[J. Adelphos Targayren]¡Imaginar, dudar, jugar, pensar! es lo que un baile te hace sentir [Privado]

por **Aitziber D’ Lemoine** Sáb Jul 21, 2012 11:27 am

Jueves.
Creía que era jueves, la verdad no le importaba que día fuera hoy, no tenía sentido estar contando las semanas, los días y las horas. Todo era insignificante, ya lo había predicho, ya lo había vivido, no había nada a que aferrarse, nada que afrontar, era un día común y corriente. Sus rasgos asiáticos llamaban mucho la atención de la gente, algunos se le quedaban mirando pero desviaban rápidamente la mirada con temor de que fuera alguien peligroso. ¿Aitziber alguien peligrosa…? Bueno podría decirse que era peligrosa, pero solamente si lo deseaba y en ese momento no estaba de humor. ¿Estaba de buen humor? ¡Claro! La música, el ritmo… ella había nacido para mover las caderas y en este momento lo estaba haciendo con todo el gusto del mundo. Se sentía libre de prejuicios, libre de ataduras. ¡Era una desconocida que movía las caderas al son de la música gitana!

Algunas mujeres del circo la había invitado a realizar un baile con ellas, la bruja acepto de lo más feliz que pudo, las mujeres la guiaron a una carpa en donde la vistieron con una falda colorida, y un corsé totalmente que se amoldaba a su cuerpo delgado y sin muchos senos. Parecía que se convertía en otra persona, claro apenas era un disfraz conformado por un tutu de colores variados y brillantes, un fino y ajustado corsé con cuencas de diamantes falsos en su pecho y en los bordados, unas mayas de colores vivos y diferentes adornaban sus piernas que al final posaban unas elegantes zapatillas doradas de bailarina, sus cabellos cortos fueron recogidos por un moño grande en donde adornaban muchas plumas y un antifaz tapa la mitad de su rostro.

Era un baile improvisado, la intención era conquistar al público con los movimientos de caderas ¿lo lograría? Con aquella mascara con mucha lentejuela era una persona totalmente desconocida, adoraría todo aquello. El baile había comenzado, la bruja junto con otras personas comenzaron a salir para divertir a las personas que comenzaban a reunirse cerca de su espectáculo, algunos los invitaban a entrar al circo mientras otros se movían entre ellos invitándolos a bailar- el bailar algo mágico para ella, aunque no lo demostraba, era algo diferente, sin algo igual, su alma danzaba junto a ella, no en su cuerpo si no a su lado, siendo dos desconocidos en un encuentro

Bailar es recrear el espacio con el lenguaje del cuerpo.
Bailar es expresar tus sentimientos no por medio de un texto,
ni de un papel, ni con palabras… sino con tu propio ser, cuerpo y alma.
Es hablar contigo y con tus espectadores; haciéndoles a ellos y a ti
¡imaginar, dudar, jugar, pensar!

No podía explicarlo con palabras ¡nunca podría! Pero cuando bailaba se sentía más liviana, más libre, más feliz, todas aquellas cosas positivas, el su respiración agitada, su sudor dañando el maquillaje que tenía en su rostro, la excitaba por completo. El ver a las personas sorprendidas y hechizadas por sus largos pasos entre ellas, no tenía nombre. Sus pulmones se hinchan por el aire y vuelven a ponerse en un tamaño normal al exhalar, muchos se quedarían viéndola, reír, como aquella mascara de maquillaje dejaba ver la dulzura que en ella fluía como una energía fresca y anormal.

Noto que un hombre aparecía, tenia rasgos europeos, pero por alguna razón su esencia le mostraba más que los otros, jugó con algunos giros hasta llegar al frente de el, su pose era prácticamente como el de una bailarina de ballet sonrió ampliamente haciendo que la máscara pareciera un velo que cubría, que estropeaba la alegría de aquel cuerpo agitado, le sujeto de las manos invitándolo a dar algunos pasos, esperaba que no se reusara y así poder compartir aquella alegría inexplicable con alguien más… si no sabía como sentir, ella le enseñaría a hacerlo

por Invitado Vie Jul 27, 2012 2:09 pm

Según Adelphos ese día iba ser exclusivamente para el descanso de los asuntos oficiales que ese ultimo tiempo lo tenían mas que agotado, así que había decidido salir con todos los empleados de su casa a distraer la mente y espíritu. Realmente lo necesitaba pues no recordaba con exactitud la ultima vez que había tenido un tiempo para él. ¿El lugar escogido? por consenso de la mayoría seria el Circo de Gitanos, una lugar lleno de vida y jolgorio, donde los colores se mezclaban con los aromas y diferentes especias eran quemadas con el incienso para crear las mas sorprendentes formas con el humo. Sí, definitivamente era un buen lugar donde perderse por el resto del día y si la suerte era amigable seria un buen lugar en donde entretenerse, aunque esto ultimo le costaba demasiado por su carácter poco extrovertido, al menos ..ese día haría el esfuerzo.

