This is what you came for ~ Nathan Beckett

por **Golnar Richelieu** Sáb Jul 30, 2016 11:46 am

Noche. Era su momento favorito. El ambiente, la oscuridad, las estrellas, la luna… Todo era casi mágico. Todo invitaba a salir a la calle y perderse de nuevo por los callejones. Pero aquella noche era diferente. Ella no había salido por placer, bueno, posiblemente sí pero tenía un motivo mayor.

Tenía un objetivo claro aquella noche. Era arriesgado pero sentía las ganas de ir a aquellas horas. Por la mañana no había sido capaz, había temido encontrarse con las sombras del pasado y preferiría presentar sus respetos una vez el sol hubiera caído.

Lo extraño era que no notaba el sigiloso espía que tenía aquella noche. La estaba acechando a medida que se alejaba de la ciudad. Su astuto perseguidor deseaba la sangre que recorría las venas de la joven. Más bien, parecía necesitarla. Golnar había facilitado el hecho de que la hubieran elegido para ser una presa. Ella había salido sin la compañía de un hombre y, además, se alejaba de los sitios de visibilidad. La auténtica pregunta era cómo no le había pasado algo como aquello antes.

De todas formas, su acosador no iba a atacar, aún no. La joven entró en el cementerio que aún mantenía sus puertas abiertas por unos minutos más. Si después se quedaba encerrada, podría salir de la manera menos elegante que pudiera imaginar. Buscó entre las tumbas mientras la seguían con el más mínimo cuidado y sigilo.

Por fin encontró la tumba que estaba buscando y se arrodilló frente a ella. No la había hecho especialmente bonita, era demasiado simple pero, al menos, se encontraba cerca del panteón familiar. Había sido un buen sirviente cuando ella vivía con su familia biológica, de hecho, había sido el más bueno y servicial. Siempre la había estado animando en sus momentos más duros. Era increíble que ya no estuviera allí.

Un ruido logró sacarla de su ensoñación. Había sido demasiado leve pero lo suficiente para poner todos los sentidos de la joven en alerta. Era la primera vez que se daba cuenta de que no estaba sola.

─¿Quién anda ahí?─ preguntó lo suficientemente alto para que el que estuviera cerca la escuchara pero casi susurrando para que nadie más supiera que estaba allí.

por **Nathan Beckett** Dom Jul 31, 2016 5:54 pm

¿Qué hacía Nathan en el cementerio a aquellas horas de la noche? Sus noches podían consistir en una cosa u otra porque, o pasaba la noche en una taberna o burdel, o pasaba la noche dando caza. Y teniendo en cuenta que se encontraba en el cementerio en esos momentos, obviamente no estaba buscando alcohol ni mujeres aquella noche. Pero la pregunta más acertada era: ¿Qué le había llevado hasta allí?

Llevaba un par de días siguiendo el rastro de un vampiro en concreto y que, curiosamente, había perdido de vista nada más llegar hasta allí. Justo cuando daba todo por perdido y pensaba marcharse sin haber logrado dar caza a nada, escuchó llegar a alguien. Desde su posición, no veía quién era.

No sabía siquiera si se trataba de un humano o de una bestia pero, igualmente, se mantuvo a la espera de que algo ocurriese. Por esa razón, de forma silenciosa y siendo lo más sigiloso posible, se escondió tras un árbol situado al lado de un enorme panteón, tratando ver desde su posición quién era. Agarró la ballesta que llevaba colgada a la espalda, junto con una enorme flecha de madera, y se preparó para disparar al más mínimo detalle que le hiciera ver que estaba cerca de una raza no humana. También contaba con pistolas con balas de plata, estacas y cuchillos. Como siempre, iba preparado. Pero primero debía ver a la criatura si quería saber qué arma sería más eficaz desde su posición.

Y la vio, ahora sí, a Saphir. Casualidades de la vida. Casualidades no deseadas, de hecho, después del último encuentro que tuvieron. Relajó los músculos con los que agarraba la ballesta, bajando la guardia por unos segundos, y reprimió chasquear la lengua para no revelar su posición. Porque, para qué negarlo, habría preferido un vampiro al que matar.

