AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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The Night Of The Hunter ~ Privado [+18]
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The Night Of The Hunter ~ Privado [+18]
De nuevo la noche caía sobre la ciudad de París donde aquellos que habían sido otorgados con el don de la inmortalidad salían para cazar y alimentar sus almas, ya muertas, con el preciado líquido carmesí que los humanos inocentemente entregaban sin llegar a saberlo, hasta que morían. Contemplé la luna que se alzaba aquella noche, ser inmortal podía ser un arma de doble filo… vivías por toda la eternidad pero, sin embargo, te relegaban a vivir en la oscuridad de la noche amparados bajo el manto de la noche y las estrellas… robándonos el privilegio de contemplar la luz del sol, ver un amanecer… todo contacto con la luz sería asegurarnos una muerte absoluta y certera.
Suspiré dejando a un lado aquellos pensamientos, había conocido a un par de inmortales con los cuales había compartido esos pensamientos y todos coincidíamos en los mismos… todos teníamos un oscuro secreto, y era el mismo que ostentaba mí nombre. ¡Já! Ironías de la vida que mis padres me pusieran el nombre del astro que, ahora mismo, podría llevarme a mí muerte… por segunda vez. Pero claro, ¿quién iba a pensar que acabaría mis días como vampira alimentándome de la sangre de otros humanos? Nadie, ni ellos ni siquiera yo. Pero así era el destino, de perra, que jugaba con nuestras vidas y hacía con ella lo que quería.
Aquella noche era noche de caza, me tocaba salir a la ciudad para buscar una presa de la cual alimentarme… pero antes debía de buscar una adecuada, no podía llegar al centro de la ciudad y aprovecharme del primero que pasara… tenía que buscar un lugar idóneo y adecuado donde nadie pudiera encontrarme para que no sospecharan, y entonces, obtendría aquel líquido tan preciado.
Me miré en el espejo con aquel traje que llevaba, el pelo caía como una cascada tan oscura como la propia noche, mi piel pálida contrastaba con el color de mí pelo, los ojos me devolvían el reflejo, y mis labios estaban de un color algo más rojizo que mordí mientras me miraba, dejando ver los afilados colmillos que utilizaría para abrir la piel del cuello, o de cualquier lugar que se me antojara, y beber directamente de la fuente. Sonreí ladina y salí amparada bajo la luz de la luna, buscando a alguien que fuera la víctima de aquella noche.
No tardé mucho en encontrarlo, París estaba rebosante de jóvenes que se creían los dueños del mundo y que pensaban que tenían a todas las mujeres a sus pies… cuando no era así. Hubo uno, en concreto, que llamó mí atención por su forma de mirar, por su manera de actuar… como si fuera el dueño del lugar. Chasqueé la lengua, odiaba a ese tipo de personas que se creían superiores a los demás, y ya había encontrado víctima. No tuve que hacer mucho, ni siquiera utilizar mí poder, un par de miradas provocativas, unas palabras inocentes, unos gestos sutiles y… ¡Bingo! Ya lo tenía justo donde más quería.
Le dije que tenía la casa en las afueras de París y él, sin pensarlo, se despidió de sus amigos alegando que tenía una noche placentera por delante y que no podía dejar pasar la ocasión. Estúpido humano, se pensaba que iba a obtener algo de mí cuando lo único que obtendría sería la muerte. Dejé que durante el trayecto una de sus manos fuera hasta mí trasero y lo apretara con fuerza, pegándome a él por mí cadera, diciéndome cosas subidas de tono y todo lo que iba a hacerme aquella noche. Una de ellas, y que me hizo mucha gracia, es que me llevaría hasta las estrellas mientras mí cuerpo se retorcía de placer… y me reí, una risa baja, como si fuera cómplice de lo que estaba diciendo cuando en realidad no llegaría hasta tan lejos.
Nos adentramos en la zona del bosque mientras él me preguntaba por dónde teníamos que ir, y en donde quedaba mí casa. Sonreí de forma ladina y, sin que se lo esperara, lo estampé contra un árbol acercando mi rostro al suyo y pasé a besarlo. Él, que no se quedó quieto, llevó sus manos raudas a mí espalda como si quisiera liberarme de la opresión que ejercía el corsé en mí torso, sus labios bajaron por mí cuello y se detuvieron justo sobre mis pechos besándolos todo lo que el traje le dejaba.
-No puedes esperar, ¿verdad? Quieres que te lo que has venido buscando aquí y ahora –me dio un azote en el trasero y sus manos volaron por todo mí cuerpo, como si quisiera tocarme por todas partes. Y me reí, no sabía cuán equivocado estaba.
-Te equivocas, humano. Pero sí, quiero que me des lo que he venido a buscar –subió su rostro al mío y me miró con una sonrisa de diversión en sus labios.
-Sabía que eras una mujer a la que le gustaban las aventuras fuertes… lo supe en cuanto te vi. Está bien, empecemos… quiero hacértelo muy duro –comenzó a desabrocharse el pantalón y me reí por aquello, mientras él me miraba porque no hacía nada- ¿Qué es lo que haces? Vamos, desnúdate. Quiero hundirme en tú interior con furia y de forma salvaje –cogió mí pelo con una de sus manos, tirando mí cabeza hacia atrás y dejando tenso mí cuello. Era el momento, justo ahora, mientras me dejaba mordiscos para nada inocentes por toda mí zona.
-La única, que va a hundir algo aquí, voy a ser yo –levantó su vista para mirarme donde ya había sacado los colmillos… pero para él, ya era tarde. Tiré de su pelo con fuerza hacia atrás dejando al alcance su cuello mientras él intentaba en vano soltarse, y clavé los colmillos en su piel sintiendo como estos se hundían en ella con facilidad, él soltaba un grito de dolor, y yo absorbía su sangre robándole la vida.
Tragué, tragué y tragué todo lo que pude saciando la sed que tenía mientras él aspiraba su último aliento de vida. Luchó en cada momento pero no pudo hacer nada, se había acercado a la muerte y esta le había arrebatado su vida. Dejé que cayera al suelo su cuerpo sin vida, mientras lanzaba un suspiro y lamía la sangre que había quedado en mis labios. Tenía el vestido algo desatado por detrás y se podía contemplar parte de mí espalda, eché la cabeza hacia atrás y cerré los ojos mientras tragaba las últimas gotas de su vida, bajando por mí garganta que toqué con mis dedos bajando hasta la clavícula, como si fuera una caricia erótica, y sonreí.
Suspiré dejando a un lado aquellos pensamientos, había conocido a un par de inmortales con los cuales había compartido esos pensamientos y todos coincidíamos en los mismos… todos teníamos un oscuro secreto, y era el mismo que ostentaba mí nombre. ¡Já! Ironías de la vida que mis padres me pusieran el nombre del astro que, ahora mismo, podría llevarme a mí muerte… por segunda vez. Pero claro, ¿quién iba a pensar que acabaría mis días como vampira alimentándome de la sangre de otros humanos? Nadie, ni ellos ni siquiera yo. Pero así era el destino, de perra, que jugaba con nuestras vidas y hacía con ella lo que quería.
Aquella noche era noche de caza, me tocaba salir a la ciudad para buscar una presa de la cual alimentarme… pero antes debía de buscar una adecuada, no podía llegar al centro de la ciudad y aprovecharme del primero que pasara… tenía que buscar un lugar idóneo y adecuado donde nadie pudiera encontrarme para que no sospecharan, y entonces, obtendría aquel líquido tan preciado.
Me miré en el espejo con aquel traje que llevaba, el pelo caía como una cascada tan oscura como la propia noche, mi piel pálida contrastaba con el color de mí pelo, los ojos me devolvían el reflejo, y mis labios estaban de un color algo más rojizo que mordí mientras me miraba, dejando ver los afilados colmillos que utilizaría para abrir la piel del cuello, o de cualquier lugar que se me antojara, y beber directamente de la fuente. Sonreí ladina y salí amparada bajo la luz de la luna, buscando a alguien que fuera la víctima de aquella noche.
No tardé mucho en encontrarlo, París estaba rebosante de jóvenes que se creían los dueños del mundo y que pensaban que tenían a todas las mujeres a sus pies… cuando no era así. Hubo uno, en concreto, que llamó mí atención por su forma de mirar, por su manera de actuar… como si fuera el dueño del lugar. Chasqueé la lengua, odiaba a ese tipo de personas que se creían superiores a los demás, y ya había encontrado víctima. No tuve que hacer mucho, ni siquiera utilizar mí poder, un par de miradas provocativas, unas palabras inocentes, unos gestos sutiles y… ¡Bingo! Ya lo tenía justo donde más quería.
Le dije que tenía la casa en las afueras de París y él, sin pensarlo, se despidió de sus amigos alegando que tenía una noche placentera por delante y que no podía dejar pasar la ocasión. Estúpido humano, se pensaba que iba a obtener algo de mí cuando lo único que obtendría sería la muerte. Dejé que durante el trayecto una de sus manos fuera hasta mí trasero y lo apretara con fuerza, pegándome a él por mí cadera, diciéndome cosas subidas de tono y todo lo que iba a hacerme aquella noche. Una de ellas, y que me hizo mucha gracia, es que me llevaría hasta las estrellas mientras mí cuerpo se retorcía de placer… y me reí, una risa baja, como si fuera cómplice de lo que estaba diciendo cuando en realidad no llegaría hasta tan lejos.
Nos adentramos en la zona del bosque mientras él me preguntaba por dónde teníamos que ir, y en donde quedaba mí casa. Sonreí de forma ladina y, sin que se lo esperara, lo estampé contra un árbol acercando mi rostro al suyo y pasé a besarlo. Él, que no se quedó quieto, llevó sus manos raudas a mí espalda como si quisiera liberarme de la opresión que ejercía el corsé en mí torso, sus labios bajaron por mí cuello y se detuvieron justo sobre mis pechos besándolos todo lo que el traje le dejaba.
-No puedes esperar, ¿verdad? Quieres que te lo que has venido buscando aquí y ahora –me dio un azote en el trasero y sus manos volaron por todo mí cuerpo, como si quisiera tocarme por todas partes. Y me reí, no sabía cuán equivocado estaba.
-Te equivocas, humano. Pero sí, quiero que me des lo que he venido a buscar –subió su rostro al mío y me miró con una sonrisa de diversión en sus labios.
-Sabía que eras una mujer a la que le gustaban las aventuras fuertes… lo supe en cuanto te vi. Está bien, empecemos… quiero hacértelo muy duro –comenzó a desabrocharse el pantalón y me reí por aquello, mientras él me miraba porque no hacía nada- ¿Qué es lo que haces? Vamos, desnúdate. Quiero hundirme en tú interior con furia y de forma salvaje –cogió mí pelo con una de sus manos, tirando mí cabeza hacia atrás y dejando tenso mí cuello. Era el momento, justo ahora, mientras me dejaba mordiscos para nada inocentes por toda mí zona.
-La única, que va a hundir algo aquí, voy a ser yo –levantó su vista para mirarme donde ya había sacado los colmillos… pero para él, ya era tarde. Tiré de su pelo con fuerza hacia atrás dejando al alcance su cuello mientras él intentaba en vano soltarse, y clavé los colmillos en su piel sintiendo como estos se hundían en ella con facilidad, él soltaba un grito de dolor, y yo absorbía su sangre robándole la vida.
Tragué, tragué y tragué todo lo que pude saciando la sed que tenía mientras él aspiraba su último aliento de vida. Luchó en cada momento pero no pudo hacer nada, se había acercado a la muerte y esta le había arrebatado su vida. Dejé que cayera al suelo su cuerpo sin vida, mientras lanzaba un suspiro y lamía la sangre que había quedado en mis labios. Tenía el vestido algo desatado por detrás y se podía contemplar parte de mí espalda, eché la cabeza hacia atrás y cerré los ojos mientras tragaba las últimas gotas de su vida, bajando por mí garganta que toqué con mis dedos bajando hasta la clavícula, como si fuera una caricia erótica, y sonreí.
Última edición por Sunshine Denveraux el Jue Mar 02, 2017 5:52 pm, editado 1 vez
Tabitha Denveraux- Vampiro Clase Media
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Re: The Night Of The Hunter ~ Privado [+18]
Hacía días que no salía a cazar. El hecho de averiguar más sobre el paradero de su familia, le llevó más del tiempo que esperó. Había descubierto algunos detalles, direcciones, personas que le llevaban directamente a donde estaba aquel que buscaba. El punto de todo. No iba a quedarse con los brazos cruzados esa noche, su sed de sangre había aumentado aún más. Más por lo que luchar.
De riguroso oscuro, tomó sus armas, la mayoría ocultas en sus ropas, su cuerpo. Esa noche no tendría remordimientos, iría a limpiar aquel lugar de seres de la noche pero no sin antes beber un poco de su whisky del alma. Entrar en calor antes de salir al terreno de juego. Sus ojos azules, se fijaron en la imagen de sí mismo en el espejo. Apenas un recuerdo de quien fue cuando era un niño, uno famélico y que apenas podía mantenerse en piel. ahora no era así, aquel niño insignificante se había convertido en un colosal guerrero que no tenía miramientos, esos seres sobrenaturales eran el eje de las muertes inexplicables, de la respuesta de muchas cosas.
Estaban en todas partes, seguro que antes incluso de llegar al lugar en donde le proporcionaban alcohol, estos seres acabarían de poblar las calles. Seres sin alma, chupa sangres. Suspiró largamente, despidiéndose de su única doncella. Su madre les había dejado, a ambos lo habían criado la misma mujer. Esa señora lo hizo desinteresadamente, por el bien de su persona, si no hubiese sido por ella a saber qué hubiese sido de él. Le dedicó una leve sonrisa a Holly y un “Tenga cuidado pero vuelva”, fueron las últimas palabras que se dedicaron.
En apenas unos minutos, se dirigió camino aquel bar del que tanto había oído hablar. Como una sombra, caminaba entre la muchedumbre, en silencio… uno que se interrumpió con murmullos, más transeúntes que tuvieron su misma idea. Giró una de las calles, se iba alejando de su hogar. A lo lejos, dos siluetas entre los árboles del inicio, ¡qué desconsiderados! Podían haberse escondido más al intimar pero no, sigiloso, se acercaba al lugar. Extraño, la larga cabellera morena se expandía como una cascada azabache y el hombre, caía al suelo.
-Te tengo. -murmuró para sí. Bordeó el lugar, hasta perderse entre los árboles siguientes a ese y observar más de cerca la escena. Maldito ser nauseabundo, bebía con ansia sin importarle nada más. la acorraló entre el árbol su persona, fue rápido, apenas dio un par de zancadas cuando la tomó de la nuca, apoyando la frente en el tronco del árbol , aprisionarla con su esplendoroso cuerpo -¿Creías que ibas a ser la única que disfrutaría esta noche? No, encanto…te equivocas. Eres la primera… deja que me divierta…un poco -el arma de afilada hoja, en el niveo cuerpo ajeno -Últimas palabras-murmuró cerca de su oído, haciendo presión en su yugular, un corte pequeño, suficiente para que comenzase a desangrarse -Seguro que hasta te gusta -
Fuerte, vivaz, inteligente pero… no siempre se ganaba en aquel terreno. La batalla acababa de comenzar…
De riguroso oscuro, tomó sus armas, la mayoría ocultas en sus ropas, su cuerpo. Esa noche no tendría remordimientos, iría a limpiar aquel lugar de seres de la noche pero no sin antes beber un poco de su whisky del alma. Entrar en calor antes de salir al terreno de juego. Sus ojos azules, se fijaron en la imagen de sí mismo en el espejo. Apenas un recuerdo de quien fue cuando era un niño, uno famélico y que apenas podía mantenerse en piel. ahora no era así, aquel niño insignificante se había convertido en un colosal guerrero que no tenía miramientos, esos seres sobrenaturales eran el eje de las muertes inexplicables, de la respuesta de muchas cosas.
