AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Noche para jugar (Maggie Craig) (privado+18)
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Noche para jugar (Maggie Craig) (privado+18)
Kenner Clapton estaba con su traje y el saco negro caminando tranquilamente con su bastón apoyado en la mano derecha del vampiro mientras este andaba por el puerto observando como los últimos cargamentos llegaban y eran colocados en carrozas, era una parte de su plan para vender sangre fresca a los vampiros de parís, escucho un aroma y un sonido bastante conocido para el milenario inmortal, pasos de cazador con sus armas por todo su traje este volteo a mirar de donde venia sonriendo apenas visible por su vestimenta al ver la figura femenina que se acercaba, los demas vampiros se encaminaron a acabar con ella pero este alzo la mano negando.
-Terminad lo que estais haciendo yo me encargo personalmente de esta bella dama, de seguro se ha perdido...
Fueron las palabras, mientras los vampiros se miraban entre si algunos con pena de la mujer que estaba teniendo el infortunio de enfrentarse a nada menos que Kenner uno de los vampiros mas antiguos que caminaba actualmente por parís, este observo al a muchacha y se inclino levemente a modo de reverencia, observando a la joven de reojo buscando esperar su ataque, para casi apuñalarla con su bastón pero no lo haría simplemente le daría un susto de muerte, quería solo ver sus ataques aunque como todo cazador era predecible este simplemente aguardo y menciono.
-En que os puedo ayudar??
Menciono aquello casi en forma burlona para ver reacción de la mujer, que tenia en frente hacia días ya que no se divertía ni con sus mascotas así por que no hacerlo con una cazadora, aunque aun no decidía si dejarla viva o matarla al terminar, quizás la segunda opción seria lo mejor para que quedara todo listo y no hubiera testigos ni una humana sedienta de venganza detrás de el, eso podía ser problemático, se recordó a los tiempos de la era romana cuando paso eso y tuvo a un centurión detrás de el durante meses, por venganza hasta que lo tuvo que matar a el y toda su legión, aun permanecía esperando y comprobando a la joven, sentía su batimiento cardíaco y sus movimientos musculares, para poder jugar un rato con ella al gato y al ratón quizás o una pelea seria mejor.
-Terminad lo que estais haciendo yo me encargo personalmente de esta bella dama, de seguro se ha perdido...
Fueron las palabras, mientras los vampiros se miraban entre si algunos con pena de la mujer que estaba teniendo el infortunio de enfrentarse a nada menos que Kenner uno de los vampiros mas antiguos que caminaba actualmente por parís, este observo al a muchacha y se inclino levemente a modo de reverencia, observando a la joven de reojo buscando esperar su ataque, para casi apuñalarla con su bastón pero no lo haría simplemente le daría un susto de muerte, quería solo ver sus ataques aunque como todo cazador era predecible este simplemente aguardo y menciono.
-En que os puedo ayudar??
Menciono aquello casi en forma burlona para ver reacción de la mujer, que tenia en frente hacia días ya que no se divertía ni con sus mascotas así por que no hacerlo con una cazadora, aunque aun no decidía si dejarla viva o matarla al terminar, quizás la segunda opción seria lo mejor para que quedara todo listo y no hubiera testigos ni una humana sedienta de venganza detrás de el, eso podía ser problemático, se recordó a los tiempos de la era romana cuando paso eso y tuvo a un centurión detrás de el durante meses, por venganza hasta que lo tuvo que matar a el y toda su legión, aun permanecía esperando y comprobando a la joven, sentía su batimiento cardíaco y sus movimientos musculares, para poder jugar un rato con ella al gato y al ratón quizás o una pelea seria mejor.
Última edición por Kenner Clapton el Lun Ene 23, 2017 9:45 am, editado 2 veces
Kenner Clapton- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 400
Fecha de inscripción : 09/03/2013
Re: Noche para jugar (Maggie Craig) (privado+18)
Aceptar aquel encargo había sido sin duda una de las mayores estupideces que había hecho en los últimos meses, pero me había resultado imposible permanecer callada cuando los otros cazadores con los que había compartido mesa y whisky esa noche en la taberna se mofaban de mi incapacidad para enfrentarme sola a un grupo de inmortales.
Mi padre me decía continuamente que mi impetuosidad me llevaría a meterme en problemas, y hoy tenía que darle la razón. Andaba murmurando sola por las húmedas calles de París, apuntando mentalmente que si salía viva aquella noche prometía que la próxima vez me mordería la lengua antes de prestarme voluntaria a una misión suicida, cuando sin darme cuenta llegué hasta la entrada de la zona portuaria.
Al parecer, y en esto tenía que creer a pies juntillas, un grupo de inmortales liderado por otro más poderoso estaba traficando con humanos como meros recipientes de su alimento vital. Se habían enterado, sin darme datos sobre esta parte, de que esa noche se haría una entrega y por ende, sería importante interceptarla si no queríamos que humanos inocentes terminasen convertidos en cena para vampiros. Mi plan tenía flecos por todas partes, llegar al puerto, matar al vampiro jefe y después esperar que el resto saliese huyendo. Casi me hecho a reír sola cuando pensé esta última parte; era muy lógico que saliesen despavoridos cuando viesen a una joven cazadora sola frente a varios de ellos.
Un sonido procedente de los muelles captó toda mi atención dirigiendo hasta allí mis pasos, ocultándome tras unas grandes cajas de madera para saber a lo que me enfrentaría en cuestión de segundos. El grupo de inmortales era más numeroso de lo que había imaginado; claro que todavía podía dar la vuelta y marcharme de allí. Mejor perder el honor que la vida, decía continuamente mi padre.
Pero de pronto supe que ya no habría vuelta atrás; decenas de ojos rojos se volvieron hasta mi posición, y haciendo gala una vez más de mi ímpetu autodestructivo, dejé atrás mi parapeto y comencé a andar hacia ellos, sacando con cada mano una daga de mi cinto. Con la bastarda tardaría más en darles muerte, y los vampiros eran demasiado rápidos como para permitirme perder más tiempo de la cuenta. Tal vez si sacaba el arco, también podía darles caza a todos.
El movimiento de uno de ellos llamó mi atención, pues después de alzar su mano y darles instrucciones al resto, éstos dieron media vuelta y desaparecieron. No tenía dudas de que ese inmortal era el jefe de todos, al que debía matar si quería dejarles claro a los demás quien tenía el control de la situación. Acerqué mis pasos un poco más hasta el vampiro que apoyado en su bastón trataba de entablar una amable conversación conmigo ¿se pensaría que era tan ingenua como para no saber que trataba de distraerme para acabar conmigo en cuanto bajase la guardia?
- Podéis no oponer resistencia mientras termino con vuestra no-vida.- apunté lanzando ambas dagas sobre su cuerpo, al tiempo que sacaba la bastarda que llevaba sujeta a la espalda, y me lanzaba corriendo hacia él con la intención de terminar cuanto antes con aquel ser de las tinieblas, que había cometido el error de subestimarme, y enviar a sus secuaces lejos de allí.
Mi padre me decía continuamente que mi impetuosidad me llevaría a meterme en problemas, y hoy tenía que darle la razón. Andaba murmurando sola por las húmedas calles de París, apuntando mentalmente que si salía viva aquella noche prometía que la próxima vez me mordería la lengua antes de prestarme voluntaria a una misión suicida, cuando sin darme cuenta llegué hasta la entrada de la zona portuaria.
Al parecer, y en esto tenía que creer a pies juntillas, un grupo de inmortales liderado por otro más poderoso estaba traficando con humanos como meros recipientes de su alimento vital. Se habían enterado, sin darme datos sobre esta parte, de que esa noche se haría una entrega y por ende, sería importante interceptarla si no queríamos que humanos inocentes terminasen convertidos en cena para vampiros. Mi plan tenía flecos por todas partes, llegar al puerto, matar al vampiro jefe y después esperar que el resto saliese huyendo. Casi me hecho a reír sola cuando pensé esta última parte; era muy lógico que saliesen despavoridos cuando viesen a una joven cazadora sola frente a varios de ellos.
Un sonido procedente de los muelles captó toda mi atención dirigiendo hasta allí mis pasos, ocultándome tras unas grandes cajas de madera para saber a lo que me enfrentaría en cuestión de segundos. El grupo de inmortales era más numeroso de lo que había imaginado; claro que todavía podía dar la vuelta y marcharme de allí. Mejor perder el honor que la vida, decía continuamente mi padre.
Pero de pronto supe que ya no habría vuelta atrás; decenas de ojos rojos se volvieron hasta mi posición, y haciendo gala una vez más de mi ímpetu autodestructivo, dejé atrás mi parapeto y comencé a andar hacia ellos, sacando con cada mano una daga de mi cinto. Con la bastarda tardaría más en darles muerte, y los vampiros eran demasiado rápidos como para permitirme perder más tiempo de la cuenta. Tal vez si sacaba el arco, también podía darles caza a todos.
El movimiento de uno de ellos llamó mi atención, pues después de alzar su mano y darles instrucciones al resto, éstos dieron media vuelta y desaparecieron. No tenía dudas de que ese inmortal era el jefe de todos, al que debía matar si quería dejarles claro a los demás quien tenía el control de la situación. Acerqué mis pasos un poco más hasta el vampiro que apoyado en su bastón trataba de entablar una amable conversación conmigo ¿se pensaría que era tan ingenua como para no saber que trataba de distraerme para acabar conmigo en cuanto bajase la guardia?
- Podéis no oponer resistencia mientras termino con vuestra no-vida.- apunté lanzando ambas dagas sobre su cuerpo, al tiempo que sacaba la bastarda que llevaba sujeta a la espalda, y me lanzaba corriendo hacia él con la intención de terminar cuanto antes con aquel ser de las tinieblas, que había cometido el error de subestimarme, y enviar a sus secuaces lejos de allí.
Última edición por Maggie Craig el Miér Ene 25, 2017 3:49 pm, editado 1 vez
Maggie Craig- Cazador Clase Media
- Mensajes : 357
Fecha de inscripción : 13/11/2016
Re: Noche para jugar (Maggie Craig) (privado+18)
Cuando el vampiro inmortal alzo la vista viendo que venían los ataques tan predecibles como habían sido siempre los cazadores, creían que un ataque frontal contra un ser que tenia la velocidad y fuerza superiores era el camino, incluso con un arma de fuego seria difícil pegarle a un vampiro de frente, esta joven lanzo sus dagas hacia el, lo que llevo que simplemente, teniendo el bastón del mango, lo alzara y con este desviara el curso de ambas dagas con bastante facilidad haciendo que se clavara una en un poste y la otra en el cartel del barco que había traído a los esclavos para el alimento, elevando la ceja viendo que ella se había lanzando también sombre el con todo lo que tenia este llevo su otra mano, que en ese momento había estado en el aire por el cómico saludo que había hecho hacia la joven, este se encamino hacia el mango del bastón desenvainando una espada de plata bastante fina con la cual cortaría la bastarde de la cazadora en dos partes.
No le fue difícil partir la otra arma que era una espada de menor calidad y claro estaba que el vampiro poseía mas fuerza que esta por lo tanto debió solo usar un poco mas del a fuerza bruta que usaría normalmente para un choque de espadas, haciendo que su arma mas fina cortara en dos el metal de la cazadora, haciendo que la punta se clavara en el suelo cuando el vampiro estaba parado detrás de ella alzando la espada tranquilamente, también había cortado su abdomen, un corte muy superficial que realmente no le haría nada de daño a la joven solamente un poco de pulsaciones y claro la mancha de sangre como la tela rota, la punta de su arma plateada estaba manchada con el carmesí de la joven.
Giro al instante sobre sus pies para quedar de nuevo frente a la cazadora y acerco la punta de su arma a los labios, pasando su lengua por la sangre de la joven sonriendo levemente viendo que tenia un gusto bastante agradable la cazadora, para ser que era una de esas mujeres que daría lo que fuera para matarlo, le entro cierta curiosidad viendo sus ojos cual era el motivo por el cual quería cazarlo, todos los cazadores tenían un oscuro pasado, de odio y rabia menos los que habían nacido como cazadores esos pobres diablos no sabían ni por que cazaban a los seres sobrenaturales.
Y bien en que habíamos quedado cazadora??
Una sonrisa se figuro en sus labios, había decidido que era hora de jugar un rato con ella, miro su herida y la miro luego girando su arma en el aire y dejándola inclinada a su lado goteando lo poco que quedaba de la sangre de ella en la tierra mientras, llevaba la otra mano a los labios, para limpiar un poco de su sangre que tenia en su labio inferior, sus ojos destellaron como el mismo infierno en ese instante...
-Corree!!
Fueron sus palabras mirándola esperando que le obedeciera, su cuerpo de seguro reaccionaria como esperado para el poder divertirse un poco con ella, estaba todo oscuro solo sus ojos le delataban, este desapareció en un instante de frente de ella, como abrir y cerrar los ojos.
No le fue difícil partir la otra arma que era una espada de menor calidad y claro estaba que el vampiro poseía mas fuerza que esta por lo tanto debió solo usar un poco mas del a fuerza bruta que usaría normalmente para un choque de espadas, haciendo que su arma mas fina cortara en dos el metal de la cazadora, haciendo que la punta se clavara en el suelo cuando el vampiro estaba parado detrás de ella alzando la espada tranquilamente, también había cortado su abdomen, un corte muy superficial que realmente no le haría nada de daño a la joven solamente un poco de pulsaciones y claro la mancha de sangre como la tela rota, la punta de su arma plateada estaba manchada con el carmesí de la joven.