Dejando a un lado la serie de pensamientos que pasaron por su cabeza al verla, estaba a punto de dar por hecho que allí no había nadie más que ellos dos. Al menos hasta que él también escuchó el ruido que hizo reaccionar a la pelirroja. De nuevo, se mantuvo alerta, escondido, y preparando la ballesta. Al parecer, no estaban solos. Y al parecer, Saphir iba a ser la víctima para alguien y el cebo para Nathan.

Apuntando con la ballesta cerca de la pelirroja, aún desde la distancia y sin hacer ruido, se mantuvo a la espera de algún movimiento por parte de la bestia que seguramente estuviera escondida. Porque, por desgracia para Saphir, Nathan deseaba que se tratara de una bestia y no de un búho.

por **Golnar Richelieu** Lun Ago 01, 2016 8:27 am

Volvió a preguntarle a la oscuridad pero parecía que no había respuesta. Se iba a dar por vencida cuando, de entre las sombras, vio aparecer un hombre alto, con un buen traje y un sombrero que iba a juego. Portaba un bastón con el que se iba apoyando al andar. Parecía de unos cuarenta años pero ella no logró asegurarlo.

─Perdone que la moleste, madame, pero no he podido evitar observarla y preguntarme qué hace por aquí alguien como usted

Golnar se levantó casi de un salto. Aquel hombre no le daba buena espina. Sus ojos, su sonrisa, su postura… no dejaba intuir nada bueno. Él se iba acercando con lentitud hacia ella y la joven intentaba encontrar las palabras para hablar.

─Creo que no es algo de su incumbencia─ le dijo y logró mantener oculto el miedo que sentía en aquel instante.

El hombre le sonrió mientras seguía acercándose a ella. Su mente le gritaba que saliera corriendo pero sus piernas, como tantas veces pasaba, no querían corresponder como era debido.

─Oh, yo creo que sí. Verá, no se debe ir por la noche sola o… alguien como yo podría aprovecharse de usted.

Había que admitir que al menos era sincero. Antes de que pudiera reaccionar, el hombre la atrapó entre sus brazos. Le dio la vuelta y acercó su cuerpo al de ella mientras apartaba la melena de la parte izquierda de su cuello. Golnar no se estuvo quieta, forcejeó con el hombre que no parecía molestarle mucho el hecho de que ella intentase escapar.

Sentía cómo él acercaba su boca lentamente hacia su cuello. Ella seguía forcejeando, moviéndose desesperadamente entre los brazos del hombre. Finalmente, logró proferirle una patada en sus partes nobles, el hombre la soltó por la sorpresa de aquel ataque y ella cayó al suelo casi de manera inmediata, raspándose las rodillas y sus manos. Así como haciéndose un pequeño corte en la mejilla izquierda.

Se arrastró, intentando alejarse del hombre. No veía dónde estaba ni si se iba acercando o no pero esperaba solo que todo aquello acabase de una vez. Poder escapar o librarse de aquella, solo había dos únicas opciones y rezaba para que fuera la última.

por **Nathan Beckett** Lun Ago 01, 2016 9:20 am

Estuvo a punto de disparar la flecha con intenciones de dar en el pecho al vampiro que acababa de hacer acto de presencia, porque él sabía que se trataba de un vampiro, pero éste se acercaba cada vez más a Saphir y, aunque a priori no debería importarle, prefería no clavarle la flecha a la pelirroja.

Sin embargo, al final no le quedó más remedio. Nathan tuvo suerte, por así decirlo, pues el vampiro giró a la mujer y fue la espalda del vampiro lo que tenía a tiro en esos momentos. No dudó un segundo más, pues las intenciones del desconocido estaban claras, disparó la flecha tras un par de segundos apuntando a la espalda. Sabía que no conseguiría atravesar el corazón del vampiro desde aquella posición, pero sí que sabía que aquello le daría un par de minutos extra.

Y así fue, disparó, viendo cómo la flecha de madera impactaba en el vampiro y conseguía desconcertarle, incluso distraerle de su tarea de clavarle el diente a Saphir. Lanzó una flecha más, logrando clavársela de nuevo, y salió corriendo para abalanzarse sobre él.