Estaban en todas partes, seguro que antes incluso de llegar al lugar en donde le proporcionaban alcohol, estos seres acabarían de poblar las calles. Seres sin alma, chupa sangres. Suspiró largamente, despidiéndose de su única doncella. Su madre les había dejado, a ambos lo habían criado la misma mujer. Esa señora lo hizo desinteresadamente, por el bien de su persona, si no hubiese sido por ella a saber qué hubiese sido de él. Le dedicó una leve sonrisa a Holly y un “Tenga cuidado pero vuelva”, fueron las últimas palabras que se dedicaron.
En apenas unos minutos, se dirigió camino aquel bar del que tanto había oído hablar. Como una sombra, caminaba entre la muchedumbre, en silencio… uno que se interrumpió con murmullos, más transeúntes que tuvieron su misma idea. Giró una de las calles, se iba alejando de su hogar. A lo lejos, dos siluetas entre los árboles del inicio, ¡qué desconsiderados! Podían haberse escondido más al intimar pero no, sigiloso, se acercaba al lugar. Extraño, la larga cabellera morena se expandía como una cascada azabache y el hombre, caía al suelo.
-Te tengo. -murmuró para sí. Bordeó el lugar, hasta perderse entre los árboles siguientes a ese y observar más de cerca la escena. Maldito ser nauseabundo, bebía con ansia sin importarle nada más. la acorraló entre el árbol su persona, fue rápido, apenas dio un par de zancadas cuando la tomó de la nuca, apoyando la frente en el tronco del árbol , aprisionarla con su esplendoroso cuerpo -¿Creías que ibas a ser la única que disfrutaría esta noche? No, encanto…te equivocas. Eres la primera… deja que me divierta…un poco -el arma de afilada hoja, en el niveo cuerpo ajeno -Últimas palabras-murmuró cerca de su oído, haciendo presión en su yugular, un corte pequeño, suficiente para que comenzase a desangrarse -Seguro que hasta te gusta -
Fuerte, vivaz, inteligente pero… no siempre se ganaba en aquel terreno. La batalla acababa de comenzar…
Jensen- Cazador Clase Alta
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Fecha de inscripción : 26/02/2016
Localización : Francia
Re: The Night Of The Hunter ~ Privado [+18]
Aquel hombre había caído como lo habían hecho muchos antes que él, la trampa tan elaborada había dado sus frutos y había hecho que cayera en ella sin siquiera darse cuenta, y sin poder evitarlo. Qué predecibles eran… no me había hecho falta hacer uso de mis poderes para ello, una mirada, unos gestos y aquel hombre estaba comiendo de la palma de mí mano. Literalmente además. Él pensaba que lo conducía a una casa que tenía en las afueras de la ciudad por el bosque, sin saber que estaba acompañando a la parca que aquella noche le daría muerte.
Y lo hice, fue tan divertido ver la expresión de su rostro cuando se dio cuenta de que yo no me desvestía como él, ver que los planes que había en su cabeza no se llevaban a cabo… oh, porque sí, había sondeado en sus pensamientos y sabía que él pensaba que me iba a desvestir, bueno ni eso, solamente desprenderme de la aparatosa falda que llevaba, apartar mí ropa interior o romperla, y hundirse en mí interior de forma salvaje. Eso es en lo que había estado pensando todo el rato desde que llegamos al bosque… así que, hacerle ver que quizás podría pasar había sido bastante divertido para mí.
Pero ver que estaba equivocado, su cara de pánico cuando vio los colmillos asomando por mis labios, y el hecho de asumir que aquello iba a ser lo último que hiciera con vida, me produjo más placer, que el hecho de beber de su sangre. Mis colmillos se clavaron en su cuello mientras él intentaba revolverse en vano, sus manos cogiendo mí pelo intentando tirar de él sin éxito alguno, su respiración agitada, el miedo que desprendía en aquel momento, los latidos de su corazón bombeando con fuerza y rapidez al principio… para luego, conforme iba bebiendo más de él, comenzaban a aminorar el ritmo siendo débiles y lentos. Hasta que finalmente murió, en mis brazos, al tiempo que yo absorbía las últimas gotas de sangre que le quedaban.
El cuerpo cayó sin vida mientras tragaba lo último que había quedado de él, con la espalda casi al descubierto por haberme intentado quitar el corpiño que llevaba, mí pelo cayendo en ondas como una cascada igual de oscura que la misma noche, eché mí cabeza hacia atrás lamiendo mis labios y dejando un sutil recorrido por mí garganta al mismo tiempo que sentía como la sangre bajaba por esta. Y sonreí, ya había hecho la cacería de la noche y ya sentía que estaba saciada. Y tan abstraída estaba que no noté la presencia de otra persona cerca, cuando me quise dar cuenta, sentí como mi cabeza era echada hacia delante contra el árbol, me aprisionaban contra este un cuerpo bastante robusto, y sentía en el cuello una daga presionando contra este.
Las palabras que me llegaron, de un cazador sin duda alguna, me hicieron tanta gracia que no pude evitar reírme al escucharlas todavía sin poder ver porque tenía mí rostro pegado al árbol, pero podía escuchar sus pensamientos y lo que tenía preparado para mí. Se lo iba a tomar con calma, al parecer, era un cazador que le gustaba cazar a sus presas y no terminar de forma rápida… bueno, eso sería divertido. Más aún lo sería cuando lo tuviera delante, siendo él el aprisionado, y hundiendo mis colmillos en su yugular.
El corte que me hizo en el cuello me produjo una risa irónica que retumbó por los alrededores no dejándome intimidar para nada con aquello, acababa de alimentarme y aquel pequeño corte no me produciría demasiado. Menos mal que no había hecho nada con ninguna estaca, sino, ahí sí que tendría bastantes problemas. Aunque sintiera su cuerpo aprisionando al mío se olvidaba de algo bastante importantes… mis manos, las tenía libres para moverlas y hacer lo que quisiera con ellas.
-¿Tan seguro estás, cazador, de que vas a ser el único que se divierta? –Reí entre dientes sintiendo las gotas que caían de mí cuello- No voy a ser la primera, cazador, pero tú sí que puedes ser mí segunda víctima si así lo deseas –me relamí los labios ante sus palabras, ¿gustarme? Claro, ¿qué cazador que se precie no disfrutaba con la caza?- ¿Últimas palabras? No no, pequeño, di más bien las primeras –llevé una de mis manos donde tenía el arma y la aparté de un tirón, moviendo luego mí cuerpo quitando el de aquel corpulento hombre sobre el mío dando un empujón, estampándolo contra el árbol como había hecho él y escondiéndome entre las sombras que había entre los árboles. Observé al cazador desde donde estaba y me mordí el labio, era guapo, una lástima que fuera cazador. Pero aún podía hacer muchas cosas aquella noche- Oh, un cazador cazado… ¿quién lo iba a decir? ¿Quieres decir unas últimas palabras, cazadorcillo? –reí haciendo que la risa retumbara en el lugar y se escuchara por todos lados, jamás sabría donde estaba exactamente. Y como me quería divertir bastante, lo que hice fue crear una ilusión de mí misma corriendo hacia el lado opuesto de donde estaba, el jamás podría discernir si era verdadera o no… hasta que no llegara hasta mí y vea que no podía hacerle nada. Me iba a divertir, demasiado, jugando con aquel cazador.
Y lo hice, fue tan divertido ver la expresión de su rostro cuando se dio cuenta de que yo no me desvestía como él, ver que los planes que había en su cabeza no se llevaban a cabo… oh, porque sí, había sondeado en sus pensamientos y sabía que él pensaba que me iba a desvestir, bueno ni eso, solamente desprenderme de la aparatosa falda que llevaba, apartar mí ropa interior o romperla, y hundirse en mí interior de forma salvaje. Eso es en lo que había estado pensando todo el rato desde que llegamos al bosque… así que, hacerle ver que quizás podría pasar había sido bastante divertido para mí.
Pero ver que estaba equivocado, su cara de pánico cuando vio los colmillos asomando por mis labios, y el hecho de asumir que aquello iba a ser lo último que hiciera con vida, me produjo más placer, que el hecho de beber de su sangre. Mis colmillos se clavaron en su cuello mientras él intentaba revolverse en vano, sus manos cogiendo mí pelo intentando tirar de él sin éxito alguno, su respiración agitada, el miedo que desprendía en aquel momento, los latidos de su corazón bombeando con fuerza y rapidez al principio… para luego, conforme iba bebiendo más de él, comenzaban a aminorar el ritmo siendo débiles y lentos. Hasta que finalmente murió, en mis brazos, al tiempo que yo absorbía las últimas gotas de sangre que le quedaban.
El cuerpo cayó sin vida mientras tragaba lo último que había quedado de él, con la espalda casi al descubierto por haberme intentado quitar el corpiño que llevaba, mí pelo cayendo en ondas como una cascada igual de oscura que la misma noche, eché mí cabeza hacia atrás lamiendo mis labios y dejando un sutil recorrido por mí garganta al mismo tiempo que sentía como la sangre bajaba por esta. Y sonreí, ya había hecho la cacería de la noche y ya sentía que estaba saciada. Y tan abstraída estaba que no noté la presencia de otra persona cerca, cuando me quise dar cuenta, sentí como mi cabeza era echada hacia delante contra el árbol, me aprisionaban contra este un cuerpo bastante robusto, y sentía en el cuello una daga presionando contra este.
Las palabras que me llegaron, de un cazador sin duda alguna, me hicieron tanta gracia que no pude evitar reírme al escucharlas todavía sin poder ver porque tenía mí rostro pegado al árbol, pero podía escuchar sus pensamientos y lo que tenía preparado para mí. Se lo iba a tomar con calma, al parecer, era un cazador que le gustaba cazar a sus presas y no terminar de forma rápida… bueno, eso sería divertido. Más aún lo sería cuando lo tuviera delante, siendo él el aprisionado, y hundiendo mis colmillos en su yugular.
El corte que me hizo en el cuello me produjo una risa irónica que retumbó por los alrededores no dejándome intimidar para nada con aquello, acababa de alimentarme y aquel pequeño corte no me produciría demasiado. Menos mal que no había hecho nada con ninguna estaca, sino, ahí sí que tendría bastantes problemas. Aunque sintiera su cuerpo aprisionando al mío se olvidaba de algo bastante importantes… mis manos, las tenía libres para moverlas y hacer lo que quisiera con ellas.
-¿Tan seguro estás, cazador, de que vas a ser el único que se divierta? –Reí entre dientes sintiendo las gotas que caían de mí cuello- No voy a ser la primera, cazador, pero tú sí que puedes ser mí segunda víctima si así lo deseas –me relamí los labios ante sus palabras, ¿gustarme? Claro, ¿qué cazador que se precie no disfrutaba con la caza?- ¿Últimas palabras? No no, pequeño, di más bien las primeras –llevé una de mis manos donde tenía el arma y la aparté de un tirón, moviendo luego mí cuerpo quitando el de aquel corpulento hombre sobre el mío dando un empujón, estampándolo contra el árbol como había hecho él y escondiéndome entre las sombras que había entre los árboles. Observé al cazador desde donde estaba y me mordí el labio, era guapo, una lástima que fuera cazador. Pero aún podía hacer muchas cosas aquella noche- Oh, un cazador cazado… ¿quién lo iba a decir? ¿Quieres decir unas últimas palabras, cazadorcillo? –reí haciendo que la risa retumbara en el lugar y se escuchara por todos lados, jamás sabría donde estaba exactamente. Y como me quería divertir bastante, lo que hice fue crear una ilusión de mí misma corriendo hacia el lado opuesto de donde estaba, el jamás podría discernir si era verdadera o no… hasta que no llegara hasta mí y vea que no podía hacerle nada. Me iba a divertir, demasiado, jugando con aquel cazador.
Tabitha Denveraux- Vampiro Clase Media
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Re: The Night Of The Hunter ~ Privado [+18]
La risa de aquel ser de la noche le dio arcadas. Frunció el ceño contrariado pues en cuestión de segundos podía de un tajo separar la cabeza de aquel cuerpo. Una joven atractiva, sensual y hermosa que podía encandilar a cualquiera , era un hecho. Se relamió de lo más divertido, uno de sus índices recogió el hilo de sangre que resbalaba por el cuello ajeno. Llevó ese dedo a sus labios en un movimiento rápido y lo saboreó. La sangre de vampiro era adictiva, si terminaba con él tenía una posibilidad de convertirse en un ser de la noche como ella…justo lo que acechaba, ironías de la vida… una moneda bajo la manga, así podía decirse.
Si no acabó con ella fue justo por eso: juego. Un juego que comenzaba a ser peligroso al igual que excitante. Se tomaba su tiempo y no, la única víctima allí sería ella. suspiró largamente cuando aquella joven desapareció entre las sombras justo igual a él cuando había aparecido , a por su presa. Rió, la risa del joven resonó como eco entre los árboles, hasta acariciar el oído de su víctima. No tenía miedo, se envalentonaba y nunca se rendía. Su lema era otro y ser un cobarde que dejaba escapar a su presa… no.
-Cazador …cazado -repitió las mismas palabras que ella, apoyando la frente contra la corteza del árbol. Qué graciosa ¿cazado? Eso quisiera… esa maldita mujer parecía divertirse del mismo modo que él…jugando, lo estaba haciendo -El juego se puede volver en contra del jugador ¿quieres jugar, pequeña? bien… -tanteó su cintura, buscando algo…un dardo y no cualquiera…cierta persona se lo dejó a buen recaudo y lo utilizase para su beneficio.
Solo tenía que apuntar al lugar indicado y aquel veneno anular la fuerza del vampiro por minutos. Localizó entre sus dedos aquello que ansiaba y se giró, tan rápido como tras una fugaz mirada entre los árboles, sus sentidos le avisaron de dónde se encontraba la desconocida. Lo lanzó, sin más esperando dar en el blanco y en cuanto impactó, esperó el resultado…si la herida ya se curó, estaría algo más débil así que en el cuello de la vampiresa sería el blanco perfecto.
Se aceró, sigiloso, con la daga en alto… acechando, esperando localizarla y en cuanto lo hizo, siseó si era cazado, no sería el único.
-¿No quieres jugar? Sería divertido… no tengo nada que hacer en toda la noche ¿Aceptas? No tenemos que estar… tirándonos o estampando…cosas. -rió apuntándola, aún quedaba algo más y no era otra cosa que la respuesta de aquella joven…esa noche tenía ganas de diversión….solo esperaba compañero de juegos, en este caso…compañera.
-Oh vamos…quien esconde teme ¿temes o me temes? No creo ninguna de las dos cosas… eres lo suficientemente inteligente para saberlo -sonrió de medio lado, sus ojos azules brillaban con intensidad entre las sombras…buscando a su presa.
Si no acabó con ella fue justo por eso: juego. Un juego que comenzaba a ser peligroso al igual que excitante. Se tomaba su tiempo y no, la única víctima allí sería ella. suspiró largamente cuando aquella joven desapareció entre las sombras justo igual a él cuando había aparecido , a por su presa. Rió, la risa del joven resonó como eco entre los árboles, hasta acariciar el oído de su víctima. No tenía miedo, se envalentonaba y nunca se rendía. Su lema era otro y ser un cobarde que dejaba escapar a su presa… no.
-Cazador …cazado -repitió las mismas palabras que ella, apoyando la frente contra la corteza del árbol. Qué graciosa ¿cazado? Eso quisiera… esa maldita mujer parecía divertirse del mismo modo que él…jugando, lo estaba haciendo -El juego se puede volver en contra del jugador ¿quieres jugar, pequeña? bien… -tanteó su cintura, buscando algo…un dardo y no cualquiera…cierta persona se lo dejó a buen recaudo y lo utilizase para su beneficio.
