Shot of reality (privado)

por **Richard Collier** Jue Jun 30, 2016 8:46 pm

Es un local de dos plantas.

En la planta baja se encuentra la barra, grande y espaciosa, donde los camareros preparan los más suculentas bebidas y los malabarismos con las botellas de vidrio cortado, dejan impactados a cualquiera. Al fondo del lugar hay una zona de medianas dimensiones donde sujetos parecen hacer negocios. El resto de la planta se encuentra repleto de sillas y mesas para los clientes. Cada mesa está decorada con un "original adorno" con estrambóticas formas, que más bien parecerían ser arte abstracto bastante interesante.(En realidad eran sentencias tipo: Muerte al rey, muerte a la reina, te odio, soy un asesino)

Nada más traspasar sus puertas, antes de llegar a la barra, hay unas escaleras que conducen al piso superior, donde están algunos dormitorio. La planta de arriba es más pequeña que la inferior, pero es más íntima y cómoda pues en ella hay sofás (mesas también, claro). Esta zona suele reservarse para ocasiones especiales.

La decoración del techo es un tanto inusual. Pues al parecer hay sangre salpicada por todas partes, se puede olfatear aún después de que parece llevar varios años ahí) Sonrío sólo de imaginar la dantesca escena.

Las bebidas que se aprestan a servir los camareros – dentro de la tan famosa hora feliz - son los más extraños y de dudosa calidad del mundo. Algunos mantienen sus nombres originales, pero la mayoría han sido modificados: "Sexy sexy", "Salvaje" o "salto del tigre" entre otros. Él mío es el primero, y no logro saber por qué ya que nada tiene que ver con mi personalidad, o eso creo... Simplemente me limito a alzar la mano y pedir lo que me apetezca en el momento. Soy de paladar delicado y siempre busco lo mejor de lo mejor.

Ahora mismo me apetece beber una deliciosa copa de vino, por lo tanto y ajustándome las mancuernillas de mi camisa de seda, busco con la mirada a algún caballero camarero que se encuentre cerca. Logro llamar su atención y le pido que se acerque con algún gesto de mi rostro, sin demasiados aspavientos.

-Vino por favor. El mejor que tenga.

Creo que soy demasiado llamativo para los concurrentes. Todos me observan y susurran entre ellos. Puedo escucharlos, más no me importa. Esperaré en mi silla, deseando no manchar mi ropa, si acaso llegare una trifulca. Ya casi la estoy saboreando. No van a dejarme en paz. Yo y mi curiosidad...