- ¿Qué tal si te ahogas con tu propia sangre? Es la única que vas a probar en los próximos minutos - consiguió decir una vez se había abalanzado contra su cuerpo. Sabía que aquel vampiro podría ganarle en fuerza perfectamente y, por ello, Nathan debía actuar con rapidez.

Ya agarrado al vampiro, prácticamente intentó tirarle al suelo mientras hundía su cuchillo de plata sobre cualquier parte del cuerpo de aquella criatura que le pillaba a mano. Si bien sabía que aquello no le mataría, sí le debilitaría y le daría tiempo a coger la estaca de madera que pondría fin a aquello. Una vez tuvo la estaca agarrada se preparó para clavársela en el pecho, justo en el punto más vulnerable para aquellas criatura: el corazón.

por **Golnar Richelieu** Lun Ago 01, 2016 9:39 am

Esperó en el suelo a que todo pasara pero entonces lo escuchó. Una voz tan familiar que hubiera preferido escuchar cualquier otro sonido en vez de esas palabras. Pero ¿qué estaba haciendo? ¿La estaba protegiendo de aquel hombre? No, no podía ser. Después del último reencuentro… Pero era demasiada casualidad que él se encontrase en el cementerio justo esa misma noche.

Se levantó con cierta dificultad y se giró justo para ver cómo el hombre alzaba una estaca para clavársela a su acosador. Se abalanzó sobre él y agarró el brazo del hombre. No entendía por qué estaba allí ni por qué estaba haciendo lo que estaba haciendo pero no le parecía bien. Todos los seres humanos eran hijos de Dios y nadie tenía el derecho de acabar con una vida de aquella forma.

─¿Qué haces? ¿Estás loco? No puedes matar a un hombre así como así le recriminó e intentó pararle pero, claramente, el hombre era mucho más fuerte así que no pudo aguantar mucho más el agarre. Además de eso, las palmas de las manos le escocían por las pequeñas heridas que se habían abierto. De todas formas ya era demasiado tarde, el acosador ya tenía varias heridas por el cuerpo, una incluso de un cuchillo. Poco podía hacer en aquel momento por él. Así que se limitó a ver cómo el hombre terminaba aquella acción atroz.

por **Nathan Beckett** Mar Ago 02, 2016 7:40 am

Nathan hizo caso omiso a las palabras y a los intentos de Saphir por detenerle. Tenía que hacerlo. Ya no sólo por el bien de Saphir, sino también por el bien de él mismo y del resto de personas. Nathan tenía muy claro que aquellas bestias no debían vivir en el mismo mundo que los humanos, no eran compatibles unas razas con otras. Y si tenía que pasarse toda su vida matando bestias como aquellas, lo haría encantado.

Por eso, sin hacerle caso, clavó la estaca en el pecho del vampiro. El cazador no dijo nada, ni siquiera miró a la pelirroja, estaba ocupado viendo morir a aquella criatura. Además, sin importarle lo más mínimo lo que ella pudiera pensar, dio paso a su marca distintiva como cazador. Ya era una tradición y no iba a cambiarla porque hubiera alguien mirando. Por eso, tras coger uno de sus afilados y pequeños cuchillos, procedió a arrancarle los colmillos al vampiro para, finalmente, guardarlos.

Y no fue hasta entonces cuando decidió mirar a la joven, poniéndose en pie y alejándose así del cuerpo inerte del vampiro.

- ¿Hombre? ¿De verdad crees que eso era un hombre? - en el fondo, le hacía gracia - Bueno, pues nada, la próxima vez dejaré que te maten antes de pasar a la acción - adjudicó mientras se miraba las manos, llenas de sangre. Limpiárselas con la gabardina era muy poco educado y caballeroso, sobre todo ante una "dama", pero le dio igual.

por **Golnar Richelieu** Mar Ago 02, 2016 8:05 am

Se quedó contemplando la acción. Apreció cómo él le clavaba la estaca a su atacante. Ni siquiera se inmutó, ni siquiera se atrevió a apartar la vista. No entendía nada, aquello iba más allá que por el simple hecho de que la había atacado, ¿no? Aquel hombre había hecho muchas cosas malas y se merecía un castigo por ello. Si no era así, no lo entendía.