Solo tenía que apuntar al lugar indicado y aquel veneno anular la fuerza del vampiro por minutos. Localizó entre sus dedos aquello que ansiaba y se giró, tan rápido como tras una fugaz mirada entre los árboles, sus sentidos le avisaron de dónde se encontraba la desconocida. Lo lanzó, sin más esperando dar en el blanco y en cuanto impactó, esperó el resultado…si la herida ya se curó, estaría algo más débil así que en el cuello de la vampiresa sería el blanco perfecto.
Se aceró, sigiloso, con la daga en alto… acechando, esperando localizarla y en cuanto lo hizo, siseó si era cazado, no sería el único.
-¿No quieres jugar? Sería divertido… no tengo nada que hacer en toda la noche ¿Aceptas? No tenemos que estar… tirándonos o estampando…cosas. -rió apuntándola, aún quedaba algo más y no era otra cosa que la respuesta de aquella joven…esa noche tenía ganas de diversión….solo esperaba compañero de juegos, en este caso…compañera.
-Oh vamos…quien esconde teme ¿temes o me temes? No creo ninguna de las dos cosas… eres lo suficientemente inteligente para saberlo -sonrió de medio lado, sus ojos azules brillaban con intensidad entre las sombras…buscando a su presa.
Jensen- Cazador Clase Alta
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Re: The Night Of The Hunter ~ Privado [+18]
Sabía perfectamente lo que estaba pensando aquel cazador, una de mis habilidades a parte de la ilusión era, precisamente, el poder saber los pensamientos de los demás. Algo que había perfeccionado con el paso del tiempo y que, además, había aprendido a leer sin tener que concentrarme demasiado… con estar cerca de la otra persona, podría leer lo que pensaba. Estando a mayor distancia era algo mucho más difícil y que requería de mayor concentración, una que en aquel momento no podía perder y tenía que estar centrada en sus pasos en lo que quería hacerme.
En la oscuridad dese donde estaba, a una distancia prudente para poder leer su mente, y que no me atacara vi lo que tenía planeado para mí, y fruncí el ceño. Maldito cazador, pensaba tirarme un dardo que anularía mis condiciones de vampira y que me hacían tener ventaja sobre él… me mordí el labio, no quería que aquel dardo me diera por lo que aprovecharía la ilusión que iba a crear para que pensara que aquel dardo me había dado de lleno a mí.
Ahora que no estaba pendiente de mí del todo decidí, con rapidez, subir a uno de los árboles escondiéndome bajo sus ramas y sus hojas, la oscuridad de la noche hacía que me camuflara aún más y aunque llevaba aquel vestido eso no impidió que pudiera subir. Desde ahí arriba tenía una vista muyo más periférica del entorno, podía ver al cazador desde lo alto y observar cada uno de sus movimientos, mientras él pensaría que estaba entre los árboles a ras de suelo… grave error.
Sonreí divertida cuando mi ilusión pasó por uno de sus lados desviándolo completamente de donde estaba y alejándolo algo más de mí. Podía observar perfectamente sus movimientos; precisos, cautelosos y sin hacer el más mínimo ruido posible. Todo un cazador, sin duda. Pero para su desgracia aquel cazador no iba a matarme y a convertirme en su presa, iba a cazarlo yo y desgarrar su yugular con mis colmillos, bebiendo de su sangre hasta que sintiera que el último aliento de vida escapaba de su vida, y a mí me saciaba. Aunque acababa de tomar sangre, pero era algo mucho más placentero beber sangre de cazador, mucho más… excitante.
¿Qué si no quería jugar? ¡Por supuesto que quería jugar! De hecho ya lo estaba haciendo con aquella ilusión, salvo que el cazador jamás sabría que lo era hasta que no fuera demasiado tarde. Sonreí de lado, así que quería jugar… pues bien, habría que darle algo de emoción a todo aquello. Ya había lanzado el dardo que me había traspasado, lógicamente, y que al parecer él había obviado ese detalle… mucho más divertido, entonces.
Hice que mí ilusión saliera de donde se había escondido entre los árboles, como si fuera yo realmente y me estuviera enfrentando a él. Iba a ser todo muy divertido, había perfeccionado tanto mí poder con el paso de los siglos que las había hecho demasiado reales. Al principio solamente duraban apenas un minutos, y solo podía hacer que se movieran… ahora, sin embargo, duraban mucho más y hasta podía hacer que hablaran. Y después de haberme alimentado como era debido, de aquel estúpido y pobre humano, tenía la fuerza y el poder suficiente como para hacerlo.
-¿Crees que tengo miedo de un cazador? –preguntó mí ilusión con una sonrisa torcida, lo único que tenía que hacer era mover los labios y mí ilusión haría el resto pronunciando las palabras, era como un títere, salvo que yo no podía dominar a nadie- ¿O que te temo, acaso? NO, estás muy equivocado… cazador. Aún no sabes que tú eres la presa y yo la cazadora… y aquí, el único que va a morir esta noche a manos de mis colmillos clavándose en tú yugular… voy a ser yo –sonreí de lado, divertida con todo aquello. Oh, qué desilusión se iba a llevar cuando viese que no era yo de verdad.
En la oscuridad dese donde estaba, a una distancia prudente para poder leer su mente, y que no me atacara vi lo que tenía planeado para mí, y fruncí el ceño. Maldito cazador, pensaba tirarme un dardo que anularía mis condiciones de vampira y que me hacían tener ventaja sobre él… me mordí el labio, no quería que aquel dardo me diera por lo que aprovecharía la ilusión que iba a crear para que pensara que aquel dardo me había dado de lleno a mí.
Ahora que no estaba pendiente de mí del todo decidí, con rapidez, subir a uno de los árboles escondiéndome bajo sus ramas y sus hojas, la oscuridad de la noche hacía que me camuflara aún más y aunque llevaba aquel vestido eso no impidió que pudiera subir. Desde ahí arriba tenía una vista muyo más periférica del entorno, podía ver al cazador desde lo alto y observar cada uno de sus movimientos, mientras él pensaría que estaba entre los árboles a ras de suelo… grave error.
Sonreí divertida cuando mi ilusión pasó por uno de sus lados desviándolo completamente de donde estaba y alejándolo algo más de mí. Podía observar perfectamente sus movimientos; precisos, cautelosos y sin hacer el más mínimo ruido posible. Todo un cazador, sin duda. Pero para su desgracia aquel cazador no iba a matarme y a convertirme en su presa, iba a cazarlo yo y desgarrar su yugular con mis colmillos, bebiendo de su sangre hasta que sintiera que el último aliento de vida escapaba de su vida, y a mí me saciaba. Aunque acababa de tomar sangre, pero era algo mucho más placentero beber sangre de cazador, mucho más… excitante.
¿Qué si no quería jugar? ¡Por supuesto que quería jugar! De hecho ya lo estaba haciendo con aquella ilusión, salvo que el cazador jamás sabría que lo era hasta que no fuera demasiado tarde. Sonreí de lado, así que quería jugar… pues bien, habría que darle algo de emoción a todo aquello. Ya había lanzado el dardo que me había traspasado, lógicamente, y que al parecer él había obviado ese detalle… mucho más divertido, entonces.
Hice que mí ilusión saliera de donde se había escondido entre los árboles, como si fuera yo realmente y me estuviera enfrentando a él. Iba a ser todo muy divertido, había perfeccionado tanto mí poder con el paso de los siglos que las había hecho demasiado reales. Al principio solamente duraban apenas un minutos, y solo podía hacer que se movieran… ahora, sin embargo, duraban mucho más y hasta podía hacer que hablaran. Y después de haberme alimentado como era debido, de aquel estúpido y pobre humano, tenía la fuerza y el poder suficiente como para hacerlo.
-¿Crees que tengo miedo de un cazador? –preguntó mí ilusión con una sonrisa torcida, lo único que tenía que hacer era mover los labios y mí ilusión haría el resto pronunciando las palabras, era como un títere, salvo que yo no podía dominar a nadie- ¿O que te temo, acaso? NO, estás muy equivocado… cazador. Aún no sabes que tú eres la presa y yo la cazadora… y aquí, el único que va a morir esta noche a manos de mis colmillos clavándose en tú yugular… voy a ser yo –sonreí de lado, divertida con todo aquello. Oh, qué desilusión se iba a llevar cuando viese que no era yo de verdad.
Tabitha Denveraux- Vampiro Clase Media
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Re: The Night Of The Hunter ~ Privado [+18]
Lo divertido de la caza es que … nunca es fácil.
Y la diversión iba en aumento a medida que ambos se buscaban en la oscuridad. Estaban jugando con el otro. Conocía los poderes de los vampiros y esa mujer, no era ninguna neófita. Sabía bien lo que estaba haciendo y seguramente lo que pretendía. Sonrió de medio lado, tiro fallado y no sería el único. No sería la única que tenía un as bajo la manga. Siempre alerta, sus ojos azules se fijaron en cada parte a cada paso que daba. Esa mujer seguía jugando y él no iba a abandonar el juego así como así.
Esos seres sabían camuflarse en la oscuridad y podía asaltarle en cualquier momento, eran rápidos, simplemente era cuestión de esperar. Cauteloso, caminó por el sendero pero seguía escondida, su voz seguía siendo como un susurro que era arrastrado como el viento. Sonrió de medio lado, no iba a hacerse aparecer sin más y si veía su imagen era porque lo deseaba y nada más.
Su mirada, recorrió la ilusión, no le atacó y supo que esa no era la mujer que antes había aprisionado contra el árbol. Rió divertido, deteniéndose de golpe. Debía de ser cuidadoso y sobre todo rápido. Alzó el brazo con ballesta en mano y lanzar al aire una única flecha. Lo hizo con todos sus sentidos puestos en aquella intuición. Fue seco, rápido, sin pensarlo y dio en el blanco, apenas oyó el impacto, fue él quien se escondió. Debió de darle, o al menos rozarle.
Se hizo paso entre los árboles, ahora era él quien se escondió. Estaban jugando al gato y al ratón. Sonrió, apoyado en uno de los tronco del árbol. Increíble la de artilugios que llevaba sobre la ropa pero de momento no utilizaría más. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que se había escondido? Mucho. El suficiente para no desistir, no se inmutó , seguía esperando y ninguno de los dos iba a dar su brazo a torcer eso estaba más que seguro.
Sus sentidos, se centraron en cualquier movimiento y sonido. Ruidos de la noche, aún podía oír la melodiosa voz de la joven ¿se habría ido? ¿seguiría acechando? ¿jugar? Sonrió de medio lado, una mano enredada en una de sus dagas y la otra seguía esperando el momento de un nuevo ataque… la noche acababa de comenzar.
¿Quién daría el primer paso?
Y la diversión iba en aumento a medida que ambos se buscaban en la oscuridad. Estaban jugando con el otro. Conocía los poderes de los vampiros y esa mujer, no era ninguna neófita. Sabía bien lo que estaba haciendo y seguramente lo que pretendía. Sonrió de medio lado, tiro fallado y no sería el único. No sería la única que tenía un as bajo la manga. Siempre alerta, sus ojos azules se fijaron en cada parte a cada paso que daba. Esa mujer seguía jugando y él no iba a abandonar el juego así como así.
Esos seres sabían camuflarse en la oscuridad y podía asaltarle en cualquier momento, eran rápidos, simplemente era cuestión de esperar. Cauteloso, caminó por el sendero pero seguía escondida, su voz seguía siendo como un susurro que era arrastrado como el viento. Sonrió de medio lado, no iba a hacerse aparecer sin más y si veía su imagen era porque lo deseaba y nada más.
Su mirada, recorrió la ilusión, no le atacó y supo que esa no era la mujer que antes había aprisionado contra el árbol. Rió divertido, deteniéndose de golpe. Debía de ser cuidadoso y sobre todo rápido. Alzó el brazo con ballesta en mano y lanzar al aire una única flecha. Lo hizo con todos sus sentidos puestos en aquella intuición. Fue seco, rápido, sin pensarlo y dio en el blanco, apenas oyó el impacto, fue él quien se escondió. Debió de darle, o al menos rozarle.
Se hizo paso entre los árboles, ahora era él quien se escondió. Estaban jugando al gato y al ratón. Sonrió, apoyado en uno de los tronco del árbol. Increíble la de artilugios que llevaba sobre la ropa pero de momento no utilizaría más. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que se había escondido? Mucho. El suficiente para no desistir, no se inmutó , seguía esperando y ninguno de los dos iba a dar su brazo a torcer eso estaba más que seguro.
Sus sentidos, se centraron en cualquier movimiento y sonido. Ruidos de la noche, aún podía oír la melodiosa voz de la joven ¿se habría ido? ¿seguiría acechando? ¿jugar? Sonrió de medio lado, una mano enredada en una de sus dagas y la otra seguía esperando el momento de un nuevo ataque… la noche acababa de comenzar.
¿Quién daría el primer paso?
Jensen- Cazador Clase Alta
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Re: The Night Of The Hunter ~ Privado [+18]
Sabía que aquel cazador no se iba a conformar solamente con la ilusión que había creado, era algo que sabía de antemano, pero aquello me servía también para observar cómo se movía, como se desplazaba por el lugar mientras yo lo observaba y lo que tenía para poder cazarme… si es que lograba hacerlo en algún momento o yo le daba alguna mínima posibilidad de hacerlo. Disparó contra la ilusión y luego se quedó parado dándose cuenta de que no había ningún tipo de manera de que yo fuera esa, sonreí de lado, era listo aquel cazador.
Sin siquiera moverme de donde me encontraba, escondida en aquel árbol, el cazador sacó la ballesta y… disparó en la dirección en la que estaba. La velocidad que el ser vampira me confería hizo que pudiera esconderme tras el tronco, haciendo que la flecha se impactara contra el tronco del árbol y se quedara allí incrustada. La quité pensando qué podía hacer con aquella flecha que me había otorgado de forma deliberada y sonreí. Ahora era él quien se escondía, ¿acaso era idiota? Mí sentido del olfato era muchísimo mejor que el suyo, y aunque no se podía comparar con el de los licántropos, podía saber sin siquiera moverme dónde estaba. Por su olor y por los movimientos que hacía, su respiración podía escucharla perfectamente desde donde estaba, por lo que sabía en todo momento dónde se encontraba.
En ese aspecto no debía de ser muy listo porque sin moverme de donde estaba su respiración, aunque fuese pausada, y sus latidos eran claros indicios de dónde estaba. Sonreí de lado, ya tenía una utilidad para la flecha que me había regalado. Me moví de forma sigilosa entre los árboles no haciendo ruido, haciendo gala de las habilidades que había perfeccionado durante ocho siglos y me coloqué en una posición donde lo tuviera cera. La ballesta la tenía guardad en su espalda y parecía que ahora había cogido unas dagas que, sin duda, me lanzaría en cuanto tuviera oportunidad. Esperé el momento oportuno y… lancé la flecha con la misma fuerza como si hubiera salido de su ballesta y… ¡Diana! Rompí la cuerda de su ballesta inutilizándola para que pudiera usarla de nuevo.
Volví a moverme entre los árboles escondiéndome, esperando el momento oportuno para poder atacar, él sería un cazador… pero yo sin embargo también era una cazadora a la que le gustaba acechar a su presa y esperar el momento idóneo para lanzarme a por ella. Y eso es lo que iba a hacer, esperar. Total… tenía todo el tiempo del mundo.