Giro al instante sobre sus pies para quedar de nuevo frente a la cazadora y acerco la punta de su arma a los labios, pasando su lengua por la sangre de la joven sonriendo levemente viendo que tenia un gusto bastante agradable la cazadora, para ser que era una de esas mujeres que daría lo que fuera para matarlo, le entro cierta curiosidad viendo sus ojos cual era el motivo por el cual quería cazarlo, todos los cazadores tenían un oscuro pasado, de odio y rabia menos los que habían nacido como cazadores esos pobres diablos no sabían ni por que cazaban a los seres sobrenaturales.
Y bien en que habíamos quedado cazadora??
Una sonrisa se figuro en sus labios, había decidido que era hora de jugar un rato con ella, miro su herida y la miro luego girando su arma en el aire y dejándola inclinada a su lado goteando lo poco que quedaba de la sangre de ella en la tierra mientras, llevaba la otra mano a los labios, para limpiar un poco de su sangre que tenia en su labio inferior, sus ojos destellaron como el mismo infierno en ese instante...
-Corree!!
Fueron sus palabras mirándola esperando que le obedeciera, su cuerpo de seguro reaccionaria como esperado para el poder divertirse un poco con ella, estaba todo oscuro solo sus ojos le delataban, este desapareció en un instante de frente de ella, como abrir y cerrar los ojos.
Kenner Clapton- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 09/03/2013
Re: Noche para jugar (Maggie Craig) (privado+18)
Cuando la distancia que nos separaba disminuyó por mi atolondrada carrera, comprobé más de cerca que quien le había subestimado era yo a él. Con una sonrisa ladina dibujada en sus labios, y tras haber cambiado la trayectoria de mis dagas simplemente con su bastón, convirtió éste en una afilada espada cuya hoja plateada destelleó frente a mis ojos al ser desenvainada.
En un principio no me preocupó que me hiciese frente en un combate justo con sendas espadas, mi padre me había entrenado bien, y me sentía más que capaz para presentar batalla al inmortal en este estilo de lucha. Alcancé por fin la distancia prudencial que nos separaba, moviendo con rapidez la espada hacia atrás para blandirla en un certero golpe que se hundiría de lleno en su pecho. Pero de nuevo lo que planeaba en mi cabeza y lo que ocurrió en realidad, distaban mucho de coincidir. Con un ágil movimiento que apenas fue imperceptible para mis ojos, el inmortal blandió su espada hacia mí, obteniendo como resultado mi arma partida en dos y cuyo extremo descansaba ahora en el frío enladrillado, y una pequeña herida en el vientre, de la que solo me percaté cuando comencé a sentir el húmedo calor de la sangre que empapaba mi camisola blanca.
Giré con rapidez al sentir al inmortal a mis espaldas, tirando después la empuñadura de la bastarda al suelo y agradeciendo que no hubiese sido la de mi padre la que corriese esa suerte. Coloqué mi mano izquierda presionando la herida, sabiendo que aunque no era profunda era considerablemente dolorosa. Podía sentir el contraste de la temperatura entre mi sangre caliente sobre mi mano, y como la ropa empapada se tornaba fría con al aire helado de aquella noche.
-Habíamos quedado en que no opondríais resistencia mientras le ayudo a pasar a mejor vida, inmortal.- siseé con rabia, barajando que plan debería seguir a continuación. Estaba claro que las dagas de poco servían con él, deseché la idea de las flechas y el arco y me había quedado sin espada. - Vais a tener que comprarme una camisola nueva.- concluí metiendo el dedo por la abertura que había causado con su corte en la misma.
Sin mover la mirada un ápice de sus movimientos, que al parecer estaban concentrados en intimidarme mientras probaba la sangre que manchaba su arma, saqué despacio una estaca de madera del cinto. Método tradicional que acostumbraba a ser efectivo con la mayoría de los chupasangre.
-No soy una cobarde para salir corriendo.- contesté cuando sus ojos refulgieron un color rojizo que me dejó helada durante unos segundos, y de pronto desapareció de mi vista. Sentí un leve respingo en el pecho, como mi corazón se aceleraba por una situación que se estaba descontrolando; y lo peor de todo, es que sabía que aquel ritmo desbocado estimularía al inmortal a convertirme en su presa. La cazadora cazada, pensé con ironía.
La oscuridad era tal que mi campo de visión se tornaba imperceptible en apenas unos metros, pero mi padre siempre me había dicho que si uno de mis sentidos me fallaba podía utilizar otro. Cerré los ojos despacio, dejándome llevar por el susurro de la brisa marina, y esperé que el inmortal se acercase lo suficiente como para reaccionar a tiempo y clavarle la estaca que mantenía asida fuertemente en la mano.
En un principio no me preocupó que me hiciese frente en un combate justo con sendas espadas, mi padre me había entrenado bien, y me sentía más que capaz para presentar batalla al inmortal en este estilo de lucha. Alcancé por fin la distancia prudencial que nos separaba, moviendo con rapidez la espada hacia atrás para blandirla en un certero golpe que se hundiría de lleno en su pecho. Pero de nuevo lo que planeaba en mi cabeza y lo que ocurrió en realidad, distaban mucho de coincidir. Con un ágil movimiento que apenas fue imperceptible para mis ojos, el inmortal blandió su espada hacia mí, obteniendo como resultado mi arma partida en dos y cuyo extremo descansaba ahora en el frío enladrillado, y una pequeña herida en el vientre, de la que solo me percaté cuando comencé a sentir el húmedo calor de la sangre que empapaba mi camisola blanca.
Giré con rapidez al sentir al inmortal a mis espaldas, tirando después la empuñadura de la bastarda al suelo y agradeciendo que no hubiese sido la de mi padre la que corriese esa suerte. Coloqué mi mano izquierda presionando la herida, sabiendo que aunque no era profunda era considerablemente dolorosa. Podía sentir el contraste de la temperatura entre mi sangre caliente sobre mi mano, y como la ropa empapada se tornaba fría con al aire helado de aquella noche.
-Habíamos quedado en que no opondríais resistencia mientras le ayudo a pasar a mejor vida, inmortal.- siseé con rabia, barajando que plan debería seguir a continuación. Estaba claro que las dagas de poco servían con él, deseché la idea de las flechas y el arco y me había quedado sin espada. - Vais a tener que comprarme una camisola nueva.- concluí metiendo el dedo por la abertura que había causado con su corte en la misma.
Sin mover la mirada un ápice de sus movimientos, que al parecer estaban concentrados en intimidarme mientras probaba la sangre que manchaba su arma, saqué despacio una estaca de madera del cinto. Método tradicional que acostumbraba a ser efectivo con la mayoría de los chupasangre.
-No soy una cobarde para salir corriendo.- contesté cuando sus ojos refulgieron un color rojizo que me dejó helada durante unos segundos, y de pronto desapareció de mi vista. Sentí un leve respingo en el pecho, como mi corazón se aceleraba por una situación que se estaba descontrolando; y lo peor de todo, es que sabía que aquel ritmo desbocado estimularía al inmortal a convertirme en su presa. La cazadora cazada, pensé con ironía.
La oscuridad era tal que mi campo de visión se tornaba imperceptible en apenas unos metros, pero mi padre siempre me había dicho que si uno de mis sentidos me fallaba podía utilizar otro. Cerré los ojos despacio, dejándome llevar por el susurro de la brisa marina, y esperé que el inmortal se acercase lo suficiente como para reaccionar a tiempo y clavarle la estaca que mantenía asida fuertemente en la mano.
Maggie Craig- Cazador Clase Media
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Re: Noche para jugar (Maggie Craig) (privado+18)
El vampiro analizaba sus palabras desde la oscuridad ya hacia con su daga en la mano, este había sacado cuando desapareció de una de las tablas la daga de la joven, que le había arrojado, esta había tenido bastante coraje con el tenia que reconocerlo, la mayoría de los cazadores teniendo todo en su contra y estando heridos atinaban a huir, después de todo esa sangre a su lado podía usarse de otra forma, suspiro viendo como la joven le decía que no escaparía, para cerrar sus ojos y concentrar su mente en la audición así lo escucharía acercarse de seguro había sido bien entrenada en dicho aspecto, pero se olvido la parte de que a un vampiro viejo no debía enfrentarlo sola, lanzo la cuchilla contra ella sonriendo y mencionando mientras la lanzaba para que no pudiera escuchar el ruido del arma.
-Parece que eres mas valiente de lo que aparentáis pero os devuelvo algo...
Dijo cuando esta se clavara en su muslo, buscando herirla en el lado contrario al que estaba sujetando el primer corte, para moverse rápido hacia el otro cuchillo el cual ya tenia en su mano para lanzarlo contra ella, escucho como varios vampiros mas débiles pero que habían sentido el aroma a sangre estaban siendo atraídos hacia la joven, dos heridas en el muelle donde los vampiros mas sucios venían a cazar desesperados por encontrar una presa, quizás la dejaría allí sola, vio como dos de estos se asomaban y decidió que era la hora de irse lanzo la otra daga a los pies de la chica, para que tuviera con que defenderse al menos, si tenia el coraje de sacarse la daga de la pierna, salto hacia encima del tejado para envainar su bastón nuevamente y apoyarse en este observando como sucedería todo, esperaba que los vampiros terminaran el servicio y se alimentaran de la joven, estaba siendo generoso con ellos esperaba que no se olvidaran de eso, en un principio se acercaron temerarios por la presencia del inmortal, pero cuando notaron que este se alejo de la joven, decidieron atacarla con todo lo que tenian ademas la sangre los atraía.
-Parece que eres mas valiente de lo que aparentáis pero os devuelvo algo...
Dijo cuando esta se clavara en su muslo, buscando herirla en el lado contrario al que estaba sujetando el primer corte, para moverse rápido hacia el otro cuchillo el cual ya tenia en su mano para lanzarlo contra ella, escucho como varios vampiros mas débiles pero que habían sentido el aroma a sangre estaban siendo atraídos hacia la joven, dos heridas en el muelle donde los vampiros mas sucios venían a cazar desesperados por encontrar una presa, quizás la dejaría allí sola, vio como dos de estos se asomaban y decidió que era la hora de irse lanzo la otra daga a los pies de la chica, para que tuviera con que defenderse al menos, si tenia el coraje de sacarse la daga de la pierna, salto hacia encima del tejado para envainar su bastón nuevamente y apoyarse en este observando como sucedería todo, esperaba que los vampiros terminaran el servicio y se alimentaran de la joven, estaba siendo generoso con ellos esperaba que no se olvidaran de eso, en un principio se acercaron temerarios por la presencia del inmortal, pero cuando notaron que este se alejo de la joven, decidieron atacarla con todo lo que tenian ademas la sangre los atraía.
Kenner Clapton- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 09/03/2013
Re: Noche para jugar (Maggie Craig) (privado+18)
Silencio. Eso era todo lo que percibían mis sentidos. Un sepulcral silencio que me envolvía y ponía los pelos como escarpias. Sabía que el inmortal no se habría marchado sin más, que estaría acechándome desde la oscuridad esperando un momento de descuido para convertirme en su cena. Podía escuchar los fuertes latidos de mi ajetreado corazón, que cargado de adrenalina, parecía querer salir de mi pecho. Sin duda un aliciente más para el vampiro que sería capaz también de oirlo.
De pronto capté su voz lejana, acompañada de un extraño sonido que no conseguí clasificar. - ¿Me devolvéis el qué?- pregunté confusa poco antes de sentir como un objeto punzante lanzado con bastante fuerza desgarraba la carne de mi muslo a su paso. Un grito de dolor salió de mis labios cuando noté como la daga que minutos antes había sido lanzada por mí, se volvía en mi contra.
Un dolor desgarrador que me obligó a dejar caer al suelo la estaca de madera que llevaba en mi mano, dirigiendo ésta a la nueva herida. Respiré despacio, tratando de controlar mis pensamientos ahora cargados de rabia. Todavía no me había vencido, aún estaba en pie y pensaba presentar batalla hasta mi último aliento.
-Muy amable, señor, pero era un regalo para su muerto corazón.- escupí con notas de ira en mi voz mirando hacia el lugar de donde provenía el lanzamiento, mientras trataba de sacar esa daga del muslo para hacerle frente de nuevo. Lo escuché moverse, un imperceptible sonido que me indicó que estaba cambiando de posición. Era incapaz de verle, se movía entre las sombras y aquello me estaba crispando por momentos.- Al parecer soy más valiente que vos, pues yo no me escondo de mi adversario.- era consciente de que aquella frase acabaría con mi vida, que no era buena idea cabrear a un vampiro con experiencia y algo me decía que yo no sería la primera cazadora que mataba.
Extraños sonidos a mi alrededor comenzaron a tomar forma, o más bien, comenzaron a hacerse visibles. Una decena de ojos rojos se acercaban a mi posición, atraídos probablemente por la sangre que recorría mi pierna y cubría mi camisola.- Fantástico.- murmuré para mí. Solté uno de los cordones del corsé que llevaba encima de la camisola, rodeándome después el muslo con este por encima de la daga que todavía tenía clavada, y haciendo un fuerte nudo sobre él.
