Las cosas buenas tienden a durar poco (~Claudia De Lioncourt~)

por **Jaehaerys Drage** Sáb Jun 25, 2016 1:17 pm

Lord Drage contaba con una gran suma de dinero ya que su familia siempre fue poderosa y con el paso de los años el fue acumulando mas riquezas gracias a su gran encanto persuasivo, con el que ha logrado hacer caer a muchas cosas en el pasado apoderándose de todo lo que poseen y divirtiéndose en el proceso.

Pero con el paso de los siglos las cosas se han vuelto del todo repetitivas y desagradables para Lord Jaehaerys, que aun sin tener u ostentar titulo alguno de noble en la actualidad, se empeñaba en quedarse atrapado en el pasado cuando era el siguiente en la linea para quedarse como cabeza de su familia.

Pero regresando a lo que nos acontece en la noche de hoy, debemos mencionar que luego de sopesar por mucho tiempo sus posibilidades, se decidió por retirarse a un pueblo alejado por un tiempo mas antes de partir decidió conseguir ropas desgastadas, las cuales le había comprado a un vendedor de mala fama en los lugares mas bajos de las calles en Francia, junto con su capa color caoba que a pesar de ser un poco vieja, aun gozaba de una buena textura y cumplía con su función de cubrir aquel blanquecino rostro y ojos azabaches.

El camino al pueblo aquella noche fue difícil y mas pensando en las cosas que pueden suceder en los mas oscuros rincones de Francia, pero para suerte de Jaehaerys no tuvo que gastar sus fuerzas en defenderse, mas eso no significa que no estuviera alerta todo el camino.

Cuando llego por fin era ya la media noche y como siempre en todo pueblo existe por muy pequeña que sea una taberna en la que los viajeros pueden alquilar alguna habitación o también optar por ahogar sus penas en alcohol, y el no era la excepción ya que a pesar de no intentar ahogarse en ninguna bebida de dudosa procedencia o dormir en el gallinero de habitaciones que tenían...buscaba conocer al dueño de una vieja casa cerca del rió que había visto por el camino cuando intentaba llegar al pueblo y lo que se encontró como respuesta fue que el dueño había muerto tiempo atrás y dejado los papeles de su propiedad a aquel hombre de taberna, el cual le ofreció dárselos por una suma modesta de 500 Francos.

-Creo que no me entiendes amigo mio...no quiero comprar el titulo...te ordeno que me lo des sin replica alguna y luego olvides todo lo que has oído hasta ahora- todo esto lo hizo Jaehaerys mirándolo directo a los ojos y usando su persuasión para que este se los entregara e hiciera lo que el ordenaba.

Tomo en sus manos el pedazo amarillento de papel y fue directo a la que ahora era su propiedad, la miro desde todos los rincones y se encontró con algunos problemas menores como unas maderas podridas y algunos muebles roídos por las ratas.

Pasaron unas cuantas semanas y Jaehaerys se encargo de todas las cosas usando un poco de su dinero para conseguir los mejores materiales y agrandando también un poco la casa sin que llegara a ser muy ostentosa pero si lo suficientemente cómoda para alguien de su estirpe.

Casa reformada:

La amueblo con algunas cosas que había conseguido por buen precio y con esto nos referimos a que le quito sus muebles a otras personas porque no pensaba pagar un solo franco por aquellas cosas que podía conseguir sin esfuerzo alguno, gran error fue este ya que la gente comenzaba a darse cuenta de que el nuevo inquilino de aquella finca no solo se ocultaba por las mañanas y aun cuando intentaban darle la bienvenida el nunca respondía a la puerta, sino que por las noches la gente murmuraba que lo veían caminar por su terreno, formulando historias de lo que podía ser, el miedo creció mas y mas en la gente hasta que alguien se atrevió por fin a intentar ahuyentarlo primero poniendo cruces en las cercanías, o pintando sus puertas con cruces rojas de sangre extraída de los animales y luego llegando por la noche con una antorcha y una cruz de madera tallada en el brazo.

-SAL MONSTRUO!!!...TENEMOS QUE HABLAR!!- Dijo aquel hombre que osaba molestar a Jaehaerys en aquella hermosa noche de luna llena.

La puerta se abrió lento para dar paso a una figura de un hombre en sus 20 y tanto años de edad, con la piel pálida y los ojos azabaches, ademas de una inconfundible sonrisa en aquel rostro pretreo y de perfectas facciones.

-Buenas noches, ¿En que puedo ayudarle?-Fueron las palabras exactas que salieron de sus labios mientras de manera amable invitaba a pasar a aquel hombre a su morada.

