Dallarth ID

Psicología

Aberforth, a.k.a Dallarth es un hombre con una mentalidad tradicionalista, pero como aquello ahora le está trayendo de cabeza, pues prefiere mantenerse de mente abierta, abierto a cada conversación agradable con cualquier persona que pueda decirle sobre la marca de su dedo anular o del porqué del tatuaje o marca que lleva en uno de sus pectorales. Como siente que hay gente que lo busca, se esconde, le gusta utilizar un nombre cada dos ocasiones, pero para personas cercanas utiliza el nombre de Dallarth pues es lo único a lo que se siente cerca y protegido frente a las perversidades del mundo.

De vez en cuando tiene dolores de cabeza que le es provocado por el mal tiempo y la mayoría de las veces siempre está de mal humor, rara vez consigue estar de buenas y que alguien le tome bien, pero cuando se trata del trabajo que tiene como pintor, tiene que optar por una personalidad más flexible, más apaciguada para no perder de vista el dinero que recibe por sus maravillosas obras de lienzo.

Tiene algunos arañazos de lo ásperas que están sus manos por lo que siempre piensa con cuidado y calcula cierta cantidad ahorrada para comprarse una crema especial que usa para las manos. En la pelea parece tener dotes, siempre que se ha metido en alguna pelea sale victorioso, hasta en las peleas verbales, ganándose así el respeto de sus clientes.

Muchos hablan del hilo del destino, de entes que pasan por la vida de uno mismo, personas que dejan huella. Dallarth en sus recuerdos alguien parece querer esconderse dejándole con la sensación de pérdida al mirar la señal de su dedo anular, pálido y ausente. Algo que no recuerda debió de haber permanecido durante muchos años que ahora él mismo no puede llegar a recordar, pero la risa de una niña pequeña retumba en sus pesadillas, una niña, de ojos verdes y pelo castaño oscuro aparece y desaparece como si algo tuviera que ver con Dallarth.

Las pesadillas le hacen apartarse del amor por lo que el miedo consigue hacerse hueco en el corazón del Ex – general Transilvano. Siempre intenta mirar las cosas de una manera positiva pero en cualquier caso, siempre acaba perdiendo la batalla en las sombras de los recuerdos que no llega a rescatar.

HISTORIA

No hace mucho tiempo, Jónsdóttir Dallarth se consideraba un apellido de mucha importancia, hasta llegar a temer la pronunciación de dicho apellido. Con mucho esfuerzo y dedicación, cierto ejercito llego a llamarse Ejército Rojo debido a la cantidad de vidas derramadas a su paso. Un ejército que se consideraba pequeño y sin importancia, llegó a cobrar temor en los corazones puros de la gente.

Pero cuando Calcifer Jónsdóttir Dallarth se presentó como heredero después de tantos años desaparecido, heredó el trono al mismo tiempo que contraía matrimonio con la hermosa Sarah Jónsdóttir Dallarth, descendiente del desaparecido soldado griego Calcifer. Pocos sabían del secreto de su líder, entre ellos el General y mano derecha del mismo Calcifer, su amada recién esposa y la hermana de la misma.

Aquellas tres personas solamente sabían dónde había estado Calcifer escondido durante tantos años hasta que por fin se dio a conocer. Este pequeño grupo agregando antecesores en la tumba, se alzaron en importancia dejando a aquellos que mancillaban deshonrosamente el apellido Jónsdóttir Dallarth y lo dejaban en la miseria, a algunos les daban lo suficiente de misericordia para no volver jamás y mantener la paz en el clan Dallarth. Calcifer se casó como se dijo antes con Sarah Jónsdóttir Dallarth, mujer de mirada dulce y carácter reservado ante los demás, pero ante todo, la sobrina del mismísimo General.

La historia de dicho General es sin embargo de un sabor agridulce que se torna agrio debido al error del mismísimo líder el cual reacciona demasiado tarde.