La otra daga que había sido lanzada en contra del inmortal me fue devuelta a continuación cayendo a mis pies, más esta vez sin intención de clavarse en mi piel. El vampiro que parecía el jefe acababa de venderme a esos seres que eran tan cobardes como para atacar en grupo, conscientes de que estaba malherida. Saqué la daga que tenía clavada en el muslo de un tirón seco, gritando por un dolor que me hacía desfallecer. Cogiendo la otra daga que descansaba en el suelo, me preparé para dar muerte al máximo posible de ellos antes de que terminasen conmigo.
-Vamos pequeños, no os haré daño.- murmuré.
Sonrisa ladina se dibujó en mis labios cuando dos de ellos se adelantaron respecto al resto; bien, pensé, si se separaban tendría alguna oportunidad. Coloqué las dos dagas en mis manos, sin poder apoyar la pierna malherida, y sin más dilación lancé una de ellas hacia la garganta de uno de ellos.
Sabía que no lo mataría, pero me otorgaba el tiempo suficiente para distraer la atención suya y de su compañero. Tiempo que utilicé para de dos largas zancadas en las que mi cuerpo sucumbió al dolor producido por las heridas, y un salto clavar la daga que tenía en la mano en el corazón de aquel pobre desgraciado que miraba como su compañero trataba de quitarse el arma lanzada.
Al caer, mi pierna herida falló, quedándome de rodillas frente al inmortal que no parecía muy contento por haberle agujereado el cuello y que no dudó en tirarse sobre mí. Sentí el frío suelo en mi espalda, manteniendo a duras penas el cuerpo del vampiro que quería morderme alejado de mi cuello.
Tanteé mi cinto con rapidez, algún arma debía quedar todavía por allí, así que cuando sentí la empuñadura de otra de mis dagas sonreí satisfecha. No dudé en clavársela en su mísero corazón, quedando tendida sobre el suelo por el esfuerzo y sintiendo como la herida del vientre volvía a sangrar con ávidez.
Giré la cabeza hacia el grupo de inmortales que seguía avanzando hacia mí, esta vez sin cometer el error de separarse del grupo, y supe que apenas me quedarían minutos de vida. Lo que más me preocupaba no era morir, sabía que era una posibilidad cada noche que salía de caza, sino no cumplir la promesa que le hice a mi madre de matar al vampiro que se llevó a mi padre de nuestro lado. Rodé sobre mí misma, y no sin esfuerzo me puse en pie recuperando las dos dagas. Apenas podía mantenerme recta, pero no me iría al infierno sin llevarme a un par de esos monstruos por delante.
De pronto capté su voz lejana, acompañada de un extraño sonido que no conseguí clasificar. - ¿Me devolvéis el qué?- pregunté confusa poco antes de sentir como un objeto punzante lanzado con bastante fuerza desgarraba la carne de mi muslo a su paso. Un grito de dolor salió de mis labios cuando noté como la daga que minutos antes había sido lanzada por mí, se volvía en mi contra.
Un dolor desgarrador que me obligó a dejar caer al suelo la estaca de madera que llevaba en mi mano, dirigiendo ésta a la nueva herida. Respiré despacio, tratando de controlar mis pensamientos ahora cargados de rabia. Todavía no me había vencido, aún estaba en pie y pensaba presentar batalla hasta mi último aliento.
-Muy amable, señor, pero era un regalo para su muerto corazón.- escupí con notas de ira en mi voz mirando hacia el lugar de donde provenía el lanzamiento, mientras trataba de sacar esa daga del muslo para hacerle frente de nuevo. Lo escuché moverse, un imperceptible sonido que me indicó que estaba cambiando de posición. Era incapaz de verle, se movía entre las sombras y aquello me estaba crispando por momentos.- Al parecer soy más valiente que vos, pues yo no me escondo de mi adversario.- era consciente de que aquella frase acabaría con mi vida, que no era buena idea cabrear a un vampiro con experiencia y algo me decía que yo no sería la primera cazadora que mataba.
Extraños sonidos a mi alrededor comenzaron a tomar forma, o más bien, comenzaron a hacerse visibles. Una decena de ojos rojos se acercaban a mi posición, atraídos probablemente por la sangre que recorría mi pierna y cubría mi camisola.- Fantástico.- murmuré para mí. Solté uno de los cordones del corsé que llevaba encima de la camisola, rodeándome después el muslo con este por encima de la daga que todavía tenía clavada, y haciendo un fuerte nudo sobre él.
La otra daga que había sido lanzada en contra del inmortal me fue devuelta a continuación cayendo a mis pies, más esta vez sin intención de clavarse en mi piel. El vampiro que parecía el jefe acababa de venderme a esos seres que eran tan cobardes como para atacar en grupo, conscientes de que estaba malherida. Saqué la daga que tenía clavada en el muslo de un tirón seco, gritando por un dolor que me hacía desfallecer. Cogiendo la otra daga que descansaba en el suelo, me preparé para dar muerte al máximo posible de ellos antes de que terminasen conmigo.
-Vamos pequeños, no os haré daño.- murmuré.
Sonrisa ladina se dibujó en mis labios cuando dos de ellos se adelantaron respecto al resto; bien, pensé, si se separaban tendría alguna oportunidad. Coloqué las dos dagas en mis manos, sin poder apoyar la pierna malherida, y sin más dilación lancé una de ellas hacia la garganta de uno de ellos.
Sabía que no lo mataría, pero me otorgaba el tiempo suficiente para distraer la atención suya y de su compañero. Tiempo que utilicé para de dos largas zancadas en las que mi cuerpo sucumbió al dolor producido por las heridas, y un salto clavar la daga que tenía en la mano en el corazón de aquel pobre desgraciado que miraba como su compañero trataba de quitarse el arma lanzada.
Al caer, mi pierna herida falló, quedándome de rodillas frente al inmortal que no parecía muy contento por haberle agujereado el cuello y que no dudó en tirarse sobre mí. Sentí el frío suelo en mi espalda, manteniendo a duras penas el cuerpo del vampiro que quería morderme alejado de mi cuello.
Tanteé mi cinto con rapidez, algún arma debía quedar todavía por allí, así que cuando sentí la empuñadura de otra de mis dagas sonreí satisfecha. No dudé en clavársela en su mísero corazón, quedando tendida sobre el suelo por el esfuerzo y sintiendo como la herida del vientre volvía a sangrar con ávidez.
Giré la cabeza hacia el grupo de inmortales que seguía avanzando hacia mí, esta vez sin cometer el error de separarse del grupo, y supe que apenas me quedarían minutos de vida. Lo que más me preocupaba no era morir, sabía que era una posibilidad cada noche que salía de caza, sino no cumplir la promesa que le hice a mi madre de matar al vampiro que se llevó a mi padre de nuestro lado. Rodé sobre mí misma, y no sin esfuerzo me puse en pie recuperando las dos dagas. Apenas podía mantenerme recta, pero no me iría al infierno sin llevarme a un par de esos monstruos por delante.
Maggie Craig- Cazador Clase Media
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Re: Noche para jugar (Maggie Craig) (privado+18)
El inmortal se había mantenido de forma divertida como la joven se las ingeniaba en su estado calamitoso como lograba dar muerte alguno de sus hermanos, aunque eran muy inferiores al vampiro para que este los considerara semejantes, el no dudaría en matarlos a todos en un instante, prefirió seguir mirando como la joven ya no le daba mas podía sentir su aroma y los latidos de su cuerpo, como estaba sobre esforzada dentro de poco ella caería inconsciente así que decidió actuar, le salvaría la vida a la joven en esa noche, se había vuelto interesante la cazadora para su no vida eterna y a veces aburrida.
Con un rápido movimiento se paro detrás de los vampiros y los decapito a todos con su espada de plata, para arrancarle el corazón al que estaba a punto de atacar a la joven arrojo el corazón a un lado, sujetando a la muchacha del hombro para que no se desplomara, cuando confirmo que se había desmayado, pensaba de los mortales y su fragilidad pero eso era lo que los hacia mas divertidos, la cargo dejando parte de su equipo en el suelo, mientras se la llevo, la puso en su carruaje para escoltarla hasta una de las cabañas que el tenia para pasar la noche en caso de que el sol saliera antes de lo previsto, le dejara regresar a su guarida el castillo. Este entro a la cabaña y luego al sótano de la misma donde tenia una cama y varios objetos de tortura, se aseguro de sellar la puerta de entrada para que la joven no intentara escaparse ni nadie los molestara, dejándola sobre la cama se encargo con sus garras destruir parte de sus ropas para asegurarse de ver las heridas las cuales comenzó a tratar con algunas hierbas que tenia alli, que eran sanadoras, este sonrió levemente dejándola desnuda por completo y asegurando las armas corto punzantes y de fuego que pudiera tener lejos de su alcance para cuando comenzara a despertar, luego paso una tela por las heridas de la joven asegurando que la hierba y la sangre no se escaparan, la dejo cubierta con una leve manta que era transparente, lo hizo por maldad nada mas.
Se sento en una silla delante de ella tomando una copa de sangre, en parte extraído de ella misma la cual balanceaba entre sus dedos de forma aburrida, esperando que la mortal se despertara eso era una de las cosas que le aburría de los mortales tener que descansar, cuando comenzó a ver movimiento de parte de ella en la cama menciono tranquilamente.
-Esta despertando cazadora finalmente...
Menciono su tono de voz era burlón y provocarte hacia la cazadora que no se encontraba en su mejor estado ademas de que, las hierbas eran algo fuertes entonces la tendrían debilitada como para ponerse violenta de golpe, este dio un trago a su copa tranquilamente, bañando sus labios con el rojo carmesí que era la deliciosa sangre humana y espero poder divertirse con la reaccion de la mujer.
Con un rápido movimiento se paro detrás de los vampiros y los decapito a todos con su espada de plata, para arrancarle el corazón al que estaba a punto de atacar a la joven arrojo el corazón a un lado, sujetando a la muchacha del hombro para que no se desplomara, cuando confirmo que se había desmayado, pensaba de los mortales y su fragilidad pero eso era lo que los hacia mas divertidos, la cargo dejando parte de su equipo en el suelo, mientras se la llevo, la puso en su carruaje para escoltarla hasta una de las cabañas que el tenia para pasar la noche en caso de que el sol saliera antes de lo previsto, le dejara regresar a su guarida el castillo. Este entro a la cabaña y luego al sótano de la misma donde tenia una cama y varios objetos de tortura, se aseguro de sellar la puerta de entrada para que la joven no intentara escaparse ni nadie los molestara, dejándola sobre la cama se encargo con sus garras destruir parte de sus ropas para asegurarse de ver las heridas las cuales comenzó a tratar con algunas hierbas que tenia alli, que eran sanadoras, este sonrió levemente dejándola desnuda por completo y asegurando las armas corto punzantes y de fuego que pudiera tener lejos de su alcance para cuando comenzara a despertar, luego paso una tela por las heridas de la joven asegurando que la hierba y la sangre no se escaparan, la dejo cubierta con una leve manta que era transparente, lo hizo por maldad nada mas.
Se sento en una silla delante de ella tomando una copa de sangre, en parte extraído de ella misma la cual balanceaba entre sus dedos de forma aburrida, esperando que la mortal se despertara eso era una de las cosas que le aburría de los mortales tener que descansar, cuando comenzó a ver movimiento de parte de ella en la cama menciono tranquilamente.
-Esta despertando cazadora finalmente...
Menciono su tono de voz era burlón y provocarte hacia la cazadora que no se encontraba en su mejor estado ademas de que, las hierbas eran algo fuertes entonces la tendrían debilitada como para ponerse violenta de golpe, este dio un trago a su copa tranquilamente, bañando sus labios con el rojo carmesí que era la deliciosa sangre humana y espero poder divertirse con la reaccion de la mujer.
Kenner Clapton- Vampiro Clase Alta
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Re: Noche para jugar (Maggie Craig) (privado+18)
Sentía como mis ojos empezaban a entrecerrarse por la pérdida de sangre y el dolor que estremecía todo mi cuerpo. Apoyada en la pierna que mantenía ilesa y que usaba como mi único punto de apoyo, comenzaba a tambalearme debido a mi propia debilidad y casi podía ver el final de mi existencia pasando ante mis ojos. Mantenía la daga en alza de forma amenazante frente a uno de los inmortales que se acercaban, siendo consciente que con un simple golpe caería al suelo quedándome a su merced.
Mi momento había llegado, mis párpados pesaban cada vez más y mis rodillas flaquearon en un último intento de luchar contra ese inmortal. Un rápido movimiento a mis espaldas seguido de una extraña exhalación fue lo último que pude ver con mis propios ojos. Una mano fría se posó en mi hombro cuando la oscuridad me invadió, la mano de un inmortal que parecía estar evitando que cayese al suelo, aunque lo más seguro es que estuviese esperando a darme el mordisco final. Pero no hubo mordisco, ni más dolor, solo la oscuridad que me atrapaba entre sus redes.
Pasaron horas, en las que mi alma vagaba pérdida frente a las puertas del Tártaro. Tiempo que pasé sin poder diferenciar si las imágenes que pasaban por mi mente eran reales o fruto del estado comatoso en el que me encontraba. Sentí el contacto de unas manos frías acariciar mi cuerpo con algún tipo de ungüento a base de hierbas que congestionaba mi olfato; unas manos que parecían ocuparse de mis heridas y cuyo roce me satisfacía. Quería gritarle que aliviase mi dolor, que terminase con mi agónica vida, pero era incapaz de despertar. Superfluas imágenes en mi cabeza que iban y venían en ese estado de semiinconsciencia en el que me encontraba, donde trataba de descubrir el rostro de ese buen samaritano que se había ocupado de mí.