Sin siquiera moverme de donde me encontraba, escondida en aquel árbol, el cazador sacó la ballesta y… disparó en la dirección en la que estaba. La velocidad que el ser vampira me confería hizo que pudiera esconderme tras el tronco, haciendo que la flecha se impactara contra el tronco del árbol y se quedara allí incrustada. La quité pensando qué podía hacer con aquella flecha que me había otorgado de forma deliberada y sonreí. Ahora era él quien se escondía, ¿acaso era idiota? Mí sentido del olfato era muchísimo mejor que el suyo, y aunque no se podía comparar con el de los licántropos, podía saber sin siquiera moverme dónde estaba. Por su olor y por los movimientos que hacía, su respiración podía escucharla perfectamente desde donde estaba, por lo que sabía en todo momento dónde se encontraba.
En ese aspecto no debía de ser muy listo porque sin moverme de donde estaba su respiración, aunque fuese pausada, y sus latidos eran claros indicios de dónde estaba. Sonreí de lado, ya tenía una utilidad para la flecha que me había regalado. Me moví de forma sigilosa entre los árboles no haciendo ruido, haciendo gala de las habilidades que había perfeccionado durante ocho siglos y me coloqué en una posición donde lo tuviera cera. La ballesta la tenía guardad en su espalda y parecía que ahora había cogido unas dagas que, sin duda, me lanzaría en cuanto tuviera oportunidad. Esperé el momento oportuno y… lancé la flecha con la misma fuerza como si hubiera salido de su ballesta y… ¡Diana! Rompí la cuerda de su ballesta inutilizándola para que pudiera usarla de nuevo.
Volví a moverme entre los árboles escondiéndome, esperando el momento oportuno para poder atacar, él sería un cazador… pero yo sin embargo también era una cazadora a la que le gustaba acechar a su presa y esperar el momento idóneo para lanzarme a por ella. Y eso es lo que iba a hacer, esperar. Total… tenía todo el tiempo del mundo.
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Re: The Night Of The Hunter ~ Privado [+18]
Conocía los poderes de los seres de la noche. Estaba familiarizado con ellos y en ese instante, la imagen de la vampiresa no era la real. No iba a exponerse a ser alcanzada para su extinción, con tanta facilidad. Debía de andarse con pies de plomo, cada sentido al máximo, pendiente de cada movimiento, sonido, pasos que se alejaban, acercaban… esa mujer seguía vigilándole. ¿Quién de los dos el cazador y la presa? Ambos buscaban lo mismo, dar caza al otro, huir y salir victoriosos.
Lo que la joven no sabía era dónde y con quién se había metido. Esa era su área, sus “trampas” estaban en todas partes, en lugares insospechados y es que ¿iba a exponerse tan fácil a cualquiera? No, su hora aún no había llegado y la de esa vampira tampoco porque no, no iba a acabar con ella sin más. esa noche se sentía incluso buena persona, solo jugarían un poco y nada más. La sangre de los vampiros tan cotizada y él la tenía tan a su alcance que ¿cómo no hacerse con ella y hacer uso de ello?
Sabía también, conocía de antemano que podía leerle la mente. Cerró los ojos, un instante para concentrarse y entrar en contacto con la joven. Sonrió y mentalmente, “sé que me ves, sé que piensas que has ganado pero…ten cuidado…”. Lo dejó a medias, no llegó a acabar la frase. Se movió entre las sombras, dando un par de pasos, en vano. No era por ahí, no podía conocer dónde se encontraba la mujer pero ella él sí y eso…lo aprovecharía al máximo.
Sonrió de medio lado, agudizando el sentido del oído para comprobar que era perseguido. Le seguía. Aceleró el paso, las hojas caían a su paso, así que se había escondido entre las ramas… y ¿le había roto la ballesta? No la necesitaba, no a donde la llevaba. Rió en el camino, salteando un par de piedras que se encontró el camino y esperar. La red de plata, oculta perfectamente entre la maleza reaccionaría a la presión del peso de la vampira.
Se giró en el momento en el que fue atrapada y la observó, desde su posición . La plata haría su trabajo, la inmovilizaría por mucho que lo intentase. Sus orbes azules, se fijaron en ella… sonriendo de medio lado y hacerle un gesto con la cabeza, no , no había acabado la persecución.
-No tengo ganas de matar a nadie, solo quiero un poco de tu sangre… por las buenas o las malas… tú misma -se encogió de hombros, acercándose lo suficiente pero no para que pudiese alcanzarle -Oh vamos, sonríe, solo te hará un poco de daño…las heridas se curan y quiero lo mismo para mí ¿me das un poco de tu sangre, encanto? ¿o…? puedo hacer que te desangres como un cerdo en un matadero. Tú misma . Tú eliges
Alzó las manos como si con él no fuese la cosa, dejando a la joven suspensa del suelo, en aquella red de plata que mucho placer no le estaría dando…precisamente.
Lo que la joven no sabía era dónde y con quién se había metido. Esa era su área, sus “trampas” estaban en todas partes, en lugares insospechados y es que ¿iba a exponerse tan fácil a cualquiera? No, su hora aún no había llegado y la de esa vampira tampoco porque no, no iba a acabar con ella sin más. esa noche se sentía incluso buena persona, solo jugarían un poco y nada más. La sangre de los vampiros tan cotizada y él la tenía tan a su alcance que ¿cómo no hacerse con ella y hacer uso de ello?
Sabía también, conocía de antemano que podía leerle la mente. Cerró los ojos, un instante para concentrarse y entrar en contacto con la joven. Sonrió y mentalmente, “sé que me ves, sé que piensas que has ganado pero…ten cuidado…”. Lo dejó a medias, no llegó a acabar la frase. Se movió entre las sombras, dando un par de pasos, en vano. No era por ahí, no podía conocer dónde se encontraba la mujer pero ella él sí y eso…lo aprovecharía al máximo.
Sonrió de medio lado, agudizando el sentido del oído para comprobar que era perseguido. Le seguía. Aceleró el paso, las hojas caían a su paso, así que se había escondido entre las ramas… y ¿le había roto la ballesta? No la necesitaba, no a donde la llevaba. Rió en el camino, salteando un par de piedras que se encontró el camino y esperar. La red de plata, oculta perfectamente entre la maleza reaccionaría a la presión del peso de la vampira.
Se giró en el momento en el que fue atrapada y la observó, desde su posición . La plata haría su trabajo, la inmovilizaría por mucho que lo intentase. Sus orbes azules, se fijaron en ella… sonriendo de medio lado y hacerle un gesto con la cabeza, no , no había acabado la persecución.
-No tengo ganas de matar a nadie, solo quiero un poco de tu sangre… por las buenas o las malas… tú misma -se encogió de hombros, acercándose lo suficiente pero no para que pudiese alcanzarle -Oh vamos, sonríe, solo te hará un poco de daño…las heridas se curan y quiero lo mismo para mí ¿me das un poco de tu sangre, encanto? ¿o…? puedo hacer que te desangres como un cerdo en un matadero. Tú misma . Tú eliges
Alzó las manos como si con él no fuese la cosa, dejando a la joven suspensa del suelo, en aquella red de plata que mucho placer no le estaría dando…precisamente.
Jensen- Cazador Clase Alta
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Re: The Night Of The Hunter ~ Privado [+18]
El juego del “gato y el ratón” estaba durando demasiado ya, él se escondía e intentaba alejarse de mí cuando era algo realmente imposible porque mis sentidos estaban mucho más agudizados que los suyos y solamente me bastaba cerrar los ojos y seguir su respiración o los latidos de su corazón, o simplemente seguir su rastro… era demasiado fácil, incluso con los ojos cerrados, sabría donde podría estar en cualquier momento.
Sabía que no iba a caer en la trampa de la ilusión, pero a veces era divertido ver como otros cazadores sí lo hacían… parecía que este tenía algo de experiencia en eso. Igualmente fue divertido, mientras yo estaba en una zona segura desde donde lo observaba detenidamente… no había nada mejor como observar a tu presa para saber lo que tenías que hacer. De repente comenzó a correr en dirección contraria a la que me encontraba y enarqué una ceja, ¿qué narices hacía?
Comencé a moverme sobre los árboles y decidí bajar al suelo sabiendo que estaba lo bastante lejos como para que no pudiera darme, le había inutilizado la ballesta aunque seguramente llevara más armas arrojadizas. Comencé a perseguirlo con rapidez, apenas estaba a unos pocos metros de mí cuando casi lo había alcanzando. Siendo vampira era mucho más fácil huir de los cazadores o, por el contrario, perseguirlos… los cogías con mayor facilidad.
Justo cuando apenas quedaba nada para atraparlo… al pisar el suelo del bosque mí peso se hundió y sentí como era atrapada entre una red que cayó sobre mí, elevándome del suelo unos cuantos centímetros. Grité cuando me vi atrapada y me di cuenta de que la trampa estaba hecha con plata… así que, era la trampa para cazar a un licántropo. Podía coger ventaja de aquello. El cazador se giró observándome con una sonrisa triunfal como si ya me hubiera tenido y se acercó hacia donde estaba.
Gruñí y le mostré los colmillos cuando se quedó justo delante de la red y dijo que no quería matarme, que lo único que quería era mí sangre. Vaya, así que un cazador que lo que busca es beber la sangre de un vampiro… pues no iba a tener la mía. Comencé a reírme cuando dijo que me mataría como a un cerdo si no accedía, como si tuviese todo bajo control y estuviera en posición de mandar.
-No estás en posición de pedir nada, cazador, ¿crees que esta estúpida red va a ralentizarme? –reí entre dientes con mis ojos puestos de forma fija en los del cazador. Iba a morir, definitivamente, ya había sido suficiente de juegos. Era la hora de que comenzara ya la caza de verdad- ¿Quieres mí sangre? Es algo que no vas a obtener –me incorporé como pude en la red y utilizando la fuerza que tenía al ser vampira… la rompí de tal forma que uno de los lados se abrió por el enganche y pude salir cayendo al suelo de pie, con mí vista fija en la suya- ¿Crees que soy un perro para que me afecte en algo la plata? Siento desilusionarte –me acerqué hasta donde estaba, haciéndole una llave que lo dejó boca abajo en el suelo, con mí rodilla presionando su nuca y uno de sus brazos tirados hacia atrás como si quisiera sacárselo y dislocárselo- El único que va a sangrar, vas a ser tú –hice un pequeño rasguño con mis colmillos en su brazo y lamí las gotas de sangre que caían- La sangre de cazador es una de mis preferidas.
Sabía que no iba a caer en la trampa de la ilusión, pero a veces era divertido ver como otros cazadores sí lo hacían… parecía que este tenía algo de experiencia en eso. Igualmente fue divertido, mientras yo estaba en una zona segura desde donde lo observaba detenidamente… no había nada mejor como observar a tu presa para saber lo que tenías que hacer. De repente comenzó a correr en dirección contraria a la que me encontraba y enarqué una ceja, ¿qué narices hacía?
Comencé a moverme sobre los árboles y decidí bajar al suelo sabiendo que estaba lo bastante lejos como para que no pudiera darme, le había inutilizado la ballesta aunque seguramente llevara más armas arrojadizas. Comencé a perseguirlo con rapidez, apenas estaba a unos pocos metros de mí cuando casi lo había alcanzando. Siendo vampira era mucho más fácil huir de los cazadores o, por el contrario, perseguirlos… los cogías con mayor facilidad.
Justo cuando apenas quedaba nada para atraparlo… al pisar el suelo del bosque mí peso se hundió y sentí como era atrapada entre una red que cayó sobre mí, elevándome del suelo unos cuantos centímetros. Grité cuando me vi atrapada y me di cuenta de que la trampa estaba hecha con plata… así que, era la trampa para cazar a un licántropo. Podía coger ventaja de aquello. El cazador se giró observándome con una sonrisa triunfal como si ya me hubiera tenido y se acercó hacia donde estaba.
Gruñí y le mostré los colmillos cuando se quedó justo delante de la red y dijo que no quería matarme, que lo único que quería era mí sangre. Vaya, así que un cazador que lo que busca es beber la sangre de un vampiro… pues no iba a tener la mía. Comencé a reírme cuando dijo que me mataría como a un cerdo si no accedía, como si tuviese todo bajo control y estuviera en posición de mandar.
-No estás en posición de pedir nada, cazador, ¿crees que esta estúpida red va a ralentizarme? –reí entre dientes con mis ojos puestos de forma fija en los del cazador. Iba a morir, definitivamente, ya había sido suficiente de juegos. Era la hora de que comenzara ya la caza de verdad- ¿Quieres mí sangre? Es algo que no vas a obtener –me incorporé como pude en la red y utilizando la fuerza que tenía al ser vampira… la rompí de tal forma que uno de los lados se abrió por el enganche y pude salir cayendo al suelo de pie, con mí vista fija en la suya- ¿Crees que soy un perro para que me afecte en algo la plata? Siento desilusionarte –me acerqué hasta donde estaba, haciéndole una llave que lo dejó boca abajo en el suelo, con mí rodilla presionando su nuca y uno de sus brazos tirados hacia atrás como si quisiera sacárselo y dislocárselo- El único que va a sangrar, vas a ser tú –hice un pequeño rasguño con mis colmillos en su brazo y lamí las gotas de sangre que caían- La sangre de cazador es una de mis preferidas.
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Re: The Night Of The Hunter ~ Privado [+18]
Una simple trampa de licántropo no sería suficiente, ambos lo sabían, él lo sabía. Sus ojos azules brillaban entre las sombras, observándola a cierta distancia en la red, atrapada por poco tiempo, segundos. Suspiró largamente, pensando rápido, lo suficiente para inyectarse algo a sí mismo. Una especie de repelente, no dañino para su propio organismo pero al menos para esa vampiresa, sería repulsivo… pero salvaría su vida, al menos esa maldita vampiro no podría disfrutar de su sangre.
Como esperaba, la red, terminó por no servir para absolutamente nada, exponiéndole. La esperó con los brazos abiertos, tentando una vez más a la muerte, jugársela pero ¿Acaso no era excitante? Bordeando el precipicio, un paso más y caería. Como todos habían caído a su alrededor. No encontraría respuestas en aquel bosque, ni con esa mujer…una mujer que dejó de ser hace tiempo. Ahora, era presa de ese deseo de sangre y poco más… nada.
Rió en cuanto lo derribó, quedando inmóvil. Esperando el último segundo para actuar, siempre salía ileso pero quizás, solo quizás esa noche sería la última. O la primera de muchas. Sus ojos se fijaron en los ajenos, sin inmutarse al tener sus colmillos cerca… su aliento frío, acariciando su piel. Podía sentir aquel gélido aliento, tan cerca. Sonrió con suficiencia, mirándole de reojo como si fuese un insecto al que aplastar.
-¿Y quién te dice que no te quería…así? -sonrió de medio lado, mirado hacia otro lado y volver su vista para escupirle en la cara, no esperando que le probase…esperando su reacción. El sabor de su sangre sería nauseabundo, nada agradable… él ganaría en eso pero también podría partirle en dos, todos los huesos de unos simples movimientos…un simple humano frente a un ser de la noche -Bebe, sigue bebiendo… ya te has saciado ¿qué puedo ofrecerte? Nada. Matar por matar… ¿lo harías? Qué poco mérito…querida-buscó a tientas con la mano libre en uno de los bolsillos, con total sutileza.
Sin tener que moverse demasiado, su daga…buscó la carne ajena, al menos se la quitaría de encima y se alejaría unos metros. La miró desafiante, no se achantaba, era un hombre que ante todo no lo daba todo por perdido.
-¿Te divierte jugar con humanos? Me das asco -y esperó el siguiente movimiento, no iba a quedarse quieto… no era lo único que escondía, aún tenía más y mucho más que demostrar.
Como esperaba, la red, terminó por no servir para absolutamente nada, exponiéndole. La esperó con los brazos abiertos, tentando una vez más a la muerte, jugársela pero ¿Acaso no era excitante? Bordeando el precipicio, un paso más y caería. Como todos habían caído a su alrededor. No encontraría respuestas en aquel bosque, ni con esa mujer…una mujer que dejó de ser hace tiempo. Ahora, era presa de ese deseo de sangre y poco más… nada.
