Vamosa jugar Wendy || Privado

por **Bruno L. Đømęćq** Lun Ago 08, 2016 11:53 pm

La semana se había hecho larga, y habían tenido aquellos días para estudiar el caso de un amigo del profesor. Por el trato que hicieron a Luc le tocaba defender al arquitecto mientras que Amanda tendría que defender a la mujer de la protectora. Resopló y con los papeles en mano tomó el camino que daba hasta el aula de derecho. Tenía que ganar, ante todo tenía que ganarle y así darle un punto en la boca a aquella rubia descarada. ¿Porqué sentía de pronto aquel enfado? Seguramente por el estrés. Desde pequeño le habían enseñado que no podía fallar nunca, que la derrota no era una opción, así que sentía los nervios de nuevo como si estuviese camino a un campo de batalla — Allá vamos — dijo convencido que esta vez, por esta ocasión todo sería diferente.

Alzó los ojos cuando una voz le despertó de su ensoñación. Había estado tan concentrado en sus papeles que nisiqueira había sido consciente de con quién se cruzaba por el pasillo. Alzó una ceja a y se paró, poniéndose rígido, frente a ella — ¿Y tú? ¿Tienes miedo de perder? — esquivó la pregunta, era consciente, pero no iba a dar más información de la debida antes de tiempo. Para algo que había aprendido de aquellas clases sin esfuerzo, le había calado hondo.

Esta vez la pelea entre Peter y Wendy sería más lejos de lo que se imaginaban

por **Emily/Abigeil Wright** Sáb Ago 13, 2016 10:31 pm

Se encontraba en el pasillo leyendo una y otra vez sus notas, las entrevistas realizadas e intentando plasmar a Rene en su cabeza, lo gracioso era que la había convencido tanto que terminó por hacerse socia de la protectora, esos casos de corrupción eran muy jugosos en el mundo judicial, si llevabas uno con gran impacto social te abrías las puertas a un mundo lleno de oportunidades. Unos pasos llamaron su atención e hizo que levantara la cabeza más allá de las notas. Como odiaba que tuviera esa aura de seguridad, pero cuanto le gustaría ver su cara tras la derrota. — ¿Nervioso? —

Ella suspiró. ¿Por qué tenía que contestarle con otra pregunta? ¿Pensaba que no iba a darse cuenta de ese viejo truco? Amanda guardó sus papeles y se encogió de hombros con una sonrisa, se dejó caer de espaldas sobre la pared y cruzó los brazos por encima del pecho, mirándole mientras alzaba la barbilla. Sabía que era un soldado, uno bueno se había sobrevivido tanto tiempo, pero ella por nada del mundo iba a dejarse enredar otra vez, aún se avergonzaba de su comportamiento del otro día. — Si yo no obtengo mi respuesta tú tampoco — Se limitó a decir. ¿Había tensión o era su imaginación?

Desvió su mirada en cuanto se percató de su sonrisa, le rogaba a las moiras que no la enseñara durante el juicio porque entonces la desconcertaría. — Si no hay nada más que decir — Se puso recta y se encaminó a la clase, faltaban pocos minutos para que empezara el debate. — Por cierto — Se detuvo y sonrió, aunque estuviera de espaldas a él. — Tus ojos no son tu punto fuerte — Es otra cosa, pensó, aunque eso se lo guardó. Dicho ésto entró a la clase y se puso a preparar el papeleo con su compañero de equipo.

Ahora esperaba que llegara la caballería, claro el resto de sus aliados y enemigos.

por **Bruno L. Đømęćq** Mar Nov 08, 2016 10:34 pm

Conforme iba avanzando en el pasillo una silueta se le hizo conocida. ¿Qué hacía allí? Dioses, que no tuviera que hacer un reportaje sobre la conferencia porque lo último que quería en esos momentos era una bronca como la de la última vez, le contó de su encuentro a Marina y ella le echó la bronca por haberla tratado así, a veces se preguntaba que ideas se le pasaban por la cabeza a su prometida, cualquier otra mujer se hubiera arreglado, pero no quería pensar en los motivos de ella para actuar así, solo de hacerlo el pecho de él se encogía y notaba como faltaba el aire. Veamos, ambos estaban en un lugar dónde nadie sabía si se conocían o no, siempre podían pasar el uno por el lado del otro sin la necesidad de saludarse ¿no? Quizás no fuese lo más correcto, ni lo más educado, pero era lo mejor para no llenar el lugar de tensión y aumentar el volumen de decibelios , eso es, solo tenía que actuar como si no la conociese, pero a pocos pasos de ella su plan se esfumó y la miró con cierta sorpresa. ¿Por qué había hecho eso? ¿Estaba loca? — Sí, eso parece — ¿Y ahora qué? No estaba cómodo con esa situación, prefería volver a enfrentarse el grupo con las hormonas disparatadas de antes. Busca un tema, rápido. También podía decir adiós, pero después de su último encuentro no quería volver a acabar como el capullo de los dos. — ¿Qué haces aquí? — Lo cierto es que tenía curiosidad, la miró de arriba abajo, pensativo y fue entonces cuando deparó — ¿Has venido con tu prometido? — Él solo lo había visto en la foto del periódico que anunciaban su compromiso, según Marina era atractivo, según él no parecía de fiar, después de todo aún se sentía algo protector en lo que se refería a ella, aunque él fuese uno de sus mayores problemas en esos instantes.

por **Emily/Abigeil Wright** Vie Ene 13, 2017 11:49 pm

Aquella noche vestía con una elegancia peculiar a la par que íntimamente escogida por ella, un vestido largo y sin excesiva recarga de color granate combinado con un apagado rosado de mangas anchas, de cintura estrecha y un elegante escote que no dejaba ver más de lo que ella misma permitía, Llevaba el cabello recogido en un rebelde moño del que caían largos mechones rebeldes por la espalda y lados de la cabeza. Tal vez podría haber elegido algo mucho más ostentoso pero prefirio sentirse cómoda y llamar la atención de forma sutil y elegante.

Ya pasaba una hora larga desde que se había abierto al público las puertas de aquella gran estancia, pronto serían las nueve de otra húmeda y oscura noche Parisina, esperaba con cierto anhelo la visita de un invitado un tanto especial, otro Vampiro mucho más joven que ella al cual había ayudado en una ocasión en un acto voluntario de permitirle seguir deambulando por las sobras eternas a las que estaban condenados, un Español de aires nobles con un orgullo excesivo del que estaba convencida, le llevaría a más de un problema. Se sentía impaciente aunque tranquila y hubiese deseado que su querida la acompañase aquella noche pero finalmente la había dejado en el departamento encargada de algunos menesteres personales de la antigua que solo Selisse era capaz de realizar a la perfección.

Ahora estaban en medio del juicio

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