La oscuridad se apoderó de nuevo de mí cuando esas manos dejaron de pasar sobre mi piel. Desconozco el tiempo que pasé así, siquiera si todavía me encontraba en peligro. Lo único que deseaba era dormir y que todo terminase pronto.
Desperté aturdida entre escalofríos y un dolor punzante que atravesaba mi cuerpo. Estaba viva, de eso no había ninguna duda; aunque tal y como me sentía no sabía si sería lo mejor.
Abrí los párpados despacio, cerrándolos de nuevo tras el primer intento, moviéndome incómoda en lo que parecía ser una cama desconocida. Me sentía totalmente aturdida y con la cabeza embotada, como si estuviese sufriendo la peor de las resacas multiplicada por mil. Pero si pensaba que eso era lo peor, fue sin duda porque todavía no había intentado levantarme. Apoyé la mano sobre el colchón, haciendo un sobre esfuerzo para incorporarme ligeramente y abrir definitivamente los párpados.
Una figura cercana parecía observarme, una sombra que todavía era incapaz de enfocar, el rostro difuso de mi salvador. Fue su familiar voz lo que me hizo volver a la realidad y comenzar a atar cabos con rapidez, esas manos frías, haber salido viva del grupo de inmortales; solo él podía haber conseguido tal cosa. Eché la mano al cinto para buscar esa daga con la que esta vez atravesaría su corazón, pero para mis sorpresa la daga no era lo único que no estaba en su sitio. Miré atónita como toda mi ropa había desaparecido y en su lugar una fina manta que me cubría y dejaba poco a la imaginación.
Clavé mi mirada enfurecida en la suya, que divertido con el espectáculo esperaba con calma mi reacción. Una copa de ¿sangre? fue llevada a sus labios mientras yo buscaba con premura la almohada para tapar mi cuerpo desnudo, sintiendo como mis mejillas se ruborizaban por haber sido vista como mi madre me trajo al mundo por aquel hombre.
- Espero que no se haya atrevido a tocarme sin mi permiso, pues en ese caso le aseguro que esa copa será lo último que beba en su no- vida.- amenacé sopesando que probabilidades tendría de cumplir mi amenaza. Pocas, muy pocas. Y la pregunta que agolpaba mi mente; si estaba desnuda ¿Habríamos? Cerré los ojos un instante intentando coger aire para poder continuar. - ¿Dónde estoy? ¿Dónde están mis armas? Y ¿por qué estoy desnuda?
El rubor volvió a mis mejillas mientras pasaba la vista por aquel cuarto desconocido donde no había ventanas por las que escapar ni pedir ayuda.
Mi momento había llegado, mis párpados pesaban cada vez más y mis rodillas flaquearon en un último intento de luchar contra ese inmortal. Un rápido movimiento a mis espaldas seguido de una extraña exhalación fue lo último que pude ver con mis propios ojos. Una mano fría se posó en mi hombro cuando la oscuridad me invadió, la mano de un inmortal que parecía estar evitando que cayese al suelo, aunque lo más seguro es que estuviese esperando a darme el mordisco final. Pero no hubo mordisco, ni más dolor, solo la oscuridad que me atrapaba entre sus redes.
Pasaron horas, en las que mi alma vagaba pérdida frente a las puertas del Tártaro. Tiempo que pasé sin poder diferenciar si las imágenes que pasaban por mi mente eran reales o fruto del estado comatoso en el que me encontraba. Sentí el contacto de unas manos frías acariciar mi cuerpo con algún tipo de ungüento a base de hierbas que congestionaba mi olfato; unas manos que parecían ocuparse de mis heridas y cuyo roce me satisfacía. Quería gritarle que aliviase mi dolor, que terminase con mi agónica vida, pero era incapaz de despertar. Superfluas imágenes en mi cabeza que iban y venían en ese estado de semiinconsciencia en el que me encontraba, donde trataba de descubrir el rostro de ese buen samaritano que se había ocupado de mí.
La oscuridad se apoderó de nuevo de mí cuando esas manos dejaron de pasar sobre mi piel. Desconozco el tiempo que pasé así, siquiera si todavía me encontraba en peligro. Lo único que deseaba era dormir y que todo terminase pronto.
Desperté aturdida entre escalofríos y un dolor punzante que atravesaba mi cuerpo. Estaba viva, de eso no había ninguna duda; aunque tal y como me sentía no sabía si sería lo mejor.
Abrí los párpados despacio, cerrándolos de nuevo tras el primer intento, moviéndome incómoda en lo que parecía ser una cama desconocida. Me sentía totalmente aturdida y con la cabeza embotada, como si estuviese sufriendo la peor de las resacas multiplicada por mil. Pero si pensaba que eso era lo peor, fue sin duda porque todavía no había intentado levantarme. Apoyé la mano sobre el colchón, haciendo un sobre esfuerzo para incorporarme ligeramente y abrir definitivamente los párpados.
Una figura cercana parecía observarme, una sombra que todavía era incapaz de enfocar, el rostro difuso de mi salvador. Fue su familiar voz lo que me hizo volver a la realidad y comenzar a atar cabos con rapidez, esas manos frías, haber salido viva del grupo de inmortales; solo él podía haber conseguido tal cosa. Eché la mano al cinto para buscar esa daga con la que esta vez atravesaría su corazón, pero para mis sorpresa la daga no era lo único que no estaba en su sitio. Miré atónita como toda mi ropa había desaparecido y en su lugar una fina manta que me cubría y dejaba poco a la imaginación.
Clavé mi mirada enfurecida en la suya, que divertido con el espectáculo esperaba con calma mi reacción. Una copa de ¿sangre? fue llevada a sus labios mientras yo buscaba con premura la almohada para tapar mi cuerpo desnudo, sintiendo como mis mejillas se ruborizaban por haber sido vista como mi madre me trajo al mundo por aquel hombre.
- Espero que no se haya atrevido a tocarme sin mi permiso, pues en ese caso le aseguro que esa copa será lo último que beba en su no- vida.- amenacé sopesando que probabilidades tendría de cumplir mi amenaza. Pocas, muy pocas. Y la pregunta que agolpaba mi mente; si estaba desnuda ¿Habríamos? Cerré los ojos un instante intentando coger aire para poder continuar. - ¿Dónde estoy? ¿Dónde están mis armas? Y ¿por qué estoy desnuda?
El rubor volvió a mis mejillas mientras pasaba la vista por aquel cuarto desconocido donde no había ventanas por las que escapar ni pedir ayuda.
Maggie Craig- Cazador Clase Media
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Re: Noche para jugar (Maggie Craig) (privado+18)
Se rió levemente, el peor de sus estados y ella se preocupaba por el hecho de que si había compartido placeres carnales con ella, lo que no había ocurrido pero que las ganas no habían faltado, para el vampiro eso hubiera sido aburrido con la mortal inconsciente sin poder sentirlo o al menos gritar por auxilio mientra ocurría el acto así que no lo había hecho mas bien por orgullo que por falta de ganas, pero eso ella no precisaba saberlo, quería divertirse con sus reacciones así que asintió levemente dejando ver su colmillo izquierdo.
-te crees que me tomaría la molestia de desnudarte sin a verte tocado luego, no perdería mi tiempo si no fuera hacerlo, debo admitir que tienes un delicioso cuerpo mortal...
Dijo mientras con su poder de causar dolor a través de la mente, observo sus partes intimas y causo un leve dolor como si fuera una especie de entumisimiento en aquel punto, "restos" de un acto carnal salvaje y descuidado podría sentirse para mirar sus dedos y hacerla imaginar que era un miembro sus tres dedos y luego mirarla.
-Eran sexys tus jadeos al igual que tus mejillas sonrojadas en este momento, puedo sentir la sangre corriendo por toda tu piel, quieres escapar verdad no te tomes tantas molestias este lugar esta hecho para encerrar nuestros neofitos aquellos que recién adquieren el regalo de la inmortal y no son capaces de controlarse son salvajes, como los que casi te matan pequeña.
Menciona levantándose finalmente con la mano en el bolsillo sonriendo levemente y observando la puerta, era de metal sumamente pesada y estaba sellada de una forma que solamente en la noche se podría abrir, les quedaba un largo día ya estaba amaneciendo entonces se tendría que quedar con ella y giro la vista para mirarla hacia tiempo que no tenia una cazadora para jugar con ella.
-te crees que me tomaría la molestia de desnudarte sin a verte tocado luego, no perdería mi tiempo si no fuera hacerlo, debo admitir que tienes un delicioso cuerpo mortal...
Dijo mientras con su poder de causar dolor a través de la mente, observo sus partes intimas y causo un leve dolor como si fuera una especie de entumisimiento en aquel punto, "restos" de un acto carnal salvaje y descuidado podría sentirse para mirar sus dedos y hacerla imaginar que era un miembro sus tres dedos y luego mirarla.
-Eran sexys tus jadeos al igual que tus mejillas sonrojadas en este momento, puedo sentir la sangre corriendo por toda tu piel, quieres escapar verdad no te tomes tantas molestias este lugar esta hecho para encerrar nuestros neofitos aquellos que recién adquieren el regalo de la inmortal y no son capaces de controlarse son salvajes, como los que casi te matan pequeña.
Menciona levantándose finalmente con la mano en el bolsillo sonriendo levemente y observando la puerta, era de metal sumamente pesada y estaba sellada de una forma que solamente en la noche se podría abrir, les quedaba un largo día ya estaba amaneciendo entonces se tendría que quedar con ella y giro la vista para mirarla hacia tiempo que no tenia una cazadora para jugar con ella.
Kenner Clapton- Vampiro Clase Alta
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Re: Noche para jugar (Maggie Craig) (privado+18)
Una risa maquiavélica salió de su garganta tras mis preguntas, una risa que me hizo estremecer de pies a cabeza como si una corriente atravesase toda mi espalda dejándome paralizada. Me sentía desnuda, y no solo por el hecho de que lo estuviese literalmente, sino porque no tenía mis armas a mano para poder defenderme de aquel inmortal que parecía disfrutar de la situación.
Su mirada se dirigió hacia esa parte de mi cuerpo que esperaba que permaneciese intacta como antes de perder el conocimiento, pero mientras iba escuchando sus palabras esclarecedoras de lo sucedido durante este lapsus de tiempo, pude sentir los daños colaterales de ese acto que había sucedido sin mi permiso. El rubor subió de forma convulsa a mis mejillas, me había tocado mientras estaba inconsciente y por la sensación que tenía en la parte inferior de mi cuerpo, no sólo eran sus manos las que habían disfrutado de mi éste.
Una arcada amenazó en mi garganta cuando imaginé lo que podía haber sucedido. Abracé la almohada con fuerza, escondiendo el rostro en ésta para tratar de ocultar la vergüenza que sentía en esos momentos. No solo era el hecho de haber sido ultrajada de esa forma, sino que además había tenido que ser con ese inmortal que parecía haberlo disfrutado.
-Sois un depravado por atreveros a hacer algo así con una mujer que todavía no ha conocido varón.- gruñí levantando la vista de nuevo hacia él, clavando mis ojos en los ajenos con rabia. Tenía tanto sentimientos arremolinados en mi pecho que era incapaz de canalizarlos uno a uno. Miedo, impotencia, rabia..todos juntos y al mismo tiempo separados. - Nada más que por lo que habéis hecho merecéis morir bajo mi espada.- joder, había roto mi espada nada más empezar la lucha. Entonces recordé como la había destrozado sin esfuerzo. Mis ojos comenzaron a escudriñar cada rincón de la habitación en búsqueda de ese bastón que sabía que ocultaba una afilada arma.Si lo encontraba, todavía tendría una oportunidad de salir de allí con vida.
Parecía ser capaz de adivinar mis intenciones, pues con una calma que me crispaba los nervios, me indicó que no podría escapar de allí. Estaba encerrada con un vampiro que podría martirizarme a su antojo y no podía hacer nada para remediarlo, excepto darle muerte antes de que él hiciese lo propio conmigo. Solo tenía que pensar como conseguir un arma.
Tensé todo mi cuerpo cuando se levantó de su asiento para acercarse hacia mí. Coloqué la mano en uno de mis costados, donde una herida sin cicatrizar se resentía por los golpes recibidos aquella noche; de hecho varias partes de mi cuerpo estaban cubiertas de heridas cuidadosamente tratadas. -¿Qué pasó con los inmortales que me atacaron en el puerto?- pregunté con curiosidad sin recordar muy bien que había sucedido antes de perder el conocimiento. Seguí cada uno de sus movimientos con la mirada; si solo estábamos él y yo en esa habitación ¿quien me había curado las heridas?
Su mirada se dirigió hacia esa parte de mi cuerpo que esperaba que permaneciese intacta como antes de perder el conocimiento, pero mientras iba escuchando sus palabras esclarecedoras de lo sucedido durante este lapsus de tiempo, pude sentir los daños colaterales de ese acto que había sucedido sin mi permiso. El rubor subió de forma convulsa a mis mejillas, me había tocado mientras estaba inconsciente y por la sensación que tenía en la parte inferior de mi cuerpo, no sólo eran sus manos las que habían disfrutado de mi éste.