Rió en cuanto lo derribó, quedando inmóvil. Esperando el último segundo para actuar, siempre salía ileso pero quizás, solo quizás esa noche sería la última. O la primera de muchas. Sus ojos se fijaron en los ajenos, sin inmutarse al tener sus colmillos cerca… su aliento frío, acariciando su piel. Podía sentir aquel gélido aliento, tan cerca. Sonrió con suficiencia, mirándole de reojo como si fuese un insecto al que aplastar.
-¿Y quién te dice que no te quería…así? -sonrió de medio lado, mirado hacia otro lado y volver su vista para escupirle en la cara, no esperando que le probase…esperando su reacción. El sabor de su sangre sería nauseabundo, nada agradable… él ganaría en eso pero también podría partirle en dos, todos los huesos de unos simples movimientos…un simple humano frente a un ser de la noche -Bebe, sigue bebiendo… ya te has saciado ¿qué puedo ofrecerte? Nada. Matar por matar… ¿lo harías? Qué poco mérito…querida-buscó a tientas con la mano libre en uno de los bolsillos, con total sutileza.
Sin tener que moverse demasiado, su daga…buscó la carne ajena, al menos se la quitaría de encima y se alejaría unos metros. La miró desafiante, no se achantaba, era un hombre que ante todo no lo daba todo por perdido.
-¿Te divierte jugar con humanos? Me das asco -y esperó el siguiente movimiento, no iba a quedarse quieto… no era lo único que escondía, aún tenía más y mucho más que demostrar.
Jensen- Cazador Clase Alta
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Re: The Night Of The Hunter ~ Privado [+18]
Aquella red no había podido frenar mí avance ni había impedido tampoco que la rompiera, había sido mucho más fácil de lo que había pensado y la red caía al suelo hecha pedazos… quizás para un licántropo aquella red serviría para frenarlos, a mí en cambio no me había hecho nada y durante unos segundos me pregunté sobre aquel cazador y si sabía con quién se estaba metiendo realmente.
Parecía que quería jugar al escondite de nuevo porque comenzó a correr por el bosque y yo lo seguí sin ser muy difícil, era sencillamente simple y fácil encontrarlo… había muchas cosas que lo podían delatar como su respiración, errática por la carrera, su corazón bombeando con fuerza por el esfuerzo… todo lo delataba, y por mucho que intentara controlar su respiración no podía controlar el bombeo que su corazón vivo hacía, era algo que siempre lo iba a delatar. Pero no solamente eso, sino también su olor… dejaba un rastro por donde pasaba que era muy fácil de seguir.
Finalmente lo encontré y lo primero que hice fue tumbarlo en el suelo, de un movimiento rápido, presionando con mí rodilla en su nuca para tenerlo inmovilizado y con uno de sus brazos tirados hacia atrás como si quisiera sacarle el brazo. Reí entre dientes por aquello, podía leer su mente y saber cuál iba a ser su próximo movimiento… así que sabía que no había caído en ninguna trampa, pero no era una información que le iba a dar al cazador, me la guardaría para mí.
-Sé que no me quieres así, ¿acaso quieres que siga tirando de tú brazo hasta arrancártelo? Si es así, entonces vamos por el buen camino –tiré un poco más sabiendo que iba a hacerle daño, pero no había ido allí para hacerle cosquillas. De hecho, no tenía intención de tener ninguna pelea aquella noche, pero él era quien lo había buscado al empotrarme contra aquel árbol- Yo mato para sobrevivir, ¿por qué matas tú? Eres tú quien mata por pura diversión, tú también matarías si te estuvieras muriendo de hambre… y si mientes, solo te estás mintiendo a ti mismo –en unos segundos su otra mano que estaba libre hizo un movimiento y sentí la presión de la punta de una daga, pero me aparté antes de que pudiera hacerme algún rasguño y le gruñí poniendo una mínima distancia entre nosotros… sabía que estaba preparado para el siguiente movimiento, pero seguramente lo que iba a hacer no iba a esperárselo. Me quedé quieta, erguida delante de él, y mí voz comenzó a cambiar siendo un tono más seductor, suave, como si estuviera hablando a cámara lenta sin dejar de mirarlo. Por mucho que quisiera no iba a poder evitar caer en mí poder de “seducción”, y lo utilizaría a mí favor- Vamos cazador, suelta las armas –para él lo sentiría todo de forma más lenta, como si fuera como un sueño, pero mí voz sería tan atrayente para él que no podía evitar hacer lo que le estaba diciendo… como si fuera una hipnosis- Acércate –le hice una seña con mí dedo y mí sonrisa fue sensual acompañando al tono de mí voz. Esto sí que era jugar con un humano.
Parecía que quería jugar al escondite de nuevo porque comenzó a correr por el bosque y yo lo seguí sin ser muy difícil, era sencillamente simple y fácil encontrarlo… había muchas cosas que lo podían delatar como su respiración, errática por la carrera, su corazón bombeando con fuerza por el esfuerzo… todo lo delataba, y por mucho que intentara controlar su respiración no podía controlar el bombeo que su corazón vivo hacía, era algo que siempre lo iba a delatar. Pero no solamente eso, sino también su olor… dejaba un rastro por donde pasaba que era muy fácil de seguir.
Finalmente lo encontré y lo primero que hice fue tumbarlo en el suelo, de un movimiento rápido, presionando con mí rodilla en su nuca para tenerlo inmovilizado y con uno de sus brazos tirados hacia atrás como si quisiera sacarle el brazo. Reí entre dientes por aquello, podía leer su mente y saber cuál iba a ser su próximo movimiento… así que sabía que no había caído en ninguna trampa, pero no era una información que le iba a dar al cazador, me la guardaría para mí.
-Sé que no me quieres así, ¿acaso quieres que siga tirando de tú brazo hasta arrancártelo? Si es así, entonces vamos por el buen camino –tiré un poco más sabiendo que iba a hacerle daño, pero no había ido allí para hacerle cosquillas. De hecho, no tenía intención de tener ninguna pelea aquella noche, pero él era quien lo había buscado al empotrarme contra aquel árbol- Yo mato para sobrevivir, ¿por qué matas tú? Eres tú quien mata por pura diversión, tú también matarías si te estuvieras muriendo de hambre… y si mientes, solo te estás mintiendo a ti mismo –en unos segundos su otra mano que estaba libre hizo un movimiento y sentí la presión de la punta de una daga, pero me aparté antes de que pudiera hacerme algún rasguño y le gruñí poniendo una mínima distancia entre nosotros… sabía que estaba preparado para el siguiente movimiento, pero seguramente lo que iba a hacer no iba a esperárselo. Me quedé quieta, erguida delante de él, y mí voz comenzó a cambiar siendo un tono más seductor, suave, como si estuviera hablando a cámara lenta sin dejar de mirarlo. Por mucho que quisiera no iba a poder evitar caer en mí poder de “seducción”, y lo utilizaría a mí favor- Vamos cazador, suelta las armas –para él lo sentiría todo de forma más lenta, como si fuera como un sueño, pero mí voz sería tan atrayente para él que no podía evitar hacer lo que le estaba diciendo… como si fuera una hipnosis- Acércate –le hice una seña con mí dedo y mí sonrisa fue sensual acompañando al tono de mí voz. Esto sí que era jugar con un humano.
Tabitha Denveraux- Vampiro Clase Media
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Re: The Night Of The Hunter ~ Privado [+18]
Tú , yo… hasta el amanecer.
Apresado entre el agarre de aquel ser de la noche, como una presa inútil que no tenía escapatoria. Quizás fuese su última caza, podía ocurrir cualquier cosa. Su vida pendía de un hilo, todo por su venganza, por perseguir demonios cuando éstos se lo habían arrebatado todo. ¿Qué mataba por diversión? No. Se equivocaba y no pudo evitar negar con la cabeza, negar una y otra vez. Él buscaba algo más que diversión…pero eso era algo que solo le concernía a él, a nadie más.
Apretó los dientes, sin emitir sonido alguno, no iba a darle el gusto de gritar cuando había sentido peores dolores que aquel, apenas una caricia. Alguien fuerte, robusto como él que no se rendía. No perdía la mirada de sus gestos, su rostro, observándole desafiante, no tenía miedo… ¿de qué le servía cuando tenía ante él al mismo demonio? La misma muerte. La muerte tenía distintas caras, voces y cuerpos pero no se diferenciaba de esa joven. Hermosa y exuberante, tan sensual como provocativa…podría tener lo que quisiera ¿y a él? podía intentarlo y él podría caer…como el más cobarde de los peones.
-Puedes despojarme de mis armas, romperme cada hueso de mi cuerpo pero no beberás mi sangre… amarga, no muy deliciosa para ti y lo sabes -cuando le soltó, se imaginó que utilizaría alguno de sus trucos. Trucos en los que ella tendría absoluto poder sobre él , haría cualquier cosa con su persona y los segundos se escapaban, terminaría su vida… o quizás, la suerte estaría a su lado…pisándole los talones.
Voz aterciopelada, melodiosa, mirada penetrante y llena de vida, de provocación y tentación. Maldita mujer, maldita ella. Se acercó unos pasos, en contra de su voluntad, dudó…puso todas sus fuerzas en vacilar en su orden pero fue incapaz. Se acercó a ella, despacio, soltando las armas a su paso pero solo las que tenía en la mano, no las escondidas. Iba a deshacerse de él con un simple gesto, un humano que tentaba a la suerte… la tentaba a ella como seguramente pocos cazadores se atrevían. Qué iluso si pensaba escapar de sus encantos.
Ojos azules , seguro de sí mismos. Sonrió de medio lado aún así, como si no le importase lo más mínimo a lo que ocurriese, frente a ella…esperó órdenes pero si ella se fijaba bien, aquel hombre incluso en aquel “sueño” de hacer con él lo que quisiese. La miraba como nadie jamás había hecho, no con adoración ni lujuria. Una mirada indescifrable… interrogante, curiosa más que de temor ¿por qué no le temía cuando podía ya haberlo matado?
-¿Y ahora? ¿Vas a arrancarme los brazos? Una pena… no será tan divertido… señorita -se relamió esperando su suerte y es que ¿acaso tenía opción? ¿cazador cazado? Eso habría que verlo, la curiosidad quizás mató al gato…
Jensen- Cazador Clase Alta
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Re: The Night Of The Hunter ~ Privado [+18]
Aquel humano solo debía de hacer una cosa, y esa era, dejarse llevar por mis poderes. Tantos años con vida siendo vampira daban para muchas cosas… los poderes los había perfeccionado de tal forma que los utilizaba sin esfuerzo alguno. Podía oír los pensamientos de la gente incluso sin tener que estar cerca de ella, había ido ampliando el radio que podía llegar a tener y con tenerlo en mí visión me era más que suficiente. La ilusión también la había perfeccionado, había hecho que mí copia hablara sin tener que estar yo cerca, mientras yo hablaba mí ilusión también lo hacía como si fuera yo… era como una proyección de mí misa de la que tenía pleno control y poder. Algo muy útil en diversas ocasiones.
Sin duda la seducción era algo que también había perfeccionado, me gustaba utilizarla como si fuera una pequeña diablesa traviesa que susurraba en el oído y hacía que el humano no pudiera resistirse. Era algo parecido a la dominación, pero que sin embargo no podía ejercer mucho dominio sobre el humano… solamente hacia mí persona, era lo único que podía hacer. Contra aquel cazador sería más que suficiente, ya comenzaba a surtir los efectos y ya se estaba acercando en contra de su voluntad. No podía resistirse a mí voz dulce y aterciopelada, a la forma en que mis gestos lo invitaban sin que él pudiera evitarlo a acercarse a mí, mí tono de voz y el hecho de verlo todo a cámara lenta era algo de lo que no podía escaparse.
Podía notar su lucha interna que estaba teniendo, notaba debatirse y resistirse pero no serviría de nada… tener ocho siglos de práctica daban para mucho. Debería de estar ya casi obnubilado y sin poder pensar siquiera en lo que estaba haciendo, su única atención debía de estar solamente fija en mí y en nada más. Se debía de olvidar que era cazador, que yo era vampiro y que estaba ejerciendo aquel poder sobre mí… lo único en lo que tendría ganas era de lanzarse contra mí, pero no había echo el poder para eso… sino para algo más diferente.
Lo tenía delante de mí mirándome de aquella forma, sabía lo que estaba pensando y lo que quería y se resistía pese a todo… así que incrementé el poder para que no pudiera pensar nada más que en tenerme de la forma que fuera y sonreí cuando lo vi tan manso delante de mí. Justo lo que quería. Reí entre dientes por sus palabras y después lo miré con una sonrisa torcida en los labios.
-No, apenas acaba de comenzar el juego –aprovechando que lo tenía tan cerca y que no podía hacerme nada… le di un golpe en la cabeza, lo suficiente para dejarlo inconsciente durante unos segundos… tiempo de sobra. Cogí su cuerpo cuando este cayó al suelo desmayado y con la misma red que él había pretendido capturarme, la utilicé para atar sus muñecas, y después atarlas con las manos hacia atrás en uno de los árboles que había cerca. Tenía tiempo de sobra hasta que recobrara la consciencia, así que no me di prisa ninguna. Lo registré y le quité todas las armas que tenía escondidas y las aparté a un lado. Ahora sí que parecía un cazador cazado. Cuando se despertó por fin lo miré con una sonrisa y me agaché para quedar a su altura, ahora que tenía sus manos atadas hacia atrás en el árbol- Hola, cazador, ¿estás cómodo? –pregunté con ironía y me reí entre dientes- ¿Qué tal si hacemos esto más… divertido? –hice una pequeña herida en mí muñeca y dejé que la sangre goteara hasta la hierba- Es lo que quieres, ¿no es verdad? Lo he podido leer en tus pensamientos. Sé que quieres sangre de vampiro, la pregunta es, ¿podrás controlarte?
Sin duda la seducción era algo que también había perfeccionado, me gustaba utilizarla como si fuera una pequeña diablesa traviesa que susurraba en el oído y hacía que el humano no pudiera resistirse. Era algo parecido a la dominación, pero que sin embargo no podía ejercer mucho dominio sobre el humano… solamente hacia mí persona, era lo único que podía hacer. Contra aquel cazador sería más que suficiente, ya comenzaba a surtir los efectos y ya se estaba acercando en contra de su voluntad. No podía resistirse a mí voz dulce y aterciopelada, a la forma en que mis gestos lo invitaban sin que él pudiera evitarlo a acercarse a mí, mí tono de voz y el hecho de verlo todo a cámara lenta era algo de lo que no podía escaparse.
Podía notar su lucha interna que estaba teniendo, notaba debatirse y resistirse pero no serviría de nada… tener ocho siglos de práctica daban para mucho. Debería de estar ya casi obnubilado y sin poder pensar siquiera en lo que estaba haciendo, su única atención debía de estar solamente fija en mí y en nada más. Se debía de olvidar que era cazador, que yo era vampiro y que estaba ejerciendo aquel poder sobre mí… lo único en lo que tendría ganas era de lanzarse contra mí, pero no había echo el poder para eso… sino para algo más diferente.
Lo tenía delante de mí mirándome de aquella forma, sabía lo que estaba pensando y lo que quería y se resistía pese a todo… así que incrementé el poder para que no pudiera pensar nada más que en tenerme de la forma que fuera y sonreí cuando lo vi tan manso delante de mí. Justo lo que quería. Reí entre dientes por sus palabras y después lo miré con una sonrisa torcida en los labios.