Por obvias razones el hombre no deseaba entrar, mas los ojos de aquel hombre le incitaban a hacerlo, como si alguna especie de magia en ellos lo obligara a obedecer sus comandas y tal como un cordero entrando al matadero fue que el Padre George Arryn entro en las fauces del lobo, de donde nunca mas volvería a salir, y la gente no sabría que sucedió con el y su gran entusiasmo por descubrir la verdad tras el misterio de Lord Drage.

Puede decirse que esto no agrado para nada en el pueblo, el cual a pesar de no saber bien lo que había sucedido con el Padre, todas las cosas malas, al igual que todo humano irracional se lo atribuían al misterioso hombre tras la puerta de aquella finca y al que no conocían si no como el HOMBRE DE LA CAPA y que pensaban que era quiza un brujo por su habito de estar solo, un vampiro por no mostrarse en las mañanas soleadas o en su defecto un hombre lobo ya que la luna llena era el temor mas grande en las historias antiguas.

Por fin luego de días de no saber nada y encontrar el cuerpo seco del Padre colgado de una rama en el bosque cercano, 12 de estos "valientes" hombres, se armaron de valor y tomaron toda herramienta que creyeron capaz de arrancar alguna extremidad o lastimar, tomando el sendero a la finca recontruida en la cual no encontraron mas que tranquilidad y un silencio sepulcral.

Jaehaerys ya estaba listo para lo que venia, y le representaba un martirio tener que matar a tanta gente ya que no era por el dolor en su frió y duro corazón, si no por lo aburrido que era matar campesinos incapaces de defenderse, los cuales no duraron mas que unas horas en caer.

Al principio los mas fuertes se aventuraron primero y sus cabezas volaron por los aires mientras el vampiro danzaba de manera ligera y hermosa con su espada en la mano y su armadura puesta con el dragón en el pecho, la gente aterrorizada intentaba huir tras notar la muerte acariciar sus almas cada vez mas cerca, pero fue en vano ya que Jaehaerys era demasiado veloz para dejarlos escapar a todos, los campos se llenaron de sangre y en medio de todo ese desastre se podía ver a este hermoso hombre con una sonrisa dibujada en los labios.

-Viene Viene...Jaehaerys el dragon y con su espada...tus piernas y brazos CORTO!- cantaba para si mismo mientras se llevaba acabo la masacre.

Mientras aquellos suertudos que estaban hasta el final lograron escapar, siendo como 3 o 4 personas corriendo como si su vida dependiera de ello por el espeso bosque, algunos tuvieron la suerte de una muerte rápida pero el ultimo de ellos tuvo que experimentar el terror de escuchar la risa frenética del dragón mientras lo perseguía tomando su tiempo, haciendo pequeños cortes en momentos precisos y al notar que no pudo esperar mas, guardando su espada y usando su propia mano para arrancar el corazón del pobre muchacho.

Al llegar el día, la muerte llego por todos y cada uno de los que se atrevieron a revelarse contra Jaehaerys, los pocos pueblerinos que quedaron y que en su mayoría eran algunos hombres, mujeres, ancianos y niños recogieron al día siguiente a sus muertos sabiendo que convivían con algo que era mejor no enfurecer.

por **Claudia De Lioncourt** Lun Jul 04, 2016 11:04 am

Apenas han pasado unos pocos días desde que llegué aquí, éste país me tiene sorprendida jamás había visto tantos vampiro, rondaban por todos lados. Llevaba unos cuantos días perdida, esta ciudad era muy grande y todo se parecía. Caminé por varias noches, siguiendo el olor humano, seguro que sería la forma de volver al centro y así llegaría al puerto otra vez.

Por fin, llegué a un pueblo. Maldije mi suerte ¿dónde estaba? Este no era el cementerio, ni el circo, ni nada… Suspiré, limpié un poco mi vestido que había sido víctima de algunas ramas, piedras y la suciedad de la tierra en la que me había visto obligada a dormir. Para mi sorpresa, ese pueblo era un caos, todo el mundo corría de un lado a otro ¿qué pasaba?

Unas señoras trataron de llevarme por la fuerza con ellas, según me querían proteger. Me zafé y escapé de sus agarres y gritos. Algunos niños lloraban, los animales escapaban y otras personas se negaban a dejar sus casas. Seguí mi andar con cautela y pronto vi como un número considerable de cadáveres adornaban las tierras, su sangre se derramaba deliciosa por los pisos ¿quién sería capaz de derramar y desperdiciar tan preciado elixir? ¿Será que era una guerra? Había escuchado algo de las guerras, los humanos eran estúpidos se mataban entre ellos mismos.

