La traición viene en varios rostros || Libre

por **Xande Włodek** Mar Oct 25, 2016 10:41 pm

El sol había salido ya en lo más alto del cielo parisino, y tras los eventos pasados un cuerpo aún quedaba en su reposo sobre aquellas telas de mala calidad de aquel hostal sucio y nauseabundo donde mal vivientes y una que otra escoria se refugia en sus entrañas. Más parece la casa de ratas o del infierno, donde los males se reúnen. Entre una de las habitaciones esta aquel hombre que se desees pereza con calma, como si tuviera todo el tiempo del mundo, y lo tiene. Luego de varias horas aquel “caballero”, si se le puede llamar así, sale de aquel inmundo lugar luciendo ropas finas como si fuera un señorito de clase acomodada, la verdad es todo lo contrario; sus pasos se enfilan directo a las zonas residenciales admirando la belleza arquitectónica en cada una de las mansiones del lugar.

Seguro de sí mismo se adentra como dueño en aquella mansión oculto bajo los muebles esperando a que sus dueños salieran para alimentarse y el poder darse un “paseo” por aquel interior lleno de misticismos. El pequeño y suntuoso sonido de alguien acercándose obliga a mantenerse oculto entre las sombras bajo aquel sillón. Sabe que será expuesto por la ventana por donde ha ingresado así que lo único prudente que le resta por hacer es continuar con aquel acto de engaño.

—Miau— maúlla como a cualquier otro gato que ha ingresado en alguna casa para buscar refugio, con aquellos ojos dulces y tiernos que poseen los felinos, esperando que la dueña de aquella propiedad lo tome por algo o alguien inofensivo y tierno.

Claro que de ello muy poco tiene.

por **Slania M. Amall** Mar Nov 01, 2016 7:31 am

No le apetecía volver, ni siquiera sabía porque sus pasos tomaban destino a esa despreciable ciudad. Todo debía cumplir un ciclo, el de ella ya había concluido. Varios años pasaron para que su nombre y rostros fueran olvidados, para que por fin se sintiera con la mínima confianza de regresar, no muchos la miraron a los ojos cuando intentaron acabar con su vida, pero si eran demasiados los que conocían a su padre.
Se detuvo unos momentos y alejo esos recuerdos de su mente, su familia ya no estaba, daba igual el pasado, sus verdugos encontraron su fin, pero eso no significaba que existieran posibles amenazas para ella.

Muchas horas paso observando diferentes hogares, buscando aquellos nombres que logro escuchar entre susurros, su padre tenía muchos contactos y entre ellos amigos que dijeron uno que otro nombre. La inquisición no le importaba, pero si le interesaba conocer más sobre ellos, de manera interna y no superficial como lo que sabía ahora.
Llego a uno de sus destinos e ingreso de manera sigilosa, tras asegurarse que el lugar se encontrara sin moradores. Dio unos pasos en el interior, viendo con recelo lo que la rodeaba, no cambiaba por nada su estilo de vida, pero siempre se pregunto que hubiera sido de ella si su fortuna fuera diferente. Avanzo un poco más y escucho un sutil sonido, por lo que entrecerró los ojos buscando el origen de este. Ella mejor que nadie sabía que el peligro podía encontrarse en cualquier lugar-silencio minino- susurro con una media sonrisa, pero siempre manteniéndose a la defensiva.

por **Xande Włodek** Dom Dic 25, 2016 10:38 pm

La pequeña sonrisa que aflora en aquel rostro felino junto al ronroneo y aquellas garras que se clavan en la cara y fina alfombra, mientras vigila expectante aquellos pies delicados moverse de lado a lado con sigilo, la fragancia de la desolación llega a sus pequeño cuerpo que oculto bajo aquel mismo sillón que recibe el peso de aquel cuerpo femenino le hace sonreír más relamiéndose como si fuera un ratón al que va a cazar.

Sale de su escondite mostrándose muy apacible ante aquella mujer de ojos cansinos, su cola la menea sentado frente a ella caminando unos pasos para dejar que sus patas delanteras queden sobre las piernas de ella. Una palabra y un gesto que solo provoca en la mente de aquel mago una sonrisa en su rostro, aparcado, camina en aquella forma felina ante la presencia femenina paseándose entre sus piernas con un ronroneo y aquellos ojos de quien no tiene hogar.

—Miau— vuelve a maullar mirándole directamente a los ojos y clava sus garras en la pierna de la mujer tratando de llamar su atención y por qué despistar al enemigo, porque para él todos eran sus enemigos cuando estaba en aquella forma.

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