-No, apenas acaba de comenzar el juego –aprovechando que lo tenía tan cerca y que no podía hacerme nada… le di un golpe en la cabeza, lo suficiente para dejarlo inconsciente durante unos segundos… tiempo de sobra. Cogí su cuerpo cuando este cayó al suelo desmayado y con la misma red que él había pretendido capturarme, la utilicé para atar sus muñecas, y después atarlas con las manos hacia atrás en uno de los árboles que había cerca. Tenía tiempo de sobra hasta que recobrara la consciencia, así que no me di prisa ninguna. Lo registré y le quité todas las armas que tenía escondidas y las aparté a un lado. Ahora sí que parecía un cazador cazado. Cuando se despertó por fin lo miré con una sonrisa y me agaché para quedar a su altura, ahora que tenía sus manos atadas hacia atrás en el árbol- Hola, cazador, ¿estás cómodo? –pregunté con ironía y me reí entre dientes- ¿Qué tal si hacemos esto más… divertido? –hice una pequeña herida en mí muñeca y dejé que la sangre goteara hasta la hierba- Es lo que quieres, ¿no es verdad? Lo he podido leer en tus pensamientos. Sé que quieres sangre de vampiro, la pregunta es, ¿podrás controlarte?
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Re: The Night Of The Hunter ~ Privado [+18]
Sabía que aquel encuentro no iba a ser fácil. Un ser de la noche milenario, curtido en batallas, enfrentamientos y él, un simple humano bien entrenado que sabía perfectamente utilizar sus armas, sus acciones pero ¿era suficiente? No le importaba morir, quizás ese era un punto a su favor. Si moría, terminaría obteniendo lo que quizás desease, antes de pertenecer a cualquiera de esos seres que tanto detestaba y perseguía a cada paso, acechando… justo lo que era un cazador a su presa aunque esta vez su presa lo tenía bien atado de pies y manos.
Todo podría acabar en esa noche en la que comenzó todo, terminaría siendo bocado suculento de aquella mujer que acababa de ser la causante de la muerte de aquel hombre que creyó tener de ella algo que no llegó… terminando por ser él la propia cena. Estaba satisfecha, completamente repleta de sangre , esa víctima debía ser suficiente para ella y su sangre, la había vuelto amarga, la repudiaría por su sabor amargo, pero nadie le salvaba de sus garras de acabar con el cuello partido, todos los huesos rotos… y tirado en algún acantilado como si alguna bestia, lo hubiesen pillado desprevenido y su fin fuese… ese trágico final.
-Ya lo sé. Puedes desangrarme, torturarme, hacer lo que desees y solo la muerte será mejor que ser como tú. -escupió en el suelo antes de perder el conocimiento por el golpe. Un simple humano ¿cómo iba a enfrentarla? Totalmente imposible pero hasta ahora, no había desistido, siguió intentándolo hasta el último aliento.
Cuando despertó, creyó estar muerto, o al menos lo deseó. Sus orbes azules, se clavaron en la dama de cabello negro como la noche, tirando del agarre sin poder tan siquiera moverse. Gruñó, mirándola intensamente…esperando cualquier movimiento. Esa mujer jugaba y él no podía hacer otra cosa que admirarla, observarla… mientras trazaba un plan. Sería ágil pero que de él no cupiese la menor duda de que lo intentaba con creces.
-¿Crees que me importa que riegues el jardín? Lo que quiero es romperte el cuello con mis propias manos pero eso … lo haré después -sonrió de medio lado, esperando que estuviese lo suficientemente cerca, para utilizar sus propias piernas como prisión atrayéndola hacia sí y tenerla a escasos milímetros de su rostro. Pasó la lengua por sus labios, atrapando un poco de sangre… apenas la que ella pudo tener de haberse rasgado la muñeca, suficiente para poder desatarse de un simple movimiento. No era tan fuerte como ella pero tampoco tan débil.
Saltó sobre ella, colocándose sobre su cuerpo, ejerciendo presión y jadear contra su boca… una de sus manos la deslizó por el escote de su vestido, sonriendo de medio lado.
-No todos los ataques… son dañinos ¿quieres más? porque yo si
Todo podría acabar en esa noche en la que comenzó todo, terminaría siendo bocado suculento de aquella mujer que acababa de ser la causante de la muerte de aquel hombre que creyó tener de ella algo que no llegó… terminando por ser él la propia cena. Estaba satisfecha, completamente repleta de sangre , esa víctima debía ser suficiente para ella y su sangre, la había vuelto amarga, la repudiaría por su sabor amargo, pero nadie le salvaba de sus garras de acabar con el cuello partido, todos los huesos rotos… y tirado en algún acantilado como si alguna bestia, lo hubiesen pillado desprevenido y su fin fuese… ese trágico final.
-Ya lo sé. Puedes desangrarme, torturarme, hacer lo que desees y solo la muerte será mejor que ser como tú. -escupió en el suelo antes de perder el conocimiento por el golpe. Un simple humano ¿cómo iba a enfrentarla? Totalmente imposible pero hasta ahora, no había desistido, siguió intentándolo hasta el último aliento.
Cuando despertó, creyó estar muerto, o al menos lo deseó. Sus orbes azules, se clavaron en la dama de cabello negro como la noche, tirando del agarre sin poder tan siquiera moverse. Gruñó, mirándola intensamente…esperando cualquier movimiento. Esa mujer jugaba y él no podía hacer otra cosa que admirarla, observarla… mientras trazaba un plan. Sería ágil pero que de él no cupiese la menor duda de que lo intentaba con creces.
-¿Crees que me importa que riegues el jardín? Lo que quiero es romperte el cuello con mis propias manos pero eso … lo haré después -sonrió de medio lado, esperando que estuviese lo suficientemente cerca, para utilizar sus propias piernas como prisión atrayéndola hacia sí y tenerla a escasos milímetros de su rostro. Pasó la lengua por sus labios, atrapando un poco de sangre… apenas la que ella pudo tener de haberse rasgado la muñeca, suficiente para poder desatarse de un simple movimiento. No era tan fuerte como ella pero tampoco tan débil.
Saltó sobre ella, colocándose sobre su cuerpo, ejerciendo presión y jadear contra su boca… una de sus manos la deslizó por el escote de su vestido, sonriendo de medio lado.
-No todos los ataques… son dañinos ¿quieres más? porque yo si
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Re: The Night Of The Hunter ~ Privado [+18]
Al parecer aquel humano pensaba que si lo mataba podría transformarlo en algo como lo que yo era, un ser de la noche que se alimentaba de sangre humana, eligiendo sus víctimas con cuidado y a veces incluso dejando que fuera la propia sed de sangre quien me llevara hasta el humano del que saciaría dicha sed. Pero no, podría ser un golpe bajo para aquel cazador, convertirlo en una de las criaturas que él cazaba… pero no, jamás había convertido a nadie y por el momento no tenía ningún pensamiento de que así fuera. Tener a neófitos o convertir a alguien significaba que tenías que, de alguna forma, cuidarlo y estar pendiente de él. Enseñarle todo lo que aquel mundo oscuro significaba, y no estaba por la labor.
No había convertido a nadie en aquellos todos esos siglos, y no iba a empezar aquella noche. El humano solo tenía un final que él ya sabía, y era la muerte. Y aunque pudiera ser divertido convertirle en algo que él odia, sino, no estaría cazando vampiros y demás… el hecho de tener que enseñarle, como si fuera un niño pequeño y que se comportara e incluso controlarlo… era algo que de solo pensarlo ya aborrecía. Por lo que no, y la idea era divertida, pero todo lo que vendrías después de eso no me gustaba en absoluto. Así que deseché la idea.
-¿Convertirte en alguien como yo? –me reí divertida por aquello, viéndolo atado al árbol mientras sentía la sangre gotear hasta la hierba, en aquel paraje en donde solamente nos encontrábamos nosotros- No, cazador. Aunque es muy tentativa la idea y por muy bajo que fuera ese golpe para ti… la idea de tener que enseñarte restaría tiempo para divertirme, así que no, aunque sería gracioso… convertido en algo por lo que te empeñas en destruir –hice una pausa, como si fuera todo mucho más dramático, y lo miré- Quizás en otra vida puede que llegara a convertirte, solo por el placer de saber que pasarías a formar y ser parte de aquellos que persigues y cazas… pero hoy, sin embargo, en lo único que puedo pensar es en matarte yo misma. Disfrutar un poco antes de hacerlo y luego… ¡zas! Acabar por quitarte la vida –ladeé un poco el rostro y sonreí- ¿Matarme con tus propias manos? Te diría que lo intentaras a ver si serías capaz de hacerlo –los vampiros éramos mucho más fuertes que los humanos, le costaría, ya que tampoco precisábamos de respirar para morir.
Rodé los ojos cuando dijo que no le importaba que regara el suelo y, sin llegar a preverlo, sus piernas me rodearon atrayéndome con fuerza hacia donde estaba él, notando que lamía mi labio del cual todavía quedaban restos de haberme mordido la muñeca, y sentí que se desataba soltándome para caer sobre mí, ejerciendo presión para que me quedara contra la hierba, sintiendo su aliento chocar contra mí boca y notando que deslizaba uno de sus dedos por mí escote. Enarqué una ceja, ¿así pretendía matarme? No, no era ese el concepto que yo tenía.
-Para ser un cazador no veo que pones demasiadas pegas para tocarme de forma… algo pícara –me refería, por supuesto, al libre albedrío que se había tomado para pasar su dedo por mí pecho- ¿No decías que ibas a matarme, cazador? Así no creo que lo logres… salvo que se te haya olvidado mencionar que me matarías de placer –reí entre dientes observándolo para ver qué haría- Porque es lo que parece, ¿de qué quieras más; mí sangre, tocar mí cuerpo…? Estoy algo confundida –hice una mueca por ello, como si de verdad lo estuviera, y sin mucho esfuerzo rodé quedando yo arriba, apresando sus muñecas con una de mis manos y dejarlas encima de su cabeza- No, no, no cazador –negué con el dedo- Esto tiene que ser más divertido, pensaba que ibas a presentar más batalla –hice una leve pausa- Ya sabes; lucha, golpes, sangre derramada por el suelo… ese tipo de cosas. Ahora estás bajo mí merced y no puedes hacer nada, ¿y qué me impediría llevar mis labios a tu cuello y morderte? Nada –llevé mí nariz a su cuello y lo olí notando su sangre corriendo por sus venas, lo mordí sin hacerle ningún orificio con mis colmillos y pasé a mirarlo- Venga cazador, pónmelo más difícil y si me ganas… te daré un premio –me moví sobre él sonriendo de lado, mientras el vestido ocupaba y tapaba parte de su cuerpo y caía por el césped. Me incliné hasta la altura de su oído- Sé que te ha gustado, sé que quieres más –le dije sonriendo aunque él no pudiera verme- Has sentido ese poder, ¿verdad? Sí, claro que lo has sentido –mí otra mano libre cogió su mandíbula- Aunque haya sido poco has notado el poder corriendo por tu cuerpo, mí sangre como un torrente potente que te ha hecho sentir más rápido, más agudo y más fuerte –reí en su oído, divertida- Ah, pura droga para los humanos… una vez que prueban nuestra sangre se hacen adictos a ella –volví a mirarlo de nuevo- ¿Y tú, humano? Dime lo que deseas, no puedes mentirme, lo leo en tus pensamientos
No había convertido a nadie en aquellos todos esos siglos, y no iba a empezar aquella noche. El humano solo tenía un final que él ya sabía, y era la muerte. Y aunque pudiera ser divertido convertirle en algo que él odia, sino, no estaría cazando vampiros y demás… el hecho de tener que enseñarle, como si fuera un niño pequeño y que se comportara e incluso controlarlo… era algo que de solo pensarlo ya aborrecía. Por lo que no, y la idea era divertida, pero todo lo que vendrías después de eso no me gustaba en absoluto. Así que deseché la idea.
-¿Convertirte en alguien como yo? –me reí divertida por aquello, viéndolo atado al árbol mientras sentía la sangre gotear hasta la hierba, en aquel paraje en donde solamente nos encontrábamos nosotros- No, cazador. Aunque es muy tentativa la idea y por muy bajo que fuera ese golpe para ti… la idea de tener que enseñarte restaría tiempo para divertirme, así que no, aunque sería gracioso… convertido en algo por lo que te empeñas en destruir –hice una pausa, como si fuera todo mucho más dramático, y lo miré- Quizás en otra vida puede que llegara a convertirte, solo por el placer de saber que pasarías a formar y ser parte de aquellos que persigues y cazas… pero hoy, sin embargo, en lo único que puedo pensar es en matarte yo misma. Disfrutar un poco antes de hacerlo y luego… ¡zas! Acabar por quitarte la vida –ladeé un poco el rostro y sonreí- ¿Matarme con tus propias manos? Te diría que lo intentaras a ver si serías capaz de hacerlo –los vampiros éramos mucho más fuertes que los humanos, le costaría, ya que tampoco precisábamos de respirar para morir.
Rodé los ojos cuando dijo que no le importaba que regara el suelo y, sin llegar a preverlo, sus piernas me rodearon atrayéndome con fuerza hacia donde estaba él, notando que lamía mi labio del cual todavía quedaban restos de haberme mordido la muñeca, y sentí que se desataba soltándome para caer sobre mí, ejerciendo presión para que me quedara contra la hierba, sintiendo su aliento chocar contra mí boca y notando que deslizaba uno de sus dedos por mí escote. Enarqué una ceja, ¿así pretendía matarme? No, no era ese el concepto que yo tenía.
-Para ser un cazador no veo que pones demasiadas pegas para tocarme de forma… algo pícara –me refería, por supuesto, al libre albedrío que se había tomado para pasar su dedo por mí pecho- ¿No decías que ibas a matarme, cazador? Así no creo que lo logres… salvo que se te haya olvidado mencionar que me matarías de placer –reí entre dientes observándolo para ver qué haría- Porque es lo que parece, ¿de qué quieras más; mí sangre, tocar mí cuerpo…? Estoy algo confundida –hice una mueca por ello, como si de verdad lo estuviera, y sin mucho esfuerzo rodé quedando yo arriba, apresando sus muñecas con una de mis manos y dejarlas encima de su cabeza- No, no, no cazador –negué con el dedo- Esto tiene que ser más divertido, pensaba que ibas a presentar más batalla –hice una leve pausa- Ya sabes; lucha, golpes, sangre derramada por el suelo… ese tipo de cosas. Ahora estás bajo mí merced y no puedes hacer nada, ¿y qué me impediría llevar mis labios a tu cuello y morderte? Nada –llevé mí nariz a su cuello y lo olí notando su sangre corriendo por sus venas, lo mordí sin hacerle ningún orificio con mis colmillos y pasé a mirarlo- Venga cazador, pónmelo más difícil y si me ganas… te daré un premio –me moví sobre él sonriendo de lado, mientras el vestido ocupaba y tapaba parte de su cuerpo y caía por el césped. Me incliné hasta la altura de su oído- Sé que te ha gustado, sé que quieres más –le dije sonriendo aunque él no pudiera verme- Has sentido ese poder, ¿verdad? Sí, claro que lo has sentido –mí otra mano libre cogió su mandíbula- Aunque haya sido poco has notado el poder corriendo por tu cuerpo, mí sangre como un torrente potente que te ha hecho sentir más rápido, más agudo y más fuerte –reí en su oído, divertida- Ah, pura droga para los humanos… una vez que prueban nuestra sangre se hacen adictos a ella –volví a mirarlo de nuevo- ¿Y tú, humano? Dime lo que deseas, no puedes mentirme, lo leo en tus pensamientos
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Re: The Night Of The Hunter ~ Privado [+18]
El instante en el que se habían encontrado, supo que iba a ser una noche muy larga. Se estaba exponiendo demasiado y quién sabía si esa noche terminaba siendo la última. ¿Acaso importaba? No. La vida le hizo pensar de tal forma, vivir hasta el último segundo y si esa noche debía morir que así fuese pero siempre luchando como jamás nadie lo hizo. Solo era cuestión de tiempo, no iba a quedarse quieto como un pelele que ella misma pudiese manejar a su antojo. No. Tanteaba el terreno, aún no era su fin. No cuando aún no tenía respuestas resueltas.
