Corre que te alcanzan {Libre

por Invitado Mar Sep 27, 2016 10:43 pm

”Levántate maldita”.

-Ya estoy despierta, ya estoy despierta-

Cae abruptamente de la cama y se sienta rápidamente con las manos hacia arriba, como si se rindiera. El sol entra porque aquella pequeña ventana, la única que tiene esa cabaña, y es ahí que comienza a despertarse completamente viendo que está sola en aquel lugar, aunque aun en su oído se mantiene la voz de su abuela que solía despertarla cada mañana por ello sonríe ampliamente estirándose en el suelo la cabeza la deja caer hacia atrás hasta quedar sobre la cama mirando al techado de su madriguera. Todo está en silencio solo puede oír el canto de los animales

-¡Qué molesto es esto!- rasca su cabeza poniéndose de pie, sale completa y abruptamente de su casa en aquellas apariencias tan impropias de una mujer -¡MALDITA VIEJA SI VUELVES A HACER ESO TE JURO QUE TE MATARÉ!- grita a todo pulmón sabiendo que nadie la escucharía, o al menos la persona en cuestión porque hace años que la ha dejado sola, se adentra de nuevo para tomar las ropas más apropiadas, si es que llevar pantalón y una gorra con el cabello todo recogido como un jovencito fuera lo más apropiado para una chica.

Al salir se dirige por el bosque tomando una especie de atajo para llegar más rápido a la alde más próxima, o quizás a la ciudad, lo primero que llegue, al menos ahí podrá continuar con la búsqueda dispar de aquella persona, de aquella que se ve como ella pero que no es igual. Su hermana.

Sale silbando con las manos en los bolsillos tan despreocupada de la vida como de lo que le rodea.

por **Mihaela Păunescu** Dom Oct 09, 2016 1:03 am

La mujer, dentro de su animada y ajetreada vida, estaba en una etapa de calma. El trabajo no faltaba y su manada no le daba problemas, asi que podía permitirse la licencia de darse una vuelta por el bosque. Tras terminar un par de vestidos y volver a tomar algunas cosas del mercado sin pagar, la mujer camina por el bosque, con total calma. Justo antes de esa calma, si que se vio "perseguida" por un gitano que parecia haberse acordado del semblante de la morena. Cosa que no le supuso mas que un leve grito al cielo, llamando la atencion lo suficiente como para que, algun buen hombre, la viera como la buena y apartase al gitano de ella. Ella hubiese preferido interactuar ella misma con el problema, pero tras mas de medio siglo, la mujer aprendio que hay que elegir cuando debes actuar de una forma o otra.
Una pareja de lobos se reúnen con la mujer, una vez esta estaba lo suficientemente alejada de la ciudad de Paris, aun así, estos flaquean el camino por el que camina.

La mujer llevaba un vestido sencillo, y por encima de este una capa, la cual impedía que su rostro fuera perfectamente visible. Así mismo, su pelo caía sobre su pecho y parte de su cara, ayudando a que fuera... complicado fijarse en su rostro. El día, aunque el cielo no estaba despejado completamente, este no amenaza con alguna lluvia. Uno de esos días que animaban a la licantropa a permanecer en el bosque y correr entre los arboles con sus mejores amigos, los lobos.
Si estaba permaneciendo aun por el camino, era únicamente para llegar a reunirse con alguien en concreto en un punto que no distaba demasiado de la zona donde tenia mas control. La mujer caminaba distraída con los pensamientos de los lobos que la acompañaban, que no presta atencion a su alrededor. Lejos de ser un simple despiste, Mihaela confiaba en su instinto. Confiaba en que si corría peligro, reaccionaria y podría huir en el momento clave, así como neutralizar la amenaza, en caso de ser necesaria. Aunque se daba el caso de que la mujer no era de las que dejaban que algún tipo de agresión saliese impune. Aunque siempre podía ocurrir que podría tropezar con alguien que fuese por el camino. En ese caso, posiblemente todo que quedaría en un tropiezo. Todo dependería de la actitud de la otra persona.

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