El trayecto desde su hogar a dicha localidad estuvo lleno de risas y toda clase bromas que causaban una que otra mirada de desconcierto entre la personas que pasaban al lado del grupo ¡Que falta de moralidad! dirían algunos ¿Mezclarse con los trabajadores?..Que absurdo! dirían otros pero realmente nada de eso le importaba al joven canciller quien veía a su empleados como miembros de su familia. Esa clase de distinciones sociales nunca habían sido de su gusto, las evita a toda costa o simplemente las pasaba por alto. Menudo infarto le daría a todos en la corte cuando se enteraran de sus andanzas libres por París, el grito en el cielo podrían cuando se enteraran de que el representante imperial había visitado un circo de gitanos, gente muy mal vista por todos y de muy mala fama. Para suerte de todos, ellos no estaban en París ahora...

Ya desde la entrada del circo se podía palpar una ambiente diferente, casi mágico. Al poco rato de andar entre la gente y disfrutar de todas las maravillas que le ofrecía del lugar Adelphos se quedo prendado en un grupo de personas que se reunían de manera curiosa al alrededor de una carpa, mirando de manera expectante casi como niños ilusionados antes la proeza de una mago. Su piernas fueron mas rápidas que él y antes que pudiera darse cuenta termino mezclado con los espectadores quedando en primera fila. ¡Era una baile! que maravilloso espectáculo presenciaban sus ojos, guiado por el compás de la melodía comenzó a seguir el ritmo con sus manos, aplaudiendo, al igual que el publico que estaba conformados en gran mayorías por padres e hijos y alguna que otra pareja de enamorados.

La fiesta seguía y el espectáculo no paraba, todos disfrutaban y reían hasta que algo que no esperaba el joven Adelphos sucedió. ¿Bailar? ¿Él, bailar? no, debía haber un error ¿Pero como explicárselo a la dama que le tomaba las manos y lo hacia participe de la fiesta?.-Eh?..Oh! yo no se bailar señorita.-y no era una mentira, desde muy pequeño que Adelphos tenia claro que las artes nobles como la música ,danza y pintura no eran su fuerte, ¿Pero como negarse ante la dama que le sonreia?

por **Aitziber D’ Lemoine** Mar Jul 31, 2012 8:55 am

La joven bruja sonrió animándolo, aunque parecía rechazar su invitación los que estaban a su alrededor lo invitaban a formar parte de ese movimientos perfecto y sincronizado. Ladeo su cabeza con cierto pesar para luego soltar sus manos. Dio un pequeño alto hacia atrás dando un perfecto Arabesque para luego girar y desparecer entre las personas. Era la belleza de lo indescriptible y de lo misterioso. Había desaparecido como fantasma cuando deja de ser corpóreo. La gente se amontonaba, reían a carcajadas, todo se acumulaba, y como abejas guiadas hacia el néctar comenzaban a ser atraídas.

Aitziber se movía enérgicamente disfrutaba cada movimiento, cada paso que improvisaba en segundos, la gente alegre comenzaba a aglomerarse, ríe alegremente mientras se movía entre ellos, pero se topo con el pecho de alguien, alzo su mirada llena de maquillaje y sonrió levemente sorprendida, si dos veces se encontraba a una misma persona una tercera era más que común, así que no debía rechazarla esta vez. Sujeto al hombre llevándolo al centro de la multitud con ayuda de sus compañeros que parecían animados al verlo.

-Debe experimentar cosas nuevas… yo os enseñare a bailar- dijo alegremente mientras podía las manos del hombre en su cintura y la otra la sujetaba, ella llevaría el ritmo y le ayudaría a guiar. Un hombre debía respetarse, podría herir su orgullo si no se controlaba en los pasos y en el furor del baile. No estaba mintiendo, no sabia bailar, pero eso no quería decir que no lo estaba haciendo bien, Aitziber sonrio complacida mientras sentía como la música los invadía a los dos. El baile en pareja era algo diferente, debían ser uno solo, debían armonizarse completamente, era difícil siendo desconocidos… pero eso era lo interesante… el baile une gente, derrota barreras idiomáticas. Solamente se necesitaban los pies y sentir la música en el corazón.

-que es divertido ver a una persona algo rígida moverse – dijo riendo suavemente mientras dejaba que este se moviera libremente-suéltese un poco mas… no importa… es un circo gitano, no estamos en la alta sociedad… somos libres Monsieur… libres!- soltó luego otra carcajada mientras veía a las personas aplaudir y reír junto con ellos no porque estuviera haciendo el ridículo, el hecho era que todos se divertían sin importar de donde venían.

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