El hecho de ser convertido en un ser de la noche no solo le repugnaba, preferiría antes morir que pertenecer a esos asesinos de vidas inocentes. La miró desafiante, con aquellas orbes azules cargadas de seguridad en sí mismo. Si pensaba iba a achantarse por sus palabras, estaba totalmente equivocada. No había nada más excitante que mirar a la cara a uno de esos seres e infundir que no le temía en absoluto. Rió divertido… como si nada le importase. Se relamió, sintiendo aún su sangre, renovándole fuerzas perdidas en aquel ataque, ese enfrentamiento que no parecía tener fin, solo un inicio.
-Solo dame tiempo -murmuró lo suficientemente alto para que le escuchase. Era su lucha, no iba a desistir. Las gotas regadas en el jardín le darían esa fuerza que necesitaba ahora mismo. Miró de reojo el reguero de sangre, si se soltaba pudiese tomar del mismo suelo pero no… aún en la muñeca del vampiro se deslizaban ese carmesí que le renovaría por entero. Sonrió de medio lado, al tenerla cerca, seguramente se esperaría ese movimiento, buscó justo eso, que estuviese cerca…
Lo suficiente para ser él el depredador, dejar que se perdiese en sus palabras. Rió muy cerca de su cuello, perdiéndose en el olor embriagador de sus cabellos morenos. No dijo nada, quien calla otorga y esta vez así fue. Sus labios, se movieron sinuosos por la piel nívea. Volvió a rodearla por la cintura con las piernas, para evitar que se separase… su plan era otro. No lo pensó, actuó. Se atrevió a morder su cuello, con fuerza, haciéndole sangrar y poder succionar los segundos suficientes para tomar esa fuerza de la que ese ser hablaba.
Rió con los labios ensangrentados, sintiendo como esas gotas de sangre hacían su trabajo. Renovaba cada parte de su cuerpo y ser. Y ahora era su turno, no sería tan fuerte como ella pero no le importó. La apartó de un empujón de su persona…volviendo a quedar en pie y esperarla, ahora era el turno de la verdadera batalla.
-Si me matas, soy tu neófito y si no… pues seré el cazador que no ha sucumbido de todo a sus encantos ¿crees que vas a salirte con la tuya? -el poder, sentía el poder recorrer sus venas, su cuerpo y no tardar en atestarle un par de puñetazos, derribarla…demostrarle que él no se rendía y ahora menos, había bebido de la sangre de aquella mujer, las cosas habían cambiado ….y mucho.
¿Cuál sería el próximo movimiento?
El hecho de ser convertido en un ser de la noche no solo le repugnaba, preferiría antes morir que pertenecer a esos asesinos de vidas inocentes. La miró desafiante, con aquellas orbes azules cargadas de seguridad en sí mismo. Si pensaba iba a achantarse por sus palabras, estaba totalmente equivocada. No había nada más excitante que mirar a la cara a uno de esos seres e infundir que no le temía en absoluto. Rió divertido… como si nada le importase. Se relamió, sintiendo aún su sangre, renovándole fuerzas perdidas en aquel ataque, ese enfrentamiento que no parecía tener fin, solo un inicio.
-Solo dame tiempo -murmuró lo suficientemente alto para que le escuchase. Era su lucha, no iba a desistir. Las gotas regadas en el jardín le darían esa fuerza que necesitaba ahora mismo. Miró de reojo el reguero de sangre, si se soltaba pudiese tomar del mismo suelo pero no… aún en la muñeca del vampiro se deslizaban ese carmesí que le renovaría por entero. Sonrió de medio lado, al tenerla cerca, seguramente se esperaría ese movimiento, buscó justo eso, que estuviese cerca…
Lo suficiente para ser él el depredador, dejar que se perdiese en sus palabras. Rió muy cerca de su cuello, perdiéndose en el olor embriagador de sus cabellos morenos. No dijo nada, quien calla otorga y esta vez así fue. Sus labios, se movieron sinuosos por la piel nívea. Volvió a rodearla por la cintura con las piernas, para evitar que se separase… su plan era otro. No lo pensó, actuó. Se atrevió a morder su cuello, con fuerza, haciéndole sangrar y poder succionar los segundos suficientes para tomar esa fuerza de la que ese ser hablaba.
Rió con los labios ensangrentados, sintiendo como esas gotas de sangre hacían su trabajo. Renovaba cada parte de su cuerpo y ser. Y ahora era su turno, no sería tan fuerte como ella pero no le importó. La apartó de un empujón de su persona…volviendo a quedar en pie y esperarla, ahora era el turno de la verdadera batalla.
-Si me matas, soy tu neófito y si no… pues seré el cazador que no ha sucumbido de todo a sus encantos ¿crees que vas a salirte con la tuya? -el poder, sentía el poder recorrer sus venas, su cuerpo y no tardar en atestarle un par de puñetazos, derribarla…demostrarle que él no se rendía y ahora menos, había bebido de la sangre de aquella mujer, las cosas habían cambiado ….y mucho.
¿Cuál sería el próximo movimiento?
Jensen- Cazador Clase Alta
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Re: The Night Of The Hunter ~ Privado [+18]
Lo tenía ahí, justamente donde más lo quería, a mí merced. Era un cazador que se había topado con la vampira equivocada, él quería jugar pero sin embargo yo no quería jugar para nada a aquel juego… quería sangre, pelea, que me presentara batalla e hiciera la noche algo más divertida de lo que estaba siendo, porque así era todo demasiado fácil. Las luchas contra cazadoras variaban según el cazador con el que te toparas, había algunos que eran un auténtico dolor de cabeza y otros que, por el contrario, acababas con ellos en cuestión de minutos. Me pregunté en mí fuero interno cuál de los dos sería él, ahora que lo tenía bajo mí dominio.
Pero en la sangre de un cazador, en su naturaleza, no estaba el hecho de esperar el punto final… no, luchaban, peleaban por ello con uñas y dientes y eso es lo que me gustaba de ellos, en cuanto se sentían acorralados un poco eran como los animales: mostraban colmillos y atacaban. Aquel cazador no sería diferente y por eso quise llevarlo a ese estado, que sacara ese lado de no dejarse vencer y luchara, luchara por su vida como nunca jamás tuvo que hacerlo.
-¿Tiempo? El tiempo es muy relativo señor cazador, para mí un año es un mero suspiro de tú vida. Tengo todo el tiempo del mundo, cosa que tú no puedes decir igual que yo porque vuestra vida es efímera, pasa rápido y se desvanece antes de que siquiera os podáis dar cuenta de ello –le sonreí- Por lo que… no, no te doy tiempo cazador, tú tiempo ya pasó –lo que no me iba a esperar es que me cogiera de la cintura con sus piernas, me atrajera hacia donde él estaba y posara su nariz por mí cuello. Quise apartarlo en aquel momento pero él tenía una idea bastante clara de lo que quería hacerme y… me mordió. El mordisco me produjo más placer que dolor haciendo que soltara un leve gemido por ello, mientras mí sangre brotaba y él… bebía de ella.
Lo aparté sin esfuerzo de un empujón y llevé mí mano donde había mordido, lamiendo luego la sangre de mí mano mientras lo observaba… así que ese había sido du plan desde el principio, intentar beber mí sangre para ganar algo de fuerza contra mí. Me reí por ello, la risa retumbó entre los árboles del bosque y lo miré divertida, con los ojos ahora rojos por la sangre y lamiendo mis labios ante la idea de drenar su sangre hasta la última gota.
-Vaya vaya, luego no me digas que no querías mí sangre –sonreí de lado- Pero, ¿piensas que eso es suficiente para matarme? Aún te queda mucho para estar a mí altura, cazador, pero ya que veo que te has repuesto de ello… comencemos con todo esto, estoy algo aburrida y espero que me des un espectáculo digno de un buen cazador, sino, qué decepción más grande- no me lo pensé dos veces, con la rapidez propia de nuestra raza me acerqué a él y para cuando quiso darse cuenta… mí puño ya se había estampado contra su rostro, haciendo que cayera al suelo unos pasos más adelante. Sonreí porque no había hecho más que empezar, esperando qué era lo que tenía para mí- Vamos cazador, puedo acabar contigo en un minuto… dame un motivo para que estoy sea más divertido.
Pero en la sangre de un cazador, en su naturaleza, no estaba el hecho de esperar el punto final… no, luchaban, peleaban por ello con uñas y dientes y eso es lo que me gustaba de ellos, en cuanto se sentían acorralados un poco eran como los animales: mostraban colmillos y atacaban. Aquel cazador no sería diferente y por eso quise llevarlo a ese estado, que sacara ese lado de no dejarse vencer y luchara, luchara por su vida como nunca jamás tuvo que hacerlo.
-¿Tiempo? El tiempo es muy relativo señor cazador, para mí un año es un mero suspiro de tú vida. Tengo todo el tiempo del mundo, cosa que tú no puedes decir igual que yo porque vuestra vida es efímera, pasa rápido y se desvanece antes de que siquiera os podáis dar cuenta de ello –le sonreí- Por lo que… no, no te doy tiempo cazador, tú tiempo ya pasó –lo que no me iba a esperar es que me cogiera de la cintura con sus piernas, me atrajera hacia donde él estaba y posara su nariz por mí cuello. Quise apartarlo en aquel momento pero él tenía una idea bastante clara de lo que quería hacerme y… me mordió. El mordisco me produjo más placer que dolor haciendo que soltara un leve gemido por ello, mientras mí sangre brotaba y él… bebía de ella.
Lo aparté sin esfuerzo de un empujón y llevé mí mano donde había mordido, lamiendo luego la sangre de mí mano mientras lo observaba… así que ese había sido du plan desde el principio, intentar beber mí sangre para ganar algo de fuerza contra mí. Me reí por ello, la risa retumbó entre los árboles del bosque y lo miré divertida, con los ojos ahora rojos por la sangre y lamiendo mis labios ante la idea de drenar su sangre hasta la última gota.
-Vaya vaya, luego no me digas que no querías mí sangre –sonreí de lado- Pero, ¿piensas que eso es suficiente para matarme? Aún te queda mucho para estar a mí altura, cazador, pero ya que veo que te has repuesto de ello… comencemos con todo esto, estoy algo aburrida y espero que me des un espectáculo digno de un buen cazador, sino, qué decepción más grande- no me lo pensé dos veces, con la rapidez propia de nuestra raza me acerqué a él y para cuando quiso darse cuenta… mí puño ya se había estampado contra su rostro, haciendo que cayera al suelo unos pasos más adelante. Sonreí porque no había hecho más que empezar, esperando qué era lo que tenía para mí- Vamos cazador, puedo acabar contigo en un minuto… dame un motivo para que estoy sea más divertido.
Tabitha Denveraux- Vampiro Clase Media
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Re: The Night Of The Hunter ~ Privado [+18]
Quería que aquella situación se terminase de una vez, vivo o muerto. ¿Ella tenía todo el tiempo del mundo? Sí, pero el momento crucial era este en el que los dos se encontraban de otra manera, más directa y desafiante. Iba a atacarle pero él no se quedaría quieto aunque estuviese atado. La mente de seres como ella siempre le llevaban al mismo lugar…a plantarle cara y no achantarse lo más mínimo.
Estaba frente a un ser de la noche, alguien sin escrúpulos y a la cual su propia vida no importaba un ápice. El encuentro se estaba alargando demasiado y la mejor solución para encararle, para estar a partes iguales. Los ojos azules del cazador, se clavaron en ella, el digno rival quien se jactaba y burlaba de él. Sonrió con picardía, no había perdido su seguridad y determinación, siempre hacía lo primero que se le venía a la cabeza, demasiado impulsivo a veces y en una de esas terminaría por perderse, acabando con su vida pero quien no arriesgaba no ganaba y él lo estaba dando todo.
La fuerza que le brindó aquella sangre le recorrió cada vena, haciéndole sentirse diferente. Más fuerte, como si una bestia interior que no era él mismo le animase a soltarse del agarre y lanzarse hacia ella. Y así fue, dejó que dijese todo lo que tuviera que decirle para mientras deshacerse de aquel agarre. No estaba allí para hablar, sí para al menos tener un buen enfrentamiento entre los dos.
-Muy guapa, pero hablas demasiado -se lanzó a ella, golpeándole varias veces el rostro y tomarla del cuello con fuerza, no con tanta como ella pero sí avisándole de que él no jugaba - Estoy cansado de aguantarte esta noche, no tengo ganas de matarte… digamos, estoy generoso hoy -la lanzó al suelo, ella seguramente se defendería así que él esperaría cualquier ataque por su parte.
Sus orbes no dejaban de mirarle intensamente, ya probó su sangre, si lo mataba se convertiría en uno de ellos, algo muy diferente a lo que realmente quería aquella mujer. Sean se echó a reír, negando con la cabeza, odiaba las peleas sin sentido… ahora era un tanto más fuerte , él acabaría con él en un chasquido.
-No tengo ganas de pelear, solo venía darme un buen baño en la laguna… ¿no es mejor eso que oír crujir todos mis huesos? Puedes hacerlo allí también…-una invitación pero unida a golpes y demás… extraño pero no imposible. -Solo quería descansar por una noche pero no…tuviste que joderme, y no como me gustaría -dio un par de pasos hacia atrás y chasqueó la lengua… estaba cansado de esa situación sin sentido, o se acababa ya o él mismo se clavaría la estaca en el pecho.
Estaba frente a un ser de la noche, alguien sin escrúpulos y a la cual su propia vida no importaba un ápice. El encuentro se estaba alargando demasiado y la mejor solución para encararle, para estar a partes iguales. Los ojos azules del cazador, se clavaron en ella, el digno rival quien se jactaba y burlaba de él. Sonrió con picardía, no había perdido su seguridad y determinación, siempre hacía lo primero que se le venía a la cabeza, demasiado impulsivo a veces y en una de esas terminaría por perderse, acabando con su vida pero quien no arriesgaba no ganaba y él lo estaba dando todo.
La fuerza que le brindó aquella sangre le recorrió cada vena, haciéndole sentirse diferente. Más fuerte, como si una bestia interior que no era él mismo le animase a soltarse del agarre y lanzarse hacia ella. Y así fue, dejó que dijese todo lo que tuviera que decirle para mientras deshacerse de aquel agarre. No estaba allí para hablar, sí para al menos tener un buen enfrentamiento entre los dos.
-Muy guapa, pero hablas demasiado -se lanzó a ella, golpeándole varias veces el rostro y tomarla del cuello con fuerza, no con tanta como ella pero sí avisándole de que él no jugaba - Estoy cansado de aguantarte esta noche, no tengo ganas de matarte… digamos, estoy generoso hoy -la lanzó al suelo, ella seguramente se defendería así que él esperaría cualquier ataque por su parte.
Sus orbes no dejaban de mirarle intensamente, ya probó su sangre, si lo mataba se convertiría en uno de ellos, algo muy diferente a lo que realmente quería aquella mujer. Sean se echó a reír, negando con la cabeza, odiaba las peleas sin sentido… ahora era un tanto más fuerte , él acabaría con él en un chasquido.
-No tengo ganas de pelear, solo venía darme un buen baño en la laguna… ¿no es mejor eso que oír crujir todos mis huesos? Puedes hacerlo allí también…-una invitación pero unida a golpes y demás… extraño pero no imposible. -Solo quería descansar por una noche pero no…tuviste que joderme, y no como me gustaría -dio un par de pasos hacia atrás y chasqueó la lengua… estaba cansado de esa situación sin sentido, o se acababa ya o él mismo se clavaría la estaca en el pecho.