Aberforth Di Dania Jónsdóttir Dallarth, nació en una familia noble de guerreros, en los que la mayoría habían sido soldados al servicio del clan Dallarth, pero el padre de Aberforth sabía de un secreto del cual nadie participaría hasta que Aberforth y su hermana gemela cumplieran mayoría de edad. Con el paso de los tiempos, Aberforth creció en un monasterio pequeño en Transilvania, lejos de cualquier acercamiento con el sexo femenino o de cualquier otra distracción. Fue instruido en el arte de la guerra, de la espada y la astucia para ser un buen general algún día. Aberforth admiraba a su abuelo y a sus antepasados de quienes escuchó brillantes historias dentro de la batalla. Cuando adquirió los dieciocho años de edad, fue otorgado con el secreto familiar, del cual se trataba todo sobre su líder, sobre donde estaba, sobre su condición física, todo. Durante varios días y semanas estuvo siendo vigilado por su hermana gemela la cual conoció el secreto por accidente pero demostró lealtad con lo que no hubo problemas y la encargaron de vigilar a su hermano gemelo el cual estaba en prueba de lealtad. Aberforth pasó satisfactoriamente la prueba, pero como último requisito, se inscribió el nombre del Clan Dallarth en el pecho con la técnica del bambú de un tatuador tailandés que pertenecía a dicho clan.

Cuando fue presentado ante Calcifer, ambos, líder y Aberforth conectaron de inmediato, se hicieron uña y carne pero Aberforth tenía claro sus preferencias sexuales, es más, tenía sus ojos puestos en una bella mujer de cabellos como el fuego y de ojos azul de mar, pero Calcifer no entendía nada del amor después de tantos años en la oscuridad que confundiendo afecto por amor, asesino en secreto a aquella muchacha rompiendo el corazón de Aberforth. Dos meses después de aquel suceso, Calcifer y el aspirante a general volvieron a ser amigos de nuevo y para solventar el error el líder presentó a Irina a Aberforth en una fiesta privada de clan.

Aberforth que aún tenía el quemazón de aquella traición estaba un poco reticente con la pobre Irina, siempre la evitaba, le decía cualquier palabra con poco tacto, pero no estaba preparado para otra relación. Semanas después se enteraba de que Irina se marchaba de Transilvania para nunca volver y entonces fue cuando reaccionó y la alcanzó a tiempo para detenerla y convencerla de que se quedara en Transilvania.

Finalmente la pareja se casó adquiriendo la bendición de un precioso bebé, pero dicha felicidad no pudo cumplirse debido a que un revuelo en el clan aconteció de repente, resultando que Aberforth entrara en batalla. Pasaron varios años sin poder ver a Irina, años envueltos en sangre y dolor para por fin volver al ansiado hogar junto con su esposa y su bebe que ya tendría nueve años. Cuando pisa la puerta de su hogar, la luna baña las copas de los árboles de la entrada, los grillos cantan en la noche de verano que se presenta y una hermosa niña con ricitos castaños y ojos verdes se presenta en la puerta de la casa, pero para sorpresa de Aberforth (además de la de encontrarse a su hija) se entera que la señora de la casa estaba en cama enferma y débil.

Aberforth presencio el funeral de su esposa junto con su hija pequeña de nueve años y esa misma noche, la niña es substraída del hogar de su padre y Calcifer, presentándose a la noche siguiente ordena una orden de búsqueda por cada rincón de Europa debido a los contactos que tenía. Aberforth en cambio, por el momento solo podía buscar por sí mismo, servir a Calcifer como el nuevo general del Clan y de momento ya ha pasado 9 años desde que se inició la búsqueda de su hija y tras buscarla sin descanso, Aberforth acaba siendo exiliado por la desobediencia hacia el líder Calcifer ya que este se rindió en la búsqueda de su amigo Aberforth, pero en un intento de conversión en vampiro por el mismísimo líder, una pelea entre ambos amigos acontece en los aposentos, Aberforth evita tomar gotas de sangre maldita aunque debido a su estado, bebió algo estando adormecido.

Con todas sus fuerzas intenta escaparse con todo lo que tiene puesto, sale de la mansión huyendo de todo aquel que le quiere detener, pero tras una encerrona en los acantilados de la mansión Dallarth, Aberforth salta sin pensárselo, llegando a la embocadura del rio chocándose contra unas insignificantes rocas produciéndole un estado de amnesia que aún persiste en la actualidad.

Muchos pensaron que murió, pero teniendo la sangre maldita en su flujo sanguíneo la cual no llegó apenas a constatar de un vínculo formal pudo haberlo salvado de un horrible destino. Unos gitanos recogieron al amnésico ahora llamado Dallarth y con los pies en tierras francesas desconoce que alguna vez estuvo casado o de que tuvo una hija la cual ahora tendría 18 años de edad.

Dallarth ahora en la actualidad, vive como artista pintando cuadros a casas de la nobleza o algún retrato artístico que alguna bella joven se preste para ser su modelo.