Paseé entre los cadáveres sin temor o preocupación alguna, la muerte siempre me hacía feliz, esta vez quería bailar entre ellos. Algunos humanos me miraron con desprecio por mi actitud y hasta me creyeron loca, los miré sonriente y se alejaron. A lo lejos vi una bonita casa y algo me hizo saber que el causante de esta matanza se encontraba cerca ¿sería una persona divertida?

por **Jaehaerys Drage** Lun Jul 04, 2016 2:28 pm

No fue fácil para Jaehaerys quitarse su armadura, le recordaba los buenos tiempos que habia vivido en el pasado y las veces que había ganado con ella las competencias mas feroces en Wessex, mas ahora resultaba un poco estorbosa ya que era una masa metálica pegada a la perfección a su cuerpo y esta le impedía hacer todas sus labores del dia....o mejor dicho de la noche, por lo que simplemente se puso la gabardina de siempre con el chaleco bellamente adornado por dentro y se dispuso a comenzar la limpieza de sus tierras.

-Pero primero....creo que guardare estos frascos tan hermosos y color carmesí en un lugar donde pueda mantenerlos fríos...o de lo contrario se echaran a perder- Todo esto refiriéndose a la sangre que había podido tomar de alguno caídos en el transcurso de la pelea.

Los dejo en la cámara mas fría que tenia en el sótano justo a sus mejores reservas de vino, luego limpio la casa muy bien por dentro, ademas de acomodar todas sus cosas y a "fuegoscuro" su espada en donde tenia que estar, que era la repisa justo al lado de su retrato de cuando aun estaba con vida, para cuando todas las cosas en la casa estaban ordenadas y listas, sintió la presencia de alguien en las cercanías, por lo que salio por la puerta de atrás de la casa y rodeando todo el terreno pudo ubicarse en la rama de uno de los arboles cercanos a la propiedad.

Desde donde se encontraba pudo mirar a una hermosa niña de quizá unos cuantos años de edad, pero lo raro era que parecía no tener miedo y ademas caminaba entre los cadáveres como si estos no existieran, quizá era una niña vampiro....pero esto turbo su mente por un momento ya que sabia que eso era casi imposible, ya que el gen de los vampiros era tan agresivo que mataba a todos aquellos que no tuvieran la madurez suficiente, ademas los mas antiguos vampiros prohibían la creación de estos niños, ya que eran caprichosos y sus rabietas podían destruis pueblos enteros, era mandato de la realeza vampirica exterminarlos en cuanto se les viera...o al menos eso era en Wessex, en Francia no sabia si las cosas eran iguales, pero no quería arriesgarse.

Al acercarse un poco mas, noto que esa niña no solo era eternamente bella, ademas para el poseían en aquellos lindos ojos una maldad que el conocía muy bien, ya que era similar a la que el tenia en los suyos, esto fue ademas de otras cosas lo que le hizo darle una oportunidad para hablar y ademas comprobar si su comportamiento era tan caprichoso y aburrido como lo mencionaban.

-Hola pequeña.....¿Buscas algo por aquí?-Fueron las palabras exactas que recito Jaehaerys justo cuando bajaba del árbol y se mostraba ante aquella pequeña y hermosa criatura...pero por sobre todo mortal y peligrosa.

Estaba un poco ansioso ya que no sabia que pasaría, ademas seria una pena tener que matar a una pequeña, Jaehaerys no tenia corazón, pero eso no significaba que tenia que matar a una pequeña que ademas era de su misma especie, incluso estaba dispuesto a trabar amistad con ella si lo permitia.

por **Claudia De Lioncourt** Mar Jul 19, 2016 10:37 am

Más rápido de lo que imagine, apareció ante mi un bello vampiro, es común entre nosotros poseer esa gracia sobrenatural que nos hace tan atractivos. Por un momento, su rostro me recordó al de mi padre inmortal y estuve a punto de correr a sus brazos. Deseaba tanto abrazarlo y decirle cuánto lo había extrañado, pero el escuchar su voz lo miré mejor y me di cuenta que no era él. La sonrisa de mi rostro se borró, observé fijamente al extraño y suspiré.

El cabello del inmortal era de un color cobrizo casi dorado, poseía unos bellos ojos profundos y que parecían esconder el mismo deseo por la sangre poseía yo. Me hizo gracia cuando bajó cual felino sin hacer ruido algunos. Traté de mantenerme seria e impasible, pero algo en el rostro del hombre me decía que le gustaban los juegos.

-Hiciste un desastre, ahora tienes que limpiar – exclamé al extraño de la gabardina, mientras giraba mi rostro y veía los cuerpos desparramados por el campo.

Había aprendido que no se debía llamar mucho la atención con las muertes o luego no tendrás esclavos humanos que te atiendan. Era como un eterno juego en el que debía engañarse a un pueblo entero. Laventé uno de mis dedos hacia la casa que se encontraba en las cercanías y expliqué.

- Sí tu vives ahí y no finges que eres humano, luego nadie querrá trabajar para ti y tendrás que hacer labores domésticas tu solo. – sonreí orgullosa de mi conocimiento.

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