Jensen- Cazador Clase Alta
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Re: The Night Of The Hunter ~ Privado [+18]
Estaba claro que aquel encuentro con ese cazador no iba a acabar tan rápido como en un principio me hubiera gustado, lo cierto es que estaba presentando más batalla de la que hubiera pensando en un momento y, hasta cierto punto, era divertido e interesante. Sabía que no tenía muchas cosas que hacer contra mí, le ganaba en casi todo prácticamente: fuerza, velocidad, agilidad, sentidos… era una presa demasiado fácil como para querer terminar con todo tan pronto, de lo contrario no sería para nada divertido y ya que él me había encontrado aquella noche arruinando mí diversión, ¿por qué no jugar un poco más?
Había bebido algo de mí sangre, no mucha, pero con un par de gotas podría hacer que su fuerza aumentara un poco, solo de forma considerable y que le confería algo más de la fuerza de un humano… pero no la suficiente fuerza como para superar a un vampiro. La euforia que sentías cuando bebías sangre de vampiro te hacia parecer que podías conquistar el mundo, pero el efecto era tan efímero que sabía que iba a durarle quizás unos minutos… así que, por ese motivo, dejé que fuera él quien diera el primer paso.
Su chulería, típica de cazadores como él, no tardó en salir a relucir y me reí al decirme que era guapa pero que hablaba demasiado, hecho que denotaba que pronto iba a atacarme y… así fue. Se lanzó hacia donde yo me encontraba y, aunque pude haberlo esquivado no lo hice para ver qué era lo que podía hacer ahora que mí sangre corría por sus venas. Sus puños comenzaron a estrellarse contra mí rostro que fueron como una caricia algo más pesada, pero que no llegaron a hacerme todo el daño que de haber sido humana habría sufrido. Su mano pronto se dirigió a mí cuello y lo apretó con fuerza, como si realmente necesitara del aire para seguir con vida y aquello me hizo reír, aún con su mano en mí cuello apretándolo.
-Así que estás generoso, ¿no es así? ¿Te ha dado pena matarme después de probar mí sangre, cazador? ¿De saber que puedes sentir esa euforia que te recorre el cuerpo, como si pudieras ser el dueño del mundo? –Me reí tras aquello porque sabía, exactamente, que era eso lo que estaba sintiendo- Recuerda que el efecto se acaba, y que luego, seré yo quien acabe contigo –me estampó contra el suelo y mí espalda fue quien se llevó ese choque, de haber sido humana, quizás me hubiera podido partir varios huesos por el impacto, siendo vampira apenas me había hecho un rasguño. Lo miré desde el suelo con los ojos rojos, ¿ya era mí momento de empezar? Bien, porque aquel cazador iba a acabar derramando su sangre.
Enarqué una ceja ante sus palabras, ¿y a mí qué me importaba que quisiera darse un baño? No había sido yo quien había empezado jodiendo la noche al otro, si él no se hubiera acercado yo habría terminado por acabar con la vida de aquel joven que osó siquiera pensar que podría tener algo conmigo, y él habría tenido su baño tranquilo en la laguna. Sin embargo las cosas a veces no salían como queríamos, y el resultado de ello, era que ambos estábamos en mitad del bosque luchando.
-Has sido tú quien ha empezado jodiendo la noche, ¿no te acuerdas, cazador? Si tanta paz querías, ¿por qué no pasaste de largo simplemente? –me levanté para quedar a su altura, lista para comenzar con el siguiente asalto- Y no, es mejor oír cómo se rompen todos y cada uno de tus huesos… a siquiera pensar que podría bañarme contigo –le mostré los colmillos y gruñí- Pero ya que insistes… -moviéndome con rapidez me acerqué hacia donde estaba, cogí con mí mano el cuello de su camisa y con fuerza empecé a correr hasta llegar a la laguna que no estaba muy lejos de donde nos encontrábamos, al llegar al borde lo lancé con fuerza hacia el interior mientras me quedaba en la orilla contemplando cómo su cuerpo se hundía al haberlo lanzado. Aquello sólo me daría unos momentos, así que aproveché para cortar parte de la parte delantera de mí vestido, por la parte de la falda, para dar mayor movilidad y así poder moverme mejor cuando se mojara el vestido.
Y me lancé hacia donde estaba el cazador, lo levanté mientras notaba el agua tan fría como lo estaba yo mojar mí vestido que ya comenzaba a estar empapado pegándose a mí cuerpo, cogí con una de mis manos su pelo y le di un puñetazo que le hizo saltar algo de sangre de su boca, no dejé que se repusiera y cogiéndolo de nuevo por el pelo hundí su rostro en la laguna durante unos segundos, notando cómo intentaba liberarse por lograr coger algo de oxígeno, oxígeno que yo le estaba privando con aquello.
-¿No decías que querías un baño? –Pregunté riéndome, saqué su rostro y le di una patada para volverlo a tirar contra el agua- ¡Vamos, cazador! Uno de los dos esta noche no volverá a contemplar otro día. Y por supuesto que no te voy a joder como quisieras, al menos, que quieras morir... entonces sí, lo haría -lo desafié a que presentara batalla, si era tan fácil no iba a ser nada divertido.
Había bebido algo de mí sangre, no mucha, pero con un par de gotas podría hacer que su fuerza aumentara un poco, solo de forma considerable y que le confería algo más de la fuerza de un humano… pero no la suficiente fuerza como para superar a un vampiro. La euforia que sentías cuando bebías sangre de vampiro te hacia parecer que podías conquistar el mundo, pero el efecto era tan efímero que sabía que iba a durarle quizás unos minutos… así que, por ese motivo, dejé que fuera él quien diera el primer paso.
Su chulería, típica de cazadores como él, no tardó en salir a relucir y me reí al decirme que era guapa pero que hablaba demasiado, hecho que denotaba que pronto iba a atacarme y… así fue. Se lanzó hacia donde yo me encontraba y, aunque pude haberlo esquivado no lo hice para ver qué era lo que podía hacer ahora que mí sangre corría por sus venas. Sus puños comenzaron a estrellarse contra mí rostro que fueron como una caricia algo más pesada, pero que no llegaron a hacerme todo el daño que de haber sido humana habría sufrido. Su mano pronto se dirigió a mí cuello y lo apretó con fuerza, como si realmente necesitara del aire para seguir con vida y aquello me hizo reír, aún con su mano en mí cuello apretándolo.
-Así que estás generoso, ¿no es así? ¿Te ha dado pena matarme después de probar mí sangre, cazador? ¿De saber que puedes sentir esa euforia que te recorre el cuerpo, como si pudieras ser el dueño del mundo? –Me reí tras aquello porque sabía, exactamente, que era eso lo que estaba sintiendo- Recuerda que el efecto se acaba, y que luego, seré yo quien acabe contigo –me estampó contra el suelo y mí espalda fue quien se llevó ese choque, de haber sido humana, quizás me hubiera podido partir varios huesos por el impacto, siendo vampira apenas me había hecho un rasguño. Lo miré desde el suelo con los ojos rojos, ¿ya era mí momento de empezar? Bien, porque aquel cazador iba a acabar derramando su sangre.
Enarqué una ceja ante sus palabras, ¿y a mí qué me importaba que quisiera darse un baño? No había sido yo quien había empezado jodiendo la noche al otro, si él no se hubiera acercado yo habría terminado por acabar con la vida de aquel joven que osó siquiera pensar que podría tener algo conmigo, y él habría tenido su baño tranquilo en la laguna. Sin embargo las cosas a veces no salían como queríamos, y el resultado de ello, era que ambos estábamos en mitad del bosque luchando.
-Has sido tú quien ha empezado jodiendo la noche, ¿no te acuerdas, cazador? Si tanta paz querías, ¿por qué no pasaste de largo simplemente? –me levanté para quedar a su altura, lista para comenzar con el siguiente asalto- Y no, es mejor oír cómo se rompen todos y cada uno de tus huesos… a siquiera pensar que podría bañarme contigo –le mostré los colmillos y gruñí- Pero ya que insistes… -moviéndome con rapidez me acerqué hacia donde estaba, cogí con mí mano el cuello de su camisa y con fuerza empecé a correr hasta llegar a la laguna que no estaba muy lejos de donde nos encontrábamos, al llegar al borde lo lancé con fuerza hacia el interior mientras me quedaba en la orilla contemplando cómo su cuerpo se hundía al haberlo lanzado. Aquello sólo me daría unos momentos, así que aproveché para cortar parte de la parte delantera de mí vestido, por la parte de la falda, para dar mayor movilidad y así poder moverme mejor cuando se mojara el vestido.
Y me lancé hacia donde estaba el cazador, lo levanté mientras notaba el agua tan fría como lo estaba yo mojar mí vestido que ya comenzaba a estar empapado pegándose a mí cuerpo, cogí con una de mis manos su pelo y le di un puñetazo que le hizo saltar algo de sangre de su boca, no dejé que se repusiera y cogiéndolo de nuevo por el pelo hundí su rostro en la laguna durante unos segundos, notando cómo intentaba liberarse por lograr coger algo de oxígeno, oxígeno que yo le estaba privando con aquello.
-¿No decías que querías un baño? –Pregunté riéndome, saqué su rostro y le di una patada para volverlo a tirar contra el agua- ¡Vamos, cazador! Uno de los dos esta noche no volverá a contemplar otro día. Y por supuesto que no te voy a joder como quisieras, al menos, que quieras morir... entonces sí, lo haría -lo desafié a que presentara batalla, si era tan fácil no iba a ser nada divertido.
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Re: The Night Of The Hunter ~ Privado [+18]
Rendirse no pasó por su cabeza. Desafiante, sus ojos azules como el mismo océano, la observaban en todo momento. Cualquier movimiento y gesto. Podía sentir como la sangre del ser de la noche recorría sus venas, llevándole a extremos que no imaginó. Era la primera vez, la primera vez que sentía ese poder, como si pudiese con todo. Y tenía razón, en cuanto se pasase el efecto, se acabaría aquella gesta en la que él tenía todas las de perder.
-Sí, perderé la batalla pero no te habrá sido tan fácil como con otros, no me lo vas a negar ¿por qué acabar con la diversión? Vivo soy más útil que muerto -se echó a reír, los vampiros y su ego, impotencia y desasosiego…él ya tenía esas cualidades siendo un simple humano. La especie que más odiaba, los licántropos. Los seres de la noche mientras respetasen su línea y aceptasen negocios que cumpliesen todas las expectativas, no había problema.
Se relamió de lo más divertido, sin perder la sonrisa en los labios. Podía haber sido de otra manera, sus caminos no se cruzasen pero lo habían hecho y ahora, se encontraban allí, luchando sin sentido. Fingió un puchero, mirándole intensamente a los ojos, la tortura de los huesos sonaba de lo más apetecible, la utilizaría en su propia caza…si salía vivo de esta. Y como bien quiso que terminara la noche, fue lanzado al agua. Retomó fuerzas con el chapuzón, saliendo a la superficie. El agua estaba condenadamente fría, pero ese era el menor de sus problemas, en aguas más heladas había nadado.
Palabras venenosas, una batalla de la que se estaba cansando. Las fuerzas poco a poco le iban faltando. Se mantuvo a flote, riendo por lo bajo, volvía a desafiarla y dudaba que el hecho de haberse rasgado el vestido fuese por la pelea. Fugaz, sintió los golpes, sin poder reaccionar a tiempo, en el agua , luchaba por salir, reponerse pero le era imposible. Utilizó las fuerzas que le quedaban para con sus brazos, rodear las piernas de la vampiresa y tirar hacia sí para que ella también quedase sumergida.
Sacó la cabeza del agua, mareado, jadeante, esa maldita mujer le estaba llevando a una batalla sin final. Sus orbes azules la buscaron bajo el agua, difícil visión, seguía siendo de noche. Lo golpearía y seguramente casi perdería el conocimiento. Sonrió de medio lado, riendo porque sabía que poco le quedaría. Aún así, enfrentó su mirada, cogiéndola del cuello, con fuerza, tenía las de perder pero no le importó arriesgarse, él siempre se arriesgaba y esta vez no iba a ser diferente.
Buscó sus labios, gesto rápido, mordiéndolos con deleite, dejando escapar un sonoro gemido contra sus labios, le dio igual si terminaba muerto flotando en el agua. En la batalla todo valía y la tensión entre ambos explotó, sin más.. dándole un sentido diferente a la batalle o…solo un respiro. Rió contra sus labios, con los ojos cerrados… la frase sería la última o no.
-Puedes matarme u olvidarlo, quiénes somos… -sonrió, seguro de sí mismo… tentándola, no , no hablaba en broma. No sabía si era el poder de la sangre... o sus propios deseos. La lucha le dejó sediento, la sangre poco a poco se iba disipando y...quería más. Jamás le pasó tal cosa...
-Sí, perderé la batalla pero no te habrá sido tan fácil como con otros, no me lo vas a negar ¿por qué acabar con la diversión? Vivo soy más útil que muerto -se echó a reír, los vampiros y su ego, impotencia y desasosiego…él ya tenía esas cualidades siendo un simple humano. La especie que más odiaba, los licántropos. Los seres de la noche mientras respetasen su línea y aceptasen negocios que cumpliesen todas las expectativas, no había problema.
Se relamió de lo más divertido, sin perder la sonrisa en los labios. Podía haber sido de otra manera, sus caminos no se cruzasen pero lo habían hecho y ahora, se encontraban allí, luchando sin sentido. Fingió un puchero, mirándole intensamente a los ojos, la tortura de los huesos sonaba de lo más apetecible, la utilizaría en su propia caza…si salía vivo de esta. Y como bien quiso que terminara la noche, fue lanzado al agua. Retomó fuerzas con el chapuzón, saliendo a la superficie. El agua estaba condenadamente fría, pero ese era el menor de sus problemas, en aguas más heladas había nadado.
Palabras venenosas, una batalla de la que se estaba cansando. Las fuerzas poco a poco le iban faltando. Se mantuvo a flote, riendo por lo bajo, volvía a desafiarla y dudaba que el hecho de haberse rasgado el vestido fuese por la pelea. Fugaz, sintió los golpes, sin poder reaccionar a tiempo, en el agua , luchaba por salir, reponerse pero le era imposible. Utilizó las fuerzas que le quedaban para con sus brazos, rodear las piernas de la vampiresa y tirar hacia sí para que ella también quedase sumergida.
Sacó la cabeza del agua, mareado, jadeante, esa maldita mujer le estaba llevando a una batalla sin final. Sus orbes azules la buscaron bajo el agua, difícil visión, seguía siendo de noche. Lo golpearía y seguramente casi perdería el conocimiento. Sonrió de medio lado, riendo porque sabía que poco le quedaría. Aún así, enfrentó su mirada, cogiéndola del cuello, con fuerza, tenía las de perder pero no le importó arriesgarse, él siempre se arriesgaba y esta vez no iba a ser diferente.
Buscó sus labios, gesto rápido, mordiéndolos con deleite, dejando escapar un sonoro gemido contra sus labios, le dio igual si terminaba muerto flotando en el agua. En la batalla todo valía y la tensión entre ambos explotó, sin más.. dándole un sentido diferente a la batalle o…solo un respiro. Rió contra sus labios, con los ojos cerrados… la frase sería la última o no.
-Puedes matarme u olvidarlo, quiénes somos… -sonrió, seguro de sí mismo… tentándola, no , no hablaba en broma. No sabía si era el poder de la sangre... o sus propios deseos. La lucha le dejó sediento, la sangre poco a poco se iba disipando y...quería más. Jamás le pasó tal cosa...
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