Contempló cómo le sacaba los colmillos. Eran extraños, no era como los de un humano normal. De hecho, terminaban en punta y eran bastante más largo que los que ella misma tenía. Vio cómo se levantaba y se limpiaba la sangre en su gabardina mientras le hablaba. ¿No era un hombre? ¿Entonces qué la había atacado?

─Entonces si no era un hombre, ¿qué era?─ le preguntó señalando el cadáver de la víctima. A pesar de estar en un lugar lleno de muertos, el tener a uno delante y sobre tierra, no le inspiraba confianza ninguna─. No te equivoques, estoy muy agradecida de lo que has hecho pero no entiendo la violencia tan extrema…─ le dijo intentando encontrar una explicación a todo aquello. Estaba segura de que él seguía enfadado después de la jugada que ella le había hecho. Pero se lo merecía, así no jugaría con prostitutas sin después pagarle como era debido. Era gracioso, había tenido una historia con aquel hombre y ni siquiera sabía su nombre pero eso no le importaba por el momento─. Aunque claro, sé que no has actuado para salvarme así que no sé si mereces mis agradecimientos…

por **Nathan Beckett** Mar Ago 02, 2016 8:18 am

No sabía si hacía bien diciéndole qué era aquella criatura. Suponía que sí, porque para Nathan todo el mundo debería saberlo, pero tampoco era algo que se podía contar tan a la ligera. Él aprendió a los 16 años qué eran, de la forma más cruel posible, y le sorprendía un poco que ella no lo supiera. Es más, envidiaba esa ignorancia. Porque eso implicaba no tener ninguna mala experiencia relacionada con el tema.

- Un vampiro - dijo como única respuesta. Supuso que conocería aquella raza por las historias o los cuentos, aparentemente no reales, por eso no dio más detalles al respecto. Además, después de su último encuentro con ella, tampoco es que tuviera excesivas ganas de hablar. Bastante ya que le había salvado la vida, ¿no? - ¿Violencia extrema lo mío? Se nota que no les has visto matar a nadie. Y si no hubiera actuado para salvarte, habría esperado a que te matase antes de actuar para no hacerlo de forma tan precipitada. Pero piensa lo que quieras - ni siquiera sabía por qué se molestaba en remarcar que, en el fondo, sí que había actuado para salvarla. Debería darle igual lo que ella pensase. Es más, debería preferir que ella pensase que no había actuado así por ella.

por **Golnar Richelieu** Mar Ago 02, 2016 8:30 am

¿Vampiro? Debía estar tomándole el pelo pero… con aquello podía explicar por qué el hombre o, mejor dicho, la criatura se había centrado en su cuello y nada más que en ese punto. Miró el cadáver y un escalofrío recorrió su espalda. Y ella que había venido a presentar sus respetos… Ahora había un vampiro cerca de la tumba de lo que una vez fue el mejor amigo que ella habría podido tener.

─Muy considerado por tu parte─ le dijo cuando le aseguró que habría esperado a que la matara. Pero no lo había hecho así que quizá sí que había actuado para salvarla. Tampoco quería pensar de esa manera, no había que ilusionarse con un hombre como él─. Así que es a esto a lo que te dedicas, ¿me equivoco?─ le preguntó, cruzando los brazos y pasando de una pierna a la otra su peso─. ¿Y qué haces con el cadáver del infeliz vampiro?

¿Realmente se lo creía? A aquellas alturas de la vida podía creer cualquier cosa. Pero no estaba demasiado segura… ella había visto cosas demasiado extrañas pero jamás pensó que hubiera otro tipo diferente de criaturas a parte de los humanos. Bueno, parecían muy humanos, en un tiempo fueron humanos… ¿Se merecían morir solo por beber unas gotas de sangre? Suponía que sí. Pero de seguro que había vampiros que no atacaban a los humanos hasta el punto de matarlos. Seguro que había vampiros buenos, si es que acababa decidiendo que creía esa historia, claro.

por **Nathan Beckett** Mar Ago 02, 2016 2:49 pm

En realidad, sí, sí que era bastante considerado por su parte preocuparse por una vida ajena a la suya. Porque, de normal, no lo hacía. Bastante tenía ya con preocuparse de sí mismo... Aunque, bueno, no lo hacía demasiado, nació siendo un inconsciente.

