos aflorar.
-Has de ir con cuidado Moira, es peligroso para una mujer ir en ese estado, no me importa uqe bebas hasta no tenerte en pie si es lo que deseas, todos necesitamos de eso alguna vez, pero hazlo conmigo.
Dicho esto volvió a poner su mejor sonrisa antes de enfundarse en la camisola y mirarla con picarda -¿mucha resaca? -añadió acercándose a la cocina y sacando sendos vasos sirvió Whisky en ellos.
-Este es m iremedio para la resaca -bromeo guiñándole un ojo divertido.
Erlend Cannif**- Vampiro Clase Baja
- Mensajes : 403
Fecha de inscripción : 02/05/2016
Edad : 1224
Localización : Donde su caballo lo lleve
DATOS DEL PERSONAJE
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Datos de interés:
Re: Amistad sin prejuicios (Erlend y Moira). Continuación
Erlend se despertó justo en el momento en que me disponía a salir, más no parecía disgustado conmigo, pues bromeó en varias ocasiones.
¿Cómo decirle que mi intención no había sido beber hasta perder el sentido, si no hacerlo para coger el valor de inmolarme al sol?
El problema era que ahora lo veía ahí, a mi lado, y toda convicción de acabar con aquello a lo que llamaba vida, se me esfumaba.
Por mucho que mi cabeza decía que todo había terminado, en un resquicio de mi corazón siempre albergaría la esperanza de poder recuperarlo. Erlend había esperado una eternidad a unirse con su amor..quizás yo también estuviese dispuesta a esperarle mientras tanto.
Se acercó a mi con dos vasos de Whisky, asegurando que era la manera de superar la resaca. Con una sonrisa de medio lado cogí mi vaso y con un gesto le ofrecí brindar.
El tiempo decidiría nuestro destino pues.
Ahora, me limitaría a disfrutar de mi presente como jamás lo había hecho. Aprovechando cada segundo que el destino nos regalase juntos.
¿Cómo decirle que mi intención no había sido beber hasta perder el sentido, si no hacerlo para coger el valor de inmolarme al sol?
El problema era que ahora lo veía ahí, a mi lado, y toda convicción de acabar con aquello a lo que llamaba vida, se me esfumaba.
Por mucho que mi cabeza decía que todo había terminado, en un resquicio de mi corazón siempre albergaría la esperanza de poder recuperarlo. Erlend había esperado una eternidad a unirse con su amor..quizás yo también estuviese dispuesta a esperarle mientras tanto.
Se acercó a mi con dos vasos de Whisky, asegurando que era la manera de superar la resaca. Con una sonrisa de medio lado cogí mi vaso y con un gesto le ofrecí brindar.
El tiempo decidiría nuestro destino pues.
Ahora, me limitaría a disfrutar de mi presente como jamás lo había hecho. Aprovechando cada segundo que el destino nos regalase juntos.
Moira Landvik- Vampiro Clase Baja
- Mensajes : 244
Fecha de inscripción : 17/05/2016
Localización : Paris
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