Una arcada amenazó en mi garganta cuando imaginé lo que podía haber sucedido. Abracé la almohada con fuerza, escondiendo el rostro en ésta para tratar de ocultar la vergüenza que sentía en esos momentos. No solo era el hecho de haber sido ultrajada de esa forma, sino que además había tenido que ser con ese inmortal que parecía haberlo disfrutado.
-Sois un depravado por atreveros a hacer algo así con una mujer que todavía no ha conocido varón.- gruñí levantando la vista de nuevo hacia él, clavando mis ojos en los ajenos con rabia. Tenía tanto sentimientos arremolinados en mi pecho que era incapaz de canalizarlos uno a uno. Miedo, impotencia, rabia..todos juntos y al mismo tiempo separados. - Nada más que por lo que habéis hecho merecéis morir bajo mi espada.- joder, había roto mi espada nada más empezar la lucha. Entonces recordé como la había destrozado sin esfuerzo. Mis ojos comenzaron a escudriñar cada rincón de la habitación en búsqueda de ese bastón que sabía que ocultaba una afilada arma.Si lo encontraba, todavía tendría una oportunidad de salir de allí con vida.
Parecía ser capaz de adivinar mis intenciones, pues con una calma que me crispaba los nervios, me indicó que no podría escapar de allí. Estaba encerrada con un vampiro que podría martirizarme a su antojo y no podía hacer nada para remediarlo, excepto darle muerte antes de que él hiciese lo propio conmigo. Solo tenía que pensar como conseguir un arma.
Tensé todo mi cuerpo cuando se levantó de su asiento para acercarse hacia mí. Coloqué la mano en uno de mis costados, donde una herida sin cicatrizar se resentía por los golpes recibidos aquella noche; de hecho varias partes de mi cuerpo estaban cubiertas de heridas cuidadosamente tratadas. -¿Qué pasó con los inmortales que me atacaron en el puerto?- pregunté con curiosidad sin recordar muy bien que había sucedido antes de perder el conocimiento. Seguí cada uno de sus movimientos con la mirada; si solo estábamos él y yo en esa habitación ¿quien me había curado las heridas?
Maggie Craig- Cazador Clase Media
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Re: Noche para jugar (Maggie Craig) (privado+18)
El vampiro no podía a verse divertido tanto en tantos años, estaba gracioso ver como la mortal se sentía tan ultrajada y ofendida por el acto que creía que se había llevado a cabo, ver como el mundo se venia a bajo de un mortal y mas aun si estos eran cazadores o cazadoras como este era el caso sus palabras fueron tan agresivas a el pero eso le causaba mas gracia que otra cosa simplemente siguió caminando hacia ella y dejo la copa sobre la mesa, observándola y mencionando mientras dejaba salir su colmillo.
-Eso explica por que fue tan difícil hacerlo estabas muy estrechas felicidades cazadora pasaste de ser niña a mujer...
En su rostro se podía ver la sastifaccion de dicha acción, de que estaba orgulloso de aquello de a verla vuelto una mujer en esa noche, aunque realmente no hubiera pasado nada ya que al vampiro no le interesaba, acostarse con un cuerpo inconsciente, pero el hecho de que los humanos le dieran tanta importancia a ese tipo de situación y al sentimiento de querer hacerlo con alguien especial y destruir todas esas posibilidades, aunque fueran mentira para el aquello le había hecho la noche, escucho como ella continuaba queriendo matarle, este camino ahora hacia ella con las manos en los bolsillos se detuvo frente a ella luego de escuchar sus palabras y menciono tranquilamente sacando su mano derecha para tomarla del mentón y rozar su garra en su labio y las otras por su cuello.
-Soy un vampiro siempre están queriendo matarme por espada dagas, estacas, armas siempre lo mismo esto no cambiara nada querida...
Fueron sus palabras mientras ladeaba su cuello y le clavaba los colmillos en el cuello sin cuidado mordiendo y alimentándose de ella mientras dejaba su cuello y hombros bañados en sangre, no fue cuidadoso a ella le dolería pero también sentiría el éxtasis de sentirse mordida por un vampiro, se alimento poco de ella pero lo suficiente para saciar su sed de dicha noche arrojándola contra la cama luego de a ver terminado, no había sido cuidadoso esa noche así que había manchado parte de su ropas también, las cuales comenzó a sacarse tranquilamente limpiando la sangre de ella de su mentón levantándose y mirándola con sus ojos destellando rojos.
-Los mate a todos cada uno de esos neofitos les arranque el corazón frió de sus cuerpos.
Menciono tranquilamente terminando de quitarse la remera y dejándolas a un lado de la cama como si nada, buscando un paño húmedo el cual tiro a la chica, la herida ya casi había desparecido pero debía limpiar su propia sangre, tomo la coma de nuevo y la probo negando levemente.
-Definitivamente la sangre de cazadora es mas deliciosa o quizás por que la saque directamente de la fuente...
-Eso explica por que fue tan difícil hacerlo estabas muy estrechas felicidades cazadora pasaste de ser niña a mujer...
En su rostro se podía ver la sastifaccion de dicha acción, de que estaba orgulloso de aquello de a verla vuelto una mujer en esa noche, aunque realmente no hubiera pasado nada ya que al vampiro no le interesaba, acostarse con un cuerpo inconsciente, pero el hecho de que los humanos le dieran tanta importancia a ese tipo de situación y al sentimiento de querer hacerlo con alguien especial y destruir todas esas posibilidades, aunque fueran mentira para el aquello le había hecho la noche, escucho como ella continuaba queriendo matarle, este camino ahora hacia ella con las manos en los bolsillos se detuvo frente a ella luego de escuchar sus palabras y menciono tranquilamente sacando su mano derecha para tomarla del mentón y rozar su garra en su labio y las otras por su cuello.
-Soy un vampiro siempre están queriendo matarme por espada dagas, estacas, armas siempre lo mismo esto no cambiara nada querida...
Fueron sus palabras mientras ladeaba su cuello y le clavaba los colmillos en el cuello sin cuidado mordiendo y alimentándose de ella mientras dejaba su cuello y hombros bañados en sangre, no fue cuidadoso a ella le dolería pero también sentiría el éxtasis de sentirse mordida por un vampiro, se alimento poco de ella pero lo suficiente para saciar su sed de dicha noche arrojándola contra la cama luego de a ver terminado, no había sido cuidadoso esa noche así que había manchado parte de su ropas también, las cuales comenzó a sacarse tranquilamente limpiando la sangre de ella de su mentón levantándose y mirándola con sus ojos destellando rojos.
-Los mate a todos cada uno de esos neofitos les arranque el corazón frió de sus cuerpos.
Menciono tranquilamente terminando de quitarse la remera y dejándolas a un lado de la cama como si nada, buscando un paño húmedo el cual tiro a la chica, la herida ya casi había desparecido pero debía limpiar su propia sangre, tomo la coma de nuevo y la probo negando levemente.
-Definitivamente la sangre de cazadora es mas deliciosa o quizás por que la saque directamente de la fuente...
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Re: Noche para jugar (Maggie Craig) (privado+18)
Sentí como involuntariamente mi respiración se tornaba entrecortada por su proximidad y mi corazón palpitaba con más fuerza, acompañando con sus latidos el hueco sonido de sus pausados pasos, que se acercaban inevitablemente hacia el lecho donde yo continuaba sentada, ocultando mi cuerpo tras una almohada.
El hecho de que además de haber mancillado mi cuerpo mientras estaba inconsciente se jactase de ello, estaba empezando a crisparme los nervios de una forma que hasta entonces desconocía.
-Estáis demostrando el tipo de monstruo que sois recreándoos con tal desagradable fechoría.- gruñí apretando los puños hasta sentir dolor, impotente por saber que poco podía hacer ya al respecto.- Para su información le diré que no me hacía falta entregarme a un hombre para convertirme en una mujer; lo soy desde el día que decidí convertirme en cazadora para matar a abominaciones de la naturaleza como vos.
Mi mandíbula se tensó cuando se detuvo frente a mí, sintiendo como cada una de mis terminaciones nerviosas se estremecieron cuando su mano se posó en mi mejilla, mientras su dedo delineaba el contorno de mi boca. Un jadeo salió de ésta al notar el frío contacto de su piel acariciando mis cálidos labios, que se entreabrían ligeramente . Sabía que estaba a su merced, que poco o nada podría hacer más que pedir que mi muerte fuese rápida y lo menos dolorosa posible.
-Es distinto inmortal, porque hasta ahora no había sido yo quien había intentado daros caza. Os puedo asegurar que mi cara será lo último que veréis en vuestra no-vida.- siseé con la mandíbula apretada, conocedora que mis amenazas morirían conmigo aquella noche.
Con un rápido movimiento ante el que no pude reaccionar, el inmortal clavó sus colmillos en mi cuello, succionando con fuerza mientras yo me sentía incapaz de luchar. Jadeé por esa mezcla entre rabia y frenesí que se apoderaba de mi cuerpo. Una sensación de excitación que rallaba lo mundano me atraía hacia él, a dejarme llevar por ese ser de las tinieblas al que odiaba con todas mis fuerzas, a sabiendas que mi vida se esfumaba con cada gota de sangre que sus labios succionaban. Podía notar el calor de ese líquido carmesí que me dotaba de vida resbalarse por mi cuerpo, como mi vida quedaba derramada alrededor.
Cerré los párpados con lentitud cuando sentí como un ligero letargo se adueñaba de mi alma, y fue entonces cuando el vampiro me dejó caer sobre la cama si cuidado ninguno. Olvidándose de mi cuerpo como si de un recipiente inservible se tratase. Llevé la mano hasta mi cuello dolorido, moviéndome a duras penas en ese lecho que se había convertido en mi final. Negué con la cabeza cuando lo escuché explicar como había acabado con sus iguales, pero ¿para que esforzarse en matar a otros vampiros, si mi final iba a ser el mismo? Solo la mente enferma de un inmortal razonaría de esa manera.
Pasados unos segundos sentí como se alejaba y me decidí a abrir los ojos despacio, tratando de incorporarme de nuevo cuando observé como se giraba de espaldas a mí para quitarse la camisa y el cinturón que dejó sobre una silla cercana. ¿Qué intención tendría ahora desnudándose? No lo sabía, pero tampoco iba a esperar a que me lo demostrase; y mientras bebía de su copa, mofándose de lo deliciosa que estaba mi sangre, me puse en pie acercándome con sigilo hasta la silla.
Mis piernas apenas me mantenían en pie, temblorosas por la gran pérdida de sangre que debería mantenerme inconsciente en la cama; pero aquella sería mi única posibilidad de salir con vida de ese infierno y tenía que aprovecharla como fuese. Cogí el cinturón que descansaba sobre el respaldo de la silla, y desnuda como iba, recorrí la distancia que nos separaba.
Probablemente fue mi cercanía lo que lo alertó, pues con rapidez pude ver sus ojos rojos clavados en los míos, extrañados de verme allí. De un salto me subí en su cintura, enrollando en cinturón alrededor de su cuello con la intención de estrangularlo.
-Mírame bien, inmortal. Quiero que lleves mi sonrisa de satisfacción grabada a fuego mientras mueres- susurré frente a sus labios, cogiendo con cada mano un extremo del cinturón después de haberlo enrollado.
Tiré cada extremo hacia lados opuestos con todas mis fuerzas, sintiendo como mis propias heridas se abrían por el esfuerzo. Aquella era mi única oportunidad.
El hecho de que además de haber mancillado mi cuerpo mientras estaba inconsciente se jactase de ello, estaba empezando a crisparme los nervios de una forma que hasta entonces desconocía.
-Estáis demostrando el tipo de monstruo que sois recreándoos con tal desagradable fechoría.- gruñí apretando los puños hasta sentir dolor, impotente por saber que poco podía hacer ya al respecto.- Para su información le diré que no me hacía falta entregarme a un hombre para convertirme en una mujer; lo soy desde el día que decidí convertirme en cazadora para matar a abominaciones de la naturaleza como vos.
Mi mandíbula se tensó cuando se detuvo frente a mí, sintiendo como cada una de mis terminaciones nerviosas se estremecieron cuando su mano se posó en mi mejilla, mientras su dedo delineaba el contorno de mi boca. Un jadeo salió de ésta al notar el frío contacto de su piel acariciando mis cálidos labios, que se entreabrían ligeramente . Sabía que estaba a su merced, que poco o nada podría hacer más que pedir que mi muerte fuese rápida y lo menos dolorosa posible.
-Es distinto inmortal, porque hasta ahora no había sido yo quien había intentado daros caza. Os puedo asegurar que mi cara será lo último que veréis en vuestra no-vida.- siseé con la mandíbula apretada, conocedora que mis amenazas morirían conmigo aquella noche.
Con un rápido movimiento ante el que no pude reaccionar, el inmortal clavó sus colmillos en mi cuello, succionando con fuerza mientras yo me sentía incapaz de luchar. Jadeé por esa mezcla entre rabia y frenesí que se apoderaba de mi cuerpo. Una sensación de excitación que rallaba lo mundano me atraía hacia él, a dejarme llevar por ese ser de las tinieblas al que odiaba con todas mis fuerzas, a sabiendas que mi vida se esfumaba con cada gota de sangre que sus labios succionaban. Podía notar el calor de ese líquido carmesí que me dotaba de vida resbalarse por mi cuerpo, como mi vida quedaba derramada alrededor.
Cerré los párpados con lentitud cuando sentí como un ligero letargo se adueñaba de mi alma, y fue entonces cuando el vampiro me dejó caer sobre la cama si cuidado ninguno. Olvidándose de mi cuerpo como si de un recipiente inservible se tratase. Llevé la mano hasta mi cuello dolorido, moviéndome a duras penas en ese lecho que se había convertido en mi final. Negué con la cabeza cuando lo escuché explicar como había acabado con sus iguales, pero ¿para que esforzarse en matar a otros vampiros, si mi final iba a ser el mismo? Solo la mente enferma de un inmortal razonaría de esa manera.
Pasados unos segundos sentí como se alejaba y me decidí a abrir los ojos despacio, tratando de incorporarme de nuevo cuando observé como se giraba de espaldas a mí para quitarse la camisa y el cinturón que dejó sobre una silla cercana. ¿Qué intención tendría ahora desnudándose? No lo sabía, pero tampoco iba a esperar a que me lo demostrase; y mientras bebía de su copa, mofándose de lo deliciosa que estaba mi sangre, me puse en pie acercándome con sigilo hasta la silla.
Mis piernas apenas me mantenían en pie, temblorosas por la gran pérdida de sangre que debería mantenerme inconsciente en la cama; pero aquella sería mi única posibilidad de salir con vida de ese infierno y tenía que aprovecharla como fuese. Cogí el cinturón que descansaba sobre el respaldo de la silla, y desnuda como iba, recorrí la distancia que nos separaba.
Probablemente fue mi cercanía lo que lo alertó, pues con rapidez pude ver sus ojos rojos clavados en los míos, extrañados de verme allí. De un salto me subí en su cintura, enrollando en cinturón alrededor de su cuello con la intención de estrangularlo.
-Mírame bien, inmortal. Quiero que lleves mi sonrisa de satisfacción grabada a fuego mientras mueres- susurré frente a sus labios, cogiendo con cada mano un extremo del cinturón después de haberlo enrollado.
Tiré cada extremo hacia lados opuestos con todas mis fuerzas, sintiendo como mis propias heridas se abrían por el esfuerzo. Aquella era mi única oportunidad.
Última edición por Maggie Craig el Miér Feb 08, 2017 4:05 pm, editado 1 vez
Maggie Craig- Cazador Clase Media
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Re: Noche para jugar (Maggie Craig) (privado+18)
El vampiro había visto las intenciones de la cazadora desde el principio, estaba acostumbrado a que siempre intentaran recuperar el control de la situación, mas aun cuando el se había hecho cargo de prácticamente traumatizar la con las falsas revelaciones que le había dado, así que le dejo jugar, estaba aburrido y debía esperar un rato para poder volver a salir a en la seguridad de la noche, cuando vio que se le colgaba saltando como si de una amante ferviente se tratara, este no pudo resistirse a un cuerpo tan divino y ademas de a verla traumatizado cuando siente aquel cinto que era el propio en su garganta intentando que ahogarlo, se preguntaba si la cazadora no sabia que al estar muertos no necesitaban del aire que los humanos si precisaban decidió, darle una lección de su propia impulsividad, cuando escucho lo que ella le menciona sobre querer que el viera su rostro antes de morir, este comenzó a hacer caretas como si se estuviera ahogando que le costaba respirar, le salia a la perfección para que ella tirara mas fuerte, después de todo llevaba mas de tres mil años vivo el actuar era una de sus habilidades mas talentosas, como casi cualquier vampiro que le gustaba la manipulación pero lo que ella no veía era que el se quitaba el pantalón, el sexo de ella había quedado de cierta forma expuesto al estar colgada de el, este al ver que tuvo la oportunidad.
Hizo como si se le escapaba el oxigeno, tomándola de la cadera, como si deseara sacársela de arriba alejarla, coloco también una mirara de horror, dando a entender que no se esperaba aquello le había tomado por sorpresa su mano comenzaba a debilitarse hasta que estuvo todo listo tomándola de la cadera la jalo hacia abajo insertando su miembro en el sexo de la joven comenzando a penetrarla sin dudarlo un instante, su rostro cambio a una mirada de placer con superioridad, quería saber si ella seria capaz de mantener la fuerza de estrangularlo mientras el estaba penetrándola sin parar en ese misma pose, camino con ella hasta la mitad de la sala, para que no tuviera otro agarre que el mismo que ella estaba generando en su cuello, para seguir embistiendo una y otra vez su sexo, invadiendo con fuerza su interior, el cual esperaba se fuera acostumbrando a su miembro en algunos minutos.
-cuidado cazadora podrás matarme ahora??
Hizo como si se le escapaba el oxigeno, tomándola de la cadera, como si deseara sacársela de arriba alejarla, coloco también una mirara de horror, dando a entender que no se esperaba aquello le había tomado por sorpresa su mano comenzaba a debilitarse hasta que estuvo todo listo tomándola de la cadera la jalo hacia abajo insertando su miembro en el sexo de la joven comenzando a penetrarla sin dudarlo un instante, su rostro cambio a una mirada de placer con superioridad, quería saber si ella seria capaz de mantener la fuerza de estrangularlo mientras el estaba penetrándola sin parar en ese misma pose, camino con ella hasta la mitad de la sala, para que no tuviera otro agarre que el mismo que ella estaba generando en su cuello, para seguir embistiendo una y otra vez su sexo, invadiendo con fuerza su interior, el cual esperaba se fuera acostumbrando a su miembro en algunos minutos.
-cuidado cazadora podrás matarme ahora??
Kenner Clapton- Vampiro Clase Alta
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Re: Noche para jugar (Maggie Craig) (privado+18)
La tentativa de estrangularlo que había tomado como única opción para acabar con la vida del inmortal y poder escapar de allí con vida, comenzaba a dar sus frutos. Entre gestos de agonía y sorpresa por mi impetuosidad, el vampiro parecía estar sucumbiendo a la presión que ejercía el cinturón sobre su garganta. Solo unos segundos más aguantando en esa posición y cumpliría mi amenaza; segundos que se me estaban haciendo eternos debido a la debilidad de todo mi cuerpo que no tardaría en sucumbir a la falta de sangre.
Saqué más fuerzas de donde no las tenía, haciendo un esfuerzo sobrehumano para elevarme un poco más al hincar las rodillas en su cintura y poder tirar así unos milímetros más de cada extremo. Arqueé levemente la espalda para soportar esa última recta final en la que parecía que se encontraba su no-vida, cuando una punzada me atravesó la espalda. Una de las heridas del costado se había abierto por completo, pudiendo sentir como la sangre resbalaba por mi piel. Pero el dolor poco importaba cuando el vampiro dando su última espiración cogió mi cadera en un vano intento por zafarse de mi agarre. Sonreí ilusionada al presentir el final tan cerca, cuando con un movimiento tosco el inmortal me sujetó con fuerza tirando hacia abajo de mí.
Un grito de dolor que salió con rabia de lo más profundo de mi ser retumbó por las cuatro paredes de ese sótano que se había convertido en mi infierno, cuando sentí como su miembro desgarraba a su paso mi interior. Cesé en mi empeño de estrangularlo al darme cuenta de que todo había sido una trampa en la que yo había caído como una principiante. Mis manos soltaron el cinturón que ya de poco servía y se posaron en sus hombros, apretando éstos con fuerza para tratar de controlar la impotencia que sentía por no poder reaccionar ante tal vejación. Para hacerle sentir cuando mis uñas se clavaban en su piel, el odio que le profesaba. Me quedé totalmente inmóvil, tensándome en cada embestida que el inmortal parecía disfrutar con saña. Las ganas de vomitar aparecían cada vez que notaba como su sexo mancillaba el mío, pero me había rendido. Desde el principio de ese acto que no era otra que una violación, dejé de luchar por mi vida. Solo me quedaba el deseo de morir cuanto más rápido mejor.
-Te juro que te mataré aunque tenga que arrancarte el corazón con mis propias manos.- susurré con rabia frente a sus labios mientras las lágrimas por estar soportando ese dolor recorrían mis mejillas. Apreté la mandíbula hasta que mis oídos crujieron. No le iba a dar la alegría de suplicar por mi vida, ni siquiera porque parase aquel humillante juego en que me había incluido sin mi permiso.
La ansiedad que sentía era tal que la presión que sentía en mi pecho me impedía respirar, y con un gemido propio de un animal que está agonizando en sus últimos minutos de vida, apoyé mi frente en su cuello, incapaz de seguir luchando.
Saqué más fuerzas de donde no las tenía, haciendo un esfuerzo sobrehumano para elevarme un poco más al hincar las rodillas en su cintura y poder tirar así unos milímetros más de cada extremo. Arqueé levemente la espalda para soportar esa última recta final en la que parecía que se encontraba su no-vida, cuando una punzada me atravesó la espalda. Una de las heridas del costado se había abierto por completo, pudiendo sentir como la sangre resbalaba por mi piel. Pero el dolor poco importaba cuando el vampiro dando su última espiración cogió mi cadera en un vano intento por zafarse de mi agarre. Sonreí ilusionada al presentir el final tan cerca, cuando con un movimiento tosco el inmortal me sujetó con fuerza tirando hacia abajo de mí.
Un grito de dolor que salió con rabia de lo más profundo de mi ser retumbó por las cuatro paredes de ese sótano que se había convertido en mi infierno, cuando sentí como su miembro desgarraba a su paso mi interior. Cesé en mi empeño de estrangularlo al darme cuenta de que todo había sido una trampa en la que yo había caído como una principiante. Mis manos soltaron el cinturón que ya de poco servía y se posaron en sus hombros, apretando éstos con fuerza para tratar de controlar la impotencia que sentía por no poder reaccionar ante tal vejación. Para hacerle sentir cuando mis uñas se clavaban en su piel, el odio que le profesaba. Me quedé totalmente inmóvil, tensándome en cada embestida que el inmortal parecía disfrutar con saña. Las ganas de vomitar aparecían cada vez que notaba como su sexo mancillaba el mío, pero me había rendido. Desde el principio de ese acto que no era otra que una violación, dejé de luchar por mi vida. Solo me quedaba el deseo de morir cuanto más rápido mejor.
-Te juro que te mataré aunque tenga que arrancarte el corazón con mis propias manos.- susurré con rabia frente a sus labios mientras las lágrimas por estar soportando ese dolor recorrían mis mejillas. Apreté la mandíbula hasta que mis oídos crujieron. No le iba a dar la alegría de suplicar por mi vida, ni siquiera porque parase aquel humillante juego en que me había incluido sin mi permiso.
La ansiedad que sentía era tal que la presión que sentía en mi pecho me impedía respirar, y con un gemido propio de un animal que está agonizando en sus últimos minutos de vida, apoyé mi frente en su cuello, incapaz de seguir luchando.
Maggie Craig- Cazador Clase Media
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Re: Noche para jugar (Maggie Craig) (privado+18)
Luego de estar un minuto moviendo sus caderas contra el sexo de ella sonrió triunfante al ver que la joven dejaba caer su cuerpo y ya no imponía resistencia en sus poses, para luego susurrar a su oído al sentir que ella estaba rendida y su respiración caliente en su cuello, menciono tranquilamente.
-Tanto que te había gustado en la noche cazadora...
Menciono para dejar caer su cuerpo sobre la cama, sacando su miembro del interior de ella y viendo su cuerpo derrotado, bastante en desnudo, este no podía mas que gozarse por lo que la joven hacia se sentó a su lado, sabiendo que ella era capaz de atacarlo o incluso intentar salir corriendo, quería saber que tipo de humana era ella, si de la valiente o de la que era realidad las cobardes o quizás ya nada le importaba y decidió quedarse allí quieta.
-Querida Cazadora, tan caliente y agradable lo disfrutamos mucho querida
Comenzó con sus garras a acariciar el hombro de ella y luego su espalda, como si buscara desgarrar esta parte del cuerpo, pero sin llegar hacerlo, simplemente sintiendo la fragilidad del cuerpo humano, sintiendo como no era mas que carne y sangre, pero que le agradaba su compaña. tomo su rostro y la forzó a mirarlo mostrando sus colmillos y destellos rojos.
-Estad tranquila no tengo interés de cegar vuestra vida, siempre y cuando no me deis motivos para hacerlo verdad.
Hablo mientras bajaba sus caricias hacia la cintura de ella, eran mas bien cuchillos punzantes en su piel donde le hiciera un poco mas de fuerza la podía abrir en canal y de seguro se pensaba que ella sentía algo parecido a dolor y placer sobre su piel, pero sin llegar a lastimaría en ese momento al menos llego hasta su intimidad comenzando a acariciarla suavemente, le agradaba sentir el calor de la joven.
-Tanto que te había gustado en la noche cazadora...
Menciono para dejar caer su cuerpo sobre la cama, sacando su miembro del interior de ella y viendo su cuerpo derrotado, bastante en desnudo, este no podía mas que gozarse por lo que la joven hacia se sentó a su lado, sabiendo que ella era capaz de atacarlo o incluso intentar salir corriendo, quería saber que tipo de humana era ella, si de la valiente o de la que era realidad las cobardes o quizás ya nada le importaba y decidió quedarse allí quieta.
-Querida Cazadora, tan caliente y agradable lo disfrutamos mucho querida
Comenzó con sus garras a acariciar el hombro de ella y luego su espalda, como si buscara desgarrar esta parte del cuerpo, pero sin llegar hacerlo, simplemente sintiendo la fragilidad del cuerpo humano, sintiendo como no era mas que carne y sangre, pero que le agradaba su compaña. tomo su rostro y la forzó a mirarlo mostrando sus colmillos y destellos rojos.
-Estad tranquila no tengo interés de cegar vuestra vida, siempre y cuando no me deis motivos para hacerlo verdad.
Hablo mientras bajaba sus caricias hacia la cintura de ella, eran mas bien cuchillos punzantes en su piel donde le hiciera un poco mas de fuerza la podía abrir en canal y de seguro se pensaba que ella sentía algo parecido a dolor y placer sobre su piel, pero sin llegar a lastimaría en ese momento al menos llego hasta su intimidad comenzando a acariciarla suavemente, le agradaba sentir el calor de la joven.
Kenner Clapton- Vampiro Clase Alta
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Re: Noche para jugar (Maggie Craig) (privado+18)
Cuando ya lo único que deseaba era la muerte, cuando solo clamaba porque ese inmortal clavase sus colmillos en mi cuello y bebiese de mí hasta la última gota de sangre para poder descansar en paz, éste decidió como el monstruo que era, alargar un poco más mi agonía y sufrimiento. Empezaba a comprender que me había convertido en su juguete para ese día en el que los rayos del sol lo mantenían confinado en aquella habitación que se convertiría minuto a minuto en mi cuarto de los horrores.
-No pongáis en mis labios palabras que dudo que saliesen de éstos. Aquí el único que disfrutasteis fuisteis vos, pues dudo que hacer algo con semejante aberración pueda proporcionarme placer alguno.- pronuncié lentamente con palabras cargadas de rabia y odio hacia el inmortal; quería que me comprendiese bien, que supiese que jamás disfrutaría con él nada que no fuese el clavarle una estaca en su podrido corazón.
Me dejé caer en la cama cuando esté me depositó en ella al tiempo que salía de mí. No pude evitar colocarme de lado y encogerme levemente por todo el dolor que sentía en mi interior. Lágrimas de frustración e impotencia se agolpaban en mis ojos, pero me negaba a que me viese llorar. No pensaba mostrar esa debilidad ante él, pues sabía que sería una forma más en la que disfrutaría con creces de su poder sobre mí.
Me tensé de inmediato en cuanto sus frías y repulsivas manos se posaron sobre mi hombro. El descanso con el pensaba recuperar esas ganas de luchar que tenía no había sido ni digno, pues antes siquiera de que pudiese calmar un poco el dolor y mi cuerpo fuese recuperando fuerzas, sus asquerosas caricias continuaron por mi espalda.
Un ligero jadeo salió de mis labios, inconsciente de la situación en la que me encontraba. Mi cuerpo reaccionaba a algo que jamás había sentido, al contacto de las caricias de un hombre que supiese llevarlo al clímax más asombroso. Pero no era un hombre, era un abominación de la naturaleza; lo malo era que solo mi mente era conocedora de este hecho.
-Por mí no debéis demoraros en darme un fin, prefiero la muerte que pasar un segundo más con vida a vuestro lado.- murmuré entre jadeos, ladeándome ligeramente hacia un lado, y quedándome prácticamente boca arriba.
Sus caricias continuaron hacia la parte inferior de mi cuerpo, que de forma traicionera respondía más a sus caricias que a las órdenes que le infundía mi mente. Podía sentir el tacto de sus garras de una forma extraña, una mezcla entre placer y dolor que jamás pensé que existiría. Era consciente de que me quedaba poco tiempo, así que comencé a pensar en un plan alternativo a dejarme violar de nuevo. Y fue cuando eché la cabeza hacia atrás entre gemidos, al llegar su mano a mi sexo, cuando encontré cual sería mi siguiente opción.
Allí estaba la copa manchada de sangre en la que minutos antes había estado bebiendo el vampiro, a solo unos metros de la cama.No conseguiría alcanzarla estirando el brazo, pero tal vez si era lo bastante rápida pudiese llegar a ella antes de que el vampiro me sometiese de nuevo. Dudé durante unos segundos, pero el tiempo se agotaba y podría ser mi única salvación, así que con una ágil voltereta hacia atrás me situé junto a la mesa.
Cogí la copa mientras mi mirada se clavaba en la suya todavía enrojecida; por si le quedaba alguna duda de que mi amenaza de que lucharía hasta el final iba en serio, se lo iba a demostrar con creces. Rompí el cáliz de la copa contra el borde la mesa, quedándome solo con el tronco de ésta y el pie. Una estaca improvisada que esperaba que al menos me diese la oportunidad de demostrarle como era mi forma de divertirme.
-¿Quiere que empecemos ya con los motivos para que intentéis cegar mi vida, o primero le muestro la forma en que acostumbro disfrutar?- sonreí ladina empuñando mi arma, mientras sentía como las rodillas me temblaban por el dolor y un río de sangre bajaba por entre mis piernas.
-No pongáis en mis labios palabras que dudo que saliesen de éstos. Aquí el único que disfrutasteis fuisteis vos, pues dudo que hacer algo con semejante aberración pueda proporcionarme placer alguno.- pronuncié lentamente con palabras cargadas de rabia y odio hacia el inmortal; quería que me comprendiese bien, que supiese que jamás disfrutaría con él nada que no fuese el clavarle una estaca en su podrido corazón.
Me dejé caer en la cama cuando esté me depositó en ella al tiempo que salía de mí. No pude evitar colocarme de lado y encogerme levemente por todo el dolor que sentía en mi interior. Lágrimas de frustración e impotencia se agolpaban en mis ojos, pero me negaba a que me viese llorar. No pensaba mostrar esa debilidad ante él, pues sabía que sería una forma más en la que disfrutaría con creces de su poder sobre mí.
Me tensé de inmediato en cuanto sus frías y repulsivas manos se posaron sobre mi hombro. El descanso con el pensaba recuperar esas ganas de luchar que tenía no había sido ni digno, pues antes siquiera de que pudiese calmar un poco el dolor y mi cuerpo fuese recuperando fuerzas, sus asquerosas caricias continuaron por mi espalda.
Un ligero jadeo salió de mis labios, inconsciente de la situación en la que me encontraba. Mi cuerpo reaccionaba a algo que jamás había sentido, al contacto de las caricias de un hombre que supiese llevarlo al clímax más asombroso. Pero no era un hombre, era un abominación de la naturaleza; lo malo era que solo mi mente era conocedora de este hecho.
-Por mí no debéis demoraros en darme un fin, prefiero la muerte que pasar un segundo más con vida a vuestro lado.- murmuré entre jadeos, ladeándome ligeramente hacia un lado, y quedándome prácticamente boca arriba.
Sus caricias continuaron hacia la parte inferior de mi cuerpo, que de forma traicionera respondía más a sus caricias que a las órdenes que le infundía mi mente. Podía sentir el tacto de sus garras de una forma extraña, una mezcla entre placer y dolor que jamás pensé que existiría. Era consciente de que me quedaba poco tiempo, así que comencé a pensar en un plan alternativo a dejarme violar de nuevo. Y fue cuando eché la cabeza hacia atrás entre gemidos, al llegar su mano a mi sexo, cuando encontré cual sería mi siguiente opción.
Allí estaba la copa manchada de sangre en la que minutos antes había estado bebiendo el vampiro, a solo unos metros de la cama.No conseguiría alcanzarla estirando el brazo, pero tal vez si era lo bastante rápida pudiese llegar a ella antes de que el vampiro me sometiese de nuevo. Dudé durante unos segundos, pero el tiempo se agotaba y podría ser mi única salvación, así que con una ágil voltereta hacia atrás me situé junto a la mesa.
Cogí la copa mientras mi mirada se clavaba en la suya todavía enrojecida; por si le quedaba alguna duda de que mi amenaza de que lucharía hasta el final iba en serio, se lo iba a demostrar con creces. Rompí el cáliz de la copa contra el borde la mesa, quedándome solo con el tronco de ésta y el pie. Una estaca improvisada que esperaba que al menos me diese la oportunidad de demostrarle como era mi forma de divertirme.
-¿Quiere que empecemos ya con los motivos para que intentéis cegar mi vida, o primero le muestro la forma en que acostumbro disfrutar?- sonreí ladina empuñando mi arma, mientras sentía como las rodillas me temblaban por el dolor y un río de sangre bajaba por entre mis piernas.
Maggie Craig- Cazador Clase Media
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Re: Noche para jugar (Maggie Craig) (privado+18)
El vampiro comenzó a reírse de forma constante incluso, de forma bastante macabras al ver como la joven estaba comportándose, intentando aun tratar de luchar por su vida, el había apoderadose de todo lo que para esa humana era lo mas precioso, pero ese hecho de que ella siguiera deseando vivir y queriendo luchar por su vida había despertado una cierta curiosidad en el vampiro inmortal, muchas mujeres habían pasado por eso y varias habían terminado incluso quitándose la vida ellas mismas para que el no pudiera seguir jugando con ellas, aunque transformarlas era divertido y luego hacerlas polvo finalmente, cuando se aburría, otras terminaban contra un rincón destruidas con sus mentes perdidas sin sentidos para seguir existiendo, pero esta mujer el se dio cuenta que era una guerrera, era una cazadora que estaba dispuesta a seguir adelante incluso intentar matar a su opresor y elevando la ceja le miro desafiante.
-Usareis esa estaca de vidrio para intentar matarme o buscareis huir sabéis que si me lastimáis con eso deberé beber vuestra sangre para curarme, no es que lo precise pero me agrada vuestro sabor huele bastante bien.
Dijo sonriendo mientras aspiraba el aire, un aire que el no precisaba ya que al estar no-muerto sus pulmones no funcionaban no siendo necesario hacerlo pero se reía levemente haciéndolo levemente y luego se movió rápidamente para quitarle aquella daga y luego le juega con la muñeca para hacerla que se arrodille frente a el, para tomar aquella estaca de vidrio y se la clavo en el corazón sonriendo levemente para luego arrancarlo como si nunca hubiera nada la sangre de el salpico levemente sobre ella y le miro con una sonrisa triunfante
-Sois guerra cazadora, me agradáis no habéis desistido de vuestro intento de matarme, pero os aseguro que aquí no hay nada que pueda acabar con mi inmortal existencia así que entregaros a mi y podréis vivir mas tiempo de lo que pensáis, me agrada la idea de teneros para mi.
Dice sabiendo la respuesta de la joven, quizás colaborara con el para escapar, aunque estaba mas seguro que ella se negaría, le soltó liberando como un acto de buena fe de bondad levemente, aunque estuviera encubierta con una actitud provocativa esperando su nuevo movimiento.
-Usareis esa estaca de vidrio para intentar matarme o buscareis huir sabéis que si me lastimáis con eso deberé beber vuestra sangre para curarme, no es que lo precise pero me agrada vuestro sabor huele bastante bien.
Dijo sonriendo mientras aspiraba el aire, un aire que el no precisaba ya que al estar no-muerto sus pulmones no funcionaban no siendo necesario hacerlo pero se reía levemente haciéndolo levemente y luego se movió rápidamente para quitarle aquella daga y luego le juega con la muñeca para hacerla que se arrodille frente a el, para tomar aquella estaca de vidrio y se la clavo en el corazón sonriendo levemente para luego arrancarlo como si nunca hubiera nada la sangre de el salpico levemente sobre ella y le miro con una sonrisa triunfante
-Sois guerra cazadora, me agradáis no habéis desistido de vuestro intento de matarme, pero os aseguro que aquí no hay nada que pueda acabar con mi inmortal existencia así que entregaros a mi y podréis vivir mas tiempo de lo que pensáis, me agrada la idea de teneros para mi.
Dice sabiendo la respuesta de la joven, quizás colaborara con el para escapar, aunque estaba mas seguro que ella se negaría, le soltó liberando como un acto de buena fe de bondad levemente, aunque estuviera encubierta con una actitud provocativa esperando su nuevo movimiento.
Kenner Clapton- Vampiro Clase Alta
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Re: Noche para jugar (Maggie Craig) (privado+18)
Negué con la cabeza desconcertada por sus palabras, incrédula ante éstas y por el comportamiento de ese vampiro que se creía invencible solo por tenerme en esos momentos a su merced. Torres más grandes habían caído frente a mis estacas, o tal vez no, pero si algo tenía claro es que no pensaba dejarme intimidar por un chupasangre del tres al cuarto. Cierto que jamás ninguno antes había llegado tan lejos conmigo, como mucho habían conseguido morderme antes de que alguno de mis compañeros e incluso yo misma acabasen con sus vidas. En este caso, solo cambiaban algunas variables, pensé. El hecho de estar sola y sin armas me dejaban en una situación bastante precaria, pero no imposible.
-Soy consciente de que la cámara está sellada de alguna forma que no logro comprender; cualquiera con media neurona podría darse cuenta de que no hay corriente de aire alguna y eso solo puede significar que no hay ranura que dé al exterior. ¿Para qué malgastar mis energías intentando huir, si puedo usarlas para darle caza y acabar con su existencia?- expliqué con desdén ante su observación de que mi intención era escapar. Huiría, eso lo tenía claro, pero para ello tenía que matarlo primero, ejecución que se me estaba resistiendo sobre manera.
Chasqueé la lengua inconscientemente, frustrada porque mi mente no estuviese colaborando mucho conmigo en un momento en que necesitaba más planes de ataque.- Puede que esta estaca no le mate, pero seguro que cosquillas no le hace. Ojo por ojo, corazón. Vos me hacéis daño, yo se lo devuelvo.- fruncí el ceño del todo desconcertada, esbozando una picara sonrisa ante sus siguientes palabras. Sabía que no debía, que tratar de molestar a un vampiro psicópata con mis “adorables” contestaciones no me iba a ayudar a escapar de allí, pero el sarcasmo era parte de mi personalidad, y mis palabras cargadas de veneno también.
- ¿Me estáis pidiendo permiso para alimentaros de mí? Que caballero sois cuando os lo proponéis. Seguro que podríamos habernos entendido si hubieseis empezado pidiéndome las cosas por favor.- una sonrisa cargada de ironía comenzó a dibujarse en mi rostro, pero antes de que pudiese disfrutar de ese momento idílico, se colocó frente a mí.
Tensé el gesto cuando sujetándome la muñeca, consiguió obligarme a arrodillarme frente a él. Lo miré con odio, apretando los dientes de pura indignación al imaginar cual podía ser su siguiente vejación, pero entonces me vi sorprendida cuando sujetando la daga de cristal, se la incrustó en el corazón ante mi atónita mirada. Casi pude palpar la felicidad con ambas manos al pensar que se estaba autodestruyendo, hasta juraría que jadeé cuando su sangre salpicó mi rostro. Pero igual que comenzó ese sentimiento de alegría se esfumó cuando sacando la estaca, la herida se cerró como si nada.
Perpleja parpadeé un par de veces observando con atención esa herida inexistente, moviendo ahora mi muñeca liberada para comprobar que el vidrio estaba manchado de sangre. Pero si la actuación no había sido lo suficiente extraña, las palabras que el vampiro dijo a continuación me dejaron todavía más desconcertada.- ¿Y por qué iba a querer yo entregarme a vos para vivir más tiempo si cada segundo que paso a su lado es peor que cualquiera de los castigos que se reciben en el infierno?- me puse en pie a duras penas, furiosa porque se le pasase si quiera por la cabeza la idea de hacerme algo “suyo”.- Si podéis vivir, podéis morir. Y aunque la vida se me vaya en ello averiguaré la forma de acabar con vuestra existencia.
Anduve varios pasos hacia atrás, hasta que tropecé con la silla donde había colocado su camisa. Apoye la mano sobre el respaldo de ésta, buscando un sustento mientras recuperaba la respiración. Me quedaba sin tiempo y sin fuerzas, de modo que terminar con el vampiro cuanto antes era primordial. Entonces me di cuenta de algo de lo que no me había percatado hasta ahora; puede que la estaca de cristal fuese inútil, pero no por ende lo debía ser una estaca de madera. ¿Y de qué estaban hechas las sillas? Sonreí triunfal cogiendo la silla por su respaldo, lanzándola contra la pared.- Espero que no fuese una pieza de coleccionista.- susurré mirando al inmortal de forma osada. Ahí estaba mi última oportunidad.
Corrí hacia los trozos que se desprendieron de ésta, tomando uno de los más largos que segundos antes había sido parte de una de las patas de la misma. Cogí un extremo con cada mano y elevando la rodilla, golpeé la madera con fuerza contra ésta, con la intención de conseguir una estaca afilada. Lo había visto hacer a otros cazadores con ramas y palos, y siempre había funcionado. Un crujido resonó por las cuatro paredes de la habitación, seguido de un grito desgarrador producido por mi garganta. Caí al suelo de rodillas, consciente de que yo misma había cavado mi propia tumba al romperme el fémur.- Si me disculpa un momento, estaré con vos en seguida.- murmuré sintiendo como las lágrimas se agolpaban en mis ojos, temblando por un dolor que amenazaba con dejarme inconsciente en cuestión de minutos. ¿Cuánto sería el dolor que podía soportar un ser humano? Porque yo en esos momentos debería estar triplicando los límites.
-Soy consciente de que la cámara está sellada de alguna forma que no logro comprender; cualquiera con media neurona podría darse cuenta de que no hay corriente de aire alguna y eso solo puede significar que no hay ranura que dé al exterior. ¿Para qué malgastar mis energías intentando huir, si puedo usarlas para darle caza y acabar con su existencia?- expliqué con desdén ante su observación de que mi intención era escapar. Huiría, eso lo tenía claro, pero para ello tenía que matarlo primero, ejecución que se me estaba resistiendo sobre manera.
Chasqueé la lengua inconscientemente, frustrada porque mi mente no estuviese colaborando mucho conmigo en un momento en que necesitaba más planes de ataque.- Puede que esta estaca no le mate, pero seguro que cosquillas no le hace. Ojo por ojo, corazón. Vos me hacéis daño, yo se lo devuelvo.- fruncí el ceño del todo desconcertada, esbozando una picara sonrisa ante sus siguientes palabras. Sabía que no debía, que tratar de molestar a un vampiro psicópata con mis “adorables” contestaciones no me iba a ayudar a escapar de allí, pero el sarcasmo era parte de mi personalidad, y mis palabras cargadas de veneno también.
- ¿Me estáis pidiendo permiso para alimentaros de mí? Que caballero sois cuando os lo proponéis. Seguro que podríamos habernos entendido si hubieseis empezado pidiéndome las cosas por favor.- una sonrisa cargada de ironía comenzó a dibujarse en mi rostro, pero antes de que pudiese disfrutar de ese momento idílico, se colocó frente a mí.
Tensé el gesto cuando sujetándome la muñeca, consiguió obligarme a arrodillarme frente a él. Lo miré con odio, apretando los dientes de pura indignación al imaginar cual podía ser su siguiente vejación, pero entonces me vi sorprendida cuando sujetando la daga de cristal, se la incrustó en el corazón ante mi atónita mirada. Casi pude palpar la felicidad con ambas manos al pensar que se estaba autodestruyendo, hasta juraría que jadeé cuando su sangre salpicó mi rostro. Pero igual que comenzó ese sentimiento de alegría se esfumó cuando sacando la estaca, la herida se cerró como si nada.
Perpleja parpadeé un par de veces observando con atención esa herida inexistente, moviendo ahora mi muñeca liberada para comprobar que el vidrio estaba manchado de sangre. Pero si la actuación no había sido lo suficiente extraña, las palabras que el vampiro dijo a continuación me dejaron todavía más desconcertada.- ¿Y por qué iba a querer yo entregarme a vos para vivir más tiempo si cada segundo que paso a su lado es peor que cualquiera de los castigos que se reciben en el infierno?- me puse en pie a duras penas, furiosa porque se le pasase si quiera por la cabeza la idea de hacerme algo “suyo”.- Si podéis vivir, podéis morir. Y aunque la vida se me vaya en ello averiguaré la forma de acabar con vuestra existencia.
Anduve varios pasos hacia atrás, hasta que tropecé con la silla donde había colocado su camisa. Apoye la mano sobre el respaldo de ésta, buscando un sustento mientras recuperaba la respiración. Me quedaba sin tiempo y sin fuerzas, de modo que terminar con el vampiro cuanto antes era primordial. Entonces me di cuenta de algo de lo que no me había percatado hasta ahora; puede que la estaca de cristal fuese inútil, pero no por ende lo debía ser una estaca de madera. ¿Y de qué estaban hechas las sillas? Sonreí triunfal cogiendo la silla por su respaldo, lanzándola contra la pared.- Espero que no fuese una pieza de coleccionista.- susurré mirando al inmortal de forma osada. Ahí estaba mi última oportunidad.
Corrí hacia los trozos que se desprendieron de ésta, tomando uno de los más largos que segundos antes había sido parte de una de las patas de la misma. Cogí un extremo con cada mano y elevando la rodilla, golpeé la madera con fuerza contra ésta, con la intención de conseguir una estaca afilada. Lo había visto hacer a otros cazadores con ramas y palos, y siempre había funcionado. Un crujido resonó por las cuatro paredes de la habitación, seguido de un grito desgarrador producido por mi garganta. Caí al suelo de rodillas, consciente de que yo misma había cavado mi propia tumba al romperme el fémur.- Si me disculpa un momento, estaré con vos en seguida.- murmuré sintiendo como las lágrimas se agolpaban en mis ojos, temblando por un dolor que amenazaba con dejarme inconsciente en cuestión de minutos. ¿Cuánto sería el dolor que podía soportar un ser humano? Porque yo en esos momentos debería estar triplicando los límites.
Maggie Craig- Cazador Clase Media
- Mensajes : 357
Fecha de inscripción : 13/11/2016
Re: Noche para jugar (Maggie Craig) (privado+18)
El vampiro escuchaba lo que ella tenia que decir con una ceja elevada, llego a cruzarse de brazos esbozando en su rostro una sonrisa malvada, cuando decía que le quitaría la vida aunque la de ella se fuera en el camino, tenia que admitir que ella aun mantenía una tenacidad que muy pocos humanos lograban, quizás su desespero era tan grande que se prendía de eso como su única forma de seguir adelante.
-Yo no vivo estoy muerto eso es lo que no entendéis, no hay vida en mi ser cazadora todo es muerte y destrucción...
Dice sonriendo levemente como si hablara de si mismo de un Dios una criatura de la noche y un ser de las tinieblas un demonio en persona, siguió observando sus acciones cruzándose de brazos al ver lo que ella hacia arrojando y luego intentando crear una estaca, elevo sonriendo levemente la ceja viendo la idea que había tenido tenia que admitirlo que esa había sido bastante ingenioso este suspiro al ver como la joven termino fracasando lastimándose así misma, llevo la mano a su rostro levemente viendo que estaba herida y como le decía que ya estaría con el en cuanto consiguiera resolver aquel tema, la joven parecía en muy mal estado así que usando su agilidad apareció detrás de la joven tocando un pequeño nervio de su cuerpo para relajar este y la tomo dejando que su cuerpo cayera sobre el del hacia atras, limpiando su herida clavo levemente los colmillos en su cuello apenas haciendo una herida viendo sus recuerdos, sabiendo donde se estaba quedando para luego herir su muñeca con cuidado y dejar caer pequeñas gotas de sangre de la suya en los labios de la joven, para que su cuerpo sanara mas rápido.
-Suficiente cazeria por esta noche Señorita Craig
Menciono con una voz firme para luego pasar sus manos por el rostro de ella induciendo un sueño profundo en la joven, para luego borrar sus recuerdos de esa noche para que todo hubiera parecido no masque un sueño que había tenido, sacando los recuerdos sobre la violación como las peleas que tuvieron, su cuerpo sanaría mas rápido al tener unas gotas de su sangre en ella. La noche ya había llegado así que aprovecho ese tiempo para llevarla a su lugar de descanso, la joven se levantaría pensando que todo había sido algo de su mente, pero un sueño muy real y tangible algunas marcas y incluso parte de su arsenal se encontraba tirado en el suelo cubrió su cuerpo y la observo sonriendo antes de desaparecer por la ventana.
-Aun me pertenceras Cazadora....
-Yo no vivo estoy muerto eso es lo que no entendéis, no hay vida en mi ser cazadora todo es muerte y destrucción...
Dice sonriendo levemente como si hablara de si mismo de un Dios una criatura de la noche y un ser de las tinieblas un demonio en persona, siguió observando sus acciones cruzándose de brazos al ver lo que ella hacia arrojando y luego intentando crear una estaca, elevo sonriendo levemente la ceja viendo la idea que había tenido tenia que admitirlo que esa había sido bastante ingenioso este suspiro al ver como la joven termino fracasando lastimándose así misma, llevo la mano a su rostro levemente viendo que estaba herida y como le decía que ya estaría con el en cuanto consiguiera resolver aquel tema, la joven parecía en muy mal estado así que usando su agilidad apareció detrás de la joven tocando un pequeño nervio de su cuerpo para relajar este y la tomo dejando que su cuerpo cayera sobre el del hacia atras, limpiando su herida clavo levemente los colmillos en su cuello apenas haciendo una herida viendo sus recuerdos, sabiendo donde se estaba quedando para luego herir su muñeca con cuidado y dejar caer pequeñas gotas de sangre de la suya en los labios de la joven, para que su cuerpo sanara mas rápido.
-Suficiente cazeria por esta noche Señorita Craig
Menciono con una voz firme para luego pasar sus manos por el rostro de ella induciendo un sueño profundo en la joven, para luego borrar sus recuerdos de esa noche para que todo hubiera parecido no masque un sueño que había tenido, sacando los recuerdos sobre la violación como las peleas que tuvieron, su cuerpo sanaría mas rápido al tener unas gotas de su sangre en ella. La noche ya había llegado así que aprovecho ese tiempo para llevarla a su lugar de descanso, la joven se levantaría pensando que todo había sido algo de su mente, pero un sueño muy real y tangible algunas marcas y incluso parte de su arsenal se encontraba tirado en el suelo cubrió su cuerpo y la observo sonriendo antes de desaparecer por la ventana.
-Aun me pertenceras Cazadora....
Kenner Clapton- Vampiro Clase Alta
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