- ¿A qué te refieres con "esto"? ¿A matar vampiros? Bueno, sí, entre otras cosas - si no sabía de la existencia de vampiros, dudaba que conociera alguna otra criatura. Menuda inconsciente e ignorante de la vida. Sí, Nathan se permitía el lujo de insultarla mentalmente. ¿Rencor? Para nada. Bueno, un poco rencoroso sí que era - No hago nada. Lo dejo ahí. O busco un lugar en el que sepa que otros vampiros lo van a ver. ¿Por qué? ¿Quieres llevártelo a tu casa? Todo tuyo - ¿acaso no era caballeroso ofrecer un cadáver de vampiro? Seguro que no existían regalos mejores.

No tenía intenciones de mover el cadáver, igual que tampoco tenía intenciones de quedarse mucho más tiempo allí. No le apetecía en exceso que aparecieran cuatro vampiros de golpe queriendo vengar la muerte de uno de ellos. Porque él podría con uno, probablemente, pero no con más.

- ¿Vas a quedarte aquí a la espera de más? - preguntó conforme echaba a andar, suponiendo que le seguiría.

por **Golnar Richelieu** Miér Ago 03, 2016 5:30 am

A matar vampiros. Estaba ante un hombre que se dedicaba a matar vampiros, entre otras cosas como él mismo le afirmaba. Sonaba una locura, de hecho lo era. Una auténtica locura que no había por dónde cogerla. ¿Se lo acababa creyendo, le acusaba de asesino…? Pero los colmillos, el sigilo del vampiro, todo indicaba que le estaba diciendo la verdad. ¿Por qué él? Fue la única pregunta que se le vino a la cabeza. ¿Por qué él había tenido que salvarla? El hecho de que los vampiros existieran no le parecía tan loco como las casualidades del destino que ponían a aquel hombre una y otra vez en su camino.

Lo dejaba allí… Delante de una tumba, mancillando los recuerdos de las personas que habían desaparecido de la Tierra para pasar a un lugar mejor. ¿Qué diría su sirviente si estuviera allí con ella? Posiblemente que no se preocupase, que él se encargada de todo y de más. Era un hombre fuerte, siempre lo había sido. ¿Le importaba que hubiera un vampiro muerto delante de su tumba? Si ella estaba a salvo, le daría igual. Siempre tan generoso…

─N-no─ le contestó pobremente mientras le seguía, ya no se sentía segura en el cementerio─. Pero todo esto es…complicado. ¿Por qué te dedicas a ello? Debe haber una razón.

Posiblemente no le respondiese porque no era un tema del cual hablaría tan fácilmente, era su vida y ya le había dicho que él no hablaba de ella. Pero él le había mentido, sí que tenía secretos. Esa parte del hombre no la conocía. De hecho, no conocía mucho más que sus artes en la cama.

─Así que me mentiste y sí que tenías secretos─ le recordó para poder sonreír un poco y tranquilizarse.

por **Nathan Beckett** Miér Ago 03, 2016 7:46 am

Como bien había intuido, la chica no tardó demasiado en seguirle hacia la salida del cementerio. Él iba lleno de sangre y tenía intenciones de ir a casa, pero algo le decía que no podía dejarla allí sola. No iba a admitir aquello en voz alta, nunca, pero por algún extraño motivo no quería dejarla allí, así, sin más.

- Alguien tiene que hacerlo, ¿no crees? - no pensaba hablar de experiencias propias ni recuerdos del pasado. No iba a hablar de qué le llevó a querer matar a ese tipo de criaturas. No iba a hablar de él, como siempre, pues no se sentía cómodo cuando lo hacía. Además, ese tipo de recuerdos los había enterrado en lo más profundo de su ser y no iba a ser fácil, ni para él ni para nadie, conseguir que vieran la luz - ¿Qué hacías aquí? A parte de servir de comida para los vampiros.

No sabía por qué hablaba con ella, ni mucho menos por qué le daba conversación, porque Nathan era bastante rencoroso y no le apetecía en exceso un nuevo encuentro con ella.

- Tú misma dijiste que todo el mundo tiene secretos - a decir verdad, que ella hubiera dicho aquello, le hizo mostrar media sonrisa. Relajar el ambiente no venía mal en esos momentos.

por **Golnar Richelieu** Miér Ago 03, 2016 8:18 am

Parecía que no quería hablar del tema de los vampiros. Era normal, ya lo esperaba y decidió que no iba a preguntar más. ¿Estaba bien el ir matando a los vampiros? ¿A caso no eran vidas? El infierno era un lugar muy cruel pero ella ya había pecado durante demasiados años y no le temía. Los vampiros eran criaturas salidas de las llamas del inframundo, ¿por qué no iban a tener el mismo derecho que los humanos a vagar por la Tierra? Tampoco quería pensarlo demasiado. Parecía una lucha a carne viva entre vampiros y humanos, ¿y quién sabe que más cosas?

─Visitaba a un viejo amigo. Me he enterado de su muerte y he venido en cuanto he podido… Estaba presentando mis respetos cuando ese… ser me atacó─ no le importaba decirle la verdad, no tenía nada que esconder. No le importaba si él le seguía preguntando, claro que habría cosas a las que no respondería. De todas formas, él podría conocer mucho de ella que la joven seguía sin saber nada de él.

El hecho de que le preguntara era algo bueno. Le interesaba o al menos no quería quedarse en silencio a pesar de todo lo que habían pasado juntos. Debería de odiarla internamente pero allí estaba: la había salvado y no la había dejado tirada en el cementerio después de cumplir su labor. Algo bueno tenía que significar.

─Ya pero tú me lo negaste alegando que eres perfecto… Sinceramente, lo perfecto aburre así que no debes ser como tú creías que eras

¿Por qué había dicho aquello? Acababa de admitir que le resultaba una persona interesante. No podía permanecer con la boca cerrada… Cada vez se comportaba de una forma distinta y no lograba entenderse por más que lo intentaba.

─¿Por qué no te quitas la gabardina? Cualquiera se sorprendería de ver manchas de sangre en tu ropa─ sí, desviar el tema era la mejor opción pero seguro que aquel pequeño hecho no se le escaparía a “Monsieur perfecto”

por **Nathan Beckett** Miér Ago 03, 2016 6:26 pm

Visitaba a un viejo amigo. No sabía qué decir al respecto, pues no era una persona demasiado empática. Únicamente había sufrido la pérdida de un ser querido teniendo 16 años y, desde entonces, no se había vuelto a implicar emocionalmente con nadie más. Había olvidado lo que era sentir afecto por alguien.

- La próxima vez ve al cementerio durante el día - aconsejó, pues los vampiros no toleraban la luz del sol - ... y no te molestarán.

Entre una pregunta y otra, ya habían salido por completo del cementerio. Era de noche, no había nadie más por allí, por lo que no le importaba seguir con la gabardina manchada de sangre.

Estaba intentando mantener una conversación normal y corriente con ella. Pero no le salía. No podía. Estaba tenso. Muy tenso. Y por mucho que se esforzase, esa tensión no desaparecía. Llevaba varios minutos debatiendo interiormente cómo conseguir que desapareciera.

- Pues sintiéndolo mucho, te dije la verdad, soy perfecto - de normal, el hecho de bromear le funcionaba para sentirse mejor, pero esa tensión seguía ahí, no bromeaba con la misma facilidad ni comodidad con la que solía hacerlo. Notaba la tensión en la mandíbula y en los músculos de su cuello, sobre todo.

La última pregunta, la de la gabardina, no la contestó. Ni siquiera desvió la mirada de la joven para mirarse a sí mismo, ni siquiera un mísero segundo. Al final no pudo contenerse, aunque no viniera a cuento, ni aunque fuera en contra de lo que su mente le pedía. Lo hizo. Simplemente, lo hizo. ¿El qué? Agarrar a la pelirroja por el cabello para atrapar sus labios con los propios, para darle un brusco beso. Volcó toda su rabia en el beso, e incluso tiró del cabello de la joven inconscientemente, probablemente haciéndole daño. Se había dado cuenta de que así disminuía la tensión que sentía antes.

por **Golnar Richelieu** Jue Ago 04, 2016 5:38 am

Sí, la próxima vez iría de día. Debía haber esperado para visitar a su amigo pero había sentido la necesidad de ir corriendo para estar junto a él y disculparse por no haber aparecido en el funeral. Seguro que su familia ni siquiera se presentó. Pero no se podía arriesgar, ya eran muchos años sin verse ni hablarse, seguro que ni la echaban de menos. Sus hermanos eran los preferidos de su madre, por no hablar de las yernas y sus nietos… Fingían ser la familia feliz que no era. Y Golnar… bueno, ella era la oveja negra pero las cosas estaban mejor de aquella manera.

A penas se dio cuenta pero ya habían salido del cementerio. Alzó las cejas unos segundos al oír que él volvía a admitir que era perfecto. Eso había que verlo. Claro que tenía defectos, como todo el mundo. Para empezar, se dedicaba a matar. Bueno, eso no era un defecto más bien un pecado. Aunque todos los humanos pecaban así que no debería tratarse de un defecto.

Ni siquiera era consciente de la tensión que siempre había entre ellos dos. Se estaba dedicando a pensar en por qué podía él no ser perfecto, buscándole un defecto pero lo conocía tan poco que no lograba sacarle ninguno. Quizás era un poco brusco en algunas cosas, como aquella vez en la que le dejó a medias. Su enfado era comprensible y por suerte no pasó a mayores pero no podía culparle de la forma en la que ella había actuado, no había estado nada bien.

La mano del joven agarró su pelo y, pensando algo que sería imposible, él la atrapó en un beso que la tomó completamente por sorpresa. Notaba la rabia, las ganas que había en él por hacer aquello. Soltó un quejido sobre sus labios al notar que tiraba de su pelo, pero en vez de hacer que quisiera apartarse provocó todo lo contrario. Correspondió al beso del hombre con las mismas ganas.

Sabía que aquello estaba mal. Él manchado de sangre por matar a un ser y ella intentando dejar de ser prostituta. No estaban en la mejor de sus situaciones pero no sabía por qué volvía a recaer en él. Alzó su mano y la colocó en el pecho del hombre, dispuesta a empujarle para detener aquel beso pero no lo hizo, no tenía fuerzas para ello. Su intento de apartarle se convirtió en una suave caricia que recorrió el torso del hombre. No lo admitiría pero el día que escapó de su casa ella también se había quedado con ganas… No, no podía pensar aquello.

─Esto no está bien─ logró decir sobre los labios del joven mientras un suspiro escapaba también de su garganta. Quería separarse pero se sentía tan bien...

por **Nathan Beckett** Lun Sep 19, 2016 12:48 pm

Volvió el beso cada vez más brusco e intenso, aprovechando que ella correspondía. Tenía rabia y ganas acumuladas, y le gustaba desahogarse de esa manera. La tensión que sentía disminuía conforme alargaba el beso. Sin embargo, comenzaban a aparecer otro tipo de tensiones... más carnales. El cazador comenzaba a sentir las mismas cosas que sintió el día que la llevó hasta su casa. Tenía ganas, muchas ganas. Pero... no, no quería volver a caer en aquello. Quería, pero no quería. Era un pervertido, sí, pero también rencoroso. Por eso se permitió recordar el último encuentro cuando ella cortó el beso y dijo que aquello no estaba bien.

- Hmm... supongo que no - para qué engañarnos, le daba igual que aquello estuviera bien o mal, no era eso lo que le impedía acostarse con una mujer. Para él, el fin justificaba los medios.

Se separó de la chica, a pesar de querer lo contrario. Se sentía muy bipolar en esos momentos. Tenía ganas de una ducha, también. De cambiarse y ponerse unos ropajes libres de sangre. Tenía más ganas de desnudarse y desnudarla a ella, pero aquella noche no iba a ceder. No se fiaba de ella. Ni quería quedarse a medias, ni quería forzarla a ella. Lo segundo le debería dar igual pero, por algún extraño motivo, no era así.

- Debo irme. Si yo fuera vos, me iría también - fingió una educada reverencia y puso rumbo hacia su hogar, desapareciendo por